1. LA HERENCIA DEL PECADO
I. UNA DEFINICION
El pecado heredado es aquel estado pecaminoso con el cual nacen todos los humanos.
Los teólogos han usado varias clasificaciones para describir este concepto.
(1) Algunos le llaman, como el título de este capítulo, pecado heredado. Esto enfatiza la verdad
de que todas las personas heredan este estado pecaminoso de sus padres, y los padres de los de
ellos, hasta llegar a Adán y Eva.
(2) Otros le llaman la naturaleza pecaminosa, lo cual enfoca el hecho de que el pecado ha
corrompido nuestra naturaleza entera. El término “naturaleza pecaminosa” provee un claro
contraste entre esa naturaleza radical y sus frutos (los cuales son hechos particulares del pecado).
(3) Aun otros prefieren el término pecado original, porque el pecado original de Adán produjo
esa corrupción de la naturaleza que fue transmitida por herencia a cada sucesiva generación.
II. EVIDENCIA ESCRITURAL
La Biblia claramente afirma que todos los aspectos del ser del hombre son corruptos. “Por
naturaleza” somos hijos de ira, es decir, los objetos de la ira (Efesios 2:3). Por las acciones
también somos los objetos de la ira de Dios, pero este versículo se refiere a algo innato. El Salmo
51:5 indica que esto es algo que tenemos desde la concepción, no adquirido por nuestras
acciones durante nuestra vida.
Cada faceta del hombre es afectada por esta naturaleza pecaminosa. (1) Su intelecto está cegado
(2 Corintios 4:4). Su mente está reprobada o desaprobada (Romanos 1:28). Su entendimiento
2. está entenebrecido, separado de la vida de Dios (Efesios 4:18). (2) Sus emociones están
degradadas y contaminadas (Romanos 1:21, 24, 26; Tito 1:15). (3) Su voluntad está esclavizada
al pecado y, por lo tanto, se opone a Dios (Romanos 6:20; 7:20).
III. DEPRAVACION TOTAL
La evidencia escritural provee la base para lo que comúnmente se ha llamado la depravación
total. La palabra “depravación” en español significa pervertido o torcido. El Nuevo Testamento
de la Versión Reína-Valera 1960 no la emplea, pero algunas traducciones modernas sí la usan
para traducir adokimos en Romanos 1:28. Esta palabra significa “que no resiste la prueba”, y nos
provee una clave para definir el concepto de la depravación. La depravación significa que el
hombre fracasa en cuanto a agradar a Dios. Denota su carencia de mérito ante los ojos de Dios.
Este fracaso es total porque (a) afecta todos los aspectos del ser del hombre, y (b) afecta a todas
las personas.
Negativamente, el concepto de la depravación total no significa (a) que cada persona haya
exhibido su depravación al máximo de lo que es capaz; (b) que los pecadores no tengan una
conciencia o una “inducción innata” concerniente a Dios; (c) que los pecadores incurrirán en
toda forma de Pecado; o (d) que las personas depravadas no hacen acciones que son
buenas a la vista de otros y aun a la vista de Dios.
Positivamente, la depravación total significa (a) que la corrupción se extiende a cada faceta de la
naturaleza y facultades del hombre; y (b) que nadie tiene nada que pueda considerarse
encomiable por un Dios justo.
3. La depravación total siempre tiene que medirse por la santidad de Dios. La bondad relativa existe
en las personas. Estas pueden hacer buenas obras que otros puedan apreciar. Pero nada que
alguien pueda hacer pondrá a su favor mérito para la salvación a los ojos de Dios.
IV. LA PENALIDAD CONECTADA CON EL PECADO HEREDADO
La penalidad que está particularmente relacionada con el pecado heredado es la muerte
espiritual. Ahora bien, la muerte siempre indica alguna clase de separación, así que, la muerte
espiritual significa una separación de la vida de Dios en esta vida presente (Efesios 2:1–3). Si
esta condición continúa sin cambiar a través de la vida, entonces lo que sigue es la muerte
eterna, o la segunda muerte (Apocalipsis 20:11–15).
Las flores cortadas ilustran bien a los seres humanos que hacen cosas buenas pero que aun así
están muertos espiritualmente.
La flor que se le ha cortado a una planta, ¿está muerta o viva? Al principio es bonita, fragante, y
en combinación con otras flores que han sido cortadas puede favorecer a la casa más fina, a una
iglesia, o a una ocasión. Parece viva; es útil; pero en realidad está muerta, porque ha sido
separada de la vida de la planta que la produjo. En este punto la ilustración deja de funcionar,
porque no es posible darle a una flor vida nueva y eterna, algo que Dios puede hacer por uno que
cree en el Señor Jesús.
V. EL REMEDIO PARA EL PECADO HEREDADO
4. El remedio de Dios es doble: (a) nueva vida en Cristo al creer, la cual juzga a la carne (Romanos
8:1; Gálatas 5:24); y (b) la dádiva del Espíritu Santo que capacita al creyente para vivir libre del
dominio de aquella vieja vida.
VI. LA TRANSMISION DEL PECADO HEREDADO
El mismo calificativo indica cómo el pecado original es transmitido de una generación a la
próxima y de la próxima a la próxima. Nosotros lo heredamos de nuestros padres como ellos de
los suyos, y así hacia atrás hasta los primeros padres, Adán y Eva. Después que ellos pecaron
solamente podían reproducirse según su especie; es decir, sus hijos eran pecadores por
nacimiento (Génesis 4:1; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Esto significa que todo humano nacido en
este mundo es pecador.
