Iniciativa Sevilla Abierta lee en la feria del libro textos de aquellos autores perseguidos, postergados y algunos olvidados en el tiempo y que merecen la pena recordar.
2. Iniciativa Sevilla Abierta
Libertad
Racionalidad
Cosmopolitismo
Laicismo
Creatividad
El acto ISA LEE en la Feria del Libro 2009 quiere acoger todas las iniciativas
de textos, autores y participantes que consigan divulgar adecuadamente las ideas
básicas de ISA, tanto en el contenido como en la forma.
Dentro de esas premisas se incluye un homenaje a ideas, actitudes y
personajes poco valorados, muchas veces denostados e incluso perseguidos por los
distintos gobiernos y grupos de poder a lo largo de la historia. Dichos personajes,
conocidos y anónimos, consiguieron en situaciones adversas y sintiendo la necesidad de
ser libres crear islas de conocimiento y pensamiento crítico (conventículos,
conciliábulos, conjuras y algunos su propio mundo imaginario). Estos personajes han
contribuido a alcanzar muchos logros de nuestra sociedad aunque la sociedad lo ignore
y creo que constituyen nuestros referentes olvidados; por ello debemos redescubrirlos y
sentirlos como miembros históricos de nuestro grupo ciudadano.
Sevilla 24 de mayo de 2009
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3. Índice:
JUAN DÍAZ - El asesinato que conmocionó a Europa 3
LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA DE BLANCO WHITE 5
BERTRAND RUSSELL y RICHARD DAWKINS 6
TEORÍA DE ANDALUCÍA - Ortega y Gasset. 8
LUÍS CERNUDA – A sus paisanos 10
TUCÍDIDES. - quot;HISTORIA DE LA GUERRA DEL PELOPONESOquot; 12
EL VOTO DE LA NACIÓN ESPAÑOLA - Nº 1 - 13 Diciembre 1809 14
POEMAS DE CONCEPCIÓN ESTEVARENA 17
CARMEN VILLALTA BONITA – Mi vida ha cambiado 18
MANUEL CHAVES NOGALES – La gesta de los caballistas 21
ANTONIO MACHADO – Poema 23
RAINER MARÍA RILKE – Cartas a un joven poeta 24
ALEJANDRA VANESSA – Interferencias 26
EVA DÍAZ PÉREZ – Memoria de cenizas 27
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4. JUAN DÍAZ
El asesinato que conmocionó a Europa
Texto de Doris Moreno
La madrugada del 27 de marzo de 1546, Juan Díaz se levantó como de costumbre para
iniciar sus estudios en la casa de Neoburgo, donde temporalmente residía. Tenía sobre
la mesa varios libros pendientes de lectura que se habían retrasado, y quería acabar de
pulir un pequeño tratado titulado Christianae Religionis Summa. El retraso no era
importante, y menos teniendo en cuenta la razón última. Unos días antes, Juan había
recibido una visita inesperada: su hermano Alfonso, clérigo y abogado en el tribunal de
la Rota romana, había viajado desde Italia para verle.
Después de varios años sin noticias suyas, el encuentro fue muy emotivo.
Juan aún recordaba el cálido abrazo de su hermano y las largas conversaciones que
alrededor del fuego habían mantenido recordando su infancia en Cuenca, sus juegos de
niños con su otro hermano, Esteban, sus padres, las noticias sobre los vecinos, como la
familia Valdés…
Una conversación llena de nostalgia. ¡Qué lejos quedaba el terruño conquense
después de haber viajado por media Europa en los últimos catorce años! Juan había
dejado España para instalarse en el colegio Santa María de la Merced en París. En su
universidad había realizado sólidos estudios de griego y hebreo. En aquella época, Juan
había hecho del estudio de las lenguas el centro de su vida, pero no como fin en si
mismo sino como instrumento para alcanzar conocimiento y verdad.
Alfonso fingió interesarse por las ideas reformadas, y propuso a su hermano
que abandonase Alemania para dirigirse a Italia. Allí, en Trento, estaban reunidos los
padres del Concilio, discutiendo sobre las nuevas ideas, sobre la reforma de la
iglesia…Juan debía asistir, presentarse, explicar con su vehemencia y pasión esa nueva
interpretación de los textos bíblicos. Los conciliares le escucharían y llegarían al
conocimiento de la verdad. Alfonso insistió una y otra vez. Juan acarició la idea.
Alfonso y Juan se despidieron a la espera de una decisión final. En realidad,
Alfonso ya la había tomado. En la madrugada del 27 de marzo de 1546, cuando Juan
todavía estaba pensando en cómo acometer la tarea diaria, llamaron a la puerta de su
casa en Neoburgo. Era el criado de Alfonso con una carta importante. Juan le hizo subir
las escaleras para recibirle en su propia habitación. Poco después, Alfonso entró en la
casa y se quedó al pie de las escaleras vigilando la entrada. Mientras Juan leía la carta,
las expertas manos del criado le asestaron un hachazo mortal en la cabeza.
Los asesinos fueron detenidos en Innsbruck y encarcelados, pero no llegaron a
ser juzgados gracias a la intervención directa del emperador Carlos. De nada sirvió que
los príncipes protestantes exigieran al emperador y rey de romanos que se castigara a
los asesinos. Fue el compañero de Díaz, Claud Senarcleus, que vivía en la misma casa
y fue testigo presencial de los ardides de Alfonso, quien realizó el relato de todo lo
sucedido. Francisco de Enzinas editó ese texto añadiendo aquel manuscrito que tanto
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5. interés tenía Juan por acabar, la Christianae Religionis Summa. El texto tuvo un éxito
espectacular e inmediato, y se efectuaron traducciones a varias lenguas.
El asesinato causó estupor en media Europa por la pasividad
tanto del Emperador como del Papa a la hora de castigar el delito. Inmediatamente
creció la sospecha de que la Inquisición Española estaba detrás de lo ocurrido. Pocos
meses más
tarde, ese mismo año moría en la hoguera de la Inquisición romana el amigo del alma,
Diego de Enzinas.
El telón de este drama no puede caer sin hacernos antes eco del rumor que
corrió hacia 1555: un tal Alfonso Díaz, clérigo romano, se había suicidado.
COMENTARIOS
JUAN DÍAZ, conquense, hereje del siglo XVI, estudioso de las letras y de las escrituras y
calvinista.
DORIS MORENO MARTÍNEZ (Terrasa, 1964) es profesora de Historia en la Universidad
Autónoma de Barcelona.
En el siglo XVI existe una íntima unión entre Iglesia y Estado en España. Atacar a
aquella era hacer que el estado se tambalease. Establecer o reclamar el derecho al
examen personal de la Escritura Sagrada es poner en cuestión la autoridad de la
institución eclesiástica y por tanto de la jerarquía. No es por lo tanto de extrañar que
hasta mediados del siglo XVI se anatemice frecuentemente como raíz de todos los
males, la libre lectura de las Escrituras por los no iniciados. Se defiende la ignorancia del
pueblo como un bien positivo para el propio pueblo, y se caracteriza la que debía ser su
actitud como la aceptación pasiva de las verdades espirituales dadas.
Texto extraido del libro: Los olvidados de la historia. Herejes. Autor: Ricardo García
Cárcel y otros. Barcelona. Círculo de Lectores, 2004
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6. LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA DE BLANCO WHITE
¡Gran Dios, cómo atormenta Reposó en mí un influjo soberano,
Con crueldad sin igual, el hombre al Que ha de humillar todo saber humano».
hombre!
