1. NOMBRE: ORTIZ BORBOA LIZETH GUADALUPE
MATERIAS: DESARROLLO INFANTIL, NECESIDADES
EDUCATIVAS ESPECIFICAS Y TEORIA EDUCATIVA
GRUPO: 302
NOMBRE DEL TEMA: LA DETECCION DE LA HIPERACTIVIDAD
COMO UNA NEE EN EL DESARROOLLO INFANTIL Y SU
SUSTENTO TEORICO.
LOS MOCHIS SINALOA, ENERO DEL 2013
2. INTRODUCCION
En las prácticas y asistencia en observación en la escuela primaria Braulio Pizarro
se detectó la problemática de la hiperactividad como necesidad educativa
especifica más evidente e importante, por su alto trastorno detectado en las aulas
creando la atención e investigación a esta.
El trabajo que se presenta a continuación busca describir la necesidad educativa
especifica diagnosticada en dicha institución, describiendo las etapas donde se
encuentran situadas, de acuerdo a la edad del desarrollo infantil, basándose en un
sustento teórico que busquen llegar a conclusiones así como idealizar o crear
planes proyectos y estrategias que conlleven a conclusiones junto a posibles
soluciones de esta problemática.
Existe un desconocimiento sobre dicho trastorno, lo que provoca que los alumnos
de la institución ya mencionada, no sean diagnosticados correctamente y por ello,
no reciban la atención necesaria.
Hasta hace aproximadamente una década, la hiperactividad era un trastorno
desconocido para la mayoría del profesorado. Actualmente, aunque las cosas han
cambiado en parte al darse a conocer esto, se sigue con más frecuencia de la
deseada, confundiendo a los niños y niñas aquejados de este trastorno que
presentan problemas de conducta, con mala educación o que no tienen límites. A
veces se busca la responsabilidad en el entorno familiar, se busca la causa donde
no está y se les impide recibir el trato y el tratamiento que requieren.
Existe la falsa creencia de considerar a todos los niños y niñas con el mismo
potencial para el desarrollo autocontrol y por tanto es misión no sólo de padres y
madres sino también del profesorado que consigan dicho autocontrol.
3. DESCRIPCION DE LA NECESIDAD EDUCATIVA ESPECÍFICA
La Hiperactividad infantil es un trastorno de conducta de origen neurológico.
Su incidencia es de un 3% a un 5% de la población infantil de Los Mochis Sinaloa
en México.
Sucede más en niños que en niñas. Un 25% de los niños hiperactivos incurren en
actos delictivos, abusan del alcohol, drogas. Los principales trastornos de los
niños hiperactivos es el "Déficit de atención" y el "Exceso de actividad motora"
Como características destacamos:
ATENCIÓN: Lo que más caracteriza al niño hiperactivo es su falta de
atención cercana a detalles. La distracción más vulnerable es a los
estímulos del contexto ambiental.
En casa tienen dificultades para seguir las directrices que se le marcan,
para organizarse y parece que no escuchan cuando se les habla.
En el colegio cometen errores por no fijarse en los trabajos o en las
diferentes actividades.
Con frecuencia saltan de una tarea a otra sin terminarla, ya que evitan
situaciones que implican un nivel constante de esfuerzo mental.
IMPULSIVIDAD: Con frecuencia actúa de forma inmediata sin pensar en
las consecuencias.
Está inquieto con las manos o los pies y no puede sentarse quieto.
Está activo en situaciones en que es inapropiado.
Habla de forma excesiva, responde antes de que la otra persona termine,
tiene dificultad para esperar su turno y frecuentemente interrumpe.
HIPERACTIVIDAD: Lo más característico de estos niños es la
excesiva actividad motora. Siempre están en continuo movimiento, corren,
saltan por la calle, nunca quieren ir cogidos de la mano. Su
excesivo movimiento no persigue ningún objetivo, carece de finalidad.
COMPORTAMIENTO: Su comportamiento es imprevisible, inmaduro,
inapropiado para su edad.
