El misterio de la piedad reflexión

Mission Israel Mehanaim
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El Misterio de la Piedad
“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria” (1 Timoteo 3:16)
Al preguntársele porque hablaba por parábolas, el Señor
Jesús respondió a sus discípulos:
“Porque a vosotros os es dado saber los misterios
del reino de los cielos; mas a ellos no les es
dado” (Mateo 13:11)
Pero, alguien dirá: Pastor, la Biblia se ve muy clara en casi
toda su extensión, ¿eso era solo para los Escribas y
Fariseos, y los Doctores de la Ley del tiempo del Señor en
la tierra?
Veamos si esta reflexión, revela esa respuesta.
Comenzaremos por ver si entendemos que quiso decir el
Apóstol Pablo cuando se refirió al misterio de la piedad:
¿Qué es, lo que el Espíritu Santo nos trata de decir por
medio de esta carta del Apóstol a los gentiles?
Lo primero que vamos a aprender, es: La Palabra de Dios es
espíritu y vida (Juan 6:63), por lo que no se puede
interpretar, sino ser revelada, por su autor: El Espíritu

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Santo. No intentemos tratar de razonarla, como los Escribas y
Doctores de la Ley, pidámosle a Dios que nos la revele.
Observemos primero, cómo opera la Piedad:
I) Inicia con la Misericordia
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu
misericordia; Conforme a la multitud de tus
piedades borra mis rebeliones” (Salmo 51:1)
Así dijo el Rey David, cuando fue enfrentado por Dios, por
medio del profeta Natán, luego de haber pecado con Betsabé:
Cometió adulterio y asesinato (ordenó la muerte del esposo de
Betsabé).
“Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá
justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no
mirará a la majestad de Jehová” (Isaías 26:10)
Pero el Rey David se arrepintió y aprendió justicia, lo que lo
llevó a ser un hombre piadoso, como dicen las Sagradas
Escrituras: David tenía un corazón conforme al
corazón de Dios.
“Quitado éste, les levantó por rey a David, de
quien dio también testimonio diciendo:

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He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a
mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero”
(Hechos 13:22)
II) Continúa, enseñando la Justicia
Por la Palabra de Dios, entendemos que la Justicia se
enseña, y se aprende:
“Los entendidos resplandecerán como el
resplandor del firmamento; y los que enseñan la
justicia a la multitud, como las estrellas a
perpetua eternidad” (Daniel 12:3)
Por medio de la justicia, nuestro corazón es limpiado por
Dios para hacernos piadosos:
“Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los
fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato,
pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de
maldad. Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo
también lo de adentro? Pero dad limosna de lo
que tenéis, y entonces todo os será limpio”
(Lucas 11:39-41)
Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio

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Porque para Dios solo hay tres tipos de hombres (pudiera
entenderse como solo dos):
“Y: Si el justo con dificultad se salva,
¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?”
(1 Pedro 4:18)
1. Los Justos: Los que han conocido la Verdad y la practican.
Hacen la Voluntad de Dios, temen a Dios.
2. Los Pecadores: No han conocido la Verdad, viven sin Dios
y sin Esperanza.
3. Los Impíos: También son pecadores, pero dicen conocer la
verdad, pero no la practican; “Y al que sabe hacer lo bueno, y
no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17).
Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado
Por ejemplo, los hijos del Sumo Sacerdote Elí, Dios les
llamó Impíos, y eran sacerdotes:
“Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no
tenían conocimiento de Jehová” (1 Samuel 2:1)
Impío = Im/No + Pio/Piadoso
Dicen las Sagradas Escrituras que los hijos de Elí: No tenían
Conocimiento de Jehová, esto es, no conocían el Amor, ni la
Verdad.

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Para el que aún no ha entendido, una lectura sobre 1ra
de Samuel capítulo 2, de seguro le traerá más luz acerca de
este importante tema, que tiene que ver con la salvación
de todos: La Piedad. Igualmente, el Señor Jesús lo
ilustra en Mateo 25.
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque
ellos verán a Dios” (Mateo 5:8)
Los de Limpio Corazón verán a Dios
Los impíos llevan mayor condenación, pues dicen que
conocen la Verdad, pero la menosprecian. Son piedras de
tropiezo para los pecadores que no han sido alcanzados, y
para las ovejitas de las congregaciones, que siguen su mal
ejemplo.
Por eso el Apóstol Pablo insistió a Timoteo que se ejercitara
para la piedad:
“Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio
corporal para poco es provechoso, pero la piedad
para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta
vida presente, y de la venidera” (1 Timoteo 4:7-8)
Ejercítate para la Piedad
Pero esta revelación del Misterio de la Piedad, la recibió el
Apóstol Pablo, por medio de los Apóstoles que caminaron

