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Weber y el debate por el método de las ciencias del espíritu (apuntes de cátedra) – Osvaldo Blanco
1. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
UNI VER SI DAD ARC I S SA NT I AG O
E SC U ELA D E SO C I O LO G Í A
CÁ T ED R A : C L Á SI C O W EB ER
PR O F E SO R : O S VA L D O B LA NC O 1
EL DEBATE P O R E L MÉ TO DO DE LA S
CI EN CI A S DE L ES PÍ R I TU.
1. - L a M e t h od e ns t re i t y el i ndi v i d ua l i s m o m e t od o l ó gi co.
As p e c t o s pr i n ci pa l e s.
La influencia del historicismo y, en menor medida, del irracionalismo, tiene como
principal consecuencia el hecho de que las ciencias sociales se alejen del
positivismo.
Este camino no es sólo una cuestión abstractamente epistemológica, sino que tiene
relación con la orientación política que los intelectuales estaban teniendo frente a las
fuerzas sociales desatadas por la ilustración y la modernidad.
La Revolución Francesa –acaso el principal hito sociopolítico de la Ilustración y la
modernidad– representa una época fuertemente marcada tanto por procesos de
liberación social como de restauración conservadora.
1 Sociólogo U. Arcis y Magíster en Ciencias Sociales U de Chile. Becario CONICYT,
Doctorado en Sociología UAH.
[ 1]
2. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Este doble movimiento hace que en Francia, por una parte, existan pensadores como
Alejandro Tocqueville para quien el liberalismo y el individualismo eran los grandes
aportes de la Revolución, mientras que, por otra parte, autores tales como Compte y
Joseph de Maistre aboguen por un fundamento racional del orden y la cohesión
social amenazada por las fuerzas centrífugas revolucionarias.
Precisamente Comte, padre fundador de la sociología francesa, a este aspecto
ideológico le agrega el complemento epistemológico del positivismo.
Los hechos sociales, a diferencia de la introspección psicológica e interpretativa,
permitían reconocer el carácter de cosas de los fenómenos sociales y, por tanto,
admitían la sumisión de éstos a leyes naturales.
Comte hizo de la sociología una disciplina con un enfoque proveniente de las
ciencias naturales. La sociedad es un organismo con sus diferentes funciones.
Si bien se aleja de Comte, E. Durkheim sigue a su maestro en el método. De esta
forma, los hechos sociales son anteriores y exteriores al individuo, considerándose
como dotados de un poder imperativo y coercitivo, en virtud de lo cual se imponen
al individuo, lo quiera éste o no.
En la sociología hay una autonomía de lo social como algo distinto a lo psicológico
y los prejuicios del sentido común.
Pero esta autonomía de lo social respecto de lo psicológico es a costa de incorporar
a lo social junto al paradigma de cientificidad proveniente de las ciencias positivas
de la naturaleza.
Pensemos en la separación sujeto – objeto (que es la gran distinción del idealismo
cartesiano: la realidad de afuera es completamente puesta en duda; el pensamiento
es la única certeza).
[ 2]
3. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Esta separación S – O significa, para Compte y Durkheim, que la sociedad está del
lado del objeto, no del sujeto. De hecho, es importante entender que el positivismo
es la reacción que hubo en contra del idealismo, es decir, la reacción en contra de la
especulación centrada en una realidad construida por la subjetividad que piensa.
De esta forma, el enfoque francés unifica lo que los alemanes (Dilthey, Windelband,
Lask, Rickert, Weber, Simmel) separaban, esto es, las ciencias histórico-sociales de
las ciencias de la naturaleza.
En Alemania el debate en torno a las ciencias sociales (ciencias culturales, historia o
ciencias del espíritu, tal y como le decían en aquella época) es diametralmente
opuesto al enfoque sociológico francés.
El debate de las ciencias sociales alemanas está en las antípodas del positivismo
“fisicalista” francés, pero también del utilitarismo empiricista inglés.
La sociología alemana que recién se funda hacia finales del s.XIX se basará en el
sentido de la acción e interacción humana como tema central de las ciencias
humanas.
En Alemania, el debate intelectual que se da en las dos últimas décadas del S. XIX
hasta 1910 en torno a las ciencias culturales, sociales e históricas posee una raíz
proveniente del formalismo kantiano y del idealismo de Hegel y Fitche.
El contexto intelectual alemán en aquella época se le conoce con el nombre de
Methodenstreit, vale decir, disputa o debate sobre el método.
Este Methodenstreit es por tanto un debate sobre los criterios de demarcación de las
ciencias históricas (ciencias del espíritu, tal y como Dilthey les llamaba) y las
ciencias naturales.
El punto central del debate es la demarcación de las ciencias sociales respecto de las
ciencias naturales. En Francia e Inglaterra, por el contrario, había una continuidad
de los métodos de las ciencias naturales en las ciencias sociales.
[ 3]
4. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
De esta manera, aquí podemos decir que en Alemania las ciencias sociales se
separan de las ciencias naturales, siguiendo la influencia de corrientes tales como el
historicismo, romanticismo e idealismo. En suma, las mismas vertientes filosóficas
que nutren el debate alemán de aquél entonces.
Ahora bien, la separación de las ciencias sociales respecto de las ciencias naturales
se basa en el siguiente aspecto central: la individualidad del alcance que tienen los
fenómenos sociales a diferencia de los fenómenos naturales.
La sociología quedaría asimilada a una ciencia de la interacción individual, en
contraste con la exterioridad de los hechos sociales propio del enfoque sociológico
francés.
