SlideShare uma empresa Scribd logo
1 de 29
Baixar para ler offline
COMPROMISO SOCIAL DE LA GERONTOLOGÍA

                       CON EL ENVEJECIMIENTO DE LAS PERSONAS1


                                                                        Carmen Delia Sánchez Salgado2
                                      Catedrática y directora de la Escuela graduada de Trabajo Social,
                                                    Universidad de Puerto Rico, Recinto De Río Piedras


        El envejecimiento mundial es un fenómeno general que puede visualizarse como

uno de los mayores triunfos de la humanidad, pero también como uno de los mayores

desafíos para la sociedad del siglo XXI. La transición demográfica en América Latina y

el Caribe revela una región que está envejeciendo paulatina, pero inexorablemente,

siendo un proceso generalizado en el que todos los países marchan hacia sociedades

más envejecidas. La situación difiere de un país a otro: unos países están en una

etapa de envejecimiento avanzado, mientras que otros se sitúan en el otro extremo, en

una fase aún temprana de este proceso. En América Latina y el Caribe viven

actualmente alrededor de 45 millones de personas mayores de 60 años. La proporción

de población de 60 años y más alcanzó el 10 % para el 2010 y alcanzará el 15% para


1
  Ponencia presentada en el III Congreso Internacional de Gerontología del 16 al 18 de noviembre del 2010, San
José Costa Rica
2
  Catedrática y Directora de la Escuela Graduada de Trabajo Social, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río
Piedras


                                                        1
el 2025 (Naciones Unidas, 2008). Por cada 100 personas de 15 a 59 años, existen 16

personas de 60 años, lo cual nos provee una idea de las personas que precisan

cuidados (tasas de dependencia) y las posibilidades demográficas de gestionar y

planificar servicios de asistencia. Pero cuidado con este indicador,         pues no

necesariamente incluye a aquellas personas de edad mayor que continúan activos,

completamente capaces e independientes. Como vemos en las gráficas, el

envejecimiento se hace más evidente a escala de hogar, nivel al que se aprecia una

importante presencia de personas de edad, ya sea como jefe de hogar o como

miembros secundarios. Uno de cada cuatro hogares en América Latina y el Caribe

incluye a una persona de 60 años o más (CEPAL, 2008). Lo que es indiscutible es que

la región latinoamericana envejece aceleradamente en un contexto de pobreza

(particularmente República Dominicana, Honduras, Guatemala, El Salvador) por lo cual

los desafíos para la región son diferentes que para otros países. Este envejecimiento

poblacional es un proceso ineludible, pero también rápido y heterogéneo.

      Se considera el envejecimiento de la población como uno de los mayores retos a

los que se enfrentan las sociedades actuales. Como todo fenómeno social, el

envejecimiento supone diversos determinantes y consecuencias a las que la sociedad

debe responder. Desde la perspectiva de la gerontología, definida como el estudio

científico del proceso de envejecimiento y de los problemas especiales del adulto

anciano y su entorno, esta situación nos plantea el reto y la urgencia de promover

acciones que reflejen nuestro compromiso con el sector poblacional que está

significativamente afectado por este envejecimiento: la población de edad mayor. A

medida que la gerontología ha avanzado hacia un estilo multidisciplinario, ha propuesto



                                          2
preguntas más complejas y relevantes acerca del proceso de envejecimiento y ha

ampliado sus campos de acción.

      Existen tres temas centrales al definir la misión y el propósito de la gerontología

contemporánea. Estos son: vejez, envejecimiento y viejo/a (Treas y Passuth, 1988).

Estos tres temas, que ya están conceptualmente vinculados a los trabajos de las

diversas disciplinas representadas en la       gerontología, se adaptan y aplican a un

estudio más completo de la vejez, de manera que también son útiles para entender el

compromiso social de la gerontología con la población que envejece. Vejez según

descrita por Treas y Passuth (1988), se refiere a una dimensión episódica del proceso

de vida, reconociendo que los eventos típicamente ocurren (o no ocurren) en

momentos específicos durante el ciclo de la vida. Envejecimiento representa el paso

dinámico de tiempo, y viejo/a describe a la gente que la sociedad define como vieja.

      Las tendencias actuales dentro de la economía política – el rápido

envejecimiento poblacional de países tanto desarrollados como en vías de desarrollo y

los esfuerzos de la economía globalizadora y las elites políticas de privatizar

(desmantelar) los programas gubernamentales de cuidado de la salud y apoyo

financiero, obliga a la gerontología a desarrollar una actitud más crítica, importante e

influyente en asuntos relacionados a la población que envejece. Esto, entre otras

cosas, requiere que la gerontología examine asuntos macro estructurales.

      A través de la historia cada cultura ha ido construyendo una imagen de la vejez y

el envejecimiento, diversa, dependiendo de cómo también han ido cambiando las

generaciones de personas viejas. Actualmente aparece una mirada más crítica que va

más allá del modelo médico, para incluir el disfrute, la vida activa, en otras palabras



                                           3
una visión más positiva hacia un envejecimiento exitoso. La Organización Mundial de

la Salud sostiene que los países podrán afrontar el envejecimiento poblacional, si los

gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil (esto nos incluye como

gerontólogos/as), promulgan políticas y programas de “envejecimiento activo” que

mejoren en la salud, la participación y la seguridad de los cuidadano/as de mayor edad

(OMS, 1998). La gerontología en las últimas décadas se ha caracterizado por el énfasis

y la dedicación en los aspectos positivos que la vejez lleva consigo (Fernández

Ballesteros, 2000). No solo ha emergido el enfoque gerontológico de envejecimiento

satisfactorio, sino que las investigaciones dan énfasis a los aspectos positivos del

envejecimiento como resultado de una larga expectativa de vida saludable (potencial

de aprendizaje, satisfacción de vida, entre otros). Este abordaje no solo se refiere a

aspectos de naturaleza micro social sino también macro sociales (Fernández

Ballesteros, 2000). Desde la gerontología, nuestro compromiso y horizonte debe ser

guiado en función del mejoramiento de la calidad de la vida de las personas de edad

mayor, que sustente la visión de un envejecimiento activo, con la incorporación del

enfoque de derechos que promueve la construcción de ciudadanía y de una sociedad

inclusiva para todas las edades.

      El término envejecimiento activo fue adoptado por la Organización Mundial de

la Salud para fines de la década del 90, con la intención de trasmitir un mensaje más

completo que el de “envejecimiento saludable” y reconocer los factores que junto a la

atención sanitaria afectan la manera de envejecer de individuos y poblaciones (Kalache

y Kickbusch, 1997). El envejecimiento activo es el proceso de optimización de las

oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de



                                           4
vida a medida que las personas envejecen.         Permite a las personas realizar su

potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo de vida y

participar en la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades,

mientras que les proporciona protección, seguridad y cuidados adecuados cuando

necesitan asistencia (Regalado, 2002). El envejecimiento activo trata de ampliar la

esperanza de vida saludable y la calidad de vida para todas las personas a medida que

envejecen, incluyendo a aquellas personas frágiles, incapacitadas o que requieren

asistencia.

      Para abordar el tema del compromiso social de la gerontología con el

envejecimiento de las personas entiendo necesario enmarcarlo dentro de las directrices

que emanan de la Asamblea Mundial de Envejecimiento celebrada en el año 2002

en Madrid, España.    La “Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento” (AMSE) trajo

como resultado el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento para dirigir

las acciones de los países hacia la población vieja. Este Plan de Acción actualmente

está siendo adoptado por los diversos países para atender los retos planteados por el

envejecimiento de sus poblaciones.

      Los parámetros del Plan de Acción Internacional nos ofrecen las bases para

articular nuestro compromiso y acciones en beneficio de las personas adultas mayores

al igual que para capacitación y formación de profesionales en gerontología y geriatría.

Como es evidente, la transformación demográfica es un desafío que hace

impostergable pronunciar el compromiso y quehacer de las profesiones e instituciones

dedicadas a la atención gerontológica, que a fin de cuenta integran lo que conocemos

como la Gerontología.



                                           5
La “gerontología social” se ha distinguido por tener como foco de estudio los

aspectos no fisiológicos y no biológicos del envejecimiento.         A pesar de estas

diferencias en cuanto a aspectos de interés, la gerontología se ha caracterizado por su

enfoque multi e interdisciplinario y la aplicación del mismo al estudio del envejecimiento

y la vejez y a los problemas que confrontan los adultos de edad mayor en esa etapa de

la vida.

       Me parece prudente señalar que las áreas principales donde estamos inmersos

como gerontólogos y gerontólogas, y desde donde podemos accionar el compromiso

social de la gerontología hacia las personas según envejecen, se concentran en siete

áreas principales, de acuerdo a una publicación de 1996 de la Asociación para la

Gerontología en la Educación Superior (“The Association for Gerontology in Higher

Education” (AGHE). Estas son: (1) Servicio directo (Provisión de servicios sociales,

psicológicos, de salud y jurídicos a nivel individual y de grupo); (2) Planificación y

evaluación de programas (Diseño, implementación y evaluación de programas

dirigidos a adultos de edad mayor); (3) Gerencia y administración (Supervisión de los

aspectos operacionales, de personal, de gastos y de evaluación de organizaciones,

instituciones y agencias orientadas a la satisfacción de las necesidades de los adultos

de edad mayor y de sus familias; (4) Mercadeo y desarrollo de productos:

(Evaluación de las necesidades, los deseos y las tendencias consumistas de los

adultos de edad mayor, el diseño de estrategias para atraer la atención de dicho sector

poblacional y la diseminación de información a los adultos de edad mayor sobre un

producto o servicio); (5) Defensa de derechos humanos o “advocacy” (Activismo

comunitario, a nivel de gobierno y del sector privado en pro de los derechos de los



                                            6
adultos de edad mayor y de mejores servicios y política pública más adecuada); (6)

Educación y entrenamiento (Planificación, enseñanza y evaluación de programas

educativos para los adultos de edad mayor y sus familias y participación en talleres

educativos, escenarios de salud, universidades, otros escenarios educacionales e

instituciones para adultos de edad mayor); (7) Investigación ( Diseño y conducción de

investigación, tanto básica como aplicada, sobre el envejecimiento y las circunstancias

asociadas con la vejez). Cuando elaboro más adelante los temas específicos del

compromiso social de la gerontología con el envejecimiento de las personas, sugiero

que podamos visualizar este compromiso desde las diversas áreas mencionadas.

      El Plan de Acción Mundial considera tres (3) direcciones prioritarias, siendo que

para cada dirección se identifican una serie de tópicos principales, que a su vez se

traducen en un conjunto de objetivos. Para cada objetivo se proponen medidas de

acción. Las tres orientaciones prioritarias son: las personas de edad y el desarrollo;

fomentar la salud y el bienestar hasta llegada la vejez; y crear entornos propicios

y favorables. El grado de seguridad de que gocen las personas de edad en sus vidas

depende muy considerablemente de los progresos que hagan las sociedades en esas

tres direcciones. Por tanto, es necesario enmarcar también el compromiso social de la

gerontología en estas vertientes. En este Plan de Acción se señalaron ciertas áreas

para la capacitación y educación de profesionales (entiéndase también disciplinas) que

tendrían a su cargo el estudio del envejecimiento de la población y de la vejez y la

atención de los adulto/as de edad mayor. Se instó a los gobiernos y las autoridades a

quienes les competía, el que se estimulara la atención a la capacitación adecuada en

gerontología y geriatría del personal que atiende a la población de adultos mayores así



                                          7
como otros profesionales interesados. Se menciona que deben instituirse programas de

educación continuada para los profesionales de la salud y los servicios sociales con

miras a aplicar un enfoque integrado de la salud, el bienestar y la atención de las

personas de edad, así como de los aspectos sociales y psicológicos del

envejecimiento.

      La gente envejece y experimenta la vejez de manera diferente de acuerdo a sus

recursos disponibles a través del ciclo de vida. La raza, clase social, género son

algunas de las variables que gobiernan el acceso a recursos. Existen considerables

variaciones en el estado de salud, la participación y los niveles de independencia entre

personas de una misma edad cronológica en la edad mayor. Una tarea crítica de la

gerontología es interpretar los efectos de estas variables y sus interrelaciones en las

vidas de la gente de edad mayor.

      En el área prioritaria de personas de edad y desarrollo, un objetivo que cabe

destacarse es aquel que plantea: El Reconocimiento de la contribución social, cultural,

económica y política de las personas de edad. No podemos echar a un lado que la

cooperación de los adultos mayores nos acerca a una atención asertiva de sus

demandas, en la que éstas sean escuchadas y traducidas en servicios con calidad,

accesibilidad y eficacia. Ante el acelerado crecimiento de la población de edad mayor,

se plantea el reto de ejercer ciudadanía, las organizaciones de personas mayores se

están dejando escuchar, están hablando y exigiendo más. Como gerontólogo/as no

podemos desatender estos reclamos.

      La gerontología tiene el compromiso de velar y promover políticas o

legislaciones que promocionen y protejan los derechos básicos y libertades



                                           8
fundamentales de las personas adultas mayores, en especial aquellas con

enfermedades o discapacidades. Ciertamente, el derecho a la integridad personal y a

ser tratado con humanidad y respeto constituye per se un derecho fundamental de

cualquier ser humano. No obstante, en el caso de las personas adultas mayores se

debe observar una mayor vigilancia de su cumplimiento precisamente por la posición

de vulnerabilidad   en la que comúnmente se encuentran estas personas.              Es

precisamente esta posición de vulnerabilidad la que ha hecho que distintos estándares

internacionales consideren a las personas mayores como un grupo que requiere una

protección especial de su integridad física, psíquica y moral. A medida que los adultos

mayores experimentan cambios en sus habilidades físicas y cognitivas, pueden requerir

mayor asistencia en sus actividades del diario vivir y en la toma de decisiones. La

mayoría de los adultos mayores desea permanecer lo más independientemente

posible. Como profesionales de la gerontología tenemos el compromiso de establecer

un balance entre los deseos del adulto mayor, su seguridad y la independencia. Por

tanto es necesario desarrollar estrategias para encontrar este balance a la vez que se

promueve un envejecimiento en un entorno comunitario.

