5. Principios y propuestas para recuperar
la competitividad, el crecimiento
y el empleo en España.
Informe de CEOE
Conferencia Empresarial 2009
6. Índice
Introducción 6
I. Los principios del patrón de crecimiento económico español de futuro 9
1. La libertad de empresa como principio básico 9
2. La necesidad de apostar por la oferta productiva real 10
3. El fomento de la actividad emprendedora 14
4. La apuesta por Europa 16
5. La apertura externa como factor de salida de la crisis 19
5.1 La necesidad de evitar el neoproteccionismo 21
5.2 La internacionalización de las empresas españolas debe proseguir 21
5.3 El reto de favorecer a las empresas en su actividad exterior 24
6. La crisis en la opinión pública 29
II. Las características de la crisis española 30
1. La crisis financiera y la vulnerabilidad de nuestro endeudamiento 30
1.1 Una introducción a la crisis financiera 30
1.2 El camino hacia la normalización del sistema financiero español 34
1.3 Consecuencias de la crisis financiera para la empresa española 42
2. La crisis inmobiliaria en España 44
3. La crisis del sector público 49
4. La crisis de competitividad y sus mecanismos de ajuste 54
III. Las reformas necesarias para asegurar el crecimiento a corto plazo 56
1. La reforma de la Administración Pública 56
2. La reforma fiscal 60
2.1 El Impuesto sobre Sociedades debe apoyar la inversión 60
2.2 La ineludible reducción de las cotizaciones sociales empresariales 66
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 4
7. 2.3 La reforma pendiente en la imposición autonómica 67
2.4 La fiscalidad del ahorro 68
2.5 La inseguridad e indefensión jurídica 70
2.6 La presión fiscal indirecta 71
3. La competitividad de las empresas a través de los recursos humanos y las relaciones colectivas 75
3.1 Educación y formación 75
3.2 Intermediación y flexiseguridad 77
3.3 Negociación colectiva 83
3.4 Costes Sociales 88
4. La eficiencia de los mercados de bienes y servicios 89
5. Desarrollo sostenible y medio ambiente 91
6. Hay que asegurar y abaratar nuestro abastecimiento energético 96
6.1 La energía nuclear es imprescindible de cara al futuro 98
6.2 Las energías renovables 98
6.3 La inversión energética necesita de un marco tarifario estable 101
7. La necesidad de garantizar el suministro de agua 102
8. La apuesta por mantener el esfuerzo inversor en las infraestructuras 105
9. La reordenación pendiente en el transporte 109
10. La liberalización del suelo en España 113
IV. Factores de competitividad en los que basar el futuro crecimiento a medio y largo plazo 117
1. La productividad es clave para la convergencia real 117
2. La innovación es uno de los principales catalizadores del crecimiento 118
3. La investigación debe orientarse a las necesidades reales 120
4. La formación es clave para favorecer la productividad y los cambios 121
5. La necesidad de que las TICs permeabilicen el tejido productivo 122
6. La búsqueda de la calidad debe ser un objetivo continuo 128
Glosario de Acrónimos 132
Agradecimientos 134
5 Principios y propuestas
8. Introducción
La función empresarial es el componente esencial del proceso de creación de riqueza, así como de la
mejora de la productividad. El proceso de creación de valor de las naciones a lo largo de la historia se
encuentra estrechamente relacionada con la figura del empresario, muy particularmente el innovador,
en tanto reformador de las prácticas y patrones empresariales, quién constantemente busca la opor-
tunidad de introducir nuevos productos y procesos para conquistar nuevos mercados y crear nuevas
formas organizativas del quehacer económico.
Gracias a las actividades empresariales, el Estado moderno puede recaudar recursos en forma de
impuestos para sufragar los servicios y prestaciones públicas que financian el Estado del Bienestar.
Existe un claro consenso, tanto doctrinal como empresarial, acerca de los factores que alimentan el
éxito de una economía de libre empresa:
n Debe ser fácil crear una empresa, y también cerrarla.
n Los mercados financieros deben funcionar bien.
n Las relaciones laborales deben ser flexibles.
n El marco legal y la seguridad jurídica son esenciales.
n Las instituciones gubernamentales deben facilitar el marco en el que se desarrolla la función
empresarial.
La función empresarial es imprescindible para la recuperación de la economía española. Por ello es
obligado escuchar la voz de los empresarios para conocer bajo qué condiciones España puede y debe
volver a crecer y a crear empleo.
El hecho de que buena parte de la opinión pública española tenga impresiones desfavorables acerca
del mercado y la libre empresa, que el sistema educativo no hace sino – absurdamente - alimentar,
y que las élites hayan descuidado sistemáticamente la atención de dicho problema, hace cada vez
más necesario que entre todos - empresarios, políticos, trabajadores, educadores y medios de comu-
nicación – insistamos en que todos estamos en el mismo barco, por lo que todos pagamos la crisis y
todos podemos y debemos salvarnos juntos.
No cabe encontrar una pronta salida a la crisis si su diagnóstico no es acertado. Por ello es preceptivo
comenzar afirmando que no estamos ante una crisis de la economía de mercado, sino de un mal uso
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 6
9. de la misma. En los últimos años, la exuberancia del dinero barato, una regulación torpe de ciertos
mercados financieros, los desequilibrios globales, la sobrevaloración de activos y el desprecio por el
riesgo, nos llevaron a vivir por encima de nuestras posibilidades.
En España, la crisis está causando la más rápida destrucción de empleo que hemos conocido, lo que
pone de manifiesto la necesidad de flexibilizar nuestro mercado de trabajo, el cual, a diferencia del de
los países de referencia de la Unión Europea, pierde empleo en lugar de reducir los costes salariales
para adaptarse a la recesión económica.
Frente a esta crisis, las políticas de expansión del gasto público, no sólo no afianzan el crecimiento,
sino que producen efectos indeseados pues: reducen los recursos disponibles para la inversión y el
consumo privados, siembran dudas sobre la capacidad de pago de la economía española y obligan a
futuras subidas de impuestos; y todo ello genera efectos contractivos sobre el porvenir económico.
Sólo las reformas estructurales que fortalezcan los tejidos productivos y aumenten su productividad,
y las políticas que afiancen el atractivo de nuestro país para las inversiones, tanto propias como
extranjeras, nos podrán conducir a salir de la crisis. El ahorro y la inversión, la competencia en los
mercados y la innovación, que se realimentan mutuamente, son los factores que ahora, como en el
pasado, posibilitarán el crecimiento económico y del empleo.
La historia nos enseña que las aperturas de la economía española, el Plan de Estabilización de 1959,
nuestra incorporación en 1986 a las Comunidades Europeas y nuestra integración en el Eurosistema,
tuvieron, todas ellas sin excepción, unos excelentes resultados para nuestro país.
Frente a la brutal caída del comercio mundial, la respuesta no debe ser la protección de nuestra eco-
nomía, sino la potenciación de nuestra oferta exportadora. Si durante nuestra última expansión, desde
1996 a 2007, España creció “hacia dentro” generando una deuda externa que supone el 152% de
nuestro PIB, ahora toca crecer “hacia fuera”, mejorando nuestra competitividad e impulsando las
exportaciones; sobre todo de productos y servicios innovadores de alto valor añadido.
El restablecimiento de la confianza en las entidades financieras y la corrección de los problemas de-
tectados, es condición necesaria para salir de la crisis. Las ayudas públicas deben ser, cuando sean
necesarias, transparentes y transitorias; en ningún caso pueden dar lugar a competencia desleal. Sólo
7 Principios y propuestas
10. contando con un sistema financiero saneado puede normalizarse el flujo de crédito hacia la empresa
española, que hoy por hoy, es el principal problema que debe afrontar.
Un Estado eficiente es otro de los factores claves y determinantes del porvenir de España, especial-
mente, teniendo en cuenta que durante los últimos años ha vivido un proceso sin igual de descen-
tralización. Ello plantea ventajas, pero también riesgos que debemos afrontar: fragmentación del
mercado, gasto público incontrolado y excesivo, y proliferación injustificada de empresas públicas.
Por ello, entre las reformas necesarias para recuperar el crecimiento, la fiscal ocupa un papel muy
importante. Es preceptivo rebajar el impuesto de sociedades, recuperar la exención por reinversión y
disminuir las cotizaciones sociales. Además, la actual inseguridad jurídica del contribuyente – perso-
na física y jurídica - frente a la administración tributaria, debe ser resuelta cuanto antes.
Las relaciones laborales deben ser modernizadas. Debe actualizarse un marco normativo que tiene
más de 30 años de antigüedad y que está muy alejado de las prácticas comunes en Europa. España
difícilmente podrá salir de la crisis con consistencia si no flexibiliza sus relaciones laborales al estilo
de los países europeos que menos desempleo padecen.
Sin energía segura y a precios competitivos, España perderá oportunidades en el futuro. Las energías
renovables, y por supuesto la nuclear, no sólo son necesarias como fuentes de suministro, sino tam-
bién como fuentes de creación de riqueza.
Las infraestructuras físicas de todo tipo, especialmente las de transporte, y las infoestructuras basa-
das en las tecnologías de la información y la comunicación, son cruciales para la competitividad de
nuestra economía, así como la innovación y la Investigación y el Desarrollo.
