La Virgen María agradece a sus hijos por estar presente entre ellos y por el amor y alegría que muestran al vivir sus mensajes. Ella desea que todos los corazones se despierten de la incredulidad y se acerquen más a su Inmaculado Corazón para que pueda guiarlos hacia la eternidad. Finalmente, agradece a quienes han respondido a su llamado.