1. Colegio Precursor Departamento de Ciencias Sociales
Francisco de Miranda Profesor: Gerardo Vásquez Orrego
RBD 14770-2 Quillota
Las Primeras Civilizaciones
La civilización sumeria:
En Mesopotamia, región del Cercano Oriente ubicada entre los ríos Éufrates y Tigris, surgió la
primera civilización de la historia: la de los sumerios. Esta civilización, igual como ocurriría después en
Egipto, India y China, se desarrolló en torno a ríos cuyas aguas se utilizaban para regar amplias planicies,
permitiendo una agricultura de alto rendimiento, especialmente de cereales, que generaba grandes
excedentes alimenticios.
En el sur de Mesopotamia se localizaron las ciudades sumerias, tales como Ur, Uruk, Kish,
Lagash y Umma. En cuanto a la organización política, cada ciudad constituía un Estado, tenía su propio
gobierno, leyes y ejército. La autoridad máxima era un rey que ejercía el poder en representación de los
dioses y que también controlaba las tierras de cultivo de los alrededores y sus habitantes.
Las ciudades eran amuralladas, con calles estrechas, casas de ladrillo de adobe, plazas,
mercados, escuelas, etc. En un lugar central se ubicaba el monumental templo o zigurat, dedicado al
dios principal de la ciudad. El templo no era solo un centro religioso; era también la sede del gobierno y
el principal centro económico controlado por la autoridad.
Contaba con innumerables funcionarios, comerciantes, artesanos, sirvientes y esclavos, ya que
allí funcionaban talleres artesanales, se almacenaban y distribuían alimentos y otros productos, se
cobraban los impuestos, se hacían préstamos, se controlaba parte del comercio que se realizaba
principalmente a través del río Éufrates y se administraban los extensos territorios que le pertenecían en
los campos de los alrededores.
Con respecto a la organización social, la sociedad sumeria era jerárquica y estratificada, al igual
que las de todas las civilizaciones.
En la cúspide de la pirámide social se encontraba el rey, a quien seguía en importancia una elite
de sacerdotes, jefes militares y funcionarios de alto nivel. A continuación se ubicaban los comerciantes,
funcionarios menores, artesanos especializados y, luego, los campesinos y artesanos.
El nivel más bajo de la sociedad correspondía a los esclavos. Generalmente se trataba de
prisioneros de guerra, aunque podían convertirse en esclavos quienes eran condenados a esa condición
por una disposición judicial o por deudas.
En la religión, los sumerios eran politeístas; creían en numerosos dioses inmortales y muy
poderosos, que controlaban el universo de acuerdo a ciertas leyes. Eran representados con forma
humana. Existía una jerarquía de dioses, siendo los cuatro principales An, el dios del cielo; Ki, la diosa de
la tierra; Enlil, el dios del aire; y Enki, el dios del agua. De gran importancia también eran los dioses y
diosas protectores o patronos de una determinada ciudad, a quienes se dedicaban los grandes templos.
Según la creencia sumeria, cuando los seres humanos morían, sus espíritus descendían al mundo
inferior, donde la vida era más lamentable que la de este mundo.
Los sumerios alcanzaron un gran desarrollo cultural. La centralizada organización de los
sumerios requería de un complejo sistema de contabilidad que dio paso a la invención de la escritura. La
escritura cuneiforme, llamada así por la forma de cuña que tenían sus casi 700 signos, fue la primera
escritura de la humanidad. Era muy compleja, lo que hacía de los escribas personas destacadas en la
sociedad. Aunque nació de la necesidad de llevar cuentas, permitió registrar leyes, el saber científico y
desarrollar la literatura. Los sumerios también destacaron en el área de la astronomía y la matemática:
descubrieron cinco planetas, elaboraron un calendario lunar de 12 meses divididos en semanas de 7
días y utilizaron un sistema matemático sexagesimal (basado en el número 60) para medir las
circunferencias y dividir las horas y minutos. Inventaron complejos sistemas de regadío y construyeron
embalses para disponer de agua durante todo el año.