      Otro objetivo del área de Persona de Edad y Desarrollo que requiere mención

particular por su relación también con la gerontología, es aquel que promulga la:

Promoción de programas que permitan a todos los trabajadores obtener una protección

social/seguridad social básica, que comprenda, cuando corresponda, pensiones,

seguro de invalidez y prestaciones de salud. Esto implica elaborar y aplicar políticas

encaminadas a asegurar que todas las personas dispongan de una protección

económica y social suficiente en la vejez que asegure la igualdad entre los géneros en



                                          9
los sistemas de protección social/seguridad social. El sistema de seguridad social debe

respaldar el envejecimiento poblacional y la longevidad, lo que hace importante

redefinir los sistemas de retiro para incluir familias y comunidad. La disminución de los

niveles de pobreza, así como la consecución de políticas eficientes de protección

social, asoman como puntales de la seguridad y la dignidad en la edad avanzada. La

protección social, como instancia rectora debe asegurar la cobertura, calidad y

sostenibilidad de la atención a grupos en situación de vulnerabilidad y extrema

pobreza, incluyendo a las personas adultas mayores, bajo un esquema de integralidad

y de responsabilidades compartidas entre las familias, comunidades, organizaciones de

la sociedad civil y gobiernos locales.

       En este contexto, se entiende que la seguridad económica y la integración social

son sólo un aspecto más de la amplia gama de derechos que deben gozar las

personas de edad. La seguridad económica implica disponer de los medios para

satisfacer las necesidades físicas básicas mediante una combinación apropiada de

suministro de ingreso mínimo, apoyo de la familia y la comunidad y medidas de

autoayuda. Incluye además, aprovechar las oportunidades de empleo y ascenso con un

salario que guarde proporción con su experiencia sin barreras por motivos de edad;

seguir trabajando mientras se esté en condiciones de hacerlo, sin coacción alguna para

que se jubilen y a determinar la forma en que han de retirarse de la vida laboral. La

integración social implica que tanto las personas, familias, comunidad y políticas

públicas deben promover una sociedad integrada desde el punto de vista de la edad en

la que se elimine la discriminación y la segregación involuntaria por motivos de edad y

se aliente la solidaridad y el apoyo mutuo de las generaciones. Desde todos los



                                           10
espacios que estén a nuestra disposición, la gerontología es un puntal para dar apoyo

a estas medidas.

      Retomando     el   tema    del    envejecimiento    activo,   la   gerontología   debe

comprometerse con promover y auspiciar prácticas, políticas y legislaciones que

permitan implementar programas destinados a crear puestos de trabajo donde se

incorporen políticas de igualdad de oportunidades y donde se integre la participación de

trabajadore/as de todas las edades. A la luz del aumento en las expectativas de vida y

el mejoramiento en las condiciones de salud de las personas adultas mayores, se hace

necesario examinar la participación en actividades de carácter productivo de parte de

los adultos mayores. La población de edad mayor cada día participa más en

actividades   productivas   de   varias   maneras.   Algunos        continúan   en   trabajos

remunerados y otros participan de actividades sin           paga que contribuyen al bien

público. Tanto el trabajo remunerado como el voluntario representan dos formas

importantes de actividad productiva en contextos formales. A pesar de que por décadas

ha habido poca participación en la fuerza laboral de adultos mayores, esta tendencia

puede cambiar en el futuro a la luz del aumento en las expectativas de vida y mejoría

en salud de la población vieja.        La participación en actividades productivas está

vinculada al bienestar psicológico de las personas (Hao, 2008). Por tanto, la

gerontología tiene el compromiso de propiciar y estimular que el adulto mayor tenga

mayor participación en actividades productivas.          Es necesario que las políticas y

programas permitan a las personas seguir trabajando de acuerdo a sus capacidades y

preferencias a medida que envejecen. De igual manera, que                se puedan generar

incentivos para la participación de los adultos mayores en trabajos remunerados o



                                            11
voluntarios así como ofrecer capacitación para el desarrollo de habilidades y creación

de proyectos laborales.

      Es nuestra responsabilidad promover instancias en las cuales se ofrezca a la

persona de edad mayor, la oportunidad de plantearse metas y accionar para

alcanzarlas; propiciar que conserven o se incorporen a empleos dignos y remunerados;

instar su incursión en aquellos campos que le permitan enriquecer el espíritu, adquirir y

desarrollar destrezas motoras, procurarse el disfrute de su tiempo libre o mostrar el

bagaje cultural del que son poseedores. De igual manera, que se les considere como

medios para la promoción de valores morales y cívicos, indispensables para una

armónica convivencia entre los grupos intergeneracionales.

      Por otra parte, un aspecto indispensable para fomentar y mantener un nivel de

independencia y autonomía es el establecimiento de incentivos y oportunidades para

que las personas participen en su propio desarrollo físico, mental, emocional, social y

económico. De esta forma las personas de edad avanzada se incorporan y continúan

participando en actividades. El derecho a la educación que tienen las personas adultas

mayores puede ser plenamente ejercido mediante la adopción de políticas y

legislaciones específicas en las que se fomente y facilite el acceso de estas personas a

la alfabetización y se desarrollen sistemas flexibles e incentivos para que éstas

completen su educación básica y secundaria, reconociendo el capital en experiencia

que tienen estos adultos mayores.

      La educación de adultos en un pilar para el logro de lo antes planteado. La

educación de adultos en términos generales se refiere a la participación en una

variedad de actividades de aprendizaje tomadas en cualquier etapa después de la



                                           12
salida   de una educación formal acreditada o no, a tarea parcial o completa.         La

necesidad de seguir aprendiendo es básica en estas nuevas generaciones de adultos

mayores. La influencia y el impulso a la educación ligada a mejores condiciones de

vida es un factor que motiva a un gran número de adultos mayores. La educación

aparece en varios estudios como el primer factor protector de un envejecimiento con

calidad, relacionándose directamente con un buen funcionamiento cognitivo (Rowe y

Kahn, 1997). Se relaciona también indirectamente con mejores habilidades

psicosociales para enfrentar los problemas que ocurren al envejecer, mejorando la

capacidad de respuesta ante las situaciones estresantes que ocurren a lo largo de la

vida y aumentando la percepción de autoeficacia. La educación en sí misma cumple

una función de empoderamiento de los sujetos, cuando se suscita o propicia en éstos

el pleno desarrollo de sus capacidades para decidir por sí mismos. Aplicando este

enfoque de empoderamiento a los adultos mayores, se basa en el hecho de que ellos

pueden aprender, pueden cambiar y pueden tomar el control de sus vidas.             Este

empoderamiento implica entonces, aprender nuevas habilidades en el contexto de la

vida cotidiana de las personas, que les lleve principalmente a creer en la posibilidad de

influenciar su propio mundo. Debe ser una educación que cumpla un rol promotor, que

apunte a cambiar perspectivas, a ampliar su percepción del mundo tal y como se

pretende con los jóvenes estudiantes con nueva información o conocimientos, pero

también con el desarrollo de nuevas capacidades y habilidades que pueda permitirles

situarse en el mundo actual y empoderarse de él. La educación dirigida a adultos

mayores no solo debe apuntar a mejorar la calidad de vida y auto realización sino que

debe impulsar tanto al educador como al educando a examinar las relaciones entre



                                           13
poder, control y conocimiento. En todas las edades la educación cumple una

importante función socializadora, pero en la etapa de la vejez se convierte en un nuevo

espacio social de intercambio e integración de las personas mayores. La educación de

adultos, es entonces un acto político que contribuye a la construcción de la ciudadanía

y el empoderamiento de los sujetos mayores, en una acción emancipadora (Yuni y

Urbano, 2005).

       La vejez constituye la continuidad de una serie de logros y la madurez de una

experiencia.     Por tanto, la participación de las personas adultas mayores en el

desarrollo aporta elementos de interrelación con sus conciudadanos que a todos

enriquece y es nuestra responsabilidad desde la gerontología, apoyar esta

participación.

       En el área prioritaria de fomento de la salud y el bienestar nuestro

compromiso debe estar orientado a estimular a las personas a vigilar y mejorar su

propia salud. La adopción de estilos de vida saludables y la participación activa en el

propio autocuidado son importantes en todas las etapas del curso vital. Particularmente

esta etapa de la vida en la cual predomina el mito en torno a la idea de que en la vejez

ya es demasiado tarde para adoptar un estilo de vida saludable. Las actividades de

promoción de la salud y el acceso universal de las personas de edad a los servicios de

salud durante toda la vida son el pilar del envejecimiento con salud.

       La Organización Mundial de la Salud define la salud como un estado de

completo bienestar físico, mental y social, y no meramente como la ausencia de

enfermedades o padecimientos. Llegar a la vejez gozando de buena salud y bienestar

requiere un esfuerzo personal durante toda la vida y un entorno en el que ese esfuerzo



                                           14
pueda tener éxito. La responsabilidad nuestra desde la gerontología es estimular a las

personas a llevar un modo de vida saludable y recabar de los gobiernos que se creen

entornos favorables a la salud y al bienestar en la vejez.

       La gerontología también tiene un compromiso en gestar políticas sociales y

legislación en esta dirección. Debemos desarrollar estrategias para el dialogo con los

políticos o hacedores de política pública, de manera que podamos sensibilizarles para

promover legislación dirigida a atender las necesidades de la población adulta mayor.

En el área particular de la salud pública, las legislaciones son instrumentos útiles para

desarrollar las metas que han sido establecidas en las políticas nacionales de

envejecimiento de cada país. No obstante, la legislación no reemplaza a la política,

más bien es parte de ésta y ambos instrumentos son necesarios para una protección y

promoción efectiva de la salud y otros derechos básicos de las personas adultas

mayores. Así, la legislación es un instrumento esencial para desarrollar servicios de

rehabilitación basados en la comunidad, establecer los derechos humanos, referir a las

obligaciones internacionales del Estado con relación a la prestación de servicios

sanitarios, acceso a medicamentos, sistemas de monitoreo de derechos en

instituciones y hogares, entre otros.

       La gerontología tiene el compromiso de lograr que los adultos mayores

conozcan sobre sus derechos. El ejercicio de los derechos civiles, políticos,

económicos, sociales y culturales y el disfrute de las libertades fundamentales, al igual

que un cierto nivel de salud física y mental son requisitos necesarios para que las

personas adultas mayores alcancen un verdadero bienestar y su plena realización

como ciudadanos. De hecho, cierto nivel de salud física y mental es necesario para



                                            15
poder participar activamente en la vida civil, social, política y económica de un país y al

mismo tiempo ejercer ciertos derechos humanos y libertades tales como la libertad de

religión o asociación, la libertad de movimiento, la libertad para elegir con quien vivir, el

derecho a votar, el derecho a la alimentación, a la educación o a un medio ambiente

sano, entre otros.

       Sin embargo, existe un limitado conocimiento de las normas generales y

estándares internacionales de derechos humanos en el contexto del envejecimiento.

Esto contribuye muchas veces a que estos derechos no se                 respeten tanto por

autoridades gubernamentales (incluido el personal de salud), como por miembros de la

sociedad civil, o incluso por familiares de las personas adultas mayores.

       Parte de nuestro compromiso desde la gerontología es promover y asegurarnos

que se informe, disemine y divulguen los derechos y libertades de tal forma que sean

conocidos y ejercidos, en especial, por las personas adultas mayores y las

organizaciones que las representan. Los instrumentos internacionales y regionales de

derechos humanos pueden ser usados para llevar a cabo acciones concretas que

prevengan las discapacidades físicas, mentales, sensoriales o de cualquier otro tipo y

conlleven a la rehabilitación de las personas adultas mayores y a su envejecimiento

saludable.

       Ante el envejecimiento acelerado de la población urge un cambio hacia la

prevención y control de enfermedades que se han convertido en causas principales de

muerte en este grupo poblacional. Parte de los programas de salud dirigidos a esta

población deben estar orientados a mantener la calidad de vida y no tanto a atender

enfermedades de carácter agudo. Para fomentar un envejecimiento activo, la



                                             16
gerontología tiene el compromiso de velar porque los sistemas sanitarios se orienten a

la promoción de la salud, prevención de enfermedades y acceso equitativo tanto a la

atención primaria como a una asistencia de larga duración de calidad. Para lograr una

eficaz protección social en salud se requiere de una política y financiamiento que

garantice un conjunto de prestaciones y un paquete básico de atención en salud. Como

ejes de la oferta de servicios de salud adecuados para las personas mayores se deben

considerar la promoción de una cobertura universal en salud, la incorporación del

envejecimiento como componente esencial de las legislaciones y políticas nacionales

de salud y el establecimiento de un servicio integral de salud que responda a las

necesidades de las personas mayores a través del fortalecimiento y reorientación de

los servicios existentes y creando aquellos que fueran necesarios. Los principios

rectores en la consecución de estos objetivos son la información, formación y

capacitación; un sistema de gestión adaptado y actualizado, y accesibilidad del entorno

físico.

          El derecho a la mejor atención médica a través de servicios de salud debe ser

entendido como la obligación que tiene el Estado de adoptar (progresivamente)

medidas, legislaciones y políticas públicas que permitan proporcionar a todas las

personas, sin discriminación, servicios de atención primaria de salud, intervención

temprana para impedir o posponer la aparición de enfermedades y discapacidades,

servicios de inmunización contra las enfermedades infecciosas, prevención y

tratamiento     de   enfermedades   endémicas    y   educación   sobre   prevención   de

enfermedades.




                                            17
Entre las acciones específicas de la atención primaria se debe considerar la

promoción en salud y medicina preventiva, atención médica, rehabilitación con base

comunitaria y atención de salud mental comunitaria.        Esto en unión a acciones

específicas tales como: el examen periódico de salud, evaluación geriátrica integral con

instrumentos validados y estandarizados, inmunizaciones, cernimiento, apoyo social y

comunitario, control de enfermedades crónico degenerativas y rehabilitación. Nuestras

acciones como gerontólogo/as deben dirigirse a la promoción a través de la educación

para el autocuidado y los estilos de vida saludables. También se debe dar énfasis

particular a la atención de salud de la mujer adulta mayor, por las características

biológicas y sociales que le atañen.

