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 DISTRIBUCIÓN
  DEL INGRESO
EN VENEZUELA

                LEÓN FERNÁNDEZ BUJANDA
                WILLDER TORRES
                LOURDES URDANETA DE FERRÁN
                JESSICA VARGAS


                  [Nº 99]
                     Marzo, 2008
© Banco Central de Venezuela, Caracas, 2008
Gerencia de Investigaciones Económicas

Producción editorial
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Departamento de Publicaciones
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Avenida Urdaneta, esquina de Las Carmelitas
Caracas 1010
Teléfonos: 801.8075 / 8063
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www.bcv.org.ve




Las opiniones y análisis que aparecen
en la Serie Documentos de Trabajo
son responsabilidad de los autores
y no necesariamente coinciden
con las del Banco Central de Venezuela.


Se permite la reproducción parcial o total
siempre que se mencione la fuente
y no se modifique la información.
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                          DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO EN VENEZUELA


                                                     Resumen:
       El presente trabajo elabora un diagnóstico acerca de las características de la distribución del
       ingreso en Venezuela a partir de los datos de la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares
       2004-2005. Esta encuesta es una investigación por muestreo que mide los ingresos y gastos
       de los hogares venezolanos a nivel nacional y de cinco dominios de estudio, lo cual aporta
       datos de calidad para hacer análisis sobre la desigualdad y la pobreza. A través del enfoque de
       los cuantiles, se puede decir que la distribución del ingreso en Venezuela es notablemente
       asimétrica con un grado de dispersión que aumenta con el ingreso per cápita de los hogares.
       En otro orden de ideas, las tres fuentes de ingresos más importantes son los sueldos y salarios
       (59,3 por ciento del ingreso total), ingresos mixtos (18,3 por ciento) y transferencias en dinero
       provenientes de otros hogares o del gobierno (13,9 por ciento). Asimismo, se encuentra que la
       pobreza se concentra en las zonas rurales. Finalmente, se comentan algunos indicadores de
       desigualdad, los cuales muestran que Venezuela se encuentra en un nivel medio con relación a
       otros países latinoamericanos.



                                        León Fernández Bujanda
                                             Willder Torres
                                       Lourdes Urdaneta de Ferrán
                                             Jessica Vargas

                                                   Marzo, 2008

Los autores agradecen los comentarios recibidos de los participantes en una reunión interna del BCV. Asimismo, quisiéramos
resaltar la colaboración especial de Víctor Piccinnini. Demás esta decir que las opiniones y análisis que aparecen en este
documento de trabajo son exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente coinciden con las del Banco Central
de Venezuela.
DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO EN VENEZUELA


ÍNDICE


I.-Introducción………………….……………………………………………………..………..1
II.-Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares..…………………………..………4
III.-Breve   marco   conceptual   para   el   análisis   de   la   distribución   del
ingreso…………………………………………………….……………………………….…….. 7
IV.-Análisis de la distribución del ingreso………….……………………………………11
V.-Indicadores de desigualdad del ingreso.....………………………………………... 23
VI.-Conclusiones………………………………………………………………………….……29
I.- Introducción

La desigualdad en la distribución del ingreso constituye uno de los principales problemas
que ha afrontado la sociedad venezolana. En este sentido, según datos provenientes del
Censo de Población, la desigualdad aumentó entre 1990 y 2001, al pasar el índice de Gini
de 0,351 a 0,413, respectivamente (Fundación Escuela de Gerencia Social, 2006). Sin
embargo, cuando se utilizan datos intercensales, específicamente aquellos recogidos con
la Encuesta de Hogares por Muestreo (EHPM), se observa que el deterioro en la
desigualdad ocurrió en la primera mitad de la década de los noventa, ya que, en el
período comprendido entre 1997 y 2001, este índice cayó de 0,487 a 0,457 (Ministerio del
Poder Popular para la Planificación y el Desarrollo, 2007)1. Con la crisis política que vivió
Venezuela en el año 2002, se presenció un nuevo deterioro en la desigualdad al aumentar
el índice de Gini a 0,494. A partir de ese año, este indicador ha mostrado una tendencia
decreciente, lo que se evidencia en el hecho que para 2007 alcanzó un nivel de 0,420. Los
valores aquí comentados permiten ubicar a Venezuela en el grupo de países que tiene un
nivel de desigualdad medio dentro de la región de América Latina (CEPAL, 2007).

Un problema con las estimaciones mencionadas anteriormente reside en que los datos
utilizados para su cálculo no son los más apropiados para esta labor, aún cuando
presentan algunas ventajas que no los hace descartables. Ni la EHPM, ni el Censo de
Población están especialmente diseñados para recoger los ingresos de los hogares con el
nivel de detalle necesario para conducir estudios sobre la distribución del ingreso, lo que sí
hace la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares (ENPF). Esta encuesta es una
investigación por muestreo que mide los ingresos y gastos de los hogares venezolanos,
dado que uno de sus objetivos es el de conocer las condiciones socioeconómicas de los
mismos.

Tal como se muestra en la sección II, la ENPF de 2005 recoge tanto los ingresos laborales
percibidos mensualmente, como los que se reciben con otro tipo de periodicidad; por
ejemplo: aguinaldos, utilidades y bonificaciones especiales, bono vacacional, etc. De la
misma manera, la ENPF de 2005 también recoge la información de otros ingresos
−intereses, dividendos, alquileres, etc.− de manera desagregada, lo cual enriquece la
calidad de respuesta de los hogares. Otra mejora en la bondad de los datos se encuentra
1
  Es necesario indicar que la EHPM no mide todos los ingresos familiares; sólo recoge información sobre
ingreso laboral y algunas ayudas económicas proporcionadas por el gobierno.


                                                 -1-
en los ingresos mixtos, ya que su recopilación se hace a través de un módulo
especialmente diseñado para capturar los ingresos de los trabajadores por cuenta propia2.
Todo lo antes mencionado permite estimar los ingresos de los hogares de la manera que
lo sugiere el grupo de Canberra (Canberra Group, 2001)

La realización de este trabajo ha sido posible gracias a que los datos de la ENPF se han
hecho disponibles recientemente y que el BCV ha incluido dentro de su agenda de
investigaciones el estudio de los determinantes de la falta de equidad. En este sentido, el
propósito de este trabajo es elaborar un diagnóstico acerca de las características de la
distribución del ingreso en Venezuela. Específicamente, buscamos respuestas a las
siguientes preguntas: ¿qué tan desigual es la distribución del ingreso en Venezuela?,
¿cómo nos encontramos en comparación con otros países?, ¿cómo se relaciona esta
desigualdad con los ingresos del hogar según su fuente (laboral, mixto, de capital, etc.)?,
¿podemos observar una reproducción de la desigualdad presente a nivel nacional dentro
de los dominios de estudio3?, ¿cuánto de la desigualdad a nivel nacional se explica por
diferencias en el ingreso promedio de los dominios?, ¿cuántas personas pobres hay en
Venezuela cuando tomamos en cuenta una definición de ingresos más amplia?

El estudio de la distribución del ingreso parte por definir, en primer lugar, tanto la medida
de ingreso como la unidad social que la recibe. Con relación a la primera, nos apegamos
aquí a las recomendaciones propuestas por el grupo de Canberra debido a su completitud
y la posibilidad de hacer comparaciones con otros países. Por otra parte, la unidad
receptora de los ingresos, y por tanto nuestra unidad primaria de análisis, es el hogar, el
cual se define como un grupo de personas que viven en la misma vivienda y que
mantienen gastos conjuntos para la compra de alimentos.

El poder de compra de los hogares se mide en este trabajo a través del ingreso total de
los mismos. Sin embargo, a fin de obtener una medida del bienestar de las personas que
los componen, es necesario considerar el tamaño de los hogares, para lo cual, se calcula

2
  El ingreso mixto se puede definir como: “la expresión reservada para el saldo contable de la cuenta de
generación del ingreso de las empresas constituidas en sociedad, propiedad de los miembros de los hogares,
ya sea a título individual o en forma conjunta con otros, en las que los propietarios u otros miembros de sus
hogares pueden trabajar sin percibir a cambio sueldo o salario alguno…” (NU 1993, p.7. 81). La característica
fundamental de este tipo de ingresos es que una parte remunera al trabajo y la otra al capital, pero ninguna de
las partes puede ser deducida del total.
3
 El territorio nacional se ha dividido en cinco dominios de estudio de acuerdo al tamaño de la población. Ver
sección II para mayor detalle.

                                                    -2-
lo que se conoce como “ingreso equivalente” (Cowell, 2000). Este último toma en cuenta
algunas características adicionales que describen las circunstancias en las que las personas
se encuentran, como por ejemplo su edad, indicadores de salud, etc. En este estudio sólo
se considera el tamaño del hogar −en número de personas−, con el que calculamos el
ingreso per cápita.

Los conceptos relacionados con la distribución del ingreso serán ampliados en la sección
III, antes de pasar a la sección siguiente, donde se describen los aspectos fundamentales
de la distribución del ingreso en Venezuela utilizando el enfoque de los cuantiles. Este
enfoque parte por ordenar a la población de un país (o dominio) según su nivel de
ingresos de manera ascendente. Posteriormente, se divide a esta población en grupos
equiproporcionales, cuya proporción depende del número de cuantiles escogidos. Por
ejemplo, podemos dividir a la población en veinte ventiles, en donde cada uno agrupa un
5 por ciento de la población. En el ventil 1 se encontrará el 5 por ciento más pobre,
mientras que el ventil 20 contendrá el 5 por ciento más adinerado. Otros cuantiles que se
utilizan son los cuartiles, los quintiles y los deciles, los cuales dividen a la población en
cuatro, cinco y diez grupos, respectivamente.

El enfoque de los cuantiles nos permite caracterizar de manera rápida la distribución del
ingreso de las personas en Venezuela. Su principal característica es su notable asimetría,
mostrada en el hecho que la mediana del ingreso per cápita (Bs. 194.778 mil) es
remarcablemente menor que la media (Bs. 323.605 mil) y que 70 por ciento de la
población percibe ingresos per cápita menores que el ingreso promedio. Otro aspecto
relevante viene dado por la baja dispersión en los ingresos de los ventiles más bajos en
comparación con la de los ventiles más altos. A título ilustrativo, indicaremos que la
persona con menor ingreso del ventil dos pasaría al extremo superior del ventil tres si su
ingreso per cápita se incrementa en Bs. 36.920; mientras que una persona en el límite
inferior del ventil 18 pasaría a ser la más adinerada del ventil 19 si su ingreso per cápita
aumenta en Bs. 421.349.

Por lo demás, este trabajo también muestra otros hallazgos que son bastante interesantes
desde el punto de vista distributivo y de los cuales serán comentados los más significativos
por motivo de espacio. Uno de ellos reside en el hecho que las tres fuentes de ingresos
más importantes según la ENPF son los sueldos y salarios (59,3 por ciento del ingreso
total), ingresos mixtos (18,3 por ciento) y transferencias en dinero provenientes de otros


                                            -3-
hogares o del gobierno (13,9 por ciento). Un dato curioso es que la pobreza es
aparentemente menor cuando se miden todos los ingresos. En este sentido, se observa
que sólo 7,9 por ciento de las personas estarían en situación de pobreza extrema;
mientras que el porcentaje de pobres no extremos sería de 24,1 por ciento. Finalmente,
también presenciamos una importante concentración geográfica del ingreso nacional, lo
que se manifiesta en el resultado de que el Área Metropolitana de Caracas y las ciudades
grandes tienen una participación en el ingreso nacional mayor que su participación en la
población total del país.

Como es característico en este tipo de estudios, se comentan los indicadores de
desigualdad calculados a partir de los datos de la ENPF de 2005 en la sección V. Los
indicadores que se calculan son el conocido índice de Gini y los indicadores basados en la
teoría de la entropía: la desviación media de los logaritmos, el índice de Theil y el
coeficiente de variación. Con relación a este tema, los hallazgos de este estudio parecen
confirmar los resultados de estudios anteriores (Ortega, 2003; Urdaneta de Ferrán, 2001).
De manera específica, los indicadores aquí calculados ponen a Venezuela en un nivel
medio de desigualdad con relación a otros países de América Latina pero a un nivel más
alto que otros países, tales como muchos de los miembros de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Asimismo, encontramos que la
desigualdad es una característica omnipresente en todos los dominios y se explica sólo en
un 10 por ciento por las diferencias en el ingreso per cápita promedio entre los dominios.

Finalmente, se presentan las conclusiones y recomendaciones de este trabajo en la
sección VI.



II.- Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares

Antes de comenzar a mostrar los resultados, es conveniente describir la fuente de los
datos que se utilizan en este estudio, esto es, la Encuesta Nacional de Presupuestos
Familiares de 2005 (ENPF 2005). La misma, es una investigación dirigida a los hogares
para obtener información sobre su nivel y composición de egresos e ingresos, así como las
características asociadas a las viviendas, los hogares y los miembros de los mismos. Esta
encuesta tiene múltiples objetivos, incluyendo el que se encuentra más relacionado con
nuestro propósito; a saber, conocer las condiciones socioeconómicas de los hogares



                                           -4-
venezolanos. En este sentido, la información contenida en las bases de datos de la ENPF
2005 es la más conveniente para hacer estudios sobre la distribución del ingreso, como
veremos a continuación.

El diseño de la muestra de la ENPF 2005 consiste en un muestreo probabilístico
estratificado bifásico, donde las unidades primarias de muestreo son los lotes4. Estos se
definen como grupos constituidos por aproximadamente quince viviendas; aunque su
número puede variar dependiendo de la densidad poblacional de la zona a visitar. Para el
proceso de selección se agrupó a todas las viviendas que fueron registradas en el XII
Censo Nacional de Población y Vivienda 2001 por lotes. El muestreo consistió, en una
primera etapa, en seleccionar lotes de manera independiente dentro de cada estrato de
forma sistemática. La probabilidad de selección de cada lote fue proporcional al número
de viviendas de uso residencial ocupadas en el mismo. Seguidamente, en la segunda
etapa del muestreo, se escogieron aleatoriamente entre tres y cinco viviendas dentro de
cada lote para realizar la entrevista.

El tamaño teórico de la muestra de la ENPF 2005 fue escogido para generar resultados
representativos a nivel nacional y de cinco dominios de estudio, que se definen de acuerdo
al tamaño del centro poblado. Para una información más específica sobre las
características de los dominios, véase el cuadro 1. El número de viviendas seleccionadas
inicialmente fue de 9.210 viviendas, sin embargo, el número de las que fueron
efectivamente entrevistadas fue 8.278. Esto representa una tasa de no respuesta de 10,6
por ciento. Una de las razones de esta baja tasa de no respuesta radica en la estrategia de
sustituir aquellas viviendas donde no se pudo realizar el contacto con sus habitantes, por
otras ubicadas dentro del mismo lote y que fueron escogidas previamente por el
muestrista. El número de viviendas entrevistadas por dominio se presenta en el cuadro 1.
Los hogares fueron entrevistados entre noviembre de 2004 y noviembre de 2005, es decir,
en un período que comprende 56 semanas.



4
 En el muestreo probabilístico o con probabilidades proporcionales al tamaño, cada elemento de la muestra
puede tener una probabilidad distinta de ser seleccionado. Una muestra es estratificada cuando la población es
previamente dividida en grupos de tal modo que cada elemento de la misma quede en uno y sólo uno de los
grupos. En este caso, la selección de la muestra se hace por estrato. En el caso de la ENPF 2005 se le agrega
un tercer elemento y es que el muestreo también se hace por conglomerado, lo que quiere decir que cada
unidad de muestra es una colección de elementos, en este caso de viviendas, que para fines de esta encuesta se
denominan lotes.


                                                    -5-
Luego de recopilada la información, se calculó un conjunto de factores de expansión o
pesos muestrales de manera independiente para las viviendas, los hogares y las personas.
Estos factores permiten ajustar el número de unidades muestrales al total nacional
proyectado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para mediados de 2005. En
términos conceptuales, estos factores de expansión representan el inverso de la
probabilidad de que la unidad muestral sea seleccionada. Otra interpretación es que este
peso es el número de unidades de la población representadas por la unidad muestral.
Todas las estimaciones se hicieron ponderando cada observación por su respectivo factor
de expansión; de no hacerlo, estas estimaciones podrían presentar algún tipo de sesgo.

La información de la encuesta fue levantada a través de nueve cuestionarios. En el
primero se recogieron las características de las unidades básicas de muestreo. En el
segundo cuestionario se recolectó la información relativa a las condiciones de la vivienda.
Por su parte, las características tanto del hogar como de las personas fueron preguntadas
en el tercer cuestionario. Los cuestionarios del cuarto al séptimo recopilaron los datos
relacionados a los diferentes tipos de gastos; mientras que el octavo cuestionario recogió
la información sobre los ingresos, exceptuando los ingresos mixtos que fueron calculados
a partir de información recopilada en el noveno cuestionario.

La ventaja principal de usar para nuestro estudio los datos provenientes de la ENPF 2005
reside, precisamente, en el hecho de que no hay en Venezuela ninguna otra encuesta que
tenga este nivel de detalle en términos de ingresos. En efecto, en el cuestionario 8 se
recoge información sobre los ingresos monetarios y no monetarios: sueldos y salarios,
transferencias, otros ingresos, ingresos ocasionales e ingresos provenientes del exterior;
siendo posible obtener información detallada de cada una de estas categorías.
Adicionalmente, el noveno cuestionario permite calcular los ingresos mixtos a partir de
información general recopilada sobre los negocios de los trabajadores independientes,
micronegocios y fincas agrícolas. Por ejemplo, a aquellas personas que se dedican a
actividades no agrícolas se les preguntó cuánto fue el valor de sus ventas, dejando que el
entrevistado escogiera el período de referencia, el cual no podía ser mayor a un año.
Asimismo, los costos fueron calculados a partir de la información proporcionada por los
hogares; a modo ilustrativo, cabe mencionar que a este tipo de negocios se les inquirió
sobre los sueldos y salarios básicos y de otro tipo pagados a cada trabajador, con lo cual




                                           -6-
se determinó la remuneración de los mismos. Finalmente, los ingresos mixtos de las
personas se calcularon como la diferencia entre ingresos y costos.

Sería conveniente, antes de continuar, hacer una breve comparación entre la ENPF 2005 y
la otra fuente primaria de medición de los ingresos de los hogares en Venezuela, a saber
la EHPM, con la cual se realizan las estimaciones oficiales de pobreza5. Como veremos más
adelante, los resultados de pobreza obtenidos en este trabajo no coinciden con las
estimaciones oficiales. Por lo importante del tema, se considera necesario señalar las
posibles fuentes de diferencia, que en este caso se resumen fundamentalmente en dos.
Primero, la EHPM le pregunta al informante6 cuánto ganaron las personas ocupadas del
hogar el mes anterior a la entrevista, lo que no incluye los ingresos que se reciben con
una frecuencia distinta a la mensual, los cuales sí están recogidos en la ENPF 2005.
Segundo, la pregunta que se utiliza para indagar sobre los otros ingresos en la EHPM tiene
una complejidad que no presenta el módulo de ingresos de la ENPF 2005, descontando
que tampoco toma en cuenta los ingresos con periodicidad distinta a la mensual. Por estas
razones, no debe sorprender que los ingresos de los hogares en la EHPM sean menores
que en la ENPF y, por ende, la pobreza medida con la primera sea menor que en la
segunda.



III.- Breve marco conceptual para el análisis de la distribución del ingreso

El ingreso es una variable importante en la determinación del bienestar de las personas
puesto que les permite adquirir bienes que brindan satisfacción. En este sentido, la
caracterización de cómo el ingreso se distribuye debería formar parte de una batería de
indicadores que permitan evaluar el nivel de bienestar de una sociedad. Esto sentaría las
bases para la compresión de los factores que están detrás de esta distribución y de cómo




5
  El enfoque oficial para medir la pobreza extrema en Venezuela se basa en clasificar a una persona bajo esta
condición cuando el ingreso per cápita mensual del hogar al cual pertenece es inferior al valor de la canasta
alimentaria, la cual incorpora el costo de una cesta integrada por un conjunto de alimentos suficientes para
cubrir los requerimiento calóricos establecidos por el Instituto Nacional de Nutrición. Por su parte, la pobreza
en general se mide de una manera similar, pero usando el valor de la canasta básica, la cual se define como
dos veces el valor de la canasta alimentaria (Instituto Nacional de Estadística).
6
 El informante es el responsable de suministrar la información de la EHPM. Para ser informante es necesario
ser residente habitual del hogar, mayor de 15 años y no ser el servicio doméstico.


                                                     -7-
el Estado puede intervenir para redistribuir los recursos de tal manera que se alcance una
sociedad más equitativa.

El primer paso a dar en el estudio de una distribución del ingreso debe ser el de
determinar qué se va a incluir dentro de éste. En un lenguaje más técnico, se debe
determinar cuál es el concepto de ingreso que se va a utilizar. Existen varios ejemplos en
este sentido, a saber: el ingreso factorial, el ingreso total y el ingreso disponible, entre
otros. El concepto empleado en nuestro caso es el de ingreso total, compuesto por el
ingreso factorial, es decir la suma de los ingresos laborales y los ingresos generados por
los activos, y las transferencias. Dentro del ingreso laboral se incluye, a su vez, los
ingresos salariales y los ingresos mixtos. Los ingresos salariales monetarios fueron
calculados sumando los sueldos y salarios, las contribuciones de los patronos a la
seguridad social, los tiques de alimentación, algunos beneficios sociales monetarios
otorgados por las empresas, los ingresos salariales obtenidos del exterior y los ingresos
que se reciben con una periodicidad distinta a la mensual (aguinaldos, utilidades, bono
vacacional, etc.). Estos últimos fueron mensualizados para uniformar el período de
referencia7.