España tiene un déficit histórico de capital tecnológico, de innovación y educativo, que debe ser
abordado como un desafío de Estado. La salida de la crisis, además de atender las urgencias, tiene
que enfrentarse con tenaz decisión a dicho triple desafío, que bien gestionado puede y debe conver-
tirse en una oportunidad para nuestro país.
En definitiva, la salida de la crisis sólo será posible con más empresa, para lo que necesitamos un
marco económico y social competitivo a nivel internacional, y, que facilite su creación y desarrollo.
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 8
11. I. Los principios del patrón de crecimiento
económico español de futuro
1. La libertad de empresa como principio básico
La empresa privada es el agente económico fundamental en la creación de valor para la sociedad. La
empresa crea riqueza y empleo a la vez que satisface las demandas y las necesidades de los consumi-
dores; en este proceso genera beneficios para sus accionistas, invierte y asume riesgos razonables para
competir en el mercado y seguir creciendo. Hay
que reivindicar la figura del empresario por su
Reivindicar la figura papel principal en el crecimiento económico, y
del empresario como motor impulsor de la transformación y el
desarrollo de la sociedad.
El juego del libre mercado garantiza que los
agentes económicos, a través de la búsqueda
El papel del Estado de su beneficio individual, contribuyan al bien
común del conjunto de la sociedad. El sector
público, mediante la promulgación de leyes, se
encargaría de garantizar el cumplimiento de las reglas del juego. De este modo, el papel primordial
del Estado debería ser el de crear un marco institucional que facilitara la actividad económica, en
general, y la empresarial, en particular. Debe evitar regulaciones distorsionantes que, orientadas a
la protección de intereses concretos, aumentan los costes de transacción empresariales y reducen el
bienestar general.
La importancia de la libertad de empresa como
La libertad de empresa: principio básico económico se deriva, en lo ju-
principio constitucional básico rídico, de lo dispuesto en el artículo 38 de la
Constitución Española (CE): “Se reconoce la li-
bertad de empresa en el marco de la economía
de mercado”. Por otra parte, nuestro país se inserta en un contexto - la Unión Europea (UE) - que tiene
como uno de sus principios básicos el de economía de mercado: todas las economías de la UE han de
ser economías de mercado. El reconocimiento expreso de la economía de mercado implica un sistema
económico basado en la propiedad privada, la libertad de empresa y el mercado como mecanismo de
asignación de recursos productivos. Esto no impide un margen de actuación al sector público en la
economía de mercado, pero no puede hacerlo con tal intensidad que resulte desfigurada.
9 Principios y propuestas
12. La libertad de empresa, por tanto, impone lími-
Límites y directrices tes y directrices a la actuación de los poderes
a los poderes públicos públicos en el terreno económico. Estos deben
promover las condiciones para que esta libertad
sea real y efectiva, así como suprimir los obstá-
culos que impidan o dificulten su ejercicio.
La libertad de empresa exige a su vez, un mer-
cado único. La configuración descentralizada
Unidad de Mercado del Estado español supone el riesgo de que la
diversidad inherente a la autonomía conduzca
a que la actividad económica privada quede
sujeta a reglas distintas según el territorio en el que actúe el empresario. La Constitución garantiza el
mercado único, pero su correcto funcionamiento exige unas reglas básicas comunes para todos los
agentes económicos españoles; en esta situación, es indispensable la coordinación, entre Administra-
ciones, al objeto de asegurar que no se produzcan distorsiones.
Pero además, el mercado español es hoy una parte de un mercado más amplio, el mercado interior
comunitario, pendiente aún de desarrollo en algunas áreas concretas. La unidad de este mercado
demanda también, en la práctica, reglas básicas comunes para todos los agentes económicos que
operen en el mismo.
2. La necesidad de apostar por la oferta productiva real
La crisis ha puesto de manifiesto “fallos de
Responsabilidad compartida del sector mercado” de disparidad de información e in-
público y privado en la crisis centivos perversos entre agentes, que se han
manifestado en comportamientos inadecuados
del sistema financiero. Pero el sistema financie-
ro no se habría tambaleado tan peligrosamente sino hubiera habido también “fallos de Estado”, y si
éstos no hubieran adquirido la envergadura que tuvieron. Con una adecuada regulación, no con más
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 10
13. regulación, y con unos organismos supervisores
que hubiesen cumplido su misión, es impro-
bable que los sistemas financieros se hubiesen
colocado al borde del colapso.
Si el sistema financiero no funciona, la eco-
nomía tampoco puede funcionar. Por eso era
imprescindible una acción intensa por parte de
los Bancos Emisores y los Gobiernos para pri-
mero estabilizar el sistema financiero y luego
restablecer el flujo de crédito.
La crisis financiera y sus consecuencias sobre
la economía real han puesto de manifiesto la
vulnerabilidad de las economías con mayores
rigideces. Sin una estructura económica flexible
y adaptable no es posible competir en la econo-
mía global y sentar las bases de la recuperación
económica y del crecimiento a largo plazo.
Para competir en el mercado global debemos fortalecer el tejido productivo, dotar a las economías de
la suficiente flexibilidad y capacidad de ajuste, aumentar la productividad de todos los factores, ele-
var el potencial de crecimiento y afianzar el atractivo del país para inversiones directas extranjeras.
Potenciar la actividad inversora junto con
La necesidad de el fortalecimiento de los recursos humanos
políticas de oferta es una tarea permanente. Esta tarea sólo se
puede realizar con eficacia desde el lado de la
oferta económica. Precisamente en tiempos de
crisis es cuando hay que empeñarse en políticas de oferta con valentía, firmeza y celeridad. Este
es el marco necesario para restablecer la confianza de los agentes económicos en un futuro con
crecimiento sostenido y elevados niveles de empleo, más allá de lo que cabe esperar de políticas
macroeconómicas expansivas.
11 Principios y propuestas
14. En el caso de España, el deterioro del escena-
La respuesta a la crisis rio internacional sólo ha agudizado y acelerado
no es una política fiscal expansiva el proceso de saneamiento que era inevitable
a causa de los desequilibrios acumulados de
carácter macro –inflación y déficit exterior– y
microeconómico –alto endeudamiento de los hogares y de las compañías–. En este marco, la res-
tricción de los flujos crediticios, internos y externos, a los agentes privados ha acentuado el impacto
del ajuste y ha llevado a un escenario recesivo cuya virulencia se ve potenciada por la rigidez de los
mercados de productos y de factores. Sin posibilidad de devaluar el tipo de cambio y con precios y,
sobre todo, salarios rígidos a la baja, la adaptación a la crisis se produce vía cantidades; esto es, me-
diante una masiva destrucción de producción y de empleo. Al mismo tiempo, esa dinámica recesiva
agrava los problemas de solvencia/ liquidez de mecanismo de pagos, lo que a su vez, en un círculo
vicioso, recrudece los de la economía real.
La respuesta del gobierno para amortiguar la recesión y estimular la economía se ha traducido en
un aumento importante del trinomio gasto/déficit/deuda pública. Esta estrategia tiene tres efectos
indeseados:
n Por un lado, las crecientes y voluminosas necesidades de financiación del sector público redu-
cen todavía más los escasos recursos disponibles para la inversión y el consumo privado, lo que
contribuye a agudizar la depresión de la actividad y a frenar su reanimación.
n Por otro, la acumulación de un más que significativo endeudamiento interno, en un entorno
recesivo y de restricción de liquidez siembra dudas sobre la capacidad de pago de la economía
española. Ello encarece y terminará por producir una fuerte reducción de los flujos crediticios
procedentes de los inversores domésticos y exteriores.
n Por último, el rápido endeudamiento del sector público es insostenible y, en consecuencia, los
agentes privados descontarán subidas impositivas futuras para cubrirlo y, por tanto, ahorrarán
más, lo que contribuirá a deprimir de manera adicional la demanda interna.
En suma, el activismo fiscal-presupuestario del ejecutivo puede tener un impacto neto contractivo.
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 12
15. La actuación anti-crisis se ha centrado en exceso en el lado de la demanda, renunciando a poner en
marcha estrategias de oferta destinadas a facilitar el ajuste de la economía española a la crisis y a
preparar el camino de la recuperación.
Ante este panorama, la economía española
Apuesta por una economía abierta, precisa un programa destinado a crear el mar-
libre y competitiva co de condiciones que hagan posible salir de
la recesión cuanto antes y poner los cimientos
para un crecimiento estable y sostenido. Esto
supone apostar, de manera decidida, por una economía abierta, libre y competitiva dentro de un
marco institucional que garantice los derechos de propiedad, el cumplimiento de los contratos y pre-
venga y castigue el fraude con una justicia eficiente y rápida.
La gravedad sin precedentes de la crisis actual
No a las soluciones parciales: no permite soluciones parciales sino que fuerza
la necesidad de una política global a desplegar un proyecto que contribuya a res-
taurar la confianza de los agentes económicos
en el futuro.
De entrada, hay que evitar la crisis presupuestaria del Estado y reconducir el Presupuesto a una
posición de equilibrio lo antes posible. Este objetivo ha de conseguirse mediante el recorte del gasto
público. La estabilidad presupuestaria tiene que convertirse, de nuevo, en una regla que obligue a
todas las administraciones a equilibrar sus finanzas y que les impida recurrir al endeudamiento para
financiar sus programas de gasto. La estabilidad de las finanzas públicas es esencial para sostener
el crecimiento económico.
