1. Safo de Lesbos
La poesía griega tiene unos orígenes oscuros y difíciles de precisar. La lírica le debe a Safo, “la décima
musa”, sus características principales: la influencia de la música oriental, el individualismo y la pasión.Mujer
bella, políticamente comprometida, inteligente y exquisita, representó una revolución social y un personaje de
gran influencia en la época. Adorada por unos, perseguida por otros, censurada, su vida y obra no dejó ni deja
indiferente a la humanidad. Se acuñaron monedas con su rostro, se le ha dedicado estatuas, se toma como
origen y justificativo de la homosexualidad e incluso su nombre sirve de título de seminarios de
investigaciones feministas para las universidades públicas. Poco se sabe de ella y nada por fuentes fiables de
la época, pero aún así más se intuye.
De Safo se cree que nació en Mitilene, isla de Lesbos. Vivió en el siglo VI a.C. aunque las fechas no son
precisas, y parece ser que murió no demasiado mayor. Culta, inteligente, rebelde y de gran belleza despertó
pasiones y envidias entre sus coetáneos. De ella ensalzaría el poeta Alceo sus trenzas negras y su dulce
sonrisa
Pertenecía a una familia noble de la más rancia aristocracia eolia. Su padre se llamaba Escamandrónimo y su
madre, como ella antes de cambiarse el nombre, Cleis. Tenía dos hermanos varones y una hija. Respecto a si
se casó las fuentes son confusas, posiblemente enviudó de un rico comerciante y al quedar libre fundó una
escuela para mujeres jóvenes enseñando además de literatura, música y danza. Es la primera mujer
fundadora de una academia de filosofía. De su relación con las alumnas nace la leyenda no confirmada sobre
su sexualidad, divulgada en Alejandría y Roma en épocas muy posteriores y que incluso llega a nuestros días
convirtiéndose su nombre y lugar de nacimiento en el apelativo de la homosexualidad femenina (safismo,
lesbiana, lésbico…).Los rumores que hablan de la vida de Safo son infinitos, durante años se creyó en los
amores de Safo con el joven marino Faón y el intento de suicido de la poetisa arrojándose al mar desde el
promontorio de Leúcade, pero hoy día esta leyenda no tiene credibilidad y se supone que pertenece a una
cortesana apodada de la misma manera. Pocos datos reales tenemos sobre la autora.Desterrada a Sicilia por
su enfrentamiento político al tirano Pitaco de Mitilene, y al imperar una cultura sexista en la Magna Grecia, es
lógico pensar que se justificara la fama y la influencia de una mujer como Safo respecto al ejercicio de la
prostitución, las conspiraciones y la homosexualidad y se le tildara de meretriz y cortesana, único tipo de
mujer con cultura e inquietudes frente a las amas de casa tradicionales de la época. ¿Qué hay de verdad en
estos rumores malintencionados y frutos de la ignorancia o la envidia?.De corazón ardiente se enamoró en
infinitas ocasiones, unas embriagada por el gozo y otras tantas de manera desgarradora y dolorosa llegando
al despecho, su sensibilidad extrema se potencia constantemente en su obra.Además de la labor pedagógica
se dedicó a una extensa actividad poética de la que nos queda por referencias pocos versos que los
compiladores alejandrinos recogieron de los que se conservan fragmentos distribuidos en pairos de diferente
origen.Despertó verdaderas pasiones entre los máximos representantes de las letras, la política y las élites de
Grecia. Platón la adoraba por su sensibilidad y maestría técnica y a pesar de lo que ella escribiera:
“irremediablemente, como la noche estrellada sigue al rosado ocaso, la muerte sigue a todo ser viviente”, su
espíritu permanece inmortal.ContextoLa poetisa vivió en la llamada civilización griega arcaica. Tras una
primera etapa de domino de la épica floreció en manos de Safo la lírica aparecida un siglo antes con Arquíloco
de Paros. Este tipo de poesía individualista, directa, culminó en la etapa clásica.Safo se encontraba arropada
por el poder económico y social de una familia pudiente. Además las inquietudes propias de su inteligencia y
la formación que supo cultivar unido a la belleza que reconocen sus contemporáneos le proporcionaron un
perfil completamente distinto al de las atenienses: amaba la libertad y la formación por encima de los
convencionalismos de la época.Implicada políticamente, explícita en sus afirmaciones, este compromiso le
deparó no pocos enemigos y detractores.Su estilo influyó en muchos poetas de su época y en posteriores,
algunos de los cuales la imitaron con descaro. La honda huella que dejó entre otros en Teócrito, Catulo,
Horacio y Ovidio, se puede observar en sus temas y sus recursos métricos.Poco más se sabe y de fuentes
muy indirectas sobre la vida de la poetisa, infinidad de rumores y leyendas respecto a su sensibilidad, a sus
reacciones desmedidas al amor, y de su pasión como describen los poemas.
ObraFundó en su isla natal una academia para mujeres jóvenes consagrada a la Diosa Afrodita, a quien
dedicó emotivos poemas, era la Diosa de la belleza, del amor y de la vida universal. Reconocemos en su obra
por tanto un panteísmo nada disimulado.Interpretaba sus creaciones tañendo su bárbito, un instrumento
musical algo más grande que la lira. En la cultura helénica la música y la literatura estaban estrechamente
identificadas.Utilizó el dístico, las estrofas de tres o cuatro versos, y combinó diferentes metros, uno de los
cuales lleva su nombre. Gran parte de su obra se perdió poco después de su muerte, rescatándose algunos
versos que nos llegan tras censuras y traducciones del dialecto eolio original. Hacia los siglos III a I a. C., se
rescató parte de su poesía, que se recogió en diez volúmenes: nueve de verso lírico y uno de verso elegíaco.
Se conservaron copias de ellos hasta la Edad Media, en cuya oscuridad acabarían desapareciendo. Durante
el siglo XI, sólo encontraremos fragmentos de la obra de Safo en las citas de algunos escritores.
De los 650 versos que nos restan tras la oscuridad medieval, la versión castellana nos llegó de los hermanos
Canga-Argüelles y de José Antonio Conde.La poesía de Safo se caracteriza por la exquisita belleza de su
dicción, su perfección formal, su intensidad y su emoción, odas de calidad sublime y de incomparablemente