No son malos pero sí que son traviesos. Se muestran violentos y
agresivos verbal y físicamente. Con frecuencia mienten y cometen hurtos.
APRENDIZAJE: La mayoría de los niños hiperactivos presentan
dificultades en el aprendizaje.
El 40 ó 50% de los niños hiperactivos tienen un bajo rendimiento escolar.
Tienen dificultades perceptivas, con lo cual no diferencian bien entre letras
y líneas y tienen poca capacidad para estructurar la información que recibe
a través de los distintos sentidos.
Las dificultades de los niños hiperactivos estriban en la adquisición y el
manejo de la lectura, escritura y el cálculo.
Son torpes para escribir o dibujar, tienen mala letra y cometen grandes
errores de ortografía.
En cálculo, se olvidan de las llevadas y operaciones básicas.
En lectura, omiten palabras, sílabas e incluso renglones, no comprenden lo
4. que leen, pueden identificar las letras pero no saben pronunciarlas
correctamente.
Tienen dificultad para memorizar y para generalizar la información
adquirida.
DESOBEDIENCIA: Como dijimos anteriormente al niño hiperactivo
le cuesta seguir las directrices que se le marcan en casa. El niño hace
lo contrario de lo que se dice o pide.
Los padres tienen especial dificultad para educarles en adquirir patrones de
conducta (hábitos de higiene, cortesía).
ESTABILIDAD EMOCIONAL: Presentan cambios bruscos de humor,
tienen un concepto pobre de sí mismo y no aceptan perder, por lo que no
asumen sus propios fracasos.
IDENTIFICACION DE LA ETAPA EN QUE SE ENCUENTRA LA NEE
DETECTADA
La problemática de la hiperactividad se encuentra de 6 a 12 años de edad en el
nivel primaria de primero a sexto grado. Dicho trastorno se presenta desde la
niñez hasta la adolescencia.
Este trastorno, no solamente aqueja al niño durante las horas en las que se
encuentra despierto, sino que también lo hace durante la etapa de sueño,
manteniéndolo en permanente actividad. Los síntomas de este trastorno
conductual que afecta a muchos niños, incluyen desde treparse al mobiliario hasta
correr sin parar, pasando por la más amplia gama de movimientos.
SUSTENTO TEORICO
Este trastorno fue descrito por primera vez en 1902 por George Still. El
especialista expresó que aquellos niños que la padecen han desarrollado una
actividad motora muy intensa y por eso necesitan hallarse en constante
movimiento. A su vez al estar rodeados de otras personas, su hiperactividad
aumenta, sobre todo cuando son extraños o individuos a quienes no ven con
frecuencia. A sí mismo, al estar solos, el ritmo de actividad disminuye
considerablemente.
El mismo autor describió claramente el perfil de un niño hiperactivo y resaltó la
importancia de ayudarlos porque este ritmo de vida (que no es voluntario), puede
resultarles altamente dañino.
Según el mismo especialista, estos niños manifiestan una actitud destructiva y no
se sensibilizan a través de los castigos, al contrario parecen volverse más
inquietos e inestables. Además, son criaturas a quienes es muy complicado
educar, debido a que les resulta muy difícil permanecer pensando o haciendo una
misma cosa durante un tiempo prolongado; poseen un coeficiente
5. intelectual normal, pero no parecen poder rendir acorde al mismo (a la inquietud
reflejada en los movimientos, las conductas por impulso y los desequilibrios
emocionales, hay que sumar que estas personas que se distraen con facilidad).
Por otra parte, poseen un margen muy bajo de tolerancia frente a las
frustraciones, lo que los lleva a volverse obstinados y persistentes para conseguir
sus objetivos sí o sí. En lo que respecta a sus estados de ánimo, suelen ir de
momentos de intensa alegría a llanto descontrolado, mostrando un desequilibrio
emocional muy fluctuante.