La economía española precisa también de un nuevo impulso liberalizador en la energía, la distribu-
ción comercial, el transporte ferroviario, los servicios profesionales, etc.
El mejor mecanismo para estimular la innovación y mejorar la productividad es incrementar la com-
petencia. Es la presión competitiva la que fuerza a las empresas a incorporar nuevas tecnologías y a
innovar. Esa es la vía hacia una economía con un fuerte componente innovador, capaz de absorber
nuevas tecnologías e incorporar conocimiento. En esta misma línea de estimular la competencia po-
13 Principios y propuestas
16. dría permitirse a los ciudadanos optar entre si desean la provisión pública de bienes y servicios, si la
prefieren privada o, al menos, la existencia de mercados internos dentro de los propios sistemas públi-
cos que forzasen a las unidades integradas en ellos a competir entre sí por los potenciales clientes.
3. El fomento de la actividad emprendedora
Los emprendedores, aquellas personas que
El empresario como factor fundamental tratan de poner en marcha un negocio o una
del crecimiento económico empresa, tienen una función fundamental en la
generación de riqueza y bienestar de la socie-
dad que no siempre se valora suficientemente.
Son los que crean nuevas oportunidades económicas, nuevos productos, nuevas formas de organiza-
ción, nuevos métodos de producción, etc., e introducen sus ideas en los mercados, haciendo frente
a la incertidumbre y a otros obstáculos, adoptando decisiones sobre la localización y la forma y uso
de los recursos.
Los empresarios no suelen verse motivados sólo por bajadas del tipo de interés o por una política de
subvenciones más o menos generosa. Se motivan más por la confianza en que la situación económica
va a ser favorable y que encontrarán oportunidades para los negocios que desean acometer. Por tanto,
las medidas tendentes a reducir el precio del dinero, a facilitar la financiación o a conceder determi-
nadas subvenciones temporales, son adecuadas pero no son suficientes para incentivar la actividad
emprendedora. Los emprendedores tienen que percibir que hay también un patrón de crecimiento
económico sólido detrás que va a permitir un crecimiento sostenible a lo largo del tiempo, y que será
beneficioso para sus negocios. Como ya hemos mencionado, la actividad emprendedora-empresarial
precisa de la simplificación burocrática, de mercados amplios y flexibles, de seguridad jurídica y de
una regulación adecuada.
Para fomentar la cultura emprendedora es
Fomentar la cultura preciso promover un cambio cultural que fa-
emprendedora vorezca el desarrollo de los rasgos propios del
espíritu emprendedor: capacidad, creatividad,
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 14
17. asunción de riesgos, autoconfianza, liderazgo, automotivación, comunicación, negociación, toma de
decisiones, planificación, etc., habilidades personales propias del emprendedor y necesarias, en ge-
neral, en cualquier ámbito. Asimismo, es necesario proveer de conocimientos y experiencias sobre la
naturaleza de la actividad empresarial: la idea empresarial, el plan de empresa, la financiación, los
recursos humanos, etc.. Con el fin de que estas capacidades y conocimientos empiecen a potenciarse
en las personas cuanto antes, se debe comenzar desde etapas muy tempranas de la escolarización;
Educación Primaria, Secundaria... hasta la Universidad.
Hay que tener asimismo presente que la falta de
Eliminar obstáculos financieros capital y avales suficientes es uno de los frenos
a la creación de empresas recurrentes con los que se encuentran los pro-
motores de nuevas iniciativas empresariales. A
pesar de que en la actualidad existen numero-
sos instrumentos financieros que pueden contribuir a la consolidación de proyectos empresariales,
sin embargo, en la realidad existe un desconocimiento bastante generalizado de estos instrumentos.
Por ello, las acciones orientadas hacia la difusión y conocimiento por parte de los empresarios de
todas las herramientas que el mercado ofrece de cara a la financiación pueden contribuir a su mayor
utilización, dotando a la empresa de una mayor capacidad de gestión y maniobrabilidad financiera.
Un paso importante es el de establecer mecanismos de asesoramiento a emprendedores, e incluso
definir mecanismos formales de evaluación y homologación en Planes de Empresa.
Los programas de apoyo y tutorización de Planes
Asesoramiento y de Empresa deben ir más allá de la formación,
apoyo a empresas de tal manera que, mediante un asesoramiento
permanente, se logre un mayor porcentaje de
éxito en la consolidación de planes de negocio.
Además, hay que incrementar la capacidad operativa y coordinación de los recursos de apoyo a em-
prendedores. Establecer oficinas de registro, información, ventanilla única y otros servicios con un
mayor nivel de accesibilidad geográfica en todo el territorio nacional. Está comprobado que las Venta-
nillas Únicas Empresariales en la práctica, no han arrojado los buenos resultados que inicialmente se
esperaban. Por ello, se deben desarrollar medidas para reducir el número de trámites administrativos
para la creación de empresas de forma que estén integrados y coordinados los trámites exigidos por
la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales.
15 Principios y propuestas
18. 4. La apuesta por Europa
La UE debe contar con un marco institucional
Marco institucional estable y eficaz que le permita concentrarse en
estable y eficaz desafíos como lograr una economía altamente
competitiva, aprovechar las oportunidades de
la globalización, o tener una voz firme en el
mundo. Para ello, son necesarias unas Instituciones fuertes, estables, eficaces y en condiciones de
hacer frente a los múltiples y diversos desafíos que, actualmente, se concentran en la difícil situación
económica.
Una buena gestión de la crisis económica re-
Una estrategia europea con una quiere la aplicación decidida de reformas es-
dimensión nacional efectiva tructurales a través de un mayor compromiso
nacional. La Estrategia de Lisboa, adoptada en
el año 2000, ha tenido una aplicación tímida
e incompleta de las reformas estructurales que contiene, lo cual agrava los efectos en la economía
y el empleo de la UE. En 2010, se lanzará un nuevo Programa de reformas para Europa que nece-
sariamente habrá de contar con un mayor compromiso nacional y una mayor participación de los
interlocutores sociales.
El mantenimiento de los pilares social y medioambiental de la Estrategia para el crecimiento y el
empleo exige un sólido pilar económico que los sustente. Por tanto, las Instituciones europeas deben
orientar sus actuaciones a reforzar este pilar, creando el entorno más propicio para el aumento de la
competitividad de las empresas. Para ello, la UE debe escuchar a las empresas y a las Organizaciones
que las representan, así como garantizar el respeto de la autonomía del diálogo social europeo; respe-
tar la diversidad de Europa en lo que se refiere a la aplicación de determinados aspectos de la política
social; y reformar los sistemas de protección social para hacerlos viables y sostenibles. Además, se
ha de conceder a los interlocutores sociales el protagonismo que les corresponde en base a su reco-
nocimiento legal, representatividad y legitimidad, distinguiendo claramente su labor de la de otras
organizaciones de la sociedad civil. Por otra parte la preocupación de los europeos por la protección
del medio ambiente es creciente, y los empresarios somos muy conscientes de ello.
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 16
19. La solución a los problemas medioambientales
Una política medioambiental ha de basarse en que todas cuantas acciones
coordinada globalmente sean necesarias tomar para proteger el medio
ambiente, han de ser compatibles con la com-
petitividad de las empresas, ya que de otra ma-
nera no ejercerían su actividad en un plano de igualdad a nivel internacional, con la garantía de unos
mercados globales abiertos y competitivos, y cuyas normas sean respetadas por todas las partes. El
cambio climático es un fenómeno global que exige una respuesta global y unos compromisos globa-
les. Asimismo, es necesario desarrollar un nuevo modelo energético más competitivo, menos depen-
diente y más sostenible, en el que se consideren todas las fuentes de energía, incluida la nuclear.
Cuestión fundamental también para Europa es
Desarrollar en Europa el la necesidad de fomentar una cultura más pro-
espíritu empresarial empresarial. Para ello, se ha de ser imaginati-
vos y no restrictivos, reforzando la cooperación
en la UE para propiciar un clima cultural favo-
rable al desarrollo del espíritu empresarial. Urge un cambio de mentalidad, desde la escuela, que
contemple la actividad empresarial con un enfoque atractivo y como una oportunidad que no está
sólo al alcance de unos pocos.
El Mercado Único ofrece a las empresas espa-
Más Mercado Único ñolas una plataforma sólida para poder compe-
para elevar la competitividad tir en mejores condiciones en un mundo globa-
lizado. No olvidemos que la UE es el principal
y más importante socio comercial de España.
Las cifras hablan por sí solas. De acuerdo con Eurostat, en 2008, las exportaciones totales españolas
supusieron 182.440 millones de euros, de los cuales 124.370 millones de euros, correspondieron a
la UE. Es decir, el 68,2%. En cuanto a las importaciones totales la cifra fue 272.900 millones, de los
cuales 155.160 millones de euros correspondieron a la UE. Es decir, el 56,9%. También en 2008
y respecto a los flujos de entrada de Inversión Extranjera Directa la cifra fue de 44.800 millones de
euros de los cuales 40.400 millones de euros, procedían de la UE. Es decir el 90,1%. En relación
con los flujos de salida de Inversión Extranjera Directa desde España, el total fue de 52.800 millones
de euros, de los cuales 23.900 millones de euros hacia la UE. Es decir el 45,2%.