Por su parte, la renta mixta es la remuneración del trabajo independiente y se obtiene
deduciendo al total de ingresos bruto de esta actividad, los costos totales. Los primeros se
obtienen principalmente de las ventas de lo producido, añadiendo otros ingresos
posiblemente generados por la actividad independiente; mientras que los costos incluyen
las remuneraciones de los trabajadores, los pagos por servicio y alquiler, la compra de los
insumos, herramientas menores, entre otros. Un aspecto que hay que tener en cuenta a la
hora del análisis es que no hay uniformidad en la periodicidad de los ingresos y costos, ni
entre los individuos de la encuesta, ni tampoco dentro de la información suministrada por
estos. En todas las ocasiones se le dio la opción al encuestado para que indicara los ciclos
de ventas y compras de su actividad productiva, por lo que se podían encontrar casos de
personas dedicadas a la actividad agrícola que reportaron ingresos trimestrales, cuando



7
  Las recomendaciones internacionales establecen que el análisis de la distribución del ingreso debe hacerse
sobre el ingreso anual. Sin embargo, en este trabajo se prefiere expresar todo en ingreso mensual para facilitar
la compresión de las cifras por parte del lector. En Venezuela, las comparaciones de ingresos se hace la mayor
parte de las veces en términos de lo que se percibe mensualmente; no como en otros países donde se hace de
manera anual.


                                                     -8-
otras lo hicieron de manera semestral. A fines de hacer los ingresos comparables, estos se
reexpresaron con una periodicidad mensual.

Para finalizar con los ingresos factoriales, se calcularon también los generados por la
tenencia de activos. Nuevamente, hay que hacer aquí la distinción entre aquellos que se
reciben mensualmente y los que se perciben con otra periodicidad. Entre los primeros
encontramos: los intereses bancarios o por préstamo, intereses por bonos y otros títulos,
alquiler de inmuebles, alquiler de tierras y alquiler de vehículos. Entre los segundos
tenemos: los dividendos por acciones y los alquileres de activos en el exterior.

En el caso de los ingresos por transferencia, el estudio incorpora no sólo aquellas que se
reciben de la acción del gobierno o de los derechos laborales, sino también las que
ocurren entre los hogares. Para las primeras, se incluyen las jubilaciones (privadas,
públicas y del seguro social), las ayudas periódicas y becas en dinero de instituciones
públicas, así como, las ayudas y becas-trabajo recibidas por su participación en las
Misiones educativas8. Dentro de las segundas, se encuentran los regalos en dinero
recibidos periódicamente de otros hogares y las ventas de bienes usados.

En este estudio, se incluyeron también los ingresos en especies, los cuales pueden estar
referidos a ingresos laborales recibidos en bienes y/o servicios (alimentación, transporte,
vivienda, etc.) o provenientes de instituciones públicas o de otros hogares. Es importante
resaltar que para esta etapa no se dedujeron del ingreso de los hogares las transferencias
dadas a otros hogares. La consecuencia de esta omisión es una sobreestimación de la
desigualdad en la distribución del ingreso venezolano.

El segundo paso en cualquier estudio de la distribución del ingreso consiste en definir
tanto la unidad de observación como la unidad de análisis. En el presente trabajo, la
unidad de observación desde el punto de vista de los ingresos es el hogar. Sin embargo,
es necesario realizar un ajuste al ingreso reportado por éste a fin de considerar las

8
  A partir de 2003, el gobierno venezolano comenzó a implementar un conjunto de programas sociales en
diversas áreas (educativas, formación para el trabajo, salud, etc.), caracterizados por ser administrados fuera
del aparato burocrático tradicional y tener como meta importante la participación y organización de los
ciudadanos beneficiados en la resolución de sus problemas. Como estos programas involucran tanto al
gobierno como a los beneficiarios, se adoptó el nombre de Misiones para no darles una connotación
asistencialista, sino participativa. El propósito de las Misiones educativas ha sido el de proporcionar
educación a los grupos de la población que habían quedado por fuera del sistema formal. En este sentido, se
crearon las Misiones Robinson I y II (alfabetismo y educación básica), Ribas (educación media y
diversificada) y Sucre (educación superior). Asimismo, la Misión concerniente a la formación para el trabajo
fue denominada Vuelvan Caras.


                                                    -9-
diferencias en las necesidades que surgen del hecho de que los hogares tienen distintos
tamaños; aún cuando, muchos de los ingresos mencionados anteriormente no pueden ser
fácilmente asignados a un miembro específico del hogar. El ajuste que aquí aplicamos es
el de dividir el ingreso del hogar por el número de sus miembros, del cual obtenemos el
ingreso per cápita. Se suprime del análisis cualquier otra consideración acerca de la
incorporación de otras características de los hogares. Por ejemplo, no se aprecian las
economías de escala que surgen del hecho de vivir juntos, tal como lo sugieren diversos
estudios9. En este sentido, a pesar de que la información proviene de los hogares, los
cálculos y estimaciones se hacen a partir de las personas en su mayor parte, es decir,
asignándole a cada miembro del hogar el ingreso per cápita del mismo.

Luego de definido tanto el concepto de ingreso a utilizar como las unidades de
observación y análisis, es necesario reseñar el marco conceptual que nos permita
caracterizar la distribución del ingreso. Uno de los enfoques para realizar dicho análisis
surge de la ciencia estadística, a través de la analogía que puede establecerse entre la
función de distribución de una variable aleatoria y la distribución del ingreso. Esto es, la
distribución del ingreso puede ser vista como una distribución de probabilidad donde la
variable aleatoria sería el ingreso y la función vendría determinada por las fracciones de la
población que perciben dichos ingresos.

Una manera de caracterizar estas distribuciones es a través de los cuantiles10, los cuales
son valores del ingreso que permiten dividir en grupos de igual tamaño a una población
que ha sido previamente ordenada de manera ascendente según la variable de interés.
Matemáticamente, los cuantiles se pueden calcular como (Cowell, 2000)

                                      Q(F ; q ) = inf {x | F ( x ) ≥ q} = xq ,

donde x es un elemento de la lista de ingresos ordenada de manera ascendente, F(x) es la
representación funcional de la distribución del ingreso y q es un número entre 0 y 1 que
determina en qué parte de la distribución se quiere hacer el corte. Un ejemplo de cuantiles
son los cuartiles, los cuales dividen a la población en cuatro estratos de ingresos. En el
primer cuartil están los que tienen los ingresos per cápita más bajos; este ingreso
asciende por cuartil hasta llegar al último donde están los hogares/personas que perciben

9
    Ver (Coulter, Cowell, and Jenkins 1992, p77(48)).
10
     Del inglés “quantile”.

                                                        - 10 -
mayores ingresos. Con relación a la fórmula matemática presentada anteriormente, q =
0,25 separaría al primer cuartil del segundo, q= 0,50 lo haría para el segundo y tercer
cuartil y q = 0,75 dividiría el tercer cuartil del cuarto. Para este estudio usaremos los
siguientes cuantiles —colocando entre paréntesis el número de grupos en los cuales la
población es dividida— : ventiles (20), deciles (10), quintiles (5) y cuartiles (4).



IV.- Análisis de la distribución del ingreso



Análisis de la distribución del ingreso a nivel nacional

Se inicia el análisis con el cálculo de los ventiles de ingresos totales por hogares. Las
características más relevantes de la distribución correspondiente se observan en el gráfico
1, en donde se muestran los promedios de los ingresos de los hogares pertenecientes a
cada ventil, así como el ingreso promedio nacional. La comparación de este promedio con
el ingreso mediano11 permite afirmar que la distribución del ingreso por hogares es
bastante asimétrica en Venezuela; en otras palabras, muchos ganan relativamente poco y
pocos ganan relativamente mucho. En términos numéricos, el valor de la mediana del
ingreso por hogar a nivel nacional está cerca de Bs. 907.796, en tanto que el ingreso
promedio por hogar es de Bs. 1.389.384. El hecho de que el ingreso mediano sea
significativamente inferior al promedio está vinculado con que aproximadamente un 70 por
ciento de los hogares percibe ingresos inferiores al promedio nacional. Otra forma de ver
la asimetría es a través del diferencial entre el ventil 19 y el ventil 2, el cual nos dice que
el primero tiene, en promedio, un ingreso siete veces mayor que el segundo.

Pese a que este análisis hace patente el alto grado de desigualdad existente entre los
hogares, es necesario tener presente que el mismo resulta insuficiente dado que no
considera los diferentes tamaños de hogar existentes. En este sentido, el gráfico 2
muestra que el número de personas que componen los hogares venezolanos aumenta a
medida que se incrementa el ingreso del hogar en los seis ventiles más bajos. Los hogares
del primer ventil están compuestos en promedio de 2,5 personas, en tanto que los
hogares que se encuentran del sexto ventil en adelante tienen en promedio 5 miembros.
Hay que recordar que la evaluación del bienestar de los miembros de estos hogares es

11
     Tomamos como aproximación de la mediana, el promedio del ventil 10.

                                                   - 11 -
incompleta si no tomamos en cuenta que las necesidades de dos hogares con ingresos
similares son muy distintas cuando la cantidad de miembros entre ambos difiere. Esta
diferencia entre el número de personas que componen los hogares, justifica la necesidad
—tal como fue mencionado anteriormente— de trabajar con una medida de ingreso
equivalente, que en nuestro caso es el ingreso per cápita.

Luego de calculado el ingreso per cápita, queda por decidir si nos enfocaremos en la
distribución del ingreso per cápita por hogar o, por el contrario, estudiaremos la
distribución de este ingreso a nivel personal, esto es, si nuestra unidad análisis vendrá
dada por el hogar o la persona. Esta escogencia es importante porque nuestra visión de la
desigualdad depende de cuál de estas dos distribuciones se escoja (Cowell, 1984). Se
adoptará en este estudio una visión individualista del bienestar, es decir, centraremos el
análisis en las personas12.

Las características de la distribución de los ingresos per cápita por persona se observan en
el gráfico 3, en donde se muestran los promedios de dichos ingresos correspondientes a
cada ventil, así como el promedio nacional. El ingreso por persona fue obtenido
asignándole a cada individuo en la muestra el ingreso per cápita del hogar del cual es
miembro; seguidamente, se estimaron los ventiles usando la distribución de personas por
ingreso per cápita. Es importante señalar que en el presente estudio, al menos que se
indique lo contrario, los cuantiles se referirán a los obtenidos usando esta distribución. Así
pues, de forma similar a como sucedía en la distribución de los ingresos por hogares, se
puede apreciar que se trata de una distribución asimétrica, en donde el ingreso per cápita
mediano (Bs. 194.778) es significativamente inferior al ingreso medio (Bs. 323.605).

Otra evidencia de la desigualdad en Venezuela viene dada por las diferencias existentes en
los rangos de ingreso por ventiles a lo largo de la distribución; en este sentido, el gráfico 4
muestra los ingresos por persona mínimos y máximos correspondientes a cada ventil.
Como puede apreciarse, la diferencia entre ambos extremos es pequeña en el caso de los
ventiles bajos y medios, ampliándose significativamente para los últimos ventiles. A modo
de ejemplo, vale la pena señalar que una persona que pase del límite inferior del ventil 2
al límite superior del ventil 3 experimenta una mejora en su ingreso mensual de
aproximadamente Bs. 36.920, en tanto que otra que pase del ingreso mínimo del ventil 18

12
  La igualación de los ingresos de los hogares favorece, en términos del nivel de vida, a los hogares más
pequeños. Por el contrario, cuando esta igualación ocurre en los ingresos per cápita de las personas, los
hogares favorecidos serán los más grandes (Ebert 1997, 233-244).

                                                 - 12 -
al máximo del ventil 19 aumenta su ingreso mensual en cerca de Bs. 421.349. Ello es
indicador de la escasa mejora que supone pasar a un ventil superior cuando se está en un
estrato de ingreso bajo, así como de la mayor dispersión existente en términos de ingreso
en los estratos altos.

Dado que el estudio de una distribución del ingreso particular no aporta mucho más
elementos que los mencionados hasta ahora si no se tiene algún referente, se considera
conveniente comparar la distribución del ingreso de 2005 con la de 1997, año en que se
realizó la última ENPF. Con este fin, se calculan las variaciones reales de los ingresos
promedio por persona, a nivel nacional y por ventiles entre estos años, las cuales se
muestran en el gráfico 5. Las cifras en términos nominales para el primer año fueron
obtenidas de (Urdaneta de Ferrán, 2001), mientras que las cifras para el segundo año
corresponden a las presentadas en el gráfico 3. El cotejo se realizó llevando a precios de
1997 los ingresos promedio por persona correspondientes al año 2005, deflactándolos con
el promedio anual del Índice de Precios al Consumidor del Área Metropolitana de Caracas,
publicado por el Banco Central de Venezuela.

Así pues, en el gráfico 5 es posible observar que el ingreso per cápita nacional
experimentó en 2005 una desmejora en términos reales de 2,3 por ciento con respecto a
1997, comportamiento similar al exhibido por los ingresos promedio de la mayoría de los
ventiles. Cabe señalar que el Producto Interno Bruto per cápita registrado en 2005 es
menor en 5 por ciento al de 1997 (Ministerio del Poder Popular para la Planificación y el
Desarrollo, 2007). Dado que éste es una medida del ingreso nacional, no debe sorprender
la caída del ingreso per cápita medio en términos reales obtenida de la ENPF 1997 y la de
2005. Adicionalmente, el gráfico revela que los ventiles bajos observaron en promedio una
disminución mayor del ingreso per cápita real que los ventiles de ingresos altos, lo que se
aprecia mejor al calcular el promedio de la variación real para los primeros diez ventiles (-
5,2 por ciento) y compararlo con el promedio de los restantes diez ventiles (-1,4 por
ciento). En consecuencia, pareciera que las diferencias existentes en materia de ingresos
entre los diversos estratos se incrementaron entre 1997 y 2005.

Un aspecto importante del análisis de la distribución del ingreso viene dado por la
determinación de la fuente del mismo, lo cual se denomina distribución factorial. En este
sentido, la composición de los ingresos totales por origen se muestra en el gráfico 6. En el
mismo se puede apreciar que los sueldos y salarios (categoría que comprende no sólo los


                                           - 13 -
sueldos y salarios básicos sino también todos aquellos ingresos que forman parte de la
remuneración del trabajo asalariado, tales como: bonos, pagos por horas extras,
comisiones, contribuciones de los patronos a la seguridad social y beneficios sociales
otorgados por las empresas, entre otros) constituyen el ingreso de mayor importancia, con
una participación de 59,3 por ciento; seguidos por el ingreso mixto (concepto que se
utiliza en aquellos casos en los que no se puede distinguir la parte del ingreso que
remunera el trabajo de aquella otra que remunera el capital), que representa 18,3 por
ciento de los ingresos totales de los hogares. En tercer lugar en importancia, se
encuentran las transferencias en dinero (categoría que incluye los ingresos por:
jubilaciones, pensiones del seguro social, ayudas y becas, Misiones educativas,
transferencias de dinero entre hogares y ventas de bienes durables, entre otras), las
cuales alcanzan una participación de 13,9 por ciento. En contraposición, destaca la escasa
importancia relativa de los ingresos del capital (categoría que engloba a los alquileres
recibidos, los intereses, dividendos y el alquiler de tierras y terrenos), los cuales ascienden
a tan sólo 2 por ciento de los ingresos totales, participación que sin embargo pudiera estar
siendo subestimada dado que este tipo de ingreso se encuentra altamente concentrado, al
estar en poder de un reducido número de personas, razón por la cual la probabilidad de
que sean escogidos en la muestra es muy baja. Adicionalmente, se presenta el problema
de que son los estratos más altos los más renuentes a compartir la información de sus
ingresos. Por último, cabe destacar que los ingresos y las transferencias en especie
representan conjuntamente tan sólo 6,4 por ciento del ingreso total.

El gráfico 7 muestra para cada uno de los quintiles, la composición de los ingresos
monetarios por origen, lo cual nos permite visualizar la fuente de los mismos para los
diversos grupos. En el mismo se aprecia cómo la importancia relativa de los diferentes
tipos de ingreso varía según el estrato. En este sentido, destaca que los sueldos y salarios
—pese a ser el componente de mayor importancia para todos los niveles de ingreso—
tienen mayor peso en los estratos altos (64,1 por ciento del ingreso monetario del quinto
quintil), que en los estratos bajos (58 por ciento del ingreso monetario del primer quintil).
En contraste, el ingreso mixto alcanza participaciones más altas en los quintiles más bajos
(21,3 por ciento de los ingresos monetarios del quintil más bajo), que en los más altos
(18,9 por ciento del ingreso monetario del último quintil). Estos dos hechos reflejan la
menor incidencia que tiene el empleo formal en los grupos de la población que tienen
menores ingresos.

                                            - 14 -
Asimismo, se puede apreciar que el quintil más pobre obtiene una importante parte de sus
ingresos de las transferencias que provienen de otros hogares y del gobierno, es decir, de
las otras transferencias monetarias (18,5 por ciento del ingreso monetario en el primer
quintil contra 6,7 por ciento en el quinto quintil). En contraposición, puede observarse que
transferencias tales como las jubilaciones y las pensiones del seguro social tienen mayor
importancia relativa en los quintiles de altos ingresos, destacándose la participación
especialmente reducida que presentan en el 20% más pobre de la población (1 por ciento
de su ingreso monetario). En parte, esto es consecuencia de que los quintiles más bajos
tienen una población más joven que los quintiles más altos, aunque también refleja la
menor incidencia de la protección social en los primeros.

Ahora bien, hasta el momento la descripción de la distribución del ingreso en Venezuela se
ha hecho asignándole a cada persona el ingreso per cápita del hogar al cual pertenece. A
pesar de que esta estrategia nos permite evaluar el nivel de bienestar del hogar, y por
ende de la persona, no nos dice mucho acerca de la capacidad que tiene ésta de generar
ingresos para el hogar. En consecuencia, se considera conveniente evaluar esta capacidad
a través del concepto de “perceptor”, entendido como la persona que genera un
determinado tipo de ingreso. En este sentido, las características de la distribución del
ingreso salarial mensual por perceptor pueden verse en el gráfico 8, en donde se
muestran los promedios por ventiles tanto de los sueldos y salarios básicos como de los
ingresos salariales totales. Los ingresos por trabajo asalariado que son pagados con una
frecuencia distinta a la mensual y que fueron registrados como ingreso anual fueron
mensualizados dividiéndolos entre doce. Adicionalmente, el gráfico provee información
acerca de los respectivos promedios nacionales.

Como puede apreciarse, la estructura presentada en el gráfico 8 es similar a la observada
previamente en el caso de los ingresos totales per cápita. Nuevamente el salario mediano
total (Bs. 519.869) es significativamente inferior a la media nacional (Bs. 802.911) y sólo
los perceptores de los últimos cuatro ventiles perciben ingresos salariales superiores al
salario medio, en tanto que las diferencias en los salarios promedios por ventiles son
pequeñas en los estratos bajos y medios, y se hacen mayores para los ventiles más altos.
Llama la atención que la comparación de la distribución de los sueldos y salarios básicos
con la correspondiente a los ingresos salariales totales, revela que los otros componentes
del ingreso salarial tienen mayor importancia en los estratos con mayor nivel de ingreso,


                                           - 15 -
como lo evidencia la creciente brecha que se observa entre ambas distribuciones a medida
que nos desplazamos hacia los ventiles más altos. Ello hace que la inclusión de estos
beneficios laborales haga la distribución salarial incluso más desigual. Por otro lado, es
importante mencionar que el salario básico promedio nacional obtenido de la ENPF (Bs.
545.679) equivale a aproximadamente 1,4 veces el salario mínimo del año 2005.

La distribución del ingreso mixto por perceptor se presenta en el gráfico 9, en donde se
muestran tantos los promedios por ventil como el ingreso mixto promedio a nivel nacional.
Como puede observarse, en este caso nos encontramos también frente a una distribución
asimétrica, en donde sólo los perceptores de ingreso mixto de los últimos 4 ventiles se
encuentran por encima del promedio nacional (Bs. 551.414), el cual, por cierto, resultó
similar al salario básico promedio. Cabe destacar que en el ingreso mixto se incluye una
parte que remunera al capital invertido por el trabajador por cuenta propia, lo cual hace
que este ingreso no sea directamente comparable al salario.

Por su parte, el gráfico 10 muestra -por ventiles y quintiles- el número de personas
(becarios) que recibieron ingresos bien por asistir o por ejercer de facilitadores en las
Misiones educativas. Dado que el ingreso otorgado por persona por concepto de Misiones
fue similar en todo el país (Bs. 173.785), el análisis en esta ocasión se centró en identificar
qué grupos de ingreso fueron más beneficiados con esta política. Como muestra el gráfico
10, los quintiles con el mayor número de becarios fueron el primero (143.484 personas) y
el segundo (129.382 personas); destacándose, sin embargo, el importante número de
beneficiarios pertenecientes al cuarto quintil (118.885 mil personas). Es importante
destacar, que los becarios de los dos primeros quintiles representan 52 por ciento de los
becarios a nivel nacional (520.782 mil personas). Por otro lado, el menor número de
beneficiarios se registró en el quintil más alto de la distribución (42.516 personas). Todo
ello parece indicar que la política logró, en general, llegar a su población objetivo; a pesar
del reducido número de becarios observado en el 5 por ciento más pobre de la población
(sólo 9 por ciento del total del quintil), hecho que podría estar reflejando las dificultades
estructurales que enfrentan los grupos más marginados de la sociedad para acceder a las
ayudas de la política social.

Para finalizar la descripción de los perceptores de ingresos, a continuación nos enfocamos
en aquellos ingresos que se originan en el sistema de seguridad social, a saber, las
jubilaciones y/o pensiones pagadas tanto por las empresas privadas o los organismos y


                                            - 16 -
empresas públicas, como las jubilaciones y pensiones del Seguro Social Obligatorio (SSO).
Tal como se puede ver en el gráfico 11, en el caso de las empresas privadas u organismos
y empresas públicas, se estimó que el número de perceptores totales era de 563.417
personas; mientras que el número de beneficiados por el SSO era de 592.459 personas.
Es importante destacar que esta estimación es bastante inferior al número oficial de
beneficiarios, 819.824 personas para finales del año 2005 (Ministerio del Trabajo, 2006),
lo que indica que nuestra descripción sufre de algunas limitaciones que vienen dadas por
el hecho de que nuestros resultados dependen de una muestra que no fue diseñada con el
propósito de ser representativa de los pensionados y jubilados. Aún así, los datos
proporcionados por la encuesta son aceptables en términos de representatividad13.

