1. PUBLICACIÓN PASTORAL DEL SANTUARIO TERESA DE LOS ANDES N0
88 - 2/2015 - $1000
26años
¡Cuántos horizontes me descubre!
Su testimonio con Jesucristo.
Conocimiento de sí mismo.
“Amigos fuertes de Dios”.
Primera mujer doctora
de la Iglesia.
Las Fundaciones.
de
Para el
Alma Chile
Santa Teresa de Ávila
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AVDA. PASCUAL BABURIZZA S/N LOS ANDES - V REGIÓN - CHILE
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“Tradición de familia, desde 1910”
3. 3RevistaTeresadeLosAndes
SaludodelDirector
Queridos Hermanos (as):
Estamos celebrando el V Centenario
de su nacimiento, los 433 años de su
muerte, y su presencia sigue viva, en
cada una de sus palabras, y ayer como
hoy, leer a Teresa es, desde su interior,
entrar en el corazón de Dios. Como dijo
Fray Luis de León: ”Yo no conocí, ni vi
a la madre Teresa de Jesús mientras
estuvo en la tierra; más
ahora, que vive en el
cielo, la conozco y veo
casi siempre en dos
imágenes vivas que
nos dejó de sí, que son
sus hijas y sus libros”.
Estas palabras tan
acertadas nos permiten
conocer y apreciar el
valor que tuvo Santa
Teresa, de dejarse ena-
morar y encontrar por
Dios, descubriendo la
profundidad y belleza
de la vida interior. Sus
obras que hablan en
lenguaje coloquial, que
tienen reminiscencias de la Sagrada
escritura y la experiencia propia, nos
hacen engolosinarnos para dar un paso
hacia adelante y descubrir el secreto
de Teresa, develado y participado a la
Iglesia entera, a través del lenguaje y la
experiencia oracional de Jesucristo, que
ella procura hacerla vida, por eso nos
dice que la oración es: “tratar de amistad
estando muchas veces tratando a solas
con quién sabemos nos ama” (V 8,5).
Sus obras escritas en lenguaje del
siglo XVI es la expresión más pura de la
poesía mística teológica. Es por ello que
sus escritos no solamente van dirigidos a
sus hijas e hijos, los carmelitas, sino que
es doctrina para toda la Iglesia. El Papa
Pablo VI, el año 1970, cuando declara
Doctora de la Iglesia a Santa Teresa de
Jesús dice: “ha llegado la hora en que
la vocación de la mujer se realice en
plenitud. Durante el
Conciliodondelossabios
teólogos tropezaban,
las mujeres cristianas
iban derecho a lo
esencial”. Esta sencilla
expresión resume la
densidad y claridad que
procuró vivir y que nos
sigue transmitiendo a
través de su doctrina,
para despertarnos a
ser testigos de que
“Sólo Dios basta” y
que nuestra confianza
nunca será defrauda,
pues Él es siempre Fiel.
La alegría, la afabilidad,
la fraternidad son la característica de
la familia del Carmelo Descalzo, al
cual Teresa quiso imprimirle este sello
tan característico. Un amor eclesial
profundo para conducir a hombres
y mujeres hacia las fértiles dehesas
de la vida interior plasmada en la
sencillez que cada una de sus hijas e
hijos debe transparentar en su vida.
“Sólo DIOS basta”
Padre Erwin Montoya del Campo, ocd.
Provincial
4. Santuario de Auco Casilla 357, Los Andes, Chile
Fono: (34) 2401714 Fax: (34) 2401939
Representante Legal Richard Hughes Montealegre
Consejo de Administración Patricio Osorio
Comité Editorial Ma.
Josefina Lecaros, Alejandro Tejerina O.
Director R.P. Danilo Yáñez Ossandón, ocd.
Editora Nancy Oyaneder Bueno
Diagramación disenotonos@gmail.com
Impresor RR Donnelley
SUMARIO
4 RevistaTeresadeLosAndes
Publicación del
Santuario de Auco,
edición 88.
A 26 años de su inicio.
22
3 EDITORIAL
P. Erwin Montoya del Campo, ocd.
4 SUMARIO
5 ¡FELIZ CUMPLEAÑOS SANTA MADRE!
P. Danilo Yáñez Ossandón, ocd.
6 TRATAR A SOLAS CON SU AMADO
Carmelitas Descalzas-Concepción
8 NADA TE TURBE
Santa Teresa de Ávila
9 “MIS PADRES AMABAN A DIOS”
Carmelitas Descalzas-Viña del Mar
10 ENEMIGA DE SER MONJA
Carmelitas Descalzas-San José
11 TOMA DE HÁBITO
Carmelitas Descalzas-Puerto Montt
12 ORACIÓN, ALEGRÍA Y SENTIDO DEL HUMOR
María Teresa Grez
14 ¡CUÁNTOS HORIZONTES ME DESCUBRE!
Carmelitas Descalzas-Auco
16 EL SEGUIMIENTO DE CRISTO
Padres Carmelitas Descalzos
18 LAS FUNDACIONES
Carmelitas Descalzas-San Bernardo
20 “ES TIEMPO DE VERNOS MI AMADO…”
María Teresa Grez
22 PRIMERA MUJER DOCTORA DE LA IGLESIA
P. Cristhián Ogueda, ocd.
23 “¡JUNTOS ANDEMOS SEÑOR!”
Carmelitas Descalzas-San José
24 “AMIGOS FUERTES DE DIOS”
P. Erwin Montoya del Campo, ocd.
26 UN ENCUENTRO CON NUESTRA IDENTIDAD
Rosita Santelices E.
28 CAMINO DE LUZ EN CHILE
Amaya Álvarez
14
6
5. 5RevistaTeresadeLosAndes
P. Danilo Yáñez, ocd.
Rector Santuario Teresa de Los Andes
¡Felizcumpleaños
Santa Madre!
El 28 de marzo recién pasado,
se celebró en todo el mundo
carmelitano los 500 años del
nacimiento de nuestra Santa Madre
Teresa de Jesús. Para toda nuestra
familia fue un día de fiesta. En este
lugar santo no podía ser distinto,
ya que es aquí, en el Monasterio
de las Carmelitas Descalzas de
Auco, donde una de las hijas de
la Gran Teresa ha alcanzado la
Santidad (Teresa de Los Andes).
sta fiesta la celebramos con una
Eucaristía en el Monasterio de las
Carmelitas Descalzas del Espíritu
Santo. Fue presidida por nuestro pastor,
Monseñor Cristian Enrique Contreras
Molina O. de M., concelebrada por el
Vicario de la Diócesis, P. Roberto Gilbo,
por el P. Provincial de los Carmelitas en
Chile, P. Erwin Montoya, entre otros
carmelitas más. El Obispo destacó
la grandeza de esta mujer: “ruin y
pecadora”, que ha llegado a ser, después
de la Santísima Virgen, una de las más
importantes en la vida de la Iglesia.
Al término de la Eucaristía se ben-
dijeron réplicas del bastón de Nuestra
Santa Madre, que fueron regalados a
algunos de los presentes.
Después de la Santa Misa hubo un
compartir fraterno preparado por las
mismas Carmelitas Descalzas. Estuvieron
entre otros, las Carmelitas Misioneras
Teresianas, las Carmelitas Teresas de
San José, el Carmelo Seglar, religiosas
presentes de la Diócesis y laicos amigos
del Carmelo.
¡Gracias Señor por la vida de esta
Gran Mujer, Teresa de Jesús de Ávila!
En representación del Directorio recibe el
bastón don Carlos Rivacoba.
E
6. Teresa de Jesús
fue una mujer
que se atrevió a
amar.
Carmelitas Descalzas
Concepción
Tratar
L
Tratara solas con su Amado
6 RevistaTeresadeLosAndes
a experiencia de saberse y sentirse
tan amada por sus padres y her-
manos, desarrolló en ella una
extraordinaria capacidad de amar,
de relacionarse con los demás. A tal
punto, que llegó a definir la oración
como: “tratar de amistad, estando
muchas veces tratando a solas con quien
sabemos nos ama”1
. En realidad, su defi-
nición expresa lo que es su oración, lo
que es su vida.
Pero, si define la oración como
amistad, es decir, como amor recíproco,
deja de manifiesto que, a su juicio, los
mayores problemas o dificultades en
la oración no son de distracción o de
concentración, sino de fallar en el amor,
de tener “distraído el corazón”. Ese fue
su drama interior. Sus años de oración
difícil coinciden exactamente con un
corazón dividido, con una vida mediocre.