17 Principios y propuestas
20. Por tanto, el Mercado Único europeo es un ele-
Los desafíos del mento fundamental para que España sea atrac-
Mercado Único europeo tiva para los inversores y las empresas de todo
el mundo. En cuanto a los retos futuros del
Mercado Único como herramienta para mejorar
la competitividad, hemos de tener en cuenta, ante todo, que hablamos de una realidad dinámica, en
constante evolución y que, por tanto, ha de saber adaptarse a las nuevas circunstancias impuestas
por la globalización y, particularmente, en los tiempos de crisis que vivimos.
n En primer lugar, no hemos de olvidar que el Mercado Único europeo nunca llegará a “concluir-
se” o “completarse” pues a medida que evolucionan los mercados aparecen nuevos retos.
n En segundo lugar, tanto el Mercado Único europeo como el español, necesitan evolucionar y
actualizarse para seguir contribuyendo al crecimiento económico y a la cohesión social. Es preci-
so que se fomente el desarrollo de normas y estándares de calidad que permitan a las empresas
sacar partido de las oportunidades de la globalización.
n En tercer lugar, es necesario que el Mercado Único europeo sea más operativo y esté más
integrado, garantizando a su vez una competencia leal y eficaz. Es fundamental un terreno de
juego equitativo para las empresas españolas, con el fin de incentivar su actividad transfronteriza,
especialmente la de las PYMES.
n En cuarto lugar, el éxito del Mercado Único europeo dependerá en gran parte del establecimiento
de un conjunto de normas coherente y efectivo. Los beneficios no se materializarán si las normas
no se aplican correctamente, si las leyes no se cumplen, si los derechos adquiridos no se respe-
tan, si la aplicación de las normativas resulta demasiado costosa o si se infringen las normas.
n En quinto lugar, es preciso un esfuerzo continuado para mejorar la aplicación de las leyes relati-
vas al Mercado Único europeo, evitando la dispersión y la profusión legislativa. En concreto, cabe
destacar el potencial de la transposición a tiempo y de manera correcta de la Directiva Servicios,
ya que este sector representa en torno al 70 % del PIB y genera casi el 96% de los nuevos pues-
tos de trabajo de la UE.
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 18
21. En el actual periodo de programación 2007-2013, los Fondos Estructurales a percibir serán sustan-
cialmente menores que en periodos anteriores, lo cual puede implicar, al menos en el corto plazo, un
problema de adaptación a las nuevas circunstancias por parte, sobre todo, de algunas comunidades
autónomas. El saldo financiero se situó en el año 2008 en 1.587 millones de euros, lo que representa
un 0,15% del PIB.
Previsiblemente, el volumen (tanto absoluto
Disminución de las como relativo) de las transferencias estructura-
transferencias financieras les que recibirá España a partir de 2014 será
menor, incluso sensiblemente menor, que el
que corresponde al actual periodo de progra-
mación. Lo más probable es que dejaremos de ser beneficiarios netos del presupuesto comunitario y
pasaremos a ser contribuyentes netos al mismo a partir de 2014. Las nuevas circunstancias obliga-
rán a un replanteamiento de la posición negociadora de España en la Unión.
Lo que es evidente es que debemos utilizar
Utilizar las ayudas los fondos aún disponibles de la manera más
eficazmente eficiente y productiva posible, lo que significa
concentrarlos en inversión en I+D+i, y seguir
apostando por acometer un importante esfuer-
zo en infraestructuras que atiendan las demandas de nuestro tejido productivo.
Debemos aprovechar el período de adaptación para buscar formulas de financiación alternativas a los
fondos comunitarios que mantengan el esfuerzo inversor de infraestructuras claves para la economía
española.
5. La apertura externa como factor de salida de la crisis
Nuestra expansión última desde 1996 a 2007
De un crecimiento “hacia dentro” se ha apoyado mayoritariamente en un patrón
a un crecimiento “hacia fuera” de crecimiento “hacia dentro”, es decir, basa-
do en la demanda interna: ha sido ésta la que
ha impulsado la economía española y el saldo
19 Principios y propuestas
22. neto exterior (exportaciones menos importaciones de bienes y servicios) el que ha recortado, por
lo general, el ritmo de crecimiento. De todos es sabido que el motor principal de esa larga fase de
expansión ha sido la construcción, en especial la construcción residencial, con el consiguiente au-
mento del endeudamiento. Ese crecimiento “hacia dentro” ha hecho que la deuda externa española
alcanzase niveles muy elevados.
Al saldo neto exterior, continuamente negativo, ya hemos hecho referencia: a impulsos de una ba-
lanza comercial cada vez más deficitaria, el superávit de servicios no ha servido para compensar ese
desequilibrio y tanto más cuanto que los saldos de las otras dos rúbricas de la cuenta corriente han
sido también negativos. El euro hace las veces de escudo e hipnótico. Escudo porque impide que
los desequilibrios exteriores den lugar a un ataque contra la moneda que obligue a adoptar medidas
estabilizadoras, algo que ya habría sucedido años atrás si nuestra moneda siguiera siendo la peseta;
hipnótico porque permite a los gobiernos creer que los desequilibrios exteriores, y su correlato, la
deuda externa, podrán ser financiados sin ninguna dificultad, dado que nos movemos en un área de
moneda única. Es oportuno insistir aquí, en la necesidad de cumplir con el pacto de Estabilidad y
Crecimiento y la reducción del déficit hasta el 3% en 2012.
El crecimiento “hacia dentro” ha tocado a su fin porque es imposible aumentar la ya voluminosa
deuda exterior indefinidamente. Por tanto, es preciso lograr que la cuenta corriente ofrezca saldos
más equilibrados.
No resulta difícil identificar las líneas de acción
necesarias para aminorar la brecha comercial y
Aumentar la competitividad lograr que la cuenta corriente cambie de signo.
Puesto que la política cambiaria está desnacio-
nalizada, y la cotización del euro depende de
una serie de factores que atañen al conjunto de la Unión Monetaria, la política económica española
debe concentrarse en reducir la inflación y por tanto incrementar la competitividad. La inflación es
ahora muy baja porque nos encontramos en plena recesión pero, superada esta fase, nuestra inflación
tenderá a ser mayor que la de nuestros principales competidores porque nuestros costes laborales
unitarios tienden, por lo general, a crecer por encima de los de nuestros competidores. Moderación
salarial e incremento de la productividad son las claves para lograr un crecimiento basado en la
exportación.
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 20
23. 5.1 La necesidad de evitar el neoproteccionismo
La libertad económica y en especial la libertad
Más libre comercio como de los intercambios comerciales y financieros
respuesta a la crisis ha sido uno de los elementos fundamentales
para impulsar el crecimiento de las economías
en las últimas décadas, y muy especialmente
de las economías emergentes. En ningún caso la salida de la crisis pasa por una reducción del co-
mercio o la vuelta a las políticas proteccionistas. Es inevitable que en períodos de crisis surjan ten-
taciones proteccionistas, pero la experiencia demuestra que el incremento de la protección beneficia
a unos pocos y perjudica al interés general. Los Gobiernos deben resistir esas tentaciones y favorecer
las condiciones para que el intercambio de bienes, servicios y capitales sea lo más amplio posible.
En 2009 se prevé una contracción brutal del comercio mundial. El fracaso de la Ronda Doha ha
paralizado la liberalización del comercio de productos agrícolas y la reducción de los aranceles en
el sector industrial. Como consecuencia vuelven a aparecer de nuevo las tentaciones proteccionistas
que suelen ser muy fuertes en épocas de crisis. Algunos ya han caído en esa tentación, su pecado se
llama nacionalismo económico.
5.2 La internacionalización de las empresas españolas debe proseguir
La necesaria dinamización de la actividad em-
presarial, en un contexto de grave recesión eco-
Economía española abierta nómica y de intensa contracción de la demanda
interna, exige, con independencia de otro tipo
de ajustes y reformas estructurales, una pro-
funda reflexión acerca de las medidas de impulso a la internacionalización de nuestras empresas.
El sector exterior español debe constituirse en
Concentración geográfica uno de los pilares que nos permitan, no sólo
del comercio exterior salir cuanto antes de la crisis, sino mejorar la
calidad del crecimiento económico español. Si
bien nuestra economía se ha caracterizado du-
21 Principios y propuestas
24. rante los últimos años por ser una de las más abiertas del mundo, es preciso subrayar que el saldo
comercial de bienes y servicios es particularmente negativo. Además, la proporción de empresas es-
pañolas exportadoras es insuficiente y nuestras ventas al exterior se concentran en un muy reducido
grupo de países.
Afortunadamente, muchas empresas españo-
Importante volumen las han realizado un enorme esfuerzo en mate-
de IED española ria de Inversión Extranjera Directa (IED). En la
actualidad, España está entre las 7 principales
economías originarias de flujos de IED en el
mundo, en términos de stock acumulado. Gracias a este esfuerzo inversor, un grupo de grandes em-
presas han consolidado su presencia internacional y se han convertido en líderes en sus respectivos
sectores a escala mundial. Sin embargo, no se ha aprovechado convenientemente el “efecto arrastre”
que la internacionalización de estas empresas debería generar sobre otras de menor tamaño, pues el
número de PYMES que se ha lanzado a la actividad internacional es todavía reducido.