Por otra parte, si aceptamos el hecho de que existe una diferencia entre el ámbito de
las ciencias del espíritu (ciencias sociales, históricas y culturales) respecto de las
ciencias naturales, debemos preguntarnos acerca de las características particulares
de los objetos de estudio de las ciencias sociales.
Es precisamente en este punto donde aparece la hermenéutica. En efecto, si las
ciencias sociales acceden a sus objetos de forma diferente que las naturales hay que
preguntarse por el tipo de “acceso” que las caracteriza.
Esta particular forma de acceso o acercamiento que establece el conocimiento de las
ciencias sociales respecto de sus objetos de estudio es el de la comprensión
interpretativa.
Mientras la causalidad y la verificación empírica es propio de las ciencias naturales,
las ciencias sociales basan su método en una especie de intuición o comprensión de
las motivaciones individuales que hacen que los individuos actúen de una manera y
no de otra.
[ 4]
5. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Esta convicción está presente en autores como H. Rickert y W. Dilthey, entre otros,
aunque estos dos son las figuras más influyentes en los planteamientos
epistemológicos desarrollados por Max Weber.
Aunque difieren entre sí (en posteriores clases veremos más específicamente cuáles
son sus similitudes y diferencias), ambos comparten la consideración de que la
causalidad, la verificación empírica y el experimento no son aplicables a las ciencias
humanas o ciencias de la cultura.
Estas se fundamentan más bien, tal y como lo mencionamos, en una intuición
(Dilthey) o, en otros términos, en una “comprensión” (Verstehen), la cual, lejos de
predecir y establecer causas y leyes verificables, implica un tipo de acercamiento
que parte con la experiencia personal del analista.
Las ciencias sociales estudian valores, es decir, conductas o acciones cargadas de
sentido para quienes las realizan. Es este sentido el que hay que comprender.
Más adelante veremos cómo Weber establece su propia aproximación a este
“sentido” de la acción, pero por ahora señalemos que este sentido no es universal ni
trascendental. Es decir, no se trata de un valor trascendental para una cultura.
De hecho, esto último es propuesto explícitamente por Rickert en su método de
“relación al valor”, pero desechado fehacientemente por Weber. Para Rickert, el
valor que deberá ser estudiado será un imperativo categórico kantiano; Weber
rechaza tajantemente este particular postulado (ya veremos esto más adelante).
Los objetos de estudio de las ciencias sociales se entienden como manifestaciones
de otros individuos. Es decir, entendemos a los individuos en función de los rasgos
que tienen en común.
Este último punto es clave, pues el conocimiento en las ciencias sociales tiene
mucha similitud a la comprensión que tenemos de las obras de arte: porque
compartimos una experiencia común disfrutamos de la obra de arte.
[ 5]
6. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Ahora bien, si observamos bien, podemos darnos cuenta de que estamos frente a una
línea de pensamiento netamente subjetivista.
¿Qué estudia la ciencia social? Respuesta: la ciencia social estudia el sentido que los
individuos le asignan a sus acciones y, más generalmente, a su vida con otros
individuos.
Las ciencias sociales estudian subjetividades dotadas de sentido.
Esto mismo decían los filósofos alemanes de aquella época: las ciencias del espíritu
estudian valores. Es decir, estudian valoraciones que las subjetividades le asignan a
sus acciones y a las de los otros.
Sociólogos como Georg Simmel o Max Weber se caracterizaran por estos enfoques
subjetivistas.
Para Simmel, la sociedad entendida como objeto supra por fuera de los individuos
simplemente no existe; lo que existe es más bien constantes procesos de
socialización, por lo que la sociología debe estudiar la sociedad entendiéndola a
través del punto de vista subjetivo.
En términos más claros: para Simmel la sociedad entendida como cosa objetiva que
tiene su propia unidad por fuera de la subjetividad no existe.
Lo único que existe es la idea subjetiva de sociedad, por tanto, la única unidad de la
sociedad es la que existe en la conciencia de los individuos. Evidentemente Simmel
está fuertemente influenciado por el idealismo alemán.
Por su parte, Weber también es individualista. La acción social es estudiada por
Weber a partir del individuo.
[ 6]
7. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Los grandes fenómenos sociales e históricos (capitalismo, racionalización,
dominación, etc.) son fenómenos de segundo orden que deben ser comenzados a
estudiar a partir del primer orden que son los individuos.
De esta manera, la sociología comprensiva de Max Weber es metodológicamente
individualista.
Sin embargo, quiero aclarar aquí lo siguiente: Weber es individualista en el método.
No es un individualista ontológico respecto de lo social.
Weber no cree que la sociedad es la suma de individuos. Weber piensa que para
acceder al “sentido” –que, como vimos, es lo que distingue a las ciencias sociales de
las ciencias de la naturaleza – debemos comenzar a desentrañar el sentido y
valoración subjetiva de los individuos respecto de sus acciones y la de los otros.
El punto de partida de Weber es el sentido de un individuo, respecto a sus fines y sus
valores, vale decir, la forma en que los individuos ajustan sus conductas a sus
valores y desestimando las consecuencias de esas conductas.
Las personas pueden actuar orientadas según las tradiciones o costumbres sociales.
Pero, aunque no se den cuenta conscientemente, sus acciones están cargadas de
sentido; no hay acción social neutralmente valorativa.