Ella misma lo confiesa: “Trata por los
términos que fue perdiendo (Teresa) las
mercedes que el Señor le había hecho,
y cuán perdida vida comenzó a tener”2
y añade: “…comencé de pasatiempo en
pasatiempo, de vanidad en vanidad, de
ocasión en ocasión, a meterme tanto
en muy grandes ocasiones, y andar tan
estragada mi alma en muchas vanida-
des3
…y (llevaba) vida tan baja de per-
fección, que ningún caso casi hacía de los
7. 1 Libro de la Vida 8, 5
2 Libro de la Vida, epígrafe del cap. 7
3 Libro de la Vida 7, 1
4 Libro de la Vida 8, 2
5 Libro de la Vida 7, 1
6 Libro de la Vida 9, 1
7 Libro de la Vida 9, 9
8 Libro Meditaciones de los Cantares 4, 9
9 Libro Meditaciones de los Cantares 4, 10
10 Libro de la Vida, 11, 1. 6
GRADOS DE ORACIÓNGRADOS DE ORACIÓN
4
7RevistaTeresadeLosAndes
pecados veniales; y los mortales, aunque
los temía, no como había de ser, pues
no me apartaba de los peligros…”4
. En
esta situación el encuentro con Dios
adquiere un carácter contradictorio y
deja la oración: “…ya yo tenía vergüen-
za de en tan particular amistad, como
es tratar de oración, tornarme a llegar
a Dios”5
. Es evidente que para ella la
oración y la vida son inseparables: la
oración se traduce en la vida y la vida en
la oración.
Sin embargo, el Señor, que la quería
para Él, no la abandonó. Es manifiesta
su intervención y la conversión que
ella experimentó: “…entrando un día
en el oratorio, vi una imagen… Era de
Cristo muy llagado y tan devota que,
en mirándola, toda me turbó de verle
tal, porque representaba bien lo que
pasó por nosotros. Fue tanto lo que
sentí de lo mal que había agradecido
aquellas llagas, que el corazón me
parece se me partía, y arrojéme cabe
Él con grandísimo derramamiento de
lágrimas, suplicándole me fortaleciese
ya de una vez para no ofenderle”6
. Así
fue pasando de la afición por las cosas
del mundo a, como ella misma dice, “la
afición de estar más tiempo con Él”7
.
Este amor empezó a arder de tal
manera en su corazón, en su trato de
amistad con Él, que exclama: “¡Oh,
Señor mío y Misericordia mía y Bien mío!
Y ¿qué mayor le quiero yo en esta vida
que estar tan junto a Vos, que no haya
división entre Vos y mí?8
. Y agrega: “Ya
yo veo, Esposo mío, que Vos sois para
mí; no lo puedo negar. Por mí vinisteis
al mundo, por mí pasasteis tan grandes
trabajos, por mí sufristeis tan grandes
azotes, por mí os quedasteis en el
Santísimo Sacramento y ahora me hacéis
tan grandísimos regalos”9
.
Su larga y sufrida experiencia
de oración hizo de ella una
maestra. En su pedagogía y sencillez,
describe “al que comienza camino de
oración como alguien que comienza a
hacer un huerto en tierra muy infruc-
tuosa”10
. Y puede regarlo de 4 maneras
que corresponden a cuatro grados de
oración.
El primero, es sacando agua de un
pozo, se hace con esfuerzo y dificultad.
El segundo, es con noria y arcaduces,
se hace con un torno; ahí hay menos
trabajo y se saca más agua.
El tercero, es regar con agua de un río
o arroyo, se riega mejor y se trabaja
mucho menos.
El cuarto modo de regar es con una
buena lluvia. Es cuando riega el Señor,
sin trabajo de nuestra parte y es
incomparablemente más provechoso
que todo lo anterior.
De todo lo dicho podemos concluir algo
fundamental: cada uno de estos grados
de oración está en estrecha relación con
nuestra amistad con el Señor: porque
es muy difícil “tratar de amistad” en
la oración, si no “somos amigos en la
vida, si no vivimos como tales”. Y, si
“somos amigos en la vida, no tendremos
dificultad para serlo en la oración”. La
amistad siempre nos mantiene unidos,
nos asemeja, nos identifica.
8. Oración y Penitencia
Fundadora
En busca del martirio
La Virgen es mi madre
El infierno
Maestra de oración
Nada te turbe
Eleva el pensamiento,
al cielo sube
Por nada te acongojes,
NADA TE TURBE.
A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y venga lo que venga,
NADA TE ESPANTE
¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
TODO SE PASA
Aspira a lo celeste
que siempre dura;
fiel y rico en promesas
DIOS NO SE MUDA
Ámala cual merece
bondad inmensa,
pero no hay amor fino
SIN LA PACIENCIA
Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
TODO LO ALCANZA
Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
QUIEN A DIOS TIENE
Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro
NADA LE FALTA
Id, pues, bienes del mundo,
id, dichas vanas;
aunque todo lo pierda
¡SÓLO DIOS BASTA!
8 RevistaTeresadeLosAndes
Todo se pasa
Doctora de la Iglesia
9. 9RevistaTeresadeLosAndes
de caballería que eran las novelas de la
época. Al tener numerosos hermanos,
a Teresa se le hizo fácil el proceso de
socialización. Tenía facilidad para forjar
amistades. Era simpática y alegre.
Desarrolló desde muy niña una gran
cualidad: la de saber contentar a otros.
“En esto me daba el Señor gracia, en dar
contento dondequiera que estuviese,
y así era muy querida”. Atentos a la
educación de sus hijos, sus padres les
dejaban libertad para sus juegos y ahí
Teresa desplegaba su imaginación y
fantasía alimentada con sus lecturas y lo
que oía a su alrededor de la situación de
España con la presencia de los árabes en
el Sur de la península. Sus sueños quería
convertirlos en realidad y la futura líder
ya sabía tempranamente asociar a sus
proyectos a los demás. Convenció a
Rodrigo, su hermano, para ir a tierra de
moros para alcanzar el martirio, pero
us padres llevaban una vida aus-
tera, de muchas virtudes, gran amor
a los pobres y a los enfermos. Se
preocupaban con solicitud del personal
de servicio de su casa. Nunca quisieron
tener esclavos, hería su sensibilidad ver
a alguien privado de libertad. Tanto
le influyó a Teresa este ejemplo que
cuando ya adulta andaba en los trabajos
de las fundaciones de monasterios, tenía
una gran delicadeza y preocupación por
los arrieros y cocheros que la trasladaban
en sus viajes. Si los veía cansados,
les conversaba con gracia y simpatía
alegrándoles el camino.
Su madre le enseñó a relacionarse con
la Virgen María y cuando ella murió, muy
joven aún, Teresa adolescente, recurrió a
María: “le supliqué fuese mi madre con
muchas lágrimas” (V 1,7).
La aventura de Teresa -67 años- co-
menzó desde su niñez, gracias a la
educación y al amor que le dieron sus
padres.
Su madre le enseñó a leer a los 7 años
-tenían una biblioteca con literatura clá-
sica y religiosa- y Teresa, quien se hizo
una lectora habitual y entusiasta “si no
tenía libro nuevo, me parece no tenía
contento” (V 2,1).
Sus temas preferidos eran las historias
y las aventuras de amor de los libros
Mis padres
amaban a DIOS”
”Mis
Don Alonso y Doña Beatriz,
papás de Teresa, crearon
un buen ambiente en su
hogar donde en forma
natural y armónica les fueron
trasmitiendo la fe, cultura,
valores humanos, espirituales
y religiosos.
Carmelitas Descalzas
Viña del Mar
S
poco les duró el viaje. Un tío suyo los
encontróenelcaminoylosllevódevuelta
a Ávila. De todas maneras su infancia
quedó marcada por la figura de los
héroes y por el atractivo de la aventura.
Les gustaba edificar ermitas para ser
ermitaños ya que no podían morir como
mártires… Y sus construcciones se les
desmoronaban.
Lo que había detrás de su fallida
aventura, era una verdad que se les
grabó a fuego y ésta era que el cielo
o el infierno eran para siempre. Les
fascinaba repetir: “¡Para siempre, siem-
pre, siempre!” (V 1,5). Niña aún había
descubierto el camino de la verdad y
de la eternidad.
