1. Las promesas de Dios en la Biblia
Autor: Paulo Arieu
Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que
por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina. (2 Pe. 1:4)
“Dios conoce nuestras necesidades y ha hecho provisión para satisfacerlas”.
Es grandioso saber que el Señor, el Dios del universo, posee un gran almacén inagotable donde
tiene todo lo necesario para satisfacer cada necesidad de cada uno de sus hijos en cada momento
particular.
La Biblia nos enseña que no hay nada imposible para el. No existe ningún dolor que no pueda
aliviar; ninguna preocupación que no pueda resolver. No hay montañas que él no pueda mover,
ni dificultades que él sea incapaz de solucionar de la manera más sorprendente. Entonces, ¿Por
qué nos cuesta tanto seguir confiando? ¿Será porque somos humanos y mas dados a dudar que a
creer?
El Señor sabe eso perfectamente. El se acuerda de que somos polvo. Por tal motivo, dejó más
de 3,000 promesas en su Palabra. Si tengo que recordar de memoria algunas de ellas,
difícilmente llegaría a diez. ¿Qué ha pasado con las otras 2,990? Bueno, creo que no he
reclamado su cumplimiento porque tal vez ni tan siquiera las conozca aún. ¿No crees que merece
la pena que nos interesemos por este asunto?
El gran evangelista Billy Graham., cita que
2. “Tiempo atrás un hombre llevó su gastado Nuevo Testamento a un encuadernador para que lo
encuadernara con un fino cuero marroquí como tapa y le imprimiera la leyenda El Nuevo
Testamento sobre el lomo en letras doradas.
“El día prometido volvió al taller y vio su Nuevo Testamento hermosamente encuadernado, pero
el encuadernador le presentó sus excusas: ‘Carezco de tipos de imprenta suficientemente
pequeños para imprimir toda la leyenda en el lomo del libro, de modo que me vi obligado a
abreviarla.’ Observando el lomo del libro el hombre vio estas tres letras: T.N.T. (T.N.T. son las
iniciales que en inglés corresponden a The New Testament, es decir El Nuevo Testamento; de
ahí el juego de palabras de T.N.T. que también significan el explosivo Trinitro Tolueno.)
“¡Perfecto, es la dinamita de Dios !”, expresó.
En el Nuevo Testamento Pablo declara que todas las Sagradas Escrituras provienen de Dios.
Tanto es así que expresa: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). La palabra “inspirada”
traduce un vocablo griego que significa “sopló Dios”. Algo así como Dios sopló vida en el
hombre y lo hizo un ser viviente, de la misma manera sopló vida y sabiduría en la Palabra escrita
de Dios. Esto hace de la Biblia el libro más importante deí mundo, especialmente para todos los
creyentes en Cristo. La Biblia es la constante fuente para la fe, la conducta y la inspiración de la
cual bebemos todos los días.
Analicemos este párrafo “Nosotros deberíamos tomar las promesas de Dios una por una y
examinarlas por todos lados para apoderarnos de su riqueza y ser aliviados, consolados y
fortalecidos por ellas. Dios ha provisto para todos el consuelo que el alma necesita”
3. Dios dejó en su Palabra sus promesas para que cumplieran una función específica en nuestra
vida, para que seamos ricos, para que nos sintamos aliviadas y consoladas. En su infinita
sabiduría, Dios ya proveyó el remedio para tu alma a través de sus promesas.
Tómemelas una por una, como dice el párrafo. Examinémoslas por todos lados. Busquemos las
respuestas a todas nuestras perplejidades en ellas. Dios nos sostendrá a través de ellas mientras
pasamos por este valle de sombra y muerte.
“En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente,prometió desde antes
del principio de los siglos” (Tito 1:2)
Junto con los atributos de Dios (Dios es veraz), vemos que Dios promete cosas para que
tengamos esperanza en ellas. En este caso puntual Dios promete la vida eterna, pero la Biblia
está llena de enseñanzas, mandamientos, y también de promesas.
Sabemos que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos de sus promesas, pero ¿Qué
sucede en el momento del problema? ¿Puedes creerle a Dios? ¿Puedes confiar plenamente en sus
promesas?
¿Dónde está el cumplimiento de esa promesa? ¿Por qué en mi vida no la veo cumplir?
Meditando en esto esta mañana, vinieron a mi mente algunos aspectos importantes que debemos
considerar cuando queremos apropiarnos de las promesas de Dios y que ellas pasen de ser sólo
letra, para convertirse en una realidad en nuestras vidas. Quiero compartirlos contigo.
