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JOSUE 24
iueces y a los escribas, y éstos se Presen-
taron ante Dios.
2 Josué diio entonces a todo ei pueblo:
-Esto es lo .íue Yavé, el Dios de Isiael, les
nnanda decir:' Sus padres vivían más allá del
Río. v servían a oúos ciicses: acuérciense de
Teraí, padre cie Abrahán v padre de Naior.
= Peó üo torné a su padre-Abrahán más átta
del Río v le hice recórrer todo el territorio de
Canaání multipliqué su raza y le di a Isaac.
' A Isaac le ái á Jacob y Esaú. Le di el
monte Seir a Esaú como súlrropiedad; pero
Ja_cob y sus hijos bajaron a Egipto.
'Lueqo envié a Moisés y a Aarón v
tuvieron-luoar Ias plaoas de Eqipto v todó
Io que yo Jrice at'lí; én segu¡Zá lo3 hice
salii, ' Cuando ll.garon usíedes al mar y
los egipcios persiguieron a sus padres coñ
sus cáiros v ius iínetes hasta el'Mar de los
Juncos, '. cJamar'on a Yavé y Yavé interpu-
so una niebla entre ustedes v los egipcios.
hizo retroceder el mar sobre ello!'y Ioé
cubrió. Ustedes vieron con sus oios ló que
hice en Egipt-o, después de lo cu-al perma-
necieroñ por larqos días en el desierto.
Despüés los" hice entrar en el país de
Igs amoieos que viven al otro lacjo áel Jor-
dán. Pelearon con ustedes y yo los puse en
sus manos. Conquistaron ustedes su país y
Ios exterminé ante ustedes. e Fue entbnces
cuando Balac, hijo de Sipor, rey de Moab.
saiió en son cie ouerra contr-a Israel. v
mandó a buscar á Balaam, hiio de Bebí.
para que los rnaldiiera. '' Pefo no ouise
éscucliar a Balaam ú tuvo que bendecirlos:
asi fue como Ios
-libré de sus manos.rr Lueqo ustedes atravesaron el Jordán v
ilegaro-n a Jericó. Los jeies de iericó, loi
amoreos, los fereceos, los cananeos, los
hi-litas, lgs guirgaseos, Ios jeveos y los
jebuseos ios átac"aron, páro Ios entregúé en
manos de ustecies-
:2 Fxpulsé Celante de ustedes a los dos
reyes amoreos, no por la espada o el arco,
stno Dor medio de las avispas oue mandé
deiante de ustedes. '3 Lei d i irna tierra
cionde no han trabajado, ciudades que_no
ccns.truyeron pero qug han habitacio, viñas
y olrvares que no plantaron, pero cuya
rruta han comicic-
i :Ahora. pues, teman a Yavé! iSírvanie
con
'sinceridad
y fidelidad! i.Elimlnen los
Cioses a los que Sus padres srrvieron tanto
más allá del Río com'o en Egipto, y sirvan
a.':/avé! t5
Perc si no quieren"s'ervir'a Yavé.
eiiian ahora a ouién dervirán: o bien a los
c1ióses a los qué sus paclres sirvieron rnás
í",á ce! Río. o iien a !ós Cio-.es de ic-s amo-
:'ecg en ei pais concie viven. Lo que €s ys y
n-': ie.-":;ia sgr;:rg:'nos a ':'ai'é*.
'o +i pue[:.c ies.i:cncjlc: .,Pcr ningún mcü-',;c.i ai:enCGnareiT.GS a tr-e
,é Data- sei'vir a
rt:'cs iicses, '' porque'r''tvé, huest:ti: Dics,
242
fue quien nos hizc subir con nuestros
padres de.sde Egipto, ( ) y ngs protegió á
io IarOO del CamtnO pOr OOnOe lDamOS. v
en médio de todos lós-pueblos por dondÉ
pasábamos. rE Yavé fue quien e.xpulsó
delante de nosotros a todo§ esos püebloi
como también a los amoreos que vivían en
este .pai:., Serviremos pues a Yavé, él es
nUeStfO UIOS».
¡e Entonces Josué dijo al pueblo:
*¿Podrán ustedes servir a Yavé? Pórque ei
un Dios santo, uD Dios celoso; El no Der-
donaría las infidelidades y los pecadoé de
ustedes. 'o Si abandonan a Yavé para servir
a dioses extranjeros, él también cambiará:
les hará el tral. y lo.s exterminará después
de haberles hecho el bien,.
2i El pusblo. dijo a Josué; .-¡Pe_ninguna
manefal i)ervtfemos a Yar-rPI, ¿< tntgnces
Josué les diio: *Ustedes mismos son testi-
gos .q.ue rlah escogid.o a YaIé y quieren
servtrlo». Le respondleron: «Somos .testi-
gos». 2: *Pues bién, dijo José, boten ahora
Ios dioses extranjeros que tienen entre
ustedes y vuelvan su corazón hacia Yavé-
el Dios de Israel,. 2a
El pueblo diio a Josuél
*Nosotros serviremos a Yavé y haremos
caso a su palabrar.
25 Ese dia estableció Josué una alianza
con el pueblo, Ie impuso un estatuto y una
regla én Siquem. a Escribió todas esas
palabras en el libro de la Lev de Dios.
Tomó una qran piedra v la pu-=ó ciebaio de
la Encina óre é-*taba
-en
él santuarío dg
Yavé.27 Jo'sué dijo entonces al pueblo:
*Esta piedra atestiáuará en contra üe uste-
cies. ¡ioroue escuthó todas ias palabras
oue Yave'pronunció cielante cie nosotros.
Servirá como testiqo en ccntra de ustecjes.
para impeciirles qué renieguen cie su Dios,.'
28 Después Josué mandó cie vuelta al
pueblo. a cacia uno a su posesión.
' 2e
Josué, hiio de Nun,'servicjor de Yavé.
rnurió _despge! cie esq, a la eciad de cientó
ciiez años. 3o Lo sepultaron en el territorio
que habia recibido en ei reparto, €n Tim-
nat-Sera, en la montaña de Efraín, al norte
ael monte Caas. rr Israel sirvió a Yavé
duranie toda la vida de Josué y durante
;:ocia la vida de los ancianos que sucedie-
i'on a iosué, pues ñabían visto'todo lo que
Yavé había re-alizacio en favor de Israel.
¡
'12 En Siouem sepultaron ios huesos de
-:osé gue los israéiitas habían traído de
Egipt_o'. r.oi 4gpouitaron _en una parcela
,:üe'Jacob nabía comDrado a los ñ¡os de
,j:amcr, paqfe de Siquem , ?cr cien piezas
,:.: ¡.iaia; eiia pasó a icrniar parte'de ia
::el'er¡cia ie ios hiios de Jose.',i
=leáiar,: :;c ie Aerón, muiró fambién y' io enterra-
,í,:.'i en ,á li:ontaña ce Efraín-en Guibea.
':'.i1.ad, Ci;-re -ab:a s,..c' ctorEaca a Su i:1jc'a
:- lIi,í.s"
YII
Los Jueces son para nosotros un libro de bellas historias: Débora, Gedeón,
Sansón y Dalila, Jefté y su hija, sin olvidar al final a la mujer cortada en trozos
ni al sacerdote que se aviva con los ídolos de su patrón. Pero estas historias
transmitidas como relatos populares no hacen más que poner en imágenes la his-
toria de una época tan importante como desconocida. ¿De qué manera los hebre-
os nómadas que entraron en Palestina después de Moisés se transforrnaron en un
pueblo de pequeños agricultores? Y ¿cómo guardaron su identidad de pueblo
elegido por Dios?
La tierra de Canaán, con sus fértiles praderas, lo tenía todo para seducir; lo
mismo ocurría con sus religiones, cercanas a la naturaleza y donde la libertad
sexual se expresaba con la mayor tranquilidad. Todos los pueblos que habían
entrado allí se habían fundido con ella; ¿qué pasaría con la religión intransigente
del Dios que no se ve? Fueron sin duda siglos oscuros desde cualquier punto de
vista, en los cuales durante mucho tiempo se pudo pensar que el fuego del Sinaí
se había extinguido.
Los libertadores
Lo que va a salvar el porvenir de las tribus de Israel será, por una parte, la
agresividad de varias de ellas (pensemos en la tribu de Efraím cuyas campañas
son narradas en el libro de Josué), y, por otra, el hecho de que con frecuencia
estuvieron a merced de merodeadores y de otros nómadas venidos del desierto.
Pero permanecieron fieles a Yavé porque en muchas ocasiones tuvieron la expe-
riencia del Dios que salva.
En medio de sus dificultades, los israelitas, desorganizados y divididos en
grupos rivales, se reagrupan alrededor de los 'Jueces" de tribus, o jefes innatos
surgidos del pueblo, a veces campesinos que obtendrán grandes victorias (véan-
se Jue 4,1 y 5,1).
Esos hombres pasaron a la hisioria como lcs "sofetirn", una palabra que
designa tanto a jefes corno a jueces. Hay que saber que en la cultura hebrea, e
incluso en el Evangelio, la palabra 'Juzgar" quiere decir también gobernar (Mt
19,28). De ahí que se liame jueces a hor¡bres que no han tomado jamás parte en
un tribunal.
Las brasas baio Ia ceniza
La lectura del libro no nos da una idea muy elevada del nivel moral y religio-
so del Israel de aquel tiempo en que los marcos tradicionales de la familia y de
la tribu nómada perdían su valor. Sin embargo se estaba gestando una renova-
ción profunda. Dos palabras que muestran esa transformación: heredad y santua-
rio. entran en el vocabulario reli_gioso,.
- Heredad: el nómada tiene ahora una tierra. Deberá considerarla como un
don de Dios, cultivarla y transmitirla a sus hijos. Toda su religión estará ligada a
la tierra que Dios le ha dado y que conservará en la medida en que sea fiel-
- Santuario: los israelitas, que nunca tuvieron un templo en el desierto. descu-
bren los lu-gares de culto de los cananeos. Se van, pues, a acostumbrar a a-srupar-
se también en lugares de culto en donde los levitas, los sacerdotes,
-guardan
las
tradiciones sa-eradas v las enseñanzas de Moisés.
Este ejemplo de un período en que se redescubre todo, esií llona d: inter'és
para nosotros en un tiempo en que se demrmban todas las estructuras morales y
reli_eiosas en que habían vivido nuestrós padres- Podemos pensar que bajo la
capa del marerialismo triunfante están madurando muchas cosas que preparan el
renacimiento de un cristianis¡no más consciente de sí mismo en una sociedad
urbana, planetaria y postindustrial.
EL LIBRO DE LOS JUECES
Como los libros de Josué, de Samuel y de los Reyes, el libro de los Jueces es
parte de la historia de espíritu profético redactada por los llamados "deuterono-
mistas": ver la Introducción a Josué.
Al autor del libro se deben los dos primeros capítulos en que desarrolla su
interpretación de los hechos que sucedieron durante los primeros tiempos de la
penetración de los israelitas en Palestina. Luego ordenó una serie de historias en
que cada tribu conservaba el recuerdo de sus héroes. Las juntó de tal forma que
estos héroes aparecieran como los salvadores de todo Israel, y luego las puso
como ejemplos de lo que quería enseñar: el pueblo no puede salvarse y vencer a
sus enemigos si no demuestra su fidelidad a Yavé.
Es difícil encontrarie una estructura al libro de los Jueces. Se nota la diferen-
cia entre los llamados pequeños jueces y los grandes jueces. Los primeros son
jefes de clan cuya actuación desbordó Ios iímites de su parentela y cuya autori-
dad fue reconocida por su tribu. Los grandes, en cambio, parecen haber sido per-
sonajes carismáticos c¡ue protagonizaron proezas militares en la lucha contra los
propietarios ciel país o, al revés, contra los nuevos inmigrantes.-
215
t;r' ' Josué había muerto. Los israelitas
ll consultaron a Yav§' *¿Quién de noso-
tros, diieron, subirá primeró a atacar a los
áananéos?,' Yavé iespondiÓ: nJudá será
áuien subirá, pues he puesto el País en sus
ñanos". 3 Los de Judá dijeron a sus her-
rnanos de Simeón: *Vengan a ayudarnos
contra los cananeos en la pa rte que no s
corresDonde. v nosotros los ayudaremos
¿ñ Ia áe ustedés,. Y los de Sirríeón fueron
a ayudarlos.
'-Subió pues Judá y Yavé P-uso en sus
rnanos a lós cananeos y a los' fereceos en
iSesec: derrotaron a diei mil hombres. t En
Besec se encontraron con Adoni-Besec; se
fabaron en combate y derrotaron a los ca-
naneos y a los fereceós. 6
Adoni-Besec em-
prendió-la fuga y lo persiguieron. Lo.aP.re-
iaron v le cortaron los pulgares de las
manos V a" los pies. ' Adohi-Besec dijo en-
tonces: *Seterlta. reyes, con los. pulgares-de
las manos y de los pies cortados. recogían
las rniqas debaio de'mi mesa, hoy Dios me
devuel-ve..l.o qug, hice,. Lo llevaron a Jeru-
salén v allí murio.
6 Lá oente de Judá atacÓ Jerusalén. Se
apoderáron de ella, Ia pasaron a cuchillo e
iricendiaron la ciudad.-e Después de esto,
baiaron para atacar a los cananeos que vi-
víán en la Montaña, en el Negueb y en la
Tierra Baja. ¡0 Judá atacó. después a los
cananeos que vivían en HebrÓn (Hebrón
se llamaba antes Quiriat-Arba); derrotaron
a Sesai, Ajimán y Talrnai. ¡¡ De allí se diri-
sieron
'oaía peléar con los habitantes de
Debir (Debir'se llamaba antes Q,uiriat-Se-
fer). 12'Caleb dijc entonces: "Daré como
esposa a mi hija Acsa a quieL atqgr5 a
Qú¡r¡at-Sefer v se apodere de ella". ''-Oto-
niel, hiio de Quena'2, hermano menor de
Caleb,
-se
apoderó de ella y Calgb le dio su
h|u Acsa. 'r En cuanto ella llegó, la impul-
so a que pidiera a su padre un campo. At
verla bue'baiaba de su burro, Caleb dijo:
n¿Qué'quieres?, ri Respondió: nHazrne un
fávor: vá oue me envia'ste a esta zona del
Neou'e6. aáme al menos manantiales,. Ca-
leb"le dío pues las Fuentes de Arriba y las
Fuentes de Abaio.
'6 Los hijos dé Hobab e.l qqqlita,.cuñado
de Moisés, subieron con lo¡ hijos de Judá,
desde la Ciudad de las Palmeras hasta el
desierto de Judá, al sur de Arad. Allí se es-
tablecieron en medio del pueblo de Israel-
t7 Los de Judá salieron después con sus
hermanos de Simeón. Derrotáron a los ca-
naneos que vivían en Sefat y los condena-
ron al an'atema, por eso Ia cjudad se llarna
JUECES 1
Jormá. '3 Judá no se apoderó de Caza y su
territorio ni de Asquel'ón y su territori'o ni
de Ecrón y su territorio. 'e-Judá se adueñó
de !a montaña con ayuda de Yavé, pei'o no
pudo expulsar a los habitantes de'lá ttanu-
ia. poroue tenian carros de hierro.
2c Taf como lo habia ordenado Moisés,
dieron Hebrón a Caleb; expulsó a los tres
hijos de. Anac. '' En cuanto a los jebuseos
que vrvtan en Jerusalén, los hijos'de Ben-
jámin no los expulsaron. y por eso hasta
hov dia los iebuseos viven en Jerusalén
iunlo con los'hiios cie Beniamín.
' ?2
La oente dé la casa cié José emorendió
una exp"ed[ción contra Betel y Yavé'estuvo
con ellés. ¿ Instaiaron. su campamento fren-
te a Betel (la ciudad se llamaba antes Luz).
2: Los espíás vieron a un hombre que salía
de la ciudad y le dijeron: nMuéstranos por
donde se puede entrar a la ciudad y te per-.
donaremo's la vida ,. 25
Les mostró éntonces
cómo entrar en la ciudad. La pasaron a cu-
chillo. Dero deiaron libre a ese hombre con
toda sú iamiliá. 26
El hombre se fue al terri-
torio de los hititas y allí construvó una ciu-
dad que se llamó Luz (V ese eí el nombre
oue tiene todavía hov).
' t' Manasés no pudo apoderarse de ia ciu-
dad de Bet-Seán'ni de sus dependencias, ni
tampoco de Tanac, de Dor, de Jibleam y de
Meguicio; los cananeos se mantuvieron fir-
mes en ese territorio. ?3
Pero cuando Israel
fue más fuerte, redujo a servidumbre a los
cananeos, sin empero eliminarlos. a Efrain
tampoco expulsó a los can,aneos que vivían
en uuezg[; los cananeos srgureron pues vt-
viendo allí con é1.
30 Zabulón no expulsó a los habitantes
de Quitrón ni a los de Nahalol; asi fue co-
mo los cananeos continuaron en medio de
Zabulón Dero fueron reducidos a servi-
dumbre. n Aser no expulsó a los habitan-
tes de Acco ni a los dé Sidón, de Maialeb,
dg Aczib, de Jelba,_ de.,Afec y .dg Rejov.
" La gente de Aser siguio pues viviendo en
medió de los cananéos óre poblaban. la
reoión. Dues no los habían expulsado.
:1 nefuálí no echó a los habitantes de Bet-
Seán ni a los de Bet-Anat: vivió pues en me-
dio de los cananeos gue habitán en la re-
qión, pero impuso trabaios forzados a los
ñabitántes de Bet-Sernés y de Bet-Anat.
34 Los amoreos hicieron retroceder hasta la
montaña a los hijos de Dan y les impidieron
oue baiaran a Ia'llanura. 3t Los amoreos se
ciuedaón en Har-Jerés, en Ayalón y Saal-
$i*, pefo cuando Ia casa de José ádquirió
fuerzá, fueron también reducidos a servi-
o 1.1 El primer capítulo proporciona algunas
luces sobre
-la
conquista. No fue triunfal, como
aparece en el libro de Josué, sino lenta y dificil.
Los israelitas no cumplieron con el mandato de
exterminar a los paganos, lo que hubiera prote-
qido la fe en el Dios único. Al contrario, las rela-
éiones pacíficas prepararon la idolatría-
Compárense 8 y 21: estos datos no son todos
s€guros.
JUECES 1
dumbre. 36 (Ei terriiorio Ce los eciornitas se
e.rtiende Ce ia Subida de ios Escoroiones
hasta Ia F-oca )/ continúa iuego subi'endc).
¡t ' ' E! ángel de Yar¿é subió cle Cuilcal a
L:J ,..Boqujm. nLos he hecho subir de Egip-
to, dijo, y ios he ti'aído a este país gue pro-
Te.ti c?l juramento a sus padies. Yo náUia
dicho: No rcrnperé nunca mi alianza con us-
tecies,2 y por su pai'te usiedes no harán
aiianza con los habitantes de este pais sinc
que der¡'ibarán sus aiiares. Pero ustedes nc
¡-ne han necho caso. aQué es Io que han he-
chc.? 3 Pues bien, esio he ciecidido yo: :Nc
qxpu!saré a esa gente deiante cje ústedesl
L.sraran contjnuamenre a su iado v sus dio-
ses serán para ustedes una t¡'arnpá,. " Cuen-
do ei áncei de yavé hubó ñá»iado así Jtc¿c
isreel, el- puebio ianzó aiaricios v se Duso e
iicrar. 5 Pbr eso ilamaron a aquél lucjar Bc-
quim y- ofi'eciei'on aiiÍ sacrificios í Yavé.
Cuancic Jo-sué había despedido al Due-
blc, Ics israelitas habían vuefto cada uho e
su parte- tg. herencia, prccurando concuisia¡'
el p.ais-.'.EI pueblo sirv'io a yavé cju¡'añte to-
da la vlda Ce Josue y. ,ii_¡rante toda la vlda
Ce ics anciancs qqg ié sucedler-on, pues há-
bían visio los pljdiqios oue había ieaiizado
Yavé en favor iie Isréei. I Al morir Josué h¡ió
Ce Nun, se¡-vidor de Yavé, a la edad de ciei-
ic diez años. e Io enterraron en el territoric
que había recibido corno herencia en Tim-
na!-Herés, €fl Ia montaña de EfraÍn. al norte
del rnonte Gaas. 'o Cuando esa generación a
su vez fue a reunirse con sus fladres, te si-
guió otra generación que no cohocía á yavé
;:i sabía Io que éste había hecho por Israet.
La moral del libro
. I ¡ Los israelitas hicieron lo que es
malo a los ojos de Yavé y sirvieiron a
Ios Baaies. i2 Abandcnai-on a Yayé, al
Dics de sus paclres que los habia saca-
cio d"l.país'de Egibto y siguiercn;
otros dioses. Se posii'aroil ante ios diol
ses de los pt-lebics que los rodeaban,
-v
ntpjeron sbbre ellc§ la cóiera ae.Yaüd.rr Ln cuanto abandonaron a Yavf para
serv'ir a ios Baaies y a ias Astanés, es-
lgiló la cólere de Yavé contra isiaei.:- Lcs eniregó en manos de salteado-
res gue los ?espcjaroi, lcs ,¿;áió:
sl¡s enernlgcs .ie todc ei contornc: ya
nc cpcnían más resistencia a sus ene-
migos. '5 Cada vez q.ue iban a la gue-
rra, Ia rneno cie Yavá se alzaba eñ su
cgnira, pa_ia, gu qi:gracia, tai ccmc Ya-
Vg Se iO ha;ia üi'.-rlu, y 1ui c,iiü. estaban
en Lina situación Cesastiosa.
r5 Entonces Yavé Ies cicjueces
gue los sa ivarcn ie ias rnaács da
lcs que ios asaltaban. 17
Pero tai-n-
poco esci¡charon a sus iueces. Se
br,:siiiu v'erci'i siguienclo á otros dio-
ses,v se postraron ante eilcs. Bien
pronio se apanaron Cei camino Dor
donCe habían andado sus paCies
cuanCc éstcs hacían caso' a ios
rnandamientos de Yavé. Ellos, en
cambio, hicieroir todo Io contrario.
'u Cuando Yavé les envió iueces, Ya-
vé estaba con ei iu ez, y duránte toda la
viCa del juez los- Iibraba de las manos
de sus enemigos. Pues Yavé tenía pie-
dad de ellos cuando escuchaba sud la-
mentos bajo la opresión y la persecu-
ción. re Pero apbnas moría el juez,
prostitugió.n sagracia para pedirles a
baales, Ia lluüa y buenas óosechas.
Ios israelitas, póco acosfumbrados
oes. no ¡untarse con sus vecinos
esas celebraciones.
sus dioses. los
Les costaba a
a esas libefta-
paganos para
Y2+o i 2t;
volvían 7 hacer el mai., Pec.l que :us
"á¿r"s.
Seguían tras otros ciioses, igt
íervian y sé postraban ante. elics- No
áuerían renunciar a sus maias accio-
I". v se empecinaban en su camino.
""ío Estalló
'pues Ia cólera de Yavé
contra Is¡qgl
'y.
dg.clarÓ: nYa
,
qYq e.sta
ñáción violÓ mi alianza que había he-
.ño cgn sui, padres y ya que no me
Jr.uchdñ,,'',,yo tqmPocg e.xPYIsqLe
deiantq de ellos nt al mas lnstonlfl-
Iánt. de lgt^pueblos qug Josu.lde;ó
al morlr. ¿1 ue este modo ProDare a
israel: tal ,vez as,í guieran ieguir l.ot
taminos de Yavé, tal como lb hicie-
ón sus Padreso.
23 Yavé dejó pues en paz a esas na-
ciones gue 'no'había
Pr"sto en ma-
nos de ¡osue y no se aPresuro en ex-
pulsarlas-
t=1 ' Es'uas fueron las naciones oue Yavé
lA dejg en paz...para probar q ]trael, es
decir, a ios lsraelltas que no naDlan cono-
á¡ao ias guerras de Canaán. 2
Quería que Ia
iuventud de Israel aprendiera a pelear,
bues_ aquéllos no habían conocido la gue-
ira. ' Así fue como guedaron ios cirrco
oríncipes de Ios filistebs, todcs los cana-
heos y los sidonios,. y_ también los jeveos
oue víven en ia montaña del Líbano,-descie
lá montaña de Baal-Hermón hasta la En-
irada de Hamat.
t Yavé ouiso Dues poner a prueba a Isra-
el v ver si obeáecería sus niandar-nientos,
ioí que Moisés había ciacio a sus padres.
, Los israeiitas vivieron en medio cie-ios ca-
naneos, cie lcs hititas, de los amoreos, de
ios ieleceos, de los jeveos.y.de los .!ebuse-
os. 6 Se casaron con sus hiias, dieron sus
propias hijas a los hiios de áquellos, y si¡'-
i¿¡eron a sús ciioses. '
Otoniel, Ehud y Samgar
. 7 Los israelitas hicieron Io que es
maio a los oios de Yavé. Se olvidaron
de Yavé su Dios y sirvieron a los Baa-
les y a los Aserás. u Entonces estalló
JUECES 3
contra israei ia cóiera cie Yavé. Los
dejó caer en ias manos de Cusán-Ri-
seataim, rey cie EdorTr, ! Ios isi'aelitas
estuvieron Sometidos á'Cusán-Risea-
taim por ocho años. e Los israelitas
clamaron a Yavé y Yavé hizo gue
surqiera para ellos'un salvador oue
Ios Jibró: Iue Otoniel, hijo de Quen'az,
hermano menor de Cal-eb. 't El espÍ-
ritu de Yavé se posó sobre él y se de-
sempeñó como'juez en Israel. SaliO a
guerrear Y Yavé- puso entre SuS rna-
ños a C'usán-n¡seatairyr, rey de
Edom: derrotó a Cusán-Riseafaim.
rr El país estuvo en paz durante cua-
renta años; .luego Otoniel, hijo de
Q,uenaz, murio.
tz Una vez rnás los israelitas hicie-
rDn lo gue es malo a los oios de Ya-
vé, ,/ ét volvió a Eqtón reü de Moab
mucno más fuerte tu" Isáel, senci-
llamente porque hacían lo que desa-
grada a Yavé.'13 Los moabitás se alia-
ron con los amonitas v con los
amalecitas para luchar cohtra Israel,
y se apoderaron de la Ciudad de las
Palmeias. 14
Los israelitas estuvieron
sometidos a Eglon, rey de Moab, du-
rante dieciocho años.
r5 Los israelitas clamaron entonces
a Yav§, y Yavé hizo que les_ surgiera
un salvador, Ehud, hijo cie Cuera, uri
hombre de Benjamín- que era zurdc.
I-cs israelitas le encargaron que iie-
vara el tributc a Eglón, rey de Moab.
16
Ehud se hizo un puñal de dobie
filo, y de hoja corta, gue s? puso b.ujo
su ropa Dectadc a su musto derecho.
t7 Lubgo füe a oirecer el tributo a
Eglón, rey de Moab, (Eglón era un
hómbre muv qordo)'. ls De reoreso.
cuando esta6añ en iós ldolos ad Cu¡t-
gal, Ehud ordenó que se fuera a la
gente que había vehido con él para
presentar el tributo.
. 3.7 Se oluídaron de Yaué... u los deió caer
en los manos dei rey de Edom.-Siemprá en la
Biblia se iueqa con e§ta palabra: ouien §i¡we a un
falso dios' po-r- voluntad pf opia será' esclavo, cqnLIP
su DroDia'voluntad (ccimparar con 1 Sam 7,3).
trl eipíritu de YatÉ s"
'poso
sbre Otoniel (10)
iver corhentario 1 1,1).' Ivlientras Otoniel v Ehud luchan contra edo-
mitas. rnoabitas v arñonitas venicios del otro la-
do del Jordán. Samqar se enfrenta a los filiste-
os. Estos habían llegacio por el mar -a las
costas de Palestina al ñrismo'tiempo que los is-
raelitas entraban por el interior. Pueblo de ci-
vilización superioi, hi", armacios y organiza-
Cos. ocupabán los "Cinco Departañrenós,. es
decir, las cinco ciudacies de Gat, Azoto, Asca-
ión, Acarón v Gaza, con sus aliedeCorás. f)o-
minaban la rica lianura qqe bordea el mar iWe-
dite,rráneo, y, su.s trcpas
-de
cuando en. cuanCo
venran a molestar a
-
los israelitas establecidos
en los cerros. Solamente el rev Daüci ies ven-
cerá definitivamente, v de eliós quedará soia-
mente ei nombre: Paiéstina, nombre cie Ia rie-
rra de Israel, viene de piiisteos, o sea, filisteos-
JUECES 3
'e El hizo el camino de vuelta Y dijo:
*¡Oh rey! Tengo para ti un mensaje
s'ecreto,í. EI rey respondió: n¡Silencicí!,
Y todos los que estaban a su alrede-
dor se retirarbn. '0 Entonces Ehud se
acercó a é1, mientras estaba sentado
en la pieza alta, tomando el fresco en
sus departamentos privados. Ehud di-
jo: nEs^un mensaje ile Dios que tengo
para ti,. Entonceá el rey se ldvantó áe
su silla. 2r Ehud extendió su rnano iz-
quierda , agarró el puñal que tenía so-
bre su mu"slo derecho y ie lo hundió
en el vientre. 22 El puño entró junto
con la hoia v la orasa se cerró Dor en-
cima de 1a hoja] pues no se fa sacó
del vientre. v salieron los excremen-
tos. E Ehuá escapó por detrás, cerró
tras él las puertas de Ia pieza superior
y le echó el cerrojo.
sirvjentes, y al ver con cerroio la puer-
ta de la piéza superior, se dijeroni usin
duda qub está háciendo sus necesida-
des eri sus departamentos privados».
