Cuento para leer en clase a primaria el día 25 de noviembre, día de la no violencia contra las mujeres. Una perrita maltratada aprende a través de los niños a que hay personas buenas y a ser feliz.
2. Un buen día llegó a un pequeño pueblecito una perrita
color canela, era menuda, con unas patitas muy cortas y
unas orejas bien largas.
3. Tenía muchísimo miedo de todas las personas y no permitía que se
acercasen a ella ni mayores ni pequeños; ni tan siquiera, otros
perritos del pueblo. Parecía que la habían maltratado y abandonado,
por lo que no se fiaba de nadie.
5. Muy cerca de allí
vivía Don Luis, un
hombre que le
encantaban los
animales, pero
viajaba tanto, que no
podía adoptar a
Lola,
Don Luis siempre le tenía
comida y agua fresca.
6. Lola veía a Don
Luis y movía con
rapidez su rabito
encaracolado, le
esperaba siempre a
la misma hora, pero
nunca consentía
que Don Luis se le
acercara
demasiado, dejaba
la distancia
suficiente para
siempre poder huir
a toda velocidad.
Don Luis la miraba
de lejos para que
pudiera comer
tranquilita.
7. Entre los vecinos
se hizo conocida,
muchos
preguntaban ya
por la perrita
Lola, pero nadie
sabía lo que le
había ocurrido
para que se
comportara así.
8. Llegaron las lluvias y Lola aparecía empapada caminando de un sitio
para otro, sin un insignificante rayito de sol que le secara sus largas
orejas…
9. Los niños y niñas del pueblo idearon un plan, querían que Lola
tuviera un hogar, unos dueños y que recibiera el cariño que
merecía. Don Luis había estado de viaje y Lola llevaría varios días
sin comer, así que pensaron prepararle un banquete a Lola.
Cada cual llevaría algún trocito sobrante de comida, formarían un
círculo evitando así que Lola pudiera huir y ante tales manjares
seguro que Lola se rendiría al abrazo de los pequeños.
10. Y así ocurrió.
Al principio Lola estaba muy asustada, pero comenzó a olfatear, a
medida que los niños y niñas se acercaban, más olores intensos y
deliciosos le llegaban a su negro y hambriento hociquito.
Le hablaban con cariño y le ofrecían sus comiditas. Lola fue
probando los trocitos y dejándose poco a poco acariciar, Era
fantástico, había muchas personas que la querían querer, no todas
eran malas como ella pensaba.
11. Cuando Don Luis regresó y supo lo acontecido, se alegró
muchísimo y fue corriendo a ver a Lola.
Era cierto, ¡se dejaba acariciar y comía de su mano!
12. Don Luis la llevó a casa de su madre que vivía
solamente con un gatito y para los tres, la felicidad llegó
a sus vidas.