2. Hacia el año 435 a.C., un escultor griego llamado Fidias
esculpió, con oro y marfil, una gran estatua de Zeus, dios
del cielo y soberano de los dioses olímpicos en la mitología
griega. Aquella escultura no se conserva; solo sabemos que
existió por lo que nos cuentan algunos antiguos
historiadores de la época. Era considerada una de las
siete maravillas del mundo antiguo.
3. El monte Olimpo, con 2.917 m de
altitud, es la cumbre más alta de
Grecia. En la antigua mitología
griega, se creía que era el hogar
de los dioses. En la cima se
encontraban sus palacios,
construidos por Hefesto, dios de la
metalurgia. La entrada al Olimpo
era una puerta de nubes protegida
por unas diosas conocidas como las
Estaciones. Zeus tenía su trono en
el Olimpo, y los dioses hacían
fiestas con néctar de frutas y
serenatas cantadas por las musas
(diosas de las ciencias y de las
artes).
4. La emblemática
vara arcaica con
cabeza de águila
sobrevivió en el
periodo clásico: Señor del cielo, dios
Zeus servido por de la lluvia y
Ganimedes en acumulador de nubes
una crátera blandía el terrible
ática (c. 490– rayo.
480 a. C.)
5. En el principio no había nada más que el vacío.
Entonces llegó Gea, la Tierra, que dio a luz a Urano,
padre de los titanes. (Tierra, en griego, se dice geo.
Geografía, por ejemplo, quiere decir ‘descripción de la
Tierra’. Y por eso la diosa Tierra se llama Gea).
El dios Urano tenía miedo de que los titanes (dioses de
estatura descomunal y gran fortaleza) le arrebataran
su poder, aunque fuesen sus hijos. Y tenía razón: el
más joven de ellos, Cronos, mató a Urano, y luego
trató de hacer lo mismo con sus propios hijos,
devorando a cinco. Pero no lo consiguió con Zeus, que
era el benjamín (el más joven). Zeus venció a Cronos y
ayudó a sus hermanos a escapar del vientre del padre.
Sus hermanos se llamaban Poseidón y Hades; sus
hermanas eran Hera, Deméter y Hestia. Todos fueron
dioses importantes en el mundo griego.