       Es indispensable además, la capacitación en gerontología y geriatría, del

personal que atienda a la población de adultos mayores así como otros profesionales

interesados. Deben instituirse programas de educación continuada para los

profesionales de la salud y los servicios sociales con miras a aplicar un enfoque

integrado de la salud, el bienestar y la atención de las personas de edad, así como de

los aspectos sociales y psicológicos del envejecimiento.

       Como es evidente, la transformación demográfica es un desafío para la

Gerontología, que hace impostergable articular el quehacer de las instituciones

dedicadas a la atención gerontológica, que fortalezcan la actuación de los diferentes

actores sociales en las diversas temáticas que les atañen, sin olvidar que la

cooperación de los adultos mayores nos acerca a una atención asertiva de sus

demandas, en la que éstas sean escuchadas y traducidas en servicios con calidad,

accesibilidad y eficacia.



                                          18
En el área prioritaria de Creación de un entorno propicio y favorable el Plan

de Acción hace hincapié en el hecho de que sean cuales fueren las circunstancias en

que se encuentren las personas de edad mayor, todas ellas tienen derecho a vivir en

un entorno que realce sus capacidades. Si bien algunas personas de edad necesitan

un alto grado de atención y apoyo físico, la mayoría quiere seguir siendo activas y

productivas, incluso mediante actividades voluntarias, y son capaces de hacerlo.

      Nuestro compromiso entonces es promover que se adopten políticas que

habiliten a las personas de edad y respalden sus aportaciones a la sociedad. Esto

incluye el acceso a los servicios básicos, tales como el agua potable y los alimentos

adecuados. Es necesario, también, promover políticas que fortalezcan el desarrollo y la

independencia durante toda la vida y presten apoyo a las instituciones sociales sobre la

base de los principios de la reciprocidad y la interdependencia.

      El envejecimiento poblacional nos enfrenta a un cambio en la carga de cuidados.

Los patrones de dependencia van a cambiar en un contexto donde disminuye la ayuda

familiar y donde no hay mayores cambios en la distribución de la división sexual del

trabajo. Debido a la disminución en las tasas de fertilidad, se reduce el número de

parientes disponibles en las redes familiares. El cuidado y atención del adulto mayor se

transformará en un desafío inminente para las políticas públicas. La gerontología social

se enfrenta entonces a este reto y tiene un compromiso de promover que se ofrezca

asistencia y servicios continuados, de diversas fuentes a las personas de edad y apoyo

a las personas que prestan cuidos. Esto implica tomar medidas para proporcionar

asistencia comunitaria, apoyo a la atención familiar y apoyo a las personas encargadas




                                           19
de prestar asistencia, impartiéndoles capacitación, suministrándoles información así

como utilizando mecanismos psicológicos, económicos, sociales y legislativos.

      La familia y las redes sociales han sido un importante sostén en la vejez, tanto

transfiriendo directamente recursos económicos, como proveyendo apoyo y asistencia

en caso de enfermedades y de disminución de las capacidades físicas. Por otra parte,

los adultos mayores también han sido una importante fuente de ayuda a la familia, no

solo en el cuidado de nieto/as, sino también transfiriendo recursos económicos y/o

permitiendo el allegamiento de hijos y sus familias en sus viviendas. La gerontología

tiene un fuerte compromiso de apoyar y fomentar las redes sociales del sector

poblacional envejecido, particularmente apoyo a las familias. Los viejo/as y los jóvenes

son intricadamente interdependientes y las familias son el mecanismo primario que

permite que las generaciones permanezcan unidas. La importancia de la familia como

fuente de apoyo para sus miembros dependientes, particularmente las generaciones

viejas, ha sido ampliamente reconocida por los organismos internacionales.           La

naturaleza y el contenido de este apoyo varían ampliamente dentro y entre sociedades.

Existe un reconocimiento de que cualquier mejoramiento en el bienestar general de la

población anciana debe iniciarse dentro del contexto de la familia.      Las personas

ancianas no han sido abandonadas por su familia como comúnmente se piensa. Por el

contrario, están integradas en un sistema de parentesco con lazos filiales intensos. La

familia mantiene una posición de prominencia dentro del espacio vital psicológico de las

personas ancianas, principalmente por virtud de su habilidad para proveer seguridad

emocional y material (Sánchez, 2000).




                                          20
Las generaciones actuales no han sido adecuadamente preparadas para la

posibilidad de tener que asumir más responsabilidad por sus miembros ancianos según

las generaciones se van juntando. Esto plantea una nueva situación a la cual la familia

se tiene que enfrentar.     Por lo tanto, es necesario el apoyo a las familias y

comunidades en sus esfuerzos por cuidar de sus seres queridos de más edad

especialmente los que requieran de atención especial mejorando el acceso a las

ayudas técnicas. También es precisa una capacitación sistemática para quienes

brindan apoyo a las personas adultas mayores. En este sentido la gerontología debe

jugar un rol prominente.

      La disponibilidad y uso de los recursos de apoyo en la vejez, dependen de las

relaciones que las personas establecen en su entorno. En la medida que los adultos

mayores cuenten con recursos de apoyo familiar, dados tanto por la presencia

inmediata de miembros en su hogar, como por los intercambios que establecen con

familiares que viven fuera del hogar, demandarán de diferentes recursos de apoyo de

la sociedad, públicos o privados. Ello, bajo el supuesto que culturalmente, para los

adulto/as mayores, la familia es vista como la principal entidad encargada del cuidado y

proveedora de ayuda material (servicios) y apoyo psicosocial a sus miembros. El patrón

cultural latinoamericano consiste en que la familia atiende a las personas de mayor

edad cuando éstas lo necesitan y sólo deja de hacerlo en circunstancias especiales.

Se deben aunar esfuerzos para facilitar que este patrón continúe en la medida en que

la familia pueda asumir esta responsabilidad. Actualmente, los incentivos para que la

familia cuide de sus miembros ancianos con apoyo del Estado, son casi inexistentes.

Debe existir una responsabilidad compartida entre la familia y el Estado, pero esta



                                          21
responsabilidad compartida implica un compartir continuo y no limitarse a situaciones

de crisis. Las necesidades de la familia con miembros dependientes varían de tiempo

en tiempo e idealmente se debe responder a estas variantes con políticas de apoyo

cuando lo necesiten y de sustitución cuando sea necesario.       Ya que la evidencia

empírica señala que la mayoría de las personas de edad avanzada no vive aisladas de

su familia ni en instituciones para ancianos, debemos asumir que cualquier problema,

crisis o cambio que afecte a éstas personas, habrá de afectar también a su familia,

particularmente cuando nos enfrentamos a generaciones viejas atendiendo a otros

viejos dentro de una misma familia. En el contexto de un débil estado de bienestar,

como sucede en muchos países latinoamericanos, la familia es el pilar fundamental de

su bienestar en la vejez. Con la familia el adulto mayor tiene relaciones cara a cara

frecuentes y en general el funcionamiento familiar se evalúa de buena manera. La

calidad de estas relaciones familiares se asocia fuertemente con el nivel de bienestar

que tienen los adultos/as mayores. En general, se ha encontrado que el bienestar de

los adultos mayores se relaciona más con los aspectos de calidad de las relaciones

familiares que con las características de conformación familiar. El papel de las

personas de edad se está modificando, donde pasa de ser una persona pasiva que

necesita cuidados y protección a ser un miembro activo en la familia, concediendo

protección y cuidados a generaciones más jóvenes.

       Aún con la reducción del número de parientes, esto puede redundar en una

mayor cercanía con los parientes disponibles. Así por ejemplo, Hoff (2007) sostiene

que los cambios en la estructura familiar pueden significar un fortalecimiento de las

relaciones abuelos-nietos, pues como se tienen menos nietos, los adultos mayores



                                         22
pueden concentrar más sus relaciones, brindando mayor cuido y acompañamiento a

éstos.

         Definitivamente se ha evidenciado que las relaciones familiares son uno de los

factores predictores de bienestar en la vejez. Es preciso mencionar algunas

consideraciones dirigidas al fortalecimiento de la familia, que como gerontólogos/as

podemos propiciar.     En primer lugar, es necesario reconocer que ciertos tipos de

familias son más vulnerables que otras y por lo tanto, merecen más atención. Por

ejemplo, familias con varias generaciones de personas adultas mayores dependientes.

El aumento en la longevidad puede significar que aquellos miembros de la familia que

proveen atención a los familiares dependientes pueden también estar en edades

avanzadas y sujetos a limitaciones funcionales. Llevar a cabo tareas de apoyo puede

resultar difícil. Bajo estas circunstancias, la disponibilidad de ayuda suplementaria es

indispensable para que las personas de edad mayor puedan permanecer dentro del

contexto de la familia y la comunidad.          Segundo, debe prestarse atención a la

adopción de políticas sociales intergeneracionales. Como resultado del envejecimiento

de la familia, los miembros jóvenes necesitarán y demandarán más servicios diseñados

a ayudarse en sus roles de proveedores de cuidado y atención a los miembros de

mayor edad en la familia.

         La gerontología tiene un compromiso con el fortalecimiento de la solidaridad

intergeneracional. Cabe señalar que las personas adultas mayores realizan actividades

de distinta índole en su propio beneficio y el de la comunidad a través de

organizaciones compuestas exclusivamente por adultos mayores u organizaciones

intergeneracionales. Sin embargo, la discriminación por la edad se manifiesta de



                                           23
distintas maneras, entre ellas, en la falta de reconocimiento que las generaciones más

jóvenes le hacen a este grupo poblacional en cuanto a su contribución al desarrollo del

país y su cultura. En este sentido deben buscarse estrategias que promueva “una

sociedad para todas las edades”. Recalco nuevamente la importancia de la educación

al respecto. Deben generarse programas de educación en los cuales las personas

adultas mayores tengan acceso a formarse, así como a poner a disposición de

generaciones más jóvenes sus conocimientos y experiencias posibilitando la

conservación de las tradiciones y de las raíces culturales de las comunidades.

      Otro objetivo de mucha relevancia en el compromiso de la Gerontología hacia la

población vieja, en el área de prioridad de Creación de un entorno propicio y

favorable, aquel que plantea la eliminación de todas las formas de abandono, abuso

y violencia contra las personas de edad. Se establecen como medidas, sensibilizar a

los profesionales y educar al público en general, valiéndose de los medios de difusión y

campañas de concienciación, sobre la cuestión de los abusos contra las personas de

edad y sus diversas características y causas. Nuestra participación en lograr estas

medidas es crucial. Otras recomendaciones son el promulgar leyes y establecer

medidas legales para eliminar los abusos contra las personas de edad; alentar a los

profesionales de la salud y de servicios sociales y al público en general a que informen

sobre los casos en que se sospeche la existencia de malos tratos a personas de edad.

La gerontología tiene la responsabilidad de ejercer liderato en propiciar un sistema

integral de apoyo para los adultos mayores. Un sistema integral de apoyo que fomente

el envejecimiento activo, asegurará como mínimo que las personas adultas mayores

tengan acceso a un ambiente saludable con relación a los servicios sanitarios, sociales,



                                          24
económicos, de seguridad física y protección contra el abuso y el maltrato.

Abordándose las necesidades y los derechos de las personas adultas mayores, éstas

verán garantizadas su protección, su dignidad y su asistencia en el caso de que ya no

puedan mantenerse y protegerse a sí mismas. Esto incluye la creación de entornos

físicos y sociales apropiados para lograr una vida sana y autónoma el mayor tiempo

posible, proporcionando consejos sobre seguridad en el hogar y espacios públicos

(vida sin barreras).

       La promoción de una imagen positiva del envejecimiento es otro            aspecto

esencial del Plan de Acción al cual la gerontología debe prestar atención. El

reconocimiento de la autoridad, la sabiduría, la dignidad y la prudencia que son fruto de

la experiencia de toda una vida ha caracterizado normalmente el respeto con que se ha

tratado a la ancianidad en el curso de la historia. En algunas sociedades, a menudo se

desatienden     esos   valores   y   se   representa    a   las   personas    de   edad

desproporcionadamente como rémoras para la economía, debido a sus crecientes

necesidades en materia de servicios de salud y apoyo. Aunque el goce de la salud en

los años de la vejez es, naturalmente, una cuestión cada vez más importante para las

personas de edad, la concentración de la atención pública en la magnitud y el costo de

los servicios de atención a la salud, las pensiones y otros servicios ha promovido una

imagen negativa del envejecimiento. Las creencias sexistas y gerofóbicas reflejan el

énfasis de la sociedad en la productividad, el atractivo sexual y físico. La gerofobia es

el término que se usa para describir los prejuicios negativos y estereotipos hacia las

personas ancianas por razón única de su edad (Butler, Lewis y Suderland, 1991). Estas

actitudes negativas se cree surgen del miedo de las generaciones jóvenes al



                                           25
envejecimiento y su rechazo a lidiar con los retos económicos y sociales que están

relacionados al incremento en la población vieja.       Las imágenes que destacan el

atractivo, la diversidad y la creatividad de las personas de edad y su contribución vital a

la sociedad deben competir con ella por despertar la atención del público. Las mujeres

de edad se ven particularmente afectadas por los estereotipos engañosos y negativos:

en lugar de representarlas de manera que reflejen sus aportaciones, sus puntos

fuertes, su inventiva y sus calidades humanas, suelen ser representadas como débiles

y dependientes, lo que refuerza las prácticas excluyentes.. El prejuicio por edad a que

se enfrenta la mujer según envejece está compuesto por el sexismo y el doble mensaje

que considera vieja a la mujer a más temprana edad que el hombre (Sánchez, 2003).

