La autopista federal rusa entre Moscú y Yakutsk en Siberia no tiene asfalto y cada vez que llueve el camino se paraliza, dejando cerca de 600 coches atrapados en el barro con sus ocupantes sufriendo hambre y falta de gasolina. La gente rompía los coches en busca de alimento y ropa seca, mientras que la gasolina, los alimentos, las armas de fuego y los cables de acero son productos esenciales a lo largo de esta ruta remota y difícil.