Teoría de la historia ronda de las tres generaciones
1. Alumno: Calderón Pérez Elliot Anderson
Código: 13150127
Ciclo: VI
Ronda de las tres generaciones
Descripción genealógica de las tres generaciones
De mis bisabuelos no tengo ningún recuerdo directo, mis padres poco pudieron conocer a sus
abuelos y lo que me cuentan son vagos recuerdos sobre ellos, lo que si se es que vivieron en
sus respectivos pueblos y que poseían un considerable ganado. En cambio de mis abuelos si
tengo un mayor conocimiento, si bien pude tratarlos por un poco tiempo y solo conocí a tres
de ellos, mis padres siempre me han relatado sus vivencias.
Mis abuelos por parte de padre fueron don Eliseo Calderón Hernández y doña Florencia
Suarez Cabanillas, vivieron casi toda su vida en el pueblo de Chepen o algún pueblo aledaño
en Cajamarca, ambos fueron contemporáneos con fecha de nacimiento en el año de 1912,
debido a relaciones extramatrimoniales mi abuelo tuvo varios hijos, siete en total, pero
siempre se preocupaba en poder dar solvencia a todos ellos. De mi abuela se poco debido a
que falleció cuando mi padre tenía tan solo cinco años de edad, por lo cual mis tías se hicieron
cargo del criado de mi papa. Aun así, tanto mi abuela como mi abuelo fueron de la generación
de los años 40’s, y en líneas generales vivieron como la gran mayoría de las personas de zona
rural, tuvieron ganado y una chacra para llevar adelante su vida diaria.
Mis abuelos por parte de madre fueron don Agapito Pérez Reyes y doña Clara Huiza
Mendoza, mi abuelo nació en el año de 1922 y mi abuela en 1924, por lo que serían de la
generación de los años 50´s. En su juventud mi abuelo trabajaba para un hacendado de
Corongo, pero debido a un problema con el jefe de la hacienda en torno a la perdida de una
res, cosa que fue un mal entendido, por lo cual tuvo que migrar de lugar, y debido al conflicto
perdió todo su ganado, fue a parar al pueblo de Yanac donde conoció a mi abuela y tuvieron
seis hijos. Desde entonces mis abuelos vivieron siempre en aquel pueblo, aunque mi abuelo
iba a Lima con cierta frecuencia por cuestiones de comercio y posteriormente en su vejez,
ambos radicarían en la capital limeña.
En cuanto mis padres, ellos son Orlando Calderón Suarez, nacido en Chepen el 01 de
diciembre de 1953 y Juana Pérez Huiza, nacida en Yanac el 16 de mayo de 1954, ambos
2. pasaron su niñez y casi toda su adolescencia en sus respectivos pueblos, participaban de las
costumbres y fiestas locales y ayudaban en lo concerniente a las labores que les delegaban
mis abuelos.
Salieron de su lugar de origen a una edad media, 15 años aproximadamente, con destino
Lima, ciudad que desde el año 1946, durante el gobierno de Bustamante y Rivero se convirtió
en el foco de llegada de los migrantes de diversas provincias que veían en ella una esperanza
de mejoría y que deseaban hacerse parte y participe de la ciudadanía, que reclamaban
reconocimiento.
Decidieron junto a algunos de sus hermanos, otros lo harían años después, migrar a la capital
a principios de los 70´s por medio de algunos de sus tíos, primos u otros familiares, en el
caso de mi madre ella empezó a trabajar como empleada doméstica en San Isidro, y aunque
aún no había terminado su secundaria, gracias a las facilidades respecto a la educación
durante el gobierno de Velasco Alvarado pudo concluirlas a la par que trabajaba. Mi padre
por el contrario llego con estudios completos, laboro en diversos empleos, y gracias a su
esfuerzo pudo estudiar y convertirse en técnico de máquinas de imprenta, trabajando de
manera estable en la empresa Stansa durante un largo periodo y posteriormente de manera
independiente. Mis padres se conocieron debido a la cercanía de los lugares donde ambos
trabajaban, posteriormente se enamoraron, se casaron y formaron una familia con cuatro
hijos, yo soy el menor de ellos, pasaron de vivir transitoriamente en una habitación en
Mirones durante un breve tiempo para poder asentarse de manera definitiva con una casa
propia en una parte alta de la zona cercado de Villa María del Triunfo, que en ese entonces
era uno de los distritos jóvenes emergentes del cono sur, hace aproximadamente unos 35 años
Así mis padres serían de la generación de los años 80´s.
