Los niños llegaron disfrazados a la fiesta donde un mago llamado Oliver les entretuvo con trucos de magia, mientras los mayores asistieron a un taller sobre tejados donde aprendieron a pintar y hacer nudos, y los niños disfrutaron de un desfile con premio, terminando todos con una chocolatada. La recaudación de la fiesta fue de 600 euros que se destinarán a reparar tejados.