Ya con furia violenta
Se arrastran al cadalso y a la hoguera; ¿Reposó en ti? ¿Mas cómo es que
Ya con malicia refinada y lenta, contiende
Impiden la víctima que muera, Consigo mismo el inspirado bando?
Y, pues no quiere a discreción rendirse, Cuál cadena volcánica se entiende
Buscan cómo obligarla a maldecirse Llama sacerdotal, que rebosando
El universo enciende.
¿Y quién es el verdugo, El cielo contra el cielo peleando
Quién el juez sin piedad? ¿Un sacerdote Es odioso espectáculo, que ofende
Del antiguo Moloc infanticida? Al hombre racional. Qué! ¿Envolvió en
No; de un Dios (según dice) a quien le guerra
plugo, El cielo a los que dio a regir la tierra?
Por amor de los hombres dar la vida.
Haced la paz primero
Su ministro se llama y toma el Mote Entre vosotros si queréis que escuche
De mansedumbre; Paz es su divisa, Vuestra doctrina del Universo entero
Mas ¡ah! qué mal se avisa No procuréis que luche
El que en tal mansedumbre confiado. El ignorante pueblo en las querellas
Duda modestamente Con que esparcís centellas
Su saber infalible: De repente De odios inextinguibles
Verá al Cordero en un León mudado. Más que el error a la virtud temible.
«No es humano saber, ni saber mío Más en vano os exhorto:
(Responde el Santo Preste, en ira Del fanatismo y la ambición aborto,
ardiendo) Los que tenéis raíces en el cielo
Audaz, mortal, en el que yo confío: Nunca podéis dejar en paz el suelo.
Del cielo descendido,
Moloc: Divinidad fenicia y cartaginesa, dios del fuego al que se inmolaban víctimas
humanas, principalmente niños.
Plugo: Tercera persona del singular del pretérito perfecto simple del verbo placer; es
quot;placióquot; o quot;plugoquot;. Ya en desuso.
Preste: Presbítero, sacerdote.
COMENTARIOS
José María Blanco Crespo quot;Blanco Whitequot; ( * Sevilla, 11 de julio de 1775 – Liverpool, 20
de mayo de 1841), escritor, pensador, teólogo y periodista español.
Si se hubiera establecido el gobierno de José Bonaparte, la tierra donde nací hubiera
dejado de ser para mí un lugar de esclavitud; pero, sin embargo, tan pronto como me
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7. enteré que mi propia provincia se había levantado contra los franceses, acaricié mis
cadenas y regresé sin demora al lugar donde sabía que me habrían de amargar más la
vida: volví a Sevilla, la ciudad más fanática de España, en el momento en que estaba
bajo el control más completo del populacho ignorante y supersticioso y guiada por
aquellos clérigos que me causaban al propio tiempo horror y desprecio.
Obra poética completa. Escrito por Joseph Blanco White, Antonio Garnica Silva, Jesús
Díaz García. Publicado por Visor, 1994
BERTRAND RUSSELL
¿POR QUÉ NO SOY CRISTIANO?
“La religión se basa, principalmente, a mi entender, en el miedo. Es en parte el miedo a
lo desconocido y en parte el deseo de sentir que se tiene un hermano mayor que va a
defenderlo a uno en todos sus problemas y disputas. El miedo es la base de todo: el
miedo a lo misterioso, el miedo a la derrota, el miedo a la muerte. El miedo es el padre
de la crueldad, y por tanto no es de extrañar que la crueldad y la religión vayan de la
mano. La ciencia (...) que se ha abierto paso frente a la religión cristiana, frente a las
Iglesias (…) puede ayudarnos a librarnos de ese miedo cobarde con el que la
humanidad ha vivido durante tantas generaciones. La ciencia puede enseñarnos a no
buscar ayudas imaginarias, a no inventar aliados celestiales, sino más bien a hacer con
nuestros esfuerzos que este mundo sea un lugar habitable.”
RICHARD DAWKINS
EL ESPEJISMO DE DIOS
“El fundamentalismo religioso está firmemente determinado a arruinar la educación
científica de incontables miles de mentes jóvenes inocentes, bienintencionadas y
ansiosas de aprender. La religión sensata, no fundamentalista, puede no estar haciendo
eso, pero está haciendo que el mundo sea un lugar seguro para el fundamentalismo al
enseñar a los niños, desde su más tierna infancia, que la fe incondicional es una virtud.
De forma general (y esto no se aplica menos al cristianismo que al Islam) lo que es
realmente pernicioso es la práctica de enseñar a los niños que la fe en sí misma es una
virtud. La fe es un mal precisamente por que no requiere justificación y no tolera los
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8. argumentos. Enseñar a los niños que la fe indiscutida es una virtud les prepara
potencialmente (dados otros ciertos ingredientes que no son difíciles de adquirir) para
convertirse en armas letales para futuras yihads o cruzadas. Inmunizados contra el
miedo por la promesa de un Paraíso para los mártires (… ) los terroristas suicidas hacen
lo que hacen por que realmente creen lo que les enseñan en las escuelas religiosas: que
el deber hacia Dios excede todas las demás prioridades y que el martirio en su servicio
será recompensado en los jardines del Paraíso (…). La fe puede ser muy, muy
peligrosa, e implantarla deliberadamente en la vulnerable mente de un niño inocente es
un error de extrema gravedad.”
Bertrand Arthur William Russell, 3er Conde de Russell, OM, MRS, (18 de mayo de
1872 - 2 de febrero de 1970) fue un filósofo, matemático y escritor británico. Pacifista y
prominente racionalista.
Escribió sobre una amplia gama de temas, desde los fundamentos de las matemáticas y
la teoría de la relatividad al matrimonio, los derechos de las mujeres y el pacifismo. La
vida de Russell fue apasionada, intensa y larga. Se fraguó un nombre tanto en los
círculos de especialistas como entre las multitudes que o lo seguían con fervor o lo
odiaban con intensidad.
Richard Dawkins es un etólogo británico, teórico evolutivo y escritor de divulgación
científica que ocupa la «cátedra Charles Simonyi» de Difusión de la Ciencia en la
Universidad de Oxford. Estudió en la Universidad de Oxford y se doctoró bajo la tutela
del Premio Nobel Nikolaas Tinbergen. Desde 1967 hasta 1969 fue profesor adjunto en la
Universidad de California en Berkeley (EE. UU.).
Ganó fama con El gen egoísta, un libro publicado en 1976, que popularizó la visión
evolutiva enfocada en los genes, y que introdujo los términos meme y memética. En
1982 hizo una contribución original a la ciencia evolutiva con la teoría presentada en su
libro El fenotipo extendido, que afirma que los efectos fenotípicos no están limitados al
cuerpo de un organismo, sino que pueden extenderse en el ambiente, incluyendo los
cuerpos de otros organismos.
COMENTARIO
Estos textos expresan una visión sobre las ideas religiosas basada en la racionalidad,
capacidad fundamental en el avance de la humanidad, frente a las ideas impuestas y la
sumisión a principios indiscutibles. Un ambiente de racionalidad y pluralidad deben
sustentar las bases de los sistemas de organización política como defensa ante
aquellos que apoyan “verdades” irrefutables y uniformes.