Actuando racionalmente o siguiendo la tradición, la conducta de los individuos se
hace relativamente regular o predecible, lo que permite hacer ciencia social. Según
Weber, explicar en sociología es explicar por qué las personas actúan de la forma en
que actúan, lo que implicar entender qué significados dan ellos mismos a sus
actuaciones.
Ahora bien, en la obra de Max Weber no existe ningún texto donde se explicite la
palabra “individualismo metodológico”.
Más bien el término individualismo metodológico lo propone Popper en su polémica
contra Hegel y el marxismo.
[ 7]
8. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
¿Por qué entonces llamar a Weber un individualista metodológico? Para responder
esto hay que hacer aclaraciones en torno a problemas del individualismo
metodológico weberiano.
Weber no es un individualista ontológico, es decir, no cree en cuanto a establecer
determinantes últimos de los fenómenos sociales.
Su individualismo recorre una serie de tensiones que intentaremos ir desarrollando
en esta primera unidad del curso.
Preliminarmente, podríamos decir que las tensiones del individualismo
metodológico weberiano son las siguientes:
o La propuesta weberiana difiere de la hermenéutica de Dilthey, para
quien la conciencia histórica se expresa igualmente en los individuos y en
los textos: en ambos niveles opera la comprensión. Además, Dilthey es
metafísico: cree en una intuición como método para acceder al sentido.
o La propuesta weberiana difiere de Rickert, para quien los valores que
estudian las ciencias sociales son imperativos categóricos (kantianos).
o A diferencia del individualismo metodológico anglosajón de la Rational
Choise, el agente social weberiano ya es portador de una maraña/mediación
cultural e histórico, que el individualismo económico no posee.
o El enfoque weberiano es diferente al individualismo liberal (político).
Si se quiere tildar a Weber de liberal hay que hacerlo por su tendencia
política, no por su metodología.
o Relación entre conceptos de 2º orden y los de 1º orden ¿cómo el
individualismo metodológico puede explicar conceptos colectivos?
[ 8]
9. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
2. - D i l t h ey y Ri cke r t. La i n di v i du a l i z a ci ó n h i s t ór i c a
Profundicemos un poco en el aporte del filósofo de la hermenéutica: W. Dilthey.
Para Dilthey, la separación entre ciencias naturaleza y ciencias de la cultura
responde a diferencias ontológicas y epistemológicas, es decir, a diferencias del
objeto que se estudia, así como también de la forma en que el sujeto cognoscente se
debe acercar a la éste, es decir, al objeto por conocer.
Para Dilthey, los hechos naturales eran explicados por leyes causales. Esto significa
que el científico no tiene idea del sentido de la causa (el para qué); sólo sabe la cusa
(el porqué).
Es decir, en las ciencias naturales hay una clara separación entre el sujeto y el
objeto. El sujeto tiene una posición de neutralidad y enajenación frente al fenómeno
observado.
En cambio, los fenómenos culturales revisten un significación, vale decir, una carga
de sentido provista por los actores y que el científico social debe comprender
(Verstehen).
Para Dilthey, esta comprensión interpretativa es posible debido a que de un lado y
de otro del fenómeno observado se erige la misma cosa: la conciencia humana.
De esta manera, podemos decir que para Dilthey la diferencias entre ciencias
sociales y naturales implica una diferencia en el objeto de estudio:
1) Ciencias Naturales: objeto separado del sujeto.
2) Ciencias Sociales: sujeto y objeto son lo mismo.
[ 9]
10. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Las críticas a Dilthey se basaron en ese fundamento ontológico respecto del
ser/objeto que fundamenta a cada campo de saber.
Dos críticos de Dilthey son otros filósofos neokantianos: Wildelband y Rickert.
Ambos proponen otros criterios de demarcación entre ambos tipos de saber.
Para ellos, la separación entre lo social y lo natural ya no cae en la naturaleza de los
objetos, es decir, ya no es una cuestión de índole ontológico/metafísico, sino que
tiene que ver con los propósitos subjetivos que los sostienen.
Esto es típico del neokantismo, postura filosófica que pretende resolver las
cuestiones gnoseológicas (del conocimiento) a partir de las orientaciones del sujeto
de conocimiento y no del objeto.
De esta forma, Wildelband y Rickert sostienen la siguiente separación (que,
repetimos, ya no es sobre la base ontológica de los objetos diferentes entre ciencias
sociales y ciencias naturales):
1) Ciencias Nomotéticas: Leyes generales.
2) Ciencias Idiográficas: Leyes particulares.
Para Wildelband y Rickert, un mismo objeto, ya sea natural o social, puede
aprehenderse o asirse desde un punto de vista ideográfico o nomotético.
En especial para Wildelband, el individualismo no es antropomórfico: todo objeto –
y no sólo el individuo humano – puede ostentar el carácter de una individualidad
histórica, a condición de haber sido presentado como tal por una conciencia
histórica.
El gran problema de esta solución es lograr producir conceptos. Una ciencia
idiográfica, es decir, basada en lo particular o singular de la realidad cultural no
puede articularse en base a conceptos generales.
[10]
11. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Rickert es el que soluciona esta contradicción, este hiato entre el concepto y la
realidad.
Este problema, dice Rickert, afecta tanto a lo ideográfico como a lo nomotético.
Para Rickert, toda realidad se presenta como una infinidad intensiva, es decir, es
abordable desde una infinidad de aspectos diferentes.
Por tanto, toda formación de conceptos presupone una selección que consiste en
rescatar del flujo intensivamente infinito de la realidad aquellos aspectos juzgados
como significativos.