Así, mis padres tuvieron cuatro hijos, incluyéndome, el mayor de nombre Ricardo tiene 36
años; el segundo, Edwin, tiene 34 años; el tercero, Alexander tiene 32 años, y yo, el último,
Elliot, tengo 22 años. Estas diferencias de edad entre hermanos, hace que si bien seamos
contemporáneos en cuanto a hijos de ambos padres, tengamos una diferencia generacional,
con el mayor de casi quince años, y esto se manifiesta claramente en la manera de pensar y
en la visión que se tiene del mundo, esto se marca más con la cuestión de que soy el primero
de mi familia en estar en una universidad.
3. Arraigo / desarraigo
Mis abuelos que en su vejez vinieron a vivir en Lima de manera definitiva, mantenían sus
costumbres o actitudes propias de su mundo y también de su generación, en ellos casi no hay
un desarraigo en su cosmovisión, tal vez porque vinieron ya ha una avanzada edad. En
cambio en mis padres, si hay un notorio desarraigo de costumbres y actitudes, ya que vinieron
a una edad media de 15 años, así construirían su juventud y adultez en medio de una capital
que se veía envuelto en la modernidad, por ejemplo mi padre se dedicó a ser técnico de
maquinas Offset de imprenta, lo cual demando un aprendizaje sobre tecnología y maquinaria
que era nuevo para él. Mi madre que fue empleada del Hogar durante su juventud en familias
de opulencia en San Isidro, tuvo contacto con otra forma de vida, con personas cuya
cosmovisión capitalina y cosmopolita influencio en ella en ciertos rasgos, como en la forma
de comer o a la hora de combinar la ropa. Así mis padres mantuvieron algunas creencias y
comportamientos, y también, dejaron otras, el imaginario sobrenatural se mantendría, aunque
luego se toparían con el evangelio, algo que explicaré más adelante. La llegada de los
celulares demando un nuevo aprendizaje en ellos, y también marcando un límite al respecto,
ya que al vivir la tecnología a una edad mediana y tardía, no les permite un fácil aprendizaje
de ciertos elementos como por ejemplo la computadora y artefactos similares.
Por otra parte en Lima, mis padres se encontrarían con la criollada y la viveza, al llegar a la
capital mi padre sufriría una estafa similar al cuento El niño de junto al cielo, que pertenece
a la obra Lima hora cero (1954) de Enrique Congrains, por lo que ambos tuvieron que
aprender de esa “viveza” para poder continuar adelante sin volver a ser presa de ello. A mi
madre le gusta escuchar la música de su pueblo, constantemente me pide que la ponga, en el
caso de mi padre, él disfruta de la música mexicana, las rancheras, según me cuenta, de niño
las oía siempre en la radio porque estaban de moda en ese entonces personaje como Pedro
Infante, que murió en 1957, o Antonio Aguilar. La vestimenta también cambio en ellos, si
bien ya no se visten como lo hacían en su pueblo, conservan algunas prendas afines y también
mi madre continúa cociendo a mano como lo hacía en su tierra. Haciendo un balance no es
mucho lo que mis padres conservan de su tierra, lo fundamental que es la música, y algunos
platos típicos en el caso de mi madre, su cosmovisión ha variado regular también.