10. 10 RevistaTeresadeLosAndes
e su mamá tomó el gusto por
los libros de caballerías; novelas
frívolas de su tiempo llenas de
fantasías e historias amorosas. Tanto
se entretenía en esto que ella misma
cuenta: “si no tenía libro nuevo, no me
parece tenía contento” (V 2,1). Estas
lecturas eran a escondidas de su papá,
a quien le pesaba que su hija gastara
tanto tiempo en este afán. Además
nos relata en el libro de la Vida sus
pretensiones; “comencé a traer galas,
con mucho cuidado de manos y cabellos,
olores y todas las vanidades que en esto
podía tener…” (V 2,2). Ella deseaba estar
bonita y parecer bien al resto. Tenía
amistades entre primos y parientes que
frecuentaban su casa. De una de ellas
tomó malas costumbres y aunque sus
padres intentaban alejarla, no lograban
distanciarla por ser familiar. Entonces
su papá, habiendo quedado viudo y
observando el daño de la mala compañía
decide colocarla en el internado de
religiosas agustinas de Santa María de
Gracia. Es aquí cuando ella nos dice: “Y,
puesto que yo estaba entonces enemi-
guísima de ser monja, holgábame* de ver
tan buenas monjas, que lo eran mucho
las de aquella casa” (V 2,8). En este
lugar ella cambió sus malas costumbres,
volvió a rezar con frecuencia y a inclinar
su alma al bien. Incluso empieza a pedir
D
a Dios que le muestre el estado en que
ella le había de servir y comienza a
considerar la posibilidad de ser monja,
hay un vuelco en Teresa. Primero ella
está “enemiguísima de ser monja”, es
decir “enemiguísima” de la Voluntad
de Dios para ella y de pronto, sin ella
proponérselo, se encuentra pensando
en ser religiosa. Esto es algo que sucede
frecuentemente. Se produce un cambio
que no es de un día para otro, sino
que va ocurriendo progresivamente en
cada uno de nosotros, si llevamos una
sincera vida de oración. Nuestro corazón
va siendo transformado, liberado
del egoísmo y de tantas faltas que le
impiden seguir los planes que el Señor
tiene para cada uno de sus hijos. Esta
conversión no es violenta, sino con toda
suavidad. Tampoco se refiere siempre
a grandes cambios como es la elección
de un estado de vida, sino a opciones
pequeñas que tenemos que hacer todos
los días; perdonar a quien he cerrado
el corazón, aceptar con misericordia al
que me cuesta o tomar conciencia de las
necesidades evidentes de quienes me
rodean y ante las cuales cierro los ojos.
Así es como nuestro corazón va teniendo
una mirada más limpia y puede unirse
cada vez más al de Jesús.
*Holgábame: me gustaba, contentaba.
Enemiga de
ser MONJA
Teresa de Jesús fue
una adolescente como
todas las niñas de su
época o de la nuestra.
Carmelitas Descalzas
San José
Enemiga
11. 11RevistaTeresadeLosAndes
l Dios que nos ama
tiene un plan de
amor y un proyecto
trascendente sobre ca-
da uno de nosotros.
“No me habéis elegido
vosotros a mí, sino que
yo os elegido a vosotros”
(Jn 15,16). Así también
para la joven Teresa de
Ahumada Dios Padre te-
nía un gran proyecto.
Fue una joven nor-
mal con grandes sueños:
castillos, princesas, caba-
lleros y también santi-
dad, deseaba ser mártir
por Cristo y llegar así muy
pronto al cielo. Con su
hermano Rodrigo, en
medio de sus juegos
entraba en la contempla-
ción de lo eterno de que el
destino de los elegidos es
“para siempre, siempre,
siempre“ y jugaba a ser
monja.
En la adolescencia to-
dos estos deseos se vieron
eclipsados; se transformó
en una joven muy agra-
dable que atraía a los
que la conocían por su
gran simpatía “y quedó
enemiguísima de ser
monja“. Se hizo de amis-
tades que preocupaban
a su padre, quien deci-
decidió internarla en el
Monasterio de Agustinas.
“Comencé allí a rezar mu-
chas oraciones vocales y
a procurar con todas me
encomendasen a Dios que
me diera el estado en que
le había de servir. Más
todavía deseaba no fuese
monja, aunque también
temía el casarme” (V 3,2).
“En este tiempo, aunque
yo no andaba descuidada
de mi remedio, andaba
más ganoso el Señor
de disponerme para el
estado que me estaba
mejor” (V 3,3).
Es así como se decidió
a entrar en el Monasterio
de la Encarnación, pidién-
dole el permiso a su padre
que “era tanto lo que me
quería que en ninguna
manera lo pude acabar
Toma de HÁBITO
Así Dios comenzó
a realizar en ella
la gran obra de
Amor para la cual
estaba destinada:
ser luz en la Iglesia.
con él ni bastaron ruegos
de personas que procuré
le hablasen“ (V 3,7).
En la madrugada del
2 de noviembre de 1536,
a los 20 años de edad
sin que su padre supiera
huyó de su casa. Estuvo
un año de postulante
y el 2 de noviembre de
1537 tomó el hábito de
la Virgen del Carmen.
“En tomando el hábito,
luego me dio el Señor a
entender cómo favorece
a los que se hacen fuerza
para servirle. A la hora
me dio un gran contento
de tener aquel estado,
que nunca jamás me faltó
hasta hoy; y mudó Dios
la sequedad que tenía
mi alma en grandísima
ternura” (V 4,2).
Carmelitas Descalzas
Puerto Montt
E
12. Oración, Alegría y
SENTIDO del HUMOR
Desde el
comienzo de su
autobiografía,
en el Libro de la
Vida nos invita a:
“andar con alegría
y libertad” (V 13,1)
y a “tener gran
confianza” (V 13, 2).
María Teresa Grez
12 RevistaTeresadeLosAndes
Unida a su estilo es-
pontáneo, directo y
con un gran sentido del
humor y “fina ironía”;
esta maestra de oración
nos presenta este tre-
mendo desafío que es
“la vida de oración” y
nos enseña a amar al
Señor, con naturalidad
y sencillez, usando un
lenguaje simpático y
firme a la vez; pero,
sobre todo, al alcance
de todos nosotros,
insistiéndonos en que
“no está la cosa en
pensar mucho, sino en
amar mucho” (4 M1).
También, con cierta ri-
sa, escribía al padre
Gracián, sacerdote car-
melita, que hay quien
“pensará, si ha estru-
jado algunas lágrimas,
que aquello es la ora-
ción”.
Nos llama a hacer de
la vida, de cada día,
una oración. Por eso
nos habla de ”un viaje
divino al que Dios
convida a todos y cuya
meta es la libertad”.
En su libro Camino de
Perfección, enseñándo-
nos cómo debemos
meditar nos dice con
tanta sencillez y simpa-
tía: “Forcémonos a no-
sotros mismos (hagá-
mosle empeño) para
estarnos cerca de este
Señor, nos entenderá
por señas… Es muy
amigo de quitarnos de
trabajo; como enten-
damos estamos con
Él y lo que le pedimos
y la gana que tiene
de darnos y cuan de
buena gana se está con
nosotros, no es amigo
de que nos quebremos
las cabezas hablándole
mucho” (C 26,1). Es
como si nos dijera: El
Señor sólo nos pide un
acto de amor, de fe y
estar con Él.
En su propia vida mís-
tica, en su relación per-
sonal con “Su buen
Jesús” nos abre su co-
razón de mujer enamo-
rada que “echa de
menos a su Amado”;
“…me he regalado hoy
con el Señor y atrevido
a quejarme y le he
dicho: ¿cómo, Dios mío,
…que tan poquitos
ratos como me quedan
para gozar de Vos,
tú te me escondas?
Creo yo, Señor, que si
fuera posible poderme
esconder yo de Vos,
como Vos de mí, que
pienso y creo del amor
que me tienes que no
lo sufrirías; más estás
Vos conmigo y me ves
siempre. No se sufre
esto, Señor mío; os
suplico miréis que se
hace agravio a quien
tanto os ama” (V 37, 8).
En sus cartas se deja ver
en distintas situaciones
su original sentido del
humor: A propósito de
la fama de santa con
que la acosan: está
cansada de “oír tantos
desatinos. Que allá (en
Ávila), en diciendo que
una es santa, lo ha de
ser sin pies ni cabeza.
Se ríen porque yo digo
que hagan otra allá,
que no les cuesta más
que decirlo” (C 320).
Si algo la caracteriza
es su alegría, “me dio
un tan gran contento
de tener aquel estado
(ser monja) que nunca
jamás me faltó hasta
hoy” (V 4, 2), alegría
que tiene su principio
y su fin en Dios, su
“Amigo verdadero”, y
que se refleja en toda
su manera de vivir.
