2. Era siempre lo mismo; sus padres, sus tutores, su familia, todos insistían por hacer de él, un hombre culto y educado, que pudiera lograr con toda facilidad sus marcadas metas y ser, por fin, feliz, en una vida de momento inexistente y dudosa de salir a la vista de todos cuantos le rodean. El Fotorrelato
3. Pero él tenía una propia meta camuflada entre una nube de locuras y de sueños que los anteriores lastres trataban de impedir e intentar “abrir sus ojos” de una manera posiblemente equívoca pero inevitable que frenaba sus locuras y no hacía más que llevarle de vuelta a la espantosa vida que sucedía. El Fotorrelato
4. Todos estos sueños en los que circulaba la idea de “llegar a ser” eran plasmados día a día en unos folios blancos que él mismo iba descartando por serle inútiles unos papeles de semejante color inservible para cualquiera. Asique otro de sus días soñados en su nube de ilusión decidió abandonar ese bonito mundo para llegar con él al real, en el que todas esas personas queridas trataban de destruir su planeta de fantasía, y hacer de todo una agradable estancia para todo aquel que se atreviera a entrar en ella. El Fotorrelato
5. Y ahí queda ya esa vaga ilusión que desea llegar al otro lado de la barrera entre su cabeza y el resto del universo para conquistar y enamorar otros cuantos corazones y conseguir ese amado sueño del que tanto desespera. La verdad, sigo luchando por él y todas las noches antes de caer plenamente en estado de somnolencia consigo recordar cuales son mis firmes metas aunque no encuentre, de momento la mágica manera para conseguir siquiera acercarme un poco a ellas. El Fotorrelato