Mis hermanos y yo mantenemos un poco de ese mundo de nuestros padres, si bien cada
hermano construye su mundo de manera independiente y diferente al otro, todos tenemos
4. algo de ellos presente. Nacidos plenamente en la capital, nosotros, tenemos una concepción
muy diferente de lo que nos rodea, tal vez de manera más marcada en mi caso, ya que hay
una brecha de 14, 12 y 10 años de diferencia con cada uno de mis hermanos, si bien una
generación dista de otra por quince años, pienso que el estar en la universidad distancia aún
más los arraigos míos hacia los de ellos. Aunque no se puede negar la herencia cultural que
siempre dejan los padres a sus hijos, el estar n un mundo de tecnología y de modernidad, de
flashes y deudas, de apresuramiento y estrés, que distancia grandemente a la vida menos
agitada y más plena que es el de la sierra, mis padres y mis hermanos y yo, corremos a una
velocidad diferente, con patrones de conducta y creencia también diferentes, porque una vez
que crecen los hijos y empiezan a volar con sus propias alas, aquel mundo en común que era
el hogar se vuelve un mundo que queda en el recuerdo y tal vez en una que otra acción o
pensamiento de nostalgia.
La región / la nación
Mis padres en relación a lo referido entre nación y región o comunidad, es decir ellos tienen
la noción de que el lugar donde nacieron pertenece a un territorio aun mayor llamado Perú y
que a la par, hay un sinfín de otros pueblos que lo integran, aunque también me manifiestan
que siempre hay pueblos alrededor del suyo que son malos, que las personas que lo habitan
son envidiosas y egoístas. Por otro lado, piensan que una unión nacional es imposible debido
a que las personas siempre buscan su conveniencia y que la corrupción es un mal que todos
padecemos no solo como víctimas, sino también como victimarios a llegar a tener poder.
Mis hermanos en este aspecto creen de manera similar. De manera personal al leer parte del
libro de Benedict Anderson Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la
difusión del nacionalismo (2000), donde define a la nación como una “comunidad imaginada,
soberana y limitada” pienso que la nación al ser un constructo que va más allá de nosotros,
que es un todo, donde no conocemos a todos los otros pero estos son homogéneos en el
sentido de pertenencia y cuya legitimidad reside en todos sus miembros con un territorio
limitado, es una concepción apasionante al punto de que las personas pueden dar su vida en
nombre de ella. La nación es real en cuanto es concebida, si bien también es cierto que al
estar en un país donde residen una gran cantidad de culturas con cosmovisiones diferentes y
que cuya patria es considerada como única o la que debe prevalecer, el construir una casa en
5. común no es una tarea fácil, la heterogeneidad es rica por su variedad, pero en cuanto a una
bandera, a un nombre como país debemos ser solo uno, así como nos juntamos cuando juega
la selección peruana de futbol o la de vóley, así también debemos juntarnos como miembros,
como ciudadanos, como hermanos, para hacer de nuestro hogar en común un lugar mejor
para convivir más pacíficamente.
Migración/inmigración
Mis abuelos al ser criados de manera recta, con mano dura, siempre al tanto de cuidar al
ganado o ir a sembrar, regar y cosechar en la chacra, sus vidas estuvieron ligadas a su tierra
y con ello a formar una familia y vivir allí. Mis padres y tíos nacerían en dichos lugares de
mis abuelos, Chepen (Cajamarca) y Yanac (Ancash), pero ellos tendrían la oportunidad de
venir a Lima para lograr una mejor vida, si bien es cierto que mis abuelos en un principio se
mostraron contrarios, el tiempo que se vivía en ese entonces, cuya situación se vio diferente
después de las primeras migraciones, como señala Matos Mar en su obra Desborde popular
y crisis del estado (1984) las migraciones cobraron mayor fuerza a partir de 1961, donde la
población de la sierra pasa a ser el 53% de la población nacional de lo que en la década de
los 40´s, donde surgen las primeras migraciones, representaba un 65%. Esto debido al
desarrollo industrial en la costa y la crisis que se daría en el agro.
Así, el motivo del porque mis padres y tíos vinieron a Lima y dejaron su tierra natal, fue
porque deseaban no solo ser independientes, sino que también buscaban una vida diferente,
una con mejor calidad, y con ello no quiere decir que desmerecen al lugar donde vivieron
durante su infancia y parte de su adolescencia, sino que anhelaban estar en un mundo
diferente, según me comentan la falta de presencia de hospitales, seguridad o de una adecuada
educación, fueron motivos importantes, querían vivir en un lugar con mejores condiciones y
una economía más estable, así como en este caso particular, muchos otros casos de migración
se debe a estos factores que son propiciados por el centralismo por parte del gobierno en
Lima y que descuida a las provincias.
