El documento resume la historia de Ícaro en tres oraciones. Cuenta que Dédalo construyó un laberinto en Creta para encerrar al Minotauro, y luego creó alas de cera para él e Ícaro para escapar del laberinto. Ícaro voló demasiado cerca del sol, se derritió la cera de sus alas, y cayó al mar donde se ahogó. El documento también menciona representaciones posteriores del mito de Ícaro en pinturas y una película.
2. Existía en Creta un poderoso rey llamado
Minos, quien hizo construir un engañoso
edificio con el objetivo expreso de encerrar
en él a un temible Mino tauro, monstruo con
cabeza de tiri y gran cuerpo humano, hijo de
Pasifae (esposa de Minos), y de un toro
divino. El arquitecto, a quien Minos encargó
llevar a cabo la construcción de un laberinto,
era un célebre artesano, gran ingenio y
mecánico, llamado Dédalo. A pesar de la
duración inestimable de una construcción de
tal envergadura, el resultado final fue una
absoluta y bella maravilla, haciendo famosa,
en todo el mundo, a la propia ciudad de
Minos.
3. el Minotauro fue recluido en el más oscuro y tenebroso lugar del
laberinto, considerado como una manifestación de la divinidad, y
requería ser alimentado con carne humana, cuyas víctimas eran
introducidas en aquel vericueto de estancias y de corredores donde
nadie nunca pueda encontrar la salida.
Dédalo, privado de sus mismos planos originales, no sabía encontrar la
salida, pero en este punto, el ingenio corrió en su socorro, llegando a
construir un artefacto todavía más sorprendente: la primera máquina
para volar.
Cuando todo hubo terminado, Dédalo decidió probar los artefactos
poniendo en su espalda las grandes alas, e instruyéndole en cómo
debía utilizarlas, y para qué las había llevado a cabo. Ambos volaban seguros y felices,
llegando incluso a maniobrar nuevas evoluciones del propio aparato. No obstante, su
padre gritó, comentándole que no hiciera más de lo que su ingenio podía realizar, pero
Ícaro no lo podía escuchar. Subió y subió hasta lo que pudo, llegando a sentir el inmenso
calor de los rayos del Sol. De pronto, la cera comenzó a fundirse, pues la armazón empezó
a doblarse y se partió, las plumas se despegaron y se perdieron en la distancia. Intentó en
vano mantenerse suspendido y no perder altitud, pero cayó finalmente a las aguas del mar
Dédalo, completamente sorprendido, atónito y triste, había contemplado estupefactola
pérdida de su pobre y desdichado hijo en riguroso directo.
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5. La Grande Chapelle de Angel Recasens nos
presenta un programa centrado en música de
autores españoles barrocos. A excepción de
las piezas Instrumentales y un villancico, el
conjunto de obras pertenece al Libro de Tonos y al
Cancionero Poetico-Musical Hispánico de Lisboa
(s XVII). Angel Recasens hace uso de la vieja
costumbre del contrafactum que Consiste en
poner músicas conocidas a poemas o romances
de la época. Autores como Manuel Correa,
Sebastián Durón, Mateo Romero y Manuel
Machado junto a Góngora, Lope de Vega y a los
habituales anónimos van desfilando por este
programa poético-musical que tiene a la figura
mitólogica de Ícaro como hilo conductor.
La interpretación es cuidada y de un gran
refinamiento. Las voces se Acoplan bien entre sí y
el acompañamiento musical –básicamente
flautas y vihuelas de arco- crean la atmósfera
apropiada.
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7. En el París de 1895 algunos novelistas buscan
personajes para sus obras. Pero, como todo el
mundo sabe -en especial los autores-, a veces los
personajes huyen del manuscrito en que vivan para ir
en busca de nuevas aventuras. El vuelo de Ícaro es
una historia conmovedora, ingeniosa y divertida,
además de un artefacto endiablado desplegando el
singular sentido del humor que caracteriza su obra y
la convierte en algo así como un correlato literario de
los hermanos Marx. Tan disparatado y lúcido el autor
tiene además la virtud de haber producido una obra
de ficción que alberga tantos niveles de lectura
como lectores quepa imaginar: desde los más
jóvenes y tiernos, como su protagonista, hasta los
más maduros y resabiados, como, posiblemente, su
autor.