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9. TEORÍA DE ANDALUCÍA
Ortega y Gasset.
Mientras creamos haberlo dicho todo cuando acusamos al andaluz de holgazanería,
seremos indignos de penetrar el sutil misterio de su alma y su cultura... (...)
La famosa holgazanería del andaluz es precisamente la fórmula de su cultura. La cultura
no consiste en otra cosa que en hallar una ecuación con la que resolvamos el problema
de la vida. Pero el problema de la vida se puede plantear de dos maneras distintas. Si
por vida entendemos una existencia de máxima intensidad, la vida nos obligará a
afrontar un esfuerzo máximo. Pero reduzcamos previamente el problema vital,
aspiremos sólo a una vita mínima: entonces, con un mínimo esfuerzo, obtendremos una
ecuación tan perfecta como la del pueblo más hazañoso. Este es el caso del andaluz.
Su solución es profunda e ingeniosa. En vez de aumentar el haber, disminuye el debe;
en vez de esforzarse para vivir, vive para no esforzarse, hace de la evitación del
esfuerzo principio de su existencia. (...)
Después de todo como decía Federico Schlegel, es la pereza el postrer residuo que nos
queda del paraíso, y Andalucía el único pueblo de occidente que permanece fiel a un
ideal paradisíaco de la vida. Hubiera sido imposible tal fidelidad si el paisaje en que está
alojado el andaluz no facilitase ese estilo de existencia.
Para el hombre que llega del norte es la luminosidad y gracia cromática de la campiña
andaluza un terrible excitante que le induce a una vida frenética. Esto le lleva a suponer
que la existencia andaluza sería también frenética si la indolencia no la deprimiese.
Imagina que este pueblo posee una gran vitalidad, y, cuando ve pasar a las sevillanas
de ojos nocturnos, presume en sus almas magníficas pasiones y extremados incendios
¡Grande error! No cae en la cuenta de que el andaluz aprovecha en sentido inverso las
ventajas de su medio. El pueblo andaluz posee una vitalidad mínima, la que
buenamente le llega del aire soleado y la tierra fecunda. Reduce al mínimo la reacción
sobre el medio, porque no ambiciona más y vive sumergido en la atmósfera deliciosa
como un vegetal. (...)
Pues bien: a un andaluz le parecen igualmente absurdas en el inglés o el alemán la
manera de trabajar y la manera de divertirse, ambas sin mesura, desintegradas la una
de la otra. Por su parte prefiere trabajar poco también divertirse sobriamente, pero
haciendo a la vez lo uno y lo otro, infusas las dos operaciones en un gesto único de vida
que influye suavemente, sin interrupciones ni sobresaltos, como un perfecto adagio
cantabile. Diríase que, en la vida andaluza, la fiesta es menos orgiástica y exclusiva, el
domingo más lunes y miércoles que en las razas del norte. (...)
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10. Es indecible cuanta fruición extrae el andaluz de su clima, de su cielo, de sus mañanitas
azules, de sus crepúsculos dorados. Sus placeres no son interiores, ni espirituales, ni
fundados en supuestos históricos. De todo esto ha aceptado el mínimo que la presión de
la época imponía. (...)
El bien y el mal tienen ante todo un valor cutáneo: bueno es lo suave, malo lo que roza
ásperamente.
El andaluz aspira a que su cultura se parezca a su atmósfera. Para él, lo andaluz es
primariamente el aire de Andalucía. La raza andaluza, el andaluz mismo, viene
después... Todo andaluz tiene la maravillosa idea de que ser andaluz es una suerte loca
con que ha sido favorecido. Como el hebreo se juzga aparte entre los pueblos, porque
Dios le prometió una tierra de delicias, el andaluz se sabe privilegiado porque, sin precia
promesa, Dios le ha adscrito al rincón mejor del planeta. Frente al hombre de la tierra
prometida, es el hombre de la tierra regalada.
Karl Wilhelm Friedrich von Schlegel (Hannover, 10 de marzo de 1772 – Dresde, 12 de
enero de 1829), lingüista, crítico literario, filósofo, hispanista y poeta alemán, uno de los
fundadores del Romanticismo, hermano del también filólogo August Wilhelm Schlegel
José Ortega y Gasset (Madrid, 9 de mayo de 1883 – Madrid, 18 de octubre de 1955)
fue un filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y
de la razón vital e histórica.
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11. LUÍS CERNUDA
A SUS PAISANOS
No me queréis, lo sé, y qué os molesta
Cuanto escribo. ¿Os molesta? Os ofende.
¿Culpa mía tal vez o es de vosotros?
Porque no es la persona y su leyenda
Lo que ahí, allegados a mí, atrás os vuelve.
Mozo, bien mozo era, cuando no había brotado
Leyenda alguna, caísteis sobre un libro
Primerizo lo mismo que su autor: yo, mi primer libro.
Algo os ofende, porque sí, en el hombre y su tarea.
¿Mi leyenda dije? Tristes cuentos
Inventados de mí por cuatro amigos
(¿Amigos?), que jamás quisisteis
Ni ocasión buscasteis de ver si acomodaban
A la persona misma así traspuesta.
Mas vuestra mala fe los ha aceptado.
Hecha está la leyenda, y vosotros, de mí desconocidos,
Respecto al ser que encubre mintiendo doblemente,
Sin otro escrúpulo, a vuestra vez la propaláis.
Contra vosotros y esa vuestra ignorancia voluntaria,
Vivo aún, sé y puedo, si así quiero, defenderme.
Pero aguardáis al día cuando ya no me encuentre
Aquí. Y entonces la ignorancia,
La indiferencia y el olvido, vuestras armas
De siempre, sobre mí caerán, como la piedra,
Cubriéndome por fin, lo mismo que cubristeis
A otros que, superiores a mí, esa ignorancia vuestra
Precipitó en la nada, como al gran Aldana.
De ahí mi paradoja, por lo demás involuntaria,
Pues la imponéis vosotros: en nuestra lengua escribo,
Criado estuve en ella y, por eso, es la mía,
A mi pesar quizá, bien fatalmente. Pero con mis
expresas excepciones,
A vuestros escritores de hoy ya no los leo.
De ahí la paradoja: soy, sin tierra y sin gente,
Escritor bien extraño; sujeto quedo aún más que otros
Al viento del olvido que, cuando sopla, mata.
Si vuestra lengua es la materia
Que empleé en mi escribir y, si por eso,
Habréis de ser vosotros los testigos
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12. De mi existencia y su trabajo,
En hora mala fuera vuestra lengua
La mía, la que hablo, la que escribo.
Así podréis, con tiempo, como venís haciendo,
A mi persona y mi trabajo echar afuera
De la memoria, en vuestro corazón y vuestra mente.
Grande es mi vanidad, diréis,
Creyendo a mi trabajo digno de la atención ajena
Y acusándoos de no querer la vuestra darle.
Ahí tendréis razón. Mas el trabajo humano
Con amor hecho, merece la atención de los otros,
Y poetas de ahí tácitos lo dicen
Enviando sus versos a través del tiempo y la distancia
Hasta mí, atención demandando.
¿Quise de mí dejar memoria? Perdón por ello pido.
Mas no todos igual trato me dais,
Que amigos tengo aún entre vosotros,
Doblemente queridos por esa desusada
Simpatía y atención entre la indiferencia,
Y gracias quiero darles ahora, cuando amargo
Me vuelvo y os acuso. Grande el número
No es, mas basta para sentirse acompañado
A la distancia en el camino. A ellos
Vaya así mi afecto agradecido.