De esta forma, Rickert entrega unos criterios de selección del fenómeno a estudiar.
La metodología para la selección de los aspectos relevantes de las ciencias del
espíritu que son aportados por la filosofía neokantiana de Rickert se le conoce como
el método de “relación al valor”.
Se trata de un método de selección de criterios para demarcar determinado
fenómeno.
La relación al valor no implica que el individuo estudie lo que él quiere. La
“relación al valor” permite individualizar fenómenos sociales, culturales y/o
históricos para su estudio.
Recordemos a su vez que los neokantianos –influenciados por el idealismo, el
historicismo y el romanticismo – señalan que, a diferencia de las ciencias naturales,
las ciencias humanas están directamente relacionadas con el sentido, es decir, con el
valor.
Es más, por ser ciencias enfocadas en lo particular, en los accidentes de la historia (y
no en lo abstracto general o leyes), producen conceptos basados en los criterios
valorativos del científico social.
[11]
12. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Aquí aparecen una serie de problemas interesantes:
1) Ruptura con la concepción iluminista del
conocimiento como “espejo del mundo”. La ciencia
natural se aleja de la realidad concreta ya que progresa
por abstracción y generalización en búsqueda de leyes
teóricas.
Las ciencias históricas tampoco reproducen
especularmente la realidad singular concreta, sino que
más bien “filtra” a partir de la “relación al valor”
orientada por el investigador.
2) (este es el verdadero problema) Validez y objetividad
científica del conocimiento para las ciencias
históricas. Se compromete la validez y objetividad
científica de las ciencias quienes explícitamente se
orientan al valor y a la individualidad concreta.
Como forma de enfrentar el segundo problema, Rickert separa el método “relación
al valor” de la “valorización” o juicios de valor.
El método de la relación al valor otorga validez y objetividad; las valoraciones, en
cambio, son juicios de valor.
Ahora bien, nos queda por explicar en qué consiste el método de relación al valor.
Diremos que la relación al valor propuesta por Rickert es un conjunto de 4
criterios claves para definir o individualizar un fenómeno de estudio por parte de
las ciencias sociales.
Estos criterios son los siguientes:
[12]
13. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
1) Los valores afirmados por el investigador para su
selección empírica deben ser compartidos por los actores
históricos concernidos.
2) Estos valores deben ser, por tanto, comunes a una
cultura.
3) Debe haber una fuerza vinculante de estos valores. Para
Rickert, que es kantiano, esta fuerza vinculante de valor
es un imperativo categórico2.
4) La investigación histórica no puede hacer juicios de valor
(valoración) sobre el fenómeno histórico, sino más bien
remitirlo a su circunstancia histórica determinada de
forma teórica.
El primer punto significa que el investigador selecciona su objeto a partir de que
éste no es ajeno al campo mismo de estudio.
El segundo punto implica que los fenómenos elegidos no son aislados, sino que
pertenecen a un horizonte histórico amplio.
El tercer punto implica que, para Rickert, los valores no sólo tienen validez
empírica, histórica o cultural sino que una validez incondicional, es decir, una
necesidad de que la validez de las representaciones históricas dependa de la validez
de los valores generales incondicionales,
2 Imperativo Categórico: Para Kant sólo este tipo de imperativo es propiamente un imperativo de la
moralidad. Se trata de un mandato con carácter universal y necesario, el cual prescribe una acción como
buena de forma incondicionada, manda algo por la propia bondad de la acción, independientemente de lo
que con ella se pueda conseguir. Declara la acción objetivamente necesaria en sí, sin referencia a ningún
propósito extrínseco, es decir, denota una obligación absoluta e incondicional, la cual ejercería su
autoridad en todas las circunstancias, siendo autosuficiente, no necesitando justificación externa.
[13]
14. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
En este sentido, este valor incondicional no es una especie de “consenso”, sino un
imperativo, adoptado quiéranse o no, consciente o inconscientemente.
Sin embargo, es necesario, según Rickert, que los valores sean reconocidos,
tomando todos nosotros (incluso el investigador) una posición respecto de la cual el
fenómeno debe ser referido.
Por lo tanto, no es un consenso, sino reconocimiento. En el consenso todos estamos
de acuerdo. Aquí, en cambio, todos reconocemos: adoptamos diversas posiciones
frente a determinado valor.
El hecho de este reconocimiento global por parte de todos los integrantes de una
formación histórico-social les hace ser valores necesarios.
Ahora bien, de estos 4 criterios del método de
“relación al valor” propuesto por Rickert, Weber desecha el tercero (el del
imperativo categórico). Es decir, hay fuerza vinculante, pero no necesariamente
debe ser categórica.
De esta forma, para Weber el valor asumido como
objeto de estudio puede ser universal (imperativos categóricos), así como también
“imperativos hipotéticos”, esto es, aquellos que llevan a realizar una acción sólo en
determinadas circunstancias, no siendo obligatorios ni de carácter universal.
2. - E l ob j e t o de e s t ud i o : L a i ndi v i d ua l i d ad hi s t ó r i c a
Weber va a tomar de Kant la idea de que entre el conocimiento y la realidad hay un
vacío que se debe abordar a partir de una toma de posición valorativa por parte del
investigador.
Estas tomas de posición valorativa son las que el investigador, en tanto hijo de su
tiempo (es decir, en tanto proveniente de un determinado contexto histórico) rescata
y vuelve objeto de estudio.´
De esta manera, lo que hoy se conoce como ciencias sociales eran conocidas en los
tiempos de Weber como “ciencias de la cultura”, donde los objetos de estudio de
estas ciencias son “valores”.