Still dividió este trastorno en varias etapas, donde cada una se caracteriza por
mostrar actitudes particulares:
*Desde los 0 a los 2 años: Pueden notarse problemas en el ritmo del sueño y
mientras el niño se está alimentando. Sobresaltos, resistencia a los normales
cuidados, irritabilidad, etc.
*Desde los 2 hasta los 3 años: Dificultades para expresarse, una actividad
excesiva y poca conciencia de las situaciones de peligro, suelen sufrir numerosos
accidentes.
*De los 4 a los 5 años: Manifiestan claras complicaciones para adaptarse a un
grupo, desobedecen sistemáticamente y tienen dificultades para respetar los
límites.
*Desde los 6 años en adelante: Presentan una gran impulsividad y problemas de
aprendizaje causados por el déficit de atención. Además muestran problemas para
relacionarse.
El tratamiento para la hiperactividad depende de cada situación individual, hay
casos más complejos que otros, y sólo en casos extremos se recurre a
estimulantes y otro tipo de complementos farmacológicos que ayuden al niño a
concentrarse mejor. Por sobre todas las cosas, se recomienda que los niños con
hiperactividad, sean supervisados a través de un tratamiento psicoterapéutico que
los ayude a mejorar no sólo en su concentración sino también en el trato con el
resto de las personas, a fin de brindarle una vida más saludable. Existen además
otro tipo de tratamientos orientados a lo cognitivo, que buscan recuperar en el niño
el deseo de aprender y de dedicarse a algo con especial atención, y mejorar su
comunicación con el entorno.
Es importante destacar por último, que la hiperactividad propicia problemas en
el aprendizaje y se vincula a diversas alteraciones psicológicas, como el desarrollo
de fobias, problemas de autoestima, ansiedad crónica o hasta depresión. Por todo
esto, es primordial que los niños hiperactivos reciban un tratamiento adecuado
para canalizar correctamente la energía.
Enfoques Teóricos sobre la hiperactividad
Dado que la hiperactividad es un problema de salud y educativo
considerablemente significativo han sido planteados una diversidad de enfoques
teóricos desde los cuales se puede interpretar el origen y desarrollo de este
trastorno.
6. Una de las primeras perspectivas teóricas sobre este trastorno es aquella que se
basa en los aspectos orgánicos y biológicos. Esta base orgánica puede ser de
origen genético, por una disfunción cerebral, por factores hereditarios, etc.
(Leibowitz, 1991). En este mismo sentido, Frick, Lahey, Christ y Loeber (1991)
señalan que los padres de niños que presentan trastornos de hiperactividad tienen
antecedentes, o bien de trastornos de conducta en su infancia o de abuso de
drogas.
Dado estos orígenes orgánicos, este trastorno ha sido denominado inicialmente
como Lesión Cerebral Mínima la cual tiene implicaciones anatómicas y etiológicas,
por lo que Bax y McKieth (1963) proponen el uso del término Disfunción Cerebral
Mínima, aunque algunos autores no están de acuerdo con dicho término.
(Tarnopol,1976). Numerosos estudios médicos sobre niños hiperactivos con
disfunción cerebral mínima y problemas de aprendizaje concluyen que el
desequilibrio químico es en gran medida la causa primordial de las disfunciones
neurológicas (Velasco Fernández, 1985; Valett, 1988)
Sin embargo, el diagnóstico de disfunción cerebral mínima no debe incluir
inferencia alguna sobre el tipo y etiología de la disfunción o el alcance y ubicación
de los tejidos neuronales. El término sólo debe aplicarse para describir el grado de
perturbación conductual que se pueda asociar con mal funcionamiento
demostrable o sospechado a nivel cortical.