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con el Señor Jesús, a ellos el Señor les enseñó que no se
descuidaran de los pobres.
En la carta a las iglesias en Galacia, el Apóstol narra su
segunda visita a Jerusalén, luego de catorce años
predicando el evangelio en Asia. Allí solo le dijeron, que se
acordara de los pobres, lo cual él dice, procuró hacer.
“Solamente nos pidieron que nos acordásemos
de los pobres; lo cual también procuré con
diligencia hacer” (Gálatas 2:10)
Nos Pidieron que Nos Acordásemos de los Pobres
Esto se refleja en las demas cartas que escribió, luego de
esta revelación:
“No es que busque dádivas, sino que busco fruto
que abunde en vuestra cuenta” (Filipenses 4:17)
Y no solo eso, el Apóstol Pablo entendió que la doctrina de
Jesucristo debía ser enseñada conforme a la piedad, lo cual
procuró transmitir a las iglesias, por medio de su discípulo
Timoteo:
“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las
sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la
doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido,
nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de
palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos,

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blasfemias, malas sospechas, disputas necias de
hombres corruptos de entendimiento y privados de la
verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia;
apártate de los tales” (1 Timoteo 6:3-5)
La Doctrina del Señor Jesucristo es Conforme a la Piedad
Por medio de hacer justicia (Amar a nuestro prójimo como
a nosotros mismos), nuestro corazón es limpiado, y
venimos a tener un corazón contrito y humillado. Entonces,
conoceremos la Verdad, y la Verdad es el Señor Jesucristo:
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres” (Juan 8:32)
Y Por medio de la Verdad, somos santificados:
“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”
(Juan 17:17)
Porque Sin Santidad, Nadie verá al Señor
III) Y Sigue, con El Conocimiento de la Verdad:
“Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,
Para los que guardan su pacto y sus testimonios”
(Salmo 25:10)
La Misericordia y la Verdad son como las dos alas de un ave:
Una no puede existir sin la otra.

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“Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;
átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón”
(Proverbios 3:3)
Jehová Dios dijo a Moisés:
“Y pasando Jehová por delante de él, proclamó:
!!Jehová! !!Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso;
tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad”
(Éxodo 34:6)
Y es que el conocimiento de la Verdad (La Verdad es el Sr.
Jesús), es según la piedad, de ahí que el hombre impío
(Im=No, Pio=Piadoso), es enemigo de la justicia, es enemigo
de Dios, pues vive en oscuridad:
“Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo,
conforme a la fe de los escogidos de Dios y el
conocimiento de la verdad que es según la piedad”
(Tito 1:1)
El Conocimiento de la Verdad es Según la Piedad
El Sr. Jesús dijo que el conocer la Verdad nos hace libres.
Deberíamos preguntarnos, como Pilato se preguntó:
¿Qué es la Verdad?

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IV) Y Termina en El Camino de la Verdad
“Escogí el camino de la verdad; He puesto tus
juicios delante de mí” (Salmo 119:30)
Lamentablemente, muchos creen conocer a Dios, sin conocer
al Hijo, el que conoce al Hijo anda en caminos de Verdad,
apartados de la mentira, y llenos de piedad.
Debería preocuparnos saber, si nosotros conocemos al Sr.
Jesús, quien dijo:
“Yo Soy el Camino, y La Verdad y la Vida,
nadie viene al Padre, sino por mi” (Juan 14:6)
Jesucristo es la Palabra de Dios, al Apóstol Juan le fue
revelado, y le llamó: El Verbo de Dios encarnado.
Como vimos, la Palabra de Dios establece que el conocimiento
de la verdad es según la piedad (Tito 1:1), por tanto,
cuando el corazón del hombre no ha sido quebrantado, para
escuchar la voz de Dios, no puede conocer la Verdad de Dios
que es según la piedad, es decir, al Señor Jesucristo.
V) Y Somos Santificados por La Palabra de
Verdad:
“No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de
verdad, porque en tus juicios espero” (Salmo 119:43)