",.Esperaron tánto que tuvieron ver-
güenza, pero las puertas de la .
pieza
superior no se abrían. Entonces toma-
ron la llave y abrieron: isu patrón ya-
cía por üerra, rnuerto!
26
&lientras ellos aguardaban, Ehud
se había puesto a reúuardo. Pasó Dor
los ldolol v se pusda salvo en Éla-
Seira. 27
A¡íenas'llegó, tocó el cuemo
en la montaña de Éfraín y los israeli-
tas bajaron de la montañá siguiéndo-
le. " [es dijo: uSíganme po,rque Yavé
ha puesto a sus enemigos, los moabi-
tas, en nuestras rTrár-los». Todos baia-
ron tras é1, cortaron los vados del Jór-
dán en dirección a Moab y-!q dejaron
escapar a ningún hombre. B En aque-
lla ocasión derrotaron a diez mil hom-
bres de Moab, todos robustos y entre-
nados: no escapó n! unó solo.n Aquel día Moab'quedó someüdo a
248
Israel. y el país quedó en pa4 por
ocnenta anos.
3r Después de
"l .:urgió.Samgar.
hiio de Anat. Vencio a seiscien"toi
hómbres de los filisteos con una pi-
cana de bueyes; él también fue un'li-
bertador de [srael.
Débora y Barac
A' 'De nuevo, después de la
L3 muerte de Ehud, lós israelitas
hicieron Io que es malo a los oios de
Yavé, ' y Yavé los puso baio las ma-
nos de Yabín, rey dé Canaáh, eue rei-
naba en Hasor. Sísera era el iefé de su
_ejército y vivía en naroser-fia-Goyim.
3
-Los
isráelitas clamaron a Yave, por-
que Yabín tenía novecientos carroi de
hierro y oprimía ciuramente a los isra-
elitas hacía veinte años.
o En aquel tiempo, la profetisa Dé-
bora, mujer de Lapidot, juzgaba a Is-
rael. 5 Se sentaba bajo Ia Pálmera de
Débora, entre Rarna y Betel, en Ia
montaña de Efraín, y los israelitas
subían donde ella Dara obtener iusti-
cia. u Mandó a buicar a Barac, hiio
cie Abinoam, de Cadés en Neftalí. Le
mandó a decir: uEsta es la orden de
Yavé, el Dios de Israel: Dirígete al
rnonte Tabor y recluta a di-ez mil
hombres entre los hiios de Neftalí v
ios hijos de Zabulón. ) Yo atraeré ha'-
cia ti en el torrente de Quisón a Síse-
rá, jefe del ejército de Yabín, junto
con sus carros y todos sus honíbres,
y lo pondré en tus maños».
I Barac Ie respondió: *Si vienes
conmigo iré, pero si no vienes no
iré,. ' Ella le dijo: nMuy bien, iré con-
tigo: pero estás empezando mal,. y Ia
gloria-.de esta expedición no será pa-
ra ti; Yavé pon drá a Sísera en manos
de una mujer,. Se levantó pues Dé-
bora y Barác partió con eila'rumbo a
Cadé-s. to En
'Cadés
Barac reunió a
o Q,.1 Jabin, rev de Canaán. era en realidad el
rer; de la llanura del norte de Canaán, llarnaCa de
,iézrael. Ahí se gana la gran victoria' del tiempo
cie los Jueces.
_Una mujgr, Débora. es Juez de Israel, es decir,
aiministra- la'iusticia en nombre cie Yavé. gs uri
caso excepcichal en un pueblc donce los varones
tienen todas las responsabilidades sociales v reli-
giosas. Ella manda ál norte a liamar a Baracl Este
se nieqa a ir solo; ciesea la cooperación de las tri-
bus dáEíraím v Beniamín, donde está establecida
Débora. Su coñfianÁ enYavé es juzgada rnuy in-
s_uficiente. pues no quierá actuar i¡n-la presehcia
cie Débora'a su lado, y lu Biblia le aniepone a
Débora. que ha inspírado ei levañtamiento.
Yi z¿e
li:,*,í' n!'i tiL* * uá, lo i ;:'{§' ? i"', Le avisaron a Sísera que Barac,
hiio d. SPinoal^n,^ge había dirigido al
r#ónte Tabor: r3 Sísera reunió énton-
'i"s a todos sus carros de hierro que
iiáaVan a novecientos, como también
,-íus troPds, y vinieron de Haroset-
[r-Coyim hastá el torrente de Q,uisón.
li-p¿¡bra dijo entonces a Barac: uHa
ilefado. el momento, lroy mismo Yavé
'"áhdra a Sísera en tu§ manos. ¿No
á-árcha Yavé delante de ti?,
Barac bajó del monte Tabor segui-
do-de sus diez mil hory?res , "' y fqve
n¡ro que derrotara a Qisela , a todos
rüs gárros y todg s,u ejército; el mis-
ño.Sísera se bajó 3g t, carro y hyyó
a D¡e.
¡v DafaC SallO en PefSeCUClOn
áe tos carros y del ejército hasta Ha-
Llet-fra-Ggyim, y tgdo el ejército de
Sísera cayó bajo el filo de la esPada;
nadie escaPo-
t7 Sísera había huido a pie hasta la
tienda de Yael, mujer de Jeber el
ouenita, Porque reinaba la paz entre
/abin, rey de Hasor, y Jeber el que-
nita. " Este Jeber aéampaba cerca
de Ia Encina de Saananim, dl lado de
Cadés, ciespués de separarse de los
otros quenitas descendientes de Jo-
bab, cuñado de Moisés.
'8 Yael salió al encuentro de Sísera y
ie dijo: «¡Ven para asá., Leñor, V"! p?-ra
acá, no tengas miedo!, Fue donde ella,
entró en su tienda y ella Io tapó con
una manta. re EI le dijo: uDarne un po-
cc de agua para beber porque tengo
sed,. EIla tomó un tiesto con leche y le
dio de beber, Iueqo lo volvió a tapar.
2o El le diio: -Quéáate a la entradá de
ta tienda, y si alguien te pregunta si
hay aqlí alguna persood, respóndele
oue nadleo.
' 2t Pero Yael, mujer de Jeber, tomó
una de las estacas de la tienda junto
con un martillo, y acercándose sua-
vemente por detrás de él le enterró la
estaca en la sien con tal fuerza que
se clavó en Ia tierra. El dormía pro-
fundamente porque estaba muy can-
JUECES 5
sado, y así fue como murió. 2 Cuan-
Cp llegó Earac persiguiendo a Sísera,
Yael lalió a sü enci:entro y le dijoi
nEntra que te voy a mostrai al hom-
bre que buscasr. Entró y vio a Sísera
muerto, tendido en el su-elo con Ia es-
taca en la sien.
a Ese día Dios humilló a Yabín. rev
de Canaán, ante los israelitas. ie Lá
mano de los israelitas se volvió cada
vez más pesada para Yabín. rev de
Canaáp, hasta que lograron deiha-
cerse de él
El cántico de Débora
ffi ' .'. 4quel día, Débora y Barac, h,jo de
L:¿J Abinbam, entonaron este cánlico:2 En Israel los querreros deiaron sus ca-
bellos sueltos, def pueblo saliéron volunta-
rios. ¡Bendigan a Yavé!
3
¡Escuchen reyes, soberanos presten
atencióñ,-d Yavé !"_griero cantar! ¡Cantaré
para Yavé, para el Dibs de Israel!
' ¡Oh Yavé! Cuando saliste de Seir, atra-
vesando los campos de Edom, tembló Ia
tierra, los cielos se deshicieron, Ias nubes
se convirtieron en agua. 5 Los montes se
estremecieron.al- pasQ d" Yavé, al paso de
Yavé, el Dios de l§rael.
6 En tiempos..de- S-amgar, hijo de Anat,
en tiempos de Yael, las caravanas no via-
jabdñ, los viajeros tomaban caminos
a pa rtados.
7 Las aldeas estaban desiertas, estaban
desiertas en Israel hasta el día en que vo-
Débora, Hl€ levanté, yo que fui una'maáré
para Israel.
a Seguían a dioses nuevos, que antes no
se venéraban, y los cuarenta mil hombres
de Israel no tenian escudo ni lanza.
e
Mi corazón se vuelve a los iefes de Is-
rael, a.los- voluntarios del pueblo: ¡bendi-
gan a Yavé!
¡Ustedes que van montados en blancas
burras, guB se sientan en sus alfombras,
ustedes que van por los caminos, canten!
I I Cerca de los abievaderos el pastor canta
las liberaciones de Yavé, §us liberaciones y
su bondad para con Israel.
El pueblo de Yavé ha bajado a la frontera,
tz
idespiértate, despiértate, Débora!
¡Despiértate y despierta a tu pueblo!
¡Levántate, Barac, y somete a los que te
somettan,
hijo de Abinoam!
. 5.1 El .Cánüco de Débom, es una de las piezas
rnás anüguas- dg ia literatum hebrea, compues-ta po
co despuZs de los aconteimientos,' es un himnó a
Yavé vencedor. Este poema destaca el indiüdualis-
mo de las kibus: cinóo de ellas solamente se han
reunido para enfrentarse a los cananeos.
JUFCES 5
:3 Que ios que no cueni,an venzan a ics
ocde ro sos,
el pueblo de Yavé se mostró valiente y
Venclo.
''.Lcs. jefes de Efraín. bajaron ai valle.
Beniamín va tras de ti entre [us tropas. Han
baiádo ieíes desde Maouir. v de'Zabulón
iod oue'iievan el cetro. r5
Loí iefes de Isa -
car éstán con Débora, Isacar está al lado
de Barac. v en la ilanura marcha tras sus
huellas.
' J
Pero junto a los arroyos de Rubén no hay
más qr-ie palabrería. 'u-¿Pgr _quÉ te quedas-
te en ius 'potreros, oyeñdo Iá fiauta' de tus
pastores?-Junto a lcs arroyos de Rubén se
tontentan con palabreria
'' Calaad se quedó a Ia otra orilla del Jor-
dán, Dan estabá en sus barcos, y Aser a la
orilia dei mar, tranquilo en su-s puertos.
't Pero Zabulón es un pueblo que arries-
oa su vida, iqudl que Neftalí, en'los cam-
Éos de batállá.' re Liegaron ios reyes y combatieron. En
Tan?c,]cerca de lás aguas cie Meguicio,
combatieron l.os reyes de Canaán, pero no
recogieron botin.
n De lo alto de ios cielos combatieron las
estrellas, desde sus caminos pelearon con Sí-
sera. 2' El torrente de Quisón los arrastró, el
torrente de lgs tiempos. antiguos, el torrente
de Quisón. ¡Oh almá mía, avanza sin miedo!
D ¡Qué martilleo de cascos de caballos,
de caballos a todo galope!
I Maldigan a Meroz, dijo el ángel de Yavé,
maldiqan,"rnaldiqan a. su-s habita"ntes que no
estuvíeroq allí óara ayudai' a Yavé, para
ayudar a Yavé cón los úalientes.
zo
¡Bendiia sea Yael, la muier de Jeber ei
quenita, bendita -sea entre Ias mujeres!
Bendita sea entre las mujeres que viven en
tiend as.
" El pidió agua, ella le dio leche; le ofre-
ció leihe cremosa en su mejor copa.
'u Con una rnano toma Ia estaca, y con su
derecha el martillo del obrero. Colóea a Sí-
sera y le rgmpq-la cabeza., le rompe y tras-
pasa su.sien. 2' Se desplgma a'su§ pielr
tae, está alli tendido. Cayo a sus pied, alií
donde se desplomó está muerto.
2' La madre de Sísera se asoma a la ven-
tana, observa a través de la celosía; *¿Por
qué,'dice, tarda tanto en volver su ca-rro?
¡Qué lentos son sus carros para volver!,- T) La más viva de sus muieres le respon-
cie y ella misma se lo repiie: 30 *Se eistán
repártiendo el botín: una iautiva, dos cau-
iivas Dara cacia gyerrero, paños de color
Dai'a Sisera, boiiacios para su cuello,.' 3r
lOh Yavé, que así peiezcan tus enerni:
gos!'Y da a ios'que te'aman el respiancior
áel sot
El país estuvo después tranquilo por
cuarehta años.
250 | z:r t
Gedeón
¡ñl ' Los israelitas hicieron Io que es malo
t:J a los ojos de Yavé, y Y.avf ios entregó
por siete años en mano-s de lladián. t [;
bpresión de lladián fue dura para Israel. v
dbbicio a Madián los israelitas habitaron ia's
hendiduras de las montañas, las grutas y
Ios refuoios.
3 Cuairdo Israel sembraba, Madián hacia
una incursión junto con Amalec y los hUos de
Oriente. o Se instalab::-. ::-. J- i-iii '7 devas-
taban todos los campos hasta los alrédedores
de Gaza; nada Ie quedaba a Israel Dara co-
mer, ni corderos ni bueyes ni burros. s Sus re-
baños v sus tiendas eran tan numerosos co-
mo las-langostas; no se los podía.contar ni a
ellos ni a 5us cameilos cuándo llegaban al
pais para arrasar ccn todo. t Israel e-staba en
Ia miseria por culpa de Madián, y los israeli-
tas clamaron a Yavé-
7
Entonces ( )
I Yavé mandó un pro-
feta sue les diio: nEstc dice Yavé, el
Dios de Israel: Yo fui quien los hizc su-
bir de Eqipto, suien los hizo salir de la
casa de iá esclávitud. e
Así como los li-
bré Ce la rnanc <ie los egipcics. así los
he liprado oe tccios qqÚélios qug los
oprimían. Los expuisé
'ante
ust'ecies y
les Ci a ustecies sú país. '0 Entonces le"s
dije: Yo soy Yavé su Dios. r'lo tornen en
cúenta a iós dioses de ics amoreos en
cuyo país viven. Pero ustecies no rne
hicieroil CESo,¡.
Dios llama a Gedeón
o I I El ánqel de Yavé se fue a sentar
bajo el tereÉinto que está en Oíra y
qu'e pertenecía á 'Joas, dei clan dé
AUieáer, Gedeón, su hijo, estaba tri-
llando el triqo en el laqar Dara escon-
derlo de los"madianitai. 'z'El ánqel de
Yavé se le apareció y Ie dijo: -]Yavé
está cqntigo, V3]ienle guerrero!,.
I, ce,Jecn resPondlo: ttleroona, senor,
neto -.i Yave esta con nosotros,, ¿Por
íij; ncs pasa todo esio? ¿DÓncie es-
;,; todos esos prodigios que, nos con-
ilrbn nuestros padres, cuando los de-
.í;;, Yavé nos' hizc subir de Eoioto?
Lo que es ghoia, Vauié ncs ha J"lacjo
Zá"i y nos ha entregadc en las manos
de ,{adian".
:r Entonces Yavé se volvió hacia él
,, te diio: «iAnda! Tú eres ca?az cie li-
L;;, á lsrael Ce Ia mano de Macián: Yo
;;i'quien te envía!" 15
Pero él resPon-
áió,.Disculpg, señcr- Pefo ¿cÓrno sai-
l,'"ré a Israél? Pues mi clan-es e! más
ááqugno de la.iribu cie Manasés,y yq
!"uj el más chico en la familia de rni
ia'¿re,,. 'É Yavé le.iijc: ,,Yo estaré con-
tiá, y tú derrot arás á rtadián como un
solo homDrer¡.
t7 Respondió: uS! realmente te he
caídc en g.racia. hazrne ver una señai
J-a-.í sabié que eres tú quiien me ha-
6tu.
!8 No te ateje¡ de. aqr-rí hasta gue
luelva con una ofrenda qlie d-eposita-
ré ante ti,'. .Yavé resp'ondig: nl4e
,gLe-
daré aquí hasta que vueivas,- ¡e Se
iue pue's Gedeól; PreParq un cabrito
v Con una medlda Oe narlna nlzo Pa-
ies sin levadura. Puso Ia carne en
una canasta Y el caldo en un una olla
; lo llevó toáo para ofrecérselo bajo
ál terebinto. 20
EI ángel de Dios le dijo
entonces: nToma la carne y los Panes
sin levadura, deposítalos en esa roca
y derrarna el caldo,. Y así lo hizo.
2t Entonces el ángel de Yavé exten-
dió su bastón y coñ la. Punta tocó la
came y los pahes sin levadura: salió
fueqo áe la foca y consumió la carne
v lds panes sin lévadura; el ángel de
Yavé inientras tanto había ciesaPare-
cido de su vista.
zz Cedeón comprendió que era el
ángel de Yavé y dijo'- -iAy de rní, §e-
ñoí Yavé, porque realmeñte vi ai An-
JUECES 6
qe! cie Y'avé cara a caral,, 23
Pero Yavé
[e dijo.: ,.No tengas miedo, porgue no
m¡orrras,,. 2a
CeCeÓn constrüvÓ en ese
iugar L¡n aitar para Yavé. ai que iia-
mó: Yavé-?az. Aun existe acr-'aimen-
te en Cfra, €r las tierras de Abiezer.
25 Esa misma ncche le diio Yavé:
,,Torna ei ncvilio Ce tu padre. Demcie-
rás ei aitar de Baal que peÉenece a tu
padi'e I, derribarás el ¡ioste sagr?qc
que es[á al lacio. " Luego construii-ás
ün al'rar a Yavé tu Dics, efi ia cumbre
de esta coiina forliiicada, y me sac¡'ifi-
carás ei noviilo, guemándolo con ia Ie-
ña dei posie saErado,,.
2' Gedeón tomó a Ciez de sus sirvien-
ies e hizc lo que Yavé Ie había ordena-
do. Pero no Io hizo Ce día porque temía
a la fa¡-niiia de su paCre v d ics'hombres
de Ia ciudad; por eso Io hizo de ncche.
2e
CuanCc los hombres de la ciudad se
ievantarcn a Ia mailana siguiente, vie-
rcn oue el aiiar de Baal había sido de-
rribado, que el poste sagrado que esta-
ba al iado había sido coriado, v gue un
novillo había sido ofrecido en holocaus-
to en el nuevo aliar. 8 Se preguntaban
unos a otros quién habría hecho eso.
Se pusieron a investlqar. a Drequntar v
se.fes,dijg: ucedeón.-hijo db Jóás, fué
qulen lO hlZO».
30 Los hombres de la ciudad dijeron
a Joás: niEntréqanos a tu hiio Dara que
muera! hres él-fue quien de'móliO el
'al-
tar de Baal y derribó el poste que esta-
ba al lado,. "3'
Pero Joás respoñdió a Ia
qente que lo amena zaba: *¿Así que
áhora défienden a Baal? ¿Así lue qüie-
ren salvarlo? ( ) Si Baal e*s Dioi que se
defienda por sí solo ,_ya que le han de-
molido sú altar,. 32
Ése dia pusieron a
Gedeón el sobrenombre de Jerubaal,
Dorsue decían: nQue Baal se defienda
áe él ya que Ie destruyó su altar,.
33
Se reunieron todos los madiani-
ias, Ios amaiecitas y los hijos de
Ori'enie; atravesaroñ el Joídán y
o §-11 Los capítuios 6-9 se refieren a Gedeón
v a su hiio Abim'elec. El prime-ro es liamacio por
Yavé y sá desempeña coino duez»: en dos cárn-
oañas-asequra la-libertad de su pueblo. Después
áe é1, Abiñelgc aprovecha la fama de su pádre
para intentar hacerse rey.' El Angei cie Yavé se presenta a Gedeón con
aspecto hu¡-nano. C-omo un recuerdo de esta pá-
qina se adüene en Lucas 1.28-3ó.
Yavé üene a ciespertar a un salvador, donde y
cuancio no hav esperanza. Gecieón cree'en Yavá.
Dero le falta lá cohfianzá: bien es cierro que Dios
lo pu.oo to.ig en el pasacio, pero no se ib ve ac-
tuando en el presente.
Después, ei joven campesino
rnovrdo por una esperanza)
¡:as¡anie capacicad para sai-
estrecharnenie ia nnisión.r' ,
tieoeón con la dec;ara-
"{a'¡e-'. con esio ñ.er?:ce¡'á.. 1
Cüi'! €.;1.
JUECES 6
acamparon en la llanura de Jezrael.
}, Entónces se apoderó de Gedeón el
espíritu de Yavé. Tocó el cuerno y se
Duso tras él todo el clan de Abiezer.
3'Mandó mensajeros a todo el territo-
rio de Manasés, quien también se
iuntó tras é1. Mandó también mensa-
jeros a Aser, Zabulón y Neftalí, y vi-
nieron a su encuentro.
36
Gedeón diio a Dios: nSi realmen-
te quieres salvar a lsrael por mi ma-
Do, como lo has dicho, éoncédeme
esta señal: 37 Pondré un vellón de la-
na en Ia era. Si solamente el vellón
está con rocío, siendo que todo el
suelo dei derredor está seco, sdbré
que tú quieres librar a Israel por mi
rnano, corno lo has dichor. ¡ü Y así
sucedió. Cuando se levantó rnuy de
rnañaod, tomó el vellón, Io estrujó y
con el rocío llenó una coDa. 3n
Cedeóñ
dijo entonces a Dios: ,,No te enojes
conmigo si vuelvo a hablar: dame
otra prueba con el vellón y que sólo
cuede seco el vellón mientras todo el
suelo dql derredor queda cubierto de
rocíou. o0
Así hizo Yávé que fuera esa
noche, y el vellón quedó seco mien-
tras que el rocío cubrió el suelo.
' Jerubaal (es decir Cedeón) se
levantó de m.adrrgada y se fr.l"
a acamppr con todo el pueblo qu.e lg
acompañaba encima de En-Jarod. El
campamento de Madián estaba al
norte del de Gedeón, en la llanura, al
pie del rnonte Moré.
2 Yavé dijo a Gedeón: uEI pueblo
que te acompaña es demasiádo. Si
entregara a Madián en tus manos, Is-
rael podría vanaqloriarse a costa
mía. Diría: Yo misñro me he librado.
3 Vas pues a proclamar esto ante to-
do el 'pueblo: Cualquiera que tenga
miedo^o esté temblándo, gúe se rei¡-
re». Y Gedeón se lo planteió. Se reti-
raron veintidós mil hómbres del pue-
blo y quedaron diez mil.
. o Yavé di¡o a Gedeón: nTodavía el
pueblo es demasiado numeroso. Haz
hr" bajen al agua y allí haré la selec-
ción. Si te 9igo p.or alguien: Qy" ,.gya
contigo; [á contigo. Pero si te diéo
por otro: Q,ue no vaya contigo; no irá
conti,go,,. .' Se 9itpuso p.qes, qy.g ul
gue,blp baiara al ag,ua, y Yavé dijo á
Uedeon: «A IOS que laman et agua Co-
mo lo hace el perro los separarás de
los que se arrodillen para beber,,. t Loi
que lamieron el agua con su mano lle-
vándosela a la bóca, fueron trescien-
tos, p.gfque todo el resto del pueblo ss
arrodilló para beber.
7 Yavé d,Jo entonces a Gedeón:
nlos salvaré y porldré a Madián €n
las manos de ustedes con esos tres-
cientos hombres qye lu.*iero.n el
agu.a. Que todo el ¡csy .iSi pueblo.se
vuelva a su cosá». o 5e .¡untaron los
víveres del pueblo y sus cuernos.
después de lo cual Gedeón los despi-
dió para su casa y se_quedó con los
trescientos hombres. El campamento
de los madianitas estaba debajo de
é1, en la llanura.
e Esa noche Yavé dijo a Gedeón: *Baia al
campamento de los madiaqitas, !dda- tie.
nes que temer de ellos. '0 Sí te da miedo
baiar-allá, baia con tu sirviente Purá. 'r Es-
cucharás Io áuu digan y eso te dará valor
para ir a atacar su carypamento,. Fajópues con su sirviente Purá-hasta los primé-
ios puestos de los madianitas. 12
Edtos se
habían instalado en toda la llanura iunto
con Amalec y todos los hijos de Oríente.
Hormigueaban como las langostas y sus
camellos eran tan numerosos como la are-
na de la orilla del mar.
'3 Gedeón, pues, bajó al campamento. Un
hombre estaba contando un sueño a su
compañero: *Tuve un sueño: un pan de ce.
badá saltaba por el camparnento de Madián.
hasta que lleció a la Tienda, chocó con ella ü
ésia sei deml-mbó,. " Su compañero le res'-
pondió: *Eso no puede ser otra cosa que la
bspada de Gedeóh, hrjo de Joás, el isráelita,
Cibrtamente Dios pusb todo el campamento
de Madián en sus ITI€toos».
'5 Cuando Cedeón oyó el relato del sue-
ño v su interpretación, se postró. Reqresó
al iampameñto de Israel jr dijo; *¡Le"ván-
tense! Yavé ha puesto el campaménto de
Madián en nuestras manosi" '
16
Dividió a los trescientos hombres
en tres grupos. A todos les pasó cuer-
q.ue las pequeñas minorías preparan las revolu-
Ciones várdáderas.
o 7 .4 Todauía el oueblo es demasiado nu-
meroso. L-a palabra de Yavé nos ayuda a creer
Y2s¿ l, 253
,.rñs v cántaros vacíos con antorchas
iáñtío. '' Luego les dUo: nFíjense bien
i nagan lo mismo que yo. Apenas lle-
Árc cerca del campamento de los
'iad.ianitas, harán coino y.o. 't Cuando
'jo, junto con los que estén conmigo,
ínoúemos el cuemo, ustedes también
ióiarán et cuemo alrededor de todo el
iampaTqnto y gritarán; n¡Por Yavé y
áor Gedeón!'
' ts Cedeón v los cien hombres oue
lo acompañaban ltegaron cerca üel'iameamento de Madian a[ filo de Ia
'medianoche,
cuando se acababa de
i.,'ucer el relevo de Ios centinelas. To-
.aron el cuerno y rompieron los cán-
üror que llevabán en'la mano. 'o In-
rnediatamente los tres. grup,os
tocaron e_l Cuerno y romPle-ron los
cántaros. Tomaron Iás antórchas con
la mano izquierda sin dejar de tocar
el cuerno que sostenían en la rnano
derech d,.,_y gritabar: ^n
¡Espadg para
Yavé y Gedeón!, zt Pero cada uno
permaneció en su sitio alrededor del
;amPamento-
JUECES B
los madianitas!, Y estaban muv enoiados
con é1. 2 Pero Gedeón les respoádió: -Toda
la vendimia de Abiezer nci vale lo oue
Efraín rebuscó detrás de é1. I ¿No Duso Va-
vé en las manos de ustedes á los' iefes de
Madián Oreb. y Zeeb? Lo rye hice és nada
en comparacion con eso». Cuando les hubo
hablado así, se apaciguó su cólera.
o Cuando llegaron al Jordán, Gedeón lo
atravesó con lós trescientos hombres c¡ue
lo acompañaban, pgro estaban agotados
por la pérsecución. i ?or eso diieón a la
gente de Sucot: *Den, por favorl raciones
de pal a la tropa que .me acornpaña por-
qu9 m.i gente está rendida. Estarilos pérsi-
quiendo a Zebaj y a Salmuna, los rey'es de
fiadián,. t Peró los ancianos de Súcot le
respondieron; *¿Ya les has atado las ma-
no§ a Zebaj y a Salmuna? ¿Cómo quieres
que demos- pan a tus hombies?, , dedeón
les respondió' -¡Muy bj".n! .Apenas Yavé
ponga en mis manos a Zebai y a Salmuna.
Ies arrancaré a ustedes la piél con las espi-
nas y cardos del desierte».
8 De allí partió para Penuel y diriqió las
mismas palabras a la gente de-Penué1. Es-
tos respóndieron tal colmo lo habían hec-ht
Ios de Sucot. e Les replicó a la gente de pe-
nuel: ,Cuando vuelvá como vencedor, de-
rribaré esa torrer.
r0 Zebaj. y.Salmuna estaban en Carcor
con un ejercito de alrededor de quince mil
hornbres-(eran los sobrevivientes' del oran
ejército de los hiios de Oriente, pues va"ha-
bÍan caido cientó veinte mil). ,1
Cedeón su-
bió _po.r el camino de los Nómades, al este
de. Nobaj y de Yogboha, y arrasó con ese
gie.rcito qye se sentía seguro . ,.
?ugj y
Salrnuna'huyeron, pero ["os Derslouro. v
qpresó a los dos rey'es de Mad¡an , Zebd¡ tSalmuna, en-tanto ,iu" su ejército era com-
pletamente derrotado.
'3 Después cie la batalla, Cedeón, hiio de
Joás, regresó por Ia subida de Jarés. ro
Allí
detuvo a un ioven de Sucot y lo interrooó.
Este le dio xir escrito los noníbres de losje-
fes de Sucót y de los ancianos; en total tle-
gaban a setenta y siete. '5 Gedeón fue a ver
g I," gente .
de Sucot y les dijo: .Aquí están
LeDaJ y satmuna por cuya causa ustedes se
rieron de mí. Ustedes diiéron: rCuando Zebai
y Salrnuna caigan en ius manos, daremo§
pan a tus hombres fatiqados,. '6 Entonces
juntó a los- ancianos de la ciudad, y mandó
buscar espinas y cardos del desiertd, con los
que desgarró a Ia qente de Sucot.'
" Gedeón derrib-ó la torre de Penuel v ma-
sacró a los habitantes de la ciudad. '8 Luego
$,jo p Zebaj.y Salmuna: *¿Cómo eran esós
nomDres a los gue ustedes mataron en el
Tabor?, Respondieron: nSe parecian a ti, ea-
cia uno teníá ei aspecto_de un hijo de iey".