Un enfoque alternativo al anterior es el sociológico el cual coloca los factores
determinantes del síndrome de inatención fuera del individuo, esto es, en los
factores externos de naturaleza social y cultural. El individuo es un ser gregario
por naturaleza, tiende a vivir en compañía de otros, por lo cual debe de sujetarse a
las normas establecidas por el grupo, así como, participar de la herencia cultural
de sus antecesores. (Ideus, 1994)
Una de las contribuciones esenciales de Vigotsky fue precisamente el concebir al
individuo como un ser eminentemente social. Siendo uno de sus planteamientos
más importantes el que afirma que los procesos psicológicos superiores se
adquieren primero en un contexto social para ser posteriormente internalizados.
(Carretero, 1993)
Otra perspectiva acerca de los orígenes de la hiperactividad es la evolutiva. En
principio, cabe apuntar que el comportamiento en el niño es normal dentro de
ciertas etapas de su desarrollo dadas las actividades de exploración y curiosidad
que tiene que cubrir (Papalia, 1994). En estudios practicados a niños hiperactivos
no se han detectado alteraciones de tipo neurológico ni lesiones anatómicas, lo
que hace deducir que existe un retardo en la maduración producto de una falta de
estimulación apropiada para el desarrollo (Stone y Church, 1980)
Una aproximación teórica actual y novedosa es la que se refiere a la
neuropsicología. Esta rama de la Psicología se encarga de estudiar la conducta en
relación a la organización cerebral de las diferentes habilidades cognitivas. En el
caso particular de los niños, se encuentra relacionada con perturbaciones
específicas del desarrollo de funciones simbólicas, con trastornos del aprendizaje
y con la pérdida o disfunción de las actividades nerviosas superiores a causa de
alguna lesión cerebral en las etapas en que el niño las está desarrollando o su
integración se ha visto afectada. (Heres, 1990). Para poder entender el
7. comportamiento normal o patológico y evaluarlo clínicamente se debe conocer el
desarrollo infantil y la forma en que se desarrollan todas las funciones cognitivas.
POSIBLES SOLUCIONES
Una manera efectiva de modificar el comportamiento hiperactivo de un niño es a
través de la ayuda educativa y psicológica por lo cual se sugieren las siguientes
actividades como posibles soluciones.
1.-La terapia cognitiva-conductista: Ayuda a personas a trabajar asuntos más
inmediatos. En vez de ayudar a personas a entender sus sentimientos y acciones,
la terapia los apoya directamente en cuanto a cambiar su comportamiento. El
apoyo puede ser asistencia práctica, tal como ayudar a aprender a pensar cada
tarea y organizar su trabajo o fomentar nuevos comportamientos dando elogios o
premios cada vez que la persona actúa de la forma deseada.
Un terapeuta cognitivo-conductista puede usar tales técnicas para ayudar a un
niño beligerante (aprenderá controlar su tendencia a pelear) o a una adolescente
impulsiva a pensar antes de hablar.
Actividad: PREMIOS: Para un niño un premio es algo agradable que desea
alcanzar, de tal modo que hará lo que sea por conseguirlo. Las actividades que
más le gustan al niño y que habitualmente suele realizar, como pueden ser jugar
con sus juguetes, ver la televisión o ir al cine con sus primos pueden entenderse y
emplearse como un premio. En definitiva debe ser algo que el niño quiere y que
tiene ganas de conseguir. Así pues el niño recibirá un premio cada vez que
cumpla con la tarea deseada.
2.- El adiestramiento en cuanto a destrezas sociales: También puede ayudar a
niños a aprender nuevos comportamientos. En el adiestramiento de destrezas
sociales, el terapeuta habla de y muestra comportamientos apropiados tales como
esperar el turno, compartir juguetes, pedir ayuda o responder a burlas, y luego le
da la oportunidad al niño de practicar. Por ejemplo, un niño
puede aprender a "leer" las expresiones faciales y el tono de voz de otras
personas para poder responder más apropiadamente. El adiestramiento de
destrezas sociales ayuda a aprender a participar en actividades de grupo, a hacer
comentarios apropiados y a pedir ayuda. Un niño puede aprender a ver cómo su
comportamiento afecta a otros y a desarrollar nuevas maneras de
responder cuando está enojado o lo empujan.
