1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
Escuela Superior de Música José Ángel Lamas
Teoría y Solfeo IV
EL CAZADOR FURTIVO
Der Freischütz
LA TENTACIÓN DE LO SINIESTRO
Facilitadora: Integrante:
Prof. Villarroel, Marbelis Rodríguez, Antonio
C.I 23.532.990
Ficha: 3512
Caracas, martes 26 de mayo de 2015
2. El éxito más colosal imaginable de Carl María Von Weber le llegaría en Berlín
con el estreno de su obra Der Freischütz (El cazador Furtivo), obra que
automáticamente lo consagracomo líder visible deuna nueva escuela. Tan mítica
representación debe encuadrarse en su debido contexto histórico. La población
alemana estaba aún repartida en multitud de pequeños estados, pero tras los
envites napoleónicos, la búsqueda, expansión y exaltación de una conciencia
cultural unificadora abonaría el nacimiento de una óperanacional. Der Freischütz
constituye el gran punto de inflexión debido a su extremada calidad técnica y al
reflejo que muestra la esencia del alma alemana.
Como quiera que muchos elementos de la mitología germánica, la fusión con la
naturaleza, el misterio más allá, las tentaciones de lo siniestro, enlazaban
fácilmente con los temas del naciente transfronterizo Romanticismo, y como
quiera que la obra se mostraba absolutamente revolucionaria desde el punto de
vista musical, Der Freischütz también es señalada simbólicamente como la ópera
fundacional de este movimiento. De hecho, prendido el fervor, y sin que su
procedencia fuese obstáculo alguno, pronto estaría en las salas de media Europa.
Weber conoció en Dresde al poeta Friedrich Kind (1768-1843), que elaboró para
Der Freischütz un libreto constituido por todo un catálogo de imagines y
emociones románticas (y alemanas). El bosque, la noche, la luna, los lugares
encantados, los truenos, los seres macabros… los sueños, las premoniciones, las
visiones, la magia negra, los pactos diabólicos, la incertidumbre, la
desesperación, el terror, la fe, el amor, el destino. Kind se inspiró en un relato del
tétrico Das Gespensterbuch (El libro de los fantasmas) que Johann August Apel
y Friedrich Laun habían publicado en 1810. Le cambió algunos detalles, entre
ellos el final, y centró la acción en algún lugar indeterminado de una Bohemia
pretérita.
La fuerza de Der Freischütz radica ante todo en la de su sincretismo, en su
prodigioso ensamblaje de elementos diferentes. La presencia interconectada de
ciertos leitmotive, representantes de situaciones y personajes, constituye el
primero de los aspectos que sobresalen en el logro de tal unidad. Weber decía:
“una obra de arte que forme un todo y en donde las partes integrantes y la
colaboración delas artes hermanas estén empleadas demanera que se fundan una
en otras hasta desaparecer, formando un nuevo universo”.
En Der Freischütz, sin embargo, perdura aún el uso de diálogos sueltos. Se debe
subrayar la originalidad y efectismo en ciertas escenas en las que se intercalan
3. con la música y el canto. La ópera además se acompaña de recitativos
acompañados, ariosos, dúos, tríos, coros, arias y pasajes orquestales. Weber se
emplea en fundir lo vocal con lo instrumental y en extraer el carácter psicológico
y emotivo de sus melodías y armonías, siempre antes que dejarse llevar por
irreales arabescos o por acordes clichés.
El tratamiento de las voces, así cambiantes en función del momento anímico,
oscila entre la suave declamación de influencia francesa y las exclamaciones
cercanas al grito de los pasajes más terroríficos. Entre la intuición de la melodía
infinita y los finales bravos y melismáticos de ascendencia napolitana.
Para folclóricos, alemanes e indudablemente patrióticos, los coros:seducido por
la homofonía más directa, Weber parece regocijarse en ellos confeccionando la
mayoría de ellos sobre marcados ritmos silvestres reminiscencias.
En Der Freischütz se puede destacar el uso de lo simbólico del timbre paralelo a
los leitmotive e incluso con instrumentos personalizados: Max el clarinete,
Agathe el violonchelo, la viola para Ännchen, del Ermitaño la flauta… O,
precisando sus tesituras, los clarinetes en grave para el lúgubre Samiel o los
extremos agudos del flautín mientras Kaspar se emborracha.
Los instrumentos sobresales también en conjunto, no sólo demanera puntual. Der
Freischütz suponeuna verdadera emancipación de los atriles, una apuesta certera
en aras del desarrollo y control de la paleta orquestal y de sus posibilidades
combinatorias. De esa misma forma Weber criticaba las acrobacias, a su ver
fútiles, de las melodías de Rossini, escribió crueles ironías sobre la simplicidad
armónica de los acompañamientos italianos. Pero, a su vez, renegó expresamente
de la tentación de abotargar los oídos mediante vacuos efectivos en masa. Así es
como consideraba, por ejemplo, los célebres montajes del afrancesado Spontini.
De este modo no se limita a una simple ampliación en número de los miembros
del foso sino que aprovechael nuevo abanico para elaborar nutridos y cambiantes
acordes repletos de cromatismos y disonancias. Conellos, la música se hace más
plástica y presente en la acción y cobra funciones inéditas hasta entonces poco
exploradas. En una carta al teórico Lobe, Weber los describió como “coloridos
tonales específicos”delos quese servía, una vez más, para crear atmósferas, para
caracterizar magistralmente lo que estaba ocurriendo en el escenario. Sobre este
particular, lo más destacable es la alternancia de los modos mayores y menores:
los primeros, garantes de la bondad y la pureza; los segundos, símbolos del mal,
de las fuerzas oscuras de la cercanía atemorizante del Cazador Negro.
4. Bibliografía
Morgan, Joseph E. “Nature, Weber and a Revision of the French Sublime”.
Síneris. Revista de musicología (15 enero de 2014)
Fernando Fraga y Blas Matamoros. “Historia de la ópera: el romanticismo
germánico”, Libreto “Los clásicos de la ópera” (Santillana, 2007)
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12988409