13. 1
2
13RevistaTeresadeLosAndes
Ella es capaz de reírse de sí misma y
tiene el don de captar el lado cómico
de personajes y situaciones a veces
muy difíciles, dándoles así su justo
valor. Todo esto tiene mucho que
ver con la espiritualidad que ella nos
enseña.
Notable es su sentido del
humor cuando nos describe
con detalle los hechos que
rodearon a las fundaciones
de sus monasterios:
Un ejemplo es la descripción que
nos ha dejado de la entrada del
carromato lleno de monjas, para
la fundación de Medina del Campo:
”Llegamos a Medina vísperas de Nues-
tra Señora de Agosto, a las doce de la
noche… Fue harta misericordia del
Señor, que a aquella hora se encerraban
toros para correr al otro día, no nos
topar con alguno” (F 3, 7).
Y en la fundación del Monasterio
de Salamanca, que fue el 1 de
Noviembre de 1570. “Quedamos
la noche de `Todos los Santos` (víspera
de `la noche de ánimas´, mi compañera
y yo solas en espera del resto de las
monjas que llegaría desde Medina). Yo
os digo, hermanas que cuando se me
acuerda el miedo de mi compañera, que
era la hermana María del Sacramento,
que me da gana de reír… la casa era
muy grande, desbaratada y con muchos
desvanes… nos encerramos en una
pieza para dormir esa noche…” “Madre,
estoy pensando si ahora me muriese qué
harías vos sola” me dijo la hermana, a
lo que respondí: “Hermana, de que eso
sea, pensaré lo que he de hacer; ahora
déjeme dormir” (F 19, 3-5).
“En la cruz está la vida y el consuelo,
y ella sola es el camino para el cielo”.
“Vuestra soy, para Vos nací. ¿Qué
mandais hacer de mí?”.
Nada te turbe
Nada te espante
Todo se pasa
Dios no se muda
La paciencia
Todo lo alcanza
Quien a Dios tiene
Nada le falta
Sólo Dios Basta
14. ¡Cuántos
HORIZONTES me
DESCUBRE!
Una de las
mayores riquezas
que nos ha
dejado nuestra
querida hermana
Santa Teresa de
Los Andes es la
enseñanza de lo
que es el Carmelo
y de lo que es
ser carmelita, con
ejemplos sencillos
y claros. “El fin que
se propone la
carmelita es muy
grande: rogar y
santificarse por
los pecadores
y sacerdotes.
Santificarse a sí
misma para que
la savia divina se
comunique, por la
unión que existe
entre los fieles, a
todos los miembros
de la Iglesia…”
(c 58).
Carmelitas Descalzas
Auco
14 RevistaTeresadeLosAndes
15. lla como fiel hija de Teresa “la
Grande” nos transparenta en sus
escritos como fue creciendo en
el camino de la oración, es decir, en
el camino de amistad con Dios; lo que
la llevó hacia las altas cumbres de la
contemplación.
Dios al darle el soplo de vida puso en
ella la semilla de la vocación al Carmelo.
Por la Gracia del Espíritu Santo y la
docilidad de su alma fue germinando
este don precioso, que se vio reflejado
en ella desde pequeñita.
La primera huella Teresiana que
hayamos en la vida de Juanita, es a los
15 años (d 13) cuando la Madre Ríos
(orientadora espiritual del Colegio
Sagrado Corazón) le recomienda leer
el libro de la Vida de Santa Teresa de
Ávila. Desde ahí resonarán sus consejos
(d 18). Aprendió a hacer oración men-
tal y a recomendarla a sus amigas,
especialmente hará participe de su
descubrimiento a su amiga íntima Elisa
Valdés: “No te desconsueles con no
poder discurrir ni saberle decir nada a N.
Señor. Si el estarnos sólo en su presencia,
si el mirarle sólo nos basta para amarle, y
estamos tan prendadas de su hermosura
que no podemos decirle otra cosa
[sino] que le amamos, ¿por qué, pues
hermanita, inquietarnos? Nuestra Santa
Madre [Teresa] recomienda esta mirada
al Esposo de nuestras almas. Míralo sin
cansarte” (c 109).
Como segunda huella Teresiana,
podemos entender que los deseos
ardientes que tenía Teresita de amar
a Dios con locura, venían de su misma
madre fundadora. Ella nos refiere en
la carta 109 la pregunta que se hace:
“¿Cómo no nos volvemos locos de amor
por nuestro Dios? Se señalan en los siglos
una que otra alma con locura de amor:
Nuestra Santa Madre...”.
Una tercera huella es la lectura del
Camino de Perfección en 1918, el que
encendió aún más los deseos ardientes
de ser pronto carmelita. En la carta 25
dirigida a Madre Angélica Teresa, nos
cuenta que le encantaba esta lectura
porque tiene tanta doctrina, la cual fue
un trampolín y apoyo para decidirse a
trabajar en el camino de la santidad; por
lo que dirá junto con pedir la admisión
al Carmelo: “...Créame que trabajaré
toda mi vida por ser una gran santa.
Santa Teresa dice que no es orgullo
tener grandes deseos; antes al contrario,
que esto levanta el alma a cosas más
elevadas”. En efecto lo que Santa Teresa
de Ávila escribió en su libro de la vida
fue: “Tener gran confianza, porque
conviene mucho no apocar los deseos,
sino creer de Dios que si nos esforzamos
podremos llegar a lo que muchos santos
con su favor” (V 13,2).
Sigamos descubriendo entonces las
pistas que Teresa de Ávila nos ha
dejado a través de Teresita. Así
podremos llegar a ser: “Amigos fuer-
tes de Jesús”. No gastemos nuestro
tiempo en empresas de poca impor-
tancia.
E
15RevistaTeresadeLosAndes
16. ste es el punto
de partida de la
búsqueda Teresiana.
Si Teresa se inclina por
la vida religiosa, a pesar
de sus resistencias, será
porque lo ve como el “más
seguro estado” (V 3,5).
Para poder vivir la vida
cristiana de la gracia, sin
dejarse envolver por las
vanidades del mundo. El
mantenerse en la amistad
de Dios había sido de
hecho su preocupación
más constante, huyendo
con firme decisión de
todo tipo de pecado,
especialmente los morta-
les (V 6,4) y buscando
solicita la confesión, aún
de los veniales (V 5,9 y 11).
Y el recuerdo de Cristo,
de su amor generoso y
entregado, es siempre
la razón más poderosa,
no sólo para mantenerla
en pie, sino para hacerse
fuerte frente al temor
natural que le impone,
por desconocida, la vida
religiosa. “A esto me
defendía con los trabajos
que pasó Cristo”, confiesa
(V 3, 6).
Pero lo que debemos
reconocer es que su creci-
miento y maduración vo-
cacional, nace en todo
caso, de un progresivo
descubrimiento y avance
en la amistad de Cristo.
Ya antes de entrar en el
convento, Teresa solía de-
tenerse a meditar en
“pasos” de su vida, como
el de la oración del Huerto
(V 9,4). Pero es sobre todo
al entrar en el convento,
cuando su relación con
Cristo se estrecha, pues
comoelladice:“procuraba
lo más que podía traer a
Jesucristo nuestro bien
y Señor dentro de mí
presente” (V 4,7).
E
La Santa
invita a ofrecerse
al Cristo amigo
que vive en la
propia intimidad:
“Juntos andemos,
Señor, por donde
fuereis tengo de
ir, por donde
pasareis tengo de
pasar” (C 26,6).
Carmelitas Descalzos
16 RevistaTeresadeLosAndes
El seguimiento
de CRISTO
17. Cristo se convierte para
ella en un testigo íntimo
que le sigue y acompaña:
“era testigo de todo lo
que yo hacía” (V 27,2),
dirá Teresa. Incluso cuan-
do sus pasos no son rectos
como el de aquellas amis-
tades que la desvían de
su propio amor: “Repre-
sentóseme Cristo delante
con mucho rigor, dándo-
me a entender lo que de
aquello le pesaba” (V 7,6).