La salida al exterior de una empresa es una
Apoyo al proceso de decisión estratégica que requiere un cambio
internacionalización en la perspectiva y actitud empresariales. Las
PYMES españolas deben superar el concepto
de internacionalización basado en la pura im-
portación o exportación de bienes y servicios; internacionalizarse consiste también y, fundamental-
mente, en realizar cualquier otra actividad de la cadena de valor de la empresa en el exterior (I+D,
compras, producción, etc.). Además de este esfuerzo colectivo de concienciación, las PYMES espa-
ñolas necesitan una especial ayuda, preparación y asistencia técnica durante las fases previas e inter-
medias de su proceso de internacionalización. En este sentido, es preciso potenciar la actividad que
el ICEX está realizando a través de sus programas de formación y becas y su conexión con la realidad
empresarial. Las organizaciones empresariales podrían ser un magnífico catalizador de la formación
en comercio exterior hacia todos los sectores y todos los territorios de la geografía nacional.
En su salida al exterior, las empresas deben, además, optimizar otros factores determinantes de la
competitividad como son el diseño, la imagen, el marketing y la publicidad. La promoción comercial
es esencial en los segmentos de mercado medio-altos donde los productos y servicios españoles se
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 22
25. enfrentan a una mayor competencia europea e internacional. Es imprescindible, en este sentido, la
continuidad de los programas de apoyo a estas acciones que necesitan de un desarrollo a medio
plazo y, por tanto, de planes plurianuales.
Un apartado en el que es preciso seguir insis-
tiendo es en el de transmitir no sólo una “Ima-
Mejorar la imagen de España gen de España” ligada a todos aquellos fac-
tores tradicionales sino también como “socio
tecnológico e industrial”.
El patrón geográfico de nuestras exportaciones prácticamente no se ha modificado a lo largo de la
última década, concentrando la UE las tres cuartas partes de nuestras ventas al exterior, mientras
que Asia, América del Norte y Latinoamérica sólo representan, de manera conjunta, el 15%. Entre los
países de nuestro entorno, tan sólo Portugal registra una tan alta concentración de sus ventas hacia
la UE, mientras que Francia con un 62%, Italia con un 57% y Alemania con un 54%, diversifican
algo más sus exportaciones. Es evidente que, entre los retos que nos presenta el futuro inmediato, un
aspecto esencial viene constituido por la apertura de nuestras empresas a otros mercados internacio-
nales, sin dejar de consolidar la cuota de mercado alcanzada en el entorno natural que para nuestras
empresas representa la UE.
La CEOE y el Ministerio de Industria, Comercio
y Turismo, han identificado 12 países priorita-
Diversificación de mercados: PIDM rios (EEUU, Brasil, México, Rusia, China, In-
dia, Japón, Corea del Sur, Marruecos, Argelia,
Turquía y Países del Golfo Pérsico) que, desde
el punto de vista cuantitativo y cualitativo, concentran el mayor potencial de exportación e inversión
de las empresas españolas. En relación con los países mencionados, se ha elaborado un Plan Integral
de Desarrollo de Mercados (PIDM) con el objetivo de aprovechar al máximo las oportunidades de
negocio que se generan en las áreas económicas más dinámicas del mundo. Buena parte de nuestro
futuro depende del posicionamiento que nuestras empresas sean capaces de lograr, a corto plazo, en
estos países.
23 Principios y propuestas
26. 5.3 El reto de favorecer a las empresas españolas en su actividad exterior
De acuerdo con la estructura empresarial espa-
ñola, los planes sectoriales deben ser la colum-
Planes sectoriales ICEX na vertebral de la actividad promocional del
ICEX. Por ello, habría que reforzarlos con nue-
vas medidas técnicas y recursos financieros, ya
que continúan siendo el núcleo más importante de apoyo a la internacionalización de las PYMES.
Habría que optar también por la necesaria flexibilización de su gestión, generando nuevas estrategias
para enriquecer su contenido.
Por otra parte, los Foros de Cooperación Empresarial e Inversiones deben tener, en la medida de lo
posible, carácter sectorial y se deben potenciar los trabajos de seguimiento de los mismos, con objeto
de ayudar a la consecución de resultados concretos por parte de nuestras empresas en determinados
mercados. Un aspecto crucial de la acción exterior española es su vinculación a la cooperación tec-
nológica inter-empresarial, tanto dentro como fuera de Europa. Los programas internacionales de co-
operación tecnológica e industrial deben impulsar el acceso de la empresa española al conocimiento
excelente allí donde se encuentre y explotar las sinergias y complementariedades con otros sistemas
de I+D+i líderes a escala mundial. Es también importante la participación del CDTI en todas las
agendas y visitas de Estado y de Gobierno y Delegaciones empresariales a terceros países.
La obtención del apoyo de la Administración a
la presencia de las empresas en el exterior, a
Apoyo fiscal y financiero través de entidades como el ICEX, COFIDES,
CESCE o el ICO es también fundamental, así
como las medidas que faciliten una fiscalidad
atractiva para la inversión y el desarrollo empresarial internacional. Recientemente, la Secretaría de
Estado de Comercio, en el marco del Plan Español de Estímulo a la Economía y al Empleo “Plan E”,
ha adoptado un paquete de medidas y reformas de flexibilización y adaptación de los instrumentos
de apoyo financiero a la internacionalización. Las modificaciones planteadas por este conjunto de
medidas afectan fundamentalmente al Convenio de Ajuste Recíproco de Intereses (CARI) –del que
se han ampliado los importes máximos de financiación y se ha extendido el concepto de “bienes y
servicios exportados”–, y al Seguro de Crédito a la Exportación por cuenta del Estado –del que se ha
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 24
27. procedido a una adecuación y flexibilización de la cobertura de riesgos para adaptarla a la realidad
de los mercados–.
En la escena multilateral, y en el seno del Grupo de Participantes del Consenso de Crédito a la Ex-
portación de la OCDE, se ha procedido a la revisión de las condiciones financieras del Consenso,
alargando los vencimientos máximos de las condiciones para obtener apoyo oficial a esquemas
de Project Finance y se han redefinido las categorías de países susceptibles de recibir crédito a la
exportación con apoyo oficial a medio y largo plazo. Estas modificaciones adoptadas merecen, sin
duda, una valoración positiva, pues acercan, flexibilizan, modernizan y adaptan los instrumentos
financieros a la realidad de empresas y mercados. No obstante, es indispensable y urgente dar estas
nuevas medidas a conocer, de modo que se permita su máximo aprovechamiento por las empresas
españolas. En relación al ICO, apuntar que, ahora más que nunca, se debe exigir mayor sensibilidad
a su Departamento de Riesgos para flexibilizar los criterios de riesgos y plazos de amortización de
los préstamos.
La estrategia empresarial española en diferen-
IED Española: compromiso tes áreas geográficas y mercados prioritarios
con países receptores supone, en la mayoría de los casos, una rápi-
da implantación local y un claro compromiso
con el desarrollo económico y social del país
en el que opera la empresa española. Para apoyar estos objetivos, contamos con dos instrumentos
de especial importancia en la mejora de la operatividad de las empresas españolas a nivel local.
Por un lado, los denominados Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones
(APRIs), establecidos por el Gobierno español, con numerosos países. Por otro, los Acuerdos para
Evitar la Doble Imposición, cuya finalidad es la de lograr el tratamiento fiscal más favorable posible
para nuestras empresas, cumpliendo estrictamente los requerimientos internacionales. Tomando en
consideración la difícil coyuntura económica en el exterior y las amenazas proteccionistas en algunos
mercados, estos Acuerdos deben ser revisados y actualizados, para que respondan a esta estrategia
empresarial y a la asunción de riesgos por parte de las empresas españolas. A partir de la entrada
en vigor del Tratado de Lisboa la competencia sobre protección de inversiones directas pasará a ser
comunitaria, por lo que las autoridades españolas deben velar para que los acuerdos comunitarios
que vayan sustituyendo a los acuerdos nacionales sean conformes a los intereses de las empresas
españolas.
25 Principios y propuestas
28. En el ámbito multilateral, se hace preciso avanzar rápida y extensamente en el marco de las negocia-
ciones de la OMC, pero si no se consiguen los resultados deseados, la UE debiera agilizar las negocia-
ciones para la celebración de acuerdos de carácter regional (Mediterráneo, Mercosur, Centroamérica,
Comunidad Andina) y bilateral (Corea del Sur y Canadá, por ejemplo) con el fin de no estar en desven-
taja con lo que hacen otros competidores nuestros, como es el caso por ejemplo de los Estados Unidos
con el Pacto Andino o con los países centroamericanos. En concreto, en lo que a Latinoamérica se
refiere, cerrar cuanto antes estos acuerdos contribuiría a mejorar la estabilidad institucional y la segu-
ridad jurídica de los marcos regulatorios de esos países y de las inversiones españolas en esta área.
En cuanto a la persistencia de barreras no aran-
celarias que dificultan nuestro comercio exte-
Proyecto Línea-Abierta rior con algunos países, tanto de la UE como
no pertenecientes a ésta, hay que subrayar que
se siguen confirmando, tal y como demuestra
el Proyecto “Línea Abierta para la identificación de problemas en el Mercado Único Europeo”, que
desarrolla la CEOE en colaboración con el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y con el Ins-
tituto Español de Comercio Exterior (ICEX), constituyendo el perfeccionamiento del Mercado Único,
una tarea aún pendiente.
