Documento acerca del esguince del ligamento lateral externo del tobillo, junto a una serie de ejercicios recomendados para su tratamiento.
Carlos López Cubas.
1. ESGUINCE DE TOBILLO (Ligamento Lateral Externo)
Mecanismo más frecuente de producción: inversión del tobillo (la punta del
pie se desvía en exceso hacia bajo y adentro), en relación con un giro del tobillo,
al apoyo, o chafar el pie de un compañero al caer de un salto.
Presentación clínica inicial:
• dolor (espontáneo, y sobre todo al cargar, al apoyar),
• tumefacción (se hincha, a veces sale como un pequeño huevo muy definido en la cara
externa del tobillo),
• hematoma,
• sensación de inestabilidad (notas que el tobillo “se va”, que si apoyas se va a desmontar), y
• en lesiones más graves incluso reacción vagal (vamos, que si te llegas a marear por un
esguince es que la lesión es importante).
Actuación inmediata:
• abandono de la actividad (parece evidente, pero aún existe la idea de que como en caliente
no duele tanto, no pasa nada si sigues jugando un ratillo más, por si no es nada y esas
cosas,… lo que hay que ver),
• hielo (sea el esguince del grado que sea, reducirá la inflamación y el dolor), aplicado
interponiendo una tela fina sobre la piel (dejar el calcetín subido) en la cara lateral del tobillo
durante 15’, y a partir de ahí, 10’ cada media hora hasta que se vende.
• descarga (no apoyar hasta saber qué ha pasado por ahí), y
• a urgencias a que hagan una radiografía para descartar fisura del 5º metatarsiano o fractura
del maleolo externo, entre otros. Allí ya se determina el grado del esguince, se suele colocar
un vendaje compresivo, y se manda para casa con muletas para no apoyar.
2. A los 2 a 5 días (dependiendo de cómo se lo vaya notando el paciente):
• retirada del vendaje compresivo, revisión de la lesión, y empieza la fisioterapia.
Generalmente se concreta el tipo y grado de lesión, se manipula el tobillo para dejar todo en
orden (no entro en detalles porque eso ya es cosa mía), y si es necesario, se vuelve a vendar
con alguna de las siguientes técnicas:
o vendaje mixto (compresivo – tape).
o taping o vendaje funcional.
o Kinesiotaping.
• A partir de ahí, empieza la cinesiterapia, o lo que viene siendo el ejercicio terapéutico para
rehabilitar el tobillo, que es la parte a la que debéis prestar más atención porque, junto a las
manipulaciones del fisio, lo que va a determinar la evolución más o menos correcta y más o
menos precoz de la lesión.
Ejercicios para el tobillo:
• Movilización del tobillo. Siempre en el límite impuesto por el dolor, mover el pie llevando la
punta hacia delante, atrás, y a los lados. Hacia dentro con especial cuidado porque, al ser el
gesto lesional, el dolor aparecerá mucho antes.
• Potenciación del peroneos. Los peroneos son los músculos de la cara lateral de la pierna y
tobillo, y su contracción protege al tobillo de los gestos lesionales. Por ello es conveniente
fortalecerlos en toda lesión que comprometa la estabilidad del tobillo. Sentados, con los
talones juntos, y con el puño entre las rodillas, se llevan las puntas de los pies hacia arriba y
hacia fuera, sin separar los talones. Se repite el movimiento, de forma lenta y aguantando la
contracción unos 3 segundos, 20 veces, y se suman cada día 3 repeticiones más, de forma
que a los 10 días ya se repite 50 veces. Notar sensación de congestión o fatiga en la cara
lateral de la pierna es normal, porque los peroneos son músculos pequeños y se agotan
pronto, pero tranquilos que nadie ha sufrido un infarto por trabajar los peroneos (creo). Para
aumentar la resistencia en este ejercicio resulta útil usar los elásticos, que enrrollados entre
los dos pies van a potenciar más los peroneos.
4. • Potenciación de la musculatura de la planta del pie. El debilitamiento de los músculos de la
planta del pie en relación con la descarga (al estar un tiempo sin apoyar) puede prevenirse
con el siguiente ejercicio: tirar un toalla al suelo y, con el pie descalzo, hacer garra con los
dedos para ir recogiendo la toalla. Se vuelve a extender, y así unas 10 veces. Si entra una
rampa en la planta del pie, sobre todo en el dedo gordo, descansar un rato que es normal.
