1. Octavo encuentro Estatal: Mujer en la Revolución
Texto provisional de las conclusiones:
Comisión Comisión Mujer en la Revolución Bolivariana
Este texto es el del documento base de discusión de esta comisión. Será sustituido
por el definitivo cuando el mismo sea cerrado.
Introducción
La activa participación de las mujeres en los procesos de cambio que vive América Latina es
una demostración de su condición revolucionaria y de la importancia de su vinculación en la
construcción de un sistema de relaciones que supere las distorsiones originadas por el sistema
capitalista en la adjudicación de roles a mujeres y hombres, entendiendo que la verdadera
emancipación de la mujer sólo será posible con la abolición del capitalismo. No obstante, el
sistema patriarcal no desaparecerá con la llegada del socialismo. Tal y como citaba Alexandra
Kollontay, destacada feminista de la Unión Soviética: "Las mujeres no lograrán su verdadera
emancipación con la abolición de la propiedad privada y su incorporación a los medios de
producción, sino que hace falta revolucionar las costumbres, la concepción del mundo y la
relación entre los sexos, forjar una mujer y un varón nuevos. Sino se desarrolla una lucha
ideológica específica que permita la efectiva emancipación de las mujeres, no se puede hablar
realmente de revolución."
La lucha antipatriarcal es ya de por si anti-imperialista. Durante las guerras, a lo largo y a lo
ancho de la historia, las mujeres han visto pisoteados (aún más) sus derechos más
elementales. En tiempo de guerra aumentan las violencias contra las mujeres, por la pérdida de
garantías democráticas, pero también porque las mujeres son consideradas (según una óptica
claramente patriarcal) botín de guerra; "bienes del enemigo" y, por lo tanto, posibles blancos
para aniquilarlo. Las mujeres se vuelven objetivos militares por ser parejas, hermanas, madres
del enemigo (verdaderas o supuestas). El cuerpo de la mujer se considera territorio del
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enemigo y por lo tanto, prolongación del campo de batalla. El conflicto toma forma de distintas
maneras en el cuerpo de las mujeres, la más evidente es la violencia sexual, que incluso, ha
llegado a ser perpetrada de manera planificada, como una verdadera arma, para perseguir un
objetivo político bien definido: la destrucción y el genocidio.
Historia
La historia de la humanidad nos ha enseñado el importante papel que las mujeres hemos
desarrollado en los acontecimientos de la misma.
En el caso venezolano se debe de reivindicar el rol que han cumplido las mujeres en todos los
procesos de resistencia y liberación del colonialismo.
Son destacables las contribuciones femeninas no por que sean más importantes que las
masculinas, sino porque la historia ha enfatizado siempre la presencia masculina en la historia
de Venezuela y ha ignorado o disminuido el papel de las mujeres.
Citaba Manuela Saénz en una de sus cartas que "Mis contribuciones a la revolución han sido
llamadas exhibicionistas porque fui ostentosa en mis métodos sin curarme de quien expusiera
la verdad. Mi implicación en la fabricación del nuevo mundo fue llamada insignificante porque
yo fui 'solamente una mujer' ".
Esta cita marca la realidad de todas las mujeres revolucionarias de la historia de Venezuela
que mas allá del rol que tenían como esposas y amantes, hermanas o madres, demostraron su
valentía y conciencia social ante las circunstancias de un país en lucha por su independencia.
Mujeres como Josefa Camejo, Eulalia Ramos, Luisa Cáceres, Josefa Joaquina Sánchez la
“Bordadora de la primera bandera de Venezuela”, Juana Ramírez “La Avanzadora” o
Concepcion Mariño entre otras muchas heroínas que lucharon por la liberacion de Venezuela
del yugo colonialista.
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La participación de la mujer en la Revolución Bolivariana
Desde el triunfo de la Revolución Bolivariana miles de mujeres se levantaron y decidieron
participar activamente en la defensa de sus derechos.
El papel de las mujeres como agentes de socialización es fundamental en estos momentos
cuando son tan necesarias en la construcción social de la cohesión y solidaridad sociales,
ambas imprescindibles para el logro de una Venezuela plenamente soberana. Dicha
construcción comienza, obviamente, en los núcleos familiares. En la actualidad se han borrado
los límites entre los espacios de vida tradicionales. Hoy día no sólo los hombres participan de la
esfera pública, sino también las mujeres quienes en su gran mayoría son cabezas de familia.
La Revolución Bolivariana, desde un primer momento, pretende ser igualitaria y esto se
expresa en su Constitución.
El primer paso que se dió, camino a la nueva visión ética que permita a la mujeres ocupar su
lugar en la historia, fue la Constitución Bolivariana desde donde se proclamó la igualdad entre
hombres y mujeres. Cuando tuvo lugar la Asamblea Nacional Constituyente fue presentado
por el movimiento de mujeres un documento que se llamó “Una visión de país con ojos de
mujer ”, donde fueron recogidas
firmas de más de cien mujeres; y este escrito, habiéndolo discutido en muchas partes del país,
traía las propuestas de muchas mujeres que habían luchado por ellos desde el año 36 hasta
ese momento; y todo lo que allí estaba planteado quedó dentro de la Constitución Bolivariana.