El desarrollo del Plan África 2009-2012 debe-
rá dar respuesta a la necesidad de contribuir e
Plan África 2009 - 2012 impulsar el desarrollo de la inserción regional
de Canarias como región ultraperiférica en su
entorno geográfico, disponiendo de todos los
medios necesarios para articularla. En este aspecto, es clave sensibilizar a la Comisión Europea sobre
la importancia que esto supone en el marco del desarrollo de la estrategia europea para las regio-
nes ultraperiféricas y sus relaciones económicas y culturales con los países terceros vecinos. Entre
los objetivos que España debe conseguir de cara al plan destacan: lograr la máxima influencia en
Bruselas sobre las condiciones y contenidos de los Acuerdos de Partenariado Económico que la UE
negocia con África (puesto que ya ningún país miembro de la UE puede negociar unilateralmente un
acuerdo comercial con un tercer país); potenciar la inserción regional y la conectividad de las regiones
ultraperiféricas con los países terceros vecinos y el continente europeo, y reforzar las instituciones y/o
organismos de cooperación existentes.
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 26
29. En el apartado de las concesiones y compras
Líderes en concesiones y públicas, las empresas españolas son líderes
contratación pública mundiales –no hay que olvidar que se trata
de un mercado que representa el 7% del PIB
mundial y que está previsto que, en los próxi-
mos años, las economías emergentes como Brasil, India o China incrementen sustancialmente sus
inversiones en infraestructuras públicas–. El mercado de contratación pública a escala de la UE es
uno de los más abiertos del mundo, de modo que existe un enorme desequilibrio competitivo para
las empresas españolas y europeas en Estados no-UE, que o bien son directamente descalificadas
o bien concurren en desfavorables condiciones respecto de competidores locales, pues sus marcos
regulatorios son mucho más restrictivos. En este sentido, es preciso que en el ámbito de la OMC
se consiga la incorporación de importantes socios comerciales de la UE al Acuerdo Plurilateral de
Contratación Pública de 1994, que se revisen buena parte de los Anexos de algunos países adhe-
ridos a este acuerdo –pues numerosas excepciones y derogaciones limitan las oportunidades de las
empresas españolas y europeas– y a escala bilateral, que la UE consiga la introducción de capítulos
de contratación pública abiertos en los acuerdos comerciales bilaterales. Para finalizar, en este sector
de enorme potencial sería conveniente elaborar una estrategia-país que pusiera en marcha una serie
de actuaciones coordinadas que permitiera una identificación temprana de las oportunidades en el
ámbito internacional, la elaboración de proyectos, a través de las organizaciones empresariales del
sector de ingeniería y consultoría y la correspondiente ejecución de las obras, de modo que las em-
presas españolas pudieran consolidar, aún más, su ya altísima participación en este mercado.
Otro de los retos inminentes a los que se en-
Internacionalización y frenta la empresa española es el de aprove-
Cambio Climático char, al máximo, las oportunidades de negocio
que ofrece la lucha mundial contra el Cambio
Climático. El cumplimiento de los compromi-
sos asumidos en el marco del Protocolo de Kioto, la adaptación a los impactos del cambio climático
y la revisión de las actividades relacionadas con el uso de la tierra van a movilizar, según las estima-
ciones de la Convención de Cambio Climático, más de 50.000 millones de dólares anuales hasta el
año 2030. En este sentido, es imprescindible divulgar y generalizar los instrumentos y ayudas que
recoge el “Plan de Impulso a la Internacionalización de la Economía Española en los Sectores Asocia-
dos al Cambio Climático”, aprobado en marzo de 2009 por el Gobierno de España y coordinado por
27 Principios y propuestas
30. 5 Secretarías de Estado (Comercio, Economía, Cambio Climático, Investigación y Asuntos Exteriores)
para que nuestras empresas de energías renovables, ingeniería y tecnología avanzada lideren uno de
los sectores de mayor potencial a corto, medio y largo plazo en todo el mundo.
La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) proce-
dente de los miembros del Comité de Ayuda
Cooperación al Desarrollo al Desarrollo alcanzó, en el año 2008, los
120.000 millones de dólares, la cifra más alta
de la historia. España se ha convertido en un
importante actor en el escenario de la Cooperación Internacional. Las previsiones de AOD española
para 2009 alcanzan los 5.277 millones de euros, siendo Latinoamérica, por vinculaciones históricas,
el primer beneficiario de las ayudas (42,36%), seguido de África (33,47%) y del resto de Países
Menos Adelantados (20%). Las empresas españolas deberían participar activamente en el conjunto
de instrumentos previstos por el Plan Director: Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD), Fondo para la
Promoción del Desarrollo (FONPRODE), Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) y
Fondo del Agua. En este sentido, su dilatada experiencia en la construcción de infraestructuras de
todo tipo, gestión de servicios urbanos, tratamiento y gestión del agua, asistencia técnica, Alianzas
Público Privadas, etc. puede aportar un enorme valor añadido al desarrollo del tejido productivo y
económico de estos países y un impulso especial al desarrollo de la Cooperación Internacional. En el
ámbito de la iniciativa empresarial, sería necesario estudiar la posibilidad de desarrollar un Progra-
ma de Establecimiento de Antenas Empresariales de Asistencia a las organizaciones empresariales
de estos países, medida que contribuiría, sin duda, a profundizar en el desarrollo del diálogo social
como instrumento dinamizador de sus economías y a fomentar la participación y contribución de las
empresas españolas a la mejora de su desarrollo económico.
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 28
31. 6. La crisis en la opinión pública
A pesar de que la crisis está cada vez más en el centro del debate en la opinión pública, no siempre,
se realiza el diagnóstico correcto. El entendimiento de la economía de mercado en España es muy
limitado, y en muchos sectores de la sociedad, existen prejuicios ideológicos y sospechas hacia la
empresa y hacia la asignación de recursos vía mercado.
Es por ello, que muchas veces no se comprende bien el origen de la crisis, no se identifican adecua-
damente los responsables de la misma y se realiza una crítica generalizada e inadecuada al sistema
económico.
A los empresarios, y a los partidarios decididos de una economía de mercado, les queda una tarea
argumentativa muy importante. No se trata, sólo, de utilizar argumentos técnicos. La explicación
de los orígenes de la crisis, la identificación de sus soluciones y el planteamiento de propuestas para
evitar que se vuelva a repetir, debe traducirse a un lenguaje comprensible por la opinión pública.
Sin el apoyo de los ciudadanos en un sistema democrático no se pueden realizar las reformas necesa-
rias. La crisis exige un esfuerzo de todos, y no se puede pedir ese esfuerzo sino se realiza previamente
una labor didáctica que explique claramente que es lo que ha pasado y cuáles son los responsables
públicos y privados de la crisis.
Para que no se quiebre la confianza en las empresas es preciso que en el discurso de los empresarios
haya un lugar destacado para los intereses de todos, y por supuesto de los trabajadores. Hay que
recordar, siempre, que se cuenta con un fondo enorme de confianza depositada en las empresas por
parte de sus trabajadores, y de los trabajadores en general, que es el resultado de las experiencias
directas de estos, y sus familias, durante mucho tiempo. Esa confianza está en la base del contrato
social implícito entre la empresa y la economía de mercado, de una parte, y la sociedad civil, de
otra.
29 Principios y propuestas
32. II. Las características
de la crisis española
1. La crisis financiera y la vulnerabilidad de nuestro endeudamiento
1.1 Una introducción a la crisis financiera
La crisis financiera ha terminado afectando a todo tipo de economías: industrializadas y emergentes,
deudoras y acreedoras, con elevada apertura exterior y cerradas, etc. Ningún país se ha podido man-
tener al margen de esta crisis, independientemente de las características de su estructura económica
o de su posición cíclica al inicio del shock financiero. Pero, una vez que se inició el proceso de reeva-
luación de riesgos en los mercados financieros
internacionales, rápidamente en el radar de los
inversores se situaron tanto aquellos países con
Una crisis financiera global
elevados déficits de balanza por cuenta corrien-
te, como los que en los últimos años acumu-
laron un importante stock de deuda externa,
sobre todo, si el colateral de buena parte de la misma empezaba a perder valor. Como este proceso
coincidió con la paralización de algunos de los más importantes mercados mayoristas de financiación,
súbitamente se secaron los canales de crédito para este tipo de economías, algo que sólo han ido
paliando los bancos centrales con su política de los últimos tiempos.
En este contexto, una de las economías con
La mayor vulnerabilidad de la mayor fragilidad a mediados de 2007 era pre-
economía española cisamente la española, teniendo en cuenta que
el déficit de la balanza por cuenta corriente se
aproximaba al 10 por 100 del PIB, acompa-
ñado por una deuda externa superior al 80 por 100 del PIB y por las primeras señales de un fuerte
ajuste en el mercado de la vivienda. Economía, que por otra parte, ya mostraba desde finales de
2006 claros síntomas de agotamiento después de una larga fase expansiva. De hecho, los problemas
estructurales que presentaba la economía española desde hacía tiempo, se estuvieron escondiendo
detrás del círculo virtuoso creado por la expansión inmobiliaria, la facilidad para obtener financiación
en el exterior y unas condiciones monetarias extraordinariamente laxas. Sólo un dato, entre agosto de
2002 y agosto de 2006, los tipos de interés reales a 12 meses fueron negativos (-0,8 por 100 en
media), período en el cuál el producto interior bruto creció a un ritmo medio anual del 3,5 por 100
(14,8 por 100 acumulado). Es en ese momento, cuando la política económica debería haber com-
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 30
33. pensado la extrema laxitud de la política monetaria, además de ir poniendo las bases de un nuevo
patrón de crecimiento, a través de reformas en el lado de la oferta.