'e Cedeón responciió: .«¡Eran mis hermanós,
los hijcs de mi madre! Tan cierto como que
En el campamento todos se pusie-
ron a correr, a gritar y g huir. 22-Mien-
fas seguían tocando- el cuerno, Yavé
hizo que en el campamento cada uno
diriqiera su espada contra su herma-
no.-Huyeron todos hasta Bet-ha-sita,
Dara el lado de Sartán, y hasta la ori-
Ita de Abel Mejola frente a Tabat.
23 Los hombres de Israel oue ha-
bían venido de Neftalí, de As'er y de
todo Manasés, s€ reagruparon y per-
siquieron a los madiañitas. 'o Cédeón
mándó entonces mensaieros por to-
aa la montaña de Efraín: -Bájen al
encuentro de los madianitas, y-antes
que lleguen ocupen los vados hasta
Bet-Bará a.lo largo del Jordán,. 25
Hi-
cieron prisioneros a los dos jefes de
lladián, Oreb y Zeeb, ma[aron a
Oreb en la Roca de Oreb y a Zeeb en
el Lagar. ge Zeeb. De vüelta de Ia
persecución a los madianitas, entre-
ilaron a Gedeón, al otro lado del Jor-
dan, las cabezas de Oreb y de Zeeb.
Segunda campaña de Gedeón
f a-l ' Los hombres de Efraín diieron a Ge-
lLl deón: $¿Qué nos hiciste? íNi siouiera
nos convocaite cuando saiiste d pelea'r con
JUECES B
Yavé vive que si ustedes los hubieran deia-
do con vida, yo no los mataría,. 20
Entonies
ordenó a ..leter., su hUo mayor; -¡Anda. y má-
ialosi, Pero el joven no sacó su espadá por-
que tenía miedo. pues era muy loven. '"En-
tbnces Zebaj y Salmuna le dij-eion: «¡Ven tu
mismo v mátanos! A ver si eres hombre y te
atreves,í. Gedeón mato a Zebai v Satmuna v
tcmó los adornos en iorma de media luná
que tenían sus carnellos en el cogote.
Esta fue Ia trampa en que cayó Gedeón
o 22 Los israelitas dijeron a Cedeón: *Ya
gue nos libraste de Ia rirano de los madiani-
tás, h-l serás nuestro rey, y después cie ü, tu
hUo y tu nieto,. x Cedebn les réspondió:'*Ni
yo ni mi hijo reinaremos sobre ustedes: Yavé
será su rev*. 2o
Cedeón añadió: *Lo único oue
ies pido es que cada uno de ustedes me'dé
un ánillo de su botín (los vencidos eran Isma-
elitas y tenían anillos de oro),.
25
Lé d[eron: nPor supuesto que te lo da-
r€rrros». Extendieron uñ rnanto en el suelo
y cada uno echó allí un anillo de su botín.26 EI peso de los anillos de oro fue de mil
setecientos siclos, sin contar los prendedo-
res, los.aros y los tlajg.s d.9-púrpuia que lle-
vaban los reyes Ce Madián; y sin contar
tarnpoco los collares que pendían del co-
qot€t de sus carnellos. 2' Cón todo eso Ce-
ileón se hizo un efod gue puso en su ciu-
dad en Ofra. Todos los'isra'elitas iban allí a
venderse; eso fue una trampa para Cedeón
y su familia.
2E
En cuanto a los mad.ianitas, quedaron
en adelante sometidos a los israelitas v no
volvieron a levantar cabeza. El país esiuvo
en oaz cuargnta años., el tiempo que vivió
Cedeón. n Jerubaal, hij,o de Joás,' regresó
a su casa y residió en ella.
s Gedeón tuvo setenta hijos, todos engen-
drados por él pues tuvo ríruchas rnuje"res.
3r En Siquern ténÍa una concubina que tam-
2sq
bién le dio un hijg, al que liamó Abimelec
" Cedeón. hijo de-Joás, ñurió en una-feliz an.
cianidad. Lo enterrarcn.en la tumba de su'o"-
dre Joás, en Ofra, eo el territorio de Abieie]
,
tt Después Ce la muerte de Ced.eón, tos
israelitas vclvieron a prostituirse sigur_endü
a los Baales: se dieron como dios a gaJü
Berit. I Así iue como los israelitas se olvi-
daron de Ya.¿é su Dios, el que los había li.
brado de todos sus enerniggs v.ecinos. ], Va
no reconocieron más a la familia de Jerul
baal-Cedeón todo lo bueno que había ha.
cho por Israel.
Abimelec, hüo de Gedeón
fd ' 4b¡qelec, hUo de Jerubaal, fue o Ver
l'/ I a Ios hermanos de su madre en Si.
qLlgm.,Y les d,jo, como también a toda la fa-
milia de su abueio marerno: . *Hagan esta
pregunta a.los señores de Siquem; -,,¿Prefie--
ren ser gobernados por setenta hombres
lodo^s huo: de Jerubaál, o tene.r un solo pál
irón? Acuérdense que yo soy de su sangie,.
3 Los hermanos de su madre transmitÉron
todas estas palabras a los señores de Si-
quem, quienes se decidieron en favor de Abi-
melec, pues se decían: *Es nuestro herrna-
oo». o Le entreg.aron setenta siclos de plata
que tomaron^lgl templo de Baal-Berit, y con
este dinero Abirnelec contrató a granújas y
aventureros que se pusieron a su servicio.
5,Se dirigió-luego á Ofra, a la casa de sü
padre, y masacró a sus hermanos, los hiios
de Jerubaal: los setenta fueron ejecutados
en la misma roca. El menor de lo-s hiios dé
.Jerubaal, Yotam, s€ había escondido- y es-
:apó. 6 Entonces todos los notables de Si-
luem y de Bet-Milló se :'eunieron y procla-
maron rey a Abimelec, cerca ,Je lá Encina
Ce la Estela, que está en Siquem.
. ' Le comunicaron la noticia a Yotam.
Este subió a la cima del monte Garizirn y
255
,lesd€ allí qritó con tocias sus fuerzas:
I.glcúchenrñe, notables de Siquem y Dios
in!-.rcuche! s'Un día salieron'los á?boles
.n busca de un rey. Dijeron al olivo: ¡Sé
iú'nuestro fey! ' Péro e[ olivo les .respon-
ji0' ¿Tgndré gue dejar mi ac.eite. tan
áptec]ada, Por los dioses y los. hom.brgs,
á'ara ir a balancearme por encima de los
drmás árboles?
:0 Los árboles se dirigieron entonces a la hi-
guera: ¡Ven,. tú serás nuestro rey! " I=-u higuera
És respondió: ¿Tendré que renunciar a[ dul-
iái au hi rruta
-tan apreciada para ir a balan-
cearme Por encima de los demás árboles?
12 Luego los árboles fueron donde la vid:
iVen, tú serás nuestro rey! '3 Pero la vid les
iespondió: ¿Tendré que re!unciar a mi
uva, que tanlo alegra a los dioses y a los
hombres, para ir a balancearme por enci-
ma de los árboles?
H Entonces los árboles fueron a buscar a
la zana espinosa: ¡Ven, tú serás nuestro rey!
,t Y la zarza espinosa resDondió a los árbo-
tes: *Si realmeinte quierén hacerme rey y
que Jot Tgnde, v,elgqn y quÉdense bajo mi
sornDra. >l nO, Saldra ruegO de la zaÍza espt-
nosa y devorará hasta e[ cedro del Líbano.
'6 P¡es bien, ¿han actuado ustedes con le-
altad y honradéz al hacer rey a Abimelec?
¿Se han portado bien con Jerubaal y su fami-
i'ia? ¿La han tratado como corresponde?
,'
¿Nó cornbatip mi padre Dor ustedés? ¿No
arrresqo su vida poi usted'es? ¿ No los libró
acaso?e manos de los madianitás?
rE Sin embarqo, ustedes se han alzado
ahora contra Ia- iarnilia cie mi pacire, han
ciado muerte a sus hiios, a los
-setenta
en
una misma roca. Y hán convertido a Abi-
melec, el ,hijo.de una esclava, eñ.rey de los
señores cie Siquern. Dorgue es de su san-
qre. Ie Pues bieh, si
'uiteciés
se han mostra-
áo ahora fieles y leales a Jerubaal y a su
casa, les deseo áre Abimeiec sea sú d¡cha
v ustedes la de ét.'o Pero si no. que salqa
ün fueqo de Abimelec v devore- a'la qen"te
oe Siqüem y cie Bet-Mílló, y que salg"a un
iueoo cie la (¡e.nte,de Siquern y'de Bet:Milló
1'dévore a Abimeiec,.
'' En seguida Yotam se dio a ia fuga y sea.-Q-
reiusio en'Beer; allí se quedó porque tenia
mieáo de su heimano Ab¡melet.
zz Abimelec gobernó a lsraei tres años.
z: Fero Dios envió un espíritu de discorciia
entre Ab¡melec y ios tiabitantes de Si-
í::uem? y éstos traicionaron a Abimeiec.
:J Así fue cGmo lba a ser venoado ei cri-
r'-€fi cc:metido ccn ics setenta Eiios ie ie-
'i:Daai; su sancre reeay'ó -*cbre A.b:meiec.
s'ü nermeno. cüe lcs hábÍa asesinacio .,¡ soj
ri'e la gente de Siquem que io había'uyu-
cacio ainarar a sus'herrnancs.
;5 Para cerjudicario, Ia cenie de Slquem
rrepai'ebe eri:boscaCás eñ ias <iesfiladeros
JUECES 9
cie la montaña, de hombres quc ::altaban
a todos los quq pasaban por'allí cerca; se
lo contaron a'Abirnelec
" Uegó entonces Gaal, hijo de Obed, con
sus herrnanos. Se estableciéron en Siouem
y se ganaron la confianza de la.aente de Si-
Zluerñ. 2' Fueron al campo a hac"er la vendi-
rnia de sus viñás, pisaron las uvas y prepa-
raron una fiesta. Luego entraro'n'en el
templo de sus dioses, cómieron y tomaron.
y maldijeron a Abimelec. 2E
Gaal, hi¡o de
Obed, dijo entonces: "¿Quién es ese Abime-
Iec y que es Slquem para que estemos a su
servicio? Fste hiio de Jerubaal v su seoun-
dón Zebul servíah a los hombre5 de Hañror,
padre de Siquem, ¿y nosotros ahora le ser-
viríamos? zs'¡Oialá-fuera yo el iefe de este
pueblo! Echaiiá a Abimeléc y Ie d¡ría: *iAbi-
inelec, ven para acá con todo tu ejéréito!,
30
Las palabras de Caal, hijo de Obed,
irritaron á Zebul, gobernadór de Ia ciudad.
3' Envió secretamente mensaieros a Abirne-
Iec para decirle: *Caal, hijo d-e Obed, acaba
de lleqar a Siquem con sús hermanos v han
subleVado la t¡udad en contra tuva. J. Le-
vántate pues de noche junto con 'el pueblo
gue te atompaña y escóndete en el iampo.
3i }lañana, cuandó salga el sol, levántatb v
ataca la ciudad. Y cuándo Caál v tos oué
están con él salgan a enfrentarte, áctúa éo-
mo Io permitan Ias circunstanciasr.
y P,¡es bie¡, Abimelec y todos los que es-
taban con él se levantaron de noché, y se
pusieron al acecho alrededor de Siquern, r€-
particios_gn cuatro grupos. 35
Cuando Caal,
hfo cie Obed, vino á apostarse a ia entraciá
cié Ia ciudad, Abimelec'y tocios los que esta-
ban con él salieron de su escondite.-s Al ver
esa tropa, Caal diio a Zebul; *Veo qente que
baja dé Io alto cie-la montaña,. Ze5ul le rás-
pondió: .Tomas por hombres una sombra cie
ia montaña". 3' De nuevo tomó la palabra
Gaal y Ie dijo: "Distingo a una tropa .i.r" baja
cie tierra adentro. Y ótro srupo üiené por 'ei
camino de la Encina dá los Astrólcjgos».
rE Entonces Zebul Ie. replicó: r¿Se tJper-
dió 'r,a esa lengua con Ia que dec'ias: ¿qüién
es Ab¡melec p"ara que Ie sirvamos?-Ahi&iA
esa qente gue menospreciaste. ¡Sal ahora v
peleá con él!, " Salió pues Caal'a la cabezá
he la qente de Siqueni v se puso a combatir
con Abimelec. o0
Pero AUimélec lo persiguió
y Caal huyó delante de él: muchos peretie-
ron antes cie ileoar a la puerta. o' Abimelec
-<e cuedó entonées en Ah,¡ma. Zebul po. iü
p,arte explllsó a Gaal y a sus hermános )i
Ies prohibió voiver a Siquern.
La destrucc!én de Slcuern
o §.22 Los israelitas necesitan formar una na-
ción, lo que -sería _un gfan progreso después de la
anarquía de las tribus desunidas v desorqanizadas.
Sin einbarqo, los que redactaron-el pre#nte libro.
en el ulürnó srgl-o de. lgs reyes de Jerüsalén, habíari
cuedado tan {efraudados óor sus qobemantes. oue
sonaban con el üernpo pasado e¡ique no ha6,ía n¡
reyes. ni adminisbación. Pensaban que Israel, por
sei el pueblo.de Dos, Do debía tenei jefes perna-
nentes como los demás pueblos.
Pgr 9so, el libro de los Jueces anota la negati-
va de Gedeón a ser rev: Yavé tiene que ser rev
de ustedes. Desgraciadámente, .Gedeón pide oró,
?n vez del. pod ef, y con egto eÍ héroe deitruye tol
do lo que liizo poí su pueblo.
Todos estos sah¡adores: Gedeón, Barac, Jetté,
Sansón.-. son muv decepcionantes, como en ae-
neral lo son los po-liticos v todos los'sue hablan?e
liberar al puebló oprirnido. ¿.Hav qué concluir de
ahí que la acción política es inulilT ¿O que debe-
rnos consaqrar tocios nuestros estuerzos a Ia ora-
ción y a la -catequesis y dejar a los demás la lucha
por la justicia?- Pero precisamente Ia iusticia se en-
cuentra en cada páqina de la Biblia.
De hecho, hatilar-de política es hablar de poder
y et pocler. corrompe a los que no tienen una con-
ciencia sólidamente formada. Poco se puede as-
perar de la, política allí donde Ia concienéia no há-
ya sido educada desde muy temprano en una
familia §pnq, -en- la que el niño avá descubriendó
amor y tide[dad entre sus padres (las dos cualida-
fles qqe. Iq Biblia no cesa de.juntqr) y- donde no
haya
-sido
formada por los padies de'ciáidos a uái
de su autoridad para domai sus caprichos. Por es-
ta razón, después_de esos tiempós:heroicos, üniá-
ron oiros en que Dios quiso edücar a las farñilias v
iqr p"{sonas inediante'las enseñan zas de loi sa1
bios y ia prácüca cie la iey.
_ .9-7 En 9.,.8-15 r. insertó y se puso en boca de
Yotarn una fábula antigua en
-que
be criticaba mw
duramente ei poCef cié los reyes. I a moraleja áá
patente: los más inútiles son loé que quieren rdinar.
Y esta historia de Abimelec la üene a confirmar.
Ái ciía siguiente, ei p'uebio saiió al carrr-
be io comunicaron'a Abimeiec. +s
Reu-
e sus hcnnbres )¡ los recartió en tre-s qru-
JUECES 9
pos, luego tendieron una emboscada en el
campo. Ápenas vio que la gente salía de la
ciudád, se lanzó sobre ellos. * Abimelec con
sus hombres corrieron para ubicarse a la
entrada de la ciudad. Los otros dos destaca-
mentos mientras tanto se lanzaban contra
rodos los gue estaban en el campo y los
mataban. '5'Abimelec llevó a cabo'el asalto
de la ciudad durante todo ese día, se apode-
ró de ella y masacró a todos sus habitántes.
Lueqo arrasó la ciudad v desparramó sal.
'u"AI saber eso, toda lá qenié ae la Torre
de Siquem se refugiaron-en la cripta del
ternpló de EI-Berit:o' Cuando avis'aron a
Abirheiec que toda la gente de la Torre de
Siquem se'había cong"regado allí, o8
tomó
un'hacha de doble filo-co"n la que cortó un
árbol, lo levantó y se Io puso al hombro.
Lueqo diio a los que Io acompañaba¡; *Vie-
ron
'1o qi¡e hice,
'qp_resúrense
en hacer Io
mismo qr" yor. o''Cada uno de sus hom-
bres cortó entcnces una rama. Salieron ca-
minando tras Abimelec y pusieron las ra-
mas sobre la cripta. Iuéqb le prendieron
iuego y quemaron la.criptá. Así
'murió toda
esa gente de la Torre de Siquem: cerca de
mil hombres y mujeres.
La muerte de Abimelec
s Abimelec se dirigió a Tebés; la sitió y
se apoderó de ella. trPero había'dentro dá
ia cii,¡dad una torre fortificada en la que se
refuqiaron hombres v muieres- toda lá oen-
ie nóble de Ia ciudád. Cerraion la Du"erta
tras ellos y se subieron a Ia terraza de la
torre.
52
Abimelec se acercó al pie de la torre
oara atacarla y avanzó hasta la puerta de
la torre para ¡írenderle fuego. 53'Pero una
rnujer aé.¡O cáer sobre su cáb eza una pie-
dra de molino, gu€ le partió el cráneo.
54 Inmediatamente llamó a su escudero v
le dijo: «¡Saca tu ,espgd.a y m.aJame! Nó
quiero que digan de mí: Lo mató una mu-
ier,. Su escudero entonces lo trasoasó v
inurió. 55 Al ver los israelitas que habíá
muerto Abimelec, se volvieron iada cual
a su casa
s Así fue como Dios devolvió a Abimelec
el mal gue éste había hecho a su padre ase-
sinando a sus setenta hermanos, t/ y Dios hi-
zo que recayera sobre los hornbrés de Si-
ouein toda 3u maldad. Así se cumolió en
ellos la maldición de Yotam, hijo de Jeirubaal.
Tola, Yaír y Jefté
fí7Tl o I Después. de Abimelec sur-
i r vl qió Tola, hiio cie Puá, hiio do
Podg, pára tibrar a fsrael. Era de la ül
bu de lsacar y vivía en Samir, en la
montaña de Efraín. ' F.u" jugz de Israe'i
durante veinte años, .después murió y
lo enterraron en Samir
Deqpués de él surgió Yaír de Qa-
Iaad. Fue juez de Israel veintidós
años. * TenÍa treinta hijos qye anda-
ban en treinta burros, y poseía treinta
ciudades que todavía se llaman lai
aldeas de Yaír, en el territorio de Aá:
laad. t Cuando Yaír murió, lo enterrá-
ron en Camón.
6 De nuevo hiciercn los israelitas lo
q.ue es rnalo a los ojos d,e Yavé. Sir-
vieron a los Baales y a las Astartés
como también a los dioses de Ararn
de Sidón, de Moab, de los amonitas ü
de los filisteos. Abandonaron a Yavé i
no le sirvieron más. ' For eso estalló
contra Israel Ia cólera cie Yavé, quien
Io entregó en manos de los filistebs v
de los amonitas. 8
A partir de ese añó
aplastaron y maltratáron a todos los
israelitas que vivían al otro lado del
Jordán, en territorio amoreo, en Ga-
laad, y esto duró dieciocho años.
e Los ámonitas atravesaron incluso el
Jordán para atacar a Juciá, Benjamín
y Ia casa de Efraín: Israel se hállaba
en una situación muy grave.
'0 Los israelitas clámáron entonces a
Yavé: uHemos pecado contra ti, Ie di¡.-
ron, hemos abándonado a nuestro Díos
y servido a los Baales,. " Yavé les res-
pondió: nCuando ustedes eran oprirni-
dos por los egipcios, Ios amoreos, los
pmonitas, los filisteos, tz los sidonios,
los amalecitas o los rnadianitas y me
clamaban, ¿no los libré de sus mános?
t3 Pero usteües me han abandonado y
han servido a otros dioses, por eso yá
no los salvaré más. 14
Vayán ahora a
gritar a los dioses que se eligieron,
. 1O.1 Cada tribu tenía sus t¡ropios problemas.
En 'arios iuqares se ler¡antaron salvádorcis oue. des-
pués de uná üctoria, fueron honrados como idue-
Les, por el resto de su üda: Gedeón era de Mana-
sés: Tolá, de Isacar; Jaír. del país de Galaad.
De 10,6 a 12,7 se reiata la historia de Jefté-
t^a introducción, 10,6-18, destaca el significado
de estos acontecirnientos.
Se notará el amor incansable de Yavé. oue
siempre perdona. Los pecados se van acuniulán-
do: ,iPor eso va no Io§ soluo ré más,,: v. sin em-
barqo, una ve2 más. Dios no aquantó ínás el su-
f rimiento de Israel. Si nos quáamos del silencio
de Dios frente a la acrual injusü'cia y opresióñ, €s
pgrqu.e .ng q3bemos ver el pecado y lá irrespbn-
sabilidad de los oprimidos.
'r
2so I Z¡t
iou€ ellos los libren ahora que las co-
bás se dan mal para ustedesl,
ti Los israelitas dijeron a Yavé:
nHemos pecado, trátanos como me-
ior te pafezcd, pero Por Io menos sái-
Vanos ahora,. rE
Hicieron ciesaparecer
de sus casas los dioses extranjeros y
sirvieron a Yavé. Entonces Yavé no
aqüantó más el sufrimiento de Israei.
"'' Los amonitas se reunieron e insta-
laron su camPamento en Galaad. Los
is¡'aeiitas también se reunieron e insia-
laron su campamento en Mispá. '8 E!
pueblo y los jéfe^s
9g Culaad sé decían
i,lnos a ótros:- n;Quién sera nuestro ieie
otara atacar a Tos amonitas? A esé io
bondremos a Ia cabeza de tocios los
habitantes de Calaad.,
ffi1 ' ' Jefté de Caiaaci era un va-
lr rl lie.nte guerrero. Era hijo-.cie
una Drostituta, pero su padre era Qa-
iaia. ' Le rnujár cie Gáiaad ie había
ciacio hijos, y cuando és'ros fueron
glqndes-'echáron a Jefté. Le dijeron:
,Ifu no heredarás nada cie Ia casa cje
nuestro padre, Pues no eres más que
ei hiio cíe una extranierau. 3 iefté se
aleió entonces de sus hermanos y se
instaló en el territorio de Tob. Se ie
juntaron aventureros que hacían in--cursiones
con é1.
o Fue en ese momento cuando los
amonitas atacaron a Israel. 5 Los an-
cianos de Calaad fueron a buscar a
Jefté en el país de Tob 6_y le dijeron:
«¡VeD! Tú serás nuestro jefé y noáotros
Iücharemos con Ios arnonitásr. ' Pero
Jefté respond¡ó a ios ancianos de Ga-
Iaad: n¿No fueron ustedes los sue me
despreEiaron y me echaron de fa casa
cie ini padre?'¡Y vienen ahora a bus-
carme porque éstán en peligro!,
I Los ancianos de Galaad diieron a
Jefté: nPrecisarnente por eso nos he-
JUECES 1 1
mos dirig¡qo a ti ahord, para que
marcnes ál irente de nosotrós v com-
batas a los amonitas; guereráos ha-
certe iefe de todos los habitantes de
Calaa-d,. e Jeite respondió a los an-
cianos de Calaad: uSi me hacen vol-
ver para combatir a los amonitas y si
Yavé los pone en mis manos, seré ei
iefe de ustedesr. ¡o Los ancianos de
Calaad dijeron a Jefté: nQue Yavé
sea testigo en contra nuestra si no
actuamos corno acabas de Cecir,,.
i i Jetté partió con los ancianos de
Gaiaad, y el pueblo lo puso al frente
de eiios éorno su jefe y gene¡al. Luágó
en &1ispá, en pre§encía Ze Yavá, Jefté
repitíó tcdas sus conCicíones.
i' ,"Oa envió unos hombres al rey cje ios
amcnitas con este mensaie: *iPor oue vtenes
a meterte en mis asuntós vJ a hacerme ia
guerra en mi país?, '3 Ei rey de ios amonitas
respondió a ios mensajeros cie Jeité: *Bier:
sai:es oue ios israelitas ie apoderaron de rni
territorió descie el Amón ha§ta el Yaboc v ei
iordán cuancio llegaron de Egipto. Ahóra,
Cevuálvernelo por la"s buenas,.
14
Jefté desóachó otra vez mensaieros ai
rey de ios amónitas. '5 Le manció a décir: nls-
raéi no se apoderó del tei-ritcrio ie Mcab ni
del de los arnonitas. 't Cuando los israelitas
subieron de Eqipto. caminaron Dor el desier-
to hasta el Mái de los juncos'y llegaron a
Cadés. t7 Entonces Israel envió-meñsaieros
a[ rey de Edom pala que Ie dijeran: Déiame
atraüesar tu. paÍ3. Peró el rey de Edom no
quigg. Mandó asimismo meñsajergs al rey
de Moab suien también se negó. Entoncei;
Israe! se qüedó en Cadés.
't Después ava nzó por el desierto, rodeó
el territorio de Edom'v el de Moab v lleoó
por el este del territorio de Moab. Nó ent"ro
bn el territorio de Moab sino que instaló su
campamento al otro lado dél Arnón. va
gue -el
Arnón era Ia frontera de Moab.' te Luego Israel rnandó mensajeros a Si-
jón, rey-de los amoreos, que feinaba en
Jesbón. Israel Ie diio: Déíarñe atravesar tu
territorio hasta el lúgar adonde voy. 'o Pero
Sijón no quiso que Tsrael atravesa-ra su te-
. 11 .1 Jefté es uno de los salvadores más dis-
cutibles de la Biblia. Está motivado por el rencor
contra sus hermanos, que lo despreciaron. Su
auerra contra la tribu d'e Efraím no es qloriosa
Éara el pueblo de Israel. Por fin. su voto de sacri-
Iicar a a'lguien de su familia corresponde a Ia -cos-
tumbre de i-os ,cananeos, paganosl que tan fácil-
rnente sacrificaban a sus hiios.
Sin embarqo. leemos: él Esoírítu de Yavé se
aooderó de JeftA Q9l- El Fspiritu siqnificaba en
ebe tiempo la fueria sobrehu'mana de Yavé sue
empuja ál hombre a curnplir hazañas. El E píritu
de Yavé no actúa solamente dentro de las cere-
monias reliqiosas ni por los hombres reliqiosos-
profetas o sacerdotes. Actúa (renovando la-faz de
la tierra" (Sal 104) a-través de personas a las que
les da fuerza y autoridad par? qLlg realicen taréas
históricas eúe son parie del' Reino de Dios.
En este sehtido, múchos personajes de la épo-
ca contemporánea, que no'han sido santos, bo-
drían.compararse con los Jueces: Dios les ha <ja-
do e[ cariima para ilevar a cabo,- bien o mal,
grandes, empre'sas por las cuales
'los
creyenteé
ño querían arriesgalse o ensuciarse las manos.
JUECES 1 1
rritorio. Más tociavía, Sijón reunió a toda su
gente, ilevaron su campamento a Yahas v
átacaron a Israel. 2' Yaüé, el Dios de Israef,
Duso a Siión y a todo su eiército en manos
de Israel quién los aniquiló. Y así se apo-
deró Israel'de todo el teiritorio de los arho-
reos que. vivÍan en esa región. 22 Después
conquistó todo el territoriide los amoreos
desde el Arnón hasta el Yaboc, y desde el
desierto al Jordán.
,
u ¿Y abora, que Yavé, el Dios de Israel,
desposeyo a los amoreos para favorecer a
su pueblo, quieres tú a tu
-vez
desposeer a
Israel? 21
Si-consideras tuyo lo qi¡e Que-
mós, tu dios, te dio, ¿por qué quieres arre-
batarnos lo que Yavá'nuedtro Dios nos ha
dado? 25
¿Te crees más poderoso oue Ba-
Iac, hijo de Sipo.r, rey dé Moab? ¿Pudo él
oponer resistencia a Israel? ¿ Pudo vencer-
lci? '6 Hace ya más de trescieñtos años oue
Israel vive én Jesbón y en sus dependén-
cias, e.n Aroer y en suí dependencias, y en
todas las ciudádes sue eÉtán a orilláí ael
Arnón. ¿Por qué no'las liberaron durante
todo ese tiempo? ,, Yo no te he periudica-
do, así que aitúas mal conmiqo haiiendo-
me Ia guerra. Q,ue Yavé, el Juez, iuzque
ahora entre los israelitas y los amcínitás,.2E
Pero el rey de los amohitas no fr¡io é-
so de las palabras que le dirigió Jefté.
Jefté y su hüa
o a El espíritu de Yavé se apoderó
de Jefté. Atravesó Galaad v Mana-
sés., lgego pasó por lvlispá dé Galaad
y de Mispá de Galaaci be fue donde
los amonitas. 30
Hizo esta promesa a
Yavé: *Si entregas en mi§ manos a
los amonitas, ''-.al primero que atra-
viese ia puerta de mi casa Dara salir
a saludairne después de m¡ victoria
sobre los amonitás,-será para Yavé y
lo sacrificaré por el fueoor.
32
Jefté pasó entonc'es al territorio
de los arndnitas para atacarlos, y Ya-
,É lgt plso en sus manos. 33
Los per-
siguió ciesde Aroer hasta los alréde-
dores de Minit, apoderándose de
veinte. pueblos, y hasta Abel-Quera-
mim. Los amonitas sufrieron una de-
rrota muy gr.a.nde y. en adelante que-
daron sometidos a los israelitas.