       El envejecimiento activo fomenta la autoestima y la dignidad de las personas y el

ejercicio pleno de todos sus derechos humanos. Es necesario que desde la

gerontología promulguemos que la sociedad en general desarrolle una cultura de

respeto por las personas adultas mayores por sus contribuciones a la familia, los

amigos, la comunidad y la sociedad. Que se deje de transmitir una imagen

estereotipada de la vejez expresada como pasividad, enfermedad, deterioro o carga

social que en general los medios de comunicación mantienen y reproducen.

       La vejez y la población vieja, producto del envejecimiento es hoy día uno de los

asuntos fundamentales a los que se enfrentan las diversas naciones del mundo. Qué

haremos o que no haremos,          va a determinar que tipo de sociedad envejecida

tendremos en las próximas décadas.        Nuestro compromiso con la población vieja ,

como gerontólogos y gerontólogas es pensar en nuevas maneras de ayudar a ampliar

el debate sobre la manera de prepararnos para una sociedad envejecida en forma



                                            26
comprensiva que tome en consideración las diversas disciplinas y grupos de interés

que moldeen los asuntos relacionados a la vejez. Urge que continuemos conformando

espacios que promuevan la realización de diálogos nacionales, regionales e

internacionales en torno a esta temática.

       Aquellos que laboraron en el campo de la vejez cuando apenas era una

profesión aislada, deben disfrutarse el respecto y reconocimiento de sus trabajos por la

sociedad actual.     Por otro lado, los adelantos actuales crean nuevos retos y

oportunidades a medida que miramos hacia la nueva vejez.

       A manera de conclusión, deseo mencionar que las directrices que ofrecen los

organismos internacionales como las Naciones Unidas (Plan de Acción Madrid) para el

establecimiento de políticas de atención a las personas adultas mayores plantea un

reto a todos los que estamos inmersos en el campo de la gerontología. Si bien cada

realidad permite definir los marcos contextuales para nuestra tarea, es preciso

compromiso y voluntad para accionar en el tema de las personas adultas mayores.

Las acciones específicas son necesarias y son desafíos urgentes a los cuales hay que

hacer frente.

       Desearía culminar esta presentación dejándoles con este pensamiento: En una

sociedad envejecida no es la persona de edad la que debe adaptarse a la

sociedad sino las estructuras sociales a ellas. Por tanto la gerontología social tiene

el gran compromiso de estar al servicio de las personas de edad mayor. Ese es nuestro

principal reto y responsabilidad.


Referencias:




                                            27
Achenbaum, W. A., (1987). Can gerontology be a science? Journal of Aging
Studies, 1, (1), 3-18.

      Achenbaum, W. A., (1995). Crossing frontiers: Gerontology emerges as a
science. New York: Columbia University Press.

      Bass S.A. (2007). The emergence of the golden age of social gerontology.
Gerontologist. 47: 408-412.

      Bengtson, V. L., Rice, C. J., y Johnson, M. L., (1999). Are theories of aging
important? Models and explanations in gerontology at the turn of the century. En V. L.
Bengtson y K. W. Schaie (Eds.), Handbook on theories of aging (pp. 3–20). New York:
Springer.
      Butler R., Lewis M. y Sunderland T. (1991). Aging and Mental Health: Positive
Psychosocial and Biomedical Approaches. New York: Macmillan.


      CEPAL (2008). El envejecimiento y las personas der edad : Indicadores para
América Latina y el Caribe, http://www.cepal.org/celade/envejecimiento.

       Fernandez Ballesteros, Rocío (2000) La gerontología positiva. Revista
Multidiscilinaria Gerontológica. 10 (3); 143-145.

       Hao, Y. (2008). Productive activities and psychological well being among older
adults. Journal of Gerontology: Social Sciences. Vol. 63B (2):S64-S72.

      Hoff, A (2007). Patterns of intergenerational support in grandparent-grandchild
and parent-child relationships in Germany. Ageing and Society, 27(5):643-665.

       Huenchuan, Navarro, Sandra (2003 a). La política de vejez en Chile: Análisis de
los enfoques teóricos que la sustentan y la inclusión/exclusión de las diferencias de
género y étnicas.En: Envejecimiento demográfico demográfico y políticas públicas para
adultos mayores. México e Iberoaméricaante el nuevo siglo. México:Universidad
Autónoma de México (UNAM).

       Kalache, A. y Kickbush (1997). A global strategy for healthy ageing. World Health
4-5.

       Naciones Unidas (2008). Population Division of the Department of Economic and
Social Affairs of the United Nations Secretariat, World Population Reports Prospects:
The 2008 Revision, http: //esa.un.org/unpp.

      Naciones Unidas (2002). Informe de la Segunda Asamblea Mundial sobre el
Envejecimiento. Madrid, España, 8 a 12 de abril.




                                           28
Organización Mundial de la Salud (1998). Life in the 21st Century: A Vision for
All (World Health Report). Ginebra:Organización Mundial de la Salud.

      Regalado, P. (2002). Envejecimiento activo: un marco político. Revista Española
de Geriatría y Gerontología. 37(S2):74-105.

       Rowe, J.W. y Kahn, R.L. (1997). Successful aging. The Gerontologist, 37 433-
440.

       Sánchez, Carmen D. (2005). El mundo envejece: Impacto en la Familia, En
Familia y Vejez, Memorias Segundo Seminario Red Estudios de la Vejez
Centroamérica y El Caribe, San Juan: Impresos Universidad de Puerto Rico.

       Sánchez, C. D. (2003). Editora La mujer de edad mayor en una sociedad
feminizada .Costa Rica: Editorial Universidad Estatal a Distancia

       Sánchez, C. D. (2000). Gerontología Social. Argentina: Espacio Editorial.

       Tapia Videla, Jorge (1994). Los ancianos y las políticas de servicios en América
Latina. En: Anzola Perez y otros, La atención de los Ancianos : Un desafio para los
años noventa. Washington: Organización Panamericana de la Salud.

       The Association for Gerontology in Higher Education (AGHE) (1996). Careers in
Aging: Opportunities and Options. Washington, D.C.: AGHE.

      Treas, J., y Passuth, P., (1988). Age, aging, and the aged: The three sociologies.
En E. Borgatta y K. S. Cook (Eds.), The future of sociology (pp. 394–417). Newbury
Park, CA: Sage and the Pacific Sociological Association.


       Viveros Madariaga, Alberto (2001). Envejecimiento y vejez en América Latina y
el Caribe: políticas públicas y las acciones de la sociedad, Proyecto Regional de
Población CELADE-FNUAP (Fondo de Población de las Naciones Unidas) Centro
Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) - División de Población de la
CEPALÁrea de Población y Desarrollo del CELADE: Chile. Serie Población y Desarrollo
22.
       Wahl, H. W., y Weisman, G. D., (2003). Environmental gerontology at the
beginning of the new millennium: Reflections on its historical, empirical, and theoretical
development. The Gerontologist, 43, 616-627.

       Yuni J. y Urbano, C. (2005). Educación de adultos mayores: Teoría,
investigación e intervenciones. Brujas: Argentina.




                                           29

Mais conteúdo relacionado

Mais procurados

Envejecimiento activo y saludable. Vida independiente.
Envejecimiento activo y saludable. Vida independiente.Envejecimiento activo y saludable. Vida independiente.
Envejecimiento activo y saludable. Vida independiente.José María
 
TESIS Estilos de Vida y Depresión en Adultos Mayores del CAM Sullana 2016
TESIS Estilos de Vida y Depresión en Adultos Mayores del CAM Sullana 2016TESIS Estilos de Vida y Depresión en Adultos Mayores del CAM Sullana 2016
TESIS Estilos de Vida y Depresión en Adultos Mayores del CAM Sullana 2016Fátima Rosalía Espinoza Porras
 
ENVEJECIMIENTO Y VEJEZ PROYECTO DE GRADO DE TRABAJO SOCIAL
ENVEJECIMIENTO Y VEJEZ PROYECTO DE GRADO DE TRABAJO SOCIALENVEJECIMIENTO Y VEJEZ PROYECTO DE GRADO DE TRABAJO SOCIAL
ENVEJECIMIENTO Y VEJEZ PROYECTO DE GRADO DE TRABAJO SOCIALLEYDI CONSTANZA FUENTES VIVAS
 
Envejecimiento activo y saludable.
Envejecimiento activo y saludable.Envejecimiento activo y saludable.
Envejecimiento activo y saludable.José María
 
Envejecimiento activo.
Envejecimiento activo.Envejecimiento activo.
Envejecimiento activo.José María
 
Presentación Comunitaria Estudiantes
Presentación Comunitaria EstudiantesPresentación Comunitaria Estudiantes
Presentación Comunitaria Estudiantespacapsomamfyc
 
Libro Blanco del envejecimiento activo. Septiembre 200908 09 2009
Libro Blanco del envejecimiento activo. Septiembre 200908 09 2009Libro Blanco del envejecimiento activo. Septiembre 200908 09 2009
Libro Blanco del envejecimiento activo. Septiembre 200908 09 2009montserrat.mirman
 
Buenas prácticas. envejecimiento y síndrome de down.
Buenas prácticas. envejecimiento y síndrome de down.Buenas prácticas. envejecimiento y síndrome de down.
Buenas prácticas. envejecimiento y síndrome de down.José María
 
Dia mundial contra el cáncer.
Dia mundial contra el cáncer.Dia mundial contra el cáncer.
Dia mundial contra el cáncer.José María
 
Power de adultos mayores (2) (1)
Power de adultos mayores (2) (1)Power de adultos mayores (2) (1)
Power de adultos mayores (2) (1)venus_141
 
Plan Integral de Alzheimer y otras demencias.
Plan Integral de Alzheimer y otras demencias.Plan Integral de Alzheimer y otras demencias.
Plan Integral de Alzheimer y otras demencias.José María
 
Incidencia de la universidad en el desarrollo de la calidad de vida del adult...
Incidencia de la universidad en el desarrollo de la calidad de vida del adult...Incidencia de la universidad en el desarrollo de la calidad de vida del adult...
Incidencia de la universidad en el desarrollo de la calidad de vida del adult...Ricardo Pereira Nodardse
 
INFORME: El comportamiento ciudadano en la planificación de la jubilación
INFORME: El comportamiento ciudadano en la planificación de la jubilaciónINFORME: El comportamiento ciudadano en la planificación de la jubilación
INFORME: El comportamiento ciudadano en la planificación de la jubilaciónESADE
 
1217 texto del art ã­culo-3115-2-10-20180308
1217 texto del art ã­culo-3115-2-10-201803081217 texto del art ã­culo-3115-2-10-20180308
1217 texto del art ã­culo-3115-2-10-20180308HibettSerrano
 
Envejecimiento saludable
Envejecimiento saludableEnvejecimiento saludable
Envejecimiento saludableRosario Mocarro
 

Mais procurados (19)

Envejecimiento activo y saludable. Vida independiente.
Envejecimiento activo y saludable. Vida independiente.Envejecimiento activo y saludable. Vida independiente.
Envejecimiento activo y saludable. Vida independiente.
 
Envejecimiento activo
Envejecimiento activoEnvejecimiento activo
Envejecimiento activo
 
TESIS Estilos de Vida y Depresión en Adultos Mayores del CAM Sullana 2016
TESIS Estilos de Vida y Depresión en Adultos Mayores del CAM Sullana 2016TESIS Estilos de Vida y Depresión en Adultos Mayores del CAM Sullana 2016
TESIS Estilos de Vida y Depresión en Adultos Mayores del CAM Sullana 2016
 
ENVEJECIMIENTO Y VEJEZ PROYECTO DE GRADO DE TRABAJO SOCIAL
ENVEJECIMIENTO Y VEJEZ PROYECTO DE GRADO DE TRABAJO SOCIALENVEJECIMIENTO Y VEJEZ PROYECTO DE GRADO DE TRABAJO SOCIAL
ENVEJECIMIENTO Y VEJEZ PROYECTO DE GRADO DE TRABAJO SOCIAL
 
Envejecimiento activo y saludable.
Envejecimiento activo y saludable.Envejecimiento activo y saludable.
Envejecimiento activo y saludable.
 
Envejecimiento activo.
Envejecimiento activo.Envejecimiento activo.
Envejecimiento activo.
 
Presentación Comunitaria Estudiantes
Presentación Comunitaria EstudiantesPresentación Comunitaria Estudiantes
Presentación Comunitaria Estudiantes
 
Valores de salud
Valores de saludValores de salud
Valores de salud
 
Libro Blanco del envejecimiento activo. Septiembre 200908 09 2009
Libro Blanco del envejecimiento activo. Septiembre 200908 09 2009Libro Blanco del envejecimiento activo. Septiembre 200908 09 2009
Libro Blanco del envejecimiento activo. Septiembre 200908 09 2009
 
Buenas prácticas. envejecimiento y síndrome de down.
Buenas prácticas. envejecimiento y síndrome de down.Buenas prácticas. envejecimiento y síndrome de down.
Buenas prácticas. envejecimiento y síndrome de down.
 
Dia mundial contra el cáncer.
Dia mundial contra el cáncer.Dia mundial contra el cáncer.
Dia mundial contra el cáncer.
 
Power de adultos mayores (2) (1)
Power de adultos mayores (2) (1)Power de adultos mayores (2) (1)
Power de adultos mayores (2) (1)
 
Plan Integral de Alzheimer y otras demencias.
Plan Integral de Alzheimer y otras demencias.Plan Integral de Alzheimer y otras demencias.
Plan Integral de Alzheimer y otras demencias.
 
Incidencia de la universidad en el desarrollo de la calidad de vida del adult...
Incidencia de la universidad en el desarrollo de la calidad de vida del adult...Incidencia de la universidad en el desarrollo de la calidad de vida del adult...
Incidencia de la universidad en el desarrollo de la calidad de vida del adult...
 
