1. ACTITUDES ANTE LA SEXUALIDAD
Toda persona tiene ideas y realizan juicios sobre los hechos o acontecimientos, pero cuando alguien actúa según sus
convicciones , decimos que muestra una actitud.
Las actitudes son un sentimiento, más que una idea lógica. Son disposiciones valorativas, con tres componentes:
Cognitivo (opiniones, creencias..), afectivo (sentimientos) y conductuales (comportarse de una determinada manera).
Los diferentes componentes forman una estructura que tiende a permanecer estable. A veces, el pensamiento de un
individuo esta en contraposición con sus sentimientos o actuaciones.
Efigenio Amezúa defiende tres tipos de actitudes:
ACTITUD PROHIBITIVA (<<no debes hacer>>): Es defendida por instituciones y personas que consideran la
sexualidad un tabú o algo vergonzoso.
-Reduce el cuerpo sexual a los genitales.
-Condiciona la sexualidad a la procreación.
-La sexualidad solo se ejerce en el matrimonio.
-El deseo sexual sólo puede ser heterosexual.
-La edad sexual es la adulta.
-El derecho al placer es exclusivo de los varones.
Este tipo de actitud tan negativa sobre la sexualidad supone un gran impedimento para llegar a tener una relación
armoniosa y placentera y a disfrutar completamente de la sexualidad, la cual resulta un punto muy importante en
nuestro bienestar personal.
ACTITUD PERVISIVA. (<<se te permite hacer>>)Es una visión muy superficial. Casi como seguir la moda por
presión o miedo a hacer el ridículo. Se trata de una actitud que se basa en:
-Sólo una necesidad fisiológica
-Sólo para divertirse
-Lo más importante en la vida
ACTITUD DE CULTIVO. (Eres capaz de hacer) Se basa, por un lado en la capacidad de decidir lo más conveniente
en cuanto al tiempo, lugar y circunstancias adecuadas, y por otro lado, adquirir, de acuerdo a ideas, creencias y valores
personales una concepción más abierta, afectuosa y responsable de la sexualidad.
Actitudes más personales e intimas hacia la sexualidad.
1. Actitud positiva: La tienen aquellas personas que comprenden que la dimensión sexual es una fuente de riqueza
que debe ser vivida en plenitud. Estas personas, mantienen ideas positivas hacia lo erótico, se comprometen
personalmente en el cultivo de la sexualidad, son abiertas y respetuosas hacia las demás opciones sexuales, no
tienen dificultades para verbalizar cuestiones relacionadas con el sexo, y consideran que la educación sexual es
muy necesaria. En definitiva son personas que se responsabilizan de su propia sexualidad.
2. Actitud negativa: La tienen aquellas personas que tienden a pensar que todo lo relacionado con el sexo es
peligroso, puede ser perjudicial, puede provocar dolor y vergüenza… Surgen de ellas emociones negativas
asociadas tales como los sentimientos de culpa y los miedos y tienden a pensar que la educación sexual es una
cuestión demasiado delicada para tratar en el día a día (por ejemplo por parte de padres a hijos), por lo que
delegan en expertos y se declaran incompetentes en esta materia.
2. EL DESARROLLO PSICOSEXUAL HUMANO.
Freud observó que durante el temprano desarrollo, el comportamiento de los niños se orientaba alrededor de
determinadas partes del cuerpo (la boca durante el amamantamiento, el ano durante el baño o la higiene y luego
los genitales). Habiendo observado en sus trabajos anteriores con pacientes histéricas, que las neurosis adultas tienen
origen en la sexualidad infantil, Freud propuso que esos comportamientos de los niños eran expresiones de sus propias
fantasías sexuales y deseos. Freud rechaza la concepción vulgar y científica de su época, que dice que la sexualidad
comienza en la pubertad, que tiene un objeto natural y cuyo único fin es la procreación. Para él, el desarrollo
psicosexual es un proceso que se lleva a cabo en distintas fases.
Debido a que pudo predecir una línea de tiempo de los comportamientos de los niños, Freud desarrolló un modelo a
través de cual consideró lo que sería el desarrollo normal del niño. De acuerdo a esta teoría, cada niño atraviesa cinco
fases psicosexuales.