[14]
15. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Tal y como lo señala Weber en su artículo de 1904, “La ‘objetividad’ cognoscitiva
de la ciencia social y de la política social”:
“Hemos designado ‘ciencias de la cultura’ a las disciplinas que procuran conocer los fenómenos
de la vida en su significación cultural. La significación de la configuración de un fenómeno
cultural, y su fundamento, no pueden ser obtenidos, fundados y vueltos inteligibles a partir de
un sistema de conceptos legales, por perfecto que fuere; en efecto, presuponen la relación de los
fenómenos culturales con ideas de valor. El concepto de cultura es un concepto de valor. La
realidad empírica es para nosotros ‘cultura’ en cuanto la relacionamos con ideas de valor; abarca
aquellos elementos de la realidad que mediante esa relación se vuelven significativos para
nosotros, y sólo esos. Únicamente una pequeña parte de la realidad individual considerada en
cada caso está coloreada por nuestro interés condicionado por aquellas ideas de valor; ella sola
tiene significación para nosotros, y la tiene porque exhibe relaciones para nosotros importantes
a causa de su ligazón con ideas de valor. Sólo en cuanto ello es así, esa parte será para nosotros
digna de ser conocida en sus rasgos individuales”.
WEBER, 2006: 65-66.
Cursivas mías O. B.
Es decir, para Weber, el origen de los valores a ser estudiados surge con una elección
arbitraria, fundada en los principios de objetividad dados por el método de la
“relación al valor”.
En su obra “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” Weber presenta la
forma de plantear sus objetos de estudio a través de la individualización histórica.
“En el título de este estudio se emplea el concepto un tanto pretencioso de ‘espíritu del
capitalismo’. ¿Qué debemos entender por ello? Si tratamos de buscar algo así como una
‘definición’ de este concepto, toparemos en seguida con ciertas dificultades que radican en la
naturaleza misma del objeto que se investiga.
Si es posible encontrar un objeto al que resulte aplicable aquella denominación, sólo podrá ser
una ‘individualidad histórica’, esto es, un complejo de conexiones en la realidad histórica, que
nosotros agrupamos conceptualmente en un todo, desde el punto de vista de su significación
cultural”.
WEBER, 1984: 53.
Cursivas mías O.B.
Esta individualización es un constructo intelectual que está lejos de agotar la
multidimensional realidad social.
[15]
16. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
En otras palabras, la realidad social es inagotable, siendo el investigador el que
configura un fenómeno de interés a partir del aislamiento, individualización, de sus
características más interesantes.
Weber está alejado de cualquier intento de formación de un sistema cerrado de
conceptos dentro del cual yacería encerrada la realidad y a partir del cual ésta
pudiera ser deducida cuantas veces se quiera (Weber, 2006: 73).
En efecto, tal y como el propio Weber señala:
“La corriente del acaecer inconmensurable fluye de manera incesante hacia la eternidad.
Siempre de nuevo y de maneras distintas se configuran los problemas culturales que mueven a
los hombres. Y con ello se mantiene fluctuante el círculo de lo que, para nosotros, presenta
sentido y significación entre el flujo permanente de lo individual, y que se convierte en
‘individuo histórico’”.
WEBER, 2006: 73.
Precisamente, el problema de la formación de conceptos pasa por el punto crítico de
que éstos no pueden captar la complejidad de lo social. Tal y como veremos más
adelante, los “tipos ideales” son sólo abstracciones mentales dispuestas a recortar,
simplificar y modelizar una realidad que nunca se deja de estar en constante devenir.
Por esto que Weber señala que los tipos ideales nunca ocurren de forma “pura” en la
realidad social.
En otras palabras, el científico sólo recorta un segmento de lo real para hacerlo
objeto de estudio. Este recorte es lo que denominamos como “individualización
histórica”.
Aquí aparece el hecho de la validez y objetividad de esta selección de
acontecimientos individualizados como objetos de estudio para la sociología.
Es el propio investigador el que selecciona las principales artistas del valor que
pretende estudiar, valor que, a su vez, está determinado por ser socialmente
relevante.
[16]
17. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Remarquemos aquí dos cosas importantes: i) Para Weber, “valor” es igual a objeto
de estudio; lo que estudian las ciencias culturales como la sociología son valores
(que, como ya vimos, son recortes o individualizaciones de la realidad); ii) La
selección del valor que se estudia tiene que ver con el hecho de que es un valor
socialmente relevante.
Respecto de esto, permítasenos dar cuenta de la siguiente cita:
“La premisa trascendental de toda ciencia de la cultura (…) [consiste] en que somos hombres
de cultura, dotados de la capacidad y la voluntad de tomar conscientemente posición ante el
mundo y de conferirle sentido. Y este, cualquiera que sea, conducirá a que en la vida juzguemos
determinados fenómenos de la coexistencia humana a partir de él, y a que tomemos posición
frente a ellos como significativos (positiva o negativamente). Además, sin que importe cuál sea
el contenido de esta toma de posición, tales fenómenos tiene para nosotros significación cultural
y únicamente en ella estriba su interés científico”.
WEBER, 2006: 70
Cursivas del autor
En efecto, el interés científico pasa por la voluntad de saber del científico social, por
sus propias ideas de valor, pero, al mismo tiempo, porque los fenómenos estudiados
están plenos de valor.
