Escrito 102 la experiencia religiosa personal - conferencia jaime díaz
Escrito 40 somos hijos de dios
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DE: JAIME DIAZ PAGE (MÉXICO)
SEPTIEMBRE 2006
ESCRITO 40
¿SOMOS HIJOS DE DIOS?
Amados hermanos y amigos, en este escrito haremos constar declaraciones de
los Reveladores celestes y de Jesús de Nazaret relativas a nuestra filiación divina con
el Padre Universal, contenidas en la Revelación divina de El Libro de Urantia, la
quinta revelación de Dios al hombre. Veamos qué nos dicen los Reveladores celestes.
DECLARACIONES DE LOS REVELADORES
Un Consejero Divino de Uversa nos enseña que en nuestro intelecto humano
reside un fragmento real de Dios, que estamos espiritualmente habitados por un
Ajustador del Pensamiento para que podamos alcanzar la sobrevivencia espiritual. Que
mediante la contemplación interior del fragmento espiritual, podemos encontrar a Dios e
intentar comulgar con él. Más adelante dice que la religión de Jesús proclama la buena
nueva de “conoce a Dios y conócete a ti mismo como un hijo de Dios”. 62:1; 63:5;
67:6 Dios vive en nosotros y podemos contactarlo al reconocer que somos hijos de
Dios, de acuerdo a la revelación de la verdad.
Un Censor Universal de Uversa nos dice que el Padre Universal otorga
personalidad a los distintos seres que habitamos la realidad universal (superuniversos y
universos), que nosotros hemos sido dotados por él, de personalidad finita mortal en
el nivel funcional de hijos ascendentes de Dios. Que esta dotación de personalidad
señala nuestro parentesco inicial con Dios con nuestro Padre Creador y que estando
nuestro “yo” morado por un fragmento de Dios, somos de hecho hijos espirituales de
Dios. 194:1; 195:6.
Un Mensajero Poderoso asignado a Gabriel en Salvington, nos enseña varias
cosas al respecto:
a) Que nosotros los humanos (mortales) estamos en el último eslabón de la cadena de
seres que se llaman hijos de Dios. b) Que se nos considerará hijos ascendentes en el
momento en que nos fusionemos con nuestra chispa divina, con nuestro Ajustador del
Pensamiento que reside en nuestra mente humana. Que nuestro estado actual es de hijos
de fe hasta que se realice la fusión definitiva con nuestro Ajustador. c) Que es un hecho
solemne y supremo que siendo criaturas bajas y materiales, los seres humanos de
Urantia somos los hijos de Dios, hijos por la fe del Altísimo. “Mirad, que clase de
amor ha derramado el Padre sobre nosotros, para que seamos llamados hijos de
Dios”. “A muchos que lo recibieron, les dió potestad de conocer que ellos son hijos de
Dios”. “Y porque sois hijos, Dios ha enviado el espíritu de su hijo a vuestros
corazones”. d) Que somos seres humanos que pertenecemos a la familia divina y que
por lo tanto somos llamados hijos de Dios. Que tenemos el derecho a llamarnos hijos
de Dios. 445:2; 447:5; 448:1,2.
Continúa el Mensajero Poderoso diciéndonos que dentro de todos nosotros los
seres humanos, habita un fragmento del Padre Universal y que por lo tanto estamos
directamente emparentados con el Padre divino de todos los hijos de Dios. Agrega
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que en calidad de hijos de Dios compartimos la paternidad de Dios y que Dios nos ama
a todos por igual, que Dios no hace diferencia. Que el amor de Dios a nosotros es
verdadero, sagrado, divino, ilimitado, eterno y único, un amor donado a cada hijo e hija
de manera individual, personal y exclusiva.
El Mensajero Poderoso finaliza con estas palabras dirigidas a nosotros:
“vosotros como humanos podéis ahora reconocer vuestro lugar en la familia de
filiación divina y comenzar a sentir la obligación de aprovecharos de las ventajas tan
libremente provistas por el plan del Paraíso para la supervivencia humana, tal plan ha
sido tan grandemente enaltecido e iluminado por la experiencia de vida de un Hijo
otorgador (Jesús de Nazaret). Todas las facilidades y todos los poderes han sido
provistos para asegurar vuestro logro último de la meta Paradisíaca de perfección
divina” 445:2; 447:5; 448:1, 2,8; 454:2,3.
Un Mensajero Solitario de Orvonton (nuestro Superuniverso) nos dice que
aunque el Padre Universal reside personalmente en el Paraíso, también está realmente
presente en los mundos del espacio en las mentes de sus innumerables hijos del tiempo,
porque habita en ellos como los Monitores Misteriosos (Ajustadores del Pensamiento).
Que el Padre eterno está muy lejos, pero al mismo tiempo está más íntimamente
asociado que nadie con sus hijos mortales (humanos) planetarios. 1176:1.
Afirma el Mensajero Solitario que el Ajustador del Pensamiento (monitor
misterioso) es la realidad universal divina que hace un hecho la verdad de que Dios es
nuestro Padre, Padre del hombre. 1176:6.
Un Melquisedek de Nebadon nos dice que una fe viviente en nuestro origen
superhumano (DIOS), valida nuestra creencia de que somos hijos de Dios haciendo
reales nuestras convicciones altruistas, los sentimientos de hermandad del hombre.