Religión
Como herencia colonial, del sincretismo entre el mundo hispano y el mundo andino, mis
abuelos, tíos y padres han crecido en un ámbito donde Dios está presente y comparte
6. escenario con las fuerzas naturales y sobrenaturales, el imaginario de los andes, a través de
los santos y las fiestas patronales o costumbristas que se dan constantemente en sus pueblos.
Así mis padres me han comentado en muchas ocasiones acerca de estos eventos de índole
religioso que para todo el pueblo tiene gran significado e importancia.
Mi abuelo materno sabía leer o ver el futuro de las personas por medio de la hoja de coca, no
he sido testigo directo de ello, pero mis hermanos mayores, mi madre y tíos me confirman
eso. Mi abuelo materno era bueno por lo que oí, ya que en varias ocasiones artistas folclóricos
fueron a pedirle que les lea la hoja de coca, aún a pesar de ello, él no se dedicaba a eso, solo
lo hacía de manera esporádica o por tratarse de un motivo o persona especial, y uno de esos
momentos fue cuando el mismo predijo su muerte a través de esta vía, tal vez sea por eso que
no sufrió a la hora de dejar de existir.
Una vez instalados en Lima mis padres y tíos, se ven con el obstáculo de encontrase lejos de
sus tierras y con ello de la reproducción de sus costumbres y fiestas, aunque esto poco a poco
se va superando porque se encuentran espacios donde se pueden desarrollar estas y con ello
mantener la religiosidad viva.
Al respecto Marzal en su libro Los caminos religiosos de los inmigrantes en la gran Lima.
El caso de El Agustino. (1988) propone que las personas que migraron de los andes hacia
Lima, para mantener su espíritu religioso optan por tres vías al respecto: a) la Iglesia Cultural,
donde se recrea la herencia religiosa campesina; b) la Iglesia Popular, donde el campesino se
encuentra haciendo parte, de las comunidades de base de su parroquia, promovida por
Vaticano 11 y la Conferencia de Medellín; y c) las Nuevas Iglesias, donde los inmigrantes
siguen los cultos de las diferentes sectas: evangélicas, pentecostales y escatológicas.
Así se mantendrían los migrantes su religiosidad aun estando muy distantes de sus pueblos.
De las tres vías mencionadas, mis padres y tíos por un tiempo fueron parte de la Iglesia
Cultural, pero luego pasarían a ser parte de las llamadas “Nuevas Iglesias”, principalmente
las de corte evangélico. Aunque esto no quiere decir que haya un distanciamiento o desapego
total de sus creencias que claramente difieren con la doctrina evangélica, tal es el caso de la
creencia en lo referido a la magia, la hechicería o la nigromancia, una anécdota de esto es
que cuando mi primo, hijo del hermano de mi mamá, era niño, 10 años aprox., cayó enfermo
gravemente, y los médicos a los que acudieron no daban con la razón del mal, su madre, mi
tía, decidió llevarlo a un “brujo” para que pueda detectar cual era el motivo de su mal estado
7. de salud, el “brujo” le dijo a mi tía que mi primo se encontraba terriblemente mal producto
de un daño que le habían hecho por medio de otro “brujo”, así, entonces, éste le pidió que lo
dejase a solas con el niño para hacerle una “limpia”, finalizado la sesión le dijo que se llevase
al niño y que lo abrigue bien. Pasado los días, mi primo se encontraba nuevamente bien de
salud, entonces mi tía fue en búsqueda del “brujo” para agradecerle por haberlo sanado, pero
al buscarlo se dio con la noticia de que éste había fallecido recientemente, por lo que mi tía
cree que el “brujo” había decidido quedarse con el mal de mi primo aún a sabiendas que le
podía costar su vida a cambio.