34 Ahora bien, cuando Jefté reqre-
saba a su casa en Mispá, salió a"sa-
Iudarlo su hiiu con tamboriles v co-
ros. Era su única hija; fuera dé ella
no tenía hijos ni hijar,.." Cugndg la
vi9, rdsgg su lopa y .iijq: giy: h¡j;
mra, me nas oestrozaoo! i I u lleqas
para traerme Ia d".rgracia!'P.ues h-icé
una,promesa a Y.avé, y ahora no
puedo echarme atrasr.' 36
Ella le respondió: *Padre mío. Va
gue Yavé.hizo gue te de.squitaras á;
tus enemigos, Ios amonitas, aunque
te hayas cgpprometido con Yavé á
la lrge.ra, qebes. actuar conmigo de
acuerdo a Ia palabra que salió?e tü
boca,. 3'Y dijo_a su padre: nConcédál
me sólo esto: Dame un plazo de dos
meses Para que vaya Por los montes
junto con mis compañeras y puedá
llorar esa mr_¡erte s ier d: t_cdávia vir-
gen,..]l.El le respondió; «¡Anda!, y te
permitió que se fuera por'dos meÉes.
Ella se fy" pues con sus compañe-
ras para llorar por los monte's esa
muerte siendo virgen todavía. 3s
Al
cabo de dos mese"s volvió donde rü
padre y .cumplió c_o_n qllq Ia promesa
que había hecho. No había conocido
varón. Desde entonces es costumbre
en Israel 40
gue cada año las jóvenes
de Israel §glg.an a.lamentarsé por la
hija de Jefté de GalaaC.
fi5l t Los hombres de Efraín se iuntaron v
I ¡ al atravesaron el Jordán a la- altura dé
Safón. Le dijeron a Jefté: «¿Por qué te fuisté
a pelear con los amonitas i no nbs invitasté
para que fuéramos contigó? Vamos ¿t eue-
marte junto con tu casai 2 Pero Jefté ies-
pondió: *Yo y mi pueblo teníamos un conflic-
to pendiente con los amonitas. Los llamé a
ustedes, pero no me libraron de las manos
de aquellós- 3 Cuando vi que no venían a li-
brarme, arriesgué mi vida. Tuve una batalla
con los amonltas y Yavé los puso en mis
manos. ¿Es eso un moüvo pará que vengan
a atacarme?
o Jefté reunió a todos los hombres de
Galaad y se trabó en combate con Efraín.
Los hombres de Calaad aplastaron a los dé
Ffraín que decían: nUstedes, gente de Gá-
Iaad,. no son más que. desertoles de Efraín,
ustedes se pasaron de Efraín a &lanasés,.5 Galaad'se apoderó de los vados dei
Jordán por donde se pasa a Efraín. v cuan-
do los fugitivos de Efraín decían:'íeuiero
atravesar,, los hombres de Galaad le decí-
gn: «¿Eres de EfraÍn?, Si_respondían: nNo,,
o entónces le decían: niDi Ch¡bolet!, y si
pronuncjaba .Sibolet, (pgtquu no, podían
bronunciar correctamente) lo tomaban v Io
áeqollaban en el vado del'Jordán. Cuaíen-
ta-y dos mil hombres de Efraín fueron
rnuértos ese día.
? Jefté iuzoó a Israel seis años. Lueoo
Jefté de §aláad murió y iue enterrado én
su ciudad, en Galaad.
E Después de él iuzoó a Israel lbsán de
Belén. r Tuvo treinia Éiios y treinta hiias,
casó a sus hiias con qeñte áe fuera e hizo
venir de _fuerá muchatnas._p_ara sus hUgt.
Juzgó a Israel siete años. 'd lbsán muríó y
lo enterraron en Belén.
r¡ Después de él iuzqó a Israel EIón de
Zabulóqi Juzgó a Israel"diez años. '2 Luego
murió Elón de Zabulón y lo enterraron en
Ayalón, en el territorio dé Zabulón.-'3
Después de él fue Abdón, hiio de Hillel,
de Pireátgn quien juzgó a Isra'el. 'o Tuvó
cuarenta hijos y treinta-nietos que andaban
en setentá búrros. Juzqó a Israel ocho
años. '5_Cuando murió nbd0n, hijo de Hi-
Ilel, de Pireatón, Io enterraron en- Pireatón
en territorio de Efraín, €fl la montaña det
Amalecita.
El nacimiento de Sansón
E'hu.t8.t
oios de Yavé,
manos de los
renta años.
de los filisteos,.
6
AI volver a su casa, la mujer con-
versó con su marido y Ie dijo: nUn
hombre de Dios vino a verrne. Era
2 Había un hombre de Sorea, de Ia
tribu de Dan, que se llamaba Manoa.
Su muier era estéril v no había tenido
hijos. 3'El ángel de Yavé se apareció a
la'muier v le?¡io: uHasta ahoia has si-
do estéri[ y no has tenido hijos, pero
vas a concebir y darás a luz un hUo.
* Ahora fíiate bién en no beber vino'ni
bebida alóohólica v en no comer nada
impuro debido a'ese hiio que vas a
coñcebir v dar a luz. 5 Poiqué desde el
vientre dá su rnadre el muchacho esta-
rá consagrado a Dios: no,,pasará por
su cabeza la navaia, pues él será quien
come nzará a librár'á Israel de manos
JUECES 1 3
!an majestuoso como un ángel de
Dios, péro no le. pregunté. de ?ónde
venía y no me diio su nombre. ' Pero
me dijb esto: Vas a concebir y dar a
luz urí hiio. Por eso, desde ahora no
bebas viño ni bebida alcohólica v no
comas nada irnpuro, porque el hino
estará consagrado a Diob desde el
vientre de su madre y hasta el día de
su muerter.
I Entonces Manoa le suplicó a Yavé: «¡Por
favor, Señor! Que el hombie de Dios que en-
viaste venqa de nuevo a vemos para decir-
nos cómo hay gue actuar con el riino oue va
a nacer,. e Diós byó la'voz de Manoa y'el án-
gel de Dios vino otra vez donde la- muier.
cuando estaba sentada en el campo. Pero su
marido Manoa no estaba con ella. '0 La mu-
ier corrió inmediatarnente a avisar a su mari-
do: *Acabo de ver al hombre que vino a visi-
tarme el otro día,.
I I Manoa se levantó y siguió a su mujer.
LIegó donde estaba el hombfe y le pregun-
tó: i¿ Eres tú el hombre eue fra6tO con ésta
muie-r?, El respondió: *Sí, vo sov,. ¡2 Ma-
noá,le dijo: *Si lo que has- dichó .s_ucede,
iqug norma seguirernos con este niño, qué
tendra que naCer €l/»
El ángel de Yavé respondió a Manoa:
*La muier-deberá absterierse de todo lo
que he-dicho. ¡'r No probará ninqún Dro-
ciucto de la vid, no b'eberá vino ñ¡ beb¡da
alcohólica, oo comerá nada impuro: tendrá
gue cumplir con todo Io gue le he manda-
do,. '5 Mánoa dijo al ángel'de Yavé: *Permí-
tenos que te retengamos un poco mientras
preparamos un cabrito,. 'u Peiro el ánqel de
Yavé Ie respondió: *Aunque me que,le, no
comeré de tu pan. Sin erhbarso, ái quiéres
ofrecer un holbcausto a Yavé] ofrécéselo,.
En realidad Manoa no sabía que era el án-
qel de Yavé.r t7 Entonces Manoa d¡¡o al ánqel de Yavé:
*¿Cuál es tu nombre?
-Quisiérámos
poder
a-gradecerte cuando se cumplan tus'oala-
blas,. '8 El ángel de Yavé_le üijo: -¿Poi qué
me prequntal el nombre? Es'misieriosb,.
'e Mánoá tomó el cabrito y una ofrenda v
Ios puso en una roca en hoñor de Yavé y dá
ese personaje misterioso al que podían ver
/Yranoa v su [nuJer.20
Ahóra bren, en cuanto se levantó a los
cielos Ia llama del altar, sucedió que el án-
gel se elevó junto con Ia llama del altar. Al
ver eso, Manoa y su mujer cayeron con el
25e 259
israelitas volvieron a
lo que es malo a los
ouien los entreoó en
filisteos durante" cua -
o. i3..1 Vienen a continuación cuatro episodios
de las ohistorias" de Sansón- A lo meior era un
campesino de fuerza poco ordinaria qúe peleaba
por 'su cuenta contra'los filisteos. L-a' leybnda le
átribuvó numerosas hazañas.
Se fe atribuye a Sansón un nacimiento milagrq
so. Nace de una pareja estéril, según una costum-
bre de Dios que va encontramos con el hiio de
Abraham (G¿n 18) v que se presentará taábién
para Samuel (1 Sam 1) v, más tarde, para Juan
Bautista (Lc 1,5)..El !i4ó tiene- que iei- nazireo,
esto es, consagrad.q-e Dios, .según'un rito ¡¡rry árr-
Iig.ro en,la Bi6lia (úm 8,t). Eta consagracron a
Dios *rá Ia fuente de su fuerza.
.'71-?9- l-a Biblia narra sin ningún comentario el voto de JeÍte.Ye en ello el error larnentablede un héroe-
JUECES 13
rOStrO en tierra. 2r El ángel, rnientras tanto,
desapareció de la vista
-de Manoa y de su
.l
muter. Entonces cornPrendió Manoa que
eiá'ái ángel de Yavé'
=, Manóa dljo a_su muigrl nVamos a morir
Doroue vimo§ a Dios,,. t' Pero su muier le
iespondió: "Si Yavé brbiera qu.eridcí que
mur¡éramos, no habría aceptádo nuestro
hoiocausto y. nuestra ofrendá. ¿Nos habría
mostrado todo eso y más aún plometido lo
que acabamos de escuchar?,
2'Así fue como la mujer dio a luz un hijo al
gue puso por nombre S-ansón. El niño creció
y Yave lo'bendijo; 5
.el .espíritu_de Yavé co-
me¡zó a apoderarse de él en el Campamento
cie Dan, eritre Sorea y Estaol.
Historia de Sansón
m : Sansón baió a Timná v allí se en-
I r'*l contró una rñujer entre lás niñas filis-
teas. 2 Subió para comunicárselo a su padre
y a su madrej ,,He visto a una muier en'Tim-
ná, les dijo, una niña filistea. ¡Coñsísanmela
como e^sposa!, 'Qu padre y s.j mq{ré Ie dije-
ron: «¿Ac,aso no hay.suficientes jóvenes en
nuesiro clan ,y en ^rodo nuestro pue.blo. para
que vayas a buscarte una entre [os rnctrcun-
cisos, entre los filisteos?,
Pero Sansón respondió a su padre nCon-
síguemela porque me gusta,. o'Su padre y
su madre no sabían que eso venia de Yavé,
quien quería crear problemas con los filis-
teos (en ese tiempo Israel estaba sometido
a los filisteos).
' Baió pues Sansón a Timná con su Da-
4r"J §u madre. Cuando venía por las vihas
de Timná, le salió al paso un león ioven.6 En ese momento se apg{eró de él el espí-
ritu de Yavé, desgarró al leoncito como se
desgarra a un cabrito, siendo que nada te-
nía en las manos. No contó riada de esa
hazaña ni a su padre ni a su madre. 7 En
seguida bajó y habló con Ia mujer que le
gu staDa.
t AI cabo de un tiempo volvió a Timná
para llevársela. Dio un rcjdeo para ver el ca-
dáver del león: en el cuerpo del león había
un enjambre de abejas coh miel. e Lo tomó
en sus manos.y -§e fue chupándolo por el
camino. Cuandó llegó a su cása, le ccinvidó
miel a su padre y a slL madre, quienes co-
mieron, pero no les dUo que había encon-
trado esa rniel en el cadáver de un león.
¡0 Cuando el padre de Sansón bajó a ta
casa de Ia muier, Sansón ofreció un oran
banquete seqúh la costumbre de los i6ve-
nes.'" Comó le tenían miedo, Ie hábían
buscado treinta ióvenes para que lo acom-
pañaran. '2 Sans-ón les dijo: -Lés voy et pro-
poner una adivina nza. Lés doy los éieté dí-
ás del banquete para que la résuelvan. v si
la adivinan-les dáré treinta túnicas v trélnta
tra.ies para cambiarse. 13
Pero si nb adivi-
!an, me darán treinta túnicas y treinta mu-
das,. Le respondieron: nDinos- la adivinañ-
za, te escuchdr-Dos». 'o Sansón les diio: nDel
gue.com,g,s,alió l.o que se come, y del mes
ruene salro lo dulce».
Durante tres días no pudieron resolver Ia
adivinanza. '5 Entonces,,al cugrtg dia, d¡j¿:
ron a la mujer de Sansón: *Hazle arruma-
cos a tu marido para que te explique la
adivinanza.. o si nó te quemaremoi a'ti y á
la familia de. tu padre; ¿o es que nos irívi-
taste para robarnos?,
'6 La mqjer de Sansón se puso a llorar a
su lado: *fú sólo me odias, le decÍa, tú nd
me qu,ieres. N¡ siquiera me has explicado
esa adrvrnanza que propusiste a los ióve-
nes de mi pueblo,. 'Le
respondió: nñi si-
quiera se la he.explicacjo a mi padre y a mi
lnqqre,¿y quteres cue te la explique?,
'í Ella,siguió asi ltorando los siete díai que
duro el banquete, y al séptimo día, comci él
estaba cansádo cón eso,'Ie dio ia
'solución.
Ella, inme(iatamente, se la dio a los de
su pueblo, '8 y al séptimo día antes de lá
puesta del sol, Ia gerite de la ciudad diio á
§anson; n¿(Jue más dulce que la miel y qué
mas fuerte que un león?, Les respondiró: -Si
no hubiesen-arado con mi vaqui'lla, no ha-
brían acertado con mi adivinan2a,.
'e El espíritu de Yavé se apoderó de él v
bajó a A§calón. AIIí dio müerte a treintá
hombres, Ies quitó Ia ropa y se Ia dio a los
que habían explicado la'adívinanza. Lueqo.
muy enojado, se volvió a Ia casa de su óa-
dre. 20
Eñ vista de eso dieron la muier'de
Sansón a uno de los jóvenes que lo tiabíáñ
acompañado
r ol igT"§"":tn grififf ,s:l,lá,"ffi.3
ver a su mujer Ilevándole ün' cabrito. Diio:
*Quisiera estár con mi muier en su pieza,_ Éé-
ro su sue-gro Ie impidió pásar. Le d¡o: , nCo-
rno pensá_que tq yq no'la querías, 3e la di a
tu compañero. Su hermana menor es más
hermosa, ésta será tu esposa en vez de aoué-
IIa,. 3 Entonces Sansón l'es diio a todos: *futa
yez,,si hago algún perjuicio á los filisteos, no
les oeDet€ Fl€ldo».
260
o Se fue Sansón y atrapó trescientos zo-
rros. Tomó unas antorchás y ató a los zo-
rros de a dos por la cola poñiendo una an-
torcha entremedio. 5 Luégo encendió las
antorchas y soltó a los zorros en los cam-
pos de Ioí fitisreoi. Ási ár"-*é-tóáol-i;,
atados, el trigo.en pie y hasr.a tas viñas y
Ios olivares.-6 Los'filisleos prequntaron:
.¿Q,uién hizo eso?, Les resporidieíon: .San-
són, el yerno del hombre de Timná. poroue
este último Ju qq,tó.a su mujer y se' l'a aió a
su camarada,.-subieron en[onées los filis-
teos y _quemaron la muier iunto con su Da-
dre. ' Sansón les Ciio: ,Ya gue ustedes 'ac-
tuaron así, no me detendré hasta que no
261
rne haya vengado de ustedes». t Les dio
una tremenda paliza y después bajó a vivir
en una cueva de los Roqueríos de Etam.
e Los filisteos hicieron una incursión.
Acamparon en el territorio de Judá y se in-
hltraron por el lado de Lehi. 'o Los hómbres
de Judá les dijeron; *¿Por qué han subido
hasta acá?, Les respóndieron: *Subimos
gara apresar a Sansón y tratarlo como nos
irató,. " Tres mil hombres de Judá baiaron
a la caverna de los Roqueríos de Etam pa-
ra decir a Sansón: -¿Nd sabes_ que los filis-
teos son nuestros ámos? ¿ Qüé hiciste?,
Les respondió: *Los traté cómo me trata-
roo,. 12
Los hombres de Judá le dijeron:
,Hemos baiado para apresarte v entreqarte
a los filisteos,. Sansóá les diio: *¡Júre"nrne
gue no me matarán!, '3 EIIos iespbndieron:
*f io, sólo vamos a apresarte y a'entregarte
a elios; pero no te m'ataremo5,. Lo arnarra-
ron entonces con dos cuerdas nuevas y lo
sacaron de los Roqueríos de Etam.
'* Cuando estaba ya cerca de Lehi, salie-
ron a su encuentro los filisteos Ianzando
oritos de aieqría. Entonces se apoderó de él
ál espíritu dé Yavé. Las cuerdás que ama-
rraban sus brazos se volvieron para él co-
mo hilos de lino quemado, y_se deshicieron
Ias ataduras de sus rnanos. '5 Encontró una
quiiada de burro todavía fresca, Ia tomó y
i.halO a golpes a mil filisteos. 'u Luego San'-
són exclámó: nCon una quijada de burro los
desparramé; con una quijada de burro maté
a oblpes a mil,. '' Cuándo terminó de ha-
blár tirO la quijada y llamó a aquel lugar
Ramat-Lehi.
't Corno tuviese rnucha sed, invocó a Yavé
y le dijo: *Concediste a tu servidor una gran
victoria, p€ro ves que me muero de sed y
que vov a caer en manos de los incircunci-
sbsn. '''Entonces Dios partió la cavema que
huy en Lehi; salió de allí agua y bebió. Se ie-
animó y recuperó sus fuerzas. Por eso pusie-
ron a ese manantial el nornbre de En-Ha-Co-
ré; todavía se lo ve en Lehi.
2o
Juzgó a Israel veinte años, en la época
de los filisteos.
ft Ál ' Sansón bajó a Gaza. Allí se encon-
I r vl tró con una prostituta y entró en su
casa. ' Le diieron a Ia qbnte dé Caza: «¡San-
són vino pata acá!, Órganizaron ronáas y
se quedaón de quardia"toda la noche a lá
pueita de la ciud"ad. No se movieron en to-
da la noche porque decían: *Esperémoslo
hasta Ia mañana y entonces lo rnaterrerrros».
3 Sansón estuvo acostado hasta la media-
noche. Se levantó a medianoche, tomó las
puertas de la ciudad con su marco v las
árrancó junto con su tranca. Se las eihó a
JUECES 16
la espalda y se las llevó a la cumbre de la
montaña que está frente a Hebrón.
Sansón y Dalila
o 4 Después de eso se iuntó con
una mujer del valle de Soréc sue se
llamaba Dalila. 5 Los iefes de lo's filis-
teos fueron a verla f le dijeron: nSe-
dúcelo con tus encantos y trata de
averiguar de dónde le viené esa fuer-
za tan grande y cómo podríamos do-
minarlo, amarrarlo y domarlo. Cada
uno de nosotros te dará mil cien si-
clos de plata,.
6 Dalila preguntó a Sansón: nDime,
te Io ruego, de dónde proviene tu
fuerza ext-raordinaria. ¿C'ómo se Do-
dría amarrarte y domahe?, ' Sanión
le dijo: uSi me ataran con siete cuer-
das nuevas que todavía no estén se-
cas., perdería mi fuerza y sería como
un hombre cualquiera,.
t Lgr jefes de lbs filisteos Ie entrega -
ron siete cuerdas nuevas que no se
habían secado todavía y ella lo ama-
rró; e
había escondido a unos hombres
en su pieza. Le gritó; rr¡Sdr-tsón, los fi-
Iistecs te atacdn!» Rompió de un qclpe
Ias cuerdas como se rómpe Ia m-echa
de estopa cuando se Ia-quema: no
descubrieron el secreto de-su fuerza.ro Dalila dijo a Sansón: *Te burlas-
te de mí y me contaste mentiras. Di-
me con qué hay que amarrarte,.rr Le dijo: nSi me atan con cuerdas
nuevas que nunca hayan sido usa -
das , perderé mi fuerza y seré como
un hombre cualquiera,l tz Dalila lo
amarró con cuerdas nuevas; Iuego
dijo: n¡Sansón, Ios filisteos te at-a-
cdn!» Le habían preparado una em-
boscada en su pieza, pe-ro él rornpió
las cuerdas como si fueran hilo.13
Dalila dijo a Sansón: *¿Cuántas
veces más me contarás menliras? Di-
me con qué habría que atarte». Res-
pondió: nSi tú entre§ieras las siete
trenzas de mi cabellera en la urdirnbre
de un télar, si las apretaras con un
peine de tejedor, perdería mi fuerza y
seria como un hombre cualqrieraí.
a Yavé,que es-fuente de sq üggr sobrenatural.
Con sólo revelarlo, se profanába a si-milño.
. 16-4 Sansón rwela a Dalila su consaqración a
D}ios como nazireo. Hay en él una parte Ésen¡ada
JUECES 16
r'¡ Eila lo durmió, entretejió las siete
trenzas de su cabellera con Ia urdim-
bre de un telar. las apretó con un pei-
ne de tejedor y le diici; .¡Sdosón, lo's fi-
listeos t'e ataéanl, Se despertó' de su
sueño y arrancó e[ peioe, [a lanzadera
l, la urdlmDre.
' t5 Entonces ella Ie dijo: .¿Cómo pue-
des decirme que me arirasl Tu corázón
nc está conrnigo, ya que tres veces te
has burlado de- ml y rio me has dicho
de dónde proviene'tu enorme fuerza,.
¡6 Como siquiera molestándolo v
acosándolo toáos los días con Ia misl
ma pregunta, creyó que se iba a morir.
'' Enton-ces le abrió sü corazón. Le diio:
uEstov consaorado a Dios desde'el
vientré de mi riadre y nunca ha pasa-
dc la navaja por mi éabeza. Si me ra-
paran,. ge me iría Ia fuerza y quedaría
tan débil como cualquierar.
-
ra Dalila vio que esta vez le había
revelado su secréto. Mandó a buscar a
ios iefes de los filisteos v les diio:
"Verígan ahora porque me ña rerela'do
Io rnás secreto de su corazón,. Los ie-
fes de los filisteos fueron a su casa lle-
vando el dinero en Ia mano.
'e Después de haber hecho dormir a
Sansón en sus rodillas, Ilamó a un
hombre para que Ie cortara las siete
trenzas de su cabellera y comenzó a
perder sus fuerzas: su fuérza se Ie ha-
bía ido. 2c
Entonces ella dijo; «¡Sonsón,
Ios filisteos te atacan!, El'se hespertó
de su sueño y pensó: uMe desataré co-
mo las otras veces v me librarér. Pero
no sabía que Yavé sé había retirado Ie-
ios de é1. 2t Los filisteos lo aDresaron v
le sacaron los ojos. Lo hicieion bajar á
Gaza, lo ataron con una cadena doble
de bronce y lo pusieron a dar vueltas a
la piedra áe uir molino en la prisión.
La muerte de Sansón
2 Sin embarqo. después oue le cor-
taron el pelo, sü cabelfera ,olrió a cre-
cer. 23
Los jefes de los filisteos :S jun-
laror¡ para bfrecer un gran sacrificio a
Dagón su dios, e hiciéron una fiesta.
Decían: nNuestro dios puso en nues-
262
tras manos a nuestro enemiqo San-
sónu . 21 La gente del pueblo To vio v
alababan a su dios diciendo: uNuestró
dios puso en nuestras manos a nues-
tro enemigo, que desolaba el país y
deiaba tantos muertos entre nosbtrosí.
25 Cuando todos se sintieron bien
contentos, dijeron: .¡Llarnen a San-
són para que nos entretengalu Fueron
a buscar a Sansón a la prisión y él
dio varias vueltas a la vista de toáos,
luego lo pusieron entre Ias columnas.
26
Sánsón dUo .entonces q! joven que
lo llevaba de la mano: -Tú guíarñe,
ayúdarne a tocar las columñas que
sustentan el templo para que pueda
aDovarme en ella:..^
"'El templo estaba lleno de hom-
bres y muieres. AIií estaban todos Ios
iefes de loá filisteos, y en la terraza ha-
bía como tres mil hómbres y muieres
gue se divertían mirando á Sansón.
28
Entonces Sansón invocó a Yavé v le
dijo; n¡Por favor, Señor Yavé! Acuérda-
te de mi v damé fuerza por última vez.
¡Quisiera hacerles pagai- a los filisteos
mis dos oios de un solo oolpe!,
2s Sandón tocó las dos'columnas
centrales en las que se sostenía el
templo y se apoyó en ellas: su brazo
derecho en una v su brazo izquierdo
en otra. 3o Luegó Sansón exélamó:
niQue muera vo con todos los filis-
táoslu Se estiró con todas sus fuerzas
y se derrurnbó el templo encima de
[os iefes v de todo el púeblo que esta-
ba állí. Lbs que arradtró conÉigo a la
muerte fueron más numerosos que
aquellos a los que había dado muerte
durante toda su vida.
3r Los hermanos y toda la familia de
su padre bajaron y se Io llevaron. Su-
bieion v lo
-enteriaron
entre Sorea v
Estaol en la tumba de Manoa su padrd.
Había sido juez de Israel veinte- años.
La historia de Micá
263
maidición que oí con mis propios oícios, pues
bien. SSa plata ia.tengo yo...yo la había torna-
do,. Su madre drjo i-nmediátamente: *¡Yavé
bendiqa a mi hiio!, 3 E! ie devoivió las rnil
.i"n ñonedas dé plata. Pero su madre dijo:
J/o misma había dedicado este dinero a Ya-
vé por mi h,jo,. para que hiciera un ídolo y
una estatua Oe bronce; te puedes quedar con
é1,.
r El, sin embargo, entregó el dinero a su
madre. Ella sacó doscientas monedas y se
las dio a un orfebre. Con ellas hizo un ídolo y
una estatua de bronce que quedaron en la
casa de Micá.
' Ese hombre, Micá, se hizo un pequeño
santuario doméstico. Tenía un efod,'tera-
fim, y luego consagró a uno de sus hijos
oara gue fuera su sacerdote. 6 En ese tiem-
iro no'había rey en Israel y cada uno hacía
lo que le parecía bueno.
''Habíá entonces en Belén de Judá un
ioven levita que vivÍa como huésped en
'ese clan de Judá. ' Un dia deió Bélén de
Judá esperando que alquien Io adoptara
donde füera. CamiirandCllegó a la caba de
lAicá en la montaña de Efraín.
e Micá le diio; «¿D€ dónde vienes?, Res-
pondió: *Soy un lenita de Belén de Judá y
busco quedarme como huésped donde en-
cuentre,. '0 Micá Ie diio: *Quédate conmiqo,
serás Dara mí un padre y un sacerds¡sr. Te
daré diez monedás de ptata al año y ade-
más aiojamiento y comida,. r¡ El levita
aceptó quelarse en Ia casa de ese hombre
v ser para él como uno.de sus hü9s. 12
Micá
áonsagró al levita y el joven pasó a ser su
sacerdote, y prestába áerviciós en la casa
de Micá. '3 En'tonces Micá pensó: "Ahora sé
que Yavé me iavorecerá porque tengo co-
mo sacerdote a un ievitar.
JUECES 18
' [r"g respondió: -Micá hizo esto y eso por
mí, me paga y yo le sirvo como sacerdo-
te,. ' Le dijeron: *Consulta a Yavé para que
sepamos si resuiiará es[e viaie que esta-
mós haciendo,. u El sacerdóte I es diío:
r¡Vayan en_ paz! Su viaje está bajo !a pio-
tección de Dios,.
7 Partieron después los cinco hombres y
llegaron a Lais. Vieron que sus habitante-s
viv-ian sin temor, seqún la costumbre de los
sidonios, que la ciudad era tranquiia y con-
fiada, sin i"y que la gobernara, que esta-
ban lejos de los sidonios y que no tenían
vinculación con nadie.
E Cuando reqresaron donde sus herma-
nos en Sorea y- Estaol, estos les pregunta-
ron: *iA ver. díqannos! ¿Qué noticiás tra-
en?, § Responáieron: iDe pie! ¡Vamos!
¡Vimos una'tierra magnifical Pero, ¿por qué
!e quedan ahí paradós? ¡Vamos, iénerrios
que apoderarnos de esa región! to Hallarán
átti un pueblo sin desconfiañza. Su territorio
es largio y ancho, Dios lo ha puesto en
nuestrás manos. Allí nada falta'de lo que
puede hallarse en la tierra,.
La migración de los danitas
I' Salieron pues los danitas de Sorea y Es-
taol, complet'ando un número de seisciántos
hombres équipados para la querra. '2 Subie-
ron a Quiriát-Yearim en Judá, donde acam-
Daron. Por eso ese luqar se llamó Campa-
i^nento de Dan hasta él dia de hoy: está al
oeste de Quiriat-Yearim. '3 De allí se dirigie-
ron a la montaña de Efraín y llegaron cerca
de la casa de Micá.
