Este documento resume un mensaje de la Consejera para las Misiones a las Hermanas sobre la 104a Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, cuyo tema es "Acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados". El mensaje propone dos iniciativas para profundizar en la sensibilidad hacia los migrantes: 1) explorar historias migratorias propias o de la comunidad y 2) dedicar un espacio visible para promover la acogida de migrantes.
Recuperando el Rumbo Hasta la Transformación Parte #3.pptx
Acoger, proteger, promover e integrar migrantes
1. Acoger,proteger,promovereintegrar
Roma, 14 de enero de 2018
Queridas Hermanas,
Hoy, el primer 14 del nuevo año, reemprendemos nuestros encuentros de reflexión y para
compartir. Deseamos recorrer juntas otro trazo del camino para que nuestra vida sea ¡un continuo
abrazo a la misión!
Estamos viviendo ahora la juventud del 2018, pero Jesús, en su Nacimiento, nos ha regalado la
esperanza y también la certeza que el Nuevo Año será por cierto un tiempo de gracia, asimismo
lleno de desafíos y de acontecimientos que solo Dios conoce y puede guiar.
Entre los acontecimientos, quisiera señalar la 104ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado,
que propio hoy la Iglesia celebra, con el tema: “Acoger, proteger, promover e integrar a los
migrantes y refugiados”. Para el Instituto, esta Jornada ¡es un gran don de la Providencia!
Os recuerdo que el 22 de octubre de 2017 hemos relanzado el Proyecto “Para una casa común en
la diversidad de los pueblos”, todavía en el horizonte del 140º de la primera Expedición Misionera.
En aquella ocasión, nos hemos propuesto como Ámbito profundizar cada mes el tema sobre jóvenes
migrantes y menores no acompañados como gesto bien preciso con respecto a la XV Asamblea
General Ordinaria del Sínodo de los Obispos – Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
Hemos querido vincular el Sínodo sobre los jóvenes con el proyecto “Para una casa común…” de
modo que crezcamos en la sensibilidad carismática hacia los jóvenes que, no encontrando
prospectivas de vida en la propia nación, deciden partir, porque un sueño siempre hace caminar,
afrontar lo desconocido, buscar la felicidad.
Cierto, tantísimos de los jóvenes migrantes y de los menores no acompañados son obligados a
partir… y por tanto, ¡en condiciones para nada humanas! Pero, en el fondo de su corazón existe un
sueño. Y mientras el sueño exista, tienen necesidad de apoyo, cercanía y afecto para creer ¡que
podrán realizarlo!
No por nada el Papa Francisco, en su mensaje para esta Jornada, se detiene en cuatro verbos
fundados sobre los principios de la doctrina de la Iglesia: acoger, proteger, promover e integrar.
Los migrantes y los refugiados, sobre todo jóvenes migrantes, tienen necesidad de una tierra y de un
corazón que los acoja; tienen necesidad de alguien que se tome cuidado de ellos para que no caigan
presa de falsas promesas y se conviertan en víctimas de la trata; tienen necesidad de adultos que
valoricen su potencial y les ayuden a desarrollar sus capacidades; tienen necesidad de sentirse en
casa no obstante el cambio de lengua, de cultura, de nación, de continente… tienen necesidad de
experimentar la cultura del encuentro, que no señala las diferencias, sino que las acoge y las
transforma en don y reciprocidad.
En este sentido, quisiera evidenciar y agradecer a todas aquellas realidades de nuestro Instituto que
desde hace algunos años han abierto mente, corazón y manos para acoger a personas migrantes,
víctimas de las guerras, de las persecuciones, de los desastres naturales y de la pobreza. El poquito
de cada una de nosotras se convierte en mucho para tantas otras personas que no han tenido otra
opción que partir… arriesgarse… llegar a una tierra desconocida… ¡vivir de esperanza! Cierto, para
quienes han llegado… existen otros que han debido “morir de esperanza”.
2. Acoger,proteger,promovereintegrar
En este 14 de enero, os hago dos propuestas muy sencillas para iniciar nuestro itinerario:
1. Invito a cada una a revisitar su propia historia, o aquella de alguna hermana de la comunidad,
en el sentido de buscar y conocer una experiencia migratoria. Tantas de nosotras tenemos alguien
en la propia familia (padres, abuelos, tíos…) que un día debieron dejar la propia tierra… y si no ha
dejado el propio país, quizás habrá dejado su pueblo para desplazarse a una ciudad más grande;
habrá buscado mejores condiciones de vida; habrá buscado un puesto donde vivir más dignamente;
habrá buscado trabajo, casa… en fin, ¡un lugarcito bajo el sol! Narraos vuestra historia, buscad
descubrir el fenómeno migratorio dentro de la propia comunidad FMA… esto será un bello inicio
del Proyecto “Para una casa común…”.
2. Además, os invito a elegir juntas un lugar de vuestra comunidad, un puesto visible para dedicar
al Proyecto “Para una casa común…”, o sea, un sitio donde cada mes llevaremos algo para crecer
en la sensibilidad del fenómeno migratorio. Este lugar concreto nos ayudará a hacer espacio, dentro
de nosotras, para todas aquellas personas que esperan de la Iglesia, de la sociedad y de nosotras en
primera persona, acogida, protección, promoción e integración.
Sé que en los días pasados habéis recibido el mensaje del Papa para la 104º Jornada Mundial del
Migrante y del Refugiado 2018. Acoged este mensaje como ocasión para un encuentro
comunitario. Leed juntas el mensaje, haceos ayudar por el contenido transformado en Power Point
para compartir vuestras ideas, intuiciones, miedos… ¡orad juntas vuestras experiencias migratorias!
Vivid juntas un momento para compartir las reflexiones sobre la cultura del encuentro, para conocer
la realidad donde estáis insertas, para que las respuestas educativas sean propositivas y de acuerdo
con las diversas necesidades de la realidad, sobre todo de nuestros jóvenes.
Para concluir, tomo, todavía, las palabras del Papa Francisco que en su mensaje así se expresa:
«Durante la Cumbre de las Naciones Unidas, celebrada en Nueva York el 19 de septiembre de
2016, los líderes mundiales han expresado claramente su voluntad de trabajar a favor de los
emigrantes y refugiados para salvar sus vidas y proteger sus derechos, compartiendo esta
responsabilidad a nivel global. A tal fin, los Estados se comprometieron a elaborar y aprobar antes
de finales de 2018 dos pactos globales (Global Compacts), uno dedicado a los refugiados y otro a
los emigrantes.
Queridos hermanos y hermanas, a la luz de estos procesos iniciados, los próximos meses
representan una oportunidad privilegiada para presentar y apoyar las acciones específicas, que he
querido concretar en estos cuatro verbos. Los invito, pues, a aprovechar cualquier oportunidad
para compartir este mensaje con todos los agentes políticos y sociales que están implicados -o
interesados en participar- en el proceso que conducirá a la aprobación de los dos pactos
globales».
Con el deseo de vivir juntas nuestra ciudadanía evangélica, os confío la invitación del Papa
Francisco y os saludo con afecto fraterno.
Un abrazo y feliz fiesta de la Beata Laura Vicuña, de San Francisco de Sales y de San Juan Bosco,
nuestro Fundador y Santo de los jóvenes, quien ha iniciado su servicio pastoral con chicos y
“muchachos vagos”, los cuales, por falta de oportunidades, no hacían otra cosa que terminar en las
cárceles. En comunión en la oración recíproca,
Consejera para las Misiones