Por otro lado, y regresando al punto de la pertenencia a las iglesias evangélicas, la que más
comulga a una de estas, es mi madre, ella es bautizada en la iglesia pentecostés Movimiento
Misionero Mundial, que en Villa María del Triunfo aparece en el año de 1982, asiste
constantemente desde hace ya varios años, junto con ella, también iba yo hasta hace un
tiempo. Fue por mi mamá que conocí la palabra de Dios, y que durante toda mi niñez,
pubertad y adolescencia estuvo inmerso en el mundo religioso, además que durante los
últimos 4 años de mi primaria tuve un profesor adventista que me invitaba constantemente a
su iglesia, a la cual yo iba con gusto, y por otro lado también mantenía conversaciones con
los Testigos de Jehová. Si bien cierto que gran parte de mi formación como persona proviene
del ámbito religioso, uno llega a una edad en la cual aparecen muchas preguntas que la biblia
no puede o alcanza a responder y que la necesidad de satisfacerlas hace que se busque en
otros lares, poco a poco uno encuentra ciertos vacíos o inconvenientes en la llamada “palabra
de Dios” cuando pone a prueba su aplicación en las distintas culturas y través del tiempo en
las sociedades. Así, poco a poco me he ido desligando de la religiosidad como tal, no puedo
negar que creo en Dios, pero no en es el mismo dios hebreo, sino que lo concibo como un ser
trascendental, y que todos los dioses de las distintas culturas a lo largo del tiempo son tan
validos como sus respectivos escritos sagrados, no ahondo en este punto más porque
necesitaría explayarme más. La vida universitaria también hace que el panorama de la
cosmovisión de agrande, destruyendo mitos y creencia, y en cierta forma dejando la brecha
para el surgimiento de otras, aunque claro está que la razón es el principal mandamiento.
Para finalizar, la diferencia de la religiosidad ha sufrido un cambio notorio desde la
generación de mis abuelos hasta la mía, siendo mi madre la única que pertenece a una
8. congregación y es comulgante en el sentido estricto de la palabra, el espíritu religioso del
mundo de mis abuelos maternos se rompe con mi madre, y el de ella, conmigo.
Ideas y convicciones / hechos históricos
Mi abuelo paternos no puso frenos u obstáculos en cuanto a que estudien mi padre y mis tíos
para poder mejorar su situación económica, es decir que aunque venia de una tradición
conservadora y de antaño, no fue de todo cerrado en cuanto a que los hijos deben seguir el
legado de los padres, por el contrario, permitió la búsqueda del “progreso” por parte de sus
hijos que deseaban una mejor calidad de vida fuera del lugar donde nacieron, motivo por lo
cual la generación de mis tíos y mi padre tendrán otra visión del mundo que los rodea.
Mi abuelo materno era muy conservador y prefería que mi madre y mis tíos se dedicasen a
ayudar en las labores del hogar, el ganado y las chacras a que estudien de manera adecuada,
motivo por lo cual mi madre y mis tíos no concluyeron sus estudios en dicho lugar, y que
posteriormente lo lograrían en la ciudad de Lima, ideas las cuales no eran compartidas por
mi abuela que era más comprensible y que deseaba que sus hijos sobresalieran y tengan una
mejor vida, pero posteriormente mi abuelo desistiría en ello y permitiría que sus hijos migren
y realicen su vida de la manera que mejor creyeran, ya que también él en cierta forma buscaba
eso en sus visitas comerciales repetidas a la capital.
Mis padres creen en el progreso, y cuyo único medio para lograrlo sería una buena educación,
aunque su visión está orientada a carreras profesionales o técnicas que sean muy
remuneradas, por lo cual hubo un leve conflicto cuando escogí la carrera de Historia hace
unos años, aunque luego comprendieron que progresar no es solo tener mejores ingresos o
más lujos, sino también ser un buen profesional en la carrera que uno desee así este no tenga
mucha demanda o reconocimiento, por lo cual me apoyan en mi decisión. Esto demuestra la
diferente visión en cuanto a sus padres, mis abuelos, ya que si bien creen que el progreso se
a mediante la obtención de ingresos económicos, son más permisivos en cuanto a decisiones
diferentes a sus pensamientos, como lo fue la mía.