INFORME: El comportamiento ciudadano en la planificación de la jubilación
INFORME: El comportamiento ciudadano en la planificación de la jubilaciónINFORME: El comportamiento ciudadano en la planificación de la jubilación
INFORME: El comportamiento ciudadano en la planificación de la jubilación
 
1217 texto del art ã­culo-3115-2-10-20180308
1217 texto del art ã­culo-3115-2-10-201803081217 texto del art ã­culo-3115-2-10-20180308
1217 texto del art ã­culo-3115-2-10-20180308
 
Aporte revista
Aporte revistaAporte revista
Aporte revista
 
Envejecimiento saludable
Envejecimiento saludableEnvejecimiento saludable
Envejecimiento saludable
 
Manual de Salud
Manual de SaludManual de Salud
Manual de Salud
 

Semelhante a Geriatria

Envejecimiento gerontologia bzdbd d d d zbzbz z z x x x dzbz z z kznz z z ...
Envejecimiento gerontologia    bzdbd d d d zbzbz z z x x x dzbz z z kznz z z ...Envejecimiento gerontologia    bzdbd d d d zbzbz z z x x x dzbz z z kznz z z ...
Envejecimiento gerontologia bzdbd d d d zbzbz z z x x x dzbz z z kznz z z ...JuditMerariFloresGar
 
Envejecimiento activo: un marco político
Envejecimiento activo: un marco políticoEnvejecimiento activo: un marco político
Envejecimiento activo: un marco políticoSistemadeEstudiosMed
 
World who oms 2002 envejecimiento activo un marco politico
World who oms 2002 envejecimiento activo un marco politicoWorld who oms 2002 envejecimiento activo un marco politico
World who oms 2002 envejecimiento activo un marco politicopatxigalarraga
 
Memoria marco teorico mario rosas
Memoria marco teorico mario rosasMemoria marco teorico mario rosas
Memoria marco teorico mario rosasMARIO ROSAS
 
ACT.4 TEORIAS INTEGRADAS, CUADRO COMPARATIVOPDF.pdf
ACT.4 TEORIAS INTEGRADAS, CUADRO COMPARATIVOPDF.pdfACT.4 TEORIAS INTEGRADAS, CUADRO COMPARATIVOPDF.pdf
ACT.4 TEORIAS INTEGRADAS, CUADRO COMPARATIVOPDF.pdfLiliana366496
 
Envejecimiento saludable. Ámbitos de actuación.
Envejecimiento saludable. Ámbitos de actuación.Envejecimiento saludable. Ámbitos de actuación.
Envejecimiento saludable. Ámbitos de actuación.José María
 
Conversatorio Módulo 5 - Sociedad para todas las edades
Conversatorio Módulo 5 - Sociedad para todas las edadesConversatorio Módulo 5 - Sociedad para todas las edades
Conversatorio Módulo 5 - Sociedad para todas las edadesEducontinuaFacimed
 
Plan de marketing social del centro gerontólogico rosa delia bravo
Plan de marketing social del centro gerontólogico rosa delia bravoPlan de marketing social del centro gerontólogico rosa delia bravo
Plan de marketing social del centro gerontólogico rosa delia bravoJuan Diego Sigüenza Rojas
 
2 UNIVERSIDAD ESTATAL DEL VALLE DE ECATEPEC 2.docx
2 UNIVERSIDAD ESTATAL DEL VALLE DE ECATEPEC 2.docx2 UNIVERSIDAD ESTATAL DEL VALLE DE ECATEPEC 2.docx
2 UNIVERSIDAD ESTATAL DEL VALLE DE ECATEPEC 2.docxLILIANAFLORES495787
 
2.-CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO.pptx
2.-CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO.pptx2.-CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO.pptx
2.-CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO.pptxJule Mostajo Ruiz
 
APUNTE ENVEJECIMIENTO.pdf
APUNTE ENVEJECIMIENTO.pdfAPUNTE ENVEJECIMIENTO.pdf
APUNTE ENVEJECIMIENTO.pdfPanchitaIsa
 
Perspectivas sociológicas de la tercera edad
Perspectivas sociológicas de la tercera edadPerspectivas sociológicas de la tercera edad
Perspectivas sociológicas de la tercera edadLuisa3428
 
Jornada sobre talento senior Círculo de Empresarios-Fundación Transforma España
Jornada sobre talento senior Círculo de Empresarios-Fundación Transforma EspañaJornada sobre talento senior Círculo de Empresarios-Fundación Transforma España
Jornada sobre talento senior Círculo de Empresarios-Fundación Transforma EspañaCírculo de Empresarios
 

Semelhante a Geriatria (20)

Envejecimiento gerontologia bzdbd d d d zbzbz z z x x x dzbz z z kznz z z ...
Envejecimiento gerontologia    bzdbd d d d zbzbz z z x x x dzbz z z kznz z z ...Envejecimiento gerontologia    bzdbd d d d zbzbz z z x x x dzbz z z kznz z z ...
Envejecimiento gerontologia bzdbd d d d zbzbz z z x x x dzbz z z kznz z z ...
 
Envejecimiento activo: un marco político
Envejecimiento activo: un marco políticoEnvejecimiento activo: un marco político
Envejecimiento activo: un marco político
 
World who oms 2002 envejecimiento activo un marco politico
World who oms 2002 envejecimiento activo un marco politicoWorld who oms 2002 envejecimiento activo un marco politico
World who oms 2002 envejecimiento activo un marco politico
 
Memoria marco teorico mario rosas
Memoria marco teorico mario rosasMemoria marco teorico mario rosas
Memoria marco teorico mario rosas
 
ACT.4 TEORIAS INTEGRADAS, CUADRO COMPARATIVOPDF.pdf
ACT.4 TEORIAS INTEGRADAS, CUADRO COMPARATIVOPDF.pdfACT.4 TEORIAS INTEGRADAS, CUADRO COMPARATIVOPDF.pdf
ACT.4 TEORIAS INTEGRADAS, CUADRO COMPARATIVOPDF.pdf
 
EL_ENVEJECIMIENTO_ACTIVO.docx
EL_ENVEJECIMIENTO_ACTIVO.docxEL_ENVEJECIMIENTO_ACTIVO.docx
EL_ENVEJECIMIENTO_ACTIVO.docx
 
Envejecimiento saludable. Ámbitos de actuación.
Envejecimiento saludable. Ámbitos de actuación.Envejecimiento saludable. Ámbitos de actuación.
Envejecimiento saludable. Ámbitos de actuación.
 
Conversatorio Módulo 5 - Sociedad para todas las edades
Conversatorio Módulo 5 - Sociedad para todas las edadesConversatorio Módulo 5 - Sociedad para todas las edades
Conversatorio Módulo 5 - Sociedad para todas las edades
 
Plan de marketing social del centro gerontólogico rosa delia bravo
Plan de marketing social del centro gerontólogico rosa delia bravoPlan de marketing social del centro gerontólogico rosa delia bravo
Plan de marketing social del centro gerontólogico rosa delia bravo
 
2 UNIVERSIDAD ESTATAL DEL VALLE DE ECATEPEC 2.docx
2 UNIVERSIDAD ESTATAL DEL VALLE DE ECATEPEC 2.docx2 UNIVERSIDAD ESTATAL DEL VALLE DE ECATEPEC 2.docx
2 UNIVERSIDAD ESTATAL DEL VALLE DE ECATEPEC 2.docx
 
2.-CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO.pptx
2.-CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO.pptx2.-CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO.pptx
2.-CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO.pptx
 
Teorias
TeoriasTeorias
Teorias
 
PSICOLOGIA Y LOS RETOS DEL MUNDO EN DESARROLLO - PHD RUBEN ARDILA
PSICOLOGIA Y LOS RETOS DEL MUNDO EN DESARROLLO - PHD RUBEN ARDILAPSICOLOGIA Y LOS RETOS DEL MUNDO EN DESARROLLO - PHD RUBEN ARDILA
PSICOLOGIA Y LOS RETOS DEL MUNDO EN DESARROLLO - PHD RUBEN ARDILA
 
Centro del adulto mayor
Centro del adulto mayorCentro del adulto mayor
Centro del adulto mayor
 
APUNTE ENVEJECIMIENTO.pdf
APUNTE ENVEJECIMIENTO.pdfAPUNTE ENVEJECIMIENTO.pdf
APUNTE ENVEJECIMIENTO.pdf
 
Revista La Ludonauta marzo 2024 .
Revista La Ludonauta marzo 2024         .Revista La Ludonauta marzo 2024         .
Revista La Ludonauta marzo 2024 .
 
RESUMEN - OMS ENVEJECIMIENTO
RESUMEN - OMS ENVEJECIMIENTORESUMEN - OMS ENVEJECIMIENTO
RESUMEN - OMS ENVEJECIMIENTO
 
Perspectivas sociológicas de la tercera edad
Perspectivas sociológicas de la tercera edadPerspectivas sociológicas de la tercera edad
Perspectivas sociológicas de la tercera edad
 
Tesis Alumno FUNIBER. Andrés Duran - Percepción de la calidad de vida en un g...
Tesis Alumno FUNIBER. Andrés Duran - Percepción de la calidad de vida en un g...Tesis Alumno FUNIBER. Andrés Duran - Percepción de la calidad de vida en un g...
Tesis Alumno FUNIBER. Andrés Duran - Percepción de la calidad de vida en un g...
 
Jornada sobre talento senior Círculo de Empresarios-Fundación Transforma España
Jornada sobre talento senior Círculo de Empresarios-Fundación Transforma EspañaJornada sobre talento senior Círculo de Empresarios-Fundación Transforma España
Jornada sobre talento senior Círculo de Empresarios-Fundación Transforma España
 

