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(20) Las Cartas De Amor
1. Las Cartas De Amor
En determinada ocasión Sigmund Freud le escribió a su novia y futura esposa Martha Bernays una
carta de amor que después ha dado la vuelta al mundo siendo considerada entre las confesiones
más románticas de la historia: "No apetezco sino más bien lo que tú ambicionas para los dos
porque me doy cuenta de la insignificancia de otros deseos equiparados con el hecho de que seas
mÃa. Los hombres que acusen y que lapiden; Dios quizá perdone, por las heridas que daban a la
viajante la fiebre que la llevó a beber; por la totalidad de la fuente, que se hacÃa dolorosa, pues
aquella fuente querÃa ser aliviada de su exceso de lozanÃa, de linfa azul.
Y misma me contestaba: Fuiste a buscarme por rutas que los hombres han vedado, y lo que para
todos es alegrÃa, y hasta orgullo, para ti ha de ser siempre, siempre, amargor y pecado... Yo me he
vuelto acá, y la paz ya no será más conmigo... No, M., no voy... Es preferible que prosiga
soñando con que tú me beses
La efigie del versista, cincelada por las frágiles manos de Lura Rodig, exactamente la misma que
tallará más tarde la de Gabriela Mistral, reposa bajo el tupido follaje de los árboles del Parque
Forestal; y San Bernardo conmemora la personalidad lÃrica y poética de quien fuera su
progresista Alcalde, mediante una fuente viva, erigida en su Plaza de Armas, que permite exclamar a
Meza Fuentes: Hablemos de él junto a una fuente/ si queremos hablar de amor.
Podrá participar cualquier persona con el tema en común del amor como fondo, debiendo escribir
una carta con una extensión máxima de dos folios por una sola cara que mandarán al Municipio
de La Solana, Delegación de Cultura, hasta el dÃa 9 de febrero.
Prologa y traduce la obra Andrés Barba con una aseveración clarividente: tanto el dolor como el
amor de los otros semeja siempre y en todo momento más fácil, tal vez solo porque no estamos
obligados a vivirlo.
La trataba como si fuese su novia pero, conforme la FiscalÃa, aquello solo ponÃa en evidencia que
era un amor no correspondido, puesto que la abogada nunca respondió a sus cartas ni llamadas ni
dio muestras de tener ningún sentimiento hacia él.
Volviendo al film que nos ocupa, aparte de encontrarnos con toda seguridad ante el proyecto más
personal de los acometidos por Franco dentro de su asociación con el productor suizo Erwin C.
Dietrich (la pelÃcula se fundamenta en las misivas que en el siglo XVII una religiosa escribiera a un
aristócrata, y que también serÃan la base de la muy diferente y posterior Cartas de amor de una
monja , rodada en 1978 por Jorge Grau y, curiosamente, con L. Romay en su reparto), con toda
probabilidad éste asimismo sea - al lado del Jack the Ripper protagonizado por Klaus Kinski - el
trabajo más clásico, a la vez que mejor acabado a todos los niveles, de los efectuados por su autor
en este fecundo perÃodo.
Si bien técnicamente irreprochable a todos y cada uno de los niveles, y con la ventaja de un guion
en su mayorÃa coherente, aparte de la contención formal antes mentada y de su demasiado moroso
ritmo, al film le termina pesando el estrellato de Susan Hemingway, actriz†de escueta filmografÃ-
a (apenas siete tÃtulos… y todos ellos bajo las órdenes de Franco) y de núbil y turbadora belleza
2. (un tanto en la lÃnea de la Romina Power de Justine), desgraciadamente también poseedora de un
exiguo talento interpretativo - se restringe a poner la misma carita de cordero decapitado a lo largo
de todo el metraje - y claramente sin el carisma necesario como para proteger con sus inexistentes
aptitudes un personaje de tamaño estrellato y recorrido dramático.
Pareze boi confirmando la flojedad de V.M. puesto que abiéndole escrito oi con éste 3 pareze se
ha descuidado en poner los medios a fin de sacarme de las casas de mi padre y va a tener usted
entendido que no ejecutar lo que le prebengo en mis 2 antezedentes va a dar sitio a que esta noche
me suzeda alguna fatalidad y que enojado mi padre me quite la bida como lo contenplo conforme su
natural, en cuio supuesto le ruego no sea remiso en solizitar los medios más prontos a fin de
ponerme en libertad y sacarme de los riesgos que le insinúo.
Presta su permiso a fin de que la dirección de mail facilitada y recabada sea tratada con la única
finalidad de remitirle los boletines electrónicos a los que se ha subscrito, los que son editados por
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32/2003, de 11 de noviembre, General de Telecomunicaciones.
Es de esos libros que incluyen la historia narrada en audio, cosa que puede hacer que te des cuenta
del placer de leer y hacerlo a tu ritmo, recreándote no en las palabras, en lo que significan,
parándote a meditar, volviendo atrás para regresar a leerlas, darle el tono que a ti te semeja y no
el impuesto por la voz.