Por eso, consciente de
esa cercanía, nada tiene
ya de particular que ella
centre el sentido de la
vida descalza en seguir e
imitar a Cristo. Imitación
que, aunque supone
la identificación con
todos los sentimientos
y actitudes de Cristo,
al final se reduce a ser
capaces de padecer con
Él, ya que es en la cruz
donde nos ha dejado la
suprema muestra de su
amor. Dirá por ello la
Santa: “abrazaos con la
cruz que vuestro Esposo
llevó sobre sí, y entended
que ésta ha de ser vuestra
empresa; la que mas pu-
diere padecer que padez-
ca más por Él y será mejor
librada” (2 M 1,7). Y de un
modo más ardoroso había
dicho en su libro Camino
de Perfección, directa-
menteasusmonjasdescal-
zas: “Tomad, hijas de
aquella cruz, no se os dé
nada que os atropellen
los judíos, porque Él no
vaya con tanto trabajo…
tropezando, cayendo con
vuestro Esposo, no os
apartéis de la cruz,
ni la dejéis” (C 26,7).
Y las palabras que
mejor expresan este pro-
pósito y compromiso de
la vida religiosa serían
aquellas con que la
Santa invita a ofrecerse
al Cristo amigo que vive
en la propia intimidad:
“Juntos andemos, Señor,
por donde fuereis tengo
de ir, por donde pasareis
tengo de pasar” (C 26,6).
Pero además del segui-
miento enamorado y su-
miso de Cristo cargado
con la propia cruz, que es
efectivamente lo que nos
acredita como discípulos
suyos, ya que Él nos ha
invitado a tomar la cruz y
seguirle. La vida religiosa
se ha propuesto desde
siempre el asumir los
llamados consejos evan-
gélicos con los que se
propone imitar más de
cerca y revivir la vida de
Cristo. Y el cumplirlos
con la mayor perfección
posible (C 1,2), fue el
primer propósito que hizo
Teresa cuando se sintió
llamada a un compromiso
de mayor fidelidad. Inclu-
so lo ve como un gozo
íntimo que le lleva a
satisfacer sus apetencias
más hondas (V 35,2).
17RevistaTeresadeLosAndes
18. as carmelitas, como la mayoría de
las religiosas, habían decaído mu-
cho del primer fervor, a princi-
pios del siglo XVI. Los locutorios del
Convento de la Encarnación de Ávila eran
una especie de centro de reunión de las
damas y caballeros de la
ciudad. Por otra parte,
las religiosas podían sa-
lir de la clausura con
el menor pretexto. La
comunidad era suma-
mente numerosa (más
de 100 religiosas), tam-
bién se sumaba la falta
de alimento, lo cual era
a la vez causa y efecto
de la relajación. Este
era el convento que vio
entrar a Doña Teresa de
Ahumada y salir a Teresa
de Jesús.
Llegó a sus manos la Regla Primitiva
de nuestros primeros Padres del Monte
Carmelo y junto a sus amistades en
una velada en su celda, sueñan con un
monasterio más reducido y austero…
Teresa, que llevaba ya veinticinco años
en el convento, con la gracia que le dio
el Señor llevó a cabo la idea de fundar
un convento reformado. Con muchas
dificultades funda su pri-
mera casa dedicada a
San José, el primer “Palo-
marcico”, como ella llama-
ría a sus fundaciones.
Teresa fue una innovado-
ra. Decide que su conven-
to guarde clausura, ence-
rramiento“muyestrecho”,
para que las monjas no se
pierdan en vanidades, ni
otros negocios que pue-
dan separarlas de su prin-
cipal propósito y ocupa-
ción, que es la oración.
Que no fuese más de trece
como un pequeño colegio de Cristo.
Santa Teresa pasó cinco años con
sus trece religiosas en el Convento de
Las FUNDACIONES de
Santa Teresa de Jesús
L
Carmelitas de Jesús, María y José
San Bernardo
18 RevistaTeresadeLosAndes
19. San José, precediendo a sus hijas no
sólo en la oración, sino también en los
trabajos humildes, como el barrer, la
cocina y costura. Acerca de esa época
escribió: “Creo que fueron los años más
tranquilos y apacibles de mi vida, pues
disfruté entonces de la paz que tanto
había deseado mi alma”. Al escuchar los
relatos de un misionero y saber de las
muchas almas que se perdían suplica al
Señor poner remedio, muy pronto llega
su respuesta.
En 1567, el Superior General de los
Carmelitas, Juan Bautista Rubeo, visitó
el nuevo convento y quedó encantado
de la vida que se llevaba en aquella casa;
concedió a Santa Teresa plenos poderes
para fundar otros conventos del mismo
tipo y aún la autorizó a fundar dos
conventos de frailes reformados, en
Castilla.
Curiosamente, ella nunca fundó sus
conventos en sitios separados del centro
de las ciudades, ni en desiertos, ni en las
afueras. Instruye a sus hijas que vivan la
contemplación “solas con Él solo”, pero
nunca separadas de la realidad.
En agosto de 1567, Santa Teresa
con gran entusiasmo parte a Medina
del Campo, donde fundó el segundo
convento, a pesar de las múltiples difi-
cultades que surgieron. Al año siguiente
funda un convento en Malagón (1568).
Después siguieron los de Valladolid
(1568)yToledo(1569).Estaúltimafueuna
empresa especialmente difícil porque
la Santa sólo tenía cinco ducados al
comenzar; pero, según escribía, “Teresa
y cinco ducados no son nada; pero Dios,
Teresa y cinco ducados bastan y sobran”.
Luego vendrá Pastrana (1569),
Salamanca (1570), Alba de Tormes (1571),
Segovia (1574), Beas de Segura (1575),
Sevilla (1575), Caravaca de la Cruz (1576),
Villanueva de la Jara (1580), Palencia
(1580), Soria (1581), Burgos (1582),
Granada (1582). En esta fundación no
pudo asistir por mucho que le insistió
San Juan de la Cruz, por encontrarse ya
enferma y preparando la fundación de
Burgos, envió como fundadora y priora
M. Ana de Jesús (Lobera).
Sus empresas no fueron fáciles,
tuvo que batallar con el clima, lluvias,
frío, excesivo calor, falta de alimento,
malas posadas, enfermedades, más
los obstáculos humanos que ayudan
a dar más gloria a Dios. Nada, nada la
detuvo, tanto así que aún no termina la
aventura de esta gran soñadora, sigue
recorriendo caminos por todo el mundo,
su espíritu sigue vivo en cada monasterio
de carmelitas descalzas que continúan
orando y trabajando como abejas, la
miel espiritual.
19RevistaTeresadeLosAndes
Sí, Teresa de Ávila, es la que dejó sus huellas en los
caminos de España, sembrando conventos, construyendo
iglesias y levantando el espíritu… ¿cómo surgió todo?
¿de dónde le venía tanta fuerza para que en veinte
años dejara tan gran legado?
San José, precediendo a sus hijas no
sólo en la oración, sino también en los
trabajos humildes, como el barrer, la
20. María Teresa Grez
“Es tiempo de vernos, mi Amado;
en fin Señor, soyhija de la Iglesia”
“Quedó en
acabando
de expirar su
rostro hermoso
con una luz de
eternidad… Fue
tan grande la
fragancia del
olor que salía de
su cuerpo… que
trascendía en
toda la casa”
(Gracián Fundaciones,
p. 643).
E
20 RevistaTeresadeLosAndes
s julio de 1582, Teresa venía de
regreso de su última fundación
de Burgos, con destino a Ávila;
acompañada de su enfermera, Ana de
San Bartolomé y de su sobrina Teresita.
Fue un largo y pesado viaje, pasando por
los conventos de Palencia, Valladolid y
Medina; venía muy débil por sus graves
enfermedades y cansada por tantos
contratiempos vividos en Burgos y malos
ratos que tuvo que soportar de sus hijas
más cercanas. Sus últimas cartas son casi
todas de advertencias, para solucionar
problemas de sus comunidades y aún de
reprensiones a varias prioras, entre ellas
a su sobrina María Bautista, priora de
Valladolid, quien al despedir a la Madre
fundadora y sus acompañantes les dice:
“Váyanse ya, y no vuelvan más por acá”.
En Medina se encuentra con el mandato
del Padre Antonio de Jesús de ir a Alba,
a acompañar a la joven duquesa en el
nacimiento de su hijo. Después de un
doloroso viaje (no obstante viajar en la
carroza de la duquesa) llegaron a Alba
de Tormes el 19 de septiembre; comenta
Ana de San Bartolomé: “llegamos a Alba
con un quebrantamiento de cuerpo, que
luego la desahuciaron los médicos”. Al
llegar les avisan que la duquesa ya había
dado a luz y se quedan en el convento
de Alba.