Geriatria

  • 1. COMPROMISO SOCIAL DE LA GERONTOLOGÍA CON EL ENVEJECIMIENTO DE LAS PERSONAS1 Carmen Delia Sánchez Salgado2 Catedrática y directora de la Escuela graduada de Trabajo Social, Universidad de Puerto Rico, Recinto De Río Piedras El envejecimiento mundial es un fenómeno general que puede visualizarse como uno de los mayores triunfos de la humanidad, pero también como uno de los mayores desafíos para la sociedad del siglo XXI. La transición demográfica en América Latina y el Caribe revela una región que está envejeciendo paulatina, pero inexorablemente, siendo un proceso generalizado en el que todos los países marchan hacia sociedades más envejecidas. La situación difiere de un país a otro: unos países están en una etapa de envejecimiento avanzado, mientras que otros se sitúan en el otro extremo, en una fase aún temprana de este proceso. En América Latina y el Caribe viven actualmente alrededor de 45 millones de personas mayores de 60 años. La proporción de población de 60 años y más alcanzó el 10 % para el 2010 y alcanzará el 15% para 1 Ponencia presentada en el III Congreso Internacional de Gerontología del 16 al 18 de noviembre del 2010, San José Costa Rica 2 Catedrática y Directora de la Escuela Graduada de Trabajo Social, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras 1
  • 2. el 2025 (Naciones Unidas, 2008). Por cada 100 personas de 15 a 59 años, existen 16 personas de 60 años, lo cual nos provee una idea de las personas que precisan cuidados (tasas de dependencia) y las posibilidades demográficas de gestionar y planificar servicios de asistencia. Pero cuidado con este indicador, pues no necesariamente incluye a aquellas personas de edad mayor que continúan activos, completamente capaces e independientes. Como vemos en las gráficas, el envejecimiento se hace más evidente a escala de hogar, nivel al que se aprecia una importante presencia de personas de edad, ya sea como jefe de hogar o como miembros secundarios. Uno de cada cuatro hogares en América Latina y el Caribe incluye a una persona de 60 años o más (CEPAL, 2008). Lo que es indiscutible es que la región latinoamericana envejece aceleradamente en un contexto de pobreza (particularmente República Dominicana, Honduras, Guatemala, El Salvador) por lo cual los desafíos para la región son diferentes que para otros países. Este envejecimiento poblacional es un proceso ineludible, pero también rápido y heterogéneo. Se considera el envejecimiento de la población como uno de los mayores retos a los que se enfrentan las sociedades actuales. Como todo fenómeno social, el envejecimiento supone diversos determinantes y consecuencias a las que la sociedad debe responder. Desde la perspectiva de la gerontología, definida como el estudio científico del proceso de envejecimiento y de los problemas especiales del adulto anciano y su entorno, esta situación nos plantea el reto y la urgencia de promover acciones que reflejen nuestro compromiso con el sector poblacional que está significativamente afectado por este envejecimiento: la población de edad mayor. A medida que la gerontología ha avanzado hacia un estilo multidisciplinario, ha propuesto 2
  • 3. preguntas más complejas y relevantes acerca del proceso de envejecimiento y ha ampliado sus campos de acción. Existen tres temas centrales al definir la misión y el propósito de la gerontología contemporánea. Estos son: vejez, envejecimiento y viejo/a (Treas y Passuth, 1988). Estos tres temas, que ya están conceptualmente vinculados a los trabajos de las diversas disciplinas representadas en la gerontología, se adaptan y aplican a un estudio más completo de la vejez, de manera que también son útiles para entender el compromiso social de la gerontología con la población que envejece. Vejez según descrita por Treas y Passuth (1988), se refiere a una dimensión episódica del proceso de vida, reconociendo que los eventos típicamente ocurren (o no ocurren) en momentos específicos durante el ciclo de la vida. Envejecimiento representa el paso dinámico de tiempo, y viejo/a describe a la gente que la sociedad define como vieja. Las tendencias actuales dentro de la economía política – el rápido envejecimiento poblacional de países tanto desarrollados como en vías de desarrollo y los esfuerzos de la economía globalizadora y las elites políticas de privatizar (desmantelar) los programas gubernamentales de cuidado de la salud y apoyo financiero, obliga a la gerontología a desarrollar una actitud más crítica, importante e influyente en asuntos relacionados a la población que envejece. Esto, entre otras cosas, requiere que la gerontología examine asuntos macro estructurales. A través de la historia cada cultura ha ido construyendo una imagen de la vejez y el envejecimiento, diversa, dependiendo de cómo también han ido cambiando las generaciones de personas viejas. Actualmente aparece una mirada más crítica que va más allá del modelo médico, para incluir el disfrute, la vida activa, en otras palabras 3
  • 4. una visión más positiva hacia un envejecimiento exitoso. La Organización Mundial de la Salud sostiene que los países podrán afrontar el envejecimiento poblacional, si los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil (esto nos incluye como gerontólogos/as), promulgan políticas y programas de “envejecimiento activo” que mejoren en la salud, la participación y la seguridad de los cuidadano/as de mayor edad (OMS, 1998). La gerontología en las últimas décadas se ha caracterizado por el énfasis y la dedicación en los aspectos positivos que la vejez lleva consigo (Fernández Ballesteros, 2000). No solo ha emergido el enfoque gerontológico de envejecimiento satisfactorio, sino que las investigaciones dan énfasis a los aspectos positivos del envejecimiento como resultado de una larga expectativa de vida saludable (potencial de aprendizaje, satisfacción de vida, entre otros). Este abordaje no solo se refiere a aspectos de naturaleza micro social sino también macro sociales (Fernández Ballesteros, 2000). Desde la gerontología, nuestro compromiso y horizonte debe ser guiado en función del mejoramiento de la calidad de la vida de las personas de edad mayor, que sustente la visión de un envejecimiento activo, con la incorporación del enfoque de derechos que promueve la construcción de ciudadanía y de una sociedad inclusiva para todas las edades. El término envejecimiento activo fue adoptado por la Organización Mundial de la Salud para fines de la década del 90, con la intención de trasmitir un mensaje más completo que el de “envejecimiento saludable” y reconocer los factores que junto a la atención sanitaria afectan la manera de envejecer de individuos y poblaciones (Kalache y Kickbusch, 1997). El envejecimiento activo es el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de 4
  • 5. vida a medida que las personas envejecen. Permite a las personas realizar su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo de vida y participar en la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades, mientras que les proporciona protección, seguridad y cuidados adecuados cuando necesitan asistencia (Regalado, 2002). El envejecimiento activo trata de ampliar la esperanza de vida saludable y la calidad de vida para todas las personas a medida que envejecen, incluyendo a aquellas personas frágiles, incapacitadas o que requieren asistencia. Para abordar el tema del compromiso social de la gerontología con el envejecimiento de las personas entiendo necesario enmarcarlo dentro de las directrices que emanan de la Asamblea Mundial de Envejecimiento celebrada en el año 2002 en Madrid, España. La “Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento” (AMSE) trajo como resultado el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento para dirigir las acciones de los países hacia la población vieja. Este Plan de Acción actualmente está siendo adoptado por los diversos países para atender los retos planteados por el envejecimiento de sus poblaciones. Los parámetros del Plan de Acción Internacional nos ofrecen las bases para articular nuestro compromiso y acciones en beneficio de las personas adultas mayores al igual que para capacitación y formación de profesionales en gerontología y geriatría. Como es evidente, la transformación demográfica es un desafío que hace impostergable pronunciar el compromiso y quehacer de las profesiones e instituciones dedicadas a la atención gerontológica, que a fin de cuenta integran lo que conocemos como la Gerontología. 5
  • 6. La “gerontología social” se ha distinguido por tener como foco de estudio los aspectos no fisiológicos y no biológicos del envejecimiento. A pesar de estas diferencias en cuanto a aspectos de interés, la gerontología se ha caracterizado por su enfoque multi e interdisciplinario y la aplicación del mismo al estudio del envejecimiento y la vejez y a los problemas que confrontan los adultos de edad mayor en esa etapa de la vida. Me parece prudente señalar que las áreas principales donde estamos inmersos como gerontólogos y gerontólogas, y desde donde podemos accionar el compromiso social de la gerontología hacia las personas según envejecen, se concentran en siete áreas principales, de acuerdo a una publicación de 1996 de la Asociación para la Gerontología en la Educación Superior (“The Association for Gerontology in Higher Education” (AGHE). Estas son: (1) Servicio directo (Provisión de servicios sociales, psicológicos, de salud y jurídicos a nivel individual y de grupo); (2) Planificación y evaluación de programas (Diseño, implementación y evaluación de programas dirigidos a adultos de edad mayor); (3) Gerencia y administración (Supervisión de los aspectos operacionales, de personal, de gastos y de evaluación de organizaciones, instituciones y agencias orientadas a la satisfacción de las necesidades de los adultos de edad mayor y de sus familias; (4) Mercadeo y desarrollo de productos: (Evaluación de las necesidades, los deseos y las tendencias consumistas de los adultos de edad mayor, el diseño de estrategias para atraer la atención de dicho sector poblacional y la diseminación de información a los adultos de edad mayor sobre un producto o servicio); (5) Defensa de derechos humanos o “advocacy” (Activismo comunitario, a nivel de gobierno y del sector privado en pro de los derechos de los 6
  • 7. adultos de edad mayor y de mejores servicios y política pública más adecuada); (6) Educación y entrenamiento (Planificación, enseñanza y evaluación de programas educativos para los adultos de edad mayor y sus familias y participación en talleres educativos, escenarios de salud, universidades, otros escenarios educacionales e instituciones para adultos de edad mayor); (7) Investigación ( Diseño y conducción de investigación, tanto básica como aplicada, sobre el envejecimiento y las circunstancias asociadas con la vejez). Cuando elaboro más adelante los temas específicos del compromiso social de la gerontología con el envejecimiento de las personas, sugiero que podamos visualizar este compromiso desde las diversas áreas mencionadas. El Plan de Acción Mundial considera tres (3) direcciones prioritarias, siendo que para cada dirección se identifican una serie de tópicos principales, que a su vez se traducen en un conjunto de objetivos. Para cada objetivo se proponen medidas de acción. Las tres orientaciones prioritarias son: las personas de edad y el desarrollo; fomentar la salud y el bienestar hasta llegada la vejez; y crear entornos propicios y favorables. El grado de seguridad de que gocen las personas de edad en sus vidas depende muy considerablemente de los progresos que hagan las sociedades en esas tres direcciones. Por tanto, es necesario enmarcar también el compromiso social de la gerontología en estas vertientes. En este Plan de Acción se señalaron ciertas áreas para la capacitación y educación de profesionales (entiéndase también disciplinas) que tendrían a su cargo el estudio del envejecimiento de la población y de la vejez y la atención de los adulto/as de edad mayor. Se instó a los gobiernos y las autoridades a quienes les competía, el que se estimulara la atención a la capacitación adecuada en gerontología y geriatría del personal que atiende a la población de adultos mayores así 7
  • 8. como otros profesionales interesados. Se menciona que deben instituirse programas de educación continuada para los profesionales de la salud y los servicios sociales con miras a aplicar un enfoque integrado de la salud, el bienestar y la atención de las personas de edad, así como de los aspectos sociales y psicológicos del envejecimiento. La gente envejece y experimenta la vejez de manera diferente de acuerdo a sus recursos disponibles a través del ciclo de vida. La raza, clase social, género son algunas de las variables que gobiernan el acceso a recursos. Existen considerables variaciones en el estado de salud, la participación y los niveles de independencia entre personas de una misma edad cronológica en la edad mayor. Una tarea crítica de la gerontología es interpretar los efectos de estas variables y sus interrelaciones en las vidas de la gente de edad mayor. En el área prioritaria de personas de edad y desarrollo, un objetivo que cabe destacarse es aquel que plantea: El Reconocimiento de la contribución social, cultural, económica y política de las personas de edad. No podemos echar a un lado que la cooperación de los adultos mayores nos acerca a una atención asertiva de sus demandas, en la que éstas sean escuchadas y traducidas en servicios con calidad, accesibilidad y eficacia. Ante el acelerado crecimiento de la población de edad mayor, se plantea el reto de ejercer ciudadanía, las organizaciones de personas mayores se están dejando escuchar, están hablando y exigiendo más. Como gerontólogo/as no podemos desatender estos reclamos. La gerontología tiene el compromiso de velar y promover políticas o legislaciones que promocionen y protejan los derechos básicos y libertades 8
  • 9. fundamentales de las personas adultas mayores, en especial aquellas con enfermedades o discapacidades. Ciertamente, el derecho a la integridad personal y a ser tratado con humanidad y respeto constituye per se un derecho fundamental de cualquier ser humano. No obstante, en el caso de las personas adultas mayores se debe observar una mayor vigilancia de su cumplimiento precisamente por la posición de vulnerabilidad en la que comúnmente se encuentran estas personas. Es precisamente esta posición de vulnerabilidad la que ha hecho que distintos estándares internacionales consideren a las personas mayores como un grupo que requiere una protección especial de su integridad física, psíquica y moral. A medida que los adultos mayores experimentan cambios en sus habilidades físicas y cognitivas, pueden requerir mayor asistencia en sus actividades del diario vivir y en la toma de decisiones. La mayoría de los adultos mayores desea permanecer lo más independientemente posible. Como profesionales de la gerontología tenemos el compromiso de establecer un balance entre los deseos del adulto mayor, su seguridad y la independencia. Por tanto es necesario desarrollar estrategias para encontrar este balance a la vez que se promueve un envejecimiento en un entorno comunitario. Otro objetivo del área de Persona de Edad y Desarrollo que requiere mención particular por su relación también con la gerontología, es aquel que promulga la: Promoción de programas que permitan a todos los trabajadores obtener una protección social/seguridad social básica, que comprenda, cuando corresponda, pensiones, seguro de invalidez y prestaciones de salud. Esto implica elaborar y aplicar políticas encaminadas a asegurar que todas las personas dispongan de una protección económica y social suficiente en la vejez que asegure la igualdad entre los géneros en 9
  • 10. los sistemas de protección social/seguridad social. El sistema de seguridad social debe respaldar el envejecimiento poblacional y la longevidad, lo que hace importante redefinir los sistemas de retiro para incluir familias y comunidad. La disminución de los niveles de pobreza, así como la consecución de políticas eficientes de protección social, asoman como puntales de la seguridad y la dignidad en la edad avanzada. La protección social, como instancia rectora debe asegurar la cobertura, calidad y sostenibilidad de la atención a grupos en situación de vulnerabilidad y extrema pobreza, incluyendo a las personas adultas mayores, bajo un esquema de integralidad y de responsabilidades compartidas entre las familias, comunidades, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos locales. En este contexto, se entiende que la seguridad económica y la integración social son sólo un aspecto más de la amplia gama de derechos que deben gozar las personas de edad. La seguridad económica implica disponer de los medios para satisfacer las necesidades físicas básicas mediante una combinación apropiada de suministro de ingreso mínimo, apoyo de la familia y la comunidad y medidas de autoayuda. Incluye además, aprovechar las oportunidades de empleo y ascenso con un salario que guarde proporción con su experiencia sin barreras por motivos de edad; seguir trabajando mientras se esté en condiciones de hacerlo, sin coacción alguna para que se jubilen y a determinar la forma en que han de retirarse de la vida laboral. La integración social implica que tanto las personas, familias, comunidad y políticas públicas deben promover una sociedad integrada desde el punto de vista de la edad en la que se elimine la discriminación y la segregación involuntaria por motivos de edad y se aliente la solidaridad y el apoyo mutuo de las generaciones. Desde todos los 10
