1. Primer anuncio
Tema: Pastoral intercultural a favor de los jóvenes migrantes.
Himno (cantamos) https://www.youtube.com/watch?v=BZIc3wupEC0
No recibimos el espíritu de Dios
Para seguir viviendo esclavos
Sino que hijos adoptivos del señor
Nos hizo por su hijo amado
Y es el Espíritu quien hoy
Nos dice en nuestro corazón
No tengan miedo de ser santos
Él a su lado nos llamó
Y convocados por su amor
Todos unidos le cantamos
No tenemos miedo, no
No tenemos miedo, no
Cae la tarde, pierde y el día su fulgor
Y el miedo crece entre las sombras
Pero en la noche el creyente corazón
Espera el brillo de la aurora
Así despierto nuestro amor
Espera el mensajero albor
Del día que ya está llegando
Sus centinelas somos hoy
Testigos de ese nuevo sol
Que es Jesús resucitado
Y así en cristo alimentamos la esperanza
De construir la civilización del amor
El amor de Dios inclina la balanza
Si a nuestro lado está
¿Quién nos podrá enfrentar?
No tenemos miedo, no
No tenemos miedo, no
Ya no podemos por la gracia del señor
Permanecer indiferentes
Ya no podemos resignarnos al dolor
A la miseria, a la muerte
Dios nos invita a iluminar
Con nuestra vida pastoral
Las realidades en penumbras
Y es nuestra apuesta, nuestro plan
Transformar la realidad
Con su presencia y con tu ayuda
No tenemos miedo, no
No tenemos miedo, no
Y así en cristo alimentamos la
esperanza
De construir la civilización del amor
El amor de Dios inclina la balanza
Si a nuestro lado está
¿Quién nos podrá enfrentar?
No tenemos miedo, no
No tenemos miedo, no
2. Primer anuncio
Meditamos en silencio el poema:
EL MIGRANTE DE TIERRA LEJANA
El migrante de tierra lejana camina andante y perseverante hacía una tierra
distante y añorada.
Tiene la esperanza de algún día llegar sano a la tierra prometida que cambiara su
destino, un migrante lejano.
Cada migrante sufre la nostalgia de dejar a su familia,
no importa cuántas lágrimas, penas y sufrimiento pase en su camino
el migrante seguirá adelante con la frente en alto sin perder el horizonte de su
destino.
El norte es su esperanza para cambiar su vida,
Jesucristo ilumina su camino
el migrante lejano llegará a su destino.
(Joven poeta de Nicaragua)
Proclamado, responsorial.
Por Ti, Señor, lo haré
Hablaré en tu nombre; Cambiaré mi forma de vivir Escucharé tus palabras; Me
dejaré llevar por tu mano
POR TI, SEÑOR, LO HARÉ
Seré valiente y no cobarde; Estaré alegre y nunca triste; Diré lo grande que eres,
Señor; Nunca diré “basta”;
Nunca pensaré “esto es inútil”. Nunca miraré hacia atrás
POR TI, SEÑOR, LO HARÉ
Si encuentro tristeza, llevaré un poco de alegría
Si veo corazones rotos, intentaré curarlos y cuidarlos
Si alcanzo injusticias, procuraré quitar peso a esas cruces
POR TI, SEÑOR, LO HARÉ
Si caminas, te seguiré; Si me miras, te miraré
Si hablas, te escucharé; Si me invitas, acudiré
Haré posible, Señor, que —cada día más- más gente te conozca y te amé.
POR TI, SEÑOR LO HARÉ
3. Primer anuncio
Lectura breve: Gálatas 3, 28-29
Ya no se distinguen judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos
ustedes son uno con Cristo Jesús. Y si ustedes pertenecen a Cristo, son
descendencia de Abrahán, herederos de la promesa.
V/ Nuestro Dios es un Dios peregrino. R/ Nuestro Dios es un Dios peregrino.
V/ Es un Dios que camina con su pueblo. R/ Es un Dios peregrino.
V/ Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. R/ Nuestro Dios es un Dios
peregrino.
María camina con la Iglesia que es migrante hacia la plenitud del Reino. Por eso
hoy le pedimos que vuelva su mirada de misericordia hacia tantos jóvenes
migrantes que van por la vida.
“Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”. (Cantamos).
Preces: Con confianza de hijas nos dirigimos al Señor con peticiones espontaneas
y a cada una respondemos:
“Jesús camino del joven migrante, escucha nuestra oración”.
Como hermanos y hermanas de una misma familia, queremos hoy presentar al
Señor nuestra humilde oración de peregrinas y colocar nuestras vidas en sus
manos confiando una vez más en su amor y en su protección. Juntas recemos la
Oración del Padre Nuestro.
Oración final: Viajar hacia Ti, eso es vivir. Partir es un poco morir; Llegar nunca
es llegar definitivo hasta descansar en Ti. Tú, Señor, conociste la migración; y la
hiciste presente a toda persona que comprende qué es vivir; y quiere llegar seguro
al puerto de la vida. Tú sacaste de su tierra a Abraham, padre de todos los
creyentes. Tú recordaste cuáles eran los caminos para llegar a Ti, por los profetas
y los apóstoles. Tú mismo te hiciste migrante del cielo a la tierra en el seno de tu
Madre, apenas concebido, en tu precipitada fuga a Egipto, por los caminos
sembrando el Evangelio, multiplicando el pan, sanando a los enfermos y
regresando al Padre en tu ascensión. Concédenos fe inconmovible, esperanza
confiada y alegre, caridad ardiente y generosa, para emigrar con paz en el alma y
llegar hasta Ti cada día, y el último día. Amén.