Nadie es bueno, ni tampoco hay quien haya nacido mitad bueno y mitad pecaminoso. Todos son
pecaminosos igualmente ante los ojos de Dios. De no ser así, entonces aquellos que fuesen,
digamos, solamente cincuenta por ciento pecaminosos únicamente necesitarían cincuenta por
ciento de la salvación de Dios.
VII. EL REMEDIO PARA EL PECADO HEREDADO
El remedio es doble. (1) La redención incluye un juicio sobre la naturaleza pecaminosa, de modo
que el creyente ya no está bajo la obligación de servir al pecado (6:18; 8:1; Gálatas 5:24). Todo
lo que pertenece a la vida vieja ha sido crucificado con Cristo. La muerte siempre significa
separación; por consiguiente, Su muerte nos separó del dominio del pecado original. (2) Sin
embargo, lo viejo no es erradicado hasta la resurrección; por lo tanto, Dios nos ha dado Su
5. Espíritu Santo para darnos la victoria sobre el pecado en la vida diaria. Somos separados del
dominio del pecado por la muerte de Cristo, y somos libres de su dominio por el poder del
Espíritu Santo.
VIII. ALGUNOS ATAQUES CONTRA ESTA DOCTRINA
A. Pelagianismo
Pelagio, un monje de Británico que predicó en Roma alrededor de 400 A.D., creía que, puesto
que Dios no podía mandar algo imposible de realizar, y puesto que El ha mandado que los
hombres sean santos, todos entonces pueden vivir una vida libre del pecado. El enseñó que el
hombre fue creado neutral —ni pecaminoso ni santo—y con la capacidad y la voluntad de
escoger libremente o el pecar o el hacer el bien. Todos nacen en la misma condición de Adán
antes de la Caída; sólo que ahora el hombre tiene delante de sí el mal ejemplo de Adán. Pero
Adán en ninguna manera transmitió una naturaleza pecaminosa o la culpabilidad de su pecado a
su posteridad. El hombre tiene una voluntad que es libre, y el pecado viene de los actos
separados que hace esa voluntad. El hombre también está libre para hacer buenas obras, y todas
sus buenas obras vienen de las facultades de su naturaleza humana sin ayuda de nadie. Así el
pelagianismo exagera el mérito de las obras y su eficacia para la salvación.
B. Semipelagianismo
La enseñanza de Pelagio encontró la oposición de su contemporáneo, Agustín, quien enfatizó la
incapacidad total del hombre para alcanzar la justicia y, por lo tanto, su necesidad de la gracia
6. soberana solamente. El semipelagianismo es una posición intermedia entre el agustinismo (con
su fuerte énfasis sobre la predestinación y la incapacidad del hombre) y el pelagianismo
(con su insistencia en la habilidad completa del hombre). Los semipelagianos enseñan que el
hombre retiene una medida de libertad con la cual puede cooperar con la gracia de Dios. La
voluntad del hombre ha sido debilitada y su naturaleza afectada por la Caída, pero él no es
totalmente depravado. En la regeneración el hombre escoge a Dios, quien entonces agrega Su
gracia. La doctrina del pecado sostenida por la Iglesia Católica Romana es semipelagiana. El
pecado original se elimina por el bautismo con agua.
C. Socinianismo
Este movimiento, que lleva ese nombre por Lelio Socino (1525–62) y su sobrino Fausto (1539–
1604), fue el precursor del unitarianismo. Sus enseñanzas incluyen una negación de la deidad de
Cristo, una negación de la predestinación, el pecado original, la incapacidad total, y la sustitución
penal.
D. Arminianismo
Aunque los puntos de vista de Jacobo Arminio (1560–1609) no eran muy divergentes de la
teología reformada, los de sus sucesores lo fueron más y más. El arminianismo enseña que Adán
fue creado en inocencia, no en santidad, que el pecado consiste en actos de la voluntad, que
heredamos la corrupción de Adán pero no la culpabilidad ni una naturaleza pecaminosa, que el
hombre no es totalmente depravado, que el hombre tiene la facultad de hacer el bien y
conformarse a la voluntad de Dios en esta vida al punto de la perfección, y que la voluntad
humana es una de las causas de la regeneración. La teología wesleyana, algunas veces llamada el
7. arminianismo evangélico, mantiene puntos de vista similares en cuanto al pecado de Adán y la
habilidad del hombre, aunque difiere en otros puntos.
E. Neoortodoxia
En general, la neoortodoxia toma el pecado muy en serio. Se define como estar centrado en sí
mismo, en vez de estar centrado en Dios. Sin embargo, el relato del pecado de Adán en Génesis
3 no es histórico en el sentido de que fue un evento real que ocurrió en cierto tiempo en un lugar
particular. Adán no fue un individuo real que realmente vivió en esta tierra, pero Adán representa
al hombre en cada etapa de su desarrollo. El relato de la caída de Adán es la historia de todos
nosotros.
Con semejante punto de vista en cuanto a la historia bíblica, no puede haber ninguna conexión
entre el pecado de Adán y el de su posteridad.
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Charles Ryre, Teologia Basica, Ed. Unilit.Pag. 248-251