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9. El pintor flamenco cuyo estilo se convirtió en la definición
internacional de los aspectos animados, exuberantemente
sensuales, de la pintura barroca, Pieter Paul Rubens también
plasmó en una de sus obras el mito de Ícaro. Se llama La
caída de Ícaro y es de 1636. Actualmente se encuentra en
Bruselas, en el Musées Royaux des Beaux-Arts de Bélgica.
También aparece Ícaro en una de las obras del pintor
flamenco Pieter Brueghel el Viejo llamada “La caída de
Ícaro” de 1558, en la actualidad en Bruselas, Musées Royaux
des Beaux-Arts de Bélgica. (Ícaro aparece junto al barco, y
del agua sólo sobresalen sus piernas).
El pintor francés Henri Matisse (1869- 1954), líder del fauvismo,
también representó a este personaje
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13. En el cine se publicó en 2004 la película El
vuelo de ícaro llamada The Aviator
Protagonizada por Howard Hughes que
trata de el personaje, el cual, era muy afín a
Scorsese, pues Hughes era un personaje
extremo: millonario, caprichoso, de ideas
obsesivas y mesiánicas, proclive al
escándalo, mujeriego, con proyectos más
grandes que la vida. Y lo mejor: había
sido un cineasta. Scorsese vio aquí la
oportunidad de hacer un retrato más en su
colección de seres solitarios, apegados a
una idea fija que nadie ve como cuerda,
pero a la que a ellos se aferran como si de
Ella dependiera no sólo su vida, sino la vida
de todos los demás. Mientras tanto, llevan
por dentro una enorme pena, que ven
como un sacrificio personal, un purgatorio
necesario para alcanzar la redención.
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15. Se finaliza la guerra de Troya, los jefes griegos que habían puesto cerco a la ciudad vuelven
a sus tierras. Uno de estos, Ulises, se embarca con sus amigos para volver a al isla de Itaca.
La valentía y la audacia de Ulises vencen todos los obstáculos que se le presentan. El dis
neptuno desata contra sus navíos fuertes tempestades y naufragios.
Una vez esta a punto de dejarse vencer por la hechicera Circe; otra, se valió de una
estratagema para liberarse del temible gigante Polifemo y para sacar a sus amigos de la
cueva del horrible cíclope, tiene que decir el canto engañoso de las sirenas y sortear los
feroces escollos de Escilla y Caribdis. En la isla Ogigia esta el héroe Ulises siete años, retenido
por la ninfa calipso.
Ulises logra huir de la isla en una balsa que el mismo se fabrica y, después de naufragar,
llega a la isla de los reacios. El rey Alcinoo y su hija Nausicaa lo reciben cordialmente y le
ofrecen libaciones.
Después de un banquete, la reina arete escucha las maravillosas aventuras de Ulises. Le
dice que estuvo en el país de los cíclopes, donde el gigante Polifemo le tuvo cautivo; que
de allí paso a la isla de la maga circe, la que convertía a los hombres en cerdos; y que una
tempestad estrello su nave y le arrojo a las costas de Ogigia.
El rey Alcinoo profundamente compadecido le entrega un barco, con el cual regresa a su
patria Itaca, donde su esposa Penélope, para librarse de sus muchos pretendientes, había
prometido su mano a quien con el arco de Ulises venciera en un torneo a los demás.
Cuando Ulises, después de haber perdido a sus compañeros, llega solo y se presenta en su
palacio, disfrazado de mendigo, sin ser reconocido, interviene en el torneo y a muerte a los
pretendientes de su esposa Penélope, regresa con ella y pasa a la posesión de su reino.