Este documento discute cómo la movilidad urbana afecta la salud pública. Señala que caminar y andar en bicicleta al trabajo pueden reducir las enfermedades relacionadas con la inactividad física. También muestra que el 55% de los bogotanos son físicamente activos y que los usuarios del sistema de transporte masivo de Bogotá tienen un 70% más de probabilidades de ser activos físicamente que los no usuarios. Finalmente, argumenta que se necesita opinión pública y voluntad política para crear ciudades