Los primeros días se mantuvo en pie,
recibiendo algunas visitas, hasta el día
de San Miguel que cayó definitivamente
a la cama. En la víspera de San Francisco,
pidió el Santísimo Sacramento, y dijo a
sus monjas: “¡Hijas mías y señoras mías!
Por amor de Dios les pido tengan gran
cuenta con la guarda de la Regla y
constituciones, que si las guardan con la
puntualidad que deben, no es menester
otro milagro para canonizarlas; ni miren
al mal ejemplo que esta mala monja les
dio y ha dado; y perdónenme”.
Estando ya tan mala, que en la cama
no se podía mover… -al ver al Señor, en
el Santísimo Sacramento a quien tanto
amaba le decía cosas amorosas y dulces
con mucha devoción-: “¡Oh Señor mío
y Esposo mío, ya es llegada la hora
deseada! ¡Tiempo es ya que nos veamos,
Señor mío! Ya es tiempo de caminar;
sea muy enhorabuena, y cúmplase
vuestra voluntad. Ya es llegada la hora
en que yo salga de este destierro y mi
alma goce, en uno con Vos, de lo que
21. 21RevistaTeresadeLosAndes
tanto he deseado…”. Le daba gracias
porque la había hecho hija de la Iglesia
y porque moría en ella; y muchas veces
repetía esto: “En fin Señor, soy hija de la
Iglesia”. Y pedía perdón al Señor de sus
pecados… y a sus hermanas con mucha
humildad (De la Vida de la Madre Teresa
de Jesús, de Francisco de Ribera, libro III,
cap. 15).
El Padre Antonio de Jesús, que
estaba a su lado le preguntó si quería
que llevasen su cuerpo a Ávila, o que
se quedase en Alba; ella respondió:
“¿Tengo yo de tener cosa propia?” Y a
Juana del Espíritu Santo que la sostenía,
le dijo: “¿Aquí no me darán un poco
de tierra?”. Al día siguiente, a las siete
de la mañana, se echó de un lado, a
la manera que pintan a la Magdalena,
con un crucifijo en la mano, (el cual
tuvo siempre en la mano hasta que
murió), tenía el rostro encendido y con
grandísimo sosiego y quietud se quedó
absorta toda en Dios. Eran las nueve
de la noche, del 4 de octubre de 1582,
día de San Francisco. El día siguiente,
por coincidir el cambio de calendario,
del juliano al “gregoriano” (del Papa
Gregorio XIII), se convirtió en el día 15
de octubre”.
22. 22 RevistaTeresadeLosAndes
er Doctor de la
Iglesia no es sólo un
título honorífico que
se agrega a la venerable
lista que comienza con
Agustín, Ambrosio,
Jerónimo y Gregorio
Magno en occidente,
o de Atanasio, Basilio,
Gregorio Nacianceno o
de Juan Crisóstomo en
Oriente, por sólo nombrar
a los ocho principales de
la antigüedad. De hecho,
tener doctores es una ver-
dadera necesidad para
la Iglesia peregrina que
necesita de luz y guía en
la historia y en el tiempo.
Dios nos regala santos que
además de su testimonio
de vida, tienen la misión
de iluminar y ayudar, por
medio de sus escritos, en
la comprensión de las
verdades reveladas.
Los requisitos, por
tanto, además de una
santidad insigne, es tener
una doctrina “eminente”
y ser declarado como tal,
de un modo oficial, por
el Papa o un Concilio
Ecuménico. Contando a
Gregorio de Narek, agre-
gado este 2015 por el
Papa Francisco, ya son
treinta y seis los doctores
de la Iglesia.
La particularidad de
Santa Teresa es que fue la
primera mujer a la que se
le otorga este título. Hubo
dudas, se pensaba que
una mujer no podía ser
doctora (“obstat sexus”).
Pablo VI por fin zanja la
P. Cristhian Ogueda, ocd.
S
Primera mujer
DOCTORA
de la Iglesia
Hoy sería
impensable para
alguien que quiera
profundizar su
camino de oración
no tomar de guía
o de referente a la
Santa de Ávila.
cuestión. El 15 de octubre
de 1967, Santa Teresa
de Jesús es proclamada
Doctora de la Iglesia.
Teresa de Jesús abrió
la puerta para que luego
siguieran Catalina de
Siena, la otra carmelita
Teresa de Lisieux y la
benedictina Hildegarda
de Bingen. Las cuatro
Doctoras de la Iglesia con
ese respaldo oficial siguen
ofreciendo en sus escritos
abundante doctrina y luz
en nuestro caminar.
Teresa de Jesús nos guía
de modo “eminente” en
el camino de oración y
nos orienta con una sabia
pedagogía en los caminos
del espíritu.
23. 23RevistaTeresadeLosAndes
eresa es una mujer dinámica,
ejecutiva, aterrizada, determinada,
con una gran fuerza para llevar
adelante lo que se propone. Está
dotada de un especial sentido común
que le permite discernir lo bueno de lo
malo con mucha claridad. Es una mujer
plena, alegre, salida de sí. En definitiva
una mujer con un potencial humano
riquísimo capaz de contagiar a todo el
mundo. Podríamos preguntarnos: ¿De
dónde le viene tanta riqueza?
Es que en Teresa caló hondo las pala-
bras de Jesús: “A vosotros os he llamado
amigos porque todo lo que he oído a
mi Padre os lo he dado a conocer” (Jn
15,15). De ahí le brota a ella esa fuerza
desbordante para enfrentar la vida en
positivo, porque Teresa fue por sobre
todo una mujer de oración que se fue
acostumbrando a tener a Jesús por
amigo y confidente. Se dejó enseñar
y acompañar por él: “Representad al
mismo Señor junto con vos y mirad con
qué amor y humildad os está enseñando;
y creedme, mientras pudiereis, no estéis
sin tan buen amigo. Si os acostumbráis
a traerle cabe vos, y Él ve que lo hacéis
con amor y que andáis procurando
contentarle, no le podréis como dicen
echar de vos; no os faltará para siempre;
ayudaros ha en todos vuestros trabajos;
tenerle heis en todas partes. ¿Pensáis
que es poco un tal amigo al lado?”
(C 26,1). Es la humanidad de Jesucristo
el camino por donde ella recorrió la
vida. Ese Dios hecho hombre, cercano,
amoroso, preocupado de nosotros, ese
Dios que en Jesucristo nos regala todos
sus bienes. Teresa lo experimentó a su
lado día a día en todas sus empresas,
en todos sus sufrimientos y dificultades,
en sus enfermedades… “Es gran cosa,
mientras vivimos y somos humanos,
traerle humano” (V 22,9).
Con Él, entabló la gran amistad de
su vida, esa era su manera de hacer
oración. “Veía que aunque era Dios, que
era Hombre, que no se espanta de las
flaquezas de los hombres, que entiende
nuestra miserable compostura, sujeta a
muchas caídas por el primer pecado, que Él
había venido a reparar. Puedo tratar como
con amigo, aunque es Señor” (V 37,6).
Para Teresa el miedo no es tema,
porque cuenta con este amigo que la
defiende, la ayuda, le enseña… Con Él
es capaz de sobreponerse de las situa-
cionesmásdifíciles:“Contanbuenamigo
presente, con tan buen capitán, que se
puso en lo primero en el padecer, todo
se puede sufrir; es ayuda y da esfuerzo;
nunca falta; es amigo verdadero. Y veo
yo claro y he visto después que para
contentar a Dios y que nos haga grandes
mercedes, quiere sea por manos de esta
Humanidad Sacratísima” (V 22,6).
Con este gran amigo al lado, Teresa se
siente fuerte, segura, querida, aceptada,
capaz de todo, porque Él nunca falla y
está dispuesta a imitar a Jesús en todo
lo que le toque vivir: “Juntos andemos,
Señor; por donde fuereis, tengo de ir;
por donde pasareis, tengo de pasar”
(C 26,6).
Carmelitas Descalzas
Monasterio de San José
“¡Juntos andemos
SEÑOR!”
Con Él, entabló la gran amistad
de su vida, esa era su manera
de hacer oración.
T
24. 24 RevistaTeresadeLosAndes
En estos TIEMPOS que son menester
AMIGOS fuertes de DIOS
ste título tiene un hilo conductor
y Santa Teresa la interpreta así: en
los tiempos que vivimos no debes
tratar negocios de poca importancia,
sino todo lo contrario, debemos ser
amigos fuertes de Dios para acompañar
a su Hijo Jesucristo, con la determinación
propia y característica del discipulado
(V 15,5). En los tiempos que vivió Teresa
de Jesús, las dificultades por las cuales
atravesaba la Iglesia no eran menores,
pues el Luteranismo avanzaba por todas
las regiones de Europa. La sociedad a su
vez iba cambiando, ella se enfrenta al
humanismo que impera en la época,
donde el centro de la vida ya no es Dios
sino el Hombre.