1. Asegurarnos de pertenecer al pueblo de Dios
4. “Acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais
llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En
aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los
pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Ef. 2:11 y 12).
2. Antes de pedirle a Dios que cumpla una promesa de la Escritura, asegúrate que tu
corazón esté limpio.
“Si en mi corazón, hubiese yo mirado la iniquidad, el Señor no me abría escuchado”
Sal. 66:18
Si tienes pecados que no le has confesado al Señor, platica con él, arrepiéntete y pídele que te
perdone. Si tu comunión con Dios está rota por un pecado no confesado, no eres acreedor de
recibir las promesas, primero restaura tu comunión con él.
3. Cumple las condiciones de la promesa Muchas de las promesas de Dios están
condicionadas.
Hay muchas promesas que tienen condicionantes.
Para recibir el descaso que Dios da debemos acudir a Él (Mat. 11:28)
Para que la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento nos guarde, debemos
dejar a un lado la ansiedad, dar a conocer nuestras peticiones delante del Señor y
darle gracias. (Fil. 4:6-7)
Para recibir el misericordioso perdón de Dios necesitamos confesar nuestro pecado.
(Pr. 28:13)
Para que Dios supla nuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria,
debemos sergenerosos. (Fil. 4:18-19)
5. Para sersalvos nosotros y nuestra familia, debemos creer. (Hch. 16:31)
Para que Dios cumpla las peticiones de nuestro corazón, debemos deleitarnos en él. (Sal. 37:4)
El Señor siempre va a cumplir su parte. Él es fiel, Él no miente, pero tú y yo tenemos qué hacer
lo que nos toca.
4. Busca primero el reino de Dios y su justicia
Santiago nos advierte que pedimos y no recibimos porque pedimos mal, para gastar en nuestros
deleites, a veces pedimos algo que es en contra de la voluntad de Dios y por más que nos
encaprichemos, oremos y ayunemos Dios no nos lo va a conceder pues él es soberano. Dios
conoce nuestro corazón, él sabe cuál es la intención al pedirle algo. Algunos razonan de la
siguiente manera: “como la Biblia dice que él es el dueño del oro y la plata y yo soy hijo de Dios
y si hijo también heredero, entonces le voy a pedir a Dios que me dé muchas riquezas para
comprarme una casa muy bonita y carros y vestidos, etc…” Eso es torcer las escrituras y pedir
para gastar en nuestros deleites. Seamos como Salomón que pidió a Dios sabiduría y por
añadidura recibió riquezas, si él hubiera pedido riquezas, probablemente el Señor se las habría
concedido, pero sin sabiduría las habría malgastado y ¿de qué le hubieran servido? Si buscamos
el reino de Dios y su justicia primeramente, Dios nos promete añadirnos todo lo demás que
necesitamos.
5. Ten Paciencia
Cuando tenemos un problema quisiéramos que al momento Dios nos diera la respuesta que
esperamos y a veces sí lo hace, nos responde inmediatamente, sin embargo va a haber ocasiones
en que la respuesta tarde en llegar. No te desesperes, confía en el Señor, él te ama y sabe lo que
es mejor para ti, él tiene un propósito para tu vida y algunas veces quiere enseñarte a tener
6. paciencia, a confiar en él o a buscarle más. Muchas veces en medio de los problemas es que nos
acercamos más a él.
6. Estudia y memoriza las promesas de la Biblia
Cuando estamos en medio de alguna dificultad a veces nos es difícil aún concentrarnos en la
lectura de la Biblia, por esto es importante que hagamos el buen hábito de estudiarla todos los
días y que memoricemos aquellos pasajes con promesas clave. Una buena estrategia es anotar en
una libreta aquellos versículos clave y repasarlos constantemente. Si memorizas 3 versículos por
semana, al final de un año sabrás 156 y éstos van a serte muy útiles en el momento de la
dificultad.
“Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo Jehová me recogerá”
“No temas, porque yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”
“Jehová es mi pastor, nada me faltará”
“En el día que temo, en ti confío”
“Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, etc.
Uno tras otro venían a mi mente y pronto me sentí tranquilo y confiado en Dios, dispuesto a
aceptar su voluntad fuera cual fuera, con la seguridad de que él estaba en control de todo y que
no permitiría algo para mi mal. En la Biblia tenemos un tesoro, son dos testamentos que el Señor
nos dejó como herencia. Es tiempo de que tomemos posesión de tan grande riqueza. El Señor te
bendiga y te guarde.
Bibliografía consultada