Acaso encuentre aquí reproche nuevo:
Que ya no hablo con aquella ternura
Confiada, apacible de otros días.
Es verdad, y os lo debo, tanto como
A la edad, al tiempo, a la experiencia.
A vosotros y a ellos debo el cambio. Si queréis
Que ame todavía, devolvedme
Al tiempo del amor. ¿Os es posible?
Imposible como aplacar ese fantasma que de mí.
Evocasteís.
Desolación de la quimera
Aldana: Francisco de Aldana (Nápoles, 1540 - † Alcazarquivir [Marruecos], 4 de
agosto de 1578) fue un militar español y uno de los más importantes poetas del siglo
XVI, en la segunda fase del Renacimiento español
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13. En estos poemas, de la época final de Luís Cernuda, creo que se concentra la difícil
relación de amor-odio (cada vez más de lo segundo y menos de lo primero, a medida
que, con los años se siente más alejado física y espiritualmente de su tierra natal) que
tuvo el poeta sevillano con España y más concretamente con su patria chica.
¿Tanto sufriría Cernuda en su juventud hispalense, tanto le harían sufrir por ser
diferente, aquellos que, copa de fino en mano o escapulario al cuello, eran maestros en
practicar la más cruel, la más sutil y sevillana de las tradiciones: el desprecio mezquino
revestido de indiferencia?
Muertos en vida, reliquias, hábitos y uniformes, cadenas voluntariamente asumidas,
ignorancia culpable…¿Tanto ha cambiado España, la ciudad, desde aquel tiempo hasta
el presente? ¿Se sentiría hoy en día Cernuda cómodo entre nosotros?
En todas partes existe el chovinismo localista. También aquí, por supuesto. Pero ni
siquiera en eso somos distintos a los de otros lugares, por más que algunos castizos se
empeñen. Recordemos al maestro Borges cuando decía aquello de que “todas las
ciudades se parecen, sobre todo en su pretensión de creerse distintas”
JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ DE CEPEDA
quot;HISTORIA DE LA GUERRA DEL PELOPONESOquot;
TUCÍDIDES.
quot;Nuestro sistema político no compite con instituciones que tienen vigencia en otros
lugares. Nosotros no copiamos a nuestros vecinos, sino que tratamos de ser un ejemplo.
Nuestra administración favorece a la mayoría y no a la minoria: es por eso que la
llamamos democracia. Nuestras leyes ofrecen una justicia equitativa a todos los
hombres por igual, en sus querellas privadas, pero esto no significa que sean pasados
por alto los derechos del mérito. Cuando un ciudadano se distingue por su valía,
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14. entonces se le prefiere para las tareas públicas, no a manera de privilegio, sino de
reconocimiento de sus virtudes, y en ningún caso constituye un obstáculo la pobreza.
La libertad de que gozamos abarca también la vida corriente; no recelamos los unos de
los otros, y no nos entrometemos en los actos de nuestro vecino, dejándole que siga su
propia senda ... Pero esta libertad no significa que quedemos al margen de las leyes. A
todos se nos ha enseñado a respetar a los magistrados y a las leyes y a no olvidar
nunca que debemos proteger a los débiles. Y también se nos enseña a observar
aquellas leyes no escritas cuya sanción solo reside en el sentimiento universal de lo que
es justo.
Nuestra ciudad tiene las puertas abiertas al mundo; jamás expulsamos a un extranjero ...
Somos libres de vivir a nuestro antojo y, no obstante, siempre estamos dispuestos a
enfrentar cualquier peligro ... Amamos la belleza sin dejarnos llevar por las fantasías, y si
bien tratamos de perfeccionar nuestro intelecto, esto no debilita nuestra voluntad ...
Admitir la propia pobreza no tiene entre nosotros nada de vergonzoso; lo que si
consideramos vergonzoso es no hacer ningún esfuerzo para evitarla. El ciudadano
ateniense no descuida los negocios públicos por atender a sus asuntos privados ... No
consideramos inofensivos, sino inútiles, a aquellos que no se interesan por el Estado; y
si bien solo unos pocos pueden dar origen a una política, todos nosotros somos capaces
de juzgarla. No consideramos la discusión como un obstáculo colocado en el camino de
la acción política, sino como un preliminar indispensable para actuar prudentemente ...
Creemos que la felicidad es el fruto de la libertad y la libertad, el del valor, y no nos
amedrentamos ante el peligro de la guerra ... Resumiendo: sostengo que Atenas es la
escuela del Hélade y que todo individuo ateniense alcanza en su madurez una feliz
versatilidad, una excelente disposición para las emergencias y una gran confianza en si
mismo”.
Hélade: la tierra de los helenos, como se designaba a la Antigua Grecia.
Tucídides (Atenas, c. 460 a. C. - Tracia, c. ¿396 a. C.?) fue un historiador y militar
ateniense.. En el 424 a. C., durante la Guerra del Peloponeso, fue nombrado estratega
de la ciudad de Atenas, confiándosele el mando de una flota encargada de romper el
asedio de Anfípolis, en Tracia. Fracasó en dicho intento y la ciudad cayó en manos del
general espartano Brásidas, por lo que fue condenado al exilio 20 años. Este hecho le
dio la oportunidad de obtener información bastante completa, procedente de los dos
bandos en conflicto, que utilizó para la composición de la Historia de la Guerra del
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15. Peloponeso, en la que narra los acontecimientos ocurridos entre el año 431 a. C. y el
411 a. C. Volvió del exilio veinte años después, al terminar la guerra.
La idea de elegir este texto me surgió del nombre de la Asociación: Iniciativa Sevilla
Abierta. Encontré un paralelismo en la obra del filósofo austriaco Karl Poper, quot;La
sociedad abierta y sus enemigosquot;. Aunque la actitud de ISA sea la de eludir
enfrentamientos dialécticos con cualquiera otra posición diferente a la suya, no siempre
podrá evitar que desde distintos rincones tenebrosos de esta ciudad, sea mal vista y
hasta mal interpretada. Surge así una Sevilla Abierta que no podrá sustraerse a sus
enemigos. A esta Sevilla Abierta se le opondrá una quot;Sevilla Cerradaquot;. Esta última tratará
de sostenerse a si misma como un sistema cerrado frente a la Sevilla que se abre a las
nuevas corrientes, a los nuevos usos, a las nuevas ideas, a las nuevas técnicas, a ...
tantas cosas nuevas y distintas. Es esa vieja pretensión, sostenida durante tanto tiempo,
de hegemonizar toda manifestación ciudadana, tratando de impedir u obstaculizar todo
aquello que no camine por sus carriles. Negar la diversidad, en aras del monolitismo
dogmático. La sociedad que se pretende perpetuar es la que se identifica con los viejos
tópicos tan alabados. Y para ella el quot;extranjeroquot; constituye un peligro que puede traer
aires nuevos de libertad. ¿No es la sociedad clásica sevillana reactiva frente a todo
aquel que viene de fuera?. ¿No se trata de reconvertirlos y reeducarlos en la vieja
cultura propia para poder así integrarlos?. ¿No se le invita, nada mas aterrizar, a unirse
a tal o cual hermandad o cofradía. caseta de feria o lo que sea?