  • 11. espacios que estén a nuestra disposición, la gerontología es un puntal para dar apoyo a estas medidas. Retomando el tema del envejecimiento activo, la gerontología debe comprometerse con promover y auspiciar prácticas, políticas y legislaciones que permitan implementar programas destinados a crear puestos de trabajo donde se incorporen políticas de igualdad de oportunidades y donde se integre la participación de trabajadore/as de todas las edades. A la luz del aumento en las expectativas de vida y el mejoramiento en las condiciones de salud de las personas adultas mayores, se hace necesario examinar la participación en actividades de carácter productivo de parte de los adultos mayores. La población de edad mayor cada día participa más en actividades productivas de varias maneras. Algunos continúan en trabajos remunerados y otros participan de actividades sin paga que contribuyen al bien público. Tanto el trabajo remunerado como el voluntario representan dos formas importantes de actividad productiva en contextos formales. A pesar de que por décadas ha habido poca participación en la fuerza laboral de adultos mayores, esta tendencia puede cambiar en el futuro a la luz del aumento en las expectativas de vida y mejoría en salud de la población vieja. La participación en actividades productivas está vinculada al bienestar psicológico de las personas (Hao, 2008). Por tanto, la gerontología tiene el compromiso de propiciar y estimular que el adulto mayor tenga mayor participación en actividades productivas. Es necesario que las políticas y programas permitan a las personas seguir trabajando de acuerdo a sus capacidades y preferencias a medida que envejecen. De igual manera, que se puedan generar incentivos para la participación de los adultos mayores en trabajos remunerados o 11
  • 12. voluntarios así como ofrecer capacitación para el desarrollo de habilidades y creación de proyectos laborales. Es nuestra responsabilidad promover instancias en las cuales se ofrezca a la persona de edad mayor, la oportunidad de plantearse metas y accionar para alcanzarlas; propiciar que conserven o se incorporen a empleos dignos y remunerados; instar su incursión en aquellos campos que le permitan enriquecer el espíritu, adquirir y desarrollar destrezas motoras, procurarse el disfrute de su tiempo libre o mostrar el bagaje cultural del que son poseedores. De igual manera, que se les considere como medios para la promoción de valores morales y cívicos, indispensables para una armónica convivencia entre los grupos intergeneracionales. Por otra parte, un aspecto indispensable para fomentar y mantener un nivel de independencia y autonomía es el establecimiento de incentivos y oportunidades para que las personas participen en su propio desarrollo físico, mental, emocional, social y económico. De esta forma las personas de edad avanzada se incorporan y continúan participando en actividades. El derecho a la educación que tienen las personas adultas mayores puede ser plenamente ejercido mediante la adopción de políticas y legislaciones específicas en las que se fomente y facilite el acceso de estas personas a la alfabetización y se desarrollen sistemas flexibles e incentivos para que éstas completen su educación básica y secundaria, reconociendo el capital en experiencia que tienen estos adultos mayores. La educación de adultos en un pilar para el logro de lo antes planteado. La educación de adultos en términos generales se refiere a la participación en una variedad de actividades de aprendizaje tomadas en cualquier etapa después de la 12
  • 13. salida de una educación formal acreditada o no, a tarea parcial o completa. La necesidad de seguir aprendiendo es básica en estas nuevas generaciones de adultos mayores. La influencia y el impulso a la educación ligada a mejores condiciones de vida es un factor que motiva a un gran número de adultos mayores. La educación aparece en varios estudios como el primer factor protector de un envejecimiento con calidad, relacionándose directamente con un buen funcionamiento cognitivo (Rowe y Kahn, 1997). Se relaciona también indirectamente con mejores habilidades psicosociales para enfrentar los problemas que ocurren al envejecer, mejorando la capacidad de respuesta ante las situaciones estresantes que ocurren a lo largo de la vida y aumentando la percepción de autoeficacia. La educación en sí misma cumple una función de empoderamiento de los sujetos, cuando se suscita o propicia en éstos el pleno desarrollo de sus capacidades para decidir por sí mismos. Aplicando este enfoque de empoderamiento a los adultos mayores, se basa en el hecho de que ellos pueden aprender, pueden cambiar y pueden tomar el control de sus vidas. Este empoderamiento implica entonces, aprender nuevas habilidades en el contexto de la vida cotidiana de las personas, que les lleve principalmente a creer en la posibilidad de influenciar su propio mundo. Debe ser una educación que cumpla un rol promotor, que apunte a cambiar perspectivas, a ampliar su percepción del mundo tal y como se pretende con los jóvenes estudiantes con nueva información o conocimientos, pero también con el desarrollo de nuevas capacidades y habilidades que pueda permitirles situarse en el mundo actual y empoderarse de él. La educación dirigida a adultos mayores no solo debe apuntar a mejorar la calidad de vida y auto realización sino que debe impulsar tanto al educador como al educando a examinar las relaciones entre 13
  • 14. poder, control y conocimiento. En todas las edades la educación cumple una importante función socializadora, pero en la etapa de la vejez se convierte en un nuevo espacio social de intercambio e integración de las personas mayores. La educación de adultos, es entonces un acto político que contribuye a la construcción de la ciudadanía y el empoderamiento de los sujetos mayores, en una acción emancipadora (Yuni y Urbano, 2005). La vejez constituye la continuidad de una serie de logros y la madurez de una experiencia. Por tanto, la participación de las personas adultas mayores en el desarrollo aporta elementos de interrelación con sus conciudadanos que a todos enriquece y es nuestra responsabilidad desde la gerontología, apoyar esta participación. En el área prioritaria de fomento de la salud y el bienestar nuestro compromiso debe estar orientado a estimular a las personas a vigilar y mejorar su propia salud. La adopción de estilos de vida saludables y la participación activa en el propio autocuidado son importantes en todas las etapas del curso vital. Particularmente esta etapa de la vida en la cual predomina el mito en torno a la idea de que en la vejez ya es demasiado tarde para adoptar un estilo de vida saludable. Las actividades de promoción de la salud y el acceso universal de las personas de edad a los servicios de salud durante toda la vida son el pilar del envejecimiento con salud. La Organización Mundial de la Salud define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no meramente como la ausencia de enfermedades o padecimientos. Llegar a la vejez gozando de buena salud y bienestar requiere un esfuerzo personal durante toda la vida y un entorno en el que ese esfuerzo 14
  • 15. pueda tener éxito. La responsabilidad nuestra desde la gerontología es estimular a las personas a llevar un modo de vida saludable y recabar de los gobiernos que se creen entornos favorables a la salud y al bienestar en la vejez. La gerontología también tiene un compromiso en gestar políticas sociales y legislación en esta dirección. Debemos desarrollar estrategias para el dialogo con los políticos o hacedores de política pública, de manera que podamos sensibilizarles para promover legislación dirigida a atender las necesidades de la población adulta mayor. En el área particular de la salud pública, las legislaciones son instrumentos útiles para desarrollar las metas que han sido establecidas en las políticas nacionales de envejecimiento de cada país. No obstante, la legislación no reemplaza a la política, más bien es parte de ésta y ambos instrumentos son necesarios para una protección y promoción efectiva de la salud y otros derechos básicos de las personas adultas mayores. Así, la legislación es un instrumento esencial para desarrollar servicios de rehabilitación basados en la comunidad, establecer los derechos humanos, referir a las obligaciones internacionales del Estado con relación a la prestación de servicios sanitarios, acceso a medicamentos, sistemas de monitoreo de derechos en instituciones y hogares, entre otros. La gerontología tiene el compromiso de lograr que los adultos mayores conozcan sobre sus derechos. El ejercicio de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales y el disfrute de las libertades fundamentales, al igual que un cierto nivel de salud física y mental son requisitos necesarios para que las personas adultas mayores alcancen un verdadero bienestar y su plena realización como ciudadanos. De hecho, cierto nivel de salud física y mental es necesario para 15
  • 16. poder participar activamente en la vida civil, social, política y económica de un país y al mismo tiempo ejercer ciertos derechos humanos y libertades tales como la libertad de religión o asociación, la libertad de movimiento, la libertad para elegir con quien vivir, el derecho a votar, el derecho a la alimentación, a la educación o a un medio ambiente sano, entre otros. Sin embargo, existe un limitado conocimiento de las normas generales y estándares internacionales de derechos humanos en el contexto del envejecimiento. Esto contribuye muchas veces a que estos derechos no se respeten tanto por autoridades gubernamentales (incluido el personal de salud), como por miembros de la sociedad civil, o incluso por familiares de las personas adultas mayores. Parte de nuestro compromiso desde la gerontología es promover y asegurarnos que se informe, disemine y divulguen los derechos y libertades de tal forma que sean conocidos y ejercidos, en especial, por las personas adultas mayores y las organizaciones que las representan. Los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos pueden ser usados para llevar a cabo acciones concretas que prevengan las discapacidades físicas, mentales, sensoriales o de cualquier otro tipo y conlleven a la rehabilitación de las personas adultas mayores y a su envejecimiento saludable. Ante el envejecimiento acelerado de la población urge un cambio hacia la prevención y control de enfermedades que se han convertido en causas principales de muerte en este grupo poblacional. Parte de los programas de salud dirigidos a esta población deben estar orientados a mantener la calidad de vida y no tanto a atender enfermedades de carácter agudo. Para fomentar un envejecimiento activo, la 16
  • 17. gerontología tiene el compromiso de velar porque los sistemas sanitarios se orienten a la promoción de la salud, prevención de enfermedades y acceso equitativo tanto a la atención primaria como a una asistencia de larga duración de calidad. Para lograr una eficaz protección social en salud se requiere de una política y financiamiento que garantice un conjunto de prestaciones y un paquete básico de atención en salud. Como ejes de la oferta de servicios de salud adecuados para las personas mayores se deben considerar la promoción de una cobertura universal en salud, la incorporación del envejecimiento como componente esencial de las legislaciones y políticas nacionales de salud y el establecimiento de un servicio integral de salud que responda a las necesidades de las personas mayores a través del fortalecimiento y reorientación de los servicios existentes y creando aquellos que fueran necesarios. Los principios rectores en la consecución de estos objetivos son la información, formación y capacitación; un sistema de gestión adaptado y actualizado, y accesibilidad del entorno físico. El derecho a la mejor atención médica a través de servicios de salud debe ser entendido como la obligación que tiene el Estado de adoptar (progresivamente) medidas, legislaciones y políticas públicas que permitan proporcionar a todas las personas, sin discriminación, servicios de atención primaria de salud, intervención temprana para impedir o posponer la aparición de enfermedades y discapacidades, servicios de inmunización contra las enfermedades infecciosas, prevención y tratamiento de enfermedades endémicas y educación sobre prevención de enfermedades. 17
  • 18. Entre las acciones específicas de la atención primaria se debe considerar la promoción en salud y medicina preventiva, atención médica, rehabilitación con base comunitaria y atención de salud mental comunitaria. Esto en unión a acciones específicas tales como: el examen periódico de salud, evaluación geriátrica integral con instrumentos validados y estandarizados, inmunizaciones, cernimiento, apoyo social y comunitario, control de enfermedades crónico degenerativas y rehabilitación. Nuestras acciones como gerontólogo/as deben dirigirse a la promoción a través de la educación para el autocuidado y los estilos de vida saludables. También se debe dar énfasis particular a la atención de salud de la mujer adulta mayor, por las características biológicas y sociales que le atañen. Es indispensable además, la capacitación en gerontología y geriatría, del personal que atienda a la población de adultos mayores así como otros profesionales interesados. Deben instituirse programas de educación continuada para los profesionales de la salud y los servicios sociales con miras a aplicar un enfoque integrado de la salud, el bienestar y la atención de las personas de edad, así como de los aspectos sociales y psicológicos del envejecimiento. Como es evidente, la transformación demográfica es un desafío para la Gerontología, que hace impostergable articular el quehacer de las instituciones dedicadas a la atención gerontológica, que fortalezcan la actuación de los diferentes actores sociales en las diversas temáticas que les atañen, sin olvidar que la cooperación de los adultos mayores nos acerca a una atención asertiva de sus demandas, en la que éstas sean escuchadas y traducidas en servicios con calidad, accesibilidad y eficacia. 18
  • 19. En el área prioritaria de Creación de un entorno propicio y favorable el Plan de Acción hace hincapié en el hecho de que sean cuales fueren las circunstancias en que se encuentren las personas de edad mayor, todas ellas tienen derecho a vivir en un entorno que realce sus capacidades. Si bien algunas personas de edad necesitan un alto grado de atención y apoyo físico, la mayoría quiere seguir siendo activas y productivas, incluso mediante actividades voluntarias, y son capaces de hacerlo. Nuestro compromiso entonces es promover que se adopten políticas que habiliten a las personas de edad y respalden sus aportaciones a la sociedad. Esto incluye el acceso a los servicios básicos, tales como el agua potable y los alimentos adecuados. Es necesario, también, promover políticas que fortalezcan el desarrollo y la independencia durante toda la vida y presten apoyo a las instituciones sociales sobre la base de los principios de la reciprocidad y la interdependencia. El envejecimiento poblacional nos enfrenta a un cambio en la carga de cuidados. Los patrones de dependencia van a cambiar en un contexto donde disminuye la ayuda familiar y donde no hay mayores cambios en la distribución de la división sexual del trabajo. Debido a la disminución en las tasas de fertilidad, se reduce el número de parientes disponibles en las redes familiares. El cuidado y atención del adulto mayor se transformará en un desafío inminente para las políticas públicas. La gerontología social se enfrenta entonces a este reto y tiene un compromiso de promover que se ofrezca asistencia y servicios continuados, de diversas fuentes a las personas de edad y apoyo a las personas que prestan cuidos. Esto implica tomar medidas para proporcionar asistencia comunitaria, apoyo a la atención familiar y apoyo a las personas encargadas 19
  • 20. de prestar asistencia, impartiéndoles capacitación, suministrándoles información así como utilizando mecanismos psicológicos, económicos, sociales y legislativos. La familia y las redes sociales han sido un importante sostén en la vejez, tanto transfiriendo directamente recursos económicos, como proveyendo apoyo y asistencia en caso de enfermedades y de disminución de las capacidades físicas. Por otra parte, los adultos mayores también han sido una importante fuente de ayuda a la familia, no solo en el cuidado de nieto/as, sino también transfiriendo recursos económicos y/o permitiendo el allegamiento de hijos y sus familias en sus viviendas. La gerontología tiene un fuerte compromiso de apoyar y fomentar las redes sociales del sector poblacional envejecido, particularmente apoyo a las familias. Los viejo/as y los jóvenes son intricadamente interdependientes y las familias son el mecanismo primario que permite que las generaciones permanezcan unidas. La importancia de la familia como fuente de apoyo para sus miembros dependientes, particularmente las generaciones viejas, ha sido ampliamente reconocida por los organismos internacionales. La naturaleza y el contenido de este apoyo varían ampliamente dentro y entre sociedades. Existe un reconocimiento de que cualquier mejoramiento en el bienestar general de la población anciana debe iniciarse dentro del contexto de la familia. Las personas ancianas no han sido abandonadas por su familia como comúnmente se piensa. Por el contrario, están integradas en un sistema de parentesco con lazos filiales intensos. La familia mantiene una posición de prominencia dentro del espacio vital psicológico de las personas ancianas, principalmente por virtud de su habilidad para proveer seguridad emocional y material (Sánchez, 2000). 20