Fase oral.
La primera etapa del desarrollo psicosexual es la fase oral, la cual dura desde el comienzo de la vida hasta el primer
año. Durante la misma, el foco de placer está en la boca y el placer se obtiene por los cuidados, pero también a través
de la exploración del entorno (los pequeños tienden a llevarse objetos nuevos a la boca). En esta etapa el bebé no
tiene noción de sí mismo y todas sus acciones están basadas en el principio de placer. Los besos, las caricias, el
contacto con la piel materna al mamar, la succión, etc.
La experiencia clave en esta fase es el destete, durante el cual el niño pierde mucho del contacto íntimo con su madre
y esto da lugar al primer sentimiento de pérdida. El destete también le da al bebé conciencia de sí mismo, en el cual
aprende que no todo está bajo su control, y tampoco la satisfacción es siempre inmediata.
Fase anal
En la etapa anal del desarrollo psicosexual, la zona erógena se encuentra desde el tracto digestivo superior al final
inferior y el ano. Esta fase dura desde aproximadamente el 15º mes hasta el tercer año de vida.
De acuerdo a la teoría, la experiencia más importante durante esta etapa es el entrenamiento en la higiene personal.
Éste ocurre alrededor de los dos años (pueden haber diferencias con respecto a la edad según la sociedad que
corresponda). El niño aprende la importancia de la limpieza y el orden gradualmente, los cuales dan lugar a una
persona adulta controlada. Si los padres ponen demasiado énfasis en la higiene personal mientras el niño decide
acomodarse a ésta, se puede dar lugar al desarrollo de un comportamiento compulsivo, extendiéndose a lo
concerniente con el orden y la pulcritud.
Si los padres son muy estrictos en sus métodos, el infante puede reaccionar de dos maneras: retener las heces,
generando un problema de estreñimiento, y desarrollar un carácter obstinado; o rebelarse y generar rasgos de carácter
destructivo.
3. Fase fálica
Se extiende desde los tres hasta los cinco años y la zona erógena asociada a ella es el área de los genitales. A pesar
de que efectivamente la satisfacción está enfocada en esta área, no lo es de la misma forma que en la sexualidad del
adulto, ya que el niño es sexualmente inmaduro aún. Sin embargo, la estimulación de los genitales es bienvenida como
placentera y los varones, como los hombres adultos, pueden tener erecciones durante el dormir. Los niños se vuelven
cada vez más conscientes de su cuerpo y son curiosos en relación al cuerpo de otros niños y también el de sus padres.
Freud observó que los niños de esta edad pueden ser frecuentemente vistos sacándose la ropa y "jugando al doctor"
con otro niño, o preguntándole a sus madres si ellas también tienen pene. Estas observaciones persuadieron a Freud
de que la satisfacción está enfocada sobre o alrededor de los genitales durante este período.
El conflicto más importante de esta etapa es el llamado complejo de Edipo, nombre derivado de Edipo. Freud usa el
término Edipo para ambos sexos pero otros analistas propusieron una variante femenina denominada "Complejo de
Electra". En un comienzo, para ambos sexos la primera fuente de cuidados y satisfacciones es la madre. A medida de
que los niños se desarrollan, sin embargo, comienza a formarse una identidad sexual y la dinámica para varones y
niñas se altera.
Para el varón, la madre pasa a ser la persona deseada, mientras que el padre es el foco de los celos y rivalidad, desde
el primer momento en que es el que duerme con la madre, pero sigue siendo uno de los principales encargados del
cuidado del niño.
Freud argumentaba que las niñas pequeñas siguen más o menos el mismo desarrollo psicosexual que los niños.