PEDRO FLORES CEBADA
EL VOTO DE LA NACIÓN ESPAÑOLA
Nº 1 - 13 Diciembre 1809
La libertad de la prensa es la principal base de la ilustración pública.
La libertad de la prensa no es otra cosa que una facultad de escribir y publicar
lo que cada ciudadano piensa y puede decir con la lengua. Es tan justa dicha facultad,
como lo es la de pensar y de hablar, y es tan injusto oprimirla, como lo seria el tener
atados los entendimientos, las lenguas, las manos o los pies a todos los ciudadanos.
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16. Es necesaria para la instrucción pública, para el mejor gobierno de la nación, y
para su libertad civil, es decir, para evitar la tiranía de cualquier gobierno que se
establezca; de lo cual son buenas pruebas, que ningún tirano pueda haber donde ella
esté establecida, y que ningún tirano ha dejado de quitarla con todo cuidado a sus
súbditos, porque son incompatibles entre sí.
Para la instrucción pública, porque con ella se extienden y comunican las luces
de los hombres estudiosos y sabios a los que no lo son, los cuales con más facilidad y
menos trabajo aprenden lo que otros han inventado, han pensado o han leído. Con ella
se disipan los errores que en la primera educación, o en alguna mala escuela, o en los
perversos libros que en España por desgracia han cundido tanto, se pueden haber
tomado, se controvierten las cuestiones más importantes a la sociedad, todos pueden
juzgar de las razones, y se aclara la verdad; se uniforman el modo de pensar de la
nación y así se establece una voluntad general que hace una fuerza equivalente a la de
muchos ejércitos.
Finalmente, si hay muchos que escriban, habrá mas que lean, y más que hablen y se
ocupen de lo que se escribe y se lee. Todos se van instruyendo y aficionando a las
ciencias y a las artes, según sus inclinaciones, y después de algun tiempo de libertad,
saldrán a la luz talentos superiores que hasta ahora estarán enmohecidos por la falta de
hábito y costumbre de discurrir, de hablar con libertad, de leer, y de escribir por el
abatimiento en que les han tenido la falta de los libros excelentes, y el despotismo que
ha tenido oprimidos hasta los pensamientos.
Para el mejor gobierno, porque los que mandan y mandaren, no sólo
procurarán mandar bien, sino que aspirarán a la perfección en lo posible, sabiendo que
cualquiera tiene facultad de hablar y de escribir, si prefieren el bien publico al suyo o a
otro particular, y si gobernaren bien, no tienen que temer que uno u otro ignorante hable
mal o escriba, pues saldrán cien hombres sensatos y confundirán al atrevido ignorante y
le quitarán la tentación de ser escritor.
Es necesaria finalmente para la libertad civil de la nación, porque con ella no
hay que temer que el poder arbitrario haga progresos, ni que echen raíces los abusos.
Con ella se dan a conocer los hombres de más talento para el mando, se pone al
Soberano en precisión de que los elija y a ellos de que cumplan con sus obligaciones,
porque si no, se habla, se escribe y se les desacredita, y por miedo de la opinión pública
tienen que hacer lo mejor. Solo pueden oponerse a la libertad de la prensa los que
gusten mandar despóticamente o los que sean tontos, que no conociendo los males
desgobierno no sufren los tormentos de los que los conocen, o los muy tímidos que se
asustan con el coco de la libertad, porque es una cosa nueva que hasta ahora no han
visto.
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17. ¿Qué es lo que temen? ¿Que se abuse de la libertad? ¿Que se escriba contra
la Religión y se arruine? ¿Temen que se impriman sátiras mordaces, indecencias y
obscenidades? Prohíbanse rigurosamente, dejando a cada uno la acción que le dan las
Leyes. Así como a nadie se le quita ni ata la lengua porque con ella puede injuriar, ni las
manos porque con ellas puede matar, ni aún la facultad de llevar cuchillos, tijeras,
navajas, espadas, etc. porque sean instrumentos que sirven para hacer daño, sino que
se castiga al que abusa de la lengua o de las manos, o de los instrumentos que se les
conceden para usos útiles o necesarios.
La pluma y la prensa no son más dañosas por sí que la espada y las manos.
Permítase, pues, a las primeras la misma libertad que a las segundas, que es llevarlas
por donde se quiera, mientras que no matan o hacen otro daño. Pero quitarnos las
utilidades de la pluma y de la prensa porque de ellas se puede abusar, es una
contradicción notoria y un abuso imperdonable de la autoridad, y es querer mantener a
la Nación en la ignorancia, origen de todos los males que sufrimos.
El dogma, las personalidades, o sátiras mordaces, y lo que fuere opuesto a la
decencia son las tres solas excepciones que puede admitir la libertad de la prensa entre
nosotros. Que las penas sean claras y terminantes, sin dejar arbitrariedad a los Jueces:
que los autores, los impresores y los vendedores estén sujetos a ellas y el que
contravenga, no podrá evadir el castigo.
Pero sin esta libertad no pensemos haber conseguido ningún bien después de
tanta sangre vertida, y de tantos trabajos. ¿Qué podrá prometer una nueva Constitución,
sin su mayor y más fuerte apoyo? ¿Quién la conservará en su fuerza sin la opinión
pública, ilustrada con esa santa, justa y natural libertad? No perdamos por miedo lo que
debemos ganar perdiéndole una vez, no suceda que cuando queramos oír las voces de
la naturaleza y de la justicia no sea ya tiempo.
COMENTARIO
Muy pocos días antes de que las tropas francesas entren en Sevilla los liberales, con la
protección de la Junta Central, fundarán otro periódico político más y le llamarán “El
Voto de la Nación” términos que documentos de la propia Junta Central utilizan para
calificar la legitimidad de su poder y también las novedades políticas que están
defendiendo. Y ya en el primer número publican este artículo sobre la libertad de
imprenta en la que vienen insistiendo desde 1808 y por las mismas razones que el
artículo explica, argumentos que también recogerá, aunque de manera más breve, el
decreto de las Cortes que establecerá esa libertad el 10 de noviembre de 1810.
Y para que no queden dudas sobre cuales son las intenciones del periódico, el
Prospecto que anuncia a los españoles su aparición destacará que la aprobación de una
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18. Constitución y unos Códigos es el voto que la nación ya ha pronunciado y por lo tanto -y
en consonancia con él- el nombre y el objetivo del periódico. En ese año de 1809 la
prensa política sevillana contribuirá decisivamente a la divulgación de un programa
político que los liberales habían ya definido con mucha exactitud y que conseguirán
concretar en Cádiz a partir de 1810
POEMAS DE CONCEPCIÓN ESTEVARENA
LIBERTAD y el velo de la muerte cubre el arpa
donde resuena el suspirado himno.
La libertad presta aliento
al pensamiento que crea LUCHAS
porque es la primera idea
que brota en el pensamiento; En derredor del sol gira la tierra,
ella es luz y es sentimiento; haciéndose, al girar, sombra a sí
y es fuerza que la respeten misma
pues, aunque su marcha inquieten y en redor de mis propios sentimientos,
almas a su luz ajenas, hallando sombra y luz, mi mente gira.
no habrá quien labre cadenas Yo no sé qué pensar, me alejo mucho
que a la libertad sujeten. y otra vez vuelvo al punto de partida;
la luz de mi esperanza nunca muere,
ENIGMA y a impulsos del dolor siempre vacila.