La civilización Egipcia:
La civilización de Egipto Antiguo fue la primera civilización del continente africano y llegó a
ocupar una extensión territorial mucho mayor que el Egipto actual. Floreció en medio de una región
desértica en torno al río Nilo. Todos los años este río tenía una crecida que inundaba extensos terrenos,
proporcionando agua y un fértil limo (barro fertilizante), llamado légamo, el cual hacía posible una
agricultura de alto rendimiento, base de su economía.
2. Egipto constaba de dos grandes unidades geográficas: el Bajo Egipto, en el delta del río, cercano a su
desembocadura en el mar Mediterráneo, y el Alto Egipto, situado más al sur.
Ambas regiones habrían sido unificadas hacia el año 3.000 a.C. por el rey del Alto Egipto,
Narmer, quien se habría convertido en el primer faraón y fundador de la primera dinastía.
A lo largo de la historia egipcia se sucederían 31 dinastías o familias reinantes. La organización
política estaba centralizada en un gobernante de poder absoluto, el faraón. Era la máxima autoridad,
jefe del gobierno, jefe del ejército y jefe religioso, considerado además como un dios verdadero.
Contaba con un gran número de ministros y funcionarios para poder gobernar el país. El visir era una
especie de primer ministro y siempre estaba junto al faraón. Otros asistentes eran los consejeros, los
escribas y los gobernantes de las provincias.
En cuanto a la organización social, la sociedad egipcia tenía un alto grado de jerarquización y
estratificación. El faraón ocupaba el lugar superior de la pirámide social. Sacerdotes y nobles le seguían
en importancia, ocupando estos últimos altos cargos en la administración y el ejército.
Los funcionarios y escribas venían a continuación, sumándose los más ricos comerciantes y
algunos profesionales de prestigio (médicos o arquitectos, por ejemplo). Los artesanos, pequeños
comerciantes y campesinos se encontraban en la base de la pirámide social, considerando a los
hombres libres, ya que en último lugar se encontraban los esclavos, que en su mayoría pertenecían al
Estado o a los templos.
En relación a la economía, la principal actividad era la agricultura, de la cual obtenían
abundantes cosechas de cereales como el trigo y la cebada.
También criaban animales como cerdos, ovejas, cabras, patos y gansos. Los excedentes
alimenticios les permitieron desarrollar un importante comercio, destacando la exportación de lino y
papiro. Este se realizaba principalmente en embarcaciones que navegaban por el río Nilo y el mar
Mediterráneo.
El pueblo egipcio tuvo una religión politeísta y adoró a numerosas divinidades. Solían ser
representadas con cuerpo humano y cabeza de animal. Se rendía culto a dioses locales pero también
había un culto estatal organizado en torno a los grandes dioses, dueños y señores de Egipto. El más
importante era Ra, el dios sol, creador de la naturaleza y de la humanidad y a quien se reverenciaba
como dador de luz, calor y vida.
Otras divinidades de gran importancia eran Osiris, Isis y Horus. Eran los protagonistas de un
mito que relataba el origen de Egipto y que constituía la base de la creencia en la inmortalidad y en la
vida ultraterrena. Esta creencia impregnó toda la cultura egipcia y se manifestó, por ejemplo, en el arte,
en la preocupación por las tumbas, en la práctica del embalsamamiento y, en estrecha relación con esta,
en el desarrollo alcanzado por la medicina.
Las manifestaciones de la cultura egipcia son múltiples. Los egipcios desarrollaron sistemas de
escritura diversos. La más antigua es la jeroglífica, escritura sagrada que era conocida por muy pocos y
que se empleaba en sarcófagos, tumbas, monumentos y esculturas. Más adelante surgió la escritura
hierática, un poco más simple que la jeroglífica y que se escribía sobre papiros y solía usarse para textos
literarios y científicos.
Finalmente, en el Imperio Nuevo, se desarrolló la escritura demótica, más simple y difundida,
de trazo rápido y sencillo, utilizada para asuntos cotidianos, transacciones comerciales, etc.