Citemos nuevamente a Weber:
“La prostitución es un fenómeno de la cultura al igual que la religión o el dinero. Los tres lo son
solo en cuanto, y en la medida en que, su existencia y la forma que adoptan históricamente
despiertan, de manera directa o indirecta, nuestros intereses culturales y nuestro afán de
conocimientos desde puntos de vista derivados de aquellas ideas de valor que vuelven para
nosotros significativo el fragmento de realidad pensado en aquellos conceptos.
IBÍD., 70-71.
Cursivas del autor.
Sin las valoraciones del investigador no sólo la labor científica no podría realizarse,
sino que el propio conocimiento de la realidad carecería de sentido.
3. - Ra ci o na l i s m o e n e l mé t o d o y O bj e ti v i d ad c i e n t í f i c a.
[17]
18. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Si la labor científica en las ciencias culturales se basan en el valor del científico
entonces caemos en el problema de la objetividad científica. En efecto ¿es un
conocimiento objetivo el de la sociología que se basa en la elección de un fenómeno
en base al valor que el investigador le atribuye?
¿Cómo asegurar validez y objetividad en ciencias sociales sin caer en el naturalismo
y positivismo de las ciencias físicas?
Tenemos en Weber al menos dos argumentos para poder explicar esto.
El primero tiene que ver con algo que señalamos al pasar anteriormente: el método
“relación al valor” de Rickert, el cual, en su cuarto punto, sostenía que la separación
del método relación al valor con la emisión de juicios de valor (valorización).
La investigación histórica no puede hacer juicios de valor (valoración) sobre el
fenómeno histórico, sino más bien remitirlo a su circunstancia histórica determinada
de forma teórica.
El método de la relación al valor otorga validez y objetividad; las valoraciones, en
cambio, son juicios de valor.
En segundo lugar, esta objetividad y validez se logra a partir de entender la
construcción teórica como hipótesis que individualizan un fenómeno a partir de ligar
elementos entre sí de forma tal que carezcan de contradicciones.
Por ejemplo, el capitalismo es un “modelo ideal” caracterizado por procesos de
intercambio de mercancías, libre competencia y acción estrictamente racional. Todos
estos elementos son conexiones conceptuales que no se contradicen entre sí.
El papel de la teoría entonces es la de modelizar el caos que es la realidad social.
[18]
19. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
La sociedad es una especie de desorden que el investigador ordena a partir de la
construcción de una teoría netamente conceptual, abstracta.
De ahí que la teoría no está para predecir, sino que para explicar la realidad. El
contenido de la teoría no necesariamente ocurre en la realidad, sino que sirve para
orientar su análisis, el cual consiste en establecer distancias y similitudes entre
observación empírica y modelo teórico.
3. - C ara c te r í s t i c as pr i n c i p al e s d e l a s o ci ol og í a co m pre ns i va
web er i a n a
Para Weber, la sociología es las ciencias, por medio de la interpretación, la acción
social.
La interpretación permite la explicación causal tanto en su desarrollo actual como en
sus efectos o consecuencias.
En ese sentido, se trata de una interpretación que comprende (Verstehen) el sentido
de la acción.
Hay dos formas básicas que adopta la comprensión weberiana:
Comprensión del desarrollo actual de la acción:
comprensión actual del sentido de una acción. Se trata de
comprender el qué hizo y qué es.
Ejemplo: el estallido de cólera; alguien que corta un árbol
(comprendemos actualmente que es leñador).
Comprensión explicativa de la acción: comprender el
porqué se realiza una determinada acción. Aquí está
subyacente el tema de los motivos de la acción.
[19]
20. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Es decir, para qué el actor hizo lo que hizo precisamente en
ese momento y en esa conexión. Una acción determinada
logra una conexión de sentido, es decir, motivos que
insertan a la acción en un contexto mayor que le
proporciona coherencia y sentido.
Ejemplo: cuando comprendemos que la acción actual de
estar encolerizado remite a una historia de vida llena de
elementos que explican este enojo.
Ejemplo: cuando comprendemos que el acto actual del
leñador remite a una relación salarial. Lo hace para ganarse
un salario. Aquí se conecta la acción con un sentido que la
engloba y le da coherencia (esa es la definición de la
“conexión de sentido”).
Por tanto, conexión de sentido: conectar la acción que se observa con un sentido.
Esta conexión es hipotética, pero explicativa. Es decir, el investigador no pretende
saber realmente el sentido de la acción social (como en el caso de la psicología),
sino enmarcarla dentro de un contexto que le confiera una explicación.
El mejor y más conocido ejemplo de conexión de sentido en la obra es la relación
que este autor establece entre la actitud puritana y la actividad capitalista.
De esta forma, explicar sería –para la sociología en tanto ciencia que se preocupa de
la acción– establecer la conexión de sentido de una acción ya comprendida
actualmente, imputándole un sentido mentado subjetivo.
Dicho de otra forma, explicar una acción es una operación donde el investigador
desentraña el sentido, por tanto, explicar es comprender los motivos de la acción.
Por un lado, comprender es la captación interpretativa del sentido, mientras que, por
otro, comprender es una conexión de sentido; imputación de sentido.
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21. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Comprender es asignar la explicación a una causa imputada por el investigador.
Por lo tanto, la causa de los hechos siempre es interpretativa: la sociología es una
ciencia que interpreta la acción.
Toda interpretación del sentido de una acción social en sí no es otra cosa que una
hipótesis causal.
De esta manera, por motivo de la acción Weber entiende la conexión de sentido que
para el actor o el investigador aparece como fundamento de una acción o conducta
(“Economía y Sociedad”, p. 10).