Con todos los rumores que, mezclados Para soñar en mundos que no veo
suben a lo infinito, me basta mi incansable fantasía,
ha querido formar el hombre, ansioso, y para comprender el que habitamos
de libertad el sacrosanto himno. no me bastan ni el alma ni la vista.
Notas, murmullos, huracanes, risas Sombras que ante la luz se
palabras y suspiros, desvanecen,
nada es bastante; el himno deseado pasan mis ilusiones más queridas:
siempre incompleto resonó en mi oído. rocas fijas en medio de los mares,
Mientras me lleve por el mar del mundo duran mis penas grandes e infinitas.
la nave del martirio, Yo no sé qué pensar; mi pensamiento
no espero ya escucharlo; falta un eco tiene en mi corazón extraño guía;
universal, espléndido y divino. batallo sin cesar, y amo la lucha,
Tal vez la eternidad es solamente y muero sin cesar, y aún tengo vida.
quien guarda ese sonido,
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19. COMENTARIOS:
Rafaela María de la Concepción Ana de la Santísima Trinidad de Estevarena y
Gallardo nació en Sevilla, en el número 21 de la calle Siete Revueltas, el 10 de Enero de
1854 y muere en Jaca el 10 de Septiembre de 1876. Su madre muere de cólera cuando
Concepción tiene 17 meses. Su padre, coarta su vocación de poeta, prohibiéndole
escribir versos y ella le promete obediencia; pero cuando su padre no está escribe en las
paredes, memoriza las rimas y las borra. Su poesía se encuadra en la misma línea del
romanticismo que encarnó Bécquer.
El escritor José de Velilla, a propósito de la indiferencia de la ciudad para con la poeta,
redactó el siguiente texto: “Más ¿qué importa, oh amiga mía, que tu nombre, ya
esclarecido, no figure en la “Historia de la escuela poética sevillana en los siglos XVIII y
XIX”, qué importa que Sevilla, esta ciudad ilustre, tan querida para sus hijos, como para
ellos ingrata, y olvidadiza de sus glorias, apenas guarde un leve recuerdo de tu paso?.
Siempre es mayor la gloria, aunque pequeña, alcanzada con el propio esfuerzo, que la
obtenida por medio de la interesada lisonja y de complaciente adulación: a ti sola debes
tu fama, que es hija de tus obras y merecimientos.
CARMEN VILLALTA BONITA
Asociación Cultural de Mujeres Victoria Díaz.
Coria del Río (Sevilla)
MI VIDA HA CAMBIADO
Yo, ni a soñar que me echara, me podía creer que iba a llegar donde he llegado. Mi
niñez fue muy pobre. No tenía madre ni padre. Me crié con unos tíos de mi madre que
eran muy mayores. Aunque ellos me querían me faltó todo lo que le hace falta a una
niña para ser feliz.
Desde muy chica estaba en el campo con mis “abuelos”, que era como yo los llamaba.
Siempre estaba en la era, en los melonares, y casi nunca iba al colegio porque los niños
en el campo daban mucho avio. Yo espigaba. Todavía me acuerdo de los pinchazos que
me daba en las piernas, metida en aquellos rastrojos. Las espigas de cebada se
tostaban y se hacia el café.
Con el rebusco del maíz se engordaban los cochinos; lo que se sacaba del rebusco del
trigo se cambiaba por harina; el rebusco de los garbanzos servía para los potajes de los
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20. días que no había trabajo y así íbamos saliendo. Me llevaba todo el día en los
melonares acareando los reculos para los animales.
Un día oí a mis “tíos” hablando con mi “abuelo” y decían que no encontraban cortador
para el melonar. A mí siempre me tiraba hacer cosas buenas. Era agosto. Mientras los
antes mentados dormían la siesta, le quité a mi “abuelo” la navaja y allá que va la niña
con todo el peso de el calor a cortar melones. Cuando se levantaron y vieron el desavío
que yo había hecho me dieron una paliza tridimensional: los tres me pegaron. Casi me
matan. Pero …. al atardecer vino un señor muy bien vestido (aún recuerdo el color de su
corbata) buscando dos mil kilos de melones para cargarlos en un barco y luego
mandarlos para Madrid.
El desavío fue luego casi una riqueza. Cuando mi “abuelo” y mis “tíos” vieron a aquel
señor poniendo billetes de mil pesetas encima de la mesa no se lo creían. Luego no
sabían qué hacer conmigo pero la soba no me la quitaba nadie. En premio me
compraron dos vestidos. Uno del color del cielo y otro del color del amanecer, que así
era cómo decían los colores los antiguos.
Con doce años me mandaron al almacén de las aceitunas. Como era tan chica tuvieron
que ponerme cuatro ladrillos en la silla para que alcanzara al tablón. Las mujeres
mayores sentían lastima y me ayudaban para que me hiciera el peso y no me
despidieran.
Y así fue pasando mi infancia. De “mandao” en “mandao”, de soba en soba, peleando
con mi “prima” por un pedazo de pan de ración …. y la escuela ni olerla.
El día que iba, las chiquillas me hacían la vida imposible y, como no tenía asiento para
nada, la maestra me mandaba a hacerle más “mandaos”. Para eso si que servía.
¿?Quién iba a mirar por mi si no tenía padre ni madre?. Casi sin darme cuenta me hice
mujer y me eché novio. Él no tenía hermanas y la madre estaba mal del corazón con
que más bien me necesitaban para que los cuidara. Como ya he dicho, a mi siempre me
ha tirado hacer cosas buenas por los demás, así que me casé con veinte años con un
hombre bueno y me encontré al cargo de mi marido, mi suegra, mi suegro, mi cuñado
que estaba un poco discapacitado, un tío de ellos y otro tío que yo tenía. Todos para mí.
Según me habían hecho creer yo no servía nada más que para trabajar. No se me
consideraba para nada como persona sobre todo porque era una mujer. La única mujer
en la familia. Si intentaba intervenir en las conversaciones me decían ¿y tú qué sabes?
Tú te callas. Tú a la cocina. ¿N tienes faenas qué hacer? (eso le pasaba a casi todas las
mujeres de aquellos tiempos). Todos hacían de mí lo que querían y yo …a obedecer
porque estaba convencida que era el único derecho que tenía como mujer. Así se
desenvolvía mi vida. Luego tuve tres hijos, uno de ellos malito del corazón, pero luché
por él como una jabata hasta que conseguí que un médico de prestigio me lo operara en
Madrid y me lo curara. Yo … ¿no servía para nada?.
Lo que yo pensaba de mi era lo más inferior. Ni me miraba al espejo porque me veía fea,
jorobada, inútil, incapaz de no hacer otra cosa que no fuera trabajar de día y de noche.
Un día me enteré de que habían abierto en mi pueblo un Centro Cultural para mujeres,
me armé de valor y salí de mi casa con mucho miedo pero con la ilusión de que aquello
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21. podía cambiar mi vida. ¿Alguien me daría otra oportunidad? Los primeros días no me
atrevía a entrar. Me quedaba en la puerta mirando cómo las demás hacían cosas que yo
nunca podía ni imaginar que fuera capaz de hacer. Lecto-escritura, flecos,
manualidades…!cosas preciosas!