• Ejercicios propioceptivos.
La función del ligamento, además de colaborar en la sujeción de los huesos en su
articulación, es sobre todo de receptor. Imaginar el ligamento como un sensor que
envía constantemente información al cerebro de la posición en que se encuentra
colocada la articulación. Esta información permite a los músculos proteger ante
movimientos intempestivos para evitar gestos que provoquen lesiones.
Cuando hay un esguince, la lesión del ligamento supone, además de la pérdida de
estabilidad al fallar la función de sujeción, una pérdida del sensor que deja la
articulación “sorda” de estímulos mecánicos, no cumple su función propioceptiva de
informadora, y predispone a la articulación a sufrir nuevas lesiones.
Resumiendo, por si no me he explicado como toca, que el tobillo se queda más laxo y
más torpe.
Los ejercicios propioceptivos pretenden ofrecer estímulos mecánicos concretos, para
reeducar esta función de los ligamentos y así evitar las recidivas (o esguinces de
repetición). Son ejercicios de dificultad progresiva, de carga creciente, y que se van
administrando desde el principio de la rehabilitación hasta ya avanzada la
reincorporación deportiva.
Os dejo apuntados algunos muy básicos. El factor limitante más importante es el dolor.
Si duele, no hay que abusar.
• Apoyos unipodales. Aguantar el peso a la pata coja, apoyando sobre el
pie del lado de la lesión. Para aumentar la dificultad, exigiendo más equilibrio,
cerrar los ojos. Como modificación del ejercicio, realizar flexionando ligeramente
la rodilla, manteniendo el pie en puntillas, o las dos. Para incrementar la
dificultad, y comenzar con la transferencia a la actividad deportiva, realizar el
ejercicio botando el balón y aguantando el equilibrio. No permanecer más de 1’
apoyado sin descansar, porque cargaremos demasiado el pie o la rodilla. Otra
posible modificación es subir a un banco, y realizar encima el ejercicio, para así
aumentar la sensación de inestabilidad general y potenciar más el equilibrado.
• Superficies inestables. Realizar el apoyo, con un pie o con los dos al
principio, sobre un plato inestable, un balón deshinchado, o sobre cualquier
cosa que no permanezca estable. Aguantar el equilibrio intentar minimizar las
correcciones y sin que os entre el “tembleque”.
5. ejemplo de tabla inestable o plato de Boheler
• Desequilibrios. Realizar el apoyo, con un pie, o con los dos al principio,
sobre una superficie estable, pero añadiendo un elemento desestabilizador,
como puede ser pequeños empujones por parte de un compañero (elegir a uno
con perspectiva, por vuestra salud), ejercicios con elásticos con los brazos (por
el efecto de arrastre sobre el cuerpo que tiene, por ejemplo, el ejercicio de
remo), realizar recepciones de balón, pero de pases malos, muy abajo, muy
arriba o hacia los lados. Es buena idea hacer todo esto encima de un banco, a
unos 20cm de altura.
• Ritmos ralentizados en gestos deportivos. Realizar un gesto deportivo,
marcando la función del tobillo o la rodilla de forma acentuada, es muy útil para
6. devolver al cuerpo el automatismo de dicho gesto. un ejemplo claro, la entrada
a canasta en un tiempo, o en dos tiempos, pero marcando bien la pisada con la
pierna lesionada, y si se puede un poco más lento de lo normal, para
concienciar bien a la articulación de dicha función.
• Distracción de la lesión. Realizar gestos deportivos, intentando mantener
la atención de forma alternativa sobre la función de la articulación lesionada, y
sobre la finalidad del gesto. Por ejmplo, practicar el dos contra dos, de forma
que cuando atacas estás más atento de los que ocurre en tu tobillo o rodilla que
de meter canasta, pero cuando defiendes te olvidas de la lesión e intentas
defender como toca.
Carlos López Cubas
OSTEON Alaquàs Centro de Fisioterapia
C/ Tomás Martínez Medina, 13 bajo
46970 Alaquàs (Valencia)
http://sites.google.com/site/osteonfisioterapia