La dependencia financiera exterior de la economía española forma parte de una de las grandes para-
dojas macroeconómicas de la última década: los grandes demandantes de ahorro han sido algunos
de los países más ricos del mundo (EE.UU., Australia, España y el Reino Unido), siendo los países
emergentes (especialmente Oriente Medio, China y Rusia), así como los ahorradores tradicionales
(Japón y Alemania), los que han proporcionado esta financiación.
En el caso español buena parte del ahorro ex-
terno ha procedido de nuestros socios comer-
La pertenencia al euro ciales, es decir, de ahorradores de la zona euro
(Alemania). Por tanto, la primera idea es que
sin formar parte del euro, difícilmente la econo-
mía española hubiera podido incurrir en los desequilibrios externos de los últimos años.
La segunda idea es que se puede contar con el ahorro de los vecinos cuando existen expectativas de
que el país receptor del ahorro externo lo está utilizando para aumentar su capacidad de crecimiento
en el futuro y, por tanto, va a poder hacer frente a sus compromisos sin problemas. Sin embargo, las
cosas se complican cuando el país que demanda la financiación está inmerso en una crisis profunda
con una fuerte subida de la prima de riesgo, sobre todo, si eso coincide con un momento de “stress”
en los mercados financieros internacionales. Por tanto, ni siquiera en un área monetaria como la
europea, un país puede vivir eternamente por encima de sus posibilidades.
31 Principios y propuestas
34. La explicación a un déficit de balanza por cuen-
ta corriente como el que ha presentado la eco-
Problema de competitividad nomía española en los últimos años se basa en
la realidad indiscutible de que España tiene un
problema de competitividad. Esto ha obligado,
tradicionalmente, a salir de las crisis devaluando los tipos de cambio, algo que no se puede realizar
en esta ocasión. Sin esa herramienta es muy complicado rebajar a corto plazo los precios relativos
internos de los bienes y servicios comerciables frente a los del exterior, ya que obliga a reducir salarios
y a eliminar beneficios.
Nuestra demanda interna ha crecido mucho más que la de nuestros vecinos en los últimos años y,
buena parte de este aumento del consumo y la inversión se ha desviado a importaciones. Una vez
que el ahorro externo ha dejado de aflorar se produce una corrección inmediata de la inversión y del
consumo. Ese ajuste de la demanda interna que ya está en marcha en España va a ir provocando
una disminución del déficit de balanza por cuenta corriente en los próximos años. Hemos vivido por
encima de nuestras posibilidades ya que el déficit de la balanza por cuenta corriente no es más que
la diferencia entre el ahorro interno y la inversión de un país. Por tanto, cuando una economía como
la española ha estado acumulando año tras año una brecha externa muy elevada.
La última fase expansiva de la economía espa-
La acumulación de deuda externa ñola se inició en el año 1994, con un déficit
financia un fuerte esfuerzo inversor de la balanza por cuenta corriente de 5.000
especialmente en vivienda millones de euros (1,2 por 100 del PIB) y se
cerró en 2008, cuando la necesidad de finan-
ciación de la economía española alcanzó los 100.000 millones de euros (10 por 100 del PIB). Como
consecuencia de nuestro continuo y creciente endeudamiento, la deuda externa neta de la economía
española ha pasado de unos 160.000 millones de euros a mediados de la década pasada (30 por
100 del PIB) a los 870.000 millones actuales (80 por 100 del PIB), según datos del Banco de Es-
paña, lo que constituye uno de los niveles más elevados entre las grandes economías del mundo.
El servicio de esa deuda en los próximos años, en un contexto de subida de las primas de riesgo,
va a provocar un empeoramiento estructural de la balanza de rentas, cuyo déficit se ha multiplicado
por cinco en la última década, pasando de 7.000 a 35.000 millones de euros anuales. Pero si a lo
anterior le sumamos la inversión directa en el exterior de nuestros agentes, especialmente empresas,
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 32
35. superior a 350.000 millones de euros en el período analizado; en una década nuestra apelación al
ahorro externo se habría situado cerca del billón de euros, tal y como se deduce de los datos facilita-
dos por el Banco de España.
Ese déficit de la balanza por cuenta corriente equivalente al 10 por 100 del PIB de los últimos años,
se obtenía de la diferencia entre una formación bruta de capital cercana al 30 por 100 del PIB, menos
un ahorro equivalente al 20 por 100 del PIB. Teniendo en cuenta que el ahorro nacional bruto español
no era muy diferente a la media de la Unión Económica y Monetaria (UEM) (21,9 por 100 del PIB) e
incluso superior al de países como EE.UU. (14,3 por 100 del PIB) o Gran Bretaña (15,2 por 100 del
PIB), la explicación de esta brecha negativa externa estaba en el lado de la inversión. Y, efectivamente
es así, pues en ningún país OCDE, ni siquiera en Japón (23,1 por 100 del PIB) se ha realizado un
esfuerzo inversor del calibre del que se ha producido en nuestro país en los últimos años.
Este esfuerzo se registraba en todos los componentes de la inversión, pero con especial importancia
en la construcción, especialmente de viviendas. En 1995 se producían unas 200.000 viviendas,
mientras que entre 2005 y 2008 se llegaron a terminar más de 600.000 viviendas cada año.
Para financiar este proceso de acumulación de capital, el crédito hipotecario creció en media anual
en la última década casi un 20 por 100 (con picos del 30 por 100 en el auge del ciclo), mientras
los depósitos lo hacían en algo más de un 10 por 100. Por tanto, en su labor de intermediación bus-
cando agentes generadores de ahorro para cubrir las necesidades de financiación, los bancos y cajas
españoles se encontraron con una brecha negativa que tuvieron que cubrir mediante la apelación a
los mercados mayoristas de financiación. De manera que si en el año 1995, prácticamente todos los
créditos se financiaban con depósitos, en 2008 ese ratio era del 60 por 100, o lo que es lo mismo,
la financiación en mercados mayoristas estaba próxima a los 800.000 millones de euros.
Para cubrir de manera exitosa esa diferencia ha sido necesario que las entidades financieras espa-
ñolas hayan ofrecido activos financieros atractivos para los ahorradores globales. De prácticamente
ser un mercado sin desarrollar hace una década, el saldo de cédulas y titulizaciones superaría los
500.000 millones de euros y, buena parte de estos títulos estarían en manos de no residentes. En
España, las emisiones en mercados mayoristas y titulizaciones se han utilizado de manera intensa
en los últimos años como manera de obtener liquidez, no como una vía para evitar el consumo de
recursos propios o para realizar un arbitraje regulatorio.
33 Principios y propuestas
36. En definitiva, la financiación de la enorme brecha externa se realizó sin problemas hasta el verano de
2007 a través, sobre todo, de las inversiones en cartera. El saldo deudor neto de estas inversiones en
cartera pasó de 130.000 millones en 1998 a unos 600.000 millones en 2007, período en el cual el
stock de la inversión de no residentes aumentó de 0,2 a 1 billón de euros. Durante la última década,
pero especialmente de 2005 a 2007, las entidades financieras españolas lograron colocar sin pro-
blemas títulos en el exterior, que en la mayoría de los casos tenían como garantía activos inmobilia-
rios. A partir de agosto de 2007 las vías de financiación anteriormente comentadas se secaron.
Gracias al paraguas del euro, el coste en términos de prima de riesgo que ha pagado España en los
últimos años ha sido muy bajo. Pero también debemos ser conscientes que las condiciones moneta-
rias impuestas desde Frankfurt no han sido las idóneas para nuestro país en buena parte del período
que transcurre desde el nacimiento del euro. De la misma manera, probablemente el final de la
abundancia de liquidez y de los tipos mínimos se producirá cuando los países del norte y centro de
Europa empiecen a recuperarse.
En síntesis, uno de los mayores problemas en
España en estos momentos es el elevado nivel
Problema de acumulación de deuda de deuda acumulado por los agentes. En la úl-
tima década, la deuda de las familias se ha du-
plicado hasta más del 80% del PIB, mientras
los pasivos de las empresas no financieras también se multiplicaban por dos. Es cierto que las cosas
ya están cambiando y el ahorro de las familias españolas está creciendo en 2009, pero el proceso
de desapalancamiento va a ser largo y tendrá unos efectos negativos sobre el crecimiento a medio
plazo.
1.2 El camino hacia la normalización del sistema financiero español
A pesar de que esta crisis financiera ha tenido
un carácter global, también se ha observado
Fortaleza del sistema financiero español un comportamiento muy diferenciado entre en-
tidades, por lo que la heterogeneidad resultante
en la calidad de los balances de las institucio-
nes financieras, incluso dentro de un mismo país, es muy elevada. Hasta el presente, el sistema
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 34
37. financiero español ha mostrado una relativa fortaleza en relación a las instituciones financieras de
otras economías avanzadas. La estrategia de negocio bancario que han seguido las entidades espa-
ñolas ha resultado de una gestión prudente, basada en una buena medición y control de los riesgos.
Frente al modelo de “originar para distribuir” de otras economías, nuestro sistema se ha basado en
una originación prudente y en una distribución acotada de los riesgos incurridos.