Ia Entonces los cinco hombres gue habí-
an recorrido el territorio hasta Lais toma-
rol Ia palabra y dijeron a sus hermanos:
*¿Saben gue en una cie esas casas hay un
eioci y teraíim, uñ icioio y una estatuá cie
bronce? Piensen un poco io que cjeberían
hacer,,.'5 Dieron una vuelta v entrarcn eri
la casa de Micá. Alli estaba él ioven levira
a quien saludaron. '6 M¡entras tanto ios
seiscientos danitas armados estaban paia-
dos frente a la puerta.
t7 Los cinco-hombres que habian ido a
expiorar el territorio subieron, entraron en
la casa, tomaron el ídolo, el efod, los tera-
fim y la estatua de bronce. El sacerciote es-
tabá en ia puerta de Ia casa con ios seis-
cientos hornbres armados. rE
AI ver a los
cinco hombres que entraban en la casa de
Micá, y que toniaban el íciolo, el efod, los
terafim y ia estatua de bronce, el sacerdote
ft al ' En ese tiempo no habia rey en is-
lr ei rae!. Fue enlonces cuando ia tribu
de Dan buscó un territorio donde instalarse
porque hasta ese día no había recibido su
barté en medio de las tribus de lsrael . 2 La
i¡ente cie Dan envió a cinco hombres de los
§uyos par? quq.recorrie.r.an ei pais y lo ex-
piórarán., Lel drjer.on; *Vayan a inspeccio-
irar ei paísr. Estos lleqaron Dues a ios mon-
tes de'Efraín, cerca üe Ia éasa de Micá, y
allí pasaron la noche.
3 Como estaban muy cerca de ia casa de
Micá oyeron la voz del joven levita y saiie-
ron a dar una vuelta. Le prequntaron:
*;Quién te traio Dara acá? ¿'Quáhaces en
eite lugar? ¿Poi qué te qüeciaste aquí?,
fiE1 o t Vivía en Ia montaña de Efraín un
I r I I hombre que se llam aba Micá. 2 Diio a
su madre: «Las'mil cien monedas de plata
que te habían robado y a propósito db las
iuales habías pronuncÍado una maldición,
. 17.1 El libro de los Jueces concluve con dos
Lqlatos típicos d.. Ie üda de Israel de e-se tiempo.
E! autor,-después de alabar esa época en que no
se necesitaban reyes ($,22¡, reconoce los rnales
que producía la anarouía.' En ics capítulos 17-18, la ausencia de una au-
toridad reliqiosa hace oue los sacerciotes haqan lo
oue ouierañ. Recorciemos oue en aquel tiémpo
lós hombres de ia tribu cie Léví estabañ dedicacios
al culto (Núm 3).
En 18,27 se notqra uno de los lugares de ^la Bi-
blia en qüe se manifiesia mayor indiíerencia frente
a una matanza sair¡aie. Los israelitas de e*, tiernoo
no sabían tociavía ló que rale la üda del hornble,
_ El indiüduo no contaba, sino sólo el pueblo.
Suprimir una población exrranjera no teñíd rnd=
yor graveoacl que arasar un oosque.
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BIBLIA CATOLICA, ANTIGUO TESTAMENTO, JUECES, PARTE 10 DE 47

  • 1. JOSUE 24 iueces y a los escribas, y éstos se Presen- taron ante Dios. 2 Josué diio entonces a todo ei pueblo: -Esto es lo .íue Yavé, el Dios de Isiael, les nnanda decir:' Sus padres vivían más allá del Río. v servían a oúos ciicses: acuérciense de Teraí, padre cie Abrahán v padre de Naior. = Peó üo torné a su padre-Abrahán más átta del Río v le hice recórrer todo el territorio de Canaání multipliqué su raza y le di a Isaac. ' A Isaac le ái á Jacob y Esaú. Le di el monte Seir a Esaú como súlrropiedad; pero Ja_cob y sus hijos bajaron a Egipto. 'Lueqo envié a Moisés y a Aarón v tuvieron-luoar Ias plaoas de Eqipto v todó Io que yo Jrice at'lí; én segu¡Zá lo3 hice salii, ' Cuando ll.garon usíedes al mar y los egipcios persiguieron a sus padres coñ sus cáiros v ius iínetes hasta el'Mar de los Juncos, '. cJamar'on a Yavé y Yavé interpu- so una niebla entre ustedes v los egipcios. hizo retroceder el mar sobre ello!'y Ioé cubrió. Ustedes vieron con sus oios ló que hice en Egipt-o, después de lo cu-al perma- necieroñ por larqos días en el desierto. Despüés los" hice entrar en el país de Igs amoieos que viven al otro lacjo áel Jor- dán. Pelearon con ustedes y yo los puse en sus manos. Conquistaron ustedes su país y Ios exterminé ante ustedes. e Fue entbnces cuando Balac, hijo de Sipor, rey de Moab. saiió en son cie ouerra contr-a Israel. v mandó a buscar á Balaam, hiio de Bebí. para que los rnaldiiera. '' Pefo no ouise éscucliar a Balaam ú tuvo que bendecirlos: asi fue como Ios -libré de sus manos.rr Lueqo ustedes atravesaron el Jordán v ilegaro-n a Jericó. Los jeies de iericó, loi amoreos, los fereceos, los cananeos, los hi-litas, lgs guirgaseos, Ios jeveos y los jebuseos ios átac"aron, páro Ios entregúé en manos de ustecies- :2 Fxpulsé Celante de ustedes a los dos reyes amoreos, no por la espada o el arco, stno Dor medio de las avispas oue mandé deiante de ustedes. '3 Lei d i irna tierra cionde no han trabajado, ciudades que_no ccns.truyeron pero qug han habitacio, viñas y olrvares que no plantaron, pero cuya rruta han comicic- i :Ahora. pues, teman a Yavé! iSírvanie con 'sinceridad y fidelidad! i.Elimlnen los Cioses a los que Sus padres srrvieron tanto más allá del Río com'o en Egipto, y sirvan a.':/avé! t5 Perc si no quieren"s'ervir'a Yavé. eiiian ahora a ouién dervirán: o bien a los c1ióses a los qué sus paclres sirvieron rnás í",á ce! Río. o iien a !ós Cio-.es de ic-s amo- :'ecg en ei pais concie viven. Lo que €s ys y n-': ie.-":;ia sgr;:rg:'nos a ':'ai'é*. 'o +i pue[:.c ies.i:cncjlc: .,Pcr ningún mcü-',;c.i ai:enCGnareiT.GS a tr-e ,é Data- sei'vir a rt:'cs iicses, '' porque'r''tvé, huest:ti: Dics, 242 fue quien nos hizc subir con nuestros padres de.sde Egipto, ( ) y ngs protegió á io IarOO del CamtnO pOr OOnOe lDamOS. v en médio de todos lós-pueblos por dondÉ pasábamos. rE Yavé fue quien e.xpulsó delante de nosotros a todo§ esos püebloi como también a los amoreos que vivían en este .pai:., Serviremos pues a Yavé, él es nUeStfO UIOS». ¡e Entonces Josué dijo al pueblo: *¿Podrán ustedes servir a Yavé? Pórque ei un Dios santo, uD Dios celoso; El no Der- donaría las infidelidades y los pecadoé de ustedes. 'o Si abandonan a Yavé para servir a dioses extranjeros, él también cambiará: les hará el tral. y lo.s exterminará después de haberles hecho el bien,. 2i El pusblo. dijo a Josué; .-¡Pe_ninguna manefal i)ervtfemos a Yar-rPI, ¿< tntgnces Josué les diio: *Ustedes mismos son testi- gos .q.ue rlah escogid.o a YaIé y quieren servtrlo». Le respondleron: «Somos .testi- gos». 2: *Pues bién, dijo José, boten ahora Ios dioses extranjeros que tienen entre ustedes y vuelvan su corazón hacia Yavé- el Dios de Israel,. 2a El pueblo diio a Josuél *Nosotros serviremos a Yavé y haremos caso a su palabrar. 25 Ese dia estableció Josué una alianza con el pueblo, Ie impuso un estatuto y una regla én Siquem. a Escribió todas esas palabras en el libro de la Lev de Dios. Tomó una qran piedra v la pu-=ó ciebaio de la Encina óre é-*taba -en él santuarío dg Yavé.27 Jo'sué dijo entonces al pueblo: *Esta piedra atestiáuará en contra üe uste- cies. ¡ioroue escuthó todas ias palabras oue Yave'pronunció cielante cie nosotros. Servirá como testiqo en ccntra de ustecjes. para impeciirles qué renieguen cie su Dios,.' 28 Después Josué mandó cie vuelta al pueblo. a cacia uno a su posesión. ' 2e Josué, hiio de Nun,'servicjor de Yavé. rnurió _despge! cie esq, a la eciad de cientó ciiez años. 3o Lo sepultaron en el territorio que habia recibido en ei reparto, €n Tim- nat-Sera, en la montaña de Efraín, al norte ael monte Caas. rr Israel sirvió a Yavé duranie toda la vida de Josué y durante ;:ocia la vida de los ancianos que sucedie- i'on a iosué, pues ñabían visto'todo lo que Yavé había re-alizacio en favor de Israel. ¡ '12 En Siouem sepultaron ios huesos de -:osé gue los israéiitas habían traído de Egipt_o'. r.oi 4gpouitaron _en una parcela ,:üe'Jacob nabía comDrado a los ñ¡os de ,j:amcr, paqfe de Siquem , ?cr cien piezas ,:.: ¡.iaia; eiia pasó a icrniar parte'de ia ::el'er¡cia ie ios hiios de Jose.',i =leáiar,: :;c ie Aerón, muiró fambién y' io enterra- ,í,:.'i en ,á li:ontaña ce Efraín-en Guibea. ':'.i1.ad, Ci;-re -ab:a s,..c' ctorEaca a Su i:1jc'a :- lIi,í.s" YII Los Jueces son para nosotros un libro de bellas historias: Débora, Gedeón, Sansón y Dalila, Jefté y su hija, sin olvidar al final a la mujer cortada en trozos ni al sacerdote que se aviva con los ídolos de su patrón. Pero estas historias transmitidas como relatos populares no hacen más que poner en imágenes la his- toria de una época tan importante como desconocida. ¿De qué manera los hebre- os nómadas que entraron en Palestina después de Moisés se transforrnaron en un pueblo de pequeños agricultores? Y ¿cómo guardaron su identidad de pueblo elegido por Dios? La tierra de Canaán, con sus fértiles praderas, lo tenía todo para seducir; lo mismo ocurría con sus religiones, cercanas a la naturaleza y donde la libertad sexual se expresaba con la mayor tranquilidad. Todos los pueblos que habían entrado allí se habían fundido con ella; ¿qué pasaría con la religión intransigente del Dios que no se ve? Fueron sin duda siglos oscuros desde cualquier punto de vista, en los cuales durante mucho tiempo se pudo pensar que el fuego del Sinaí se había extinguido. Los libertadores Lo que va a salvar el porvenir de las tribus de Israel será, por una parte, la agresividad de varias de ellas (pensemos en la tribu de Efraím cuyas campañas son narradas en el libro de Josué), y, por otra, el hecho de que con frecuencia estuvieron a merced de merodeadores y de otros nómadas venidos del desierto. Pero permanecieron fieles a Yavé porque en muchas ocasiones tuvieron la expe- riencia del Dios que salva. En medio de sus dificultades, los israelitas, desorganizados y divididos en grupos rivales, se reagrupan alrededor de los 'Jueces" de tribus, o jefes innatos surgidos del pueblo, a veces campesinos que obtendrán grandes victorias (véan- se Jue 4,1 y 5,1). Esos hombres pasaron a la hisioria como lcs "sofetirn", una palabra que designa tanto a jefes corno a jueces. Hay que saber que en la cultura hebrea, e incluso en el Evangelio, la palabra 'Juzgar" quiere decir también gobernar (Mt 19,28). De ahí que se liame jueces a hor¡bres que no han tomado jamás parte en un tribunal.
  • 2. Las brasas baio Ia ceniza La lectura del libro no nos da una idea muy elevada del nivel moral y religio- so del Israel de aquel tiempo en que los marcos tradicionales de la familia y de la tribu nómada perdían su valor. Sin embargo se estaba gestando una renova- ción profunda. Dos palabras que muestran esa transformación: heredad y santua- rio. entran en el vocabulario reli_gioso,. - Heredad: el nómada tiene ahora una tierra. Deberá considerarla como un don de Dios, cultivarla y transmitirla a sus hijos. Toda su religión estará ligada a la tierra que Dios le ha dado y que conservará en la medida en que sea fiel- - Santuario: los israelitas, que nunca tuvieron un templo en el desierto. descu- bren los lu-gares de culto de los cananeos. Se van, pues, a acostumbrar a a-srupar- se también en lugares de culto en donde los levitas, los sacerdotes, -guardan las tradiciones sa-eradas v las enseñanzas de Moisés. Este ejemplo de un período en que se redescubre todo, esií llona d: inter'és para nosotros en un tiempo en que se demrmban todas las estructuras morales y reli_eiosas en que habían vivido nuestrós padres- Podemos pensar que bajo la capa del marerialismo triunfante están madurando muchas cosas que preparan el renacimiento de un cristianis¡no más consciente de sí mismo en una sociedad urbana, planetaria y postindustrial. EL LIBRO DE LOS JUECES Como los libros de Josué, de Samuel y de los Reyes, el libro de los Jueces es parte de la historia de espíritu profético redactada por los llamados "deuterono- mistas": ver la Introducción a Josué. Al autor del libro se deben los dos primeros capítulos en que desarrolla su interpretación de los hechos que sucedieron durante los primeros tiempos de la penetración de los israelitas en Palestina. Luego ordenó una serie de historias en que cada tribu conservaba el recuerdo de sus héroes. Las juntó de tal forma que estos héroes aparecieran como los salvadores de todo Israel, y luego las puso como ejemplos de lo que quería enseñar: el pueblo no puede salvarse y vencer a sus enemigos si no demuestra su fidelidad a Yavé. Es difícil encontrarie una estructura al libro de los Jueces. Se nota la diferen- cia entre los llamados pequeños jueces y los grandes jueces. Los primeros son jefes de clan cuya actuación desbordó Ios iímites de su parentela y cuya autori- dad fue reconocida por su tribu. Los grandes, en cambio, parecen haber sido per- sonajes carismáticos c¡ue protagonizaron proezas militares en la lucha contra los propietarios ciel país o, al revés, contra los nuevos inmigrantes.- 215 t;r' ' Josué había muerto. Los israelitas ll consultaron a Yav§' *¿Quién de noso- tros, diieron, subirá primeró a atacar a los áananéos?,' Yavé iespondiÓ: nJudá será áuien subirá, pues he puesto el País en sus ñanos". 3 Los de Judá dijeron a sus her- rnanos de Simeón: *Vengan a ayudarnos contra los cananeos en la pa rte que no s corresDonde. v nosotros los ayudaremos ¿ñ Ia áe ustedés,. Y los de Sirríeón fueron a ayudarlos. '-Subió pues Judá y Yavé P-uso en sus rnanos a lós cananeos y a los' fereceos en iSesec: derrotaron a diei mil hombres. t En Besec se encontraron con Adoni-Besec; se fabaron en combate y derrotaron a los ca- naneos y a los fereceós. 6 Adoni-Besec em- prendió-la fuga y lo persiguieron. Lo.aP.re- iaron v le cortaron los pulgares de las manos V a" los pies. ' Adohi-Besec dijo en- tonces: *Seterlta. reyes, con los. pulgares-de las manos y de los pies cortados. recogían las rniqas debaio de'mi mesa, hoy Dios me devuel-ve..l.o qug, hice,. Lo llevaron a Jeru- salén v allí murio. 6 Lá oente de Judá atacÓ Jerusalén. Se apoderáron de ella, Ia pasaron a cuchillo e iricendiaron la ciudad.-e Después de esto, baiaron para atacar a los cananeos que vi- víán en la Montaña, en el Negueb y en la Tierra Baja. ¡0 Judá atacó. después a los cananeos que vivían en HebrÓn (Hebrón se llamaba antes Quiriat-Arba); derrotaron a Sesai, Ajimán y Talrnai. ¡¡ De allí se diri- sieron 'oaía peléar con los habitantes de Debir (Debir'se llamaba antes Q,uiriat-Se- fer). 12'Caleb dijc entonces: "Daré como esposa a mi hija Acsa a quieL atqgr5 a Qú¡r¡at-Sefer v se apodere de ella". ''-Oto- niel, hiio de Quena'2, hermano menor de Caleb, -se apoderó de ella y Calgb le dio su h|u Acsa. 'r En cuanto ella llegó, la impul- so a que pidiera a su padre un campo. At verla bue'baiaba de su burro, Caleb dijo: n¿Qué'quieres?, ri Respondió: nHazrne un fávor: vá oue me envia'ste a esta zona del Neou'e6. aáme al menos manantiales,. Ca- leb"le dío pues las Fuentes de Arriba y las Fuentes de Abaio. '6 Los hijos dé Hobab e.l qqqlita,.cuñado de Moisés, subieron con lo¡ hijos de Judá, desde la Ciudad de las Palmeras hasta el desierto de Judá, al sur de Arad. Allí se es- tablecieron en medio del pueblo de Israel- t7 Los de Judá salieron después con sus hermanos de Simeón. Derrotáron a los ca- naneos que vivían en Sefat y los condena- ron al an'atema, por eso Ia cjudad se llarna JUECES 1 Jormá. '3 Judá no se apoderó de Caza y su territorio ni de Asquel'ón y su territori'o ni de Ecrón y su territorio. 'e-Judá se adueñó de !a montaña con ayuda de Yavé, pei'o no pudo expulsar a los habitantes de'lá ttanu- ia. poroue tenian carros de hierro. 2c Taf como lo habia ordenado Moisés, dieron Hebrón a Caleb; expulsó a los tres hijos de. Anac. '' En cuanto a los jebuseos que vrvtan en Jerusalén, los hijos'de Ben- jámin no los expulsaron. y por eso hasta hov dia los iebuseos viven en Jerusalén iunlo con los'hiios cie Beniamín. ' ?2 La oente dé la casa cié José emorendió una exp"ed[ción contra Betel y Yavé'estuvo con ellés. ¿ Instaiaron. su campamento fren- te a Betel (la ciudad se llamaba antes Luz). 2: Los espíás vieron a un hombre que salía de la ciudad y le dijeron: nMuéstranos por donde se puede entrar a la ciudad y te per-. donaremo's la vida ,. 25 Les mostró éntonces cómo entrar en la ciudad. La pasaron a cu- chillo. Dero deiaron libre a ese hombre con toda sú iamiliá. 26 El hombre se fue al terri- torio de los hititas y allí construvó una ciu- dad que se llamó Luz (V ese eí el nombre oue tiene todavía hov). ' t' Manasés no pudo apoderarse de ia ciu- dad de Bet-Seán'ni de sus dependencias, ni tampoco de Tanac, de Dor, de Jibleam y de Meguicio; los cananeos se mantuvieron fir- mes en ese territorio. ?3 Pero cuando Israel fue más fuerte, redujo a servidumbre a los cananeos, sin empero eliminarlos. a Efrain tampoco expulsó a los can,aneos que vivían en uuezg[; los cananeos srgureron pues vt- viendo allí con é1. 30 Zabulón no expulsó a los habitantes de Quitrón ni a los de Nahalol; asi fue co- mo los cananeos continuaron en medio de Zabulón Dero fueron reducidos a servi- dumbre. n Aser no expulsó a los habitan- tes de Acco ni a los dé Sidón, de Maialeb, dg Aczib, de Jelba,_ de.,Afec y .dg Rejov. " La gente de Aser siguio pues viviendo en medió de los cananéos óre poblaban. la reoión. Dues no los habían expulsado. :1 nefuálí no echó a los habitantes de Bet- Seán ni a los de Bet-Anat: vivió pues en me- dio de los cananeos gue habitán en la re- qión, pero impuso trabaios forzados a los ñabitántes de Bet-Sernés y de Bet-Anat. 34 Los amoreos hicieron retroceder hasta la montaña a los hijos de Dan y les impidieron oue baiaran a Ia'llanura. 3t Los amoreos se ciuedaón en Har-Jerés, en Ayalón y Saal- $i*, pefo cuando Ia casa de José ádquirió fuerzá, fueron también reducidos a servi- o 1.1 El primer capítulo proporciona algunas luces sobre -la conquista. No fue triunfal, como aparece en el libro de Josué, sino lenta y dificil. Los israelitas no cumplieron con el mandato de exterminar a los paganos, lo que hubiera prote- qido la fe en el Dios único. Al contrario, las rela- éiones pacíficas prepararon la idolatría- Compárense 8 y 21: estos datos no son todos s€guros.
  • 3. JUECES 1 dumbre. 36 (Ei terriiorio Ce los eciornitas se e.rtiende Ce ia Subida de ios Escoroiones hasta Ia F-oca )/ continúa iuego subi'endc). ¡t ' ' E! ángel de Yar¿é subió cle Cuilcal a L:J ,..Boqujm. nLos he hecho subir de Egip- to, dijo, y ios he ti'aído a este país gue pro- Te.ti c?l juramento a sus padies. Yo náUia dicho: No rcrnperé nunca mi alianza con us- tecies,2 y por su pai'te usiedes no harán aiianza con los habitantes de este pais sinc que der¡'ibarán sus aiiares. Pero ustedes nc ¡-ne han necho caso. aQué es Io que han he- chc.? 3 Pues bien, esio he ciecidido yo: :Nc qxpu!saré a esa gente deiante cje ústedesl L.sraran contjnuamenre a su iado v sus dio- ses serán para ustedes una t¡'arnpá,. " Cuen- do ei áncei de yavé hubó ñá»iado así Jtc¿c isreel, el- puebio ianzó aiaricios v se Duso e iicrar. 5 Pbr eso ilamaron a aquél lucjar Bc- quim y- ofi'eciei'on aiiÍ sacrificios í Yavé. Cuancic Jo-sué había despedido al Due- blc, Ics israelitas habían vuefto cada uho e su parte- tg. herencia, prccurando concuisia¡' el p.ais-.'.EI pueblo sirv'io a yavé cju¡'añte to- da la vlda Ce Josue y. ,ii_¡rante toda la vlda Ce ics anciancs qqg ié sucedler-on, pues há- bían visio los pljdiqios oue había ieaiizado Yavé en favor iie Isréei. I Al morir Josué h¡ió Ce Nun, se¡-vidor de Yavé, a la edad de ciei- ic diez años. e Io enterraron en el territoric que había recibido corno herencia en Tim- na!-Herés, €fl Ia montaña de EfraÍn. al norte del rnonte Gaas. 'o Cuando esa generación a su vez fue a reunirse con sus fladres, te si- guió otra generación que no cohocía á yavé ;:i sabía Io que éste había hecho por Israet. La moral del libro . I ¡ Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos de Yavé y sirvieiron a Ios Baaies. i2 Abandcnai-on a Yayé, al Dics de sus paclres que los habia saca- cio d"l.país'de Egibto y siguiercn; otros dioses. Se posii'aroil ante ios diol ses de los pt-lebics que los rodeaban, -v ntpjeron sbbre ellc§ la cóiera ae.Yaüd.rr Ln cuanto abandonaron a Yavf para serv'ir a ios Baaies y a ias Astanés, es- lgiló la cólere de Yavé contra isiaei.:- Lcs eniregó en manos de salteado- res gue los ?espcjaroi, lcs ,¿;áió: sl¡s enernlgcs .ie todc ei contornc: ya nc cpcnían más resistencia a sus ene- migos. '5 Cada vez q.ue iban a la gue- rra, Ia rneno cie Yavá se alzaba eñ su cgnira, pa_ia, gu qi:gracia, tai ccmc Ya- Vg Se iO ha;ia üi'.-rlu, y 1ui c,iiü. estaban en Lina situación Cesastiosa. r5 Entonces Yavé Ies cicjueces gue los sa ivarcn ie ias rnaács da lcs que ios asaltaban. 17 Pero tai-n- poco esci¡charon a sus iueces. Se br,:siiiu v'erci'i siguienclo á otros dio- ses,v se postraron ante eilcs. Bien pronio se apanaron Cei camino Dor donCe habían andado sus paCies cuanCc éstcs hacían caso' a ios rnandamientos de Yavé. Ellos, en cambio, hicieroir todo Io contrario. 'u Cuando Yavé les envió iueces, Ya- vé estaba con ei iu ez, y duránte toda la viCa del juez los- Iibraba de las manos de sus enemigos. Pues Yavé tenía pie- dad de ellos cuando escuchaba sud la- mentos bajo la opresión y la persecu- ción. re Pero apbnas moría el juez, prostitugió.n sagracia para pedirles a baales, Ia lluüa y buenas óosechas. Ios israelitas, póco acosfumbrados oes. no ¡untarse con sus vecinos esas celebraciones. sus dioses. los Les costaba a a esas libefta- paganos para Y2+o i 2t; volvían 7 hacer el mai., Pec.l que :us "á¿r"s. Seguían tras otros ciioses, igt íervian y sé postraban ante. elics- No áuerían renunciar a sus maias accio- I". v se empecinaban en su camino. ""ío Estalló 'pues Ia cólera de Yavé contra Is¡qgl 'y. dg.clarÓ: nYa , qYq e.sta ñáción violÓ mi alianza que había he- .