Así pues, desde el punto de vista de la distribución, nos encontramos con que la cantidad
de pensionados aumenta en ambos casos con el ingreso. En efecto, observamos que más
de la mitad de los pensionados y/o jubilados se encuentran en el cuarto cuartil; mientras
que menos del 5 por ciento de éstos se encuentran en el primer cuartil. Asimismo, existe
una correlación positiva entre las jubilaciones y/o pensiones por perceptor pagadas por las
empresas y organismos públicos y el ingreso per cápita del hogar. Ello se evidencia en el
hecho de que este tipo de jubilaciones y/o pensiones son en promedio de Bs. 737.106 en
el cuarto cuartil, lo que representa tres veces más de lo que percibe un jubilado y/o
pensionado pagado por su ex patrono en el cuartil inferior. En el caso de las jubilaciones
y/o pensiones pagadas por el SSO, éstas crecen hasta alcanzar un máximo de Bs. 370.000
en los últimos dos cuartiles.

Finalmente, la composición de la población en términos de pobreza es recogida en el
gráfico 12, en donde se muestra a la población venezolana dividida en cuatro grupos:
pobres extremos, pobres, vulnerables y personas cuyo ingreso es superior al promedio
nacional. En dicha clasificación se utilizó la línea de pobreza definida por el Instituto
Nacional de Estadísticas (INE), según la cual se considera pobres extremos a aquellas
personas cuyo ingreso per cápita mensual es inferior al costo por persona de la canasta
alimentaria normativa (Bs. 69.470 para 2005), en tanto que se ubican dentro de la
categoría de pobres aquellas personas cuyo ingreso mensual es superior al costo de la
canasta alimentaria pero inferior al de la canasta básica, definida como dos veces el costo
de la canasta alimentaria (Bs. 138.940 para 2005). Por su parte, la población considerada

13
     El coeficiente de variación del estimado del total de pensionados del SSO es 11,4%.

                                                      - 17 -
vulnerable comprende a aquellas personas con un ingreso per cápita que se encuentra por
encima de la línea de pobreza y por debajo del ingreso promedio nacional (Bs. 323.605),
en tanto que el último grupo está conformado por quienes poseen ingresos mensuales
superiores a la media nacional. Así pues, según estas definiciones, la población venezolana
está constituida por un 7,9 por ciento de personas que se encuentran en pobreza extrema,
esto es, personas que no pueden cubrir ni siquiera sus necesidades alimenticias. En tanto
que un 24,1 por ciento no tiene ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades
básicas, lo cual implica que poco menos de un tercio de la población (32 por ciento) vive
en condiciones de pobreza. Adicionalmente, la asimetría existente en la distribución del
ingreso, reflejada en la importante proporción de la población que percibe ingresos
inferiores a la media nacional, se evidencia, en este caso, en el hecho de que 38,8 por
ciento de la población cae dentro del grupo de “vulnerables”, mientras que sólo un 29,2
por ciento devenga ingresos superiores a la media nacional. Por ventiles, la distribución de
estos grupos es la siguiente: los pobres extremos se ubican exclusivamente en los ventiles
1 y 2, mientras que los pobres entre los ventiles 2 – 7, la población vulnerable está
comprendida entre los ventiles 7 – 15, en tanto que las personas con ingresos superiores
a la media se localizan entre los ventiles 15 - 20.

Por otro lado, el cuadro 3 muestra los indicadores sugeridos por Foster, Creer y Thorbecke
(CEPAL, 2007) para hacer una evaluación más completa de la pobreza. En efecto, además
del índice de recuento o tasa de pobreza, estos autores sugieren medir este problema a
través de la brecha de pobreza normalizada al ingreso per cápita de los hogares, así como
mediante el uso de un índice de severidad dentro de los pobres. El primero nos dirá qué
tan lejos están estos en promedio de la línea de pobreza, mientras que el segundo nos
revelará la heterogeneidad de los pobres en términos de ingresos. En este sentido, los
resultados presentados en el cuadro 3 nos indican que, para 2005, 7,9 por ciento de la
población vivía en una situación de pobreza extrema, 32,0 por ciento estaba en condición
de pobreza y 70,8 por ciento recibía ingresos menores que la media. A modo de referencia
cabe señalar que para el mismo año, 15 y 40 por ciento de la población latinoamericana
vivía en situación de pobreza extrema y pobreza, respectivamente (CEPAL, 2007). Es
llamativo, sin embargo, que la pobreza medida con la ENPF es notablemente inferior a la
tasa de pobreza calculada por la CEPAL para Venezuela, a saber, 16 por ciento en el caso
de la pobreza extrema y 37 por ciento para la pobreza; ello puede tener su origen en el
modo en que se miden los ingresos, tal como se describió en la sección II. Por su parte, el

                                            - 18 -
indicador de la brecha de pobreza sugiere que, basados en los resultados de la ENPF, los
ingresos de los pobres no están muy alejados de la línea de pobreza que les corresponda;
en efecto, los ingresos de estos grupos de la población se encuentran a una distancia
promedio de 2,6 por ciento en el caso de los pobres extremos y de 10,6 por ciento en el
caso de los pobres. Similarmente, el índice de severidad nos sugiere que hay poca
desigualdad a lo interno de la población pobre, al ser dicho índice menor que la brecha de
la pobreza normalizada.



Análisis de la distribución del ingreso por dominios

En esta sección analizamos cómo se encuentra distribuido el ingreso entre y dentro de los
dominios de estudio de la ENPF. Específicamente, nos enfocamos en identificar las
diferencias en materia de ingresos entre las ciudades de distinto tamaño; así como en
abordar algunas de las asimetrías presentes al interior de estas ciudades.

La distribución de la población y de los ingresos totales por dominios se muestra en el
gráfico 13. En el mismo puede observarse que el Área Metropolitana de Caracas y las
ciudades grandes se caracterizan por concentrar un porcentaje de los ingresos totales
mayor al porcentaje de la población nacional que en ellos vive, mientras que las zonas
rurales y las ciudades pequeñas se encuentran en la situación contraria (esto es, con un
porcentaje de la población superior al porcentaje de ingresos que concentran). Por su
parte, sólo en las ciudades medianas se encuentran equiparadas las participaciones en
términos de población y de ingresos.

Producto de lo anterior, las diferencias en los ingresos promedio per cápita entre dominios
son considerables, tal y como puede verse en el gráfico 14. En este sentido, cabe destacar
que el Área Metropolitana de Caracas se caracteriza por ser el dominio que registra el
mayor ingreso promedio por persona (Bs. 527.670), seguida de las ciudades grandes (Bs.
361.698). En tercer lugar se encuentran las ciudades medianas (Bs. 321.129 mil),
mientras que las zonas rurales se distinguen por tener el ingreso promedio por persona
más bajo de todo el país (Bs. 168.500), el cual equivale a aproximadamente un tercio del
correspondiente al Área Metropolitana. Cabe señalar, sin embargo, que para este cálculo
se han considerado sólo los ingresos nominales, lo que implica que no se han tomado en
cuenta las diferencias en los niveles de precios de las canastas de consumo



                                            - 19 -
representativas de los diferentes dominios. En este sentido, es posible imaginarse que los
precios en el Área Metropolitana sean más altos que en el resto del país, especialmente las
ciudades más pequeñas, por lo que al incorporarse este factor pudiera ser que las
comparaciones en términos de niveles de vida no dieran resultados tan dramáticos como
los presentados aquí.

Un patrón similar se observa en los salarios y en el ingreso mixto, tal y como puede
apreciarse en los gráficos 15 y 16, en donde se muestran los salarios e ingresos mixtos
promedio por perceptor correspondientes a cada dominio. En efecto, para ambos tipos de
ingreso, el Área Metropolitana de Caracas resultó ser el dominio que registró el mayor
ingreso promedio por persona, seguido de las ciudades grandes. Por ejemplo, los sueldos
y salarios en el primer dominio fueron en promedio Bs. 1.090.556, mientras que en el
segundo de Bs. 859.408. Con relación a los ingresos mixtos, se tiene que éstos fueron de
Bs. 985.447 y Bs. 608.417 para el primero y segundo dominio, respectivamente. En
contraposición, las zonas rurales siempre se ubicaron en el extremo inferior de la
distribución con Bs. 481.366 para sueldos y salarios, y Bs. 292.905 para ingresos mixtos.
Ello pone de manifiesto no sólo la evidente desigualdad existente entre dominios en
materia de ingresos nominales, sino más aún, la existencia de una posible polarización, en
la medida en que el Área Metropolitana de Caracas y las zonas rurales (los dos polos de la
distribución) constituyen realidades significativamente disímiles entre sí, reflejando, por
tanto, visiones muy distintas de la realidad nacional.

Por su parte, el análisis del número de personas (becarios) que recibieron ingresos por
asistir o servir de facilitadores en las Misiones educativas, revela asimismo las diferencias
existentes entre dominios. En este sentido, el gráfico 17 muestra para cada dominio el
número de personas beneficiadas. Como puede apreciarse, las ciudades pequeñas y las
zonas rurales resultaron ser las que tuvieron un mayor porcentaje de becarios con relación
a su población total, 3,4 y 2,6 por ciento respectivamente; resultado que es consistente
con el hecho de que son éstas las zonas del país que registran los menores ingresos
promedio per cápita. En contraste, el Área Metropolitana de Caracas, región que como
hemos visto se caracteriza por poseer el ingreso promedio más alto a nivel nacional, tuvo
el menor porcentaje de personas beneficiadas, 0,9 por ciento. Todo ello parece indicar que
por dominios la política fue también exitosa en alcanzar a parte de su población objetivo,
más aún si tomamos en cuenta que el promedio de la ayuda (Bs. 173.785) representaba


                                            - 20 -
103 por ciento del ingreso per cápita de las zonas rurales; es decir, el monto de las ayudas
y becas era superior a lo recibido mensualmente en promedio por cada miembro del
hogar.

Finalmente, para concluir el análisis por tipo de ingresos, en el gráfico 18 se presentan
tanto el número de pensionados y jubilados, como los montos de las pensiones por tipo de
organismo que hace el pago. Como podemos ver, este componente de la seguridad social
es un elemento casi característicamente urbano. En efecto, la mitad de los perceptores de
este tipo de ingreso vive en el Área Metropolitana de Caracas y las ciudades grandes, lo
que contrasta con el hecho que 41 por ciento de la población vive en estos dominios. En
tanto que, sólo 6 por ciento de los jubilados vive en las zonas rurales, aún cuando éstas
concentran 13 por ciento de la población. Por otro lado, una característica interesante de
los montos promedios por perceptor, es que las pensiones del SSO son relativamente
uniformes a lo largo de todos los dominios, mientras que en el caso de las pensiones
pagadas por el Estado u organismos privados éstas son mayores en el Área Metropolitana
de Caracas y disminuyen con el tamaño de población del dominio. Esto se puede explicar
por el hecho de que las primeras no son pagadas según el nivel del ingreso que tenía el
trabajador sino conforme a una cantidad fija que determina el Gobierno nacional por
decreto; en cambio, el monto del segundo tipo de pensiones está relacionado con el nivel
de salario que tenía el perceptor al momento de jubilarse, el cual está correlacionado con
los ingresos mostrados en el gráfico 14.

Las características de la distribución de los ingresos por personas a nivel de los dominios
se presentan en el gráfico 19, en donde se muestran los ingresos promedio de los deciles
calculados a partir de la información de cada dominio. Como puede apreciarse, el Área
Metropolitana de Caracas presenta ingresos promedios mayores para todos los deciles,
seguida de las ciudades grandes; en tanto que las zonas rurales poseen los menores
ingresos promedios. Es también relevante que las diferencias existentes entre los deciles
de los dominios son pequeñas en el caso de los estratos bajos y se amplían para los
deciles más altos. Ello refleja no sólo que las diferencias entre dominios son mayores en
los estratos altos, sino también que la desigualdad al interior de aquellos aumenta con el
tamaño del centro poblado representado en el dominio. Con el fin de ilustrar estas
diferencias, vale la pena indicar que una persona que perciba un ingreso per cápita
mensual de Bs. 360.000 se ubicaría en las zonas rurales en el decil 10, en tanto que si


                                           - 21 -
vivera en el Área Metropolitana de Caracas se situaría en el decil 6 de la distribución. Por
otro lado, mientras que en las zonas rurales el ingreso promedio mensual de alguien que
se encuentre en el decil 10 equivale a aproximadamente 15 veces el de otra persona que
se ubique en el decil 1, en el Área Metropolitana de Caracas esta relación asciende a casi
21 veces.

En concordancia con el menor ingreso promedio registrado en las zonas rurales, las
mismas concentran poco menos de un tercio del total de pobres extremos a nivel nacional
(29,8 por ciento), tal y como puede observarse en el gráfico 20; en tanto que el Área
Metropolitana de Caracas exhibe tan sólo 2,7 por ciento de las personas que en el país
viven bajo esta condición. En el resto de los dominios —ciudades grandes, medianas y
pequeñas— la población en pobreza extrema supera levemente el 20 por ciento en cada
caso. Por su parte, el gráfico 21 presenta la distribución por dominios de la población en
condiciones de pobreza. En el mismo puede apreciarse que la mayor concentración de
personas pobres se observa en las ciudades pequeñas (25,9 por ciento) y grandes (24,4
por ciento), seguidas de las zonas rurales (22,6 por ciento). Nuevamente, el Área
Metropolitana de Caracas se distingue por tener la menor proporción de esta población a
nivel nacional (6,1 por ciento). Estos resultados sugieren que la acción pública contra este
mal debe enfocarse en transferir recursos directamente, a través de ayudas, a los hogares
que habitan en las ciudades pequeñas y zonas rurales; o indirectamente, a través de más
y mejores servicios públicos. No obstante, con el fin de obtener mejores medidas de
pobreza en el país, sería conveniente calcular líneas de pobreza que tomen en
consideración los precios efectivamente pagados en los dominios.

Otra forma de ver la profundidad de la pobreza en los distintos dominios es evaluando la
incidencia de ésta en los mismos, tal y como se muestra en el cuadro 4. Dada la
distribución de la pobreza mencionada anteriormente, se puede estimar que las zonas
rurales se caracterizan por ser el dominio que tiene el mayor porcentaje de su población
viviendo en condiciones de pobreza (58,1 por ciento), en tanto que las ciudades pequeñas
y medianas tienen aproximadamente un tercio de su población (32,3 y 32,9 por ciento,
respectivamente). En contraposición, la población pobre del Área Metropolitana de Caracas
asciende a tan sólo 13,6 por ciento. Nuevamente, cualquier acción contra la pobreza
implica necesariamente la definición de políticas específicas dirigidas tanto a las ciudades
pequeñas como a las zonas rurales.


                                           - 22 -
Con relación a la población en condiciones de vulnerabilidad, se observa que son las
ciudades pequeñas y grandes las que agrupan a nivel nacional la mayor proporción de
estas personas (28,5 y 28,2 por ciento respectivamente), tal y como puede apreciarse en
el gráfico 22. En tanto que la región capital y las zonas rurales muestran
aproximadamente 12,1 y 11,3 por ciento, respectivamente.



IV.- Indicadores de desigualdad del ingreso

El análisis de la distribución del ingreso que se realizó anteriormente es complementado
en esta sección con una caracterización de los indicadores de desigualdad calculados a
partir de los datos de la ENPF 2005. En primer lugar, haremos una breve descripción
conceptual que sirva para ubicarnos en el tema; seguidamente, nos concentraremos en los
indicadores calculados a partir de la distribución de ingresos per cápita de los hogares,
antes de estudiar los obtenidos a partir de datos de las personas. Finalmente, aplicaremos
una descomposición a los índices provenientes de la teoría de la información, a fin de
explorar si la desigualdad se puede explicar por las comparaciones entre personas dentro
de los dominios o por comparaciones entre los ingresos per cápita promedio de estos.

Como vimos en las secciones anteriores, uno puede caracterizar la desigualdad a través de
conceptos provenientes de la estadística; esto es, a través de símiles de cómo se
caracterizan las distribuciones de probabilidades. Uno de estos elementos caracterizadores
es la dispersión o el grado de variación de los datos. En este sentido, una medida clásica
de dispersión es la varianza, o la raíz cuadrada de la misma – desviación estándar—cuya
                      N

                     ∑ (y       − y)
                                       2
                            i
fórmula es σ =       i =1                  14
                                                . Al fijarse en esta fórmula, uno puede darse cuenta que la
                            N
desviación estándar está basada en comparaciones del nivel de ingresos de cada unidad
de análisis –sean estos hogares o personas—con el ingreso medio. Esto nos plantea una
deficiencia que tienen las medidas de dispersión como indicadores de desigualdad, al no
incorporar comparaciones interpersonales, las cuales son muy importantes dentro de este
análisis. Asimismo, las medidas de dispersión tampoco satisfacen ciertas propiedades
consideradas convenientes, que describiremos posteriormente.

14
  En este caso nos estamos refiriendo a la fórmula de la desviación estándar de la población, lo que explica
que el denominador sea N y no N - 1.

                                                          - 23 -
Es importante destacar dos aspectos conceptuales con relación a las medidas de
desigualdad. En primer lugar, no se ha hecho la distinción entre desigualdad y
concentración, entre otras razones, porque la literatura no parece hacerla y las trata como
sinónimos. O lo que es lo mismo, si una sociedad es desigual es porque ella misma tiene
unos pocos miembros que concentran un alto porcentaje de los ingresos. Para ser
consistentes en el uso de los conceptos nos referiremos a lo largo de esta sección a los
indicadores de desigualdad, alertando al lector que en otras ocasiones también se les
denomina indicadores de concentración. En segundo lugar, la desigualdad se mide de
manera ordinal; dicho de otro modo, los números que nos arrojen los indicadores nos
permitirán decir si la distribución del ingreso de una población es menos o más desigual
que la distribución de otra población. Sin embargo, no se podrá establecer en qué grado lo
es.

Como se mencionó anteriormente, existe en la literatura una serie de propiedades que se
considera deseable que cumplan los indicadores de desigualdad y cuya escogencia
dependerá de los propósitos que tenga el o la analista. En este estudio nos interesamos en
tres de estas propiedades, a saber: el de anonimato, el de transferencia y el de
descomposición aditiva. La primera propiedad estipula que lo único que nos preocupa de
las personas es su nivel de ingresos per cápita y no otra clase de información. Bajo esta
propiedad, sucede, pues, que la desigualdad no cambia si a una persona de bajos ingresos
le damos los ingresos de una persona que se encuentra en la parte más alta de la
distribución y viceversa.

La segunda propiedad —el principio de transferencia— plantea que al ordenarse los
ingresos de mayor a menor, lo cual se describe por un vector de ingresos (y1,…, yi,…,
yj,…,yn) donde y1 ≤ yi ≤ yj ≤yn; uno desearía que la medida de la desigualdad aumentara si
se transfiriese parte del ingreso de una persona pobre a una más adinerada, o en otras
palabras, dado un 0<δ<yi se obtuviera la siguiente distribución (y1,…, yi-δ,…, yj+δ,…,yn).
Finalmente, la tercera propiedad —denominada descomposición aditiva— consiste en
obtener el indicador de desigualdad como la suma ponderada de los indicadores de cada
subconjunto, una vez que se ha realizado una determinada partición a la población. En
este caso, las ponderaciones deben ser proporcionales a la participación que tiene cada
uno de estos subconjuntos dentro de la población total.




                                          - 24 -
Un concepto útil para la descripción del grado de desigualdad es la curva de Lorenz, para
cuya elaboración partimos nuevamente por ordenar de manera ascendente a todas las
personas de acuerdo a su nivel de ingreso per cápita. En este sentido, la curva de Lorenz
se puede obtener usando la siguiente formula,

                                                         nq

                                                         ∑y
                                                         i =1
                                                                i

                                                                    nq
                                               L(q ) =                   ,
                                                                y

donde yi son los ingresos de la persona i, nq es el tamaño de la población correspondiente
a la fracción q∈(0, 1) de la misma y y es el ingreso medio. De manera más intuitiva, lo

que calculamos de esta forma es la proporción del ingreso total que le corresponde a cada
proporción de la población cuando ésta se ordena de manera ascendente según su nivel
de ingresos. O de otra manera, el tanto % del ingreso total que le corresponde al tanto %
de la población con menores ingresos15. Se dice que una distribución A genera más
bienestar social que otra B, si la curva de Lorenz de A está por encima de la de B para
todas las proporciones de la población, asumiendo que la función de bienestar social es de
forma separable aditivamente16. Esta relación se denomina dominancia de segundo orden.

Una medida que permite hacer comparaciones para establecer dicha dominancia es el
índice de Gini, el cual está directamente relacionado con la curva de Lorenz. Este índice,
que ha sido ampliamente utilizado, corresponde conceptualmente al área entre la línea de
la curva de Lorenz y la línea de 45° o línea de ingresos igualitarios17. El índice de Gini
puede ser calculado también usando la fórmula



15
   Se denomina curva de Lorenz al gráfico de ejes cartesianos donde el porcentaje de la población con
menores ingresos, q, se usa como coordenada x y el porcentaje de ingresos de ese porcentaje, L, se coloca en
el eje y.
16
     Se dice que una función de bienestar social es separable aditivamente si se puede escribir como:
                                              W (F ) = ∫ u ( x ) dF( x ) ,
donde u es una función de evaluación de los ingresos individuales y F denota la distribución empírica de los
ingresos.
17
   Si la distribución del ingreso fuera completamente igualitaria, a cada fracción de la población q le
correspondería una fracción del ingreso q. En consecuencia, la distribución igualitaria pudiera representarse
como L = q, cuya pendiente es uno, lo que corresponde a una línea que parte del origen y que genera un
ángulo de 45° con el eje de las abscisas.


