2. Descripción
La anaconda es de color verde oscuro, con marcas ovales de color negro y ocre en los
flancos. El vientre es más claro, y en la parte final de la cola muestra diseños en
amarillo y negro que son únicos para cada ejemplar. El hocico está cubierto por seis
escamas engrosadas, tres a cada lado, que constituyen el rasgo más distintivo que separa
a las especies de Eunectes de las estrechamente relacionadas Boa.
La cabeza es estrecha, y no presenta un cuello marcado. Las narinas y los ojos están en
una posición elevada, facilitando así la respiración y la percepción durante los largos
períodos que la anaconda pasa sumergida. Los receptores olfativos se encuentran en la
lengua, como en todas las serpientes. El cuerpo es ancho y musculoso, adaptado a la
forma de presa de la serpiente, que mata a sus presas por constricción.
En la región caudal, la zona de la cloaca es la única no cubierta por escamas de todo el
cuerpo. En las inmediaciones de ésta la anaconda presenta espolones, los restos de las
extremidades locomotoras atrofiadas.
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Tamaño
Es quizá la mayor serpiente conocida; las hembras, normalmente más grandes que los
machos, alcanzan un promedio de 4 a 8 m de largo y un peso de 45 a 180 kg., mientras
que los machos alcanzan una longitud de 2,5 m. La mayor anaconda que se ha
registrado oficialmente fue una hembra cazada en Brasil, en 1960, la cual midió 8,45 m.
de longitud, con un peso 227 kg.. Dieter Schmid,
en su libro Mantenimiento De Las Serpientes
afirma que si bien el Libro Guinness de los
récords nunca lo reconoció, el mayor ejemplar
entre las serpientes en el mundo fue una anaconda
verde de proporciones descomunales encontrada
en el Río Orinoco, en Venezuela, en 1944: 11,44
m. de longitud, 285 kg., y 123 cm. de
circunferencia, superando los 10 m de longitud de
la pitón reticulada . Este parece ser el tamaño
máximo para una anaconda y el límite de los
especímenes más grandes; sin embargo, se ha
mencionado la existencia de hembras de hasta 12 m. de longitud y 250 kg. de peso, con
un diámetro de hasta 40 cm., y hasta tamaños superiores, pero son reportes vagos y
deben tratarse con precaución, si bien algunos herpetólogos confían en que puede ser la
única serpiente que supere los 10 m. Los machos son significativamente menores, en el
caso más marcado de dimorfismo sexual entre los Squamata.
3. Este tamaño es más sorprendente en vista de la escasa longevidad del animal, que rara
vez supera los 15 años, aunque se documentan casos de hasta 50 años. Está entre los 10
animales más poderosos del mundo, según los
zoólogos.
El espécimen más largo y pesado registrado fue
una hembra con una longitud total de 521 cm. y
un peso de 97,5 kg.. Las anacondas son las
serpientes más largas y grandes del planeta.
Según una entrevista con la National
Geographic Channel, en su libro El Dominio de
la anaconda afirmó: «Existen grandes y fuertes
pitones, pero ninguna alcanza el peso y tamaño
de la anaconda, puesto que los ejemplares adultos pueden medir más de 9,14 m de
longitud y pesar más de 250 Kg.»
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Hábitat y comportamiento
La anaconda se siente a gusto tanto en los árboles como en el agua; prefiere los
estanques de aguas quietas a las corrientes rápidas, por lo que es raro encontrarla a gran
altitud.
Pasa la mayor parte del tiempo sumergida, acechando a su presa; la posición superior de
las narinas le permite sumergir casi todo el cuerpo a modo de cripsis, y su poderosa
musculatura la hace una rápida nadadora.
Caza por lo general animales que se acercan a beber, sujetándolos con sus mandíbulas y
aferrándose a ellos para enroscarse alrededor de su cuerpo y asfixiarlos. El ataque es
extremadamente rápido, en algo más de 10 segundos ya han sometido a su presa. Si
encuentra la oportunidad de cazar en tierra, normalmente se descuelga desde una rama
para sorprender a su presa. Se enroscan a su presa formando anillos con su cuerpo pero,
por lo general, no es la fuerza de la constricción lo que mata a la presa, sino que le
impide respirar, presionando el tórax para imposibilitar la inhalación, y lo logran por la
inmensa fuerza de su cuerpo.
La anaconda no tritura sus presas, su
mandíbula se desencaja, permitiéndole tragar
la presa entera y utiliza su fila de dientes
interior (tienen cuatro filas de dientes, una
ordinaria y otra en el paladar) para ir
avanzando sobre su alimento e irlo
introduciendo en su garganta. La digestión de
una presa grande puede demorar varias
4. semanas, durante las cuales la serpiente se encuentra casi inactiva y dormita en una
rama o junto al agua.
La anaconda es capaz de consumir presas de gran tamaño; el carpincho es una de sus
víctimas predilectas, así como ejemplares jóvenes de tapir, pecarí, ciervo, y aún
caimanes en caso de necesidad, e incluso se sabe que han devorado jaguares y
cocodrilos. Se alimenta también de huevos, aves, diversos roedores y otros reptiles
menores.
Últimamente, se ha visto anacondas caníbales, devorando a los de su propia especie. La
mayoría de los especímenes vistos son hembras devorando machos pequeños,
posiblemente, para supervivencia durante la temporada seca, donde es difícil capturar
una sustanciosa presa.
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Reproducción
El apareamiento de la anaconda se produce entre los meses de abril y mayo; las hembras
atraen a los machos mediante una señal olfativa, y éstos se congregan en torno a ellas a
lo largo de varias semanas. En la última fase del cortejo, hasta una docena de machos se
enrosca en torno a la hembra, luchando por acceder a la cloaca de ésta, formando una
bola característica; pueden permanecer enroscados de este modo hasta 15 días, muchas
veces en aguas poco profundas, hasta que la hembra —más grande y más fuerte—
escoge al vencedor.
Durante la cópula propiamente dicha, los espolones del macho estimulan la región
caudal de la hembra; ambas cloacas entran en contacto, y las colas se enroscan mientras
se produce la inseminación.
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Conservación
La anaconda no tiene particular valor comercial, aunque su piel se usa ocasionalmente
en marroquinería; la principal amenaza para su conservación es la destrucción de su
hábitat, así como la caza por quienes la consideran un riesgo para el ganado doméstico y
los niños, sin tener en cuenta el papel que juega en el control de las plagas de roedores.
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Vicente Mato Taboada 4ºB