ño cgn sui, padres y ya que no me Jr.uchdñ,,'',,yo tqmPocg e.xPYIsqLe deiantq de ellos nt al mas lnstonlfl- Iánt. de lgt^pueblos qug Josu.lde;ó al morlr. ¿1 ue este modo ProDare a israel: tal ,vez as,í guieran ieguir l.ot taminos de Yavé, tal como lb hicie- ón sus Padreso. 23 Yavé dejó pues en paz a esas na- ciones gue 'no'había Pr"sto en ma- nos de ¡osue y no se aPresuro en ex- pulsarlas- t=1 ' Es'uas fueron las naciones oue Yavé lA dejg en paz...para probar q ]trael, es decir, a ios lsraelltas que no naDlan cono- á¡ao ias guerras de Canaán. 2 Quería que Ia iuventud de Israel aprendiera a pelear, bues_ aquéllos no habían conocido la gue- ira. ' Así fue como guedaron ios cirrco oríncipes de Ios filistebs, todcs los cana- heos y los sidonios,. y_ también los jeveos oue víven en ia montaña del Líbano,-descie lá montaña de Baal-Hermón hasta la En- irada de Hamat. t Yavé ouiso Dues poner a prueba a Isra- el v ver si obeáecería sus niandar-nientos, ioí que Moisés había ciacio a sus padres. , Los israeiitas vivieron en medio cie-ios ca- naneos, cie lcs hititas, de los amoreos, de ios ieleceos, de los jeveos.y.de los .!ebuse- os. 6 Se casaron con sus hiias, dieron sus propias hijas a los hiios de áquellos, y si¡'- i¿¡eron a sús ciioses. ' Otoniel, Ehud y Samgar . 7 Los israelitas hicieron Io que es maio a los oios de Yavé. Se olvidaron de Yavé su Dios y sirvieron a los Baa- les y a los Aserás. u Entonces estalló JUECES 3 contra israei ia cóiera cie Yavé. Los dejó caer en ias manos de Cusán-Ri- seataim, rey cie EdorTr, ! Ios isi'aelitas estuvieron Sometidos á'Cusán-Risea- taim por ocho años. e Los israelitas clamaron a Yavé y Yavé hizo gue surqiera para ellos'un salvador oue Ios Jibró: Iue Otoniel, hijo de Quen'az, hermano menor de Cal-eb. 't El espÍ- ritu de Yavé se posó sobre él y se de- sempeñó como'juez en Israel. SaliO a guerrear Y Yavé- puso entre SuS rna- ños a C'usán-n¡seatairyr, rey de Edom: derrotó a Cusán-Riseafaim. rr El país estuvo en paz durante cua- renta años; .luego Otoniel, hijo de Q,uenaz, murio. tz Una vez rnás los israelitas hicie- rDn lo gue es malo a los oios de Ya- vé, ,/ ét volvió a Eqtón reü de Moab mucno más fuerte tu" Isáel, senci- llamente porque hacían lo que desa- grada a Yavé.'13 Los moabitás se alia- ron con los amonitas v con los amalecitas para luchar cohtra Israel, y se apoderaron de la Ciudad de las Palmeias. 14 Los israelitas estuvieron sometidos a Eglon, rey de Moab, du- rante dieciocho años. r5 Los israelitas clamaron entonces a Yav§, y Yavé hizo que les_ surgiera un salvador, Ehud, hijo cie Cuera, uri hombre de Benjamín- que era zurdc. I-cs israelitas le encargaron que iie- vara el tributc a Eglón, rey de Moab. 16 Ehud se hizo un puñal de dobie filo, y de hoja corta, gue s? puso b.ujo su ropa Dectadc a su musto derecho. t7 Lubgo füe a oirecer el tributo a Eglón, rey de Moab, (Eglón era un hómbre muv qordo)'. ls De reoreso. cuando esta6añ en iós ldolos ad Cu¡t- gal, Ehud ordenó que se fuera a la gente que había vehido con él para presentar el tributo. . 3.7 Se oluídaron de Yaué... u los deió caer en los manos dei rey de Edom.-Siemprá en la Biblia se iueqa con e§ta palabra: ouien §i¡we a un falso dios' po-r- voluntad pf opia será' esclavo, cqnLIP su DroDia'voluntad (ccimparar con 1 Sam 7,3). trl eipíritu de YatÉ s" 'poso sbre Otoniel (10) iver corhentario 1 1,1).' Ivlientras Otoniel v Ehud luchan contra edo- mitas. rnoabitas v arñonitas venicios del otro la- do del Jordán. Samqar se enfrenta a los filiste- os. Estos habían llegacio por el mar -a las costas de Palestina al ñrismo'tiempo que los is- raelitas entraban por el interior. Pueblo de ci- vilización superioi, hi", armacios y organiza- Cos. ocupabán los "Cinco Departañrenós,. es decir, las cinco ciudacies de Gat, Azoto, Asca- ión, Acarón v Gaza, con sus aliedeCorás. f)o- minaban la rica lianura qqe bordea el mar iWe- dite,rráneo, y, su.s trcpas -de cuando en. cuanCo venran a molestar a - los israelitas establecidos en los cerros. Solamente el rev Daüci ies ven- cerá definitivamente, v de eliós quedará soia- mente ei nombre: Paiéstina, nombre cie Ia rie- rra de Israel, viene de piiisteos, o sea, filisteos-
  • 4. JUECES 3 'e El hizo el camino de vuelta Y dijo: *¡Oh rey! Tengo para ti un mensaje s'ecreto,í. EI rey respondió: n¡Silencicí!, Y todos los que estaban a su alrede- dor se retirarbn. '0 Entonces Ehud se acercó a é1, mientras estaba sentado en la pieza alta, tomando el fresco en sus departamentos privados. Ehud di- jo: nEs^un mensaje ile Dios que tengo para ti,. Entonceá el rey se ldvantó áe su silla. 2r Ehud extendió su rnano iz- quierda , agarró el puñal que tenía so- bre su mu"slo derecho y ie lo hundió en el vientre. 22 El puño entró junto con la hoia v la orasa se cerró Dor en- cima de 1a hoja] pues no se fa sacó del vientre. v salieron los excremen- tos. E Ehuá escapó por detrás, cerró tras él las puertas de Ia pieza superior y le echó el cerrojo. sirvjentes, y al ver con cerroio la puer- ta de la piéza superior, se dijeroni usin duda qub está háciendo sus necesida- des eri sus departamentos privados». ",.Esperaron tánto que tuvieron ver- güenza, pero las puertas de la . pieza superior no se abrían. Entonces toma- ron la llave y abrieron: isu patrón ya- cía por üerra, rnuerto! 26 &lientras ellos aguardaban, Ehud se había puesto a reúuardo. Pasó Dor los ldolol v se pusda salvo en Éla- Seira. 27 A¡íenas'llegó, tocó el cuemo en la montaña de Éfraín y los israeli- tas bajaron de la montañá siguiéndo- le. " [es dijo: uSíganme po,rque Yavé ha puesto a sus enemigos, los moabi- tas, en nuestras rTrár-los». Todos baia- ron tras é1, cortaron los vados del Jór- dán en dirección a Moab y-!q dejaron escapar a ningún hombre. B En aque- lla ocasión derrotaron a diez mil hom- bres de Moab, todos robustos y entre- nados: no escapó n! unó solo.n Aquel día Moab'quedó someüdo a 248 Israel. y el país quedó en pa4 por ocnenta anos. 3r Después de "l .:urgió.Samgar. hiio de Anat. Vencio a seiscien"toi hómbres de los filisteos con una pi- cana de bueyes; él también fue un'li- bertador de [srael. Débora y Barac A' 'De nuevo, después de la L3 muerte de Ehud, lós israelitas hicieron Io que es malo a los oios de Yavé, ' y Yavé los puso baio las ma- nos de Yabín, rey dé Canaáh, eue rei- naba en Hasor. Sísera era el iefé de su _ejército y vivía en naroser-fia-Goyim. 3 -Los isráelitas clamaron a Yave, por- que Yabín tenía novecientos carroi de hierro y oprimía ciuramente a los isra- elitas hacía veinte años. o En aquel tiempo, la profetisa Dé- bora, mujer de Lapidot, juzgaba a Is- rael. 5 Se sentaba bajo Ia Pálmera de Débora, entre Rarna y Betel, en Ia montaña de Efraín, y los israelitas subían donde ella Dara obtener iusti- cia. u Mandó a buicar a Barac, hiio cie Abinoam, de Cadés en Neftalí. Le mandó a decir: uEsta es la orden de Yavé, el Dios de Israel: Dirígete al rnonte Tabor y recluta a di-ez mil hombres entre los hiios de Neftalí v ios hijos de Zabulón. ) Yo atraeré ha'- cia ti en el torrente de Quisón a Síse- rá, jefe del ejército de Yabín, junto con sus carros y todos sus honíbres, y lo pondré en tus maños». I Barac Ie respondió: *Si vienes conmigo iré, pero si no vienes no iré,. ' Ella le dijo: nMuy bien, iré con- tigo: pero estás empezando mal,. y Ia gloria-.de esta expedición no será pa- ra ti; Yavé pon drá a Sísera en manos de una mujer,. Se levantó pues Dé- bora y Barác partió con eila'rumbo a Cadé-s. to En 'Cadés Barac reunió a o Q,.1 Jabin, rev de Canaán. era en realidad el rer; de la llanura del norte de Canaán, llarnaCa de ,iézrael. Ahí se gana la gran victoria' del tiempo cie los Jueces. _Una mujgr, Débora. es Juez de Israel, es decir, aiministra- la'iusticia en nombre cie Yavé. gs uri caso excepcichal en un pueblc donce los varones tienen todas las responsabilidades sociales v reli- giosas. Ella manda ál norte a liamar a Baracl Este se nieqa a ir solo; ciesea la cooperación de las tri- bus dáEíraím v Beniamín, donde está establecida Débora. Su coñfianÁ enYavé es juzgada rnuy in- s_uficiente. pues no quierá actuar i¡n-la presehcia cie Débora'a su lado, y lu Biblia le aniepone a Débora. que ha inspírado ei levañtamiento. Yi z¿e li:,*,í' n!'i tiL* * uá, lo i ;:'{§' ? i"', Le avisaron a Sísera que Barac, hiio d. SPinoal^n,^ge había dirigido al r#ónte Tabor: r3 Sísera reunió énton- 'i"s a todos sus carros de hierro que iiáaVan a novecientos, como también ,-íus troPds, y vinieron de Haroset- [r-Coyim hastá el torrente de Q,uisón. li-p¿¡bra dijo entonces a Barac: uHa ilefado. el momento, lroy mismo Yavé '"áhdra a Sísera en tu§ manos. ¿No á-árcha Yavé delante de ti?, Barac bajó del monte Tabor segui- do-de sus diez mil hory?res , "' y fqve n¡ro que derrotara a Qisela , a todos rüs gárros y todg s,u ejército; el mis- ño.Sísera se bajó 3g t, carro y hyyó a D¡e. ¡v DafaC SallO en PefSeCUClOn áe tos carros y del ejército hasta Ha- Llet-fra-Ggyim, y tgdo el ejército de Sísera cayó bajo el filo de la esPada; nadie escaPo- t7 Sísera había huido a pie hasta la tienda de Yael, mujer de Jeber el ouenita, Porque reinaba la paz entre /abin, rey de Hasor, y Jeber el que- nita. " Este Jeber aéampaba cerca de Ia Encina de Saananim, dl lado de Cadés, ciespués de separarse de los otros quenitas descendientes de Jo- bab, cuñado de Moisés. '8 Yael salió al encuentro de Sísera y ie dijo: «¡Ven para asá., Leñor, V"! p?-ra acá, no tengas miedo!, Fue donde ella, entró en su tienda y ella Io tapó con una manta. re EI le dijo: uDarne un po- cc de agua para beber porque tengo sed,. EIla tomó un tiesto con leche y le dio de beber, Iueqo lo volvió a tapar. 2o El le diio: -Quéáate a la entradá de ta tienda, y si alguien te pregunta si hay aqlí alguna persood, respóndele oue nadleo. ' 2t Pero Yael, mujer de Jeber, tomó una de las estacas de la tienda junto con un martillo, y acercándose sua- vemente por detrás de él le enterró la estaca en la sien con tal fuerza que se clavó en Ia tierra. El dormía pro- fundamente porque estaba muy can- JUECES 5 sado, y así fue como murió. 2 Cuan- Cp llegó Earac persiguiendo a Sísera, Yael lalió a sü enci:entro y le dijoi nEntra que te voy a mostrai al hom- bre que buscasr. Entró y vio a Sísera muerto, tendido en el su-elo con Ia es- taca en la sien. a Ese día Dios humilló a Yabín. rev de Canaán, ante los israelitas. ie Lá mano de los israelitas se volvió cada vez más pesada para Yabín. rev de Canaáp, hasta que lograron deiha- cerse de él El cántico de Débora ffi ' .'. 4quel día, Débora y Barac, h,jo de L:¿J Abinbam, entonaron este cánlico:2 En Israel los querreros deiaron sus ca- bellos sueltos, def pueblo saliéron volunta- rios. ¡Bendigan a Yavé! 3 ¡Escuchen reyes, soberanos presten atencióñ,-d Yavé !"_griero cantar! ¡Cantaré para Yavé, para el Dibs de Israel! ' ¡Oh Yavé! Cuando saliste de Seir, atra- vesando los campos de Edom, tembló Ia tierra, los cielos se deshicieron, Ias nubes se convirtieron en agua. 5 Los montes se estremecieron.al- pasQ d" Yavé, al paso de Yavé, el Dios de l§rael. 6 En tiempos..de- S-amgar, hijo de Anat, en tiempos de Yael, las caravanas no via- jabdñ, los viajeros tomaban caminos a pa rtados. 7 Las aldeas estaban desiertas, estaban desiertas en Israel hasta el día en que vo- Débora, Hl€ levanté, yo que fui una'maáré para Israel. a Seguían a dioses nuevos, que antes no se venéraban, y los cuarenta mil hombres de Israel no tenian escudo ni lanza. e Mi corazón se vuelve a los iefes de Is- rael, a.los- voluntarios del pueblo: ¡bendi- gan a Yavé! ¡Ustedes que van montados en blancas burras, guB se sientan en sus alfombras, ustedes que van por los caminos, canten! I I Cerca de los abievaderos el pastor canta las liberaciones de Yavé, §us liberaciones y su bondad para con Israel. El pueblo de Yavé ha bajado a la frontera, tz idespiértate, despiértate, Débora! ¡Despiértate y despierta a tu pueblo! ¡Levántate, Barac, y somete a los que te somettan, hijo de Abinoam! . 5.1 El .Cánüco de Débom, es una de las piezas rnás anüguas- dg ia literatum hebrea, compues-ta po co despuZs de los aconteimientos,' es un himnó a Yavé vencedor. Este poema destaca el indiüdualis- mo de las kibus: cinóo de ellas solamente se han reunido para enfrentarse a los cananeos.
  • 5. JUFCES 5 :3 Que ios que no cueni,an venzan a ics ocde ro sos, el pueblo de Yavé se mostró valiente y Venclo. ''.Lcs. jefes de Efraín. bajaron ai valle. Beniamín va tras de ti entre [us tropas. Han baiádo ieíes desde Maouir. v de'Zabulón iod oue'iievan el cetro. r5 Loí iefes de Isa - car éstán con Débora, Isacar está al lado de Barac. v en la ilanura marcha tras sus huellas. ' J Pero junto a los arroyos de Rubén no hay más qr-ie palabrería. 'u-¿Pgr _quÉ te quedas- te en ius 'potreros, oyeñdo Iá fiauta' de tus pastores?-Junto a lcs arroyos de Rubén se tontentan con palabreria '' Calaad se quedó a Ia otra orilla del Jor- dán, Dan estabá en sus barcos, y Aser a la orilia dei mar, tranquilo en su-s puertos. 't Pero Zabulón es un pueblo que arries- oa su vida, iqudl que Neftalí, en'los cam- Éos de batállá.' re Liegaron ios reyes y combatieron. En Tan?c,]cerca de lás aguas cie Meguicio, combatieron l.os reyes de Canaán, pero no recogieron botin. n De lo alto de ios cielos combatieron las estrellas, desde sus caminos pelearon con Sí- sera. 2' El torrente de Quisón los arrastró, el torrente de lgs tiempos. antiguos, el torrente de Quisón. ¡Oh almá mía, avanza sin miedo! D ¡Qué martilleo de cascos de caballos, de caballos a todo galope! I Maldigan a Meroz, dijo el ángel de Yavé, maldiqan,"rnaldiqan a. su-s habita"ntes que no estuvíeroq allí óara ayudai' a Yavé, para ayudar a Yavé cón los úalientes. zo ¡Bendiia sea Yael, la muier de Jeber ei quenita, bendita -sea entre Ias mujeres! Bendita sea entre las mujeres que viven en tiend as. " El pidió agua, ella le dio leche; le ofre- ció leihe cremosa en su mejor copa. 'u Con una rnano toma Ia estaca, y con su derecha el martillo del obrero. Colóea a Sí- sera y le rgmpq-la cabeza., le rompe y tras- pasa su.sien. 2' Se desplgma a'su§ pielr tae, está alli tendido. Cayo a sus pied, alií donde se desplomó está muerto. 2' La madre de Sísera se asoma a la ven- tana, observa a través de la celosía; *¿Por qué,'dice, tarda tanto en volver su ca-rro? ¡Qué lentos son sus carros para volver!,- T) La más viva de sus muieres le respon- cie y ella misma se lo repiie: 30 *Se eistán repártiendo el botín: una iautiva, dos cau- iivas Dara cacia gyerrero, paños de color Dai'a Sisera, boiiacios para su cuello,.' 3r lOh Yavé, que así peiezcan tus enerni: gos!'Y da a ios'que te'aman el respiancior áel sot El país estuvo después tranquilo por cuarehta años. 250 | z:r t Gedeón ¡ñl ' Los israelitas hicieron Io que es malo t:J a los ojos de Yavé, y Y.avf ios entregó por siete años en mano-s de lladián. t [; bpresión de lladián fue dura para Israel. v dbbicio a Madián los israelitas habitaron ia's hendiduras de las montañas, las grutas y Ios refuoios. 3 Cuairdo Israel sembraba, Madián hacia una incursión junto con Amalec y los hUos de Oriente. o Se instalab::-. ::-. J- i-iii '7 devas- taban todos los campos hasta los alrédedores de Gaza; nada Ie quedaba a Israel Dara co- mer, ni corderos ni bueyes ni burros. s Sus re- baños v sus tiendas eran tan numerosos co- mo las-langostas; no se los podía.contar ni a ellos ni a 5us cameilos cuándo llegaban al pais para arrasar ccn todo. t Israel e-staba en Ia miseria por culpa de Madián, y los israeli- tas clamaron a Yavé- 7 Entonces ( ) I Yavé mandó un pro- feta sue les diio: nEstc dice Yavé, el Dios de Israel: Yo fui quien los hizc su- bir de Eqipto, suien los hizo salir de la casa de iá esclávitud. e Así como los li- bré Ce la rnanc <ie los egipcics. así los he liprado oe tccios qqÚélios qug los oprimían. Los expuisé 'ante ust'ecies y les Ci a ustecies sú país. '0 Entonces le"s dije: Yo soy Yavé su Dios. r'lo tornen en cúenta a iós dioses de ics amoreos en cuyo país viven. Pero ustecies no rne hicieroil CESo,¡. Dios llama a Gedeón o I I El ánqel de Yavé se fue a sentar bajo el tereÉinto que está en Oíra y qu'e pertenecía á 'Joas, dei clan dé AUieáer, Gedeón, su hijo, estaba tri- llando el triqo en el laqar Dara escon- derlo de los"madianitai. 'z'El ánqel de Yavé se le apareció y Ie dijo: -]Yavé está cqntigo, V3]ienle guerrero!,. I, ce,Jecn resPondlo: ttleroona, senor, neto -.i Yave esta con nosotros,, ¿Por íij; ncs pasa todo esio? ¿DÓncie es- ;,; todos esos prodigios que, nos con- ilrbn nuestros padres, cuando los de- .í;;, Yavé nos' hizc subir de Eoioto? Lo que es ghoia, Vauié ncs ha J"lacjo Zá"i y nos ha entregadc en las manos de ,{adian". :r Entonces Yavé se volvió hacia él ,, te diio: «iAnda! Tú eres ca?az cie li- L;;, á lsrael Ce Ia mano de Macián: Yo ;;i'quien te envía!" 15 Pero él resPon- áió,.Disculpg, señcr- Pefo ¿cÓrno sai- l,'"ré a Israél? Pues mi clan-es e! más ááqugno de la.iribu cie Manasés,y yq !"uj el más chico en la familia de rni ia'¿re,,. 'É Yavé le.iijc: ,,Yo estaré con- tiá, y tú derrot arás á rtadián como un solo homDrer¡. t7 Respondió: uS! realmente te he caídc en g.racia. hazrne ver una señai J-a-.í sabié que eres tú quiien me ha- 6tu. !8 No te ateje¡ de. aqr-rí hasta gue luelva con una ofrenda qlie d-eposita- ré ante ti,'. .Yavé resp'ondig: nl4e ,gLe- daré aquí hasta que vueivas,- ¡e Se iue pue's Gedeól; PreParq un cabrito v Con una medlda Oe narlna nlzo Pa- ies sin levadura. Puso Ia carne en una canasta Y el caldo en un una olla ; lo llevó toáo para ofrecérselo bajo ál terebinto. 20 EI ángel de Dios le dijo entonces: nToma la carne y los Panes sin levadura, deposítalos en esa roca y derrarna el caldo,. Y así lo hizo. 2t Entonces el ángel de Yavé exten- dió su bastón y coñ la. Punta tocó la came y los pahes sin levadura: salió fueqo áe la foca y consumió la carne v lds panes sin lévadura; el ángel de Yavé inientras tanto había ciesaPare- cido de su vista. zz Cedeón comprendió que era el ángel de Yavé y dijo'- -iAy de rní, §e- ñoí Yavé, porque realmeñte vi ai An- JUECES 6 qe! cie Y'avé cara a caral,, 23 Pero Yavé [e dijo.: ,.No tengas miedo, porgue no m¡orrras,,. 2a CeCeÓn constrüvÓ en ese iugar L¡n aitar para Yavé. ai que iia- mó: Yavé-?az. Aun existe acr-'aimen- te en Cfra, €r las tierras de Abiezer. 25 Esa misma ncche le diio Yavé: ,,Torna ei ncvilio Ce tu padre. Demcie- rás ei aitar de Baal que peÉenece a tu padi'e I, derribarás el ¡ioste sagr?qc que es[á al lacio. " Luego construii-ás ün al'rar a Yavé tu Dics, efi ia cumbre de esta coiina forliiicada, y me sac¡'ifi- carás ei noviilo, guemándolo con ia Ie- ña dei posie saErado,,. 2' Gedeón tomó a Ciez de sus sirvien- ies e hizc lo que Yavé Ie había ordena- do. Pero no Io hizo Ce día porque temía a la fa¡-niiia de su paCre v d ics'hombres de Ia ciudad; por eso Io hizo de ncche. 2e CuanCc los hombres de la ciudad se ievantarcn a Ia mailana siguiente, vie- rcn oue el aiiar de Baal había sido de- rribado, que el poste sagrado que esta- ba al iado había sido coriado, v gue un novillo había sido ofrecido en holocaus- to en el nuevo aliar. 8 Se preguntaban unos a otros quién habría hecho eso. Se pusieron a investlqar. a Drequntar v se.fes,dijg: ucedeón.-hijo db Jóás, fué qulen lO hlZO». 30 Los hombres de la ciudad dijeron a Joás: niEntréqanos a tu hiio Dara que muera! hres él-fue quien de'móliO el 'al- tar de Baal y derribó el poste que esta- ba al lado,. "3' Pero Joás respoñdió a Ia qente que lo amena zaba: *¿Así que áhora défienden a Baal? ¿Así lue qüie- ren salvarlo? ( ) Si Baal e*s Dioi que se defienda por sí solo ,_ya que le han de- molido sú altar,. 32 Ése dia pusieron a Gedeón el sobrenombre de Jerubaal, Dorsue decían: nQue Baal se defienda áe él ya que Ie destruyó su altar,. 33 Se reunieron todos los madiani- ias, Ios amaiecitas y los hijos de Ori'enie; atravesaroñ el Joídán y o §-11 Los capítuios 6-9 se refieren a Gedeón v a su hiio Abim'elec. El prime-ro es liamacio por Yavé y sá desempeña coino duez»: en dos cárn- oañas-asequra la-libertad de su pueblo. Después áe é1, Abiñelgc aprovecha la fama de su pádre para intentar hacerse rey.' El Angei cie Yavé se presenta a Gedeón con aspecto hu¡-nano. C-omo un recuerdo de esta pá- qina se adüene en Lucas 1.28-3ó. Yavé üene a ciespertar a un salvador, donde y cuancio no hav esperanza. Gecieón cree'en Yavá. Dero le falta lá cohfianzá: bien es cierro que Dios lo pu.oo to.ig en el pasacio, pero no se ib ve ac- tuando en el presente. Después, ei joven campesino rnovrdo por una esperanza) ¡:as¡anie capacicad para sai- estrecharnenie ia nnisión.r' , tieoeón con la dec;ara- "{a'¡e-'. con esio ñ.er?:ce¡'á.. 1 Cüi'! €.;1.