                                                       - 25 -
1 n n
                                              G=          ∑∑ yi − y j ,
                                                   2n 2 y i =1 j =1

lo cual hace de este indicador un promedio de las diferencias absolutas que surge de
comparar el ingreso de cada miembro de la población con todos los demás, diferencias
que son normalizadas por la media de los ingresos. Si todos recibieran el mismo nivel de
ingreso, G = 0; a su vez, el mayor grado de desigualdad es indicado por G=1. De las
propiedades         mencionadas       anteriormente,        el   índice   de   Gini   no   cumple   la   de
descomposición aditiva, cumpliendo, eso sí, las otras dos.

Una familia de índices que sí cumple con las tres propiedades anteriormente mencionadas
es la derivada de la teoría de la información. Un componente esencial en esta teoría es el
concepto de entropía, el cual se define como la información esperada en una distribución
de probabilidad cualquiera. Utilizando funciones que permiten evaluar la cantidad de
información esperada, Theil sustituye el concepto de distribución de probabilidad por el de
distribución de ingresos para construir un nuevo indicador de desigualdad, el índice de
Theil18. De este indicador surge una familia de indicadores conocidos como los indicadores
generalizados basados en la entropía que incluyen, además del índice antes mencionado,
a la varianza logarítmica y al coeficiente de variación. La fórmula general de estos índices
es la siguiente:

                                                                  α
                                                       N ⎡          ⎤
                                                   1        ⎛ yi ⎞
                                          α
                                        I GE   = 2    ∑ ⎟  ⎢⎜ ⎟ − 1⎥ ,
                                                α − α i =1 ⎢⎜ y ⎠
                                                           ⎣⎝       ⎥
                                                                    ⎦

donde el parámetro α sirve para controlar la sensibilidad del indicador a partes específicas
de la distribución. Mientras más grande sea este parámetro, más sensible será a
comparaciones en la parte alta de la distribución. Cuando α = 0, este indicador se
convierte en el de la varianza logarítmica; si α = 1, será el de Theil, finalmente, cuando
α = 2 se obtiene el coeficiente de variación.

El cuadro 5 muestra algunos indicadores de concentración de ingresos per cápita, tanto a
nivel nacional como a nivel de los dominios, cuando la unidad de análisis es el hogar. El
índice de Gini a nivel nacional es 0,50. Adicionalmente, los resultados nos indican que el
dominio con menor desigualdad es el correspondiente a las ciudades pequeñas. Por otro

18
     Para más detalles, véase (Sen 2001, 292).


                                                       - 26 -
lado, la clasificación del dominio con mayor desigualdad dependerá de la parte de la
distribución en que nos enfoquemos. En tres de los indicadores, a saber: el índice de Gini,
la varianza del logaritmo y el índice de Theil; los dominios más desiguales son el Área
Metropolitana de Caracas y las ciudades medianas. La única diferencia se presenta con el
coeficiente de variación, el cual muestra que el dominio más desigual es el de las zonas
rurales, aunque el Área Metropolitana de Caracas y las ciudades medianas siguen teniendo
un nivel de desigualdad alto en comparación al resto. Es un hecho conocido que el índice
de Theil otorga más peso a las comparaciones que ocurren en la parta baja de la
distribución, mientras que el coeficiente de variación es más sensible a comparaciones en
la parte alta. Es por ello, que este último indicador parece sugerir que en las zonas rurales
existe una mayor polarización en términos de ingresos que en los otros dominios.

Los indicadores de desigualdad calculados a partir de la distribución de los ingresos per
cápita, cuando la unidad de análisis es la persona, son provistos en el cuadro 6. En este
cuadro se puede observar que la desigualdad es ligeramente menor cuando es analizada
desde el punto de vista de las personas y no de los hogares. Ello se debe a que al pasar
del análisis por hogares al de personas, la parte de la distribución que se expande es
precisamente la parte baja, por lo que uno puede inferir que las personas son más
igualitariamente pobres que los hogares. Para ilustrar lo que aquí se está diciendo con
relación a la desigualdad, podemos ver que el coeficiente de Gini de la distribución del
ingreso de las personas mostrado en el cuadro 6 es 0,47, en contraste con el 0,50 que se
obtuvo en el caso de la distribución del ingreso de los hogares. El índice de Gini del
ingreso per cápita de las personas ubica a Venezuela en un nivel medio dentro de los
países de América Latina, junto a Perú, Ecuador y Costa Rica (CEPAL, 2007). Sin embargo,
el valor del índice de Gini para Venezuela está por encima de países tales como Suecia
(0,25), Noruega (0,26) y Finlandia (0,28) (UN, 2006)19. Desde un punto de vista histórico,
se observa una ligera mejora con relación al índice de Gini que Venezuela tenía para el
año 1997, calculado a partir de la ENPF realizada en ese año; el valor de este índice para
ese año era 0,49 (Urdaneta de Ferrán, 2001).



19
  A diferencia del sistema de cuentas nacionales, no existe todavía en el mundo un sistema internacional de
estadísticas que mida la desigualdad de manera estándar entre países. El principal problema es que las bases
de datos utilizadas para realizar los cálculos aún no han sido homogeneizadas ni en términos de conceptos ni
de diseño muestral.


                                                  - 27 -
Con relación a la desigualdad por dominios, nos encontramos con que el ordenamiento de
los mismos no se altera de manera significativa. El dominio de las ciudades pequeñas
sigue siendo el más igualitario según todos los indicadores; aunque las zonas rurales
aparecen también como un dominio con menor desigualdad. Por el otro lado, los dominios
Área Metropolitana de Caracas y ciudades medianas son los más desiguales.

Una vez que se tiene una medida de la desigualdad, cabe la pregunta de si este fenómeno
se explica a nivel nacional por las diferencias en los ingresos entre las personas —sin
importar en qué dominio viven—, o si las diferencias en los ingresos promedios entre los
dominios también ayudan a explicar la desigualdad. Para responder a esta pregunta se
realizó una descomposición aditiva de los índices generalizados de entropía entre estas
dos partes. La descomposición del índice de Theil,                  I GE , se puede expresar
                                                                      1



algebraicamente como:

                                     I GE = I GE , I + I GE , E ,
                                       1      1          1



donde I GE , I mide la desigualdad a lo interno de los dominios e I GE , E hace lo mismo pero
        1                                                           1



entre los dominios. El primer índice se puede calcular mediante la siguiente fórmula:
                                                 5
                                                     1 1
                                     I GE , I = ∑
                                       1
                                                        I GE , k
                                                k =1 sk


donde sk es la participación del dominio k en la suma total del ingreso a nivel nacional e
I GE ,k es el índice de Theil calculado sólo con los datos de la población que habita en el
  1



dominio k. Es decir, I GE , I es la suma ponderada de los índices de Theil correspondientes a
                       1



cada dominio, donde el peso a utilizar es la proporción del ingreso de cada uno de estos
dentro del ingreso nacional. Por su parte, I GE , E es un índice de Theil que se calcula al
                                             1



asignarle a cada persona el ingreso per cápita promedio del dominio donde él o ella
habita.
Los resultados de esta descomposición son mostrados en el cuadro 7. Según estos, la
desigualdad se explica, aproximadamente, entre un 88 y 94 por ciento por las diferencias
de ingresos entre las personas dentro de los dominios, en tanto que el resto de la
desigualdad a nivel nacional ocurre porque existen divergencias en el ingreso per cápita
promedio entre dominios. Las implicaciones en términos de decisiones para la formulación




                                              - 28 -
de políticas son obvias: la nivelación de ingresos entre los dominios sólo reduciría la
desigualdad en aproximadamente 10 por ciento.

En resumen, a pesar de que Venezuela es un país que tiene un nivel relativamente alto de
desigualdad en los ingresos, se ubica entre los países medios en la región latinoamericana.
Asimismo, la desigualdad es mayor en 2005 con respecto al año 1990, pero se mantiene
en niveles similares a los del año 1997. Sin embargo, hay evidencia que la desigualdad ha
venido disminuyendo luego de los efectos terribles que tuvo la crisis política del 2002 —
2003, la cual hizo subir el índice de Gini a un valor cercano a 0,50 (CEPAL, 2007); por lo
que para determinar la dirección final de la tendencia de la desigualdad habrá que esperar
información más reciente. Por otro lado, la desigualdad en los ingresos es una
característica que se encuentra a lo largo de todo el país y se explica poco por las
diferencias en los ingresos per cápita promedio entre las regiones. Desde el punto de vista
geográfico, la desigualdad en los ingresos se encuentra principalmente ubicada en el Área
Metropolitana de Caracas y las ciudades medianas; en contraste, la desigualdad en las
ciudades pequeñas es la menor del país, lo cual nos da un punto de partida por donde
iniciar una exploración más profunda del tema.



V.- Conclusiones

El propósito del estudio es el de caracterizar la distribución del ingreso en Venezuela a
partir de la información suministrada por la ENPF 2005, la cual es la mejor fuente de datos
para este fin. Nuestra motivación principal es la de evaluar las condiciones de vida de los
hogares y las personas a partir de la capacidad de compra que genera el ingreso familiar
total per cápita. Para obtener el ingreso familiar total se sumó el ingreso laboral, mixto, de
capital y las transferencias; no se realizaron ningún tipo de ajustes o de imputación. Con
los resultados aquí obtenidos podemos comparar la situación actual del país, en términos
de desigualdad del ingreso, con otros de la región o con períodos anteriores.

La característica fundamental de la distribución del ingreso en Venezuela es su asimetría,
la cual se expresa en el hecho de que una buena parte de la población (70 por ciento) se
concentra por debajo del ingreso per cápita medio. Otra evidencia de la desigualdad en
Venezuela viene dada por las diferencias existentes en los rangos de ingreso por ventiles a
lo largo de la distribución; pasar de un ventil a otro en la parte alta de la distribución
implica un salto importante en el nivel de ingresos (Bs. 421.349 del ventil 18 al 19),

                                            - 29 -
mientras que en la parte baja sólo resulta en una leve mejora (Bs. 36.920 del ventil 2 al
3). En consecuencia, no debe sorprender que los pobres extremos y los pobres se
encuentren muy cerca de las líneas de pobreza, a pesar de que 7,9 por ciento de la
población se encuentre en pobreza extrema y 32 por ciento viva en condiciones de
pobreza según los datos de la encuesta. En otras palabras, la distribución del ingreso per
cápita está comprimida hacia la derecha.

Además de las diferencias en la distribución personal del ingreso, también se observan
contrastes en la distribución entre dominios. El Área Metropolitana de Caracas y las
ciudades grandes concentran una fracción del ingreso nacional que es mayor que la
fracción de las personas que viven en ellas. Esto determina, en primer lugar, que las
variaciones en los ingresos promedios per cápita entre dominios sean considerables,
siendo por supuesto más altos en el Área Metropolitana de Caracas. En segundo lugar,
que en las zonas rurales se agrupen aproximadamente un tercio del total de pobres
extremos a nivel nacional y un quinto de los pobres no extremos. La reducción de la
pobreza implica necesariamente dedicar recursos a estas zonas, conjuntamente con las
ciudades pequeñas. Sin embargo, es importante destacar que el conteo de los pobres
extremos y no extremos se realizó usando una línea de pobreza representativa de todo el
país, lo cual pudiera estar clasificando personas de manera errónea al no tomar los niveles
de precios prevalentes en cada dominio.

Finalmente, hallamos que Venezuela está ubicada en un nivel de desigualdad medio con
respecto a otros países latinoamericanos, pero más alto que otros países europeos o
asiáticos. Asimismo, la desigualdad del ingreso no ha podido recuperar los niveles que
tenía antes de la aplicación de las reformas económicas a partir de 1989, y que ya
mostraba signos de deterioro a mitad de los noventa. Desde el punto de vista geográfico,
la desigualdad es un fenómeno generalizado presente en todos los dominios, aunque es
más notable en el Área Metropolitana de Caracas. A diferencia de la pobreza, la reducción
de la desigualdad implica un esfuerzo importante en el Área Metropolitana de Caracas y en
las ciudades grandes.

Existen múltiples áreas de investigación que quedan planteadas a partir de este estudio.
Como por ejemplo, sería pertinente cruzar la información de ingresos que se obtiene de la
ENPF 2005 con la recogida para las cuentas nacionales, con el propósito de mejorar las
medidas de ingresos aquí utilizadas y agregar correcciones que nos permitan llegar a una


                                           - 30 -
medida de ingreso disponible de los hogares. Asimismo, sería importante calcular una
medida de ingreso equivalente para Venezuela diferente a la de ingreso per cápita. Otro
tema importante es el cálculo de líneas de pobreza que tomen en cuenta los precios
correspondientes a cada dominio; es posible que en algunos de estos, la pobreza esté
subestimada mientras que en otros sobrestimada. Tener una mejor visión de la ubicación
geográfica es importante a la hora de decidir dónde deben dirigirse los recursos para
subsanar este problema.


References



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   FEGS.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA.
    Http://www.ine.gov.ve/fichastecnicas/menufichastecnicas.asp. [citado 11/01 2007].
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA PLANIFICACIÓN Y EL DESARROLLO. SISOV:
   Indicadores. 2007 [citado 10/25 2007]. Disponbible en:
   http://www.sisov.mpd.gob.ve/indicadores/EM0000200000000/.
———. SISOV: Indicadores coeficiente de gini. [citado 12/17/2007 2007]. Disponible en:
  http://www.sisov.mpd.gob.ve/indicadores/IG0002400000000/index.php.
MINISTERIO DEL TRABAJO. (2006): Memoria y cuenta 2005, Caracas: Ministerio del
   Trabajo.
ORTEGA A., D. E. (2003): “Descripción y perfiles de desigualdad de ingresos en Venezuela:
   1975-2002”, Caracas, manuscrito. .

                                          - 31 -
SEN, A. (2001): La desigualdad económica, México, D.F., Fondo de Cultura Económica.
URDANETA DE FERRÁN, L. (2001): “Distribución del ingreso de los hogares. Año 1997”,
   Caracas, Banco Central de Venezuela, manuscrito.




                                        - 32 -
Cuadro 1. Definición de los dominios de estudio según cobertura geográfica de la
Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares 2005.


          Dominio                                     Población                  Tamaño de
                                                                               muestra efectivo
                                                                                 (viviendas)
          Área Metropolitana de                                                     1.883
          Caracas
          Ciudades Grandesa)                  más     de     250.000                 4.429
                                              habitantes
          Ciudades Medianasb)                 entre 50.000 y 249.999                 1.145
                                              habitantes
          Ciudades pequeñasc)                 entre 5.000 y 49.999                    499
                                              habitantes
          Áreas ruralesd)                     ciudades con menos de                   322
                                              5.000 habitantes
         a)
            Este dominio comprende a las siguientes ciudades: Barquisimeto (Lara), Ciudad Bolívar
         (Bolívar), Ciudad Guayana (Bolívar), Maracaibo (Zulia), Maracay (Aragua), Maturín (Monagas),
         Mérida (Mérida), Pto. La Cruz- Barcelona (Anzoátegui), San Cristóbal (Táchira), Valencia
         (Carabobo).
         b)
             Algunos ejemplos de ciudades que quedarían incluidas en este dominio son: Anaco
         (Anzoátegui), Guacara (Carabobo), San Juan de los Morros (Guárico).
         c)
            Algunos ejemplos de ciudades que quedarían incluidas en este dominio son: Carrizal
         (Miranda), Colonia Tovar (Aragua), Ortiz (Guárico).
         d)
            La definición oficial de INE de las áreas rurales son aquellos centros poblados que tienen
         menos de 2.500 habitantes.




                                                   - 33 -
Cuadro 2. Categorías de ingresos recogidos en la Encuesta Nacional de
Presupuestos Familiares

INGRESOS MONETARIOS
1. Sueldos y salarios
   1.1. Sueldos y salarios básicos (EPF8, Sec. II.1, apartado 1)
   1.2. Horas extras (EPF8, Sec. II.1, apartado 2)
   1.3. Comisiones (EPF8, Sec. II.1, apartado 3)
   1.4. Bono de alimentación (EPF8, Sec. II.1, apartado 4)
   1.5. Bono de transporte (EPF8, Sec. II.1, apartado 5)
   1.6. Bono por rendimiento (EPF8, Sec. II.1, apartado 6)
   1.7. Bono de subsidio laboral (EPF8, Sec. II.1, apartado 7)
   1.8. Compensación por pago de vivienda (EPF8, Sec. II.1, apartado 7)
   1.9. (EPF8, Sec. Otros bonos y compensaciones II.1, apartado 7)
   1.10. Aporte patronal al seguro social obligatorio (EPF8, Sec. II.1, apartado 10)
   1.11. Aporte patronal al seguro de paro forzoso (EPF8, Sec. II.1, apartado 11)
   1.12. Aporte patronal al ahorro habitacional (EPF8, Sec. II.1, apartado 12)
   1.13. Aporte patronal a la caja de ahorro (EPF8, Sec. II.1, apartado 13)
   1.14. Aporte patronal al INCE (EPF8, Sec. II.1, apartado 14)
   1.15. Contribuciones patronales al sistema privado SS (EPF8, Sec. II.1, apartado 15)
   1.16. Cesta ticket (EPF8, Sec. II.1, apartado 16)
   1.17. Reembolso por guardería (EPF8, Sec. II.1, apartado 24)
   1.18. Primas por antigüedad (EPF8, Sec. II.1, apartado 23)
   1.19. Aguinaldos (EPF8, Sec. II.1, apartado 26)
   1.20. Utilidades y bonificaciones especiales (EPF8, Sec. II.1, apartado 27)
   1.21. Bono vacacional (EPF8, Sec. II.1, apartado 28)
   1.22. Remuneraciones provenientes del exterior (EPF8, Sec. II.5, apartado 1)
   1.23. Otros sueldos y salarios en dinero (EPF8, Sec. II.1, apartado 31)


2. Ingresos mixtos
   2.1. Renta mixta monetaria, no incluye autoconsumo ni regalos (Renta mixta)
   2.2. Ingresos independientes provenientes del exterior (EPF8, Sec. II.5, apartado 2)



                                               - 34 -
3. Alquileres recibidos
    3.1. Alquiler de inmuebles residenciales (EPF8, Sec. II.3, apartado 3)
    3.2. Alquiler de inmuebles no residenciales (EPF8, Sec. II.3, apartado 4)
    3.3. Alquiler de vehículo (EPF8, Sec. II.3, apartado 6)
    3.4. Alquileres provenientes del exterior (EPF8, Sec. II.5, apartado 5)


4. Transferencias en dinero
    4.1. Transferencias por jubilaciones y pensiones (EPF8, Sec. II.2, apartado 1, 2, 3 y 4)
    4.2. Transferencias por ayudas o becas (EPF8, Sec. II.2, apartado 5, 6 y 7)
    4.3. Transferencias por misiones (EPF8, Sec. II.2, apartado 7.1 y 7.2)
    4.4. Reembolsos por seguros (EPF8, Sec. II.4, apartado 5.1, 5.2, 5.3, 5.4, 5.5)
    4.5. Transferencias por premios o loterías (EPF8, Sec. II.4, apartado 2)
    4.6. Otras transferencias en dinero (EPF8; Sec. II.1, apartado 22 y 25, Sec. II.2, apartado 8,
         Sec. II.4, apartado 1, 3 y 4)
    4.7. Transferencias en dinero entre hogares (formulario de gastos donde quien paga=14 o
         código del gasto In (90235,90237,90238,90239,90241)
    4.8. Transferencias corrientes (EPF8, Sec. II.5, apartado 3)
    4.9. Transferencias extraordinarias (EPF8, Sec. II.5, apartado 4)


5. Intereses
    5.1. Intereses de caja de ahorro (EPF8, Sec. II.1, apartado 29)
    5.2. Intereses sobre prestaciones sociales (EPF8, Sec. II.1, apartado 30)
    5.3. Intereses bancarios (Sec. II.3, apartado 1)
    5.4. Intereses por bonos, letras y otros (Sec. II.3, apartado 2)


6. Dividendos (Sec. II.4, apartado 6)


7. Alquiler de tierras y terrenos (Sec. II.3, apartado 5)


8. Ventas de bienes durables


    8.1. Ventas de vehículos (EPF7, tabla 22)

                                                 - 35 -
8.2. Ventas de equipos (EPF7, tabla 24)


INGRESOS NO MONETARIOS
9. Transferencias en especie
   9.1. Salarios en especie (formulario de gastos donde quien in (3,9))
       9.1.1. Alimentos (si INT(CODEPF/10000)=1)
       9.1.2. Vestidos     (si INT(CODEPF/10000)=2)
       9.1.3. Transporte (si INT(CODEPF/10000)=6)
       9.1.4. Vivienda (si INT(CODEPF/10000)=4)
       9.1.5. Servicios de las viviendas (si INT(CODEPF/10000)=3)
       9.1.6. Otros (si INT(CODEPF/10000) NOT IN(1,2,3,4,6))
   9.2. Retiro de la empresa (formulario de gastos donde quien in(4,10))
   9.3. Transferencias en especie de empresas (formulario de gastos donde quien paga
        in(7,13,16))
   9.4. Transferencias en especie entre hogares (formulario de gastos donde quien paga in(8))
   9.5. Autoconsumo (formulario de gastos donde quien paga in(2))




                                              - 36 -
Gráfico 1. Ingreso por hogar mensual (Nacional)
  Bs. 2005

 4.500.000


 4.000.000


 3.500.000


 3.000.000


 2.500.000


 2.000.000

                   Promedio nacional: Bs. 1.389.384
 1.500.000


 1.000.000


  500.000


           0
               1      2    3    4    5     6    7     8       9        10    11        12        13    14    15    16   17   18   19   20
                                                                       Ventil
  Fuente: ENPF 2005 y cálculos propios.




Gráfico 2. Número de personas por hogar (Nacional)
 N° personas/hogar

 6,0


 5,5


 5,0


 4,5

                                                                                  Promedio nacional: 4,5 personas/hogar
 4,0


 3,5


 3,0


 2,5


 2,0
       1       2     3     4    5     6    7     8        9       10    11        12        13        14    15    16    17   18   19   20
                                                                  Ventil
 Fuente: ENPF 2005 y cálculos propios.




