El documento aboga por reforzar las medidas de prevención del suicidio adolescente a través de una coordinación multisectorial que fortalezca el acceso a la salud mental, identifique factores de riesgo como el aislamiento social, los conflictos psicológicos y la discriminación, y promueva factores de protección como las relaciones sociales y el acceso a la salud integral.