El arte y la arquitectura egipcia se cultivaron a la luz de la religión. Las pirámides –grandes
construcciones monumentales–, eran tumbas reales que permanecen en pie hasta la actualidad,
destacando las de Keops, Kefren y Micerino. Estas se decoraban con imágenes religiosas y de la vida
cotidiana. En la ciencia, los egipcios fueron grandes observadores de las estrellas, estableciendo un
calendario de 365 días con 12 meses de 30 días, más 5 días adicionales. También desarrollaron las
matemáticas que aplicaban en la arquitectura y en sus obras hidráulicas.
3. Civilizaciones de la India
La primera civilización de la India se desarrolló alrededor del año 2500 a.C. en la fértil llanura
del río Indo. Se conoce como civilización del Indo o civilización de Mohenjo-Daró y Harappa, nombres
de sus dos ciudades principales, que llegaron a contar con 30.000 a 40.000 habitantes. La población de
ciudades y poblados menores se sustentaba gracias a una agricultura de alto rendimiento favorecida por
la construcción de diques y canales. Cultivaban trigo, cebada, guisantes, sésamo y probablemente
fueron los primeros en cosechar algodón y hacer telas con sus fibras.
Mohenjó-Daró y Harappa eran ciudades amuralladas y muy bien planificadas. Las calles estaban trazadas
en ángulos rectos, las construcciones eran de ladrillos del mismo tamaño y había un elaborado sistema
de alcantarillado cubierto.
Existía una clara división entre las casas de las diferentes clases sociales. También había
edificios públicos y amplios graneros para el almacenamiento y posterior distribución de los cereales.
El comercio parece haber sido muy activo, al igual que la metalurgia, ya que se conservan numerosos
sellos de comerciantes, así como objetos de cobre, bronce, plomo y estaño y restos de hornos de
fundición. Tenían un sistema de escritura con gran cantidad de signos, que aún no se descifra.
Alrededor del año 1500 a.C. pueblos indoeuropeos o arios llegaron desde el norte, dominaron
la región y se impusieron sobre la población local, dando origen a la civilización hindú. Trajeron con
ellos el caballo, desarrollaron y difundieron el idioma sánscrito e incorporaron sus dioses y diosas y un
conjunto de mitos y leyendas. Hacia el 1.000 a.C., se desplazaron hacia el sur, al rico valle del río Ganges
donde el cultivo del arroz se convirtió en la actividad agrícola predominante. En los nuevos
asentamientos impusieron el sistema de castas como base de la organización social, así como su
organización política y económica.
En cuanto a la religión, en India se desarrolló el brahmanismo o hinduismo, cuyas enseñanzas
se encuentran contenidas en los libros sagrados de los Vedas y el budismo, sistema religioso monástico
fundado en el siglo VI a.C por Siddartha Gautama, más tarde denominado Buda.
Algunos de los aportes culturales de las civilizaciones de la India fueron la arquitectura
monumental vinculada a la religión, la lengua sánscrito y el ajedrez. Asimismo, las sociedades hindúes
realizaron importantes avances en el ámbito de las matemáticas: inventaron los números que usamos
en la actualidad y desarrollaron los fundamentos del álgebra y la trigonometría.
La civilización china
El núcleo original de la civilización china fue la llanura del río Amarillo, en Asia oriental, pero la
población comenzó a extenderse hacia el sur, llegando a poblar el valle del río Azul que tenía un clima
más cálido y propicio al cultivo del arroz, actividad económica principal. Hay vestigios que revelan que
esta zona habría estado poblada desde el Paleolítico, período a partir del cual se habrían producido
múltiples transformaciones hasta dar origen a las llamadas “dinastías históricas” a partir del 1770 a.C,
con la dinastía Shang. Con ella se encuentran los primeros indicios de la civilización china.
No obstante, la historia del Imperio chino propiamente tal se inició en el siglo III, cuando Shi
Huang ti, de la dinastía Ch’in, logró unir los diversos reinos de la región y fue proclamado emperador.