                                                                  - 37 -
Gráfico 3. Ingreso per cápita mensual (Nacional)


 Bs. 2005
 1.630.000
 1.530.000
 1.430.000
 1.330.000
 1.230.000
 1.130.000
 1.030.000
  930.000
  830.000
  730.000
  630.000
  530.000
  430.000
                 Promedio nacional: Bs. 323.605
  330.000
  230.000
  130.000
    30.000
                 1       2       3       4       5       6       7   8   9     10     11   12   13   14   15   16   17   18   19   20
                                                                                Ventil
   Fuente: ENPF 2005 y cálculos propios.



Gráfico 4. Rango del ingreso per cápita mensual (Nacional)
  Bs. 2005
 990.000
 960.000
 930.000
 900.000
 870.000
 840.000
 810.000
 780.000
 750.000
 720.000
 690.000
 660.000
 630.000
 600.000
 570.000
 540.000
 510.000
 480.000
 450.000
 420.000
 390.000
 360.000
 330.000
 300.000
 270.000
 240.000
 210.000
 180.000
 150.000
 120.000
  90.000
  60.000
  30.000
       0
             1       2       3       4       5       6       7       8   9    10      11   12   13   14   15   16   17   18   19   20
                                                                               Ventil
  Fuente: ENPF 2005 y cálculos propios.