Por mi parte creo que el progreso es contradictorio, lo concibo como mejora o avance de
algo, pero no de una totalidad porque la realidad muestra que mientras por un lado se avanza
por otro se retrocede, ejemplo de ello son los varios los tratados y declaraciones de derechos
9. ya sean a nivel supranacional o nacional, pero sin embargo los casos de guerras y violencia
son pan de cada día, guerras en el medio oriente, caos de narcotraficantes y delincuencia. Si
progreso significa avance tecnológico y medicinal, también es ambivalente porque los
primeros son empleados con fines políticos egoístas y lo segundo para lucrar, me pregunto si
hace ya varios años ¿no existirá ya la cura para el cáncer o sida? O es que, ¿es preferible a la
personas siempre enfermas y nunca curadas del todo para que sigan consumiendo los
medicamentos y tratamientos y con ello las empresas farmacéuticas y clínicas seguir ganando
más y más dinero? Si esto es llamado progreso, no quiero ni imaginarme cual podría ser el
final
En cuanto a hechos históricos, ni mis abuelos ni padres ni tíos han estado en alguno como
tal, solo digamos que respondieron a las coyunturas como lo fue en el de las migraciones o
sufrido de algún acto terrorista como lo fue la detonación de torres de electricidad en los
cerros que bordean mi casa, pero fuera de ello han llevado una vida común como la mayoría
de las personas.
La generación
Ortega y Gasset en su obra En torno a Galileo. Esquema de la crisis (1965) plantea que el
hombre vive en un mundo de convicciones o también llamado “espíritu de su tiempo”,
constituyendo así la circunstancia que lo rodea. Pero ese mundo donde el hombre nace
cambia con cada generación, ya que cada generación modifica, aunque sea en una pequeña
medida, el mundo que le dado. El individuo inmerso en una generación, recibe la herencia
del pasado y pone su grano de arena en la herencia que le dejara a los que siguen, por ello la
generación representa la efectiva articulación de la historia y por eso sirve como método
fundamental para la investigación histórica.
La generación es una especie de “resumen” del pasado, pero que a su vez le añade su sello
distintivo de las demás. En mi caso particular, mi generación en la que también se sitúan mis
hermanos a pesar de la mediana diferencia de edad, recogemos algunas cosas de nuestros
padres, modificamos regular cantidad de estas y rompemos con muchas de ellas, y la razón
es simple, nosotros nacimos en un mundo capitalino donde el ajetreo diario hace que en una
sola generación puedan haber más de un cambio, en la actualidad las cosas van y vienen a tal
velocidad que estar a la vanguardia es vital para poder sobrevivir, es como si la selección
10. natural se halla transformado en una selección artificial, tecnológica. Por mi parte, trato de
amalgamar todo lo que me rodea, de lo que heredo y de lo que descubro con el fin de poder
mostrar el mundo lo más completo que pueda, el día que tenga una familia, a mis hijos, los
fantasmas, por así decirlo, siempre estarán en el presente, susurrando sus vivencias, el
“espíritu de su tiempo”, al fin y al cabo no se trata solo de romper con el pasado, sino ver de
que ello nos puede servir para que, junto con lo que podamos aportar, formar un nuevo
espíritu, espíritu que sea rico y sirva para poder dejar como legado a las futuras generaciones,
por al fin y al cabo en la cadena de domino la caída de la ficha de adelante siempre dependerá
de la ficha que la precede.
Bibliografía
Anderson, B. (2000). Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del
nacionalismo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica
Congrains, E. (1954). Lima, hora cero. Lima: Círculo de Novelistas Peruanos
Marzal, M. (1988) Los caminos religiosos de los inmigrantes en la gran Lima. El caso de El
Agustino. Lima. Ed. PUCP
Matos, J. (1984). Desborde popular y crisis del Estado: el nuevorostro del Perú en la década
de 1980. Lima: IEP.
Ortega y Gasset, J. (1965). En torno a Galileo. Esquema de la crisis. Madrid: Espasa-Calpe
S.A.