1. Fui un ingeniero, tuve un profundo
orgullo de mi profesión, pero sin
vanaglorias, a ella debí solemnes
obligaciones que ansioso cumplí.
2. Como un ingeniero, no participé en empresa
deshonesta alguna. A aquel que contrató mis
servicios como empresario o cliente le dí el más
alto cumplimiento y fidelidad.
3. Cuando fueron necesarios para el bien publico,
mi habilidad y conocimientos fueron dados sin
reservas.
4. De la propia capacidad que adquirí, surgió la
obligación de usarla en servicio de la humanidad, y
acepté la responsabilidad que esto significaba.
5. Celoso de la alta reputación de mi titulo, me
esforcé en proteger los intereses y el buen
nombre de todo ingeniero que sea merecedor de
ello.
6. Desde la edad de la piedra el progreso humano ha
estado condicionado por el talento de los
antecesores de mi profesión.
7. Por ello fueron llevados a fines prácticos, los
principios de la ciencia y las revelaciones de la
tecnología. A no ser por esta herencia de
experiencia acumulada, mis esfuerzos hubiesen
resultado débiles.
8. Me dediqué a difundir los conocimientos de
ingeniería y especialmente a instruir a los
miembros más jóvenes de mi profesión en todas
sus artes y tradiciones.
9. A mis colegas ofrecí en la misma medida que
esperé de ellos, integridad y trato justo,
tolerancia y respeto, y devoción a las normas y
a la dignidad de nuestra profesión, consciente
siempre de que nuestra pericia llevó consigo la
obligación de servir a la humanidad con
completa sinceridad……