Actividad: CASTIGO: Los castigos implican privar al niño de algo que le agrada o
forzarle a hacer algo desagradable. Puede resultar eficaz a veces, pero no
siempre elimina las conductas inapropiadas en el niño hiperactivo.
El castigo puede ser útil para controlar ciertas conductas temporales, pero a largo
plazo carece de eficacia. Si la conducta es indeseable el castigo más eficaz es
8. ignorarla. Siempre y cuando la conducta no sea peligrosa. Lo más aconsejable es
que el tiempo transcurrido entre la conducta y el premio o castigo sea breve
para asegurar su eficacia.
3.- Realización de actividades para la descarga de la excesiva energía
Actividad: la integración de juegos o deportes que requieran el esfuerzo corporal,
tales como el karate, tae kwon do, natación, box, fut boll y basquetboll. Esta
técnica se recomienda utilizar con niños de 6 a 13 años. Consiste en hacer
equipos o dependiendo el caso del deporte o actividad que se elija utilizar. Cada
uno tiene que dejar constancia en términos específicos en donde se desea
desempeñar. Aquí se establece un diálogo y un acuerdo entre padres e hijos. Por
lo tanto el niño juega un papel importante en el control de su conducta a la hora de
participar en las actividades.
4.- El adiestramiento en destrezas en cuanto al cuidado de hijos:
ofrecido por terapeutas o en clases especiales, les da a los padres las
herramientas y técnicas para manejar el comportamiento del hijo. Una de estas
técnicas es separar el niño del resto por un corto tiempo cuando el niño se
vuelve ingobernable o fuera de control. Durante los tiempos en que está separado
del resto de los niños, se saca el niño de la situación inquietante y se sienta solo
y quieto por un rato hasta calmarse. También se les puede enseñar a los padres a
darle "tiempo de calidad" al niño cada día durante el cual comparten
una actividad placentera o relajada. Durante este tiempo juntos, el padre busca
oportunidades para observar y señalar lo que el niño hace bien y para elogiar sus
fuerzas y habilidades.
Actividad: ECONOMÍA DE FICHAS: Se recomienda utilizar con niños de 3 a12
años. Esta técnica consiste en dar puntos negativos o positivos en función de si se
cumple o no cierta conducta. Cada punto negativo elimina el valor del punto
positivo. El número total de puntos se canjea por distintos premios. La lista con las
conductas "objetivo" tienen que estar a la vista del niño, así como los puntos
conseguidos.
9. CONCLUSION
En el trabajo de investigación anterior pudimos conocer que la hiperactividad es un
problema que se da en los niños es causado por un problema neurológico.
También que estos niños tienen dificultad para controlar su conducta en presencia
de otros y les resulta más fácil cuando están solos. Las características que
presentan estos niños son la falta de atención, a la hora de actuar son impulsivos,
presentan una excesiva actividad motora, un comportamiento inapropiado para su
edad y la mayoría presentan problemas de aprendizaje.
También conocimos que existen tres grandes áreas donde se puede ayudar al
niño hiperactivo como lo son: farmacológico, psicológica y educativa.
Actualmente muchos padres confrontan el problema de no saber qué hacer con
sus pequeños niños, ya que su conducta, sus actitudes, su precoz madurez, sus
respuestas, sus puntos de vista, sus argumentos, sus maneras de encarar sus
propios problemas, sus diálogos, los dejan confundidos y sin saber qué hacer. Los
niños hiperactivos son niños muy especiales a los cuales hay que brindarle amor y
comprensión, siempre hablándole con claridad, abriendo el corazón para
ayudarnos a vencer nuestra resistencia al cambio.
En conclusión y tras ver toda la problemática que este trastorno produce, es
necesario recordar que este trastorno debe ser diagnosticado y tratado única y
exclusivamente por profesionales que lo conozcan adecuadamente. El que un niño
sea muy movido no quiere decir que éste sea hiperactivo como muchos padres
dicen de sus hijos.