  • 21. Las generaciones actuales no han sido adecuadamente preparadas para la posibilidad de tener que asumir más responsabilidad por sus miembros ancianos según las generaciones se van juntando. Esto plantea una nueva situación a la cual la familia se tiene que enfrentar. Por lo tanto, es necesario el apoyo a las familias y comunidades en sus esfuerzos por cuidar de sus seres queridos de más edad especialmente los que requieran de atención especial mejorando el acceso a las ayudas técnicas. También es precisa una capacitación sistemática para quienes brindan apoyo a las personas adultas mayores. En este sentido la gerontología debe jugar un rol prominente. La disponibilidad y uso de los recursos de apoyo en la vejez, dependen de las relaciones que las personas establecen en su entorno. En la medida que los adultos mayores cuenten con recursos de apoyo familiar, dados tanto por la presencia inmediata de miembros en su hogar, como por los intercambios que establecen con familiares que viven fuera del hogar, demandarán de diferentes recursos de apoyo de la sociedad, públicos o privados. Ello, bajo el supuesto que culturalmente, para los adulto/as mayores, la familia es vista como la principal entidad encargada del cuidado y proveedora de ayuda material (servicios) y apoyo psicosocial a sus miembros. El patrón cultural latinoamericano consiste en que la familia atiende a las personas de mayor edad cuando éstas lo necesitan y sólo deja de hacerlo en circunstancias especiales. Se deben aunar esfuerzos para facilitar que este patrón continúe en la medida en que la familia pueda asumir esta responsabilidad. Actualmente, los incentivos para que la familia cuide de sus miembros ancianos con apoyo del Estado, son casi inexistentes. Debe existir una responsabilidad compartida entre la familia y el Estado, pero esta 21
  • 22. responsabilidad compartida implica un compartir continuo y no limitarse a situaciones de crisis. Las necesidades de la familia con miembros dependientes varían de tiempo en tiempo e idealmente se debe responder a estas variantes con políticas de apoyo cuando lo necesiten y de sustitución cuando sea necesario. Ya que la evidencia empírica señala que la mayoría de las personas de edad avanzada no vive aisladas de su familia ni en instituciones para ancianos, debemos asumir que cualquier problema, crisis o cambio que afecte a éstas personas, habrá de afectar también a su familia, particularmente cuando nos enfrentamos a generaciones viejas atendiendo a otros viejos dentro de una misma familia. En el contexto de un débil estado de bienestar, como sucede en muchos países latinoamericanos, la familia es el pilar fundamental de su bienestar en la vejez. Con la familia el adulto mayor tiene relaciones cara a cara frecuentes y en general el funcionamiento familiar se evalúa de buena manera. La calidad de estas relaciones familiares se asocia fuertemente con el nivel de bienestar que tienen los adultos/as mayores. En general, se ha encontrado que el bienestar de los adultos mayores se relaciona más con los aspectos de calidad de las relaciones familiares que con las características de conformación familiar. El papel de las personas de edad se está modificando, donde pasa de ser una persona pasiva que necesita cuidados y protección a ser un miembro activo en la familia, concediendo protección y cuidados a generaciones más jóvenes. Aún con la reducción del número de parientes, esto puede redundar en una mayor cercanía con los parientes disponibles. Así por ejemplo, Hoff (2007) sostiene que los cambios en la estructura familiar pueden significar un fortalecimiento de las relaciones abuelos-nietos, pues como se tienen menos nietos, los adultos mayores 22
  • 23. pueden concentrar más sus relaciones, brindando mayor cuido y acompañamiento a éstos. Definitivamente se ha evidenciado que las relaciones familiares son uno de los factores predictores de bienestar en la vejez. Es preciso mencionar algunas consideraciones dirigidas al fortalecimiento de la familia, que como gerontólogos/as podemos propiciar. En primer lugar, es necesario reconocer que ciertos tipos de familias son más vulnerables que otras y por lo tanto, merecen más atención. Por ejemplo, familias con varias generaciones de personas adultas mayores dependientes. El aumento en la longevidad puede significar que aquellos miembros de la familia que proveen atención a los familiares dependientes pueden también estar en edades avanzadas y sujetos a limitaciones funcionales. Llevar a cabo tareas de apoyo puede resultar difícil. Bajo estas circunstancias, la disponibilidad de ayuda suplementaria es indispensable para que las personas de edad mayor puedan permanecer dentro del contexto de la familia y la comunidad. Segundo, debe prestarse atención a la adopción de políticas sociales intergeneracionales. Como resultado del envejecimiento de la familia, los miembros jóvenes necesitarán y demandarán más servicios diseñados a ayudarse en sus roles de proveedores de cuidado y atención a los miembros de mayor edad en la familia. La gerontología tiene un compromiso con el fortalecimiento de la solidaridad intergeneracional. Cabe señalar que las personas adultas mayores realizan actividades de distinta índole en su propio beneficio y el de la comunidad a través de organizaciones compuestas exclusivamente por adultos mayores u organizaciones intergeneracionales. Sin embargo, la discriminación por la edad se manifiesta de 23
  • 24. distintas maneras, entre ellas, en la falta de reconocimiento que las generaciones más jóvenes le hacen a este grupo poblacional en cuanto a su contribución al desarrollo del país y su cultura. En este sentido deben buscarse estrategias que promueva “una sociedad para todas las edades”. Recalco nuevamente la importancia de la educación al respecto. Deben generarse programas de educación en los cuales las personas adultas mayores tengan acceso a formarse, así como a poner a disposición de generaciones más jóvenes sus conocimientos y experiencias posibilitando la conservación de las tradiciones y de las raíces culturales de las comunidades. Otro objetivo de mucha relevancia en el compromiso de la Gerontología hacia la población vieja, en el área de prioridad de Creación de un entorno propicio y favorable, aquel que plantea la eliminación de todas las formas de abandono, abuso y violencia contra las personas de edad. Se establecen como medidas, sensibilizar a los profesionales y educar al público en general, valiéndose de los medios de difusión y campañas de concienciación, sobre la cuestión de los abusos contra las personas de edad y sus diversas características y causas. Nuestra participación en lograr estas medidas es crucial. Otras recomendaciones son el promulgar leyes y establecer medidas legales para eliminar los abusos contra las personas de edad; alentar a los profesionales de la salud y de servicios sociales y al público en general a que informen sobre los casos en que se sospeche la existencia de malos tratos a personas de edad. La gerontología tiene la responsabilidad de ejercer liderato en propiciar un sistema integral de apoyo para los adultos mayores. Un sistema integral de apoyo que fomente el envejecimiento activo, asegurará como mínimo que las personas adultas mayores tengan acceso a un ambiente saludable con relación a los servicios sanitarios, sociales, 24
  • 25. económicos, de seguridad física y protección contra el abuso y el maltrato. Abordándose las necesidades y los derechos de las personas adultas mayores, éstas verán garantizadas su protección, su dignidad y su asistencia en el caso de que ya no puedan mantenerse y protegerse a sí mismas. Esto incluye la creación de entornos físicos y sociales apropiados para lograr una vida sana y autónoma el mayor tiempo posible, proporcionando consejos sobre seguridad en el hogar y espacios públicos (vida sin barreras). La promoción de una imagen positiva del envejecimiento es otro aspecto esencial del Plan de Acción al cual la gerontología debe prestar atención. El reconocimiento de la autoridad, la sabiduría, la dignidad y la prudencia que son fruto de la experiencia de toda una vida ha caracterizado normalmente el respeto con que se ha tratado a la ancianidad en el curso de la historia. En algunas sociedades, a menudo se desatienden esos valores y se representa a las personas de edad desproporcionadamente como rémoras para la economía, debido a sus crecientes necesidades en materia de servicios de salud y apoyo. Aunque el goce de la salud en los años de la vejez es, naturalmente, una cuestión cada vez más importante para las personas de edad, la concentración de la atención pública en la magnitud y el costo de los servicios de atención a la salud, las pensiones y otros servicios ha promovido una imagen negativa del envejecimiento. Las creencias sexistas y gerofóbicas reflejan el énfasis de la sociedad en la productividad, el atractivo sexual y físico. La gerofobia es el término que se usa para describir los prejuicios negativos y estereotipos hacia las personas ancianas por razón única de su edad (Butler, Lewis y Suderland, 1991). Estas actitudes negativas se cree surgen del miedo de las generaciones jóvenes al 25
  • 26. envejecimiento y su rechazo a lidiar con los retos económicos y sociales que están relacionados al incremento en la población vieja. Las imágenes que destacan el atractivo, la diversidad y la creatividad de las personas de edad y su contribución vital a la sociedad deben competir con ella por despertar la atención del público. Las mujeres de edad se ven particularmente afectadas por los estereotipos engañosos y negativos: en lugar de representarlas de manera que reflejen sus aportaciones, sus puntos fuertes, su inventiva y sus calidades humanas, suelen ser representadas como débiles y dependientes, lo que refuerza las prácticas excluyentes.. El prejuicio por edad a que se enfrenta la mujer según envejece está compuesto por el sexismo y el doble mensaje que considera vieja a la mujer a más temprana edad que el hombre (Sánchez, 2003). El envejecimiento activo fomenta la autoestima y la dignidad de las personas y el ejercicio pleno de todos sus derechos humanos. Es necesario que desde la gerontología promulguemos que la sociedad en general desarrolle una cultura de respeto por las personas adultas mayores por sus contribuciones a la familia, los amigos, la comunidad y la sociedad. Que se deje de transmitir una imagen estereotipada de la vejez expresada como pasividad, enfermedad, deterioro o carga social que en general los medios de comunicación mantienen y reproducen. La vejez y la población vieja, producto del envejecimiento es hoy día uno de los asuntos fundamentales a los que se enfrentan las diversas naciones del mundo. Qué haremos o que no haremos, va a determinar que tipo de sociedad envejecida tendremos en las próximas décadas. Nuestro compromiso con la población vieja , como gerontólogos y gerontólogas es pensar en nuevas maneras de ayudar a ampliar el debate sobre la manera de prepararnos para una sociedad envejecida en forma 26
  • 27. comprensiva que tome en consideración las diversas disciplinas y grupos de interés que moldeen los asuntos relacionados a la vejez. Urge que continuemos conformando espacios que promuevan la realización de diálogos nacionales, regionales e internacionales en torno a esta temática. Aquellos que laboraron en el campo de la vejez cuando apenas era una profesión aislada, deben disfrutarse el respecto y reconocimiento de sus trabajos por la sociedad actual. Por otro lado, los adelantos actuales crean nuevos retos y oportunidades a medida que miramos hacia la nueva vejez. A manera de conclusión, deseo mencionar que las directrices que ofrecen los organismos internacionales como las Naciones Unidas (Plan de Acción Madrid) para el establecimiento de políticas de atención a las personas adultas mayores plantea un reto a todos los que estamos inmersos en el campo de la gerontología. Si bien cada realidad permite definir los marcos contextuales para nuestra tarea, es preciso compromiso y voluntad para accionar en el tema de las personas adultas mayores. Las acciones específicas son necesarias y son desafíos urgentes a los cuales hay que hacer frente. Desearía culminar esta presentación dejándoles con este pensamiento: En una sociedad envejecida no es la persona de edad la que debe adaptarse a la sociedad sino las estructuras sociales a ellas. Por tanto la gerontología social tiene el gran compromiso de estar al servicio de las personas de edad mayor. Ese es nuestro principal reto y responsabilidad. Referencias: 27
  • 28. Achenbaum, W. A., (1987). Can gerontology be a science? Journal of Aging Studies, 1, (1), 3-18. Achenbaum, W. A., (1995). Crossing frontiers: Gerontology emerges as a science. New York: Columbia University Press. Bass S.A. (2007). The emergence of the golden age of social gerontology. Gerontologist. 47: 408-412. Bengtson, V. L., Rice, C. J., y Johnson, M. L., (1999). Are theories of aging important? Models and explanations in gerontology at the turn of the century. En V. L. Bengtson y K. W. Schaie (Eds.), Handbook on theories of aging (pp. 3–20). New York: Springer. Butler R., Lewis M. y Sunderland T. (1991). Aging and Mental Health: Positive Psychosocial and Biomedical Approaches. New York: Macmillan. CEPAL (2008). El envejecimiento y las personas der edad : Indicadores para América Latina y el Caribe, http://www.cepal.org/celade/envejecimiento. Fernandez Ballesteros, Rocío (2000) La gerontología positiva. Revista Multidiscilinaria Gerontológica. 10 (3); 143-145. Hao, Y. (2008). Productive activities and psychological well being among older adults. Journal of Gerontology: Social Sciences. Vol. 63B (2):S64-S72. Hoff, A (2007). Patterns of intergenerational support in grandparent-grandchild and parent-child relationships in Germany. Ageing and Society, 27(5):643-665. Huenchuan, Navarro, Sandra (2003 a). La política de vejez en Chile: Análisis de los enfoques teóricos que la sustentan y la inclusión/exclusión de las diferencias de género y étnicas.En: Envejecimiento demográfico demográfico y políticas públicas para adultos mayores. México e Iberoaméricaante el nuevo siglo. México:Universidad Autónoma de México (UNAM). Kalache, A. y Kickbush (1997). A global strategy for healthy ageing. World Health 4-5. Naciones Unidas (2008). Population Division of the Department of Economic and Social Affairs of the United Nations Secretariat, World Population Reports Prospects: The 2008 Revision, http: //esa.un.org/unpp. Naciones Unidas (2002). Informe de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento. Madrid, España, 8 a 12 de abril. 28
  • 29. Organización Mundial de la Salud (1998). Life in the 21st Century: A Vision for All (World Health Report). Ginebra:Organización Mundial de la Salud. Regalado, P. (2002). Envejecimiento activo: un marco político. Revista Española de Geriatría y Gerontología. 37(S2):74-105. Rowe, J.W. y Kahn, R.L. (1997). Successful aging. The Gerontologist, 37 433- 440. Sánchez, Carmen D. (2005). El mundo envejece: Impacto en la Familia, En Familia y Vejez, Memorias Segundo Seminario Red Estudios de la Vejez Centroamérica y El Caribe, San Juan: Impresos Universidad de Puerto Rico. Sánchez, C. D. (2003). Editora La mujer de edad mayor en una sociedad feminizada .Costa Rica: Editorial Universidad Estatal a Distancia Sánchez, C. D. (2000). Gerontología Social. Argentina: Espacio Editorial. Tapia Videla, Jorge (1994). Los ancianos y las políticas de servicios en América Latina. En: Anzola Perez y otros, La atención de los Ancianos : Un desafio para los años noventa. Washington: Organización Panamericana de la Salud. The Association for Gerontology in Higher Education (AGHE) (1996). Careers in Aging: Opportunities and Options. Washington, D.C.: AGHE. Treas, J., y Passuth, P., (1988). Age, aging, and the aged: The three sociologies. En E. Borgatta y K. S. Cook (Eds.), The future of sociology (pp. 394–417). Newbury Park, CA: Sage and the Pacific Sociological Association. Viveros Madariaga, Alberto (2001). Envejecimiento y vejez en América Latina y el Caribe: políticas públicas y las acciones de la sociedad, Proyecto Regional de Población CELADE-FNUAP (Fondo de Población de las Naciones Unidas) Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) - División de Población de la CEPALÁrea de Población y Desarrollo del CELADE: Chile. Serie Población y Desarrollo 22. Wahl, H. W., y Weisman, G. D., (2003). Environmental gerontology at the beginning of the new millennium: Reflections on its historical, empirical, and theoretical development. The Gerontologist, 43, 616-627. Yuni J. y Urbano, C. (2005). Educación de adultos mayores: Teoría, investigación e intervenciones. Brujas: Argentina. 29