1. Una iglesia a la que le importa
Lectura:
Filipenses 2:1-11
“No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también
por lo de los otros”
— Filipenses 2:4
2. Mientras viajábamos juntos, mi esposa y yo comenzamos a hablar con una encantadora
joven que conocimos. El tiempo pasó rápidamente mientras charlábamos acerca de
temas alegres. Pero, cuando ella supo que yo era un pastor, la conversación tomó un giro
que desgarraba el corazón. Ella comenzó a compartir con nosotros que, cuando su
esposo la dejó hacía tan sólo unos meses, ella había luchado con el dolor de dicho
abandono.
Luego sonrió y dijo: «No se imaginan lo mucho que mi iglesia ha significado para mí
estos últimos meses». Su estado de humor y su semblante cambiaron dramáticamente
mientras relataba las maneras en que su familia de la iglesia la había envuelto en sus
amorosos brazos en su momento de dolor. Fue reconfortante escuchar cómo esa
asamblea local de creyentes la había rodeado del amor de Cristo.
Parece que demasiado a menudo limitamos la importancia de la iglesia a lo que sucede
los domingos, pero la iglesia ha de ser mucho más que eso. Ha de ser un refugio seguro,
una estación de rescate y un centro de capacitación para el servicio espiritual. La iglesia
ha de ser muchas cosas, pero particularmente ha de ser una expresión del corazón
preocupado del Señor de la Iglesia para las personas que sufren y están quebrantadas,
tal y como nuestra joven amiga. Somos llamados a «amarnos unos a otros»
(1 Juan 4:7).22
4. Lectura Bíblica: Filipenses 2
Humillación y exaltación de Cristo
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1
Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna
comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 2 completad mi
c
g
gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
3
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno
a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino
cada cual también por lo de los otros. 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo
t
también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios
c
como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo,
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hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí
m
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también
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le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo
d
de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Reina Valera Revisada (1960). 1998 (electrónica ed.) . Sociedades Bíblicas Unidas: Miami
5. Biblia del diario vivir.
.
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2.4 Filipos era una ciudad cosmopolita. La composición de la iglesia reflejaba gran diversidad, con
una variedad de personas, con trasfondo y formas de vida diferentes. Hechos 16 nos da algunas
indicaciones de este diverso conjunto de la iglesia. Esta incluía a Lidia, una convertida judía de Asia y
próspera mujer de negocios ( Hechos 16.14 ), la muchacha esclava ( Hechos 16.16 , 17 ),
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probablemente nativa de Grecia; y el carcelero que servía en esta colonia del imperio, tal vez romano (
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Hechos 16.25–36 ). Con tantos diferentes trasfondos entre sus miembros, debió haber sido difícil
mantener la unidad. Aunque no hay evidencias de una división notable en la iglesia, la unidad fue
protegida ( 3.2 ; 4.2 ). Pablo nos anima a estar alertas contra cualquier egoísmo, prejuicio o celo que
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pueda conducir a una disensión. Mostrar interés genuino en otros es una manera positiva de mantener
la unidad entre los creyentes.