Dos razones explican este comportamiento diferencial del sistema bancario español frente a los de
otros países:
La primera es de tipo endógeno: en gran medi-
da, el sistema bancario español es el resultado
Modelo: banca universal de clientes de un modelo que ha dado prioridad a la banca
universal de clientes frente a la banca de inver-
sión y a la gestión de los riesgos de balance. A
diferencia de lo ocurrido en otros países, este modelo bancario ha favorecido que la financiación de
las entidades descanse fundamentalmente en una base de depósitos importante y no en un recurso
elevado al mercado mayorista, al tiempo que el negocio se ha basado en el crédito a clientes frente a
la inversión en activos financieros originados por otras entidades. El elevado crecimiento económico
de España entre 1994 y 2008 dio lugar a abundantes oportunidades de inversión en nuestro país, de
manera que las entidades bancarias españolas no necesitaron acudir al exterior en busca de activos
menos conocidos en los que invertir. Adicionalmente, las entidades españolas de mayor tamaño que
continuaron con su proceso de internacionalización lo hicieron exportando el modelo de banca de
clientes con el que funcionan en España.
Frente a la estrategia seguida por la mayoría de bancos internacionales, que podían aumentar sus
beneficios mediante un apalancamiento excesivo, nuestro sistema bancario español hizo descansar
una parte importante del aumento de la rentabilidad en una mejora de su productividad en un en-
torno de apalancamiento acotado.
La segunda razón es de tipo exógeno y tiene
un origen regulatorio, puesto que el Banco de
Una supervisión más acertada
España impidió que las entidades bancarias
españolas se deshicieran del riesgo de sus in-
35 Principios y propuestas
38. versiones crediticias sacándolas de sus balances mediante titulaciones y convirtiéndose en meros
agentes de las mismas. Puesto que las entidades españolas han mantenido en todo momento el
riesgo de sus inversiones han sido mucho más prudentes en la gestión y concesión de los créditos,
y han evitado la aparición de información asimétrica por la gestión del riesgo en el típico problema
principal-agente. Adicionalmente, la obligación por parte del Banco de España de dotar provisiones
dinámicas o genéricas, ha propiciado la creación de una importante cobertura de naturaleza contrací-
clica con la que afrontar la crisis económica. Asimismo, una supervisión en base consolidada ha sido
un importante factor para frenar el desarrollo de un sistema financiero paralelo, diferencia esencial
con lo ocurrido en otros países.
A pesar de sus fortalezas relativas, el sistema
bancario español no es inmune ni a la crisis
La necesidad de reestructurar el sector financiera internacional, que ha cerrado o
tensionado significativamente muchos de los
mercados en los que operaban las entidades
españolas; ni a la crisis de la economía española, que ha dado lugar a un importante deterioro de las
expectativas de crecimiento y a un aumento muy rápido y sustancial de la tasa de desempleo. Aunque
la heterogeneidad entre entidades es muy grande, las consecuencias de estas tendencias económicas
recientes ha sido la extensión de los problemas de liquidez a las entidades españolas.
Al igual que en otros países, las autoridades
económicas españolas adoptaron, en octubre
Medidas de apoyo al sistema financiero de 2008, un conjunto de medidas con la fi-
nalidad de relajar el tensionamiento al que se
enfrentaban las entidades españolas en los
mercados financieros, reducir el aumento de las primas de riesgo y restaurar la liquidez, evitando con
ello episodios de estrés financiero que en otros países dieron lugar a la desaparición de entidades con
efectos sistémicos, como el colapso de Lehman Brothers. Estas medidas (el Fondo de Adquisición de
Activos Financieros y el otorgamiento de avales del Estado a las operaciones de financiación nuevas),
junto con las inyecciones de liquidez del BCE, han contribuido a conseguir reducción de las primas
de liquidez y de crédito en los mercados desde los máximos alcanzados el pasado otoño
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 36
39. Aunque no todos los mercados financieros han reestablecido su funcionamiento normal y no todas las
entidades pueden acudir a los mercados internacionales en busca de financiación, en buena medida
se han superado los problemas más acuciantes de liquidez que se vivieron en los mercados hace
unos meses. El siguiente reto para el sistema financiero español son las consecuencias que puede
generar un ciclo económico especialmente adverso y prolongado como el actual. La manifestación
de este problema ha sido el aumento progresivo de la tasa de mora y se espera que siga aumentando
los próximos meses, mientras continúe la contracción de la actividad económica y el aumento de la
tasa de paro.
37 Principios y propuestas
40. Las entidades españolas no se han visto afectadas, como en el caso de otros países, por los activos
estructurados que han visto desplomarse su valor en los mercados financieros internacionales. Aun-
que globalmente esta situación no supone un problema, ya que el sistema financiero tiene suficiente
resistencia y soportes, hay elementos de vulnerabilidad en una parte del sistema ligada a su compor-
tamiento reciente, en especial a la existencia de estándares de origen diferentes y una asimetría en la
diversificación de carteras. No sólo es importante destacar el complejo entorno actual. En el futuro,
el entorno al que se va a enfrentar el sistema financiero es muy exigente. Las expectativas actuales
apuntan a un entorno de bajos tipos de interés, de menores márgenes de intermediación limitados y
de crecimiento del crédito en los próximos años que va a ser sensiblemente menor que el registrado
en los últimos tiempos, como consecuencia de que las familias y empresas desean reducir su apalan-
camiento ante el nuevo contexto de primas de riesgo más elevadas. Conviene tener presente que la
actual crisis económica está ocasionada por un notable aumento de la deuda en el sector privado de
la economía, de las que el sector financiero es el principal intermediario. Esta acumulación de deuda
privada es la principal diferencia de la crisis actual respecto a otros episodios de ajuste en el pasado.
Aunque, en gran medida, el problema de la deuda privada está acotado a determinados sectores,
particularmente en el constructor e inmobiliario puesto que en el resto de sectores el aumento de la
deuda en términos de PIB ha sido moderado, las expectativas futuras son de una menor demanda
de crédito, lo que se traduce en un sobrecapacidad del sistema bancario que deberá reestructurase
en los próximos años.
Ante esta perspectiva es importante que cual-
Principios para la restructuración quier programa financiero de impulso y rees-
del sistema financiero tructuración siga una serie de principios. En
gran medida estos principios fueron recogidos
en el Memoramdum of Understanding que pu-
blicaron en junio de 2008 los ministros de la Unión Europea y los gobernadores de los bancos
centrales. Así, las soluciones privadas para el sistema financiero deberían ser prioritarias, algo que
a nivel europeo no ha ocurrido hasta el momento, puesto que se ha dado prioridad a las soluciones
mediante intervención pública. No tiene sentido desaprovechar recursos públicos con un coste de
oportunidad elevado, sobre todo teniendo en cuenta la necesidad de una futura consolidación fiscal
del sector público en España. Por lo tanto, las ayudas públicas deben ser sólo las necesarias para la
recapitalización de aquella parte del sistema que lo necesite. En todo caso, las mismas han de ser
transparentes, transitorias y condicionadas a un plan de saneamiento y reestructuración, y han de
Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España 38
41. preservar la competencia, en los mercados de activos y de pasivos, para que todas las entidades,
tanto aquellas que reciben ayudas públicas como las que no, puedan competir en igualdad de con-
diciones, evitando así situaciones de competencia desleal. No hay que olvidar que el objetivo final de
estas acciones debe ser contribuir a que el crédito fluya con normalidad a sus clientes y de un manera
sostenible, favoreciendo el crecimiento económico, preservando las condiciones de solvencia para
evitar incurrir en situaciones puntuales que puedan llegar a desembocar en riesgos sistémicos.
La interacción entre la crisis financiera y la cri-
sis real generó una espiral bajista de tal inten-
Efectos de las medidas excepcionales sidad que empujó a las autoridades a adoptar
medidas de todo orden absolutamente excep-
cionales. Estas medidas fruto de la urgencia de
la situación y con frecuencia descoordinadas, aunque fueran necesarias, tienen efectos secundarios
muy importantes en distintos campos. Para el tema que nos ocupa, las distorsiones a la competencia
y el aumento del riesgo moral son, probablemente, las dos más importantes y el sistema financiero
español se ha visto afectado por ambas en distinta intensidad. En el futuro, además, se verá también
afectado por las revisiones del marco institucional que derivaran de la actual crisis.
En buena parte de los países de nuestro entorno una parte significativa (en algunos casos parte sus-
tancial) de las instituciones, han sido objeto de ayudas públicas a precios no basados en el mercado,
con frecuencia sin considerar la viabilidad de la institución, sin que los accionistas asumieran los
costes debidos, sin acometer una renovación de sus administradores y sin una reestructuración de
la entidad. Todo ello ha situado en ocasiones en una posición de ventaja competitiva a entidades
que habían cometido errores graves en su gestión. Además, envía incentivos y señales erróneas al
mercado y sitúa en desventaja, precisamente, a las entidades que han sido mejor gestionadas.
A la vista de las estimaciones de pérdidas lleva-
das a cabo por el FMI, tanto en EE.UU. como
Restablecer la confianza en Europa serán necesarias nuevas medidas de
recapitalización y limpieza de balances. El res-
tablecimiento de la confianza en la solvencia
de las entidades financieras por las vías de capitalización y limpieza de balances, bajo el liderazgo
del sector público y corrigiendo las deficiencias apuntadas, resulta imprescindible para que el siste-
39 Principios y propuestas