Entonces ella, da respuesta a las
interrogantes que el hombre necesita.
Es valiente y muy clara para expresar
E que el hombre está habitado por
el Misterio de la Trinidad, es decir,
somos participes de una profunda y
rica vida interior que debemos cultivar
a lo largo de nuestra vida, pues en
este proceso de Cristificación nos
vamos transformando en testigos
del Resucitado, discípulos que pro-
claman la Buena Noticia y la pro-
curan hacer vida.
En este cambio de Época en el
cual estamos inmersos, nos hacen
reflexionar en los paradigmas de
nuestro tiempo, pues una sociedad
sin Dios nos lleva poco a poco a
una barbarie primitiva, ya que no
podemos alejar a Dios de nuestra
existencia, pensando que toda solución
está en nuestras manos, caemos en un
peligro de un pragmatismo práctico, que
Padre Erwin Montoya del Campo, ocd.
Provincial
Una sociedad sin
Dios nos lleva poco
a poco a una
barbarie primitiva,
ya que no podemos
alejar a Dios de
nuestra existencia.
”
”
25. La Virgen, nuestra Señora, siempre se dejó
mover por la gracia del Espíritu Santo.
San Juan de la Cruz, en su discernimiento
siempre buscaba la voluntad de Dios
nuestro Padre, esa experiencia vital nos
debe interpelar en nuestra vida para
que siempre nos dejemos conducir por el
Espíritu de la Verdad.
25RevistaTeresadeLosAndes
reduce y limita al hombre. Dios quiere
todo lo contrario de nosotros, que el
hombre crezca, madure y descubra el
fin de la vida al cual ha sido llamado,
en palabras de San Ireneo de Lyon: “la
gloria de Dios es la vida del hombre”,
ya que nuestro fin no es la materialidad,
sino que es una participación de la vida
divina de Dios.
Querido lector no podemos claudicar
a un derecho tan esencial que ha sido
dado por el mismo Dios nuestro Padre “la
condición de ser hijos de Dios, llamados
a la santidad”, en palabras teresianas
ser: “amigos fuertes de Dios”, devela
que nuestra vida no puede transcurrir
en exterioridades banales, porque para
salir a las periferias existenciales (como
nos invita el Papa Francisco), debemos
cultivar nuestra vida interior. La oración
nos abre la puerta para entrar en
el diálogo amoroso con Cristo y los
Sacramentos de la vida cristiana, nos dan
la gracia de ejercer nuestro sacerdocio
bautismal. “Ser una alabanza de gloria”
(Ef 1,6). Las palabras de San Pablo, nos
hacen caer en la cuenta que tenemos un
compromiso para con Dios y nuestros
hermanos: ser testigos del Resucitado
en la sociedad y en nuestras familias.
En palabras teresianas ser:
“amigos fuertes de Dios”,
devela que nuestra vida
no puede transcurrir en
exterioridades banales,
porque para salir a las
periferias existenciales
(como nos invita el Papa
Francisco), debemos cultivar
nuestra vida interior.
26. 26 RevistaTeresadeLosAndes
anta Teresa de Jesús, se basa en
dos pilares fundamentales para
ayudarnos a crecer como personas
íntegras y libres: el conocimiento de
sí mismo y la práctica de la humildad.
Sus enseñanzas son muy valiosas al
considerar nuestro mundo actual donde
hay elementos distorsionadores de lo
que es ser libres. Hoy, por todas partes
resalta la importancia del “ego”. Se
busca la identidad hacia fuera en la
posesióndelascosas,delaspersonasyen
la satisfacción personal. En la mirada de
Teresa de Jesús, el conocimiento de uno
mismo está en entrar dentro de sí para
descubrir que somos habitados por el
Creador, nuestro Padre y que nos espera
en nuestro interior para devolvernos la
dignidad que siempre hemos tenido,
la dignidad de ser hijos e hijas de Dios.
Es en este encuentro que reconocemos
nuestra verdadera identidad. Usaremos
una imagen de Santa Teresa: nuestro
interior es “como un castillo todo de
un diamante o muy claro cristal donde
hay muchos aposentos…” (1 M 1, 1). Ella
describe siete aposentos o moradas. En
el centro de este castillo maravilloso está
el aposento donde nos encontramos con
nuestro Dios que nos creó a su imagen y
semejanza. Cada morada es un paso más
hacia el desprendimiento de nuestro
egoísmo. Usando una imagen de la
Santa, es ir desprendiendo las pieles
del gusano para que “nazca la hermosa
mariposa blanca” que llevamos dentro.
Nuestro Dios siempre anda rondando
por todas las moradas para ayudarnos a
avanzar en el conocimiento de nuestra
verdadera dignidad y libertad como
hijos suyos. Mientras más adentro del
castillo más nos damos cuenta que
somos parte de este gran amor que nos
espera y nos atrae.
Santa Teresa nos hace considerar que
muchas veces no queremos entrar al
Un encuentro
con NUESTRA
identidad
Rosita Santelices E.
Psicóloga Clínica PUC
S
27. 27RevistaTeresadeLosAndes
castillo, porque nos sentimos indignos
a consecuencia de nuestros egoísmos,
de nuestras faltas y pecados. En otros
momentos, tenemos nuestra mirada tan
fija hacia los problemas y situaciones
externas que no recogemos nuestros
ojos para observar a esta hermosura
interior. Teresa nos alienta a ingresar
al castillo, aún con todas nuestras
maldades, desconfianzas, abusos y
pecados. Dice que es una “bestialidad”
quedarse afuera cuando estamos hechos
para entrar.
La puerta para ingresar a este castillo
del conocimiento es la oración y la
humildad que es la Verdad sobre quién
somos y con quién queremos conversar.
Es pedir y hablar desde nuestra
pequeñez con una gran Majestad que
todo lo puede y que nos ama. Esto es la
oración, hablar con un amigo que nos
ama. De la mano con el Señor podemos
ir conociendo nuestra realidad de seres
necesitados y tantas veces heridos. Cada
vez somos más capaces de aceptarnos
con nuestras cicatrices y experiencias
de vida. A través de la oración que se
convierte en amistad, en silencio y
en contemplación del Amado, vamos
permitiendo que surja quién verdade-
ramente somos. Esto es porque estamos
en presencia del Amor Incondicional y
Eterno. No existe un amor más grande.
Pase lo que pase a nuestro alrededor,
todo puede ser llevado a estas moradas
para exponerlo y solucionarlo con el
Señor que nos habita. Estar ahí y dejarse
amar, puede ser una de las experiencias
más sanadoras de nuestra vida.
En la actualidad hay tantas personas
que buscan sanaciones alternativas, a
veces muy complicadas y peligrosas.
Aquí tenemos a Santa Teresa que
nos guía hacia la sanación de nuestra
mente y de nuestro cuerpo, en la
realidad en que vivimos, a través de
la unión con el gran Salvador que ya
habita en nuestro interior.
1
Que estemos ciertos que
fuera de este castillo no
hallaremos seguridad ni paz.
5
Si todavía no sabemos
bien que es amar, al menos
comencemos deseando con
la mayor determinación
encontrarnos con nuestro
Dios en el recinto de nuestra
propia alma.
2
Que dejemos de andar por
casas ajenas, pues la nuestra
es tan llena de bienes si la
queremos gozar.
3
Tenemos en nuestra casa
un Huésped tan grande
que nos hará dueños de
todos los bienes y no
tenemos necesidad de
andar perdidos como el Hijo
Pródigo, comiendo por ahí
manjar de puercos.
4
El camino al encuentro
con el Señor “no está en
pensar mucho, sino en amar
mucho”.
28. 28 RevistaTeresadeLosAndes
CaminodeLUZenChile
n nuestro recorrido por el mundo
hemos presenciado muchas euca-
ristías multitudinarias, que ya
pierdo la referencia, pero aquí, las
personas se podían contar por cientos.
¡Es enorme la devoción que se tiene
por Teresa de Los Andes! Ese encuentro
fue un día de enorme felicidad para
el Carmelo, fue el reflejo de lo que
queremos que sea este Camino de Luz,
una celebración.
