1. Encuesta a docente
Los recursos que uso con más frecuencia es en primer lugar el correo electrónico, las pc en clase para la
realización de diversos trabajos, proyecto multimedia, sofwart especiales como cmap, corel, aplicaciones
como prezzy, plataformas virtuales en otros niveles, wikis, algunas redes sociales. En otra escuela en las
que hay piso tecnológico he trabajado e-learning. En el área de lengua, el procesador de textos es un
aliado incondicional para el desarrollo de la competencia de producción escrita, en tanto ayuda al
alumno a corregir algunos niveles lingüísticos como ortográfico, sintáctico, semántico (diccionario e
sinónimos), esto hace que el escritor centre su atención en los niveles pragmáticos, macroestructurales,
etc.
La motivación para trabajar con las TIC en el aula fundamentalmente pasa por incorporar una
herramienta que es una subsidiaria muy cómoda y muy útil en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Es una manera además, de acercar dicho proceso a una dinámica más real, más cercana a los alumnos
y más contextualizada.
La incorporación de las nuevas tecnologías ha modificado en gran medida, sin dudas, mis estrategias
.Dice Beatriz Fainholc que “las tecnologías dan poder a quien tiene acceso a ellas, pero sobre todo al
que domina su lenguaje y posee habilidades para crear conocimientos y comunicarse competentemente
con éstas”. (Fainholc 2004). Como docente de lengua y literatura, advierto año a año la dificultad
creciente de los alumnos frente a la tarea de comprender y producir textos. Una hipótesis explicativa es
que ofrecemos sistemas sino perimidos al menos desactualizados, de modos de escritura y lectura muy
distantes de la realidad virtual de nuestros jóvenes. Nada más conveniente en este punto que mencionar
la metáfora de Mac Prensky, aquella que habla de nativos e inmigrantes digitales para distinguir a
aquellos que han nacido impregnados de un nueva manera de acceso y distribución del
conocimiento de aquellos que hemos tenido que “alfabetizarnos digitalmente”.
Las competencias tecnológicas son clave para el proceso de alfabetización académica
pues implican un salto cualitativo para la gestión autónoma del conocimiento desde la lectura y
la escritura.
No obstante lo expresado, no deberían las nuevas tics convertirse en un fin en sí mismas sino una
alternativa cierta de construcción del conocimiento y para ello es necesario que el usuario tenga
competencia comunicativa y tecnológica para manejar el recurso digital. Hablamos entonces de
alfabetización digital como un proceso que resignifique las prácticas de enseñanza, aprendizaje y
desarrollo en los sistemas formales de generación y distribución del conocimiento. Alfabetización digital
que convivirá en perfecta armonía con la publicación analógica, hasta que esta ocupe en el futuro el
mismo lugar que hoy ocupan los códices o se afiance definitivamente.