En ella las mujeres venezolanas están visibilizadas desde el principio hasta el fin a través del
lenguaje no sexista como pocas constituciones en el mundo.
Las mujeres desempeñan papeles claves, tanto en el gobierno como en los Consejos
Comunales, al formular, avanzar y reformar una amplia gama de leyes en diversos campos,
incluyendo pero no limitando a la salud, educación, medio ambiente, reformas agrarias,
derechos de la población indígena, y derechos reproductivos. La participación de las mujeres
en la sociedad civil ha sido decisiva para llevar a cabo campañas públicas para aumentar la
conciencia pública sobre las cuestiones que afectan a la mujer y para crear programas para
ellas.
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En el plano político la capacidad y abnegación de la mujer le permite participar en las
instituciones del estado donde las mujeres ocupan importantes cargos en los poderes públicos
tales como el Poder Legislativo, Electoral y Judicial, así como también la Defensoría del Pueblo
y La Fiscalía General de la República, además de en el propio Gobierno.
En los Consejos Comunales, más del 70% de los portavoces son mujeres. También son
mayoría en la representación de los movimientos populares, campesinos y de pobladores. Las
mujeres venezolanas participan y son protagonistas en el poder más importante de la
revolución: el popular.
Un colectivo destacable es el de la Misión Madres de Barrio “Josefa Joaquina Sánchez”. Según
su propia definición la Fundación Misión Madres del Barrio “Josefa Joaquina Sánchez” es “un
órgano del Estado venezolano que propicia la inclusión de las madres del barrio, en todos los
procesos de transformación socialista, articulando con otros organismos, entes públicos,
instituciones y misiones nacionales con la finalidad de satisfacer la necesidad de justicia social
con la incorporación de las amas de casa a través de la Misión Madres del Barrio, a la actividad
socioproductiva, a la formación ideológica, política, socialista y técnica, siguiendo siempre los
principios de celeridad, transparencia, responsabilidad, rendición de cuentas, eficacia,
eficiencia y participación”. La Misión Madres del Barrio está contemplada como “un órgano
rector del Estado venezolano, que vele e impulse la restitución de los derechos de las madres
del barrio en pobreza extrema consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, garantizándoles justicia social e incorporándolas al nuevo modelo económico
socialista bajo los principios de integración, igualdad, equidad y poder popular.”
Mejoras institucionales
Es de resaltar que la actual Constitución venezolana es la primera en América Latina en usar
un lenguaje no sexista para así poder reconocer las necesidades de tanto mujeres como
hombres, y de niñas y niños. La Constitución brinda a la mujer una ciudadanía completa, total
igualdad de empleo entre hombres y mujeres, y condena la discriminación, el hostigamiento
sexual y la violencia doméstica contra las mujeres.
El Artículo 88 de la Constitución también “reconoce el trabajo casero como una actividad
económicamente productiva, otorgándole así a las amas de casa los beneficios de Seguridad
Social.”
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La Revolución Bolivariana ha traído muchos cambios significativos al pueblo venezolano y
todos ellos repercuten directamente en la situación de las mujeres. Las necesidades y los
conocimientos de los pueblos indígenas están incorporados en campañas masivas. Por
ejemplo, la Misión Robinsón, que eliminó el analfabetismo en el año 2005, incluyendo a las
mujeres que constituían un 65 por ciento de la población que no podía leer ni escribir, usó
materias docentes bilingües, en español y en los idiomas indígenas. Las iniciativas de salud en
el interior del país, incorporan conocimientos medicinales indígenas; los equipos de enfermeras
mezclan las prácticas médicas modernas con las tradicionales desarrolladas a través de miles
de años.
En el mundo las mujeres son las más pobres entre los pobres, siendo femenina quizás un 70
por ciento de la humanidad empobrecida. Para poder bajar el nivel de pobreza alrededor del
mundo, hay que dirigirse a las necesidades de las mujeres, incluyendo la salud en general, la
reproductiva y sexual, además de las necesidades económicas y la alfabetización.
Es por ello que otra de las victorias obtenidas para la mujer bolivariana ha sido la creación de
BANMUJER, banco que brinda ayuda a las mujeres más necesitadas para crear sus propios
negocios y disminuir el alto índice de pobreza que anteriormente existía. El Banco otorga micro
créditos a grupos de mujeres para proyectos que puedan subir su nivel de vida, el de sus
familias, y el de la comunidad en general. También administra programas financieros y sociales
bajo el principio de “para todo a los todos”, que significa una economía popular que beneficia a
todo el mundo.
Otra organización destacable es el Instituto Nacional de la Mujer, que se dedica a exponer a la
generación más joven la historia de tantas venezolanas muertas, torturadas y desaparecidas
durante los 40 años de “la llamada democracia” apoyada por los EEUU, como parte de la lucha
en contra de la violencia doméstica. Además, el Instituto de la Mujer imparte clases en todas
las comunidades para concienciar acerca de la violencia doméstica, y para prestar ayuda legal
en el sistema judicial a las mujeres que han sido asaltadas.