Durante todo el día se fueron suman-
do más y más personas a los momentos
orantes: romería, eucaristías… Las mues-
tras de emoción se quedaron grabadas
en nuestro corazón. Pero al final de la
tarde, se concentró todo el sentido de
ese día y tal vez de este viaje.
Fue en la Cripta donde tuvimos ese
momento orante inigualable, juntó a
una multitud. Y la visita del Cardenal
Ricardo Ezzati mezclado entre los
peregrinos, como uno más, lo volvió
aún más especial. Los ramos de flores
literalmente no cabían en el espacio que
se había reservado para ellos, la estatua
de Teresa de Ávila con el bastón a sus
pies y a pocos metros la de Teresa de
Amaya Álvarez
E
El momento más especial que vivimos -aunque me parece
injusto escoger un momento o lugar sobre otro- fue la
visita al Santuario de Auco, en donde se produjo el
encuentro entre la madre y la hija.
29. 29RevistaTeresadeLosAndes
Teresita en música:
En Librería del Santuario y bazar del Monasterio de Auco.
Los Andes, junto a su sepulcro, era la
imagen que todos habíamos esperado.
Era difícil caminar por ella... Me fui
alejando buscando el lugar preciso para
fotografiarlas, cuando se produjo un
súbito silencio, de esos que te cortan la
respiración. Cuando giré para ver lo que
estaba pasando, parecía que el tiempo
se había detenido. Nadie hablaba, nadie
se movía... Consciente de que me estaba
perdiendo “el momento” intenté avan-
zar sin perturbar demasiado. Cuando
lo logré ya habían colocado el bastón
sobre el sepulcro. No hice la foto. Me
quedé parada mirando y sólo reaccioné
cuando se acercaron a recoger el bastón.
Ya era tarde, ya no podía fotografiar el
encuentro. De todas maneras me alegro,
porque una imagen no hubiera podido
captar lo que allí se vivió. Luego uno de
los postulantes chilenos lo definió muy
bien, mucho mejor que cualquier foto.
Me dijo: “¿Lo viste? El momento cuando
madre e hija se estaban abrazando…”.
Así lo sentí, fue un abrazo bien fuerte,
bien apapachado. Creo en realidad que
eso fue lo que sintió la gran mayoría, por
eso enmudecieron, querían preservar la
intimidad.
Me gusta mucho ver Camino de Luz
como un encuentro entre personas,
entre culturas, entre la Santa -a través
del símbolo del bastón- con sus hijas,
aquellas que viven en clausura y aquellas
que han seguido sus pasos de santidad.
Me gusta sentir, mientras avanzamos,
que da igual el país, es mucho más lo
que tenemos en común que lo que
nos separa. Es hermoso recordar anéc-
dotas que casi siempre nos hacen
reír a carcajadas. Como esas palabras
comunes, que tienen un significado
completamente diferente en otro.
Me gusta pensar que estamos cola-
borando con nuestros pasos a que nos
sintamos un poquito más familia, un
poquito más hermanos…
Un abrazo bien apapachado.
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34. BIOGRAFÍA
Teresa de Jesús de Los Andes,
Juanita Fernández Solar,
nació en Santiago el 13 de
julio de 1900. Estudió en el
colegio Sagrado Corazón, des-
tacándose como Hija de María,
alumna y compañera ejemplar. A
los 14 años sintió el llamado al
Carmelo. Se esmeró en labrar la felicidad de
los demás, sobre todo la de sus familiares y de
los niños necesitados. Se santificó en su vida
diaria haciendo todo por amor a Nuestro Señor
con alegría, sencillez y generosidad, buscando
siempre su Voluntad. A los 15 años hizo voto de
castidad y prometió vivir sólo para Jesús hasta el
último minuto de su vida. Colaboró activamente
en las misiones, catequizando a los niños y a
través del apostolado y la oración.
Su carisma fue manifestar a los hombres la
alegría inmensa que significa conocer y amar a
Dios, llegando incluso a ofrecer su propia vida
por la conversión de los pecadores.
En mayo de 1919 ingresó al Monasterio del
Espíritu Santo de Los Andes. Caminó mucho
espiritualmente en poco tiempo. Tras una corta
y penosa enfermedad que sobrellevó con heroís-
mo, murió el 12 de abril de 1920.
Fue beatificada por el Papa San Juan Pablo II
en Santiago el 3 de abril de 1987, y canonizada
en Roma el 21 de marzo de 1993.
Su fiesta se celebra el 13 de julio.
26años
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está dedicada a profundizar en forma sencilla y ágil
temas trascendentes.
PUNTOS DE VENTA
Santuario Teresa de Los Andes:
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Santiago: Avda. Borgoño 1047, esq. Independencia.
Viña del Mar: Avda. Libertad 394.
Cunaco: Ignacio Valdés s/n.
INFORMACIONES SANTUARIO DE AUCO
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CASA DE ESPIRITUALIDAD
TERESA DE LOS ANDES
Imparte retiros espirituales programados y está abierta a:
• Grupos eclesiales
• Grupo estudiantiles: Docentes y alumnos
• Capítulos o encuentros congregacionales
• Cursos de promoción espiritual o humana
Reservas anticipadas e informaciones a:
Telefono: (34) 2 401168
E-mail: casaretiroauco@gmail.com
MISAS
Diarias: 8.00 y 12.00 horas
Sábados: 8.00, 10.30, 12.00 y
17.00 horas (verano) y 16.00 horas (invierno).
Domingos y festivos:
8.00, 9.30, 11.00, 12.30 y 17.00 horas
(verano) y 16.00 horas (invierno).
NOTA: La Misa de 8.00 horas es siempre en el
Monasterio de las Madres Carmelitas. La Misa de
9.30 horas es transmitida todos los
domingos por Radio Encuentro FM (105.7).
La Misa de 8.00 horas sábado en el monasterio se
transmite por Radio María.
SANTO ROSARIO
Lunes a viernes: 16.30 horas
Sábados, domingos y festivos:
Invierno 15.30 horas, Verano 16.30 horas
CONFESIONES
Lunes a viernes: 10.30 a 12.00 horas
16.00 a 17.00 horas
Sábados, domingos y festivos:
09.30 a 13.00 horas
15.30 a 18.00 horas
BENDICIONES DE VEHÍCULOS
Sábados después de la Misa de 12.00 horas
y Misa vespertina. Domingos después de la Misa
de 12.30 horas y de la Misa vespertina.
DOMINGOS
Misa para la familia:
Con bendición de niños a las 12.30 horas
NOTA: En caso que grupos numerosos
concurran al Santuario, se ruega avisar con
antelación a los teléfonos: (34) 2401714
2401940-2401901–2401900
Fax: (34) 2401939.
E-mail: teresita@iglesia.cl
c.oyarzun@santuarioteresadelosandes.cl
AUDIOVISUALES
Videos sobre la vida y mensaje de Santa
Teresa de Los Andes: Domingos y festivos.
También a petición de los grupos que lo
soliciten. Lugar, sala de proyecciones.
FUNDACIÓN TERESA DE LOS ANDES.
CTA. CTE. 69020752, BCI, SAN FELIPE
ACTIVIDADES DEL SANTUARIO
35. SANTUARIO
TERMINAL SANTA TERESITA
FONO: (034) 2401 584
SANTIAGO
TERMINAL LOS HÉROES
TUCAPEL JIMÉNEZ 21,
SANTIAGO CENTRO
FONOS: (02) 27842512 - 27842513
TERMINAL SAN BORJA
SAN BORJA 184, OFICINA 19
FONOS: (02) 27848488 - 27848489
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36. ORACIÓN V CENTENARIO
Dios, Padre nuestro,
te alabamos y te bendecimos,
porque nos concedes la gracia de celebrar
el V Centenario del nacimiento
de Santa Teresa de Jesús.
Señor Jesucristo, “amigo verdadero”,
ayúdanos a crecer en tu amistad,
para que, como Teresa, hija de la Iglesia,
demos testimonio de tu alegría ante
el mundo, atentos a las necesidades
de la humanidad.
Espíritu Santo,
ayúdanos a avanzar,
“con limpia conciencia y humildad”,
en el camino de la vida interior,
cimentados en la Verdad,
con renovado desprendimiento,
y amor fraterno incondicional.
Como Teresa de Jesús,
maestra de espiritualidad,
enséñanos a orar de todo corazón:
“Vuestra soy, Señor, para Vos nací
¿qué mandáis hacer de mí?
Amén.