                                                                             - 38 -
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  • 1. Banco Central de Venezuela Colección Economía y Finanzas Serie Documentos de Trabajo DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO EN VENEZUELA LEÓN FERNÁNDEZ BUJANDA WILLDER TORRES LOURDES URDANETA DE FERRÁN JESSICA VARGAS [Nº 99] Marzo, 2008
  • 2. © Banco Central de Venezuela, Caracas, 2008 Gerencia de Investigaciones Económicas Producción editorial Gerencia de Comunicaciones Institucionales, BCV Departamento de Publicaciones Torre Financiera, piso 14, ala sur Avenida Urdaneta, esquina de Las Carmelitas Caracas 1010 Teléfonos: 801.8075 / 8063 Fax: 536.9357 publicacionesbcv@bcv.org.ve www.bcv.org.ve Las opiniones y análisis que aparecen en la Serie Documentos de Trabajo son responsabilidad de los autores y no necesariamente coinciden con las del Banco Central de Venezuela. Se permite la reproducción parcial o total siempre que se mencione la fuente y no se modifique la información.
  • 3. Banco Central de Venezuela Vicepresidencia de Estudios DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO EN VENEZUELA Resumen: El presente trabajo elabora un diagnóstico acerca de las características de la distribución del ingreso en Venezuela a partir de los datos de la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares 2004-2005. Esta encuesta es una investigación por muestreo que mide los ingresos y gastos de los hogares venezolanos a nivel nacional y de cinco dominios de estudio, lo cual aporta datos de calidad para hacer análisis sobre la desigualdad y la pobreza. A través del enfoque de los cuantiles, se puede decir que la distribución del ingreso en Venezuela es notablemente asimétrica con un grado de dispersión que aumenta con el ingreso per cápita de los hogares. En otro orden de ideas, las tres fuentes de ingresos más importantes son los sueldos y salarios (59,3 por ciento del ingreso total), ingresos mixtos (18,3 por ciento) y transferencias en dinero provenientes de otros hogares o del gobierno (13,9 por ciento). Asimismo, se encuentra que la pobreza se concentra en las zonas rurales. Finalmente, se comentan algunos indicadores de desigualdad, los cuales muestran que Venezuela se encuentra en un nivel medio con relación a otros países latinoamericanos. León Fernández Bujanda Willder Torres Lourdes Urdaneta de Ferrán Jessica Vargas Marzo, 2008 Los autores agradecen los comentarios recibidos de los participantes en una reunión interna del BCV. Asimismo, quisiéramos resaltar la colaboración especial de Víctor Piccinnini. Demás esta decir que las opiniones y análisis que aparecen en este documento de trabajo son exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente coinciden con las del Banco Central de Venezuela.
  • 4. DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO EN VENEZUELA ÍNDICE I.-Introducción………………….……………………………………………………..………..1 II.-Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares..…………………………..………4 III.-Breve marco conceptual para el análisis de la distribución del ingreso…………………………………………………….……………………………….…….. 7 IV.-Análisis de la distribución del ingreso………….……………………………………11 V.-Indicadores de desigualdad del ingreso.....………………………………………... 23 VI.-Conclusiones………………………………………………………………………….……29
  • 5. I.- Introducción La desigualdad en la distribución del ingreso constituye uno de los principales problemas que ha afrontado la sociedad venezolana. En este sentido, según datos provenientes del Censo de Población, la desigualdad aumentó entre 1990 y 2001, al pasar el índice de Gini de 0,351 a 0,413, respectivamente (Fundación Escuela de Gerencia Social, 2006). Sin embargo, cuando se utilizan datos intercensales, específicamente aquellos recogidos con la Encuesta de Hogares por Muestreo (EHPM), se observa que el deterioro en la desigualdad ocurrió en la primera mitad de la década de los noventa, ya que, en el período comprendido entre 1997 y 2001, este índice cayó de 0,487 a 0,457 (Ministerio del Poder Popular para la Planificación y el Desarrollo, 2007)1. Con la crisis política que vivió Venezuela en el año 2002, se presenció un nuevo deterioro en la desigualdad al aumentar el índice de Gini a 0,494. A partir de ese año, este indicador ha mostrado una tendencia decreciente, lo que se evidencia en el hecho que para 2007 alcanzó un nivel de 0,420. Los valores aquí comentados permiten ubicar a Venezuela en el grupo de países que tiene un nivel de desigualdad medio dentro de la región de América Latina (CEPAL, 2007). Un problema con las estimaciones mencionadas anteriormente reside en que los datos utilizados para su cálculo no son los más apropiados para esta labor, aún cuando presentan algunas ventajas que no los hace descartables. Ni la EHPM, ni el Censo de Población están especialmente diseñados para recoger los ingresos de los hogares con el nivel de detalle necesario para conducir estudios sobre la distribución del ingreso, lo que sí hace la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares (ENPF). Esta encuesta es una investigación por muestreo que mide los ingresos y gastos de los hogares venezolanos, dado que uno de sus objetivos es el de conocer las condiciones socioeconómicas de los mismos. Tal como se muestra en la sección II, la ENPF de 2005 recoge tanto los ingresos laborales percibidos mensualmente, como los que se reciben con otro tipo de periodicidad; por ejemplo: aguinaldos, utilidades y bonificaciones especiales, bono vacacional, etc. De la misma manera, la ENPF de 2005 también recoge la información de otros ingresos −intereses, dividendos, alquileres, etc.− de manera desagregada, lo cual enriquece la calidad de respuesta de los hogares. Otra mejora en la bondad de los datos se encuentra 1 Es necesario indicar que la EHPM no mide todos los ingresos familiares; sólo recoge información sobre ingreso laboral y algunas ayudas económicas proporcionadas por el gobierno. -1-
  • 6. en los ingresos mixtos, ya que su recopilación se hace a través de un módulo especialmente diseñado para capturar los ingresos de los trabajadores por cuenta propia2. Todo lo antes mencionado permite estimar los ingresos de los hogares de la manera que lo sugiere el grupo de Canberra (Canberra Group, 2001) La realización de este trabajo ha sido posible gracias a que los datos de la ENPF se han hecho disponibles recientemente y que el BCV ha incluido dentro de su agenda de investigaciones el estudio de los determinantes de la falta de equidad. En este sentido, el propósito de este trabajo es elaborar un diagnóstico acerca de las características de la distribución del ingreso en Venezuela. Específicamente, buscamos respuestas a las siguientes preguntas: ¿qué tan desigual es la distribución del ingreso en Venezuela?, ¿cómo nos encontramos en comparación con otros países?, ¿cómo se relaciona esta desigualdad con los ingresos del hogar según su fuente (laboral, mixto, de capital, etc.)?, ¿podemos observar una reproducción de la desigualdad presente a nivel nacional dentro de los dominios de estudio3?, ¿cuánto de la desigualdad a nivel nacional se explica por diferencias en el ingreso promedio de los dominios?, ¿cuántas personas pobres hay en Venezuela cuando tomamos en cuenta una definición de ingresos más amplia? El estudio de la distribución del ingreso parte por definir, en primer lugar, tanto la medida de ingreso como la unidad social que la recibe. Con relación a la primera, nos apegamos aquí a las recomendaciones propuestas por el grupo de Canberra debido a su completitud y la posibilidad de hacer comparaciones con otros países. Por otra parte, la unidad receptora de los ingresos, y por tanto nuestra unidad primaria de análisis, es el hogar, el cual se define como un grupo de personas que viven en la misma vivienda y que mantienen gastos conjuntos para la compra de alimentos. El poder de compra de los hogares se mide en este trabajo a través del ingreso total de los mismos. Sin embargo, a fin de obtener una medida del bienestar de las personas que los componen, es necesario considerar el tamaño de los hogares, para lo cual, se calcula 2 El ingreso mixto se puede definir como: “la expresión reservada para el saldo contable de la cuenta de generación del ingreso de las empresas constituidas en sociedad, propiedad de los miembros de los hogares, ya sea a título individual o en forma conjunta con otros, en las que los propietarios u otros miembros de sus hogares pueden trabajar sin percibir a cambio sueldo o salario alguno…” (NU 1993, p.7. 81). La característica fundamental de este tipo de ingresos es que una parte remunera al trabajo y la otra al capital, pero ninguna de las partes puede ser deducida del total. 3 El territorio nacional se ha dividido en cinco dominios de estudio de acuerdo al tamaño de la población. Ver sección II para mayor detalle. -2-
  • 7. lo que se conoce como “ingreso equivalente” (Cowell, 2000). Este último toma en cuenta algunas características adicionales que describen las circunstancias en las que las personas se encuentran, como por ejemplo su edad, indicadores de salud, etc. En este estudio sólo se considera el tamaño del hogar −en número de personas−, con el que calculamos el ingreso per cápita. Los conceptos relacionados con la distribución del ingreso serán ampliados en la sección III, antes de pasar a la sección siguiente, donde se describen los aspectos fundamentales de la distribución del ingreso en Venezuela utilizando el enfoque de los cuantiles. Este enfoque parte por ordenar a la población de un país (o dominio) según su nivel de ingresos de manera ascendente. Posteriormente, se divide a esta población en grupos equiproporcionales, cuya proporción depende del número de cuantiles escogidos. Por ejemplo, podemos dividir a la población en veinte ventiles, en donde cada uno agrupa un 5 por ciento de la población. En el ventil 1 se encontrará el 5 por ciento más pobre, mientras que el ventil 20 contendrá el 5 por ciento más adinerado. Otros cuantiles que se utilizan son los cuartiles, los quintiles y los deciles, los cuales dividen a la población en cuatro, cinco y diez grupos, respectivamente. El enfoque de los cuantiles nos permite caracterizar de manera rápida la distribución del ingreso de las personas en Venezuela. Su principal característica es su notable asimetría, mostrada en el hecho que la mediana del ingreso per cápita (Bs. 194.778 mil) es remarcablemente menor que la media (Bs. 323.605 mil) y que 70 por ciento de la población percibe ingresos per cápita menores que el ingreso promedio. Otro aspecto relevante viene dado por la baja dispersión en los ingresos de los ventiles más bajos en comparación con la de los ventiles más altos. A título ilustrativo, indicaremos que la persona con menor ingreso del ventil dos pasaría al extremo superior del ventil tres si su ingreso per cápita se incrementa en Bs. 36.920; mientras que una persona en el límite inferior del ventil 18 pasaría a ser la más adinerada del ventil 19 si su ingreso per cápita aumenta en Bs. 421.349. Por lo demás, este trabajo también muestra otros hallazgos que son bastante interesantes desde el punto de vista distributivo y de los cuales serán comentados los más significativos por motivo de espacio. Uno de ellos reside en el hecho que las tres fuentes de ingresos más importantes según la ENPF son los sueldos y salarios (59,3 por ciento del ingreso total), ingresos mixtos (18,3 por ciento) y transferencias en dinero provenientes de otros -3-
  • 8. hogares o del gobierno (13,9 por ciento). Un dato curioso es que la pobreza es aparentemente menor cuando se miden todos los ingresos. En este sentido, se observa que sólo 7,9 por ciento de las personas estarían en situación de pobreza extrema; mientras que el porcentaje de pobres no extremos sería de 24,1 por ciento. Finalmente, también presenciamos una importante concentración geográfica del ingreso nacional, lo que se manifiesta en el resultado de que el Área Metropolitana de Caracas y las ciudades grandes tienen una participación en el ingreso nacional mayor que su participación en la población total del país. Como es característico en este tipo de estudios, se comentan los indicadores de desigualdad calculados a partir de los datos de la ENPF de 2005 en la sección V. Los indicadores que se calculan son el conocido índice de Gini y los indicadores basados en la teoría de la entropía: la desviación media de los logaritmos, el índice de Theil y el coeficiente de variación. Con relación a este tema, los hallazgos de este estudio parecen confirmar los resultados de estudios anteriores (Ortega, 2003; Urdaneta de Ferrán, 2001). De manera específica, los indicadores aquí calculados ponen a Venezuela en un nivel medio de desigualdad con relación a otros países de América Latina pero a un nivel más alto que otros países, tales como muchos de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Asimismo, encontramos que la desigualdad es una característica omnipresente en todos los dominios y se explica sólo en un 10 por ciento por las diferencias en el ingreso per cápita promedio entre los dominios. Finalmente, se presentan las conclusiones y recomendaciones de este trabajo en la sección VI. II.- Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares Antes de comenzar a mostrar los resultados, es conveniente describir la fuente de los datos que se utilizan en este estudio, esto es, la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares de 2005 (ENPF 2005). La misma, es una investigación dirigida a los hogares para obtener información sobre su nivel y composición de egresos e ingresos, así como las características asociadas a las viviendas, los hogares y los miembros de los mismos. Esta encuesta tiene múltiples objetivos, incluyendo el que se encuentra más relacionado con nuestro propósito; a saber, conocer las condiciones socioeconómicas de los hogares -4-
  • 9. venezolanos. En este sentido, la información contenida en las bases de datos de la ENPF 2005 es la más conveniente para hacer estudios sobre la distribución del ingreso, como veremos a continuación. El diseño de la muestra de la ENPF 2005 consiste en un muestreo probabilístico estratificado bifásico, donde las unidades primarias de muestreo son los lotes4. Estos se definen como grupos constituidos por aproximadamente quince viviendas; aunque su número puede variar dependiendo de la densidad poblacional de la zona a visitar. Para el proceso de selección se agrupó a todas las viviendas que fueron registradas en el XII Censo Nacional de Población y Vivienda 2001 por lotes. El muestreo consistió, en una primera etapa, en seleccionar lotes de manera independiente dentro de cada estrato de forma sistemática. La probabilidad de selección de cada lote fue proporcional al número de viviendas de uso residencial ocupadas en el mismo. Seguidamente, en la segunda etapa del muestreo, se escogieron aleatoriamente entre tres y cinco viviendas dentro de cada lote para realizar la entrevista. El tamaño teórico de la muestra de la ENPF 2005 fue escogido para generar resultados representativos a nivel nacional y de cinco dominios de estudio, que se definen de acuerdo al tamaño del centro poblado. Para una información más específica sobre las características de los dominios, véase el cuadro 1. El número de viviendas seleccionadas inicialmente fue de 9.210 viviendas, sin embargo, el número de las que fueron efectivamente entrevistadas fue 8.278. Esto representa una tasa de no respuesta de 10,6 por ciento. Una de las razones de esta baja tasa de no respuesta radica en la estrategia de sustituir aquellas viviendas donde no se pudo realizar el contacto con sus habitantes, por otras ubicadas dentro del mismo lote y que fueron escogidas previamente por el muestrista. El número de viviendas entrevistadas por dominio se presenta en el cuadro 1. Los hogares fueron entrevistados entre noviembre de 2004 y noviembre de 2005, es decir, en un período que comprende 56 semanas. 4 En el muestreo probabilístico o con probabilidades proporcionales al tamaño, cada elemento de la muestra puede tener una probabilidad distinta de ser seleccionado. Una muestra es estratificada cuando la población es previamente dividida en grupos de tal modo que cada elemento de la misma quede en uno y sólo uno de los grupos. En este caso, la selección de la muestra se hace por estrato. En el caso de la ENPF 2005 se le agrega un tercer elemento y es que el muestreo también se hace por conglomerado, lo que quiere decir que cada unidad de muestra es una colección de elementos, en este caso de viviendas, que para fines de esta encuesta se denominan lotes. -5-
  • 10. Luego de recopilada la información, se calculó un conjunto de factores de expansión o pesos muestrales de manera independiente para las viviendas, los hogares y las personas. Estos factores permiten ajustar el número de unidades muestrales al total nacional proyectado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para mediados de 2005. En términos conceptuales, estos factores de expansión representan el inverso de la probabilidad de que la unidad muestral sea seleccionada. Otra interpretación es que este peso es el número de unidades de la población representadas por la unidad muestral. Todas las estimaciones se hicieron ponderando cada observación por su respectivo factor de expansión; de no hacerlo, estas estimaciones podrían presentar algún tipo de sesgo. La información de la encuesta fue levantada a través de nueve cuestionarios. En el primero se recogieron las características de las unidades básicas de muestreo. En el segundo cuestionario se recolectó la información relativa a las condiciones de la vivienda. Por su parte, las características tanto del hogar como de las personas fueron preguntadas en el tercer cuestionario. Los cuestionarios del cuarto al séptimo recopilaron los datos relacionados a los diferentes tipos de gastos; mientras que el octavo cuestionario recogió la información sobre los ingresos, exceptuando los ingresos mixtos que fueron calculados a partir de información recopilada en el noveno cuestionario. La ventaja principal de usar para nuestro estudio los datos provenientes de la ENPF 2005 reside, precisamente, en el hecho de que no hay en Venezuela ninguna otra encuesta que tenga este nivel de detalle en términos de ingresos. En efecto, en el cuestionario 8 se recoge información sobre los ingresos monetarios y no monetarios: sueldos y salarios, transferencias, otros ingresos, ingresos ocasionales e ingresos provenientes del exterior; siendo posible obtener información detallada de cada una de estas categorías. Adicionalmente, el noveno cuestionario permite calcular los ingresos mixtos a partir de información general recopilada sobre los negocios de los trabajadores independientes, micronegocios y fincas agrícolas. Por ejemplo, a aquellas personas que se dedican a actividades no agrícolas se les preguntó cuánto fue el valor de sus ventas, dejando que el entrevistado escogiera el período de referencia, el cual no podía ser mayor a un año. Asimismo, los costos fueron calculados a partir de la información proporcionada por los hogares; a modo ilustrativo, cabe mencionar que a este tipo de negocios se les inquirió sobre los sueldos y salarios básicos y de otro tipo pagados a cada trabajador, con lo cual -6-
  • 11. se determinó la remuneración de los mismos. Finalmente, los ingresos mixtos de las personas se calcularon como la diferencia entre ingresos y costos. Sería conveniente, antes de continuar, hacer una breve comparación entre la ENPF 2005 y la otra fuente primaria de medición de los ingresos de los hogares en Venezuela, a saber la EHPM, con la cual se realizan las estimaciones oficiales de pobreza5. Como veremos más adelante, los resultados de pobreza obtenidos en este trabajo no coinciden con las estimaciones oficiales. Por lo importante del tema, se considera necesario señalar las posibles fuentes de diferencia, que en este caso se resumen fundamentalmente en dos. Primero, la EHPM le pregunta al informante6 cuánto ganaron las personas ocupadas del hogar el mes anterior a la entrevista, lo que no incluye los ingresos que se reciben con una frecuencia distinta a la mensual, los cuales sí están recogidos en la ENPF 2005. Segundo, la pregunta que se utiliza para indagar sobre los otros ingresos en la EHPM tiene una complejidad que no presenta el módulo de ingresos de la ENPF 2005, descontando que tampoco toma en cuenta los ingresos con periodicidad distinta a la mensual. Por estas razones, no debe sorprender que los ingresos de los hogares en la EHPM sean menores que en la ENPF y, por ende, la pobreza medida con la primera sea menor que en la segunda. III.- Breve marco conceptual para el análisis de la distribución del ingreso El ingreso es una variable importante en la determinación del bienestar de las personas puesto que les permite adquirir bienes que brindan satisfacción. En este sentido, la caracterización de cómo el ingreso se distribuye debería formar parte de una batería de indicadores que permitan evaluar el nivel de bienestar de una sociedad. Esto sentaría las bases para la compresión de los factores que están detrás de esta distribución y de cómo 5 El enfoque oficial para medir la pobreza extrema en Venezuela se basa en clasificar a una persona bajo esta condición cuando el ingreso per cápita mensual del hogar al cual pertenece es inferior al valor de la canasta alimentaria, la cual incorpora el costo de una cesta integrada por un conjunto de alimentos suficientes para cubrir los requerimiento calóricos establecidos por el Instituto Nacional de Nutrición. Por su parte, la pobreza en general se mide de una manera similar, pero usando el valor de la canasta básica, la cual se define como dos veces el valor de la canasta alimentaria (Instituto Nacional de Estadística). 6 El informante es el responsable de suministrar la información de la EHPM. Para ser informante es necesario ser residente habitual del hogar, mayor de 15 años y no ser el servicio doméstico. -7-
  • 12. el Estado puede intervenir para redistribuir los recursos de tal manera que se alcance una sociedad más equitativa. El primer paso a dar en el estudio de una distribución del ingreso debe ser el de determinar qué se va a incluir dentro de éste. En un lenguaje más técnico, se debe determinar cuál es el concepto de ingreso que se va a utilizar. Existen varios ejemplos en este sentido, a saber: el ingreso factorial, el ingreso total y el ingreso disponible, entre otros. El concepto empleado en nuestro caso es el de ingreso total, compuesto por el ingreso factorial, es decir la suma de los ingresos laborales y los ingresos generados por los activos, y las transferencias. Dentro del ingreso laboral se incluye, a su vez, los ingresos salariales y los ingresos mixtos. Los ingresos salariales monetarios fueron calculados sumando los sueldos y salarios, las contribuciones de los patronos a la seguridad social, los tiques de alimentación, algunos beneficios sociales monetarios otorgados por las empresas, los ingresos salariales obtenidos del exterior y los ingresos que se reciben con una periodicidad distinta a la mensual (aguinaldos, utilidades, bono vacacional, etc.). Estos últimos fueron mensualizados para uniformar el período de referencia7. Por su parte, la renta mixta es la remuneración del trabajo independiente y se obtiene deduciendo al total de ingresos bruto de esta actividad, los costos totales. Los primeros se obtienen principalmente de las ventas de lo producido, añadiendo otros ingresos posiblemente generados por la actividad independiente; mientras que los costos incluyen las remuneraciones de los trabajadores, los pagos por servicio y alquiler, la compra de los insumos, herramientas menores, entre otros. Un aspecto que hay que tener en cuenta a la hora del análisis es que no hay uniformidad en la periodicidad de los ingresos y costos, ni entre los individuos de la encuesta, ni tampoco dentro de la información suministrada por estos. En todas las ocasiones se le dio la opción al encuestado para que indicara los ciclos de ventas y compras de su actividad productiva, por lo que se podían encontrar casos de personas dedicadas a la actividad agrícola que reportaron ingresos trimestrales, cuando 7 Las recomendaciones internacionales establecen que el análisis de la distribución del ingreso debe hacerse sobre el ingreso anual. Sin embargo, en este trabajo se prefiere expresar todo en ingreso mensual para facilitar la compresión de las cifras por parte del lector. En Venezuela, las comparaciones de ingresos se hace la mayor parte de las veces en términos de lo que se percibe mensualmente; no como en otros países donde se hace de manera anual. -8-
  • 13. otras lo hicieron de manera semestral. A fines de hacer los ingresos comparables, estos se reexpresaron con una periodicidad mensual. Para finalizar con los ingresos factoriales, se calcularon también los generados por la tenencia de activos. Nuevamente, hay que hacer aquí la distinción entre aquellos que se reciben mensualmente y los que se perciben con otra periodicidad. Entre los primeros encontramos: los intereses bancarios o por préstamo, intereses por bonos y otros títulos, alquiler de inmuebles, alquiler de tierras y alquiler de vehículos. Entre los segundos tenemos: los dividendos por acciones y los alquileres de activos en el exterior. En el caso de los ingresos por transferencia, el estudio incorpora no sólo aquellas que se reciben de la acción del gobierno o de los derechos laborales, sino también las que ocurren entre los hogares. Para las primeras, se incluyen las jubilaciones (privadas, públicas y del seguro social), las ayudas periódicas y becas en dinero de instituciones públicas, así como, las ayudas y becas-trabajo recibidas por su participación en las Misiones educativas8. Dentro de las segundas, se encuentran los regalos en dinero recibidos periódicamente de otros hogares y las ventas de bienes usados. En este estudio, se incluyeron también los ingresos en especies, los cuales pueden estar referidos a ingresos laborales recibidos en bienes y/o servicios (alimentación, transporte, vivienda, etc.) o provenientes de instituciones públicas o de otros hogares. Es importante resaltar que para esta etapa no se dedujeron del ingreso de los hogares las transferencias dadas a otros hogares. La consecuencia de esta omisión es una sobreestimación de la desigualdad en la distribución del ingreso venezolano. El segundo paso en cualquier estudio de la distribución del ingreso consiste en definir tanto la unidad de observación como la unidad de análisis. En el presente trabajo, la unidad de observación desde el punto de vista de los ingresos es el hogar. Sin embargo, es necesario realizar un ajuste al ingreso reportado por éste a fin de considerar las 8 A partir de 2003, el gobierno venezolano comenzó a implementar un conjunto de programas sociales en diversas áreas (educativas, formación para el trabajo, salud, etc.), caracterizados por ser administrados fuera del aparato burocrático tradicional y tener como meta importante la participación y organización de los ciudadanos beneficiados en la resolución de sus problemas. Como estos programas involucran tanto al gobierno como a los beneficiarios, se adoptó el nombre de Misiones para no darles una connotación asistencialista, sino participativa. El propósito de las Misiones educativas ha sido el de proporcionar educación a los grupos de la población que habían quedado por fuera del sistema formal. En este sentido, se crearon las Misiones Robinson I y II (alfabetismo y educación básica), Ribas (educación media y diversificada) y Sucre (educación superior). Asimismo, la Misión concerniente a la formación para el trabajo fue denominada Vuelvan Caras. -9-
  • 14. diferencias en las necesidades que surgen del hecho de que los hogares tienen distintos tamaños; aún cuando, muchos de los ingresos mencionados anteriormente no pueden ser fácilmente asignados a un miembro específico del hogar. El ajuste que aquí aplicamos es el de dividir el ingreso del hogar por el número de sus miembros, del cual obtenemos el ingreso per cápita. Se suprime del análisis cualquier otra consideración acerca de la incorporación de otras características de los hogares. Por ejemplo, no se aprecian las economías de escala que surgen del hecho de vivir juntos, tal como lo sugieren diversos estudios9. En este sentido, a pesar de que la información proviene de los hogares, los cálculos y estimaciones se hacen a partir de las personas en su mayor parte, es decir, asignándole a cada miembro del hogar el ingreso per cápita del mismo. Luego de definido tanto el concepto de ingreso a utilizar como las unidades de observación y análisis, es necesario reseñar el marco conceptual que nos permita caracterizar la distribución del ingreso. Uno de los enfoques para realizar dicho análisis surge de la ciencia estadística, a través de la analogía que puede establecerse entre la función de distribución de una variable aleatoria y la distribución del ingreso. Esto es, la distribución del ingreso puede ser vista como una distribución de probabilidad donde la variable aleatoria sería el ingreso y la función vendría determinada por las fracciones de la población que perciben dichos ingresos. Una manera de caracterizar estas distribuciones es a través de los cuantiles10, los cuales son valores del ingreso que permiten dividir en grupos de igual tamaño a una población que ha sido previamente ordenada de manera ascendente según la variable de interés. Matemáticamente, los cuantiles se pueden calcular como (Cowell, 2000) Q(F ; q ) = inf {x | F ( x ) ≥ q} = xq , donde x es un elemento de la lista de ingresos ordenada de manera ascendente, F(x) es la representación funcional de la distribución del ingreso y q es un número entre 0 y 1 que determina en qué parte de la distribución se quiere hacer el corte. Un ejemplo de cuantiles son los cuartiles, los cuales dividen a la población en cuatro estratos de ingresos. En el primer cuartil están los que tienen los ingresos per cápita más bajos; este ingreso asciende por cuartil hasta llegar al último donde están los hogares/personas que perciben 9 Ver (Coulter, Cowell, and Jenkins 1992, p77(48)). 10 Del inglés “quantile”. - 10 -