3. - D e f i ni ci ó n d e t i p os i de al es
Las herramientas para el análisis weberiano son:
1. Mediante la búsqueda de las reglas del acaecer (interpretaciones causales).
La "interpretación causal": implica que el desarrollo externo y el motivo
hayan sido conocidos de un modo certero y al mismo tiempo comprendidos
con sentido en su conexión. Una interpretación causal correcta de una acción
típica significa que el acaecer considerado típico se ofrece con adecuación de
sentido y puede ser comprobado como causalmente adecuado.
Aquí Weber alude a casos muy especiales donde la conexión de sentido se da
empíricamente en la realidad. Si bien esto es importante, no es fundamental,
puesto que la explicación científica es una interpretación en el contexto, por
lo que muchas veces el sentido de una acción no es totalmente percibido por
el actor.
2. Mediante la construcción de "conceptos-tipo". El "tipo" es el marco
conceptual básico para entender las acciones sociales.
Los "tipos" son instrumentos metodológicos que permiten una mejor comprensión
de la realidad proporcionando marcos de referencia social o contextual a la acción
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22. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
individual. Por eso muchas veces remiten a sentidos que no son necesariamente
captados por los individuos.
El saber sociológico no accede a la realidad social en sí misma, sino que construye
“tipos ideales”, es decir, construcciones abstractas que establecen una ordenación
racional de la realidad.
Los tipos ideales no se dan en toda su pureza en la realidad, pero sirven para
modelizar, formalizar, la realidad destacando sus rasgos fundamentales.
A su vez, el tipo ideal está vinculado con la idea de “comprensión” (Verstehen), pues
todo tipo ideal es una organización de relaciones inteligibles, propias de un conjunto
histórico o de una realización de acontecimientos.
La construcción de tipos ideales es una expresión del esfuerzo de todas las
disciplinas científicas para conferir inteligibilidad a la materia, deduciendo de la
misma la racionalidad interna y construyendo esta racionalidad a partir de una
materia a medias informe.
Finalmente, el tipo ideal se relaciona también con la concepción analítica y parcial
de la causalidad. En efecto, el tipo ideal permite aprehender individuos históricos o
conjuntos históricos.
Pero el tipo ideal es una aprehensión parcial de un conjunto global. Mantiene el
carácter parcial de toda relación causal, aun en aquellos casos en que,
aparentemente, abarca a una sociedad entera.
Weber toma entonces de Kant la convicción de que la realidad en su totalidad es
incognoscible, excepto por una serie de procesos subjetivos que seleccionan y
ordenan determinados aspectos fenoménicos de ella (Ibíd.).
Weber, cercanamente relacionado con el idealismo kantiano, pone en el proceso de
un sujeto cognoscente.
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23. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Weber, al contrario de Durkheim, considera que las ciencias humanas no pueden
aspirar a descubrir leyes universales, pero sí pueden producir un conocimiento
científico, aunque de distinta naturaleza, buscando y ofreciendo explicaciones
causales de los fenómenos sociales.
Vale decir, es posible hacer ciencia social, pero ésta no puede tener la forma de las
ciencias naturales, pudiendo sólo ofrecer resultados abiertos e inconclusos, debido
no sólo al problema de los valores del sociólogo, sino también por razón del objeto
de estudio, las sociedades humanas, no están delimitadas.
El tipo ideal es, por su carácter de abstracción, una construcción racional que aísla
una particularidad de interés sociológico.
Por lo mismo, un tipo puro no es toda la realidad. apenas es una selección, una
individualización de aquella.
Los tipos ideales no están creados para que sucedan u ocurran ellos de forma
exclusiva en la realidad.
Obviamente, ello tiene relación con lo que decíamos a propósito de Rickert y su
método “selección al valor”, el cual individualiza el valor (sentido) de interés
sociológico en sus características más puras.
La realidad social no puede rehacerse en la descripción y explicación científica. Vale
decir, la sociología no puede recomponer la realidad en toda su complejidad; más
bien sólo puede presentar un modelo típico, un tipo ideal, que acentúa una arista de
la complejidad social.
¿Cómo construir tipos ideales? Si bien Weber nunca explicitó un método de
construcción de tipos ideales, nosotros podemos decir lo siguiente al respecto:
1) Idealmente, la tipología se compone de pocos tipos.
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24. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
2) Cada tipo se configura como un conjunto
internamente coherente de rasgos. Es decir, cada uno
de los tipos busca una sola característica de forma
exclusiva.
3) Los tipos difieren uno del otro. La idea es que las
características que se resaltan en un tipo no se repitan
en otro.
4) De lo anterior, se deduce que los tipos no son
yuxtapuestos, sino que más bien son una especie de
respuestas alternativas a un determinado problema.
5) Se trata entonces de que la tipología sea un conjunto
de alternativas diferentes entre sí y que permitan la
descripción y explicación de fenómenos históricos y
culturales específicos.
2. - Ac c i ó n y rel ac i ó n s o c i al
Acción social: un individuo desarrolla una acción con sentido mentado.
Relación social: acción colectiva con sentido plural.
Hasta aquí hemos señalado que Weber es individualista en su método. Eso quiere
decir que va aproximándose a fenómenos de segundo orden (macro-sociales) a partir
de ir desentrañando el sentido de la acción individual.
De hecho, podríamos decir que el paso del concepto de “acción social” a la
“relación social” es el primer eslabón del análisis sociológico que sobrepasa el
ámbito individual y llega a fenómenos macrosociales.