La Ley contra la violencia de género
Una de las leyes más avanzadas en la región latinoamericana en la lucha contra la violencia
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de género es la venezolana.
Venezuela es pionera en el sentido de que no sólo tiene una ley muy avanzada, tiene una ley
que prevé 19 tipos de violencia basada en género, sino que además aborda la temática de
violencia no sólo en el ámbito privado sino también en el ámbito público.
La ley separa la violencia familiar de la violencia de género, concretamente, la violencia familiar
se entiende como el maltrato en todos sus ambitos no solamente hacia la mujer sino al resto de
la familia y la violencia de género es la violencia ejercida hacia la mujer por el echo de ser
mujer.
Además señala y tipifica que la violencia hacia la mujer no es sólo física, sino también
psicológica, mediática, laboral, es decir, describe todas las formas de agresión hacia las
mujeres por su condición de género.
También reconoce el derecho de la víctima a la información, asistencia jurídica gratuita, junto a
otras acciones de protección social y apoyo económico. Entre las innovaciones se incluye la
creación de tribunales especializados de violencia de género.
La legislación permite la privación de libertad si hay elementos inequívocos de agresión hacia
la mujer. Para preservar la seguridad de la agredida, el juez puede dictar medida de privación
de libertad al agresor por 48 horas.
Para casos como la violencia sexual, se establecen sanciones de 10 a 15 años de prisión, acto
carnal con víctima especialmente vulnerable de 15 a 20 años de prisión, actos lascivos de uno
a cinco años y en caso de niñas y adolescentes de dos a seis años.
La prostitución forzada es penada con 10 a 15 años de cárcel, esclavitud sexual de 15 a 20
años, acoso sexual de uno a tres años, entre otras sanciones.
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Retos del movimiento feminista bolivariano
A pesar de todos los avances que han tenido las mujeres en la Revolución Bolivariana, quedan
aún muchos restos que alcanzar. Uno de los retos mas debatidos y problemáticos en
Venezuela es la libertad de las mujeres para abortar.
La ilegalidad y consiguiente clandestinidad no solo hacen que el aborto se convierta en un
problema de salud pública del que el Estado es responsable, sino que además, afecta a todas
las mujeres y de manera especial, a las mujeres de menores recursos poniendo en riesgo su
salud física y psicológica, por no tener acceso a servicios seguros. Forzar a la mujer a tener
hijos en contra de su voluntad es, indiscutiblemente, convertir en ficción su dignidad y su
humanidad.
En el caso de Venezuela el número de embarazos precoces es cada vez más alto y alarmante,
y el riesgo de morir durante el parto de las jóvenes de edades entre 15 y 19 años es dos veces
mayor que el de las mujeres de 20 a 30 años. Este riesgo es cinco veces mayor en las
menores de 15 años.
En Venezuela es difícil medir la dimensión del número de abortos que se practican, por el
hecho de ser una práctica clandestina, por lo que no existen registros oficiales. Las prácticas
abortivas alimentan un mercado negro del que el Estado tendrá la responsabilidad , hasta tanto
no se permita acceder a un sistema de salud que garantice prácticas legales, seguras y
gratuitas.
Trabajar por el derecho al aborto en razón de justicia social, es reconocer que en el contexto
latinoamericano, sumido en la pobreza y en la desigualdad social, son las mujeres pobres
quienes sufren o mueren por abortos realizados en la clandestinidad, excluidas también de
otros bienes culturales y materiales. La ilegalidad del aborto da lugar a prácticas diferenciadas
según la condición socioeconómica de la mujer y a la falta de información. Mientras que las de
los sectores mejor situados social y económicamente acuden a profesionales idóneos de la
mediciena privada, las pertenecientes a las franjas más pobres sólo tienen acceso a
procedimientos caseros o de baja calidad, y por lo tanto, peligrosos para su salud y su vida. La
despenalización del aborto debe ser parte de las políticas de inclusión que ha venido
ejecutando la Revolución Bolivariana desde sus inicios.
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Los Derechos Sexuales y Reproductivos son fundamentales para el movimiento de mujeres,
que hacen más justa y democrática la vida social en la medida que amplían el concepto de
igualdad y libertad de la esfera pública a la privada. Por otra parte, estos derechos no son un
antojo que se ajuste a la medida de la moral de la burguesía, son parte de los Derechos
Humanos y como tal deben ser reconocidos, porque penalizarlo constituye una violación de los
mismos, que además acentúa la discriminación y la violencia contra la mujer, porque si las
mujeres son vulnerables a embarazos no deseados, será mucho más difícil derribar las
barreras económicas y sociales en el trabajo, en la educación, y en el hogar; mientras que por
el contrario, cuando se las permita controlar sus funciones reproductivas, se hace mucho mas
plena su participación en todos los aspectos de la vida social.
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