Comunicado tras el asesinato del líder indígena, el domingo 29 de mayo.

1. Corregimiento la Delfina, municipio de Buenaventura.
En el marco de la convocatoria realizada por las organizaciones sociales que integran la Cumbre
Agraria Étnica y Popular, las comunidades indígenas del Valle del Cauca, desde el resguardo indigena
NASA embera-chami Nasa Kiwe La Delfina (corregimiento de la delfina), municipio de Buenaventura,
cuando se aprestaban a expresarse en manifestación de protesta contra el gobierno Nacional, fueron
agredidos por elementos del ESMAD a la altura de la carretera Cabal-Pombo que comunica a Cali y
Buga con el puerto de Buenaventura.
Los hechos se registraron a eso de las 10:30 pm del día domingo 29 de mayo, teniendo como desenlace
dos heridos de gravedad, presumiblemente con arma de fuego, uno de ellos MANUEL JOVEL
DAGUA, herido en el brazo izquierdo a la altura de la muñeca, y el otro, WILLINGTON
QUIBARECAMA NEQUIRUCAMA, quien al llegar al puesto de socorro, falleció por traumas cráneo-
encefálicos, posiblemente por caída después de ser atropellado por la tanqueta del ESMAD.
Una vez mas, estas comunidades son víctimas de la violencia policial al reclamar por el
incumplimiento a sus derechos y acuerdos por parte del gobierno y el Estado colombiano. Solicitamos
la presencia de los organismos institucionales encargados de velar por el respetos de los derechos
humanos y exigimos investigar administrativa, disciplinaria y penalmente la responsabilidad de los
autores de estos hechos hasta su individualización y judicialización ejemplar como corresponde.
Al gobierno nacional, y especialmente al presidente Juan Manuel santos, solicitamos ordene el cese
inmediato de las acciones represivas y asesinas del fatídico ESMAD, y a las autoridades civiles del
departamento del Valle, la protección, acompañamiento y disposición a establecer las mesas de
diálogos en los municipios que las comunidades indígenas requieran para ser tenidas en cuenta y para
la supervivencia con las garantías que emanan de una constitución que reconoce sus derechos.
Desde La Delfina, las comunidades aquí concentradas emiten todas a la sociedad colombiana y a la
comudidad internacional, un vehemente llamado para que se protejan sus vidas, y cese la agresión de la
que en estos momentos están siendo víctimas