Ahora bien, entendamos que para Weber el individualismo es una orientación
metodológica que permite que las relaciones sociales sean “comprendidas”
(entendiendo por comprensión el acto de interpretar el sentido que orienta la acción
del individuo).
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25. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Weber está convencido de que el individuo constituye el límite y el único portador
del comportamiento provisto de sentido.
Cuando hablamos de burocracia nos estamos refiriendo a un determinado orden
social compuesto por un conjunto de individuos que actúan burocráticamente. Vale
decir, el orden social será burocrático sólo en función de que designa un modo de
actuar en sociedad.
Por tanto, un orden burocrático, religioso, capitalista, etc., da cuenta del sentido del
actuar de individuos concretos.
Por tanto, los conceptos de segundo orden son una especie de entrelazamiento de
acciones específicas de personas individuales, ya que sólo los individuos portan
sentido en sus acciones.
Cuando hablamos de Estado, clases sociales, partidos, etc., la sociología se referirá
al desarrollo de una acción social real de unos cuantos individuos. Estos conceptos
de segundo orden no sienten ni poseen sentido alguno; sólo son procesos
macrosociales en virtud de que un grupo de individuos está actuando
entrelazadamente con un mismo sentido.
De esta forma, podemos entender que mientras la “acción social” es la acción de un
individuo orientada por un sentido, por “relación social” entenderemos un conjunto
de acciones sociales (es decir, acciones desarrolladas por individuos) que tienen en
común un mismo sentido.
De esta forma, lejos del determinismo (económico, estructural o de cualquier otro
tipo de determinación macrosocial sobre el accionar individual), Weber siempre
procedió como si el sentido vivido por el individuo tuviera una incidencia real en los
acontecimientos históricos.
Esta confianza del hombre respecto de poder transformar el transcurso histórico es
netamente moderna, pero también netamente burguesa.
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26. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
Es decir, Weber relaciona el “sentido vivido” de la experiencia histórica con las
conexiones causales de los sucesos históricos. La historia se desarrolla porque los
individuos realizan sus acciones con un sentido, el cual puede ser interpretado o
comprendido (Verstehen) y, con ello, puede servir como explicación del transcurso
histórico social.
Ahora bien, ¿por qué este significado es “subjetivo”? ¿qué quiere decir “subjetivo”?
Para Weber, el significado es subjetivo puesto que opone este término al de
“objetivo” en cuanto supuestamente “correcto” o “verdadero”.
Las acciones sociales son de interés para la sociología aún cuando éstas sean
objetivamente falsas o incorrectas. La sociología no es ni una ética, ni una lógica, ni
una estética: no buscamos la verdad, lo correcto no lo bello.
La sociología explica la acción social desarrollada en trama de relaciones de poder,
relaciones sociales, que producen sus propios cánones de lo que es justo, bueno,
bello. Por tanto, estas categorías se relativizan, se circunscriben en un contexto
histórico (historicismo de la verdad, la bondad, lo bueno, lo bello, etc.).
Ahora bien, un individuo puede estar desarrollando su acción con un sentido
consciente o inconsciente.
Es decir, la asignación o interpretación del sentido de la acción social implica que
este sentido no necesariamente es consciente por el actor.
No se trata de estudiar sólo lo que el actor piensa, opina, cree, de forma consciente.
Weber también se interesa por aquellas situaciones donde el significado de la acción
no sea tan consciente para el sujeto. Hay acciones provistas de significado por parte
del sujeto, aunque éste no se lo atribuya de forma consciente.
Por tanto, aquí podemos observar cierta influencia de lo que denominamos como
irracionalismo: lejos de Descartes, el ser humano no es sólo res cogitans, una
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27. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
substancia pensante, un sujeto que racionalmente piensa, sino que también es un
sujeto atravesado por lo que Freud denominó el inconsciente.
En la acción social hay algo de racional e irracional. Esto lo podemos ver
claramente en los famosos 4 tipos de acción social.
Por esto mismo, Weber sabe que en una “relación social” (tal y como hemos
definido este término) no hay un mismo y unívoca sentido, sino que confluyen
sentidos conscientes e inconscientes.
De esta forma, al analizar la relación social no se trata de saber qué pensaron cada
uno de ellos, sino que establecer un sentido promedio, un “tipo ideal” de sentido.
5. - Bi bl i o gra fí a
ARON, Raymond (1953): La sociología alemana contemporánea, Paidós, Buenos
Aires, pp. 81-134.
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postmoderna. Conceptos, figuras, manifiestos, RIL – Universidad Finis Terrae,
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LARRAÍN, Jorge (2009): El concepto de ideología, Vol. 3: Irracionalismo,
historicismo y positivismo: Nietzsche, Mannheim y Durkheim, Lom, Santiago de
Chile.
NAISHTAT, Francisco (1999): “Las tensiones del individualismo metodológico en
Max Weber”, en Max Weber y la cuestión del individualismo metodológico en las
ciencias sociales, Eudeba, Facultad de Ciencias Sociales, Buenos Aires, pp. 61-108.
NIETZSCHE, Friedrich (2010): Más allá del bien y del mal, Edaf, Madrid.
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28. EL DEBATE POR EL MÉTODO DE LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU.
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Madrid.
_______ (2006): “La ‘objetividad’ cognoscitiva de la ciencia social y de la política
social”, en Ensayos sobre metodología sociológica, Amorrortu, Buenos Aires, pp.
39-101.
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