Cada día me buscaba un pretexto para acercarme: hoy llevo una plantita para una,
mañana le llevo tres berenjenas a otra, otro día llevo cuatro tomates y un calabacín a
otra… hasta que alguien me invitó a participar en las actividades. ¿Yoooo? ¡imposible!
Si yo no sirvo para nada – intenté responder-, pero cuando me di cuenta ya estaba yo
con mi “borriquete” haciendo nudos para los flecos de un mantoncillo y deshaciendo
todos los nudos que habían atenazado mi vida hasta entonces.
Al principio me tenía que esconder de mi marido para ponerme a escribir en limpio los
dictados que me hacían o para leer en el libro que me recomendaban. Él no lo iba a
entender, seguramente se reiría de mí al ver mi letra titubeante e insegura y la cantidad
de faltas que había sacado.
Cuando empezó a ver las cosas que hacía se quedaba mirando admirado e incrédulo y
poco a poco se fue dando cuenta de que yo servía para más cosas. Todas las noches
mientras él miraba la tele yo me ponía a hacer mis deberes y como en el Centro Cultural
también nos daban charlas de muchas cosas yo se las contaba a él y poco a poco me
fui ganando su confianza.
Hoy puedo decir que mi vida ha cambiado mucho desde que me atrevía a dar el paso de
salir de aquel pozo. Tengo una opinión que aportar, y hasta doy explicaciones de
algunas cosas que salen en la tele. Por ejemplo, la otra noche habló del Código Davinci
y mi marido no sabía bien qué era aquello,
así que como a mi me los habían explicado pues yo se lo conté a él. ¡Qué feliz me sentí
viéndome escuchada, valorada y reconocida!. Hoy me siento como alguien en mi casa,
ante mi marido, mis hijos, mis nietos y hasta mis bisnietos.. y lo que es más importante:
ante mi misma. Me siento satisfecha. Ni a soñar que me hubiera puesto, hubiera yo
pensado nunca que fuera a llegar donde he llegado como persona y como mujer.
Hoy puedo decir que MI VIDA HA CAMBIADO.
Rebusco: Restos del fruto que queda en los campos después de la cosecha. No
aparece en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE).
Reculo: Sobrante de algunos frutos después de comerse. No aparece en el DRAE.
COMENTARIO
La historia personal de Carmen Villalta, expuesta en el texto, es una búsqueda de su
propia identidad a través de la libertad y de la racionalidad que le aporta el conocimiento.
El ambiente adverso y la penuria de medios hace más meritoria su trayectoria vital.
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22. LA GESTA DE LOS CABALLISTAS
MANUEL CHAVES NOGALES
Durante el día, la cárcel del Variedades era el lugar más pintoresco del mundo. El buen
aire, la compostura y el gracejo de los andaluces excluían toda sensación de tragedia.
Una verdadera nube de vendedores ambulantes de chucherías acudía a las puertas de
la prisión; los camaroneros con la cesta al brazo voceaban su mercancía por las
galerías; en un rincón canturreaba fandangos un limpiabotas comunista; un alcalde de
pueblo que había sido primero de la dictadura y luego de Martínez Barrio contaba
cuentos verdes y, en un corrillo, un empleadillo afeminado y chismoso ridiculizaba a los
jefes fascistas de Sevilla relatando episodios y chismes escabrosos de sus vidas con tal
agudeza y tan mala intención que sólo por ellos estaba en la cárcel. Un jorobadito al que
los rojos habían matado dos hermanos iba y venía en funciones de cancerbero y,
aunque estaba allí y había solicitado aquel puesto movido por un odio y un anhelo de
venganza feroces, tenía buen cuidado de no hacer nunca un ademán o un gesto que
traicionase su oculta e inextinguible saña. Los fascistas, con esa manía reformadora de
las costumbres que ataca a todos los partidarios de las dictaduras, querían imponer a
los presos una disciplina aparentosa de origen germánico, a base de duchas, gimnasia
sueca y tiesura militar. Pero se aburrían pronto al tropezar con la resistencia pasiva e
inteligente de los presos y, a fin de cuentas, les dejaban hacer lo que querían.
Canturrear, murmurar por los rincones y mordisquear camarones o patas de cangrejo.
Lo que no por naturaleza ha hecho siempre el hombre andaluz caído en cautividad o
desgracia.
Al anochecer todas aquellas sugestiones pintorescas se borraban como por
ensalmo, y aquellas gentes que durante las horas de sol se mostraban frívolas e
indiferentes a su destino se replegaban sobre sí mismas y, acurrucadas junto a los
petates, contaban angustiosamente las horas que faltaban para que amaneciese. El
conticinio era el quiebro trágico de la jornada. A esta hora el jorobadito recorría las
galerías y llamaba por sus nombres a los presos que figuraban en una lista que llevaba
en la mano. En la calle gruñían ya los motores de unos camiones. A uno de ellos eran
conducidos los presos a quienes el jorobadito requería. No eran frecuentes las rebeldías
ni los aparatosos derrumbamientos. Los hombres se dejaban llevar como el ganado.
Alguna vez, a lo sumo, se esbozaba un gran ademán trágico que se frustraba en el
congelado terror del ambiente.
¡Salud camaradas! ¡Viva la revolución social!, gritaba el que se iba.
Nadie le contestaba y el presito doblaba la cabeza y se dejaba conducir
mansamente. El camión en el que metían a los presos partía en dirección a la Alameda;
tras él iba otro con una sección de Regulares y, cerrando la marcha, un tercero cargado
de falangistas.
Cuando amanecía, todo había pasado.
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23. Conticinio: Hora de la noche, en que todo está en silencio.
COMENTARIO
Este periodista de vocación, comprometido con su tiempo, inquieto, reportero por
encima de todo, que es Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897 – Londres, 1944) retrata
con precisión de cirujano, en este cuento, La gesta de los caballistas, del que aquí se
presenta un fragmento para su lectura en la Feria del Libro ‘Sevilla 2009’, una Andalucía
polarizada de siglos que como una tormenta estalla de pronto en relámpagos de sangre
y tragedia con el comienzo de la Guerra Civil. El cuento, editado en esta ocasión por
Ignacio Martínez de Pisón en el libro Partes de Guerra (Ed. RBA), forma parte de un
corolario de historias, todas referidas a ese trágico acontecimiento.
En cuanto al fragmento en sí, que aquí se presenta, reúne, a mi modo de ver, gran parte
de los ingredientes que motivan e impulsan a Iniciativa Sevilla Abierta (ISA) para seguir
promoviendo acciones que saquen a esta ciudad del cascarón costumbrista y rancio en
el que, como una mosca atrapada en la tela de araña, cuanto más patalea, más se
enreda. Porque si de Libertad (con mayúsculas) hablamos, qué mayor invitación a
pensar en ella, a soñar a ser libres, que ese music-hall popular de la calle Trajano, el
Salón Variedades, en el que se desarrollan los hechos, que los fascistas han convertido
en prisión. Y si en Laicismo, Racionalidad, Creatividad o Cosmoplolitismo queremos
pensar (palabras que guían las acciones de ISA), basta echarle un poco de imaginación
y recrear estos párrafos que aquí leemos, para comprender que quienes allí
permanecían encerrados, muchos de ellos aguardando el sacrificio que cada día los
salvajes ritualizaban al amanecer, eran todos, todos, defensores y fieles seguidores de
estos vocablos y sus argumentos.
