UPyD_Declaración del Día Internacional contra la Violencia sobre las Mujeres o contra la Violencia de Género
1. UPyD
ÁREA DE IGUALDAD
DECLARACIÓN SOBRE EL DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA SOBRE LAS
MUJERES – 25 DE NOVIEMBRE DE 2012
El 25 de Noviembre es el Día Internacional de lucha contra la violencia sobre las mujeres. El
sufrimiento provocado por la violencia afecta desgraciadamente a muchísimos seres humanos, pero
las organizaciones internacionales nos alertan en este día sobre la enorme incidencia que la
violencia de género tiene sobre muchísimas mujeres y niñas, hasta el punto de que la Unión
Europea la califica de fenómeno mundial y sistémico. Según la UE (“Directrices sobre la violencia
contra las mujeres y la lucha contra todas formas de discriminación contra ellas”), además de tener
graves consecuencias a nivel físico y mental para las víctimas, la violencia repercute en el
desarrollo de la propia sociedad, obedeciendo su especificidad a las desigualdades que todavía se
mantienen entre mujeres y hombres en las sociedades actuales (más graves en los países menos
desarrollados).
Siguiendo las directrices de la UE la lucha por la erradicación de la violencia sobre las
mujeres se enmarca en la universalidad de los derechos humanos y tiene como algunos de sus
objetivos esenciales: promover la igualdad entre mujeres y hombres, prestando especial atención a
la educación y a los medios de comunicación (públicos en especial); recoger datos e indicadores
objetivos; crear estrategias eficaces y coordinadas en todos los ámbitos políticos; castigar los actos
de violencia y favorecer el acceso de las víctimas a la justicia.
En nuestro país las cifras de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas se mantienen de
manera dramática, a pesar de que no somos de los países europeos con cifras más altas
(paradójicamente lo son algunos de los países nórdicos, más avanzados en igualdad). En 2004 se
aprobó en España la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de
Género, que suscitó grandes esperanzas entre los partidos políticos y las asociaciones de mujeres
para erradicar los asesinatos o al menos tratar de reducirlos. Tuvo la virtud de intentar llevar a cabo
un enfoque integral del problema (atención policial, judicial, apoyos sociales, …) y durante estos
años ha contado con cuantiosos recursos.
Pero también desde el principio la Ley presentaba déficits democráticos esenciales que el paso
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2. del tiempo ha agravado: el reduccionismo del problema de la violencia de género a la ejercida por el
compañero íntimo o ex-compañero, dejando fuera otros graves ejemplos de violencia sobre las
mujeres y las niñas como la trata de personas con fines de explotación sexual (que por ejemplo la
UE y la ONU sí recogen dentro de la violencia de género); la tipificación penal de faltas leves como
graves, llevando a la cárcel a miles de hombres por ellas, mientras aquellos que llegan a perpetrar
agresiones graves o asesinatos en la mayoría de las ocasiones no han sido denunciados; la asimetría
penal entre hombres o mujeres a la hora de castigar la violencia por el mismo delito,
minusvalorando la violencia si es ejercida por mujeres; existencia de algunas denuncias falsas para
conseguir compensaciones en situaciones de divorcio o custodia; la exclusión de gays y lesbianas
que sufran situaciones de la violencia de las medidas de protección previstas; el negarse a
considerar otros tipos de violencia que se producen dentro de la familia, que deberían abordarse, si
bien con un tratamiento diferenciado al de la violencia de género.
Pero, tan importante como las graves limitaciones anteriores de la actual Ley, lo es que no
haya sido eficaz para conseguir que los asesinatos de mujeres descendieran en nuestro país, a pesar
de los cuantiosos recursos destinados a su aplicación. Es por ello hora de afrontar la cuestión de otra
forma, asumiendo que la violencia es un problema de toda la sociedad, de mujeres y de hombres,
que tiene que abordarse en la línea política de la UE y de los organismos democráticos
internacionales, desde un consenso entre los partidos que corrija injusticias y sectarismos. UPyD
estamos dispuestos a luchar por ese consenso en aras de conseguir una Ley más justa y eficaz,
porque la lucha contra la violencia sobre las mujeres es objetivo primordial de la DEMOCRACIA y
de la JUSTICIA.
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