El incendio forestal de Aliaga-Ejulve de 2009 fue el más grande registrado en España ese año, quemando 7,301 hectáreas en cinco municipios aragoneses. Fue causado por una tormenta seca con rayos seguida de altas temperaturas, viento fuerte y baja humedad. Aunque se consideró extinguido después de cinco días, las difíciles condiciones retrasaron la llegada de equipos de extinción iniciales y permitieron que el fuego arrasara miles de hectáreas en las primeras 48 horas.