1134:7. Veamos ahora lo que nos enseña nuestro Padre Creador Jesús de Nazaret.
DECLARACIONES DE JESÚS DE NAZARET
Cuando habló sobre el “Concepto de Dios”, Jesús dijo: “Y ahora, conocemos a
Dios como nuestro Padre en los cielos. Nuestra enseñanza proporciona una religión
en la cual el creyente es un hijo de Dios” 1598:9. A Flavio, el judío griego le dijo: “si
amas a tu prójimo como te amas a ti mismo, sabes realmente que eres un hijo de Dios”
1600:3. Cierta vez, Jesús pasó una noche con un rico propietario de esclavos y le habló
del hombre como un hijo de Dios 1461:3. Al joven Fortunato, temeroso y abatido, le
dijo que regresara rápidamente a su deber y que viviera su vida en la carne como un
hijo de Dios. 1438:1.
En la ciudad de Ramá, Jesús dijo a Tomás: “El Hijo (Miguel) está dotado
naturalmente con la vida del Padre. Habiendo sido dotados con el espíritu viviente del
Padre, vosotros sois por lo tanto hijos de Dios. Continuó Jesús diciendo: “Al principio
creéis que sois los hijos de Dios porque mi enseñanza os ha hecho más conscientes del
direccionamiento interior de la presencia de nuestro Padre que habita en vosotros, pero
dentro de poco el Espíritu de la Verdad será derramado a toda carne y vivirá entre
todos los hombres y enseñará a todos los hombres....Y este Espíritu de la Verdad que
habla en favor de los dones espirituales de vuestras almas, os ayudará a saber que
vosotros sois los hijos de Dios. Infaliblemente dará testimonio con la presencia
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interior del Padre, vuestro espíritu,... diciendo a vosotros que en realidad sois los
hijos de Dios. 1642:1,2.
Por la noche en el campamento del Monte de los Olivos, Jesús respondió lo
siguiente ante una pregunta de Tomás: “El que hayáis aceptado cierta vez la filiación en
el reino celestial, no os salvará si persistentemente y a sabiendas, rechazáis aquellas
verdades que tienen que ver con la producción progresiva de frutos espirituales de los
hijos de Dios en la carne. 1916:3.
En el cuartel de Pella, al regresar los setenta discípulos de su gira de predicación
por varias ciudades, Jesús les dijo: “Habéis ingresado en esta gran tarea de enseñar al
hombre mortal que él es un hijo de Dios. Os he mostrado el camino; salid y haced
vuestro deber y nos os canséis de hacer el bien” 1808:1.
Las siguientes son palabras de Jesús a Amós, conocido como el lunático de
Jeresa: “Amós, tu no estás poseído por un demonio; ya has oído la buena nueva de que
eres un hijo de Dios. Te ordeno que salgas de ese trance... Díjole Jesús a Amós, no
olvides que eres un hijo de Dios. Regresa con tu propia gente y muéstrales las grandes
cosas que Dios ha hecho por ti”. 1696:3; 1697:1.
Ante una pregunta de Tomás que no lograba captar el significado de una
enseñanza, Jesús le respondió: “¿No comprendes que os enseño como hijos espirituales
de la familia espiritual del cielo, de la cual el jefe paterno es un espíritu infinito y
eterno?” 1605:2.
Tomás preguntó a Jesús “¿Quién es este Dios del reino?”, Jesús replicó: “Dios es
tu Padre, y la religión –mi evangelio—no es ni más ni menos que creer y reconocer la
verdad, de que eres su hijo. Y yo estoy aquí, entre vosotros en la carne para clarificar
estas dos ideas con mi vida y mis enseñanzas”. 1590:5.
En la noche del día en que Jesús consagró a los doce apóstoles, Simón Celotes le
pregunto a Jesús: “Pero Maestro, ¿todos los hombres son hijos de Dios?” Y Jesús
contestó: “Sí, Simón, todos los hombres son hijos de Dios, y esa es la buena nueva
que vais a proclamar”. Los apóstoles no conseguían comprender esta doctrina; era
una declaración nueva, extraña y sorprendente. A causa de su deseo de inculcar esta
verdad en ellos, Jesús enseñó a sus seguidores a tratar a todos los hombres como sus
hermanos. 1585:5.
Una noche antes de salir de Pella, Jesús dio a los apóstoles enseñanzas
adicionales sobre el reino. Les dijo entre otras cosas lo siguiente: “Pero, hijos míos, no
veis con los ojos de la fe, y no oís con el entendimiento del espíritu. Declaro que el
reino del cielo es la comprensión y el reconocimiento del gobierno de Dios en el
corazón de los hombres. Es verdad que hay un Rey en este reino, y ese Rey es mi Padre
y vuestro Padre. Somos en verdad sus súbditos leales, pero mucho más allá de este
hecho se encuentra la verdad transformadora de que somos sus hijos”. Más adelante
dijo: “pero cuando, a causa del evangelio del reino que he venido a proclamar descubrís
por la fe que sois hijos, ya no os seguís considerándoos como criaturas sujetas a la ley
de un rey todopoderoso, sino como los hijos privilegiados de un Padre amoroso y
divino... pero cuando creéis en este nuevo evangelio de filiación divina, la voluntad de