  • 6. JUECES 6 acamparon en la llanura de Jezrael. }, Entónces se apoderó de Gedeón el espíritu de Yavé. Tocó el cuerno y se Duso tras él todo el clan de Abiezer. 3'Mandó mensajeros a todo el territo- rio de Manasés, quien también se iuntó tras é1. Mandó también mensa- jeros a Aser, Zabulón y Neftalí, y vi- nieron a su encuentro. 36 Gedeón diio a Dios: nSi realmen- te quieres salvar a lsrael por mi ma- Do, como lo has dicho, éoncédeme esta señal: 37 Pondré un vellón de la- na en Ia era. Si solamente el vellón está con rocío, siendo que todo el suelo dei derredor está seco, sdbré que tú quieres librar a Israel por mi rnano, corno lo has dichor. ¡ü Y así sucedió. Cuando se levantó rnuy de rnañaod, tomó el vellón, Io estrujó y con el rocío llenó una coDa. 3n Cedeóñ dijo entonces a Dios: ,,No te enojes conmigo si vuelvo a hablar: dame otra prueba con el vellón y que sólo cuede seco el vellón mientras todo el suelo dql derredor queda cubierto de rocíou. o0 Así hizo Yávé que fuera esa noche, y el vellón quedó seco mien- tras que el rocío cubrió el suelo. ' Jerubaal (es decir Cedeón) se levantó de m.adrrgada y se fr.l" a acamppr con todo el pueblo qu.e lg acompañaba encima de En-Jarod. El campamento de Madián estaba al norte del de Gedeón, en la llanura, al pie del rnonte Moré. 2 Yavé dijo a Gedeón: uEI pueblo que te acompaña es demasiádo. Si entregara a Madián en tus manos, Is- rael podría vanaqloriarse a costa mía. Diría: Yo misñro me he librado. 3 Vas pues a proclamar esto ante to- do el 'pueblo: Cualquiera que tenga miedo^o esté temblándo, gúe se rei¡- re». Y Gedeón se lo planteió. Se reti- raron veintidós mil hómbres del pue- blo y quedaron diez mil. . o Yavé di¡o a Gedeón: nTodavía el pueblo es demasiado numeroso. Haz hr" bajen al agua y allí haré la selec- ción. Si te 9igo p.or alguien: Qy" ,.gya contigo; [á contigo. Pero si te diéo por otro: Q,ue no vaya contigo; no irá conti,go,,. .' Se 9itpuso p.qes, qy.g ul gue,blp baiara al ag,ua, y Yavé dijo á Uedeon: «A IOS que laman et agua Co- mo lo hace el perro los separarás de los que se arrodillen para beber,,. t Loi que lamieron el agua con su mano lle- vándosela a la bóca, fueron trescien- tos, p.gfque todo el resto del pueblo ss arrodilló para beber. 7 Yavé d,Jo entonces a Gedeón: nlos salvaré y porldré a Madián €n las manos de ustedes con esos tres- cientos hombres qye lu.*iero.n el agu.a. Que todo el ¡csy .iSi pueblo.se vuelva a su cosá». o 5e .¡untaron los víveres del pueblo y sus cuernos. después de lo cual Gedeón los despi- dió para su casa y se_quedó con los trescientos hombres. El campamento de los madianitas estaba debajo de é1, en la llanura. e Esa noche Yavé dijo a Gedeón: *Baia al campamento de los madiaqitas, !dda- tie. nes que temer de ellos. '0 Sí te da miedo baiar-allá, baia con tu sirviente Purá. 'r Es- cucharás Io áuu digan y eso te dará valor para ir a atacar su carypamento,. Fajópues con su sirviente Purá-hasta los primé- ios puestos de los madianitas. 12 Edtos se habían instalado en toda la llanura iunto con Amalec y todos los hijos de Oríente. Hormigueaban como las langostas y sus camellos eran tan numerosos como la are- na de la orilla del mar. '3 Gedeón, pues, bajó al campamento. Un hombre estaba contando un sueño a su compañero: *Tuve un sueño: un pan de ce. badá saltaba por el camparnento de Madián. hasta que lleció a la Tienda, chocó con ella ü ésia sei deml-mbó,. " Su compañero le res'- pondió: *Eso no puede ser otra cosa que la bspada de Gedeóh, hrjo de Joás, el isráelita, Cibrtamente Dios pusb todo el campamento de Madián en sus ITI€toos». '5 Cuando Cedeón oyó el relato del sue- ño v su interpretación, se postró. Reqresó al iampameñto de Israel jr dijo; *¡Le"ván- tense! Yavé ha puesto el campaménto de Madián en nuestras manosi" ' 16 Dividió a los trescientos hombres en tres grupos. A todos les pasó cuer- q.ue las pequeñas minorías preparan las revolu- Ciones várdáderas. o 7 .4 Todauía el oueblo es demasiado nu- meroso. L-a palabra de Yavé nos ayuda a creer Y2s¿ l, 253 ,.rñs v cántaros vacíos con antorchas iáñtío. '' Luego les dUo: nFíjense bien i nagan lo mismo que yo. Apenas lle- Árc cerca del campamento de los 'iad.ianitas, harán coino y.o. 't Cuando 'jo, junto con los que estén conmigo, ínoúemos el cuemo, ustedes también ióiarán et cuemo alrededor de todo el iampaTqnto y gritarán; n¡Por Yavé y áor Gedeón!' ' ts Cedeón v los cien hombres oue lo acompañaban ltegaron cerca üel'iameamento de Madian a[ filo de Ia 'medianoche, cuando se acababa de i.,'ucer el relevo de Ios centinelas. To- .aron el cuerno y rompieron los cán- üror que llevabán en'la mano. 'o In- rnediatamente los tres. grup,os tocaron e_l Cuerno y romPle-ron los cántaros. Tomaron Iás antórchas con la mano izquierda sin dejar de tocar el cuerno que sostenían en la rnano derech d,.,_y gritabar: ^n ¡Espadg para Yavé y Gedeón!, zt Pero cada uno permaneció en su sitio alrededor del ;amPamento- JUECES B los madianitas!, Y estaban muv enoiados con é1. 2 Pero Gedeón les respoádió: -Toda la vendimia de Abiezer nci vale lo oue Efraín rebuscó detrás de é1. I ¿No Duso Va- vé en las manos de ustedes á los' iefes de Madián Oreb. y Zeeb? Lo rye hice és nada en comparacion con eso». Cuando les hubo hablado así, se apaciguó su cólera. o Cuando llegaron al Jordán, Gedeón lo atravesó con lós trescientos hombres c¡ue lo acompañaban, pgro estaban agotados por la pérsecución. i ?or eso diieón a la gente de Sucot: *Den, por favorl raciones de pal a la tropa que .me acornpaña por- qu9 m.i gente está rendida. Estarilos pérsi- quiendo a Zebaj y a Salmuna, los rey'es de fiadián,. t Peró los ancianos de Súcot le respondieron; *¿Ya les has atado las ma- no§ a Zebaj y a Salmuna? ¿Cómo quieres que demos- pan a tus hombies?, , dedeón les respondió' -¡Muy bj".n! .Apenas Yavé ponga en mis manos a Zebai y a Salmuna. Ies arrancaré a ustedes la piél con las espi- nas y cardos del desierte». 8 De allí partió para Penuel y diriqió las mismas palabras a la gente de-Penué1. Es- tos respóndieron tal colmo lo habían hec-ht Ios de Sucot. e Les replicó a la gente de pe- nuel: ,Cuando vuelvá como vencedor, de- rribaré esa torrer. r0 Zebaj. y.Salmuna estaban en Carcor con un ejercito de alrededor de quince mil hornbres-(eran los sobrevivientes' del oran ejército de los hiios de Oriente, pues va"ha- bÍan caido cientó veinte mil). ,1 Cedeón su- bió _po.r el camino de los Nómades, al este de. Nobaj y de Yogboha, y arrasó con ese gie.rcito qye se sentía seguro . ,. ?ugj y Salrnuna'huyeron, pero ["os Derslouro. v qpresó a los dos rey'es de Mad¡an , Zebd¡ tSalmuna, en-tanto ,iu" su ejército era com- pletamente derrotado. '3 Después cie la batalla, Cedeón, hiio de Joás, regresó por Ia subida de Jarés. ro Allí detuvo a un ioven de Sucot y lo interrooó. Este le dio xir escrito los noníbres de losje- fes de Sucót y de los ancianos; en total tle- gaban a setenta y siete. '5 Gedeón fue a ver g I," gente . de Sucot y les dijo: .Aquí están LeDaJ y satmuna por cuya causa ustedes se rieron de mí. Ustedes diiéron: rCuando Zebai y Salrnuna caigan en ius manos, daremo§ pan a tus hombres fatiqados,. '6 Entonces juntó a los- ancianos de la ciudad, y mandó buscar espinas y cardos del desiertd, con los que desgarró a Ia qente de Sucot.' " Gedeón derrib-ó la torre de Penuel v ma- sacró a los habitantes de la ciudad. '8 Luego $,jo p Zebaj.y Salmuna: *¿Cómo eran esós nomDres a los gue ustedes mataron en el Tabor?, Respondieron: nSe parecian a ti, ea- cia uno teníá ei aspecto_de un hijo de iey". 'e Cedeón responciió: .«¡Eran mis hermanós, los hijcs de mi madre! Tan cierto como que En el campamento todos se pusie- ron a correr, a gritar y g huir. 22-Mien- fas seguían tocando- el cuerno, Yavé hizo que en el campamento cada uno diriqiera su espada contra su herma- no.-Huyeron todos hasta Bet-ha-sita, Dara el lado de Sartán, y hasta la ori- Ita de Abel Mejola frente a Tabat. 23 Los hombres de Israel oue ha- bían venido de Neftalí, de As'er y de todo Manasés, s€ reagruparon y per- siquieron a los madiañitas. 'o Cédeón mándó entonces mensaieros por to- aa la montaña de Efraín: -Bájen al encuentro de los madianitas, y-antes que lleguen ocupen los vados hasta Bet-Bará a.lo largo del Jordán,. 25 Hi- cieron prisioneros a los dos jefes de lladián, Oreb y Zeeb, ma[aron a Oreb en la Roca de Oreb y a Zeeb en el Lagar. ge Zeeb. De vüelta de Ia persecución a los madianitas, entre- ilaron a Gedeón, al otro lado del Jor- dan, las cabezas de Oreb y de Zeeb. Segunda campaña de Gedeón f a-l ' Los hombres de Efraín diieron a Ge- lLl deón: $¿Qué nos hiciste? íNi siouiera nos convocaite cuando saiiste d pelea'r con
  • 7. JUECES B Yavé vive que si ustedes los hubieran deia- do con vida, yo no los mataría,. 20 Entonies ordenó a ..leter., su hUo mayor; -¡Anda. y má- ialosi, Pero el joven no sacó su espadá por- que tenía miedo. pues era muy loven. '"En- tbnces Zebaj y Salmuna le dij-eion: «¡Ven tu mismo v mátanos! A ver si eres hombre y te atreves,í. Gedeón mato a Zebai v Satmuna v tcmó los adornos en iorma de media luná que tenían sus carnellos en el cogote. Esta fue Ia trampa en que cayó Gedeón o 22 Los israelitas dijeron a Cedeón: *Ya gue nos libraste de Ia rirano de los madiani- tás, h-l serás nuestro rey, y después cie ü, tu hUo y tu nieto,. x Cedebn les réspondió:'*Ni yo ni mi hijo reinaremos sobre ustedes: Yavé será su rev*. 2o Cedeón añadió: *Lo único oue ies pido es que cada uno de ustedes me'dé un ánillo de su botín (los vencidos eran Isma- elitas y tenían anillos de oro),. 25 Lé d[eron: nPor supuesto que te lo da- r€rrros». Extendieron uñ rnanto en el suelo y cada uno echó allí un anillo de su botín.26 EI peso de los anillos de oro fue de mil setecientos siclos, sin contar los prendedo- res, los.aros y los tlajg.s d.9-púrpuia que lle- vaban los reyes Ce Madián; y sin contar tarnpoco los collares que pendían del co- qot€t de sus carnellos. 2' Cón todo eso Ce- ileón se hizo un efod gue puso en su ciu- dad en Ofra. Todos los'isra'elitas iban allí a venderse; eso fue una trampa para Cedeón y su familia. 2E En cuanto a los mad.ianitas, quedaron en adelante sometidos a los israelitas v no volvieron a levantar cabeza. El país esiuvo en oaz cuargnta años., el tiempo que vivió Cedeón. n Jerubaal, hij,o de Joás,' regresó a su casa y residió en ella. s Gedeón tuvo setenta hijos, todos engen- drados por él pues tuvo ríruchas rnuje"res. 3r En Siquern ténÍa una concubina que tam- 2sq bién le dio un hijg, al que liamó Abimelec " Cedeón. hijo de-Joás, ñurió en una-feliz an. cianidad. Lo enterrarcn.en la tumba de su'o"- dre Joás, en Ofra, eo el territorio de Abieie] , tt Después Ce la muerte de Ced.eón, tos israelitas vclvieron a prostituirse sigur_endü a los Baales: se dieron como dios a gaJü Berit. I Así iue como los israelitas se olvi- daron de Ya.¿é su Dios, el que los había li. brado de todos sus enerniggs v.ecinos. ], Va no reconocieron más a la familia de Jerul baal-Cedeón todo lo bueno que había ha. cho por Israel. Abimelec, hüo de Gedeón fd ' 4b¡qelec, hUo de Jerubaal, fue o Ver l'/ I a Ios hermanos de su madre en Si. qLlgm.,Y les d,jo, como también a toda la fa- milia de su abueio marerno: . *Hagan esta pregunta a.los señores de Siquem; -,,¿Prefie-- ren ser gobernados por setenta hombres lodo^s huo: de Jerubaál, o tene.r un solo pál irón? Acuérdense que yo soy de su sangie,. 3 Los hermanos de su madre transmitÉron todas estas palabras a los señores de Si- quem, quienes se decidieron en favor de Abi- melec, pues se decían: *Es nuestro herrna- oo». o Le entreg.aron setenta siclos de plata que tomaron^lgl templo de Baal-Berit, y con este dinero Abirnelec contrató a granújas y aventureros que se pusieron a su servicio. 5,Se dirigió-luego á Ofra, a la casa de sü padre, y masacró a sus hermanos, los hiios de Jerubaal: los setenta fueron ejecutados en la misma roca. El menor de lo-s hiios dé .Jerubaal, Yotam, s€ había escondido- y es- :apó. 6 Entonces todos los notables de Si- luem y de Bet-Milló se :'eunieron y procla- maron rey a Abimelec, cerca ,Je lá Encina Ce la Estela, que está en Siquem. . ' Le comunicaron la noticia a Yotam. Este subió a la cima del monte Garizirn y 255 ,lesd€ allí qritó con tocias sus fuerzas: I.glcúchenrñe, notables de Siquem y Dios in!-.rcuche! s'Un día salieron'los á?boles .n busca de un rey. Dijeron al olivo: ¡Sé iú'nuestro fey! ' Péro e[ olivo les .respon- ji0' ¿Tgndré gue dejar mi ac.eite. tan áptec]ada, Por los dioses y los. hom.brgs, á'ara ir a balancearme por encima de los drmás árboles? :0 Los árboles se dirigieron entonces a la hi- guera: ¡Ven,. tú serás nuestro rey! " I=-u higuera És respondió: ¿Tendré que renunciar a[ dul- iái au hi rruta -tan apreciada para ir a balan- cearme Por encima de los demás árboles? 12 Luego los árboles fueron donde la vid: iVen, tú serás nuestro rey! '3 Pero la vid les iespondió: ¿Tendré que re!unciar a mi uva, que tanlo alegra a los dioses y a los hombres, para ir a balancearme por enci- ma de los árboles? H Entonces los árboles fueron a buscar a la zana espinosa: ¡Ven, tú serás nuestro rey! ,t Y la zarza espinosa resDondió a los árbo- tes: *Si realmeinte quierén hacerme rey y que Jot Tgnde, v,elgqn y quÉdense bajo mi sornDra. >l nO, Saldra ruegO de la zaÍza espt- nosa y devorará hasta e[ cedro del Líbano. '6 P¡es bien, ¿han actuado ustedes con le- altad y honradéz al hacer rey a Abimelec? ¿Se han portado bien con Jerubaal y su fami- i'ia? ¿La han tratado como corresponde? ,' ¿Nó cornbatip mi padre Dor ustedés? ¿No arrresqo su vida poi usted'es? ¿ No los libró acaso?e manos de los madianitás? rE Sin embarqo, ustedes se han alzado ahora contra Ia- iarnilia cie mi pacire, han ciado muerte a sus hiios, a los -setenta en una misma roca. Y hán convertido a Abi- melec, el ,hijo.de una esclava, eñ.rey de los señores cie Siquern. Dorgue es de su san- qre. Ie Pues bieh, si 'uiteciés se han mostra- áo ahora fieles y leales a Jerubaal y a su casa, les deseo áre Abimeiec sea sú d¡cha v ustedes la de ét.'o Pero si no. que salqa ün fueqo de Abimelec v devore- a'la qen"te oe Siqüem y cie Bet-Mílló, y que salg"a un iueoo cie la (¡e.nte,de Siquern y'de Bet:Milló 1'dévore a Abimeiec,. '' En seguida Yotam se dio a ia fuga y sea.-Q- reiusio en'Beer; allí se quedó porque tenia mieáo de su heimano Ab¡melet. zz Abimelec gobernó a lsraei tres años. z: Fero Dios envió un espíritu de discorciia entre Ab¡melec y ios tiabitantes de Si- í::uem? y éstos traicionaron a Abimeiec. :J Así fue cGmo lba a ser venoado ei cri- r'-€fi cc:metido ccn ics setenta Eiios ie ie- 'i:Daai; su sancre reeay'ó -*cbre A.b:meiec. s'ü nermeno. cüe lcs hábÍa asesinacio .,¡ soj ri'e la gente de Siquem que io había'uyu- cacio ainarar a sus'herrnancs. ;5 Para cerjudicario, Ia cenie de Slquem rrepai'ebe eri:boscaCás eñ ias <iesfiladeros JUECES 9 cie la montaña, de hombres quc ::altaban a todos los quq pasaban por'allí cerca; se lo contaron a'Abirnelec " Uegó entonces Gaal, hijo de Obed, con sus herrnanos. Se estableciéron en Siouem y se ganaron la confianza de la.aente de Si- Zluerñ. 2' Fueron al campo a hac"er la vendi- rnia de sus viñás, pisaron las uvas y prepa- raron una fiesta. Luego entraro'n'en el templo de sus dioses, cómieron y tomaron. y maldijeron a Abimelec. 2E Gaal, hi¡o de Obed, dijo entonces: "¿Quién es ese Abime- Iec y que es Slquem para que estemos a su servicio? Fste hiio de Jerubaal v su seoun- dón Zebul servíah a los hombre5 de Hañror, padre de Siquem, ¿y nosotros ahora le ser- viríamos? zs'¡Oialá-fuera yo el iefe de este pueblo! Echaiiá a Abimeléc y Ie d¡ría: *iAbi- inelec, ven para acá con todo tu ejéréito!, 30 Las palabras de Caal, hijo de Obed, irritaron á Zebul, gobernadór de Ia ciudad. 3' Envió secretamente mensaieros a Abirne- Iec para decirle: *Caal, hijo d-e Obed, acaba de lleqar a Siquem con sús hermanos v han subleVado la t¡udad en contra tuva. J. Le- vántate pues de noche junto con 'el pueblo gue te atompaña y escóndete en el iampo. 3i }lañana, cuandó salga el sol, levántatb v ataca la ciudad. Y cuándo Caál v tos oué están con él salgan a enfrentarte, áctúa éo- mo Io permitan Ias circunstanciasr. y P,¡es bie¡, Abimelec y todos los que es- taban con él se levantaron de noché, y se pusieron al acecho alrededor de Siquern, r€- particios_gn cuatro grupos. 35 Cuando Caal, hfo cie Obed, vino á apostarse a ia entraciá cié Ia ciudad, Abimelec'y tocios los que esta- ban con él salieron de su escondite.-s Al ver esa tropa, Caal diio a Zebul; *Veo qente que baja dé Io alto cie-la montaña,. Ze5ul le rás- pondió: .Tomas por hombres una sombra cie ia montaña". 3' De nuevo tomó la palabra Gaal y Ie dijo: "Distingo a una tropa .i.r" baja cie tierra adentro. Y ótro srupo üiené por 'ei camino de la Encina dá los Astrólcjgos». rE Entonces Zebul Ie. replicó: r¿Se tJper- dió 'r,a esa lengua con Ia que dec'ias: ¿qüién es Ab¡melec p"ara que Ie sirvamos?-Ahi&iA esa qente gue menospreciaste. ¡Sal ahora v peleá con él!, " Salió pues Caal'a la cabezá he la qente de Siqueni v se puso a combatir con Abimelec. o0 Pero AUimélec lo persiguió y Caal huyó delante de él: muchos peretie- ron antes cie ileoar a la puerta. o' Abimelec -<e cuedó entonées en Ah,¡ma. Zebul po. iü p,arte explllsó a Gaal y a sus hermános )i Ies prohibió voiver a Siquern. La destrucc!én de Slcuern o §.22 Los israelitas necesitan formar una na- ción, lo que -sería _un gfan progreso después de la anarquía de las tribus desunidas v desorqanizadas. Sin einbarqo, los que redactaron-el pre#nte libro. en el ulürnó srgl-o de. lgs reyes de Jerüsalén, habíari cuedado tan {efraudados óor sus qobemantes. oue sonaban con el üernpo pasado e¡ique no ha6,ía n¡ reyes. ni adminisbación. Pensaban que Israel, por sei el pueblo.de Dos, Do debía tenei jefes perna- nentes como los demás pueblos. Pgr 9so, el libro de los Jueces anota la negati- va de Gedeón a ser rev: Yavé tiene que ser rev de ustedes. Desgraciadámente, .Gedeón pide oró, ?n vez del. pod ef, y con egto eÍ héroe deitruye tol do lo que liizo poí su pueblo. Todos estos sah¡adores: Gedeón, Barac, Jetté, Sansón.-. son muv decepcionantes, como en ae- neral lo son los po-liticos v todos los'sue hablan?e liberar al puebló oprirnido. ¿.Hav qué concluir de ahí que la acción política es inulilT ¿O que debe- rnos consaqrar tocios nuestros estuerzos a Ia ora- ción y a la -catequesis y dejar a los demás la lucha por la justicia?- Pero precisamente Ia iusticia se en- cuentra en cada páqina de la Biblia. De hecho, hatilar-de política es hablar de poder y et pocler. corrompe a los que no tienen una con- ciencia sólidamente formada. Poco se puede as- perar de la, política allí donde Ia concienéia no há- ya sido educada desde muy temprano en una familia §pnq, -en- la que el niño avá descubriendó amor y tide[dad entre sus padres (las dos cualida- fles qqe. Iq Biblia no cesa de.juntqr) y- donde no haya -sido formada por los padies de'ciáidos a uái de su autoridad para domai sus caprichos. Por es- ta razón, después_de esos tiempós:heroicos, üniá- ron oiros en que Dios quiso edücar a las farñilias v iqr p"{sonas inediante'las enseñan zas de loi sa1 bios y ia prácüca cie la iey. _ .9-7 En 9.,.8-15 r. insertó y se puso en boca de Yotarn una fábula antigua en -que be criticaba mw duramente ei poCef cié los reyes. I a moraleja áá patente: los más inútiles son loé que quieren rdinar. Y esta historia de Abimelec la üene a confirmar. Ái ciía siguiente, ei p'uebio saiió al carrr- be io comunicaron'a Abimeiec. +s Reu- e sus hcnnbres )¡ los recartió en tre-s qru-
  • 8. JUECES 9 pos, luego tendieron una emboscada en el campo. Ápenas vio que la gente salía de la ciudád, se lanzó sobre ellos. * Abimelec con sus hombres corrieron para ubicarse a la entrada de la ciudad. Los otros dos destaca- mentos mientras tanto se lanzaban contra rodos los gue estaban en el campo y los mataban. '5'Abimelec llevó a cabo'el asalto de la ciudad durante todo ese día, se apode- ró de ella y masacró a todos sus habitántes. Lueqo arrasó la ciudad v desparramó sal. 'u"AI saber eso, toda lá qenié ae la Torre de Siquem se refugiaron-en la cripta del ternpló de EI-Berit:o' Cuando avis'aron a Abirheiec que toda la gente de la Torre de Siquem se'había cong"regado allí, o8 tomó un'hacha de doble filo-co"n la que cortó un árbol, lo levantó y se Io puso al hombro. Lueqo diio a los que Io acompañaba¡; *Vie- ron '1o qi¡e hice, 'qp_resúrense en hacer Io mismo qr" yor. o''Cada uno de sus hom- bres cortó entcnces una rama. Salieron ca- minando tras Abimelec y pusieron las ra- mas sobre la cripta. Iuéqb le prendieron iuego y quemaron la.criptá. Así 'murió toda esa gente de la Torre de Siquem: cerca de mil hombres y mujeres. La muerte de Abimelec s Abimelec se dirigió a Tebés; la sitió y se apoderó de ella. trPero había'dentro dá ia cii,¡dad una torre fortificada en la que se refuqiaron hombres v muieres- toda lá oen- ie nóble de Ia ciudád. Cerraion la Du"erta tras ellos y se subieron a Ia terraza de la torre. 52 Abimelec se acercó al pie de la torre oara atacarla y avanzó hasta la puerta de la torre para ¡írenderle fuego. 53'Pero una rnujer aé.¡O cáer sobre su cáb eza una pie- dra de molino, gu€ le partió el cráneo. 54 Inmediatamente llamó a su escudero v le dijo: «¡Saca tu ,espgd.a y m.aJame! Nó quiero que digan de mí: Lo mató una mu- ier,. Su escudero entonces lo trasoasó v inurió. 55 Al ver los israelitas que habíá muerto Abimelec, se volvieron iada cual a su casa s Así fue como Dios devolvió a Abimelec el mal gue éste había hecho a su padre ase- sinando a sus setenta hermanos, t/ y Dios hi- zo que recayera sobre los hornbrés de Si- ouein toda 3u maldad. Así se cumolió en ellos la maldición de Yotam, hijo de Jeirubaal. Tola, Yaír y Jefté fí7Tl o I Después. de Abimelec sur- i r vl qió Tola, hiio cie Puá, hiio do Podg, pára tibrar a fsrael. Era de la ül bu de lsacar y vivía en Samir, en la montaña de Efraín. ' F.u" jugz de Israe'i durante veinte años, .después murió y lo enterraron en Samir Deqpués de él surgió Yaír de Qa- Iaad. Fue juez de Israel veintidós años. * TenÍa treinta hijos qye anda- ban en treinta burros, y poseía treinta ciudades que todavía se llaman lai aldeas de Yaír, en el territorio de Aá: laad. t Cuando Yaír murió, lo enterrá- ron en Camón. 6 De nuevo hiciercn los israelitas lo q.ue es rnalo a los ojos d,e Yavé. Sir- vieron a los Baales y a las Astartés como también a los dioses de Ararn de Sidón, de Moab, de los amonitas ü de los filisteos. Abandonaron a Yavé i no le sirvieron más. ' For eso estalló contra Israel Ia cólera cie Yavé, quien Io entregó en manos de los filistebs v de los amonitas. 8 A partir de ese añó aplastaron y maltratáron a todos los israelitas que vivían al otro lado del Jordán, en territorio amoreo, en Ga- laad, y esto duró dieciocho años. e Los ámonitas atravesaron incluso el Jordán para atacar a Juciá, Benjamín y Ia casa de Efraín: Israel se hállaba en una situación muy grave. '0 Los israelitas clámáron entonces a Yavé: uHemos pecado contra ti, Ie di¡.- ron, hemos abándonado a nuestro Díos y servido a los Baales,. " Yavé les res- pondió: nCuando ustedes eran oprirni- dos por los egipcios, Ios amoreos, los pmonitas, los filisteos, tz los sidonios, los amalecitas o los rnadianitas y me clamaban, ¿no los libré de sus mános? t3 Pero usteües me han abandonado y han servido a otros dioses, por eso yá no los salvaré más. 14 Vayán ahora a gritar a los dioses que se eligieron, . 1O.1 Cada tribu tenía sus t¡ropios problemas. En 'arios iuqares se ler¡antaron salvádorcis oue. des- pués de uná üctoria, fueron honrados como idue- Les, por el resto de su üda: Gedeón era de Mana- sés: Tolá, de Isacar; Jaír. del país de Galaad. De 10,6 a 12,7 se reiata la historia de Jefté- t^a introducción, 10,6-18, destaca el significado de estos acontecirnientos. Se notará el amor incansable de Yavé. oue siempre perdona. Los pecados se van acuniulán- do: ,iPor eso va no Io§ soluo ré más,,: v. sin em- barqo, una ve2 más. Dios no aquantó ínás el su- f rimiento de Israel. Si nos quáamos del silencio de Dios frente a la acrual injusü'cia y opresióñ, €s pgrqu.e .ng q3bemos ver el pecado y lá irrespbn- sabilidad de los oprimidos. 'r 2so I Z¡t iou€ ellos los libren ahora que las co- bás se dan mal para ustedesl, ti Los israelitas dijeron a Yavé: nHemos pecado, trátanos como me- ior te pafezcd, pero Por Io menos sái- Vanos ahora,. rE Hicieron ciesaparecer de sus casas los dioses extranjeros y sirvieron a Yavé. Entonces Yavé no aqüantó más el sufrimiento de Israei. "'' Los amonitas se reunieron e insta- laron su camPamento en Galaad. Los is¡'aeiitas también se reunieron e insia- laron su campamento en Mispá. '8 E! pueblo y los jéfe^s 9g Culaad sé decían i,lnos a ótros:- n;Quién sera nuestro ieie otara atacar a Tos amonitas? A esé io bondremos a Ia cabeza de tocios los habitantes de Calaad., ffi1 ' ' Jefté de Caiaaci era un va- lr rl lie.nte guerrero. Era hijo-.cie una Drostituta, pero su padre era Qa- iaia. ' Le rnujár cie Gáiaad ie había ciacio hijos, y cuando és'ros fueron glqndes-'echáron a Jefté. Le dijeron: ,Ifu no heredarás nada cie Ia casa cje nuestro padre, Pues no eres más que ei hiio cíe una extranierau. 3 iefté se aleió entonces de sus hermanos y se instaló en el territorio de Tob. Se ie juntaron aventureros que hacían in--cursiones con é1. o Fue en ese momento cuando los amonitas atacaron a Israel. 5 Los an- cianos de Calaad fueron a buscar a Jefté en el país de Tob 6_y le dijeron: «¡VeD! Tú serás nuestro jefé y noáotros Iücharemos con Ios arnonitásr. ' Pero Jefté respond¡ó a ios ancianos de Ga- Iaad: n¿No fueron ustedes los sue me despreEiaron y me echaron de fa casa cie ini padre?'¡Y vienen ahora a bus- carme porque éstán en peligro!, I Los ancianos de Galaad diieron a Jefté: nPrecisarnente por eso nos he- JUECES 1 1 mos dirig¡qo a ti ahord, para que marcnes ál irente de nosotrós v com- batas a los amonitas; guereráos ha- certe iefe de todos los habitantes de Calaa-d,. e Jeite respondió a los an- cianos de Calaad: uSi me hacen vol- ver para combatir a los amonitas y si Yavé los pone en mis manos, seré ei iefe de ustedesr. ¡o Los ancianos de Calaad dijeron a Jefté: nQue Yavé sea testigo en contra nuestra si no actuamos corno acabas de Cecir,,. i i Jetté partió con los ancianos de Gaiaad, y el pueblo lo puso al frente de eiios éorno su jefe y gene¡al. Luágó en &1ispá, en pre§encía Ze Yavá, Jefté repitíó tcdas sus conCicíones. i' ,"Oa envió unos hombres al rey cje ios amcnitas con este mensaie: *iPor oue vtenes a meterte en mis asuntós vJ a hacerme ia guerra en mi país?, '3 Ei rey de ios amonitas respondió a ios mensajeros cie Jeité: *Bier: sai:es oue ios israelitas ie apoderaron de rni territorió descie el Amón ha§ta el Yaboc v ei iordán cuancio llegaron de Egipto. Ahóra, Cevuálvernelo por la"s buenas,. 14 Jefté desóachó otra vez mensaieros ai rey de ios amónitas. '5 Le manció a décir: nls- raéi no se apoderó del tei-ritcrio ie Mcab ni del de los arnonitas. 't Cuando los israelitas subieron de Eqipto. caminaron Dor el desier- to hasta el Mái de los juncos'y llegaron a Cadés. t7 Entonces Israel envió-meñsaieros a[ rey de Edom pala que Ie dijeran: Déiame atraüesar tu. paÍ3. Peró el rey de Edom no quigg. Mandó asimismo meñsajergs al rey de Moab suien también se negó. Entoncei; Israe! se qüedó en Cadés. 't Después ava nzó por el desierto, rodeó el territorio de Edom'v el de Moab v lleoó por el este del territorio de Moab. Nó ent"ro bn el territorio de Moab sino que instaló su campamento al otro lado dél Arnón. va gue -el Arnón era Ia frontera de Moab.' te Luego Israel rnandó mensajeros a Si- jón, rey-de los amoreos, que feinaba en Jesbón. Israel Ie diio: Déíarñe atravesar tu territorio hasta el lúgar adonde voy. 'o Pero Sijón no quiso que Tsrael atravesa-ra su te- . 11 .1 Jefté es uno de los salvadores más dis- cutibles de la Biblia. Está motivado por el rencor contra sus hermanos, que lo despreciaron. Su auerra contra la tribu d'e Efraím no es qloriosa Éara el pueblo de Israel. Por fin. su voto de sacri- Iicar a a'lguien de su familia corresponde a Ia -cos- tumbre de i-os ,cananeos, paganosl que tan fácil- rnente sacrificaban a sus hiios. Sin embarqo. leemos: él Esoírítu de Yavé se aooderó de JeftA Q9l- El Fspiritu siqnificaba en ebe tiempo la fueria sobrehu'mana de Yavé sue empuja ál hombre a curnplir hazañas. El E píritu de Yavé no actúa solamente dentro de las cere- monias reliqiosas ni por los hombres reliqiosos- profetas o sacerdotes. Actúa (renovando la-faz de la tierra" (Sal 104) a-través de personas a las que les da fuerza y autoridad par? qLlg realicen taréas históricas eúe son parie del' Reino de Dios. En este sehtido, múchos personajes de la épo- ca contemporánea, que no'han sido santos, bo- drían.compararse con los Jueces: Dios les ha <ja- do e[ cariima para ilevar a cabo,- bien o mal, grandes, empre'sas por las cuales 'los creyenteé ño querían arriesgalse o ensuciarse las manos.