  • 15. mayores ingresos. Con relación a la fórmula matemática presentada anteriormente, q = 0,25 separaría al primer cuartil del segundo, q= 0,50 lo haría para el segundo y tercer cuartil y q = 0,75 dividiría el tercer cuartil del cuarto. Para este estudio usaremos los siguientes cuantiles —colocando entre paréntesis el número de grupos en los cuales la población es dividida— : ventiles (20), deciles (10), quintiles (5) y cuartiles (4). IV.- Análisis de la distribución del ingreso Análisis de la distribución del ingreso a nivel nacional Se inicia el análisis con el cálculo de los ventiles de ingresos totales por hogares. Las características más relevantes de la distribución correspondiente se observan en el gráfico 1, en donde se muestran los promedios de los ingresos de los hogares pertenecientes a cada ventil, así como el ingreso promedio nacional. La comparación de este promedio con el ingreso mediano11 permite afirmar que la distribución del ingreso por hogares es bastante asimétrica en Venezuela; en otras palabras, muchos ganan relativamente poco y pocos ganan relativamente mucho. En términos numéricos, el valor de la mediana del ingreso por hogar a nivel nacional está cerca de Bs. 907.796, en tanto que el ingreso promedio por hogar es de Bs. 1.389.384. El hecho de que el ingreso mediano sea significativamente inferior al promedio está vinculado con que aproximadamente un 70 por ciento de los hogares percibe ingresos inferiores al promedio nacional. Otra forma de ver la asimetría es a través del diferencial entre el ventil 19 y el ventil 2, el cual nos dice que el primero tiene, en promedio, un ingreso siete veces mayor que el segundo. Pese a que este análisis hace patente el alto grado de desigualdad existente entre los hogares, es necesario tener presente que el mismo resulta insuficiente dado que no considera los diferentes tamaños de hogar existentes. En este sentido, el gráfico 2 muestra que el número de personas que componen los hogares venezolanos aumenta a medida que se incrementa el ingreso del hogar en los seis ventiles más bajos. Los hogares del primer ventil están compuestos en promedio de 2,5 personas, en tanto que los hogares que se encuentran del sexto ventil en adelante tienen en promedio 5 miembros. Hay que recordar que la evaluación del bienestar de los miembros de estos hogares es 11 Tomamos como aproximación de la mediana, el promedio del ventil 10. - 11 -
  • 16. incompleta si no tomamos en cuenta que las necesidades de dos hogares con ingresos similares son muy distintas cuando la cantidad de miembros entre ambos difiere. Esta diferencia entre el número de personas que componen los hogares, justifica la necesidad —tal como fue mencionado anteriormente— de trabajar con una medida de ingreso equivalente, que en nuestro caso es el ingreso per cápita. Luego de calculado el ingreso per cápita, queda por decidir si nos enfocaremos en la distribución del ingreso per cápita por hogar o, por el contrario, estudiaremos la distribución de este ingreso a nivel personal, esto es, si nuestra unidad análisis vendrá dada por el hogar o la persona. Esta escogencia es importante porque nuestra visión de la desigualdad depende de cuál de estas dos distribuciones se escoja (Cowell, 1984). Se adoptará en este estudio una visión individualista del bienestar, es decir, centraremos el análisis en las personas12. Las características de la distribución de los ingresos per cápita por persona se observan en el gráfico 3, en donde se muestran los promedios de dichos ingresos correspondientes a cada ventil, así como el promedio nacional. El ingreso por persona fue obtenido asignándole a cada individuo en la muestra el ingreso per cápita del hogar del cual es miembro; seguidamente, se estimaron los ventiles usando la distribución de personas por ingreso per cápita. Es importante señalar que en el presente estudio, al menos que se indique lo contrario, los cuantiles se referirán a los obtenidos usando esta distribución. Así pues, de forma similar a como sucedía en la distribución de los ingresos por hogares, se puede apreciar que se trata de una distribución asimétrica, en donde el ingreso per cápita mediano (Bs. 194.778) es significativamente inferior al ingreso medio (Bs. 323.605). Otra evidencia de la desigualdad en Venezuela viene dada por las diferencias existentes en los rangos de ingreso por ventiles a lo largo de la distribución; en este sentido, el gráfico 4 muestra los ingresos por persona mínimos y máximos correspondientes a cada ventil. Como puede apreciarse, la diferencia entre ambos extremos es pequeña en el caso de los ventiles bajos y medios, ampliándose significativamente para los últimos ventiles. A modo de ejemplo, vale la pena señalar que una persona que pase del límite inferior del ventil 2 al límite superior del ventil 3 experimenta una mejora en su ingreso mensual de aproximadamente Bs. 36.920, en tanto que otra que pase del ingreso mínimo del ventil 18 12 La igualación de los ingresos de los hogares favorece, en términos del nivel de vida, a los hogares más pequeños. Por el contrario, cuando esta igualación ocurre en los ingresos per cápita de las personas, los hogares favorecidos serán los más grandes (Ebert 1997, 233-244). - 12 -
  • 17. al máximo del ventil 19 aumenta su ingreso mensual en cerca de Bs. 421.349. Ello es indicador de la escasa mejora que supone pasar a un ventil superior cuando se está en un estrato de ingreso bajo, así como de la mayor dispersión existente en términos de ingreso en los estratos altos. Dado que el estudio de una distribución del ingreso particular no aporta mucho más elementos que los mencionados hasta ahora si no se tiene algún referente, se considera conveniente comparar la distribución del ingreso de 2005 con la de 1997, año en que se realizó la última ENPF. Con este fin, se calculan las variaciones reales de los ingresos promedio por persona, a nivel nacional y por ventiles entre estos años, las cuales se muestran en el gráfico 5. Las cifras en términos nominales para el primer año fueron obtenidas de (Urdaneta de Ferrán, 2001), mientras que las cifras para el segundo año corresponden a las presentadas en el gráfico 3. El cotejo se realizó llevando a precios de 1997 los ingresos promedio por persona correspondientes al año 2005, deflactándolos con el promedio anual del Índice de Precios al Consumidor del Área Metropolitana de Caracas, publicado por el Banco Central de Venezuela. Así pues, en el gráfico 5 es posible observar que el ingreso per cápita nacional experimentó en 2005 una desmejora en términos reales de 2,3 por ciento con respecto a 1997, comportamiento similar al exhibido por los ingresos promedio de la mayoría de los ventiles. Cabe señalar que el Producto Interno Bruto per cápita registrado en 2005 es menor en 5 por ciento al de 1997 (Ministerio del Poder Popular para la Planificación y el Desarrollo, 2007). Dado que éste es una medida del ingreso nacional, no debe sorprender la caída del ingreso per cápita medio en términos reales obtenida de la ENPF 1997 y la de 2005. Adicionalmente, el gráfico revela que los ventiles bajos observaron en promedio una disminución mayor del ingreso per cápita real que los ventiles de ingresos altos, lo que se aprecia mejor al calcular el promedio de la variación real para los primeros diez ventiles (- 5,2 por ciento) y compararlo con el promedio de los restantes diez ventiles (-1,4 por ciento). En consecuencia, pareciera que las diferencias existentes en materia de ingresos entre los diversos estratos se incrementaron entre 1997 y 2005. Un aspecto importante del análisis de la distribución del ingreso viene dado por la determinación de la fuente del mismo, lo cual se denomina distribución factorial. En este sentido, la composición de los ingresos totales por origen se muestra en el gráfico 6. En el mismo se puede apreciar que los sueldos y salarios (categoría que comprende no sólo los - 13 -
  • 18. sueldos y salarios básicos sino también todos aquellos ingresos que forman parte de la remuneración del trabajo asalariado, tales como: bonos, pagos por horas extras, comisiones, contribuciones de los patronos a la seguridad social y beneficios sociales otorgados por las empresas, entre otros) constituyen el ingreso de mayor importancia, con una participación de 59,3 por ciento; seguidos por el ingreso mixto (concepto que se utiliza en aquellos casos en los que no se puede distinguir la parte del ingreso que remunera el trabajo de aquella otra que remunera el capital), que representa 18,3 por ciento de los ingresos totales de los hogares. En tercer lugar en importancia, se encuentran las transferencias en dinero (categoría que incluye los ingresos por: jubilaciones, pensiones del seguro social, ayudas y becas, Misiones educativas, transferencias de dinero entre hogares y ventas de bienes durables, entre otras), las cuales alcanzan una participación de 13,9 por ciento. En contraposición, destaca la escasa importancia relativa de los ingresos del capital (categoría que engloba a los alquileres recibidos, los intereses, dividendos y el alquiler de tierras y terrenos), los cuales ascienden a tan sólo 2 por ciento de los ingresos totales, participación que sin embargo pudiera estar siendo subestimada dado que este tipo de ingreso se encuentra altamente concentrado, al estar en poder de un reducido número de personas, razón por la cual la probabilidad de que sean escogidos en la muestra es muy baja. Adicionalmente, se presenta el problema de que son los estratos más altos los más renuentes a compartir la información de sus ingresos. Por último, cabe destacar que los ingresos y las transferencias en especie representan conjuntamente tan sólo 6,4 por ciento del ingreso total. El gráfico 7 muestra para cada uno de los quintiles, la composición de los ingresos monetarios por origen, lo cual nos permite visualizar la fuente de los mismos para los diversos grupos. En el mismo se aprecia cómo la importancia relativa de los diferentes tipos de ingreso varía según el estrato. En este sentido, destaca que los sueldos y salarios —pese a ser el componente de mayor importancia para todos los niveles de ingreso— tienen mayor peso en los estratos altos (64,1 por ciento del ingreso monetario del quinto quintil), que en los estratos bajos (58 por ciento del ingreso monetario del primer quintil). En contraste, el ingreso mixto alcanza participaciones más altas en los quintiles más bajos (21,3 por ciento de los ingresos monetarios del quintil más bajo), que en los más altos (18,9 por ciento del ingreso monetario del último quintil). Estos dos hechos reflejan la menor incidencia que tiene el empleo formal en los grupos de la población que tienen menores ingresos. - 14 -
  • 19. Asimismo, se puede apreciar que el quintil más pobre obtiene una importante parte de sus ingresos de las transferencias que provienen de otros hogares y del gobierno, es decir, de las otras transferencias monetarias (18,5 por ciento del ingreso monetario en el primer quintil contra 6,7 por ciento en el quinto quintil). En contraposición, puede observarse que transferencias tales como las jubilaciones y las pensiones del seguro social tienen mayor importancia relativa en los quintiles de altos ingresos, destacándose la participación especialmente reducida que presentan en el 20% más pobre de la población (1 por ciento de su ingreso monetario). En parte, esto es consecuencia de que los quintiles más bajos tienen una población más joven que los quintiles más altos, aunque también refleja la menor incidencia de la protección social en los primeros. Ahora bien, hasta el momento la descripción de la distribución del ingreso en Venezuela se ha hecho asignándole a cada persona el ingreso per cápita del hogar al cual pertenece. A pesar de que esta estrategia nos permite evaluar el nivel de bienestar del hogar, y por ende de la persona, no nos dice mucho acerca de la capacidad que tiene ésta de generar ingresos para el hogar. En consecuencia, se considera conveniente evaluar esta capacidad a través del concepto de “perceptor”, entendido como la persona que genera un determinado tipo de ingreso. En este sentido, las características de la distribución del ingreso salarial mensual por perceptor pueden verse en el gráfico 8, en donde se muestran los promedios por ventiles tanto de los sueldos y salarios básicos como de los ingresos salariales totales. Los ingresos por trabajo asalariado que son pagados con una frecuencia distinta a la mensual y que fueron registrados como ingreso anual fueron mensualizados dividiéndolos entre doce. Adicionalmente, el gráfico provee información acerca de los respectivos promedios nacionales. Como puede apreciarse, la estructura presentada en el gráfico 8 es similar a la observada previamente en el caso de los ingresos totales per cápita. Nuevamente el salario mediano total (Bs. 519.869) es significativamente inferior a la media nacional (Bs. 802.911) y sólo los perceptores de los últimos cuatro ventiles perciben ingresos salariales superiores al salario medio, en tanto que las diferencias en los salarios promedios por ventiles son pequeñas en los estratos bajos y medios, y se hacen mayores para los ventiles más altos. Llama la atención que la comparación de la distribución de los sueldos y salarios básicos con la correspondiente a los ingresos salariales totales, revela que los otros componentes del ingreso salarial tienen mayor importancia en los estratos con mayor nivel de ingreso, - 15 -
  • 20. como lo evidencia la creciente brecha que se observa entre ambas distribuciones a medida que nos desplazamos hacia los ventiles más altos. Ello hace que la inclusión de estos beneficios laborales haga la distribución salarial incluso más desigual. Por otro lado, es importante mencionar que el salario básico promedio nacional obtenido de la ENPF (Bs. 545.679) equivale a aproximadamente 1,4 veces el salario mínimo del año 2005. La distribución del ingreso mixto por perceptor se presenta en el gráfico 9, en donde se muestran tantos los promedios por ventil como el ingreso mixto promedio a nivel nacional. Como puede observarse, en este caso nos encontramos también frente a una distribución asimétrica, en donde sólo los perceptores de ingreso mixto de los últimos 4 ventiles se encuentran por encima del promedio nacional (Bs. 551.414), el cual, por cierto, resultó similar al salario básico promedio. Cabe destacar que en el ingreso mixto se incluye una parte que remunera al capital invertido por el trabajador por cuenta propia, lo cual hace que este ingreso no sea directamente comparable al salario. Por su parte, el gráfico 10 muestra -por ventiles y quintiles- el número de personas (becarios) que recibieron ingresos bien por asistir o por ejercer de facilitadores en las Misiones educativas. Dado que el ingreso otorgado por persona por concepto de Misiones fue similar en todo el país (Bs. 173.785), el análisis en esta ocasión se centró en identificar qué grupos de ingreso fueron más beneficiados con esta política. Como muestra el gráfico 10, los quintiles con el mayor número de becarios fueron el primero (143.484 personas) y el segundo (129.382 personas); destacándose, sin embargo, el importante número de beneficiarios pertenecientes al cuarto quintil (118.885 mil personas). Es importante destacar, que los becarios de los dos primeros quintiles representan 52 por ciento de los becarios a nivel nacional (520.782 mil personas). Por otro lado, el menor número de beneficiarios se registró en el quintil más alto de la distribución (42.516 personas). Todo ello parece indicar que la política logró, en general, llegar a su población objetivo; a pesar del reducido número de becarios observado en el 5 por ciento más pobre de la población (sólo 9 por ciento del total del quintil), hecho que podría estar reflejando las dificultades estructurales que enfrentan los grupos más marginados de la sociedad para acceder a las ayudas de la política social. Para finalizar la descripción de los perceptores de ingresos, a continuación nos enfocamos en aquellos ingresos que se originan en el sistema de seguridad social, a saber, las jubilaciones y/o pensiones pagadas tanto por las empresas privadas o los organismos y - 16 -
  • 21. empresas públicas, como las jubilaciones y pensiones del Seguro Social Obligatorio (SSO). Tal como se puede ver en el gráfico 11, en el caso de las empresas privadas u organismos y empresas públicas, se estimó que el número de perceptores totales era de 563.417 personas; mientras que el número de beneficiados por el SSO era de 592.459 personas. Es importante destacar que esta estimación es bastante inferior al número oficial de beneficiarios, 819.824 personas para finales del año 2005 (Ministerio del Trabajo, 2006), lo que indica que nuestra descripción sufre de algunas limitaciones que vienen dadas por el hecho de que nuestros resultados dependen de una muestra que no fue diseñada con el propósito de ser representativa de los pensionados y jubilados. Aún así, los datos proporcionados por la encuesta son aceptables en términos de representatividad13. Así pues, desde el punto de vista de la distribución, nos encontramos con que la cantidad de pensionados aumenta en ambos casos con el ingreso. En efecto, observamos que más de la mitad de los pensionados y/o jubilados se encuentran en el cuarto cuartil; mientras que menos del 5 por ciento de éstos se encuentran en el primer cuartil. Asimismo, existe una correlación positiva entre las jubilaciones y/o pensiones por perceptor pagadas por las empresas y organismos públicos y el ingreso per cápita del hogar. Ello se evidencia en el hecho de que este tipo de jubilaciones y/o pensiones son en promedio de Bs. 737.106 en el cuarto cuartil, lo que representa tres veces más de lo que percibe un jubilado y/o pensionado pagado por su ex patrono en el cuartil inferior. En el caso de las jubilaciones y/o pensiones pagadas por el SSO, éstas crecen hasta alcanzar un máximo de Bs. 370.000 en los últimos dos cuartiles. Finalmente, la composición de la población en términos de pobreza es recogida en el gráfico 12, en donde se muestra a la población venezolana dividida en cuatro grupos: pobres extremos, pobres, vulnerables y personas cuyo ingreso es superior al promedio nacional. En dicha clasificación se utilizó la línea de pobreza definida por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), según la cual se considera pobres extremos a aquellas personas cuyo ingreso per cápita mensual es inferior al costo por persona de la canasta alimentaria normativa (Bs. 69.470 para 2005), en tanto que se ubican dentro de la categoría de pobres aquellas personas cuyo ingreso mensual es superior al costo de la canasta alimentaria pero inferior al de la canasta básica, definida como dos veces el costo de la canasta alimentaria (Bs. 138.940 para 2005). Por su parte, la población considerada 13 El coeficiente de variación del estimado del total de pensionados del SSO es 11,4%. - 17 -
  • 22. vulnerable comprende a aquellas personas con un ingreso per cápita que se encuentra por encima de la línea de pobreza y por debajo del ingreso promedio nacional (Bs. 323.605), en tanto que el último grupo está conformado por quienes poseen ingresos mensuales superiores a la media nacional. Así pues, según estas definiciones, la población venezolana está constituida por un 7,9 por ciento de personas que se encuentran en pobreza extrema, esto es, personas que no pueden cubrir ni siquiera sus necesidades alimenticias. En tanto que un 24,1 por ciento no tiene ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas, lo cual implica que poco menos de un tercio de la población (32 por ciento) vive en condiciones de pobreza. Adicionalmente, la asimetría existente en la distribución del ingreso, reflejada en la importante proporción de la población que percibe ingresos inferiores a la media nacional, se evidencia, en este caso, en el hecho de que 38,8 por ciento de la población cae dentro del grupo de “vulnerables”, mientras que sólo un 29,2 por ciento devenga ingresos superiores a la media nacional. Por ventiles, la distribución de estos grupos es la siguiente: los pobres extremos se ubican exclusivamente en los ventiles 1 y 2, mientras que los pobres entre los ventiles 2 – 7, la población vulnerable está comprendida entre los ventiles 7 – 15, en tanto que las personas con ingresos superiores a la media se localizan entre los ventiles 15 - 20. Por otro lado, el cuadro 3 muestra los indicadores sugeridos por Foster, Creer y Thorbecke (CEPAL, 2007) para hacer una evaluación más completa de la pobreza. En efecto, además del índice de recuento o tasa de pobreza, estos autores sugieren medir este problema a través de la brecha de pobreza normalizada al ingreso per cápita de los hogares, así como mediante el uso de un índice de severidad dentro de los pobres. El primero nos dirá qué tan lejos están estos en promedio de la línea de pobreza, mientras que el segundo nos revelará la heterogeneidad de los pobres en términos de ingresos. En este sentido, los resultados presentados en el cuadro 3 nos indican que, para 2005, 7,9 por ciento de la población vivía en una situación de pobreza extrema, 32,0 por ciento estaba en condición de pobreza y 70,8 por ciento recibía ingresos menores que la media. A modo de referencia cabe señalar que para el mismo año, 15 y 40 por ciento de la población latinoamericana vivía en situación de pobreza extrema y pobreza, respectivamente (CEPAL, 2007). Es llamativo, sin embargo, que la pobreza medida con la ENPF es notablemente inferior a la tasa de pobreza calculada por la CEPAL para Venezuela, a saber, 16 por ciento en el caso de la pobreza extrema y 37 por ciento para la pobreza; ello puede tener su origen en el modo en que se miden los ingresos, tal como se describió en la sección II. Por su parte, el - 18 -
  • 23. indicador de la brecha de pobreza sugiere que, basados en los resultados de la ENPF, los ingresos de los pobres no están muy alejados de la línea de pobreza que les corresponda; en efecto, los ingresos de estos grupos de la población se encuentran a una distancia promedio de 2,6 por ciento en el caso de los pobres extremos y de 10,6 por ciento en el caso de los pobres. Similarmente, el índice de severidad nos sugiere que hay poca desigualdad a lo interno de la población pobre, al ser dicho índice menor que la brecha de la pobreza normalizada. Análisis de la distribución del ingreso por dominios En esta sección analizamos cómo se encuentra distribuido el ingreso entre y dentro de los dominios de estudio de la ENPF. Específicamente, nos enfocamos en identificar las diferencias en materia de ingresos entre las ciudades de distinto tamaño; así como en abordar algunas de las asimetrías presentes al interior de estas ciudades. La distribución de la población y de los ingresos totales por dominios se muestra en el gráfico 13. En el mismo puede observarse que el Área Metropolitana de Caracas y las ciudades grandes se caracterizan por concentrar un porcentaje de los ingresos totales mayor al porcentaje de la población nacional que en ellos vive, mientras que las zonas rurales y las ciudades pequeñas se encuentran en la situación contraria (esto es, con un porcentaje de la población superior al porcentaje de ingresos que concentran). Por su parte, sólo en las ciudades medianas se encuentran equiparadas las participaciones en términos de población y de ingresos. Producto de lo anterior, las diferencias en los ingresos promedio per cápita entre dominios son considerables, tal y como puede verse en el gráfico 14. En este sentido, cabe destacar que el Área Metropolitana de Caracas se caracteriza por ser el dominio que registra el mayor ingreso promedio por persona (Bs. 527.670), seguida de las ciudades grandes (Bs. 361.698). En tercer lugar se encuentran las ciudades medianas (Bs. 321.129 mil), mientras que las zonas rurales se distinguen por tener el ingreso promedio por persona más bajo de todo el país (Bs. 168.500), el cual equivale a aproximadamente un tercio del correspondiente al Área Metropolitana. Cabe señalar, sin embargo, que para este cálculo se han considerado sólo los ingresos nominales, lo que implica que no se han tomado en cuenta las diferencias en los niveles de precios de las canastas de consumo - 19 -
  • 24. representativas de los diferentes dominios. En este sentido, es posible imaginarse que los precios en el Área Metropolitana sean más altos que en el resto del país, especialmente las ciudades más pequeñas, por lo que al incorporarse este factor pudiera ser que las comparaciones en términos de niveles de vida no dieran resultados tan dramáticos como los presentados aquí. Un patrón similar se observa en los salarios y en el ingreso mixto, tal y como puede apreciarse en los gráficos 15 y 16, en donde se muestran los salarios e ingresos mixtos promedio por perceptor correspondientes a cada dominio. En efecto, para ambos tipos de ingreso, el Área Metropolitana de Caracas resultó ser el dominio que registró el mayor ingreso promedio por persona, seguido de las ciudades grandes. Por ejemplo, los sueldos y salarios en el primer dominio fueron en promedio Bs. 1.090.556, mientras que en el segundo de Bs. 859.408. Con relación a los ingresos mixtos, se tiene que éstos fueron de Bs. 985.447 y Bs. 608.417 para el primero y segundo dominio, respectivamente. En contraposición, las zonas rurales siempre se ubicaron en el extremo inferior de la distribución con Bs. 481.366 para sueldos y salarios, y Bs. 292.905 para ingresos mixtos. Ello pone de manifiesto no sólo la evidente desigualdad existente entre dominios en materia de ingresos nominales, sino más aún, la existencia de una posible polarización, en la medida en que el Área Metropolitana de Caracas y las zonas rurales (los dos polos de la distribución) constituyen realidades significativamente disímiles entre sí, reflejando, por tanto, visiones muy distintas de la realidad nacional. Por su parte, el análisis del número de personas (becarios) que recibieron ingresos por asistir o servir de facilitadores en las Misiones educativas, revela asimismo las diferencias existentes entre dominios. En este sentido, el gráfico 17 muestra para cada dominio el número de personas beneficiadas. Como puede apreciarse, las ciudades pequeñas y las zonas rurales resultaron ser las que tuvieron un mayor porcentaje de becarios con relación a su población total, 3,4 y 2,6 por ciento respectivamente; resultado que es consistente con el hecho de que son éstas las zonas del país que registran los menores ingresos promedio per cápita. En contraste, el Área Metropolitana de Caracas, región que como hemos visto se caracteriza por poseer el ingreso promedio más alto a nivel nacional, tuvo el menor porcentaje de personas beneficiadas, 0,9 por ciento. Todo ello parece indicar que por dominios la política fue también exitosa en alcanzar a parte de su población objetivo, más aún si tomamos en cuenta que el promedio de la ayuda (Bs. 173.785) representaba - 20 -
  • 25. 103 por ciento del ingreso per cápita de las zonas rurales; es decir, el monto de las ayudas y becas era superior a lo recibido mensualmente en promedio por cada miembro del hogar. Finalmente, para concluir el análisis por tipo de ingresos, en el gráfico 18 se presentan tanto el número de pensionados y jubilados, como los montos de las pensiones por tipo de organismo que hace el pago. Como podemos ver, este componente de la seguridad social es un elemento casi característicamente urbano. En efecto, la mitad de los perceptores de este tipo de ingreso vive en el Área Metropolitana de Caracas y las ciudades grandes, lo que contrasta con el hecho que 41 por ciento de la población vive en estos dominios. En tanto que, sólo 6 por ciento de los jubilados vive en las zonas rurales, aún cuando éstas concentran 13 por ciento de la población. Por otro lado, una característica interesante de los montos promedios por perceptor, es que las pensiones del SSO son relativamente uniformes a lo largo de todos los dominios, mientras que en el caso de las pensiones pagadas por el Estado u organismos privados éstas son mayores en el Área Metropolitana de Caracas y disminuyen con el tamaño de población del dominio. Esto se puede explicar por el hecho de que las primeras no son pagadas según el nivel del ingreso que tenía el trabajador sino conforme a una cantidad fija que determina el Gobierno nacional por decreto; en cambio, el monto del segundo tipo de pensiones está relacionado con el nivel de salario que tenía el perceptor al momento de jubilarse, el cual está correlacionado con los ingresos mostrados en el gráfico 14. Las características de la distribución de los ingresos por personas a nivel de los dominios se presentan en el gráfico 19, en donde se muestran los ingresos promedio de los deciles calculados a partir de la información de cada dominio. Como puede apreciarse, el Área Metropolitana de Caracas presenta ingresos promedios mayores para todos los deciles, seguida de las ciudades grandes; en tanto que las zonas rurales poseen los menores ingresos promedios. Es también relevante que las diferencias existentes entre los deciles de los dominios son pequeñas en el caso de los estratos bajos y se amplían para los deciles más altos. Ello refleja no sólo que las diferencias entre dominios son mayores en los estratos altos, sino también que la desigualdad al interior de aquellos aumenta con el tamaño del centro poblado representado en el dominio. Con el fin de ilustrar estas diferencias, vale la pena indicar que una persona que perciba un ingreso per cápita mensual de Bs. 360.000 se ubicaría en las zonas rurales en el decil 10, en tanto que si - 21 -