Impuso una misma legislación y una misma escritura basada en caracteres ideográficos y unificó la
lengua al chino mandarín. Mandó a construir carreteras que unieron al imperio y la famosa Muralla
China, cuya longitud alcanza los 6.000 kilómetros, para defenderse de los mongoles.
En la antigua China, el gobierno se encontraba en manos del emperador que ejercía su
autoridad de forma absoluta. Era asesorado por los mandarines, funcionarios que recibían una
educación especial y se encargaban de la administración del país y de la defensa de las costumbres y las
tradiciones.
Como todas las civilizaciones antiguas, la sociedad era fuertemente jerárquica, en cuya cima se
encontraba la familia imperial. Le seguían los mandarines y, a continuación, los grandes propietarios de
la tierra. En la base de la pirámide social se encontraba un reducido número de artesanos y pequeños
comerciantes y la gran masa de campesinos. Su religión fue influida por dos grandes pensadores: Lao-
Tse (fundador del Taoísmo) y Confucio.
4. Los chinos lograron un gran desarrollo cultural, inventaron la brújula, el compás, el papel, la
tinta y la pólvora, que usaban para los fuegos artificiales. Desarrollaron un refinado gusto que se aprecia
en la creación de la porcelana y la seda, productos que fueron la base del comercio con Europa a través
de la ruta de la seda. En cuanto a la arquitectura destacan la belleza de las pagodas (templos) y de las
grandes campanas de bronce. Desarrollaron además la pintura paisajista y la milenaria acupuntura.
Las primeras civilizaciones americanas
La civilización olmeca
Hacia el año 1200 a.C., en el área mesoamericana se desarrolló la civilización olmeca. En la
zona del golfo de México los olmecas construyeron centros urbanos de carácter ceremonial o religioso,
cuya monumentalidad es un indicio de su alto nivel de organización. Entre los principales se cuentan los
denominados San Lorenzo, La Venta, Tres Zapotes y Laguna de los Cerros.
La población urbana era sostenida por una agricultura basada fundamentalmente en el cultivo
del maíz. Además de cultivar en las llanuras fértiles, se practicaba el sistema de tala y roza en las zonas
selváticas. El comercio también fue una importante actividad que les permitió contar con productos de
diversas zonas de la región, como el cacao (materia prima del chocolate), el hule (caucho utilizado para
elaborar pelotas), la sal, el basalto. Además de los caminos, utilizaron los ríos como vías de
comunicación. El más llamativo vestigio material de esta civilización es la escultura monumental:
cabezas colosales, altares, tronos, estelas, columnas, todos ellos esculpidos en piedra que transportaban
desde lugares lejanos con un sistema que aún se desconoce. La civilización olmeca es considerada la
“civilización madre” de Mesoamérica, ya que muchos de sus avances fueron la base de la tradición
cultural de dicha área, como el sistema de escritura, los calendarios, el sistema matemático vigesimal, la
práctica ritual del juego de la pelota, las formas arquitectónicas piramidales y el culto a ciertas
divinidades como el jaguar, el dios del fuego, etc.
La civilización de Chavín de Huantar
El área andina en América del Sur fue otro foco de surgimiento de civilizaciones.
En el segundo milenio a.C. se habrían construido grandes ciudades que actuaban como
elementos unificadores de las pequeñas comunidades. Eran centros ceremoniales, sedes del poder
político y cumplían con la función económica de almacenar y distribuir los excedentes alimenticios. Uno
de ellos era Chavín de Huantar, ubicado en la sierra peruana, a 3150 metros de altitud.
Construido hacia el año 1200 a.C., desde el año 900 a.C., habría aumentado su importancia,
convirtiéndose en lugar de peregrinaje y centro de importantes ceremonias religiosas. Las creencias
religiosas se centraban en un gran número de seres sobrenaturales que se representaban con rasgos
zoomorfos y antropomorfos y constituían divinidades ligadas al mundo natural, destacando el culto al
felino; la imagen del hombre-jaguar es un motivo que aparece frecuentemente en la producción
artística.
Mapa primera Civilizaciones.