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Somos santificados por el lavamiento de la Palabra, la Palabra
de Dios aparta de nosotros, la mentira, la impiedad, la
injusticia, el pecado en toda su extensión.
“La suma de tu palabra es verdad,
Y eterno es todo juicio de tu justicia” (Salmo 119:160)
La suma de tu Palabra es Verdad
Y la Palabra de Dios, es la Verdad. El Sr. Jesús dijo, orando al
Padre:
“Santifícalos en Tu Verdad: Tu Palabra es
Verdad” (Juan 17:17)
Por todo esto, el Espíritu Santo advierte de cómo estará la
iglesia en los tiempos del fin (no el mundo, pues el mundo
siempre ha estado así):
“También debes saber esto: que en los postreros días
vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres
amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos,
soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores
de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados,
amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán
apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a
éstos evita” (2 Timoteo 3:1-5)

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Tendrán apariencia de Piedad, pero negarán la eficacia de ella
Por lo que nadie puede pretender conocer a Dios sino conoce
al Hijo (Jesucristo, el Señor).
La vida Cristiana es una vida espiritual, y si no es en espíritu,
no se vive.
La Palabra de Dios establece que los que son Hijos de
Dios, estos son guiados por el Espíritu Santo. Y el Señor dijo
a sus discípulos: Las Palabras que os he hablado son
Espíritu y son Vida. Por eso, nadie conoce la Verdad sino no
es en el espíritu.
El Señor dijo: “Los que son de la Verdad, oyen mi voz”
“Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey?
Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto
he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar
testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad,
oye mi voz” (Juan 18:37)
Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz
“Encamíname en tu verdad, y enséñame,
Porque tú eres el Dios de mi salvación;
En ti he esperado todo el día” (Salmo 25:5)
El que dice que conoce al Señor debe ser misericordioso,
pues Jesucristo, es la Verdad.

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“El Conocimiento de la Verdad
es según la Piedad”(Tito 1:1)
El amor al prójimo es según la piedad: el entender, qué haría
el Señor en determinadas situaciones, donde la obra se debe
hacer por fe (como el caso del buen samaritano).
“Tu justicia es justicia eterna,
Y tu ley la verdad” (Salmo 119:142)
Cuando el hombre es temeroso de Dios, no justifica el no
hacer la obra. Cada día somos probados en fe, pero la falta
del conocimiento de la Verdad, impulsa el hombre a pecar, no
obedeciendo el mandato divino.
VI) Y Concluimos que, Los Mandamientos de
Dios son Verdad
“Cercano estás tú, oh Jehová, Y todos tus
mandamientos son verdad” (Salmo 119:151)
Todos tus mandamientos son verdad
El hombre del mundo, que no tiene el Espíritu de Dios, razona
conforme a la carne, los Hijos de Dios obedecemos las
ordenanzas de Cristo.
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me
siguen” (Juan 10:27)

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Si conoces la Verdad, obedeces al Señor sin razonar, cuando
alguien te pide ayuda, pues en su Palabra (que es Verdad), él
dice:
“Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti
prestado, no se lo rehúses” (Mateo 5:42)
Hacer justicia en secreto, es una señal del Hijo de Dios:
“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los
hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no
tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los
cielos.
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta
delante de ti, como hacen los hipócritas en las
sinagogas y en las calles, para ser alabados por los
hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa.
Más cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que
hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu
Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”
(Mateo 6:1-4)
Dar sin esperar nada a cambio, es lo que hace el que camina
en misericordia y en Verdad: Es el que conoce la voz de Dios
y la sigue.

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“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie
las arrebatará de mi mano” (Juan 10:27-28)
Las doctrinas de hombres no entienden que la Palabra de
Dios es Espíritu y Vida, como lo dijo el Señor Jesús. Por
tanto, la Palabra de Dios no se puede razonar o interpretar,
(porque no es un sueño). La Palabra de Dios debe ser revelada
por medio del Espíritu de Verdad, que es el Espíritu Santo
de Dios:
“El espíritu es el que da vida; la carne para nada
aprovecha; las palabras que yo os he hablado son
espíritu y son vida” (Juan 6:63)
En Conclusión:
“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las
sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la
doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido,
nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de
palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos,
blasfemias, malas sospechas, disputas necias de
hombres corruptos de entendimiento y privados de la
verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia;
apártate de los tales” (1 Timoteo 6:3-5)

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“El cielo y la tierra
pasarán, pero mis
palabras no
pasarán”
(Mateo 24:35)

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