Mientras que el niño desarrolla angustia de castración, la niña desarrollará envidia del pene, envidia sentida por las
mujeres frente a los hombres debido a que los hombres poseen pene. Esta envidia tiene sus raíces en el hecho de que
sin el pene las mujeres no pueden poseer sexualmente a la madre. Como resultado de esta comprensión, ella dirige su
deseo sexual hacia el padre. Luego de esta fase la mujer tiene una etapa extra en su desarrollo cuando debe transferir,
todo o en parte, la sensibilidad e importancia del clítoris a la vagina. La niña pequeña también en algún momento debe
abandonar su primera elección de objeto, la madre, para tomar a su padre como nueva elección de objeto, más
apropiada. Su eventual introducción en la heterosexualidad femenina, que culmina al dar a luz, deja de lado
paulatinamente sus tempranos deseos infantiles. Generalmente Freud consideraba al conflicto de Edipo experimentado
por niñas más intenso que el experimentado por varones, dando como resultado una personalidad más sumisa y
menos segura.
Si el conflicto no es resuelto, una fijación a esta fase dará lugar a mujeres adultas que se esfuerzan por superar a los
hombres, si tiene sentimientos insoportables de devastación debido a la falta de pene, lo harán siendo seductoras y
coqueteando, o si no serán sumisas y con baja autoestima. Por otro lado, los hombres pueden presentar excesiva
ambición y vanidad.
4. Fase latencia
Durante esta etapa, la pulsión sexual queda latente o dormida. Esto significa que durante este período los niños y las
niñas se centrarán en otros aspectos de su desarrollo, como puede ser el aprendizaje de destrezas y las relaciones
personales con niños del mismo sexo principalmente. Durante esta etapa e niño mantiene un desarrollo rápido. Se
abandona el interés por los genitales y el niño se centra mas en otros aspectos, como pueden ser las relaciones
interpersonales. En esta etapa el niño se prepara para pasar a la siguiente fase, la fase genital.
Fase genital
La quinta y última etapa del desarrollo psicosexual es la fase genital, la cual se prolonga desde la pubertad (doce años
aproximadamente) en adelante. Continúa hasta que termina el desarrollo, que idealmente es a los dieciocho años
cuando comienza la edad adulta. Esta fase representa la mayor parte de la vida, y la tarea básica para que se
constituya la individualidad es el desapego a los padres. También es el momento en que se producen los intentos
individuales para resolver cuestiones de la temprana niñez. En esta fase el foco está puesto nuevamente en los
genitales, como en la fálica, pero esta vez la energía es expresada desde la sexualidad adulta.
Se producen crecimiento de los genitales externos y desarrollo de los genitales internos (como productores y
receptores de sustancias genésicas). Las zonas erógenas predominantes en las anteriores fases producen ahora un
placer previo que conlleva a una acumulación de placer e incremento de la tensión suficiente para llevar a cabo el acto
sexual, obteniéndose así un placer final con la descarga de los productos genésicos, mucho mayor en satisfacción al
placer previo.
Se tenderá a buscar al nuevo objeto sexual según las características del ser amado en la fase fálica. Para ello, el
individuo empleará nuevamente una corriente sensual para aproximarse al nuevo objeto, como lo hizo en un principio.
Este vínculo entre el primer y segundo hallazgo de objeto es esencial en la vida futura del sujeto por la elección de
objeto.
5. Fase Rango de edad Zona(s) erógena(s) Consecuencias de la Fijación
Oralidad Agresiva: Signos que incluyen mascar chicle o lapiceras.
Oralidad Pasiva: Signos que incluyen fumar/comer/besar/fellatio/cunnilingus
Oral 0-1 años Boca
La fijación a esta fase puede dar como resultado pasividad, credulidad, inmadurez y una
personalidad fácil de manipular.
Eliminación intestinal y Retención anal: Obsesión con la organización y pulcritud excesiva.
Anal 2-3 años
urinaria Expulsividad anal: Imprudencia, negligencia, rebeldía, desorganización, coprofagia
Complejo de Edipo (sólo en niños, de acuerdo a Freud)
Fálica 4-6 años Genitales
Complejo de Electra (sólo en niñas, luego desarrollado por Carl Jung)
7-10 años (hasta Sentimientos sexuales (Las personas no tienden a fijarse a esta etapa, pero si lo hacen, tienden a ser sumamente
Latencia
la pubertad) latentes frustrados sexualmente.)
11+ años (Pubertad en Intereses sexuales
Genital Frigidez, impotencia, relaciones insatisfactorias
adelante) maduros