  • 26. vivera en el Área Metropolitana de Caracas se situaría en el decil 6 de la distribución. Por otro lado, mientras que en las zonas rurales el ingreso promedio mensual de alguien que se encuentre en el decil 10 equivale a aproximadamente 15 veces el de otra persona que se ubique en el decil 1, en el Área Metropolitana de Caracas esta relación asciende a casi 21 veces. En concordancia con el menor ingreso promedio registrado en las zonas rurales, las mismas concentran poco menos de un tercio del total de pobres extremos a nivel nacional (29,8 por ciento), tal y como puede observarse en el gráfico 20; en tanto que el Área Metropolitana de Caracas exhibe tan sólo 2,7 por ciento de las personas que en el país viven bajo esta condición. En el resto de los dominios —ciudades grandes, medianas y pequeñas— la población en pobreza extrema supera levemente el 20 por ciento en cada caso. Por su parte, el gráfico 21 presenta la distribución por dominios de la población en condiciones de pobreza. En el mismo puede apreciarse que la mayor concentración de personas pobres se observa en las ciudades pequeñas (25,9 por ciento) y grandes (24,4 por ciento), seguidas de las zonas rurales (22,6 por ciento). Nuevamente, el Área Metropolitana de Caracas se distingue por tener la menor proporción de esta población a nivel nacional (6,1 por ciento). Estos resultados sugieren que la acción pública contra este mal debe enfocarse en transferir recursos directamente, a través de ayudas, a los hogares que habitan en las ciudades pequeñas y zonas rurales; o indirectamente, a través de más y mejores servicios públicos. No obstante, con el fin de obtener mejores medidas de pobreza en el país, sería conveniente calcular líneas de pobreza que tomen en consideración los precios efectivamente pagados en los dominios. Otra forma de ver la profundidad de la pobreza en los distintos dominios es evaluando la incidencia de ésta en los mismos, tal y como se muestra en el cuadro 4. Dada la distribución de la pobreza mencionada anteriormente, se puede estimar que las zonas rurales se caracterizan por ser el dominio que tiene el mayor porcentaje de su población viviendo en condiciones de pobreza (58,1 por ciento), en tanto que las ciudades pequeñas y medianas tienen aproximadamente un tercio de su población (32,3 y 32,9 por ciento, respectivamente). En contraposición, la población pobre del Área Metropolitana de Caracas asciende a tan sólo 13,6 por ciento. Nuevamente, cualquier acción contra la pobreza implica necesariamente la definición de políticas específicas dirigidas tanto a las ciudades pequeñas como a las zonas rurales. - 22 -
  • 27. Con relación a la población en condiciones de vulnerabilidad, se observa que son las ciudades pequeñas y grandes las que agrupan a nivel nacional la mayor proporción de estas personas (28,5 y 28,2 por ciento respectivamente), tal y como puede apreciarse en el gráfico 22. En tanto que la región capital y las zonas rurales muestran aproximadamente 12,1 y 11,3 por ciento, respectivamente. IV.- Indicadores de desigualdad del ingreso El análisis de la distribución del ingreso que se realizó anteriormente es complementado en esta sección con una caracterización de los indicadores de desigualdad calculados a partir de los datos de la ENPF 2005. En primer lugar, haremos una breve descripción conceptual que sirva para ubicarnos en el tema; seguidamente, nos concentraremos en los indicadores calculados a partir de la distribución de ingresos per cápita de los hogares, antes de estudiar los obtenidos a partir de datos de las personas. Finalmente, aplicaremos una descomposición a los índices provenientes de la teoría de la información, a fin de explorar si la desigualdad se puede explicar por las comparaciones entre personas dentro de los dominios o por comparaciones entre los ingresos per cápita promedio de estos. Como vimos en las secciones anteriores, uno puede caracterizar la desigualdad a través de conceptos provenientes de la estadística; esto es, a través de símiles de cómo se caracterizan las distribuciones de probabilidades. Uno de estos elementos caracterizadores es la dispersión o el grado de variación de los datos. En este sentido, una medida clásica de dispersión es la varianza, o la raíz cuadrada de la misma – desviación estándar—cuya N ∑ (y − y) 2 i fórmula es σ = i =1 14 . Al fijarse en esta fórmula, uno puede darse cuenta que la N desviación estándar está basada en comparaciones del nivel de ingresos de cada unidad de análisis –sean estos hogares o personas—con el ingreso medio. Esto nos plantea una deficiencia que tienen las medidas de dispersión como indicadores de desigualdad, al no incorporar comparaciones interpersonales, las cuales son muy importantes dentro de este análisis. Asimismo, las medidas de dispersión tampoco satisfacen ciertas propiedades consideradas convenientes, que describiremos posteriormente. 14 En este caso nos estamos refiriendo a la fórmula de la desviación estándar de la población, lo que explica que el denominador sea N y no N - 1. - 23 -
  • 28. Es importante destacar dos aspectos conceptuales con relación a las medidas de desigualdad. En primer lugar, no se ha hecho la distinción entre desigualdad y concentración, entre otras razones, porque la literatura no parece hacerla y las trata como sinónimos. O lo que es lo mismo, si una sociedad es desigual es porque ella misma tiene unos pocos miembros que concentran un alto porcentaje de los ingresos. Para ser consistentes en el uso de los conceptos nos referiremos a lo largo de esta sección a los indicadores de desigualdad, alertando al lector que en otras ocasiones también se les denomina indicadores de concentración. En segundo lugar, la desigualdad se mide de manera ordinal; dicho de otro modo, los números que nos arrojen los indicadores nos permitirán decir si la distribución del ingreso de una población es menos o más desigual que la distribución de otra población. Sin embargo, no se podrá establecer en qué grado lo es. Como se mencionó anteriormente, existe en la literatura una serie de propiedades que se considera deseable que cumplan los indicadores de desigualdad y cuya escogencia dependerá de los propósitos que tenga el o la analista. En este estudio nos interesamos en tres de estas propiedades, a saber: el de anonimato, el de transferencia y el de descomposición aditiva. La primera propiedad estipula que lo único que nos preocupa de las personas es su nivel de ingresos per cápita y no otra clase de información. Bajo esta propiedad, sucede, pues, que la desigualdad no cambia si a una persona de bajos ingresos le damos los ingresos de una persona que se encuentra en la parte más alta de la distribución y viceversa. La segunda propiedad —el principio de transferencia— plantea que al ordenarse los ingresos de mayor a menor, lo cual se describe por un vector de ingresos (y1,…, yi,…, yj,…,yn) donde y1 ≤ yi ≤ yj ≤yn; uno desearía que la medida de la desigualdad aumentara si se transfiriese parte del ingreso de una persona pobre a una más adinerada, o en otras palabras, dado un 0<δ<yi se obtuviera la siguiente distribución (y1,…, yi-δ,…, yj+δ,…,yn). Finalmente, la tercera propiedad —denominada descomposición aditiva— consiste en obtener el indicador de desigualdad como la suma ponderada de los indicadores de cada subconjunto, una vez que se ha realizado una determinada partición a la población. En este caso, las ponderaciones deben ser proporcionales a la participación que tiene cada uno de estos subconjuntos dentro de la población total. - 24 -
  • 29. Un concepto útil para la descripción del grado de desigualdad es la curva de Lorenz, para cuya elaboración partimos nuevamente por ordenar de manera ascendente a todas las personas de acuerdo a su nivel de ingreso per cápita. En este sentido, la curva de Lorenz se puede obtener usando la siguiente formula, nq ∑y i =1 i nq L(q ) = , y donde yi son los ingresos de la persona i, nq es el tamaño de la población correspondiente a la fracción q∈(0, 1) de la misma y y es el ingreso medio. De manera más intuitiva, lo que calculamos de esta forma es la proporción del ingreso total que le corresponde a cada proporción de la población cuando ésta se ordena de manera ascendente según su nivel de ingresos. O de otra manera, el tanto % del ingreso total que le corresponde al tanto % de la población con menores ingresos15. Se dice que una distribución A genera más bienestar social que otra B, si la curva de Lorenz de A está por encima de la de B para todas las proporciones de la población, asumiendo que la función de bienestar social es de forma separable aditivamente16. Esta relación se denomina dominancia de segundo orden. Una medida que permite hacer comparaciones para establecer dicha dominancia es el índice de Gini, el cual está directamente relacionado con la curva de Lorenz. Este índice, que ha sido ampliamente utilizado, corresponde conceptualmente al área entre la línea de la curva de Lorenz y la línea de 45° o línea de ingresos igualitarios17. El índice de Gini puede ser calculado también usando la fórmula 15 Se denomina curva de Lorenz al gráfico de ejes cartesianos donde el porcentaje de la población con menores ingresos, q, se usa como coordenada x y el porcentaje de ingresos de ese porcentaje, L, se coloca en el eje y. 16 Se dice que una función de bienestar social es separable aditivamente si se puede escribir como: W (F ) = ∫ u ( x ) dF( x ) , donde u es una función de evaluación de los ingresos individuales y F denota la distribución empírica de los ingresos. 17 Si la distribución del ingreso fuera completamente igualitaria, a cada fracción de la población q le correspondería una fracción del ingreso q. En consecuencia, la distribución igualitaria pudiera representarse como L = q, cuya pendiente es uno, lo que corresponde a una línea que parte del origen y que genera un ángulo de 45° con el eje de las abscisas. - 25 -
  • 30. 1 n n G= ∑∑ yi − y j , 2n 2 y i =1 j =1 lo cual hace de este indicador un promedio de las diferencias absolutas que surge de comparar el ingreso de cada miembro de la población con todos los demás, diferencias que son normalizadas por la media de los ingresos. Si todos recibieran el mismo nivel de ingreso, G = 0; a su vez, el mayor grado de desigualdad es indicado por G=1. De las propiedades mencionadas anteriormente, el índice de Gini no cumple la de descomposición aditiva, cumpliendo, eso sí, las otras dos. Una familia de índices que sí cumple con las tres propiedades anteriormente mencionadas es la derivada de la teoría de la información. Un componente esencial en esta teoría es el concepto de entropía, el cual se define como la información esperada en una distribución de probabilidad cualquiera. Utilizando funciones que permiten evaluar la cantidad de información esperada, Theil sustituye el concepto de distribución de probabilidad por el de distribución de ingresos para construir un nuevo indicador de desigualdad, el índice de Theil18. De este indicador surge una familia de indicadores conocidos como los indicadores generalizados basados en la entropía que incluyen, además del índice antes mencionado, a la varianza logarítmica y al coeficiente de variación. La fórmula general de estos índices es la siguiente: α N ⎡ ⎤ 1 ⎛ yi ⎞ α I GE = 2 ∑ ⎟ ⎢⎜ ⎟ − 1⎥ , α − α i =1 ⎢⎜ y ⎠ ⎣⎝ ⎥ ⎦ donde el parámetro α sirve para controlar la sensibilidad del indicador a partes específicas de la distribución. Mientras más grande sea este parámetro, más sensible será a comparaciones en la parte alta de la distribución. Cuando α = 0, este indicador se convierte en el de la varianza logarítmica; si α = 1, será el de Theil, finalmente, cuando α = 2 se obtiene el coeficiente de variación. El cuadro 5 muestra algunos indicadores de concentración de ingresos per cápita, tanto a nivel nacional como a nivel de los dominios, cuando la unidad de análisis es el hogar. El índice de Gini a nivel nacional es 0,50. Adicionalmente, los resultados nos indican que el dominio con menor desigualdad es el correspondiente a las ciudades pequeñas. Por otro 18 Para más detalles, véase (Sen 2001, 292). - 26 -
  • 31. lado, la clasificación del dominio con mayor desigualdad dependerá de la parte de la distribución en que nos enfoquemos. En tres de los indicadores, a saber: el índice de Gini, la varianza del logaritmo y el índice de Theil; los dominios más desiguales son el Área Metropolitana de Caracas y las ciudades medianas. La única diferencia se presenta con el coeficiente de variación, el cual muestra que el dominio más desigual es el de las zonas rurales, aunque el Área Metropolitana de Caracas y las ciudades medianas siguen teniendo un nivel de desigualdad alto en comparación al resto. Es un hecho conocido que el índice de Theil otorga más peso a las comparaciones que ocurren en la parta baja de la distribución, mientras que el coeficiente de variación es más sensible a comparaciones en la parte alta. Es por ello, que este último indicador parece sugerir que en las zonas rurales existe una mayor polarización en términos de ingresos que en los otros dominios. Los indicadores de desigualdad calculados a partir de la distribución de los ingresos per cápita, cuando la unidad de análisis es la persona, son provistos en el cuadro 6. En este cuadro se puede observar que la desigualdad es ligeramente menor cuando es analizada desde el punto de vista de las personas y no de los hogares. Ello se debe a que al pasar del análisis por hogares al de personas, la parte de la distribución que se expande es precisamente la parte baja, por lo que uno puede inferir que las personas son más igualitariamente pobres que los hogares. Para ilustrar lo que aquí se está diciendo con relación a la desigualdad, podemos ver que el coeficiente de Gini de la distribución del ingreso de las personas mostrado en el cuadro 6 es 0,47, en contraste con el 0,50 que se obtuvo en el caso de la distribución del ingreso de los hogares. El índice de Gini del ingreso per cápita de las personas ubica a Venezuela en un nivel medio dentro de los países de América Latina, junto a Perú, Ecuador y Costa Rica (CEPAL, 2007). Sin embargo, el valor del índice de Gini para Venezuela está por encima de países tales como Suecia (0,25), Noruega (0,26) y Finlandia (0,28) (UN, 2006)19. Desde un punto de vista histórico, se observa una ligera mejora con relación al índice de Gini que Venezuela tenía para el año 1997, calculado a partir de la ENPF realizada en ese año; el valor de este índice para ese año era 0,49 (Urdaneta de Ferrán, 2001). 19 A diferencia del sistema de cuentas nacionales, no existe todavía en el mundo un sistema internacional de estadísticas que mida la desigualdad de manera estándar entre países. El principal problema es que las bases de datos utilizadas para realizar los cálculos aún no han sido homogeneizadas ni en términos de conceptos ni de diseño muestral. - 27 -
  • 32. Con relación a la desigualdad por dominios, nos encontramos con que el ordenamiento de los mismos no se altera de manera significativa. El dominio de las ciudades pequeñas sigue siendo el más igualitario según todos los indicadores; aunque las zonas rurales aparecen también como un dominio con menor desigualdad. Por el otro lado, los dominios Área Metropolitana de Caracas y ciudades medianas son los más desiguales. Una vez que se tiene una medida de la desigualdad, cabe la pregunta de si este fenómeno se explica a nivel nacional por las diferencias en los ingresos entre las personas —sin importar en qué dominio viven—, o si las diferencias en los ingresos promedios entre los dominios también ayudan a explicar la desigualdad. Para responder a esta pregunta se realizó una descomposición aditiva de los índices generalizados de entropía entre estas dos partes. La descomposición del índice de Theil, I GE , se puede expresar 1 algebraicamente como: I GE = I GE , I + I GE , E , 1 1 1 donde I GE , I mide la desigualdad a lo interno de los dominios e I GE , E hace lo mismo pero 1 1 entre los dominios. El primer índice se puede calcular mediante la siguiente fórmula: 5 1 1 I GE , I = ∑ 1 I GE , k k =1 sk donde sk es la participación del dominio k en la suma total del ingreso a nivel nacional e I GE ,k es el índice de Theil calculado sólo con los datos de la población que habita en el 1 dominio k. Es decir, I GE , I es la suma ponderada de los índices de Theil correspondientes a 1 cada dominio, donde el peso a utilizar es la proporción del ingreso de cada uno de estos dentro del ingreso nacional. Por su parte, I GE , E es un índice de Theil que se calcula al 1 asignarle a cada persona el ingreso per cápita promedio del dominio donde él o ella habita. Los resultados de esta descomposición son mostrados en el cuadro 7. Según estos, la desigualdad se explica, aproximadamente, entre un 88 y 94 por ciento por las diferencias de ingresos entre las personas dentro de los dominios, en tanto que el resto de la desigualdad a nivel nacional ocurre porque existen divergencias en el ingreso per cápita promedio entre dominios. Las implicaciones en términos de decisiones para la formulación - 28 -
  • 33. de políticas son obvias: la nivelación de ingresos entre los dominios sólo reduciría la desigualdad en aproximadamente 10 por ciento. En resumen, a pesar de que Venezuela es un país que tiene un nivel relativamente alto de desigualdad en los ingresos, se ubica entre los países medios en la región latinoamericana. Asimismo, la desigualdad es mayor en 2005 con respecto al año 1990, pero se mantiene en niveles similares a los del año 1997. Sin embargo, hay evidencia que la desigualdad ha venido disminuyendo luego de los efectos terribles que tuvo la crisis política del 2002 — 2003, la cual hizo subir el índice de Gini a un valor cercano a 0,50 (CEPAL, 2007); por lo que para determinar la dirección final de la tendencia de la desigualdad habrá que esperar información más reciente. Por otro lado, la desigualdad en los ingresos es una característica que se encuentra a lo largo de todo el país y se explica poco por las diferencias en los ingresos per cápita promedio entre las regiones. Desde el punto de vista geográfico, la desigualdad en los ingresos se encuentra principalmente ubicada en el Área Metropolitana de Caracas y las ciudades medianas; en contraste, la desigualdad en las ciudades pequeñas es la menor del país, lo cual nos da un punto de partida por donde iniciar una exploración más profunda del tema. V.- Conclusiones El propósito del estudio es el de caracterizar la distribución del ingreso en Venezuela a partir de la información suministrada por la ENPF 2005, la cual es la mejor fuente de datos para este fin. Nuestra motivación principal es la de evaluar las condiciones de vida de los hogares y las personas a partir de la capacidad de compra que genera el ingreso familiar total per cápita. Para obtener el ingreso familiar total se sumó el ingreso laboral, mixto, de capital y las transferencias; no se realizaron ningún tipo de ajustes o de imputación. Con los resultados aquí obtenidos podemos comparar la situación actual del país, en términos de desigualdad del ingreso, con otros de la región o con períodos anteriores. La característica fundamental de la distribución del ingreso en Venezuela es su asimetría, la cual se expresa en el hecho de que una buena parte de la población (70 por ciento) se concentra por debajo del ingreso per cápita medio. Otra evidencia de la desigualdad en Venezuela viene dada por las diferencias existentes en los rangos de ingreso por ventiles a lo largo de la distribución; pasar de un ventil a otro en la parte alta de la distribución implica un salto importante en el nivel de ingresos (Bs. 421.349 del ventil 18 al 19), - 29 -
  • 34. mientras que en la parte baja sólo resulta en una leve mejora (Bs. 36.920 del ventil 2 al 3). En consecuencia, no debe sorprender que los pobres extremos y los pobres se encuentren muy cerca de las líneas de pobreza, a pesar de que 7,9 por ciento de la población se encuentre en pobreza extrema y 32 por ciento viva en condiciones de pobreza según los datos de la encuesta. En otras palabras, la distribución del ingreso per cápita está comprimida hacia la derecha. Además de las diferencias en la distribución personal del ingreso, también se observan contrastes en la distribución entre dominios. El Área Metropolitana de Caracas y las ciudades grandes concentran una fracción del ingreso nacional que es mayor que la fracción de las personas que viven en ellas. Esto determina, en primer lugar, que las variaciones en los ingresos promedios per cápita entre dominios sean considerables, siendo por supuesto más altos en el Área Metropolitana de Caracas. En segundo lugar, que en las zonas rurales se agrupen aproximadamente un tercio del total de pobres extremos a nivel nacional y un quinto de los pobres no extremos. La reducción de la pobreza implica necesariamente dedicar recursos a estas zonas, conjuntamente con las ciudades pequeñas. Sin embargo, es importante destacar que el conteo de los pobres extremos y no extremos se realizó usando una línea de pobreza representativa de todo el país, lo cual pudiera estar clasificando personas de manera errónea al no tomar los niveles de precios prevalentes en cada dominio. Finalmente, hallamos que Venezuela está ubicada en un nivel de desigualdad medio con respecto a otros países latinoamericanos, pero más alto que otros países europeos o asiáticos. Asimismo, la desigualdad del ingreso no ha podido recuperar los niveles que tenía antes de la aplicación de las reformas económicas a partir de 1989, y que ya mostraba signos de deterioro a mitad de los noventa. Desde el punto de vista geográfico, la desigualdad es un fenómeno generalizado presente en todos los dominios, aunque es más notable en el Área Metropolitana de Caracas. A diferencia de la pobreza, la reducción de la desigualdad implica un esfuerzo importante en el Área Metropolitana de Caracas y en las ciudades grandes. Existen múltiples áreas de investigación que quedan planteadas a partir de este estudio. Como por ejemplo, sería pertinente cruzar la información de ingresos que se obtiene de la ENPF 2005 con la recogida para las cuentas nacionales, con el propósito de mejorar las medidas de ingresos aquí utilizadas y agregar correcciones que nos permitan llegar a una - 30 -
  • 35. medida de ingreso disponible de los hogares. Asimismo, sería importante calcular una medida de ingreso equivalente para Venezuela diferente a la de ingreso per cápita. Otro tema importante es el cálculo de líneas de pobreza que tomen en cuenta los precios correspondientes a cada dominio; es posible que en algunos de estos, la pobreza esté subestimada mientras que en otros sobrestimada. Tener una mejor visión de la ubicación geográfica es importante a la hora de decidir dónde deben dirigirse los recursos para subsanar este problema. References CANBERRA GROUP. (2001): Final report and recommendations, Ottawa, Canberra Group. CEPAL. (2007): Panorama social de América Latina 2006. Santiago de Chile: Naciones Unidas. COULTER, F. A. E., F. A. COWELL, Y S. P. JENKINS. (1992): “Differences in needs and assessment of income distributions”, Bulletin of Economic Research, volumen 44, N°. 2: pp. 77-124. COWELL, F. A. (2000): “Measurement of inequality”, en Atkinson, A. B., y Bourguignon, F., editors, Handbook of income distribution volumen 1., Amsterdam, Elsevier Science, North-Holland, pp. 87-166. COWELL, FRANK A. (2000): Measuring inequality, Oxford, London School of Economics. ———. (1984): “The structure of American income inequality”, Review of Income & Wealth, año 30, N°. 3, pp. 351-75. EBERT, UDO. (1997): “Social welfare when needs differ: An axiomatic approach”, Economica, año 64, N°. 254, pp. 233-44. FUNDACIÓN ESCUELA DE GERENCIA SOCIAL. (2006): La desigualdad en Venezuela, Caracas, FEGS. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA. Http://www.ine.gov.ve/fichastecnicas/menufichastecnicas.asp. [citado 11/01 2007]. MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA PLANIFICACIÓN Y EL DESARROLLO. SISOV: Indicadores. 2007 [citado 10/25 2007]. Disponbible en: http://www.sisov.mpd.gob.ve/indicadores/EM0000200000000/. ———. SISOV: Indicadores coeficiente de gini. [citado 12/17/2007 2007]. Disponible en: http://www.sisov.mpd.gob.ve/indicadores/IG0002400000000/index.php. MINISTERIO DEL TRABAJO. (2006): Memoria y cuenta 2005, Caracas: Ministerio del Trabajo. ORTEGA A., D. E. (2003): “Descripción y perfiles de desigualdad de ingresos en Venezuela: 1975-2002”, Caracas, manuscrito. . - 31 -
  • 36. SEN, A. (2001): La desigualdad económica, México, D.F., Fondo de Cultura Económica. URDANETA DE FERRÁN, L. (2001): “Distribución del ingreso de los hogares. Año 1997”, Caracas, Banco Central de Venezuela, manuscrito. - 32 -
  • 37. Cuadro 1. Definición de los dominios de estudio según cobertura geográfica de la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares 2005. Dominio Población Tamaño de muestra efectivo (viviendas) Área Metropolitana de 1.883 Caracas Ciudades Grandesa) más de 250.000 4.429 habitantes Ciudades Medianasb) entre 50.000 y 249.999 1.145 habitantes Ciudades pequeñasc) entre 5.000 y 49.999 499 habitantes Áreas ruralesd) ciudades con menos de 322 5.000 habitantes a) Este dominio comprende a las siguientes ciudades: Barquisimeto (Lara), Ciudad Bolívar (Bolívar), Ciudad Guayana (Bolívar), Maracaibo (Zulia), Maracay (Aragua), Maturín (Monagas), Mérida (Mérida), Pto. La Cruz- Barcelona (Anzoátegui), San Cristóbal (Táchira), Valencia (Carabobo). b) Algunos ejemplos de ciudades que quedarían incluidas en este dominio son: Anaco (Anzoátegui), Guacara (Carabobo), San Juan de los Morros (Guárico). c) Algunos ejemplos de ciudades que quedarían incluidas en este dominio son: Carrizal (Miranda), Colonia Tovar (Aragua), Ortiz (Guárico). d) La definición oficial de INE de las áreas rurales son aquellos centros poblados que tienen menos de 2.500 habitantes. - 33 -
  • 38. Cuadro 2. Categorías de ingresos recogidos en la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares INGRESOS MONETARIOS 1. Sueldos y salarios 1.1. Sueldos y salarios básicos (EPF8, Sec. II.1, apartado 1) 1.2. Horas extras (EPF8, Sec. II.1, apartado 2) 1.3. Comisiones (EPF8, Sec. II.1, apartado 3) 1.4. Bono de alimentación (EPF8, Sec. II.1, apartado 4) 1.5. Bono de transporte (EPF8, Sec. II.1, apartado 5) 1.6. Bono por rendimiento (EPF8, Sec. II.1, apartado 6) 1.7. Bono de subsidio laboral (EPF8, Sec. II.1, apartado 7) 1.8. Compensación por pago de vivienda (EPF8, Sec. II.1, apartado 7) 1.9. (EPF8, Sec. Otros bonos y compensaciones II.1, apartado 7) 1.10. Aporte patronal al seguro social obligatorio (EPF8, Sec. II.1, apartado 10) 1.11. Aporte patronal al seguro de paro forzoso (EPF8, Sec. II.1, apartado 11) 1.12. Aporte patronal al ahorro habitacional (EPF8, Sec. II.1, apartado 12) 1.13. Aporte patronal a la caja de ahorro (EPF8, Sec. II.1, apartado 13) 1.14. Aporte patronal al INCE (EPF8, Sec. II.1, apartado 14) 1.15. Contribuciones patronales al sistema privado SS (EPF8, Sec. II.1, apartado 15) 1.16. Cesta ticket (EPF8, Sec. II.1, apartado 16) 1.17. Reembolso por guardería (EPF8, Sec. II.1, apartado 24) 1.18. Primas por antigüedad (EPF8, Sec. II.1, apartado 23) 1.19. Aguinaldos (EPF8, Sec. II.1, apartado 26) 1.20. Utilidades y bonificaciones especiales (EPF8, Sec. II.1, apartado 27) 1.21. Bono vacacional (EPF8, Sec. II.1, apartado 28) 1.22. Remuneraciones provenientes del exterior (EPF8, Sec. II.5, apartado 1) 1.23. Otros sueldos y salarios en dinero (EPF8, Sec. II.1, apartado 31) 2. Ingresos mixtos 2.1. Renta mixta monetaria, no incluye autoconsumo ni regalos (Renta mixta) 2.2. Ingresos independientes provenientes del exterior (EPF8, Sec. II.5, apartado 2) - 34 -
  • 39. 3. Alquileres recibidos 3.1. Alquiler de inmuebles residenciales (EPF8, Sec. II.3, apartado 3) 3.2. Alquiler de inmuebles no residenciales (EPF8, Sec. II.3, apartado 4) 3.3. Alquiler de vehículo (EPF8, Sec. II.3, apartado 6) 3.4. Alquileres provenientes del exterior (EPF8, Sec. II.5, apartado 5) 4. Transferencias en dinero 4.1. Transferencias por jubilaciones y pensiones (EPF8, Sec. II.2, apartado 1, 2, 3 y 4) 4.2. Transferencias por ayudas o becas (EPF8, Sec. II.2, apartado 5, 6 y 7) 4.3. Transferencias por misiones (EPF8, Sec. II.2, apartado 7.1 y 7.2) 4.4. Reembolsos por seguros (EPF8, Sec. II.4, apartado 5.1, 5.2, 5.3, 5.4, 5.5) 4.5. Transferencias por premios o loterías (EPF8, Sec. II.4, apartado 2) 4.6. Otras transferencias en dinero (EPF8; Sec. II.1, apartado 22 y 25, Sec. II.2, apartado 8, Sec. II.4, apartado 1, 3 y 4) 4.7. Transferencias en dinero entre hogares (formulario de gastos donde quien paga=14 o código del gasto In (90235,90237,90238,90239,90241) 4.8. Transferencias corrientes (EPF8, Sec. II.5, apartado 3) 4.9. Transferencias extraordinarias (EPF8, Sec. II.5, apartado 4) 5. Intereses 5.1. Intereses de caja de ahorro (EPF8, Sec. II.1, apartado 29) 5.2. Intereses sobre prestaciones sociales (EPF8, Sec. II.1, apartado 30) 5.3. Intereses bancarios (Sec. II.3, apartado 1) 5.4. Intereses por bonos, letras y otros (Sec. II.3, apartado 2) 6. Dividendos (Sec. II.4, apartado 6) 7. Alquiler de tierras y terrenos (Sec. II.3, apartado 5) 8. Ventas de bienes durables 8.1. Ventas de vehículos (EPF7, tabla 22) - 35 -
  • 40. 8.2. Ventas de equipos (EPF7, tabla 24) INGRESOS NO MONETARIOS 9. Transferencias en especie 9.1. Salarios en especie (formulario de gastos donde quien in (3,9)) 9.1.1. Alimentos (si INT(CODEPF/10000)=1) 9.1.2. Vestidos (si INT(CODEPF/10000)=2) 9.1.3. Transporte (si INT(CODEPF/10000)=6) 9.1.4. Vivienda (si INT(CODEPF/10000)=4) 9.1.5. Servicios de las viviendas (si INT(CODEPF/10000)=3) 9.1.6. Otros (si INT(CODEPF/10000) NOT IN(1,2,3,4,6)) 9.2. Retiro de la empresa (formulario de gastos donde quien in(4,10)) 9.3. Transferencias en especie de empresas (formulario de gastos donde quien paga in(7,13,16)) 9.4. Transferencias en especie entre hogares (formulario de gastos donde quien paga in(8)) 9.5. Autoconsumo (formulario de gastos donde quien paga in(2)) - 36 -
  • 41. Gráfico 1. Ingreso por hogar mensual (Nacional) Bs. 2005 4.500.000 4.000.000 3.500.000 3.000.000 2.500.000 2.000.000 Promedio nacional: Bs. 1.389.384 1.500.000 1.000.000 500.000 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Ventil Fuente: ENPF 2005 y cálculos propios. Gráfico 2. Número de personas por hogar (Nacional) N° personas/hogar 6,0 5,5 5,0 4,5 Promedio nacional: 4,5 personas/hogar 4,0 3,5 3,0 2,5 2,0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Ventil Fuente: ENPF 2005 y cálculos propios. - 37 -
  • 42. Gráfico 3. Ingreso per cápita mensual (Nacional) Bs. 2005 1.630.000 1.530.000 1.430.000 1.330.000 1.230.000 1.130.000 1.030.000 930.000 830.000 730.000 630.000 530.000 430.000 Promedio nacional: Bs. 323.605 330.000 230.000 130.000 30.000 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Ventil Fuente: ENPF 2005 y cálculos propios. Gráfico 4. Rango del ingreso per cápita mensual (Nacional) Bs. 2005 990.000 960.000 930.000 900.000 870.000 840.000 810.000 780.000 750.000 720.000 690.000 660.000 630.000 600.000 570.000 540.000 510.000 480.000 450.000 420.000 390.000 360.000 330.000 300.000 270.000 240.000 210.000 180.000 150.000 120.000 90.000 60.000 30.000 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Ventil Fuente: ENPF 2005 y cálculos propios. - 38 -