  • 9. JUECES 1 1 rritorio. Más tociavía, Sijón reunió a toda su gente, ilevaron su campamento a Yahas v átacaron a Israel. 2' Yaüé, el Dios de Israef, Duso a Siión y a todo su eiército en manos de Israel quién los aniquiló. Y así se apo- deró Israel'de todo el teiritorio de los arho- reos que. vivÍan en esa región. 22 Después conquistó todo el territoriide los amoreos desde el Arnón hasta el Yaboc, y desde el desierto al Jordán. , u ¿Y abora, que Yavé, el Dios de Israel, desposeyo a los amoreos para favorecer a su pueblo, quieres tú a tu -vez desposeer a Israel? 21 Si-consideras tuyo lo qi¡e Que- mós, tu dios, te dio, ¿por qué quieres arre- batarnos lo que Yavá'nuedtro Dios nos ha dado? 25 ¿Te crees más poderoso oue Ba- Iac, hijo de Sipo.r, rey dé Moab? ¿Pudo él oponer resistencia a Israel? ¿ Pudo vencer- lci? '6 Hace ya más de trescieñtos años oue Israel vive én Jesbón y en sus dependén- cias, e.n Aroer y en suí dependencias, y en todas las ciudádes sue eÉtán a orilláí ael Arnón. ¿Por qué no'las liberaron durante todo ese tiempo? ,, Yo no te he periudica- do, así que aitúas mal conmiqo haiiendo- me Ia guerra. Q,ue Yavé, el Juez, iuzque ahora entre los israelitas y los amcínitás,.2E Pero el rey de los amohitas no fr¡io é- so de las palabras que le dirigió Jefté. Jefté y su hüa o a El espíritu de Yavé se apoderó de Jefté. Atravesó Galaad v Mana- sés., lgego pasó por lvlispá dé Galaad y de Mispá de Galaaci be fue donde los amonitas. 30 Hizo esta promesa a Yavé: *Si entregas en mi§ manos a los amonitas, ''-.al primero que atra- viese ia puerta de mi casa Dara salir a saludairne después de m¡ victoria sobre los amonitás,-será para Yavé y lo sacrificaré por el fueoor. 32 Jefté pasó entonc'es al territorio de los arndnitas para atacarlos, y Ya- ,É lgt plso en sus manos. 33 Los per- siguió ciesde Aroer hasta los alréde- dores de Minit, apoderándose de veinte. pueblos, y hasta Abel-Quera- mim. Los amonitas sufrieron una de- rrota muy gr.a.nde y. en adelante que- daron sometidos a los israelitas. 34 Ahora bien, cuando Jefté reqre- saba a su casa en Mispá, salió a"sa- Iudarlo su hiiu con tamboriles v co- ros. Era su única hija; fuera dé ella no tenía hijos ni hijar,.." Cugndg la vi9, rdsgg su lopa y .iijq: giy: h¡j; mra, me nas oestrozaoo! i I u lleqas para traerme Ia d".rgracia!'P.ues h-icé una,promesa a Y.avé, y ahora no puedo echarme atrasr.' 36 Ella le respondió: *Padre mío. Va gue Yavé.hizo gue te de.squitaras á; tus enemigos, Ios amonitas, aunque te hayas cgpprometido con Yavé á la lrge.ra, qebes. actuar conmigo de acuerdo a Ia palabra que salió?e tü boca,. 3'Y dijo_a su padre: nConcédál me sólo esto: Dame un plazo de dos meses Para que vaya Por los montes junto con mis compañeras y puedá llorar esa mr_¡erte s ier d: t_cdávia vir- gen,..]l.El le respondió; «¡Anda!, y te permitió que se fuera por'dos meÉes. Ella se fy" pues con sus compañe- ras para llorar por los monte's esa muerte siendo virgen todavía. 3s Al cabo de dos mese"s volvió donde rü padre y .cumplió c_o_n qllq Ia promesa que había hecho. No había conocido varón. Desde entonces es costumbre en Israel 40 gue cada año las jóvenes de Israel §glg.an a.lamentarsé por la hija de Jefté de GalaaC. fi5l t Los hombres de Efraín se iuntaron v I ¡ al atravesaron el Jordán a la- altura dé Safón. Le dijeron a Jefté: «¿Por qué te fuisté a pelear con los amonitas i no nbs invitasté para que fuéramos contigó? Vamos ¿t eue- marte junto con tu casai 2 Pero Jefté ies- pondió: *Yo y mi pueblo teníamos un conflic- to pendiente con los amonitas. Los llamé a ustedes, pero no me libraron de las manos de aquellós- 3 Cuando vi que no venían a li- brarme, arriesgué mi vida. Tuve una batalla con los amonltas y Yavé los puso en mis manos. ¿Es eso un moüvo pará que vengan a atacarme? o Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y se trabó en combate con Efraín. Los hombres de Calaad aplastaron a los dé Ffraín que decían: nUstedes, gente de Gá- Iaad,. no son más que. desertoles de Efraín, ustedes se pasaron de Efraín a &lanasés,.5 Galaad'se apoderó de los vados dei Jordán por donde se pasa a Efraín. v cuan- do los fugitivos de Efraín decían:'íeuiero atravesar,, los hombres de Galaad le decí- gn: «¿Eres de EfraÍn?, Si_respondían: nNo,, o entónces le decían: niDi Ch¡bolet!, y si pronuncjaba .Sibolet, (pgtquu no, podían bronunciar correctamente) lo tomaban v Io áeqollaban en el vado del'Jordán. Cuaíen- ta-y dos mil hombres de Efraín fueron rnuértos ese día. ? Jefté iuzoó a Israel seis años. Lueoo Jefté de §aláad murió y iue enterrado én su ciudad, en Galaad. E Después de él iuzoó a Israel lbsán de Belén. r Tuvo treinia Éiios y treinta hiias, casó a sus hiias con qeñte áe fuera e hizo venir de _fuerá muchatnas._p_ara sus hUgt. Juzgó a Israel siete años. 'd lbsán muríó y lo enterraron en Belén. r¡ Después de él iuzqó a Israel EIón de Zabulóqi Juzgó a Israel"diez años. '2 Luego murió Elón de Zabulón y lo enterraron en Ayalón, en el territorio dé Zabulón.-'3 Después de él fue Abdón, hiio de Hillel, de Pireátgn quien juzgó a Isra'el. 'o Tuvó cuarenta hijos y treinta-nietos que andaban en setentá búrros. Juzqó a Israel ocho años. '5_Cuando murió nbd0n, hijo de Hi- Ilel, de Pireatón, Io enterraron en- Pireatón en territorio de Efraín, €fl la montaña det Amalecita. El nacimiento de Sansón E'hu.t8.t oios de Yavé, manos de los renta años. de los filisteos,. 6 AI volver a su casa, la mujer con- versó con su marido y Ie dijo: nUn hombre de Dios vino a verrne. Era 2 Había un hombre de Sorea, de Ia tribu de Dan, que se llamaba Manoa. Su muier era estéril v no había tenido hijos. 3'El ángel de Yavé se apareció a la'muier v le?¡io: uHasta ahoia has si- do estéri[ y no has tenido hijos, pero vas a concebir y darás a luz un hUo. * Ahora fíiate bién en no beber vino'ni bebida alóohólica v en no comer nada impuro debido a'ese hiio que vas a coñcebir v dar a luz. 5 Poiqué desde el vientre dá su rnadre el muchacho esta- rá consagrado a Dios: no,,pasará por su cabeza la navaia, pues él será quien come nzará a librár'á Israel de manos JUECES 1 3 !an majestuoso como un ángel de Dios, péro no le. pregunté. de ?ónde venía y no me diio su nombre. ' Pero me dijb esto: Vas a concebir y dar a luz urí hiio. Por eso, desde ahora no bebas viño ni bebida alcohólica v no comas nada irnpuro, porque el hino estará consagrado a Diob desde el vientre de su madre y hasta el día de su muerter. I Entonces Manoa le suplicó a Yavé: «¡Por favor, Señor! Que el hombie de Dios que en- viaste venqa de nuevo a vemos para decir- nos cómo hay gue actuar con el riino oue va a nacer,. e Diós byó la'voz de Manoa y'el án- gel de Dios vino otra vez donde la- muier. cuando estaba sentada en el campo. Pero su marido Manoa no estaba con ella. '0 La mu- ier corrió inmediatarnente a avisar a su mari- do: *Acabo de ver al hombre que vino a visi- tarme el otro día,. I I Manoa se levantó y siguió a su mujer. LIegó donde estaba el hombfe y le pregun- tó: i¿ Eres tú el hombre eue fra6tO con ésta muie-r?, El respondió: *Sí, vo sov,. ¡2 Ma- noá,le dijo: *Si lo que has- dichó .s_ucede, iqug norma seguirernos con este niño, qué tendra que naCer €l/» El ángel de Yavé respondió a Manoa: *La muier-deberá absterierse de todo lo que he-dicho. ¡'r No probará ninqún Dro- ciucto de la vid, no b'eberá vino ñ¡ beb¡da alcohólica, oo comerá nada impuro: tendrá gue cumplir con todo Io gue le he manda- do,. '5 Mánoa dijo al ángel'de Yavé: *Permí- tenos que te retengamos un poco mientras preparamos un cabrito,. 'u Peiro el ánqel de Yavé Ie respondió: *Aunque me que,le, no comeré de tu pan. Sin erhbarso, ái quiéres ofrecer un holbcausto a Yavé] ofrécéselo,. En realidad Manoa no sabía que era el án- qel de Yavé.r t7 Entonces Manoa d¡¡o al ánqel de Yavé: *¿Cuál es tu nombre? -Quisiérámos poder a-gradecerte cuando se cumplan tus'oala- blas,. '8 El ángel de Yavé_le üijo: -¿Poi qué me prequntal el nombre? Es'misieriosb,. 'e Mánoá tomó el cabrito y una ofrenda v Ios puso en una roca en hoñor de Yavé y dá ese personaje misterioso al que podían ver /Yranoa v su [nuJer.20 Ahóra bren, en cuanto se levantó a los cielos Ia llama del altar, sucedió que el án- gel se elevó junto con Ia llama del altar. Al ver eso, Manoa y su mujer cayeron con el 25e 259 israelitas volvieron a lo que es malo a los ouien los entreoó en filisteos durante" cua - o. i3..1 Vienen a continuación cuatro episodios de las ohistorias" de Sansón- A lo meior era un campesino de fuerza poco ordinaria qúe peleaba por 'su cuenta contra'los filisteos. L-a' leybnda le átribuvó numerosas hazañas. Se fe atribuye a Sansón un nacimiento milagrq so. Nace de una pareja estéril, según una costum- bre de Dios que va encontramos con el hiio de Abraham (G¿n 18) v que se presentará taábién para Samuel (1 Sam 1) v, más tarde, para Juan Bautista (Lc 1,5)..El !i4ó tiene- que iei- nazireo, esto es, consagrad.q-e Dios, .según'un rito ¡¡rry árr- Iig.ro en,la Bi6lia (úm 8,t). Eta consagracron a Dios *rá Ia fuente de su fuerza. .'71-?9- l-a Biblia narra sin ningún comentario el voto de JeÍte.Ye en ello el error larnentablede un héroe-
  • 10. JUECES 13 rOStrO en tierra. 2r El ángel, rnientras tanto, desapareció de la vista -de Manoa y de su .l muter. Entonces cornPrendió Manoa que eiá'ái ángel de Yavé' =, Manóa dljo a_su muigrl nVamos a morir Doroue vimo§ a Dios,,. t' Pero su muier le iespondió: "Si Yavé brbiera qu.eridcí que mur¡éramos, no habría aceptádo nuestro hoiocausto y. nuestra ofrendá. ¿Nos habría mostrado todo eso y más aún plometido lo que acabamos de escuchar?, 2'Así fue como la mujer dio a luz un hijo al gue puso por nombre S-ansón. El niño creció y Yave lo'bendijo; 5 .el .espíritu_de Yavé co- me¡zó a apoderarse de él en el Campamento cie Dan, eritre Sorea y Estaol. Historia de Sansón m : Sansón baió a Timná v allí se en- I r'*l contró una rñujer entre lás niñas filis- teas. 2 Subió para comunicárselo a su padre y a su madrej ,,He visto a una muier en'Tim- ná, les dijo, una niña filistea. ¡Coñsísanmela como e^sposa!, 'Qu padre y s.j mq{ré Ie dije- ron: «¿Ac,aso no hay.suficientes jóvenes en nuesiro clan ,y en ^rodo nuestro pue.blo. para que vayas a buscarte una entre [os rnctrcun- cisos, entre los filisteos?, Pero Sansón respondió a su padre nCon- síguemela porque me gusta,. o'Su padre y su madre no sabían que eso venia de Yavé, quien quería crear problemas con los filis- teos (en ese tiempo Israel estaba sometido a los filisteos). ' Baió pues Sansón a Timná con su Da- 4r"J §u madre. Cuando venía por las vihas de Timná, le salió al paso un león ioven.6 En ese momento se apg{eró de él el espí- ritu de Yavé, desgarró al leoncito como se desgarra a un cabrito, siendo que nada te- nía en las manos. No contó riada de esa hazaña ni a su padre ni a su madre. 7 En seguida bajó y habló con Ia mujer que le gu staDa. t AI cabo de un tiempo volvió a Timná para llevársela. Dio un rcjdeo para ver el ca- dáver del león: en el cuerpo del león había un enjambre de abejas coh miel. e Lo tomó en sus manos.y -§e fue chupándolo por el camino. Cuandó llegó a su cása, le ccinvidó miel a su padre y a slL madre, quienes co- mieron, pero no les dUo que había encon- trado esa rniel en el cadáver de un león. ¡0 Cuando el padre de Sansón bajó a ta casa de Ia muier, Sansón ofreció un oran banquete seqúh la costumbre de los i6ve- nes.'" Comó le tenían miedo, Ie hábían buscado treinta ióvenes para que lo acom- pañaran. '2 Sans-ón les dijo: -Lés voy et pro- poner una adivina nza. Lés doy los éieté dí- ás del banquete para que la résuelvan. v si la adivinan-les dáré treinta túnicas v trélnta tra.ies para cambiarse. 13 Pero si nb adivi- !an, me darán treinta túnicas y treinta mu- das,. Le respondieron: nDinos- la adivinañ- za, te escuchdr-Dos». 'o Sansón les diio: nDel gue.com,g,s,alió l.o que se come, y del mes ruene salro lo dulce». Durante tres días no pudieron resolver Ia adivinanza. '5 Entonces,,al cugrtg dia, d¡j¿: ron a la mujer de Sansón: *Hazle arruma- cos a tu marido para que te explique la adivinanza.. o si nó te quemaremoi a'ti y á la familia de. tu padre; ¿o es que nos irívi- taste para robarnos?, '6 La mqjer de Sansón se puso a llorar a su lado: *fú sólo me odias, le decÍa, tú nd me qu,ieres. N¡ siquiera me has explicado esa adrvrnanza que propusiste a los ióve- nes de mi pueblo,. 'Le respondió: nñi si- quiera se la he.explicacjo a mi padre y a mi lnqqre,¿y quteres cue te la explique?, 'í Ella,siguió asi ltorando los siete díai que duro el banquete, y al séptimo día, comci él estaba cansádo cón eso,'Ie dio ia 'solución. Ella, inme(iatamente, se la dio a los de su pueblo, '8 y al séptimo día antes de lá puesta del sol, Ia gerite de la ciudad diio á §anson; n¿(Jue más dulce que la miel y qué mas fuerte que un león?, Les respondiró: -Si no hubiesen-arado con mi vaqui'lla, no ha- brían acertado con mi adivinan2a,. 'e El espíritu de Yavé se apoderó de él v bajó a A§calón. AIIí dio müerte a treintá hombres, Ies quitó Ia ropa y se Ia dio a los que habían explicado la'adívinanza. Lueqo. muy enojado, se volvió a Ia casa de su óa- dre. 20 Eñ vista de eso dieron la muier'de Sansón a uno de los jóvenes que lo tiabíáñ acompañado r ol igT"§"":tn grififf ,s:l,lá,"ffi.3 ver a su mujer Ilevándole ün' cabrito. Diio: *Quisiera estár con mi muier en su pieza,_ Éé- ro su sue-gro Ie impidió pásar. Le d¡o: , nCo- rno pensá_que tq yq no'la querías, 3e la di a tu compañero. Su hermana menor es más hermosa, ésta será tu esposa en vez de aoué- IIa,. 3 Entonces Sansón l'es diio a todos: *futa yez,,si hago algún perjuicio á los filisteos, no les oeDet€ Fl€ldo». 260 o Se fue Sansón y atrapó trescientos zo- rros. Tomó unas antorchás y ató a los zo- rros de a dos por la cola poñiendo una an- torcha entremedio. 5 Luégo encendió las antorchas y soltó a los zorros en los cam- pos de Ioí fitisreoi. Ási ár"-*é-tóáol-i;, atados, el trigo.en pie y hasr.a tas viñas y Ios olivares.-6 Los'filisleos prequntaron: .¿Q,uién hizo eso?, Les resporidieíon: .San- són, el yerno del hombre de Timná. poroue este último Ju qq,tó.a su mujer y se' l'a aió a su camarada,.-subieron en[onées los filis- teos y _quemaron la muier iunto con su Da- dre. ' Sansón les Ciio: ,Ya gue ustedes 'ac- tuaron así, no me detendré hasta que no 261 rne haya vengado de ustedes». t Les dio una tremenda paliza y después bajó a vivir en una cueva de los Roqueríos de Etam. e Los filisteos hicieron una incursión. Acamparon en el territorio de Judá y se in- hltraron por el lado de Lehi. 'o Los hómbres de Judá les dijeron; *¿Por qué han subido hasta acá?, Les respóndieron: *Subimos gara apresar a Sansón y tratarlo como nos irató,. " Tres mil hombres de Judá baiaron a la caverna de los Roqueríos de Etam pa- ra decir a Sansón: -¿Nd sabes_ que los filis- teos son nuestros ámos? ¿ Qüé hiciste?, Les respondió: *Los traté cómo me trata- roo,. 12 Los hombres de Judá le dijeron: ,Hemos baiado para apresarte v entreqarte a los filisteos,. Sansóá les diio: *¡Júre"nrne gue no me matarán!, '3 EIIos iespbndieron: *f io, sólo vamos a apresarte y a'entregarte a elios; pero no te m'ataremo5,. Lo arnarra- ron entonces con dos cuerdas nuevas y lo sacaron de los Roqueríos de Etam. '* Cuando estaba ya cerca de Lehi, salie- ron a su encuentro los filisteos Ianzando oritos de aieqría. Entonces se apoderó de él ál espíritu dé Yavé. Las cuerdás que ama- rraban sus brazos se volvieron para él co- mo hilos de lino quemado, y_se deshicieron Ias ataduras de sus rnanos. '5 Encontró una quiiada de burro todavía fresca, Ia tomó y i.halO a golpes a mil filisteos. 'u Luego San'- són exclámó: nCon una quijada de burro los desparramé; con una quijada de burro maté a oblpes a mil,. '' Cuándo terminó de ha- blár tirO la quijada y llamó a aquel lugar Ramat-Lehi. 't Corno tuviese rnucha sed, invocó a Yavé y le dijo: *Concediste a tu servidor una gran victoria, p€ro ves que me muero de sed y que vov a caer en manos de los incircunci- sbsn. '''Entonces Dios partió la cavema que huy en Lehi; salió de allí agua y bebió. Se ie- animó y recuperó sus fuerzas. Por eso pusie- ron a ese manantial el nornbre de En-Ha-Co- ré; todavía se lo ve en Lehi. 2o Juzgó a Israel veinte años, en la época de los filisteos. ft Ál ' Sansón bajó a Gaza. Allí se encon- I r vl tró con una prostituta y entró en su casa. ' Le diieron a Ia qbnte dé Caza: «¡San- són vino pata acá!, Órganizaron ronáas y se quedaón de quardia"toda la noche a lá pueita de la ciud"ad. No se movieron en to- da la noche porque decían: *Esperémoslo hasta Ia mañana y entonces lo rnaterrerrros». 3 Sansón estuvo acostado hasta la media- noche. Se levantó a medianoche, tomó las puertas de la ciudad con su marco v las árrancó junto con su tranca. Se las eihó a JUECES 16 la espalda y se las llevó a la cumbre de la montaña que está frente a Hebrón. Sansón y Dalila o 4 Después de eso se iuntó con una mujer del valle de Soréc sue se llamaba Dalila. 5 Los iefes de lo's filis- teos fueron a verla f le dijeron: nSe- dúcelo con tus encantos y trata de averiguar de dónde le viené esa fuer- za tan grande y cómo podríamos do- minarlo, amarrarlo y domarlo. Cada uno de nosotros te dará mil cien si- clos de plata,. 6 Dalila preguntó a Sansón: nDime, te Io ruego, de dónde proviene tu fuerza ext-raordinaria. ¿C'ómo se Do- dría amarrarte y domahe?, ' Sanión le dijo: uSi me ataran con siete cuer- das nuevas que todavía no estén se- cas., perdería mi fuerza y sería como un hombre cualquiera,. t Lgr jefes de lbs filisteos Ie entrega - ron siete cuerdas nuevas que no se habían secado todavía y ella lo ama- rró; e había escondido a unos hombres en su pieza. Le gritó; rr¡Sdr-tsón, los fi- Iistecs te atacdn!» Rompió de un qclpe Ias cuerdas como se rómpe Ia m-echa de estopa cuando se Ia-quema: no descubrieron el secreto de-su fuerza.ro Dalila dijo a Sansón: *Te burlas- te de mí y me contaste mentiras. Di- me con qué hay que amarrarte,.rr Le dijo: nSi me atan con cuerdas nuevas que nunca hayan sido usa - das , perderé mi fuerza y seré como un hombre cualquiera,l tz Dalila lo amarró con cuerdas nuevas; Iuego dijo: n¡Sansón, Ios filisteos te at-a- cdn!» Le habían preparado una em- boscada en su pieza, pe-ro él rornpió las cuerdas como si fueran hilo.13 Dalila dijo a Sansón: *¿Cuántas veces más me contarás menliras? Di- me con qué habría que atarte». Res- pondió: nSi tú entre§ieras las siete trenzas de mi cabellera en la urdirnbre de un télar, si las apretaras con un peine de tejedor, perdería mi fuerza y seria como un hombre cualqrieraí. a Yavé,que es-fuente de sq üggr sobrenatural. Con sólo revelarlo, se profanába a si-milño. . 16-4 Sansón rwela a Dalila su consaqración a D}ios como nazireo. Hay en él una parte Ésen¡ada
  • 11. JUECES 16 r'¡ Eila lo durmió, entretejió las siete trenzas de su cabellera con Ia urdim- bre de un telar. las apretó con un pei- ne de tejedor y le diici; .¡Sdosón, lo's fi- listeos t'e ataéanl, Se despertó' de su sueño y arrancó e[ peioe, [a lanzadera l, la urdlmDre. ' t5 Entonces ella Ie dijo: .¿Cómo pue- des decirme que me arirasl Tu corázón nc está conrnigo, ya que tres veces te has burlado de- ml y rio me has dicho de dónde proviene'tu enorme fuerza,. ¡6 Como siquiera molestándolo v acosándolo toáos los días con Ia misl ma pregunta, creyó que se iba a morir. '' Enton-ces le abrió sü corazón. Le diio: uEstov consaorado a Dios desde'el vientré de mi riadre y nunca ha pasa- dc la navaja por mi éabeza. Si me ra- paran,. ge me iría Ia fuerza y quedaría tan débil como cualquierar. - ra Dalila vio que esta vez le había revelado su secréto. Mandó a buscar a ios iefes de los filisteos v les diio: "Verígan ahora porque me ña rerela'do Io rnás secreto de su corazón,. Los ie- fes de los filisteos fueron a su casa lle- vando el dinero en Ia mano. 'e Después de haber hecho dormir a Sansón en sus rodillas, Ilamó a un hombre para que Ie cortara las siete trenzas de su cabellera y comenzó a perder sus fuerzas: su fuérza se Ie ha- bía ido. 2c Entonces ella dijo; «¡Sonsón, Ios filisteos te atacan!, El'se hespertó de su sueño y pensó: uMe desataré co- mo las otras veces v me librarér. Pero no sabía que Yavé sé había retirado Ie- ios de é1. 2t Los filisteos lo aDresaron v le sacaron los ojos. Lo hicieion bajar á Gaza, lo ataron con una cadena doble de bronce y lo pusieron a dar vueltas a la piedra áe uir molino en la prisión. La muerte de Sansón 2 Sin embarqo. después oue le cor- taron el pelo, sü cabelfera ,olrió a cre- cer. 23 Los jefes de los filisteos :S jun- laror¡ para bfrecer un gran sacrificio a Dagón su dios, e hiciéron una fiesta. Decían: nNuestro dios puso en nues- 262 tras manos a nuestro enemiqo San- sónu . 21 La gente del pueblo To vio v alababan a su dios diciendo: uNuestró dios puso en nuestras manos a nues- tro enemigo, que desolaba el país y deiaba tantos muertos entre nosbtrosí. 25 Cuando todos se sintieron bien contentos, dijeron: .¡Llarnen a San- són para que nos entretengalu Fueron a buscar a Sansón a la prisión y él dio varias vueltas a la vista de toáos, luego lo pusieron entre Ias columnas. 26 Sánsón dUo .entonces q! joven que lo llevaba de la mano: -Tú guíarñe, ayúdarne a tocar las columñas que sustentan el templo para que pueda aDovarme en ella:..^ "'El templo estaba lleno de hom- bres y muieres. AIií estaban todos Ios iefes de loá filisteos, y en la terraza ha- bía como tres mil hómbres y muieres gue se divertían mirando á Sansón. 28 Entonces Sansón invocó a Yavé v le dijo; n¡Por favor, Señor Yavé! Acuérda- te de mi v damé fuerza por última vez. ¡Quisiera hacerles pagai- a los filisteos mis dos oios de un solo oolpe!, 2s Sandón tocó las dos'columnas centrales en las que se sostenía el templo y se apoyó en ellas: su brazo derecho en una v su brazo izquierdo en otra. 3o Luegó Sansón exélamó: niQue muera vo con todos los filis- táoslu Se estiró con todas sus fuerzas y se derrurnbó el templo encima de [os iefes v de todo el púeblo que esta- ba állí. Lbs que arradtró conÉigo a la muerte fueron más numerosos que aquellos a los que había dado muerte durante toda su vida. 3r Los hermanos y toda la familia de su padre bajaron y se Io llevaron. Su- bieion v lo -enteriaron entre Sorea v Estaol en la tumba de Manoa su padrd. Había sido juez de Israel veinte- años. La historia de Micá 263 maidición que oí con mis propios oícios, pues bien. SSa plata ia.tengo yo...yo la había torna- do,. Su madre drjo i-nmediátamente: *¡Yavé bendiqa a mi hiio!, 3 E! ie devoivió las rnil .i"n ñonedas dé plata. Pero su madre dijo: J/o misma había dedicado este dinero a Ya- vé por mi h,jo,. para que hiciera un ídolo y una estatua Oe bronce; te puedes quedar con é1,. r El, sin embargo, entregó el dinero a su madre. Ella sacó doscientas monedas y se las dio a un orfebre. Con ellas hizo un ídolo y una estatua de bronce que quedaron en la casa de Micá. ' Ese hombre, Micá, se hizo un pequeño santuario doméstico. Tenía un efod,'tera- fim, y luego consagró a uno de sus hijos oara gue fuera su sacerdote. 6 En ese tiem- iro no'había rey en Israel y cada uno hacía lo que le parecía bueno. ''Habíá entonces en Belén de Judá un ioven levita que vivÍa como huésped en 'ese clan de Judá. ' Un dia deió Bélén de Judá esperando que alquien Io adoptara donde füera. CamiirandCllegó a la caba de lAicá en la montaña de Efraín. e Micá le diio; «¿D€ dónde vienes?, Res- pondió: *Soy un lenita de Belén de Judá y busco quedarme como huésped donde en- cuentre,. '0 Micá Ie diio: *Quédate conmiqo, serás Dara mí un padre y un sacerds¡sr. Te daré diez monedás de ptata al año y ade- más aiojamiento y comida,. r¡ El levita aceptó quelarse en Ia casa de ese hombre v ser para él como uno.de sus hü9s. 12 Micá áonsagró al levita y el joven pasó a ser su sacerdote, y prestába áerviciós en la casa de Micá. '3 En'tonces Micá pensó: "Ahora sé que Yavé me iavorecerá porque tengo co- mo sacerdote a un ievitar. JUECES 18 ' [r"g respondió: -Micá hizo esto y eso por mí, me paga y yo le sirvo como sacerdo- te,. ' Le dijeron: *Consulta a Yavé para que sepamos si resuiiará es[e viaie que esta- mós haciendo,. u El sacerdóte I es diío: r¡Vayan en_ paz! Su viaje está bajo !a pio- tección de Dios,. 7 Partieron después los cinco hombres y llegaron a Lais. Vieron que sus habitante-s viv-ian sin temor, seqún la costumbre de los sidonios, que la ciudad era tranquiia y con- fiada, sin i"y que la gobernara, que esta- ban lejos de los sidonios y que no tenían vinculación con nadie. E Cuando reqresaron donde sus herma- nos en Sorea y- Estaol, estos les pregunta- ron: *iA ver. díqannos! ¿Qué noticiás tra- en?, § Responáieron: iDe pie! ¡Vamos! ¡Vimos una'tierra magnifical Pero, ¿por qué !e quedan ahí paradós? ¡Vamos, iénerrios que apoderarnos de esa región! to Hallarán átti un pueblo sin desconfiañza. Su territorio es largio y ancho, Dios lo ha puesto en nuestrás manos. Allí nada falta'de lo que puede hallarse en la tierra,. La migración de los danitas I' Salieron pues los danitas de Sorea y Es- taol, complet'ando un número de seisciántos hombres équipados para la querra. '2 Subie- ron a Quiriát-Yearim en Judá, donde acam- Daron. Por eso ese luqar se llamó Campa- i^nento de Dan hasta él dia de hoy: está al oeste de Quiriat-Yearim. '3 De allí se dirigie- ron a la montaña de Efraín y llegaron cerca de la casa de Micá. Ia Entonces los cinco hombres gue habí- an recorrido el territorio hasta Lais toma- rol Ia palabra y dijeron a sus hermanos: *¿Saben gue en una cie esas casas hay un eioci y teraíim, uñ icioio y una estatuá cie bronce? Piensen un poco io que cjeberían hacer,,.'5 Dieron una vuelta v entrarcn eri la casa de Micá. Alli estaba él ioven levira a quien saludaron. '6 M¡entras tanto ios seiscientos danitas armados estaban paia- dos frente a la puerta. t7 Los cinco-hombres que habian ido a expiorar el territorio subieron, entraron en la casa, tomaron el ídolo, el efod, los tera- fim y la estatua de bronce. El sacerciote es- tabá en ia puerta de Ia casa con ios seis- cientos hornbres armados. rE AI ver a los cinco hombres que entraban en la casa de Micá, y que toniaban el íciolo, el efod, los terafim y ia estatua de bronce, el sacerdote ft al ' En ese tiempo no habia rey en is- lr ei rae!. Fue enlonces cuando ia tribu de Dan buscó un territorio donde instalarse porque hasta ese día no había recibido su barté en medio de las tribus de lsrael . 2 La i¡ente cie Dan envió a cinco hombres de los §uyos par? quq.recorrie.r.an ei pais y lo ex- piórarán., Lel drjer.on; *Vayan a inspeccio- irar ei paísr. Estos lleqaron Dues a ios mon- tes de'Efraín, cerca üe Ia éasa de Micá, y allí pasaron la noche. 3 Como estaban muy cerca de ia casa de Micá oyeron la voz del joven levita y saiie- ron a dar una vuelta. Le prequntaron: *;Quién te traio Dara acá? ¿'Quáhaces en eite lugar? ¿Poi qué te qüeciaste aquí?, fiE1 o t Vivía en Ia montaña de Efraín un I r I I hombre que se llam aba Micá. 2 Diio a su madre: «Las'mil cien monedas de plata que te habían robado y a propósito db las iuales habías pronuncÍado una maldición, . 17.1 El libro de los Jueces concluve con dos Lqlatos típicos d.. Ie üda de Israel de e-se tiempo. E! autor,-después de alabar esa época en que no se necesitaban reyes ($,22¡, reconoce los rnales que producía la anarouía.' En ics capítulos 17-18, la ausencia de una au- toridad reliqiosa hace oue los sacerciotes haqan lo oue ouierañ. Recorciemos oue en aquel tiémpo lós hombres de ia tribu cie Léví estabañ dedicacios al culto (Núm 3). En 18,27 se notqra uno de los lugares de ^la Bi- blia en qüe se manifiesia mayor indiíerencia frente a una matanza sair¡aie. Los israelitas de e*, tiernoo no sabían tociavía ló que rale la üda del hornble, _ El indiüduo no contaba, sino sólo el pueblo. Suprimir una población exrranjera no teñíd rnd= yor graveoacl que arasar un oosque.