Así pues, creo que, como se suele decir, viene como anillo al dedo el que el periodista y
escritor Chaves Nogales regrese para estar con nosotros en este acto y recordarnos, de
paso, que el mundo es muy grande, mucho más grande que lo que se ve desde lo alto
de la Giralda, y también para decirnos que por encima de la violencia está la razón.
Siempre la razón.
JOAQUÍN MAYORDOMO
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24. POEMA DE ANTONIO MACHADO Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
Era un niño que soñaba un caballito soñado.
un caballo de cartón. Y ya no volvió a soñar.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio. Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
Con un caballito blanco y a su amada le decía:
el niño volvió a soñar; ¿Tú eres de verdad o no?
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás! Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
Apenas lo hubo cogido, el caballito soñado
el niño se despertó. y el caballo de verdad.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló! Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
Antonio Machado (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Collioure, Francia, 22 de febrero de
1939) fue un poeta español, miembro tardío de la Generación del 98, cuya obra inicial
suele inscribirse en el movimiento literario denominado Modernismo. Fue uno de los
miembros más representativos de la denominada Generación de 98, y su obra es el vivo
reflejo de esa España en decadencia cultural y política que tanto preocupó a los
intelectuales de su tiempo.
COMENTARIO
Todo existe a expensas del pensamiento propio que conformará nuestro mundo a lo
largo de la existencia.
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25. CARTAS A UN JOVEN POETA
RAINER MARÍA RILKE
París, 17 de Febrero de 1903
Su carta me ha alcanzado hace sólo pocos días. No hay cosa con la que pueda tocarse
tan escasamente una obra de arte como con palabras críticas; y lo más indecible de
todo son las obras de arte, realidades misteriosas, cuya existencia perdura junto a la
nuestra, que desaparece.
Pregunta usted si sus versos son buenos. Me lo pregunta a mí. Antes ha preguntado a
otros. Los envía usted a revistas. Los compara con otros poemas, y se intranquiliza
cuando ciertas redacciones rechazan sus intentos. Ahora bien (puesto que usted me ha
permitido aconsejarle), le ruego que abandone todo eso. Mira usted hacia fuera, y eso,
sobre todo, no debería hacerlo ahora. Nadie puede aconsejarle ni ayudarle, nadie. Hay
sólo un único medio. Entre en usted. Examine ese fundamento que usted llama escribir;
ponga a prueba si extiende sus raíces hasta el lugar más profundo de su corazón;
reconozca si se moriría usted si se le privara de escribir. Esto, sobre todo: pregúntese en
la hora más silenciosa de su noche: ¿debo escribir? Excave en sí mismo, en busca de
una respuesta profunda. Y si ésta hubiera de ser de asentimiento, si hubiera usted de
enfrentarse a esta grave pregunta con un enérgico y sencillo debo, entonces construya
su vida según esa necesidad: su vida, entrando hasta su hora más indiferente y
pequeña, debe ser un signo y testimonio de ese impulso. Entonces, aproxímese a la
naturaleza. Entonces, intente, como el primer hombre decir lo que ve y lo que
experimenta y ama y pierde.
Por eso, sálvese de los temas generales y vuélvase a los que le ofrece su propia vida
cotidiana: describa sus melancolías y deseos, los pensamientos fugaces y la fe en
alguna belleza; descríbalo con toda sinceridad interior, tranquila, humilde y use, para
expresarlo las cosas de su ambiente, las imágenes de sus sueños y los objetos de su
recuerdo.
Si su vida cotidiana le parece pobre, no se queje de ella; quéjese de usted mismo,
dígase que no es bastante poeta como para conjurar sus riquezas: pues para los
creadores no hay pobreza ni lugar pobre e indiferente. Y aunque estuviera usted en una
cárcel cuyas paredes no dejaran llegar a sus sentidos ninguno de los rumores del
mundo, ¿no seguiría teniendo siempre su infancia, esa riqueza preciosa, regia, el tesoro
de los recuerdos? Vuelva ahí su atención. Intente hacer emerger las sumergidas
sensaciones de ese ancho pasado; su personalidad se consolidará, su soledad se
ensanchará y se hará una estancia en penumbra, en que se oye pasar de largo, a lo
lejos, el estrépito de los demás. Y si de ese giro hacía dentro, de esa sumersión en el
mundo propio, brotan versos, no se le ocurrirá a usted preguntar a nadie si son buenos
versos.
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26. Tampoco hará intentos de interesar a las revistas por esos trabajos, pues verá en ellos
su amada propiedad natural, un trozo y una voz de su vida. Una obra de arte es buena
cuando brota de la necesidad. Por eso, mi distinguido amigo, no sabría darle más
consejo que éste; entrar en si mismo y examinar las profundidades de que brota su vida:
en ese manantial encontrará usted la respuesta a la pregunta de si debe crear.
Finalmente, por lo que toca a mis libros, me gustaría mucho enviarle todos los que
pudieran alegrarle de algún modo. Pero soy muy pobre, y mis libros, en cuanto
aparecen, ya no me pertenecen a mí. Yo mismo no puedo comprarlos y, como querría
muchas veces, dárselos a aquellos que les tendrían amor. Por eso le apunto en una hoja
los títulos (y editoriales) de mis libros últimamente aparecidos (de los más recientes; en
total he publicado unos doce o trece), y debo encomendarle a usted, querido amigo, que
se procure ocasionalmente alguno de ellos.
Sé que a mis libros les gusta estar con usted.
Adiós.
Suyo
Rainer Maria Rilke.
René Karl Wilhelm Johann Josef Maria Rilke nació en Praga. Su padre, Josef Rilke
fue un militar ferroviario con muchos problemas de salud. Su madre, Sophie (quot;Phiaquot;)
Entz (1851-1931), procedía de una familia de industriales de Praga. El matrimonio se
deshizo en 1884. La relación entre la madre y su único hijo fue problemática, ya que
Sophie no había podido superar la temprana muerte de su primogénita y obligó a René
(en francés, quot;renacidoquot;) a vestirse de niña hasta que cumplió cinco años.
En 1895 y 1896 estudió literatura, historia del arte y filosofía en Praga y luego en
Múnich. Tras abandonar Praga, Rilke cambió su primer nombre de René a Rainer, tal
vez para expresar su disgusto hacia su familia.
Su primer libro de poemas, Vida y canciones (Leben und Lieder), muy influido por la
poesía de Heinrich Heine, se publicó en 1894. En los años siguientes dio a la imprenta
otras obras: Ofrenda a los lares (Larenopfer), en 1895; y Coronado de sueños
(Traumgekrönt), en 1896
COMENTARIO:
Esta carta es un canto a la creatividad como elemento esencial del ser humano y a su
fuerza transformadora para convertir lo banal en belleza. Rilke humaniza los libros,
imaginándoles sentimientos y velando por su goce y protección., presentándolos como
un amigo.
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27. ALEJANDRA VANESSA
INTERFERENCIAS
somos of fools tú ríete que...
agua yo quiero ollerías cuatro cibido
agua agua ya tengo ... no me acuerdo
agua que te la he apunta esas gilipo
llevado yo gra lleces una fresita
cias alejandra tía venga un durito ¿tendré
tía chain chain cha almorranas? como la reina
in chain of fools madre inglesa está frío es
que atastá tengo la to i can mention all the woman
nariz pos pásame y so por dentro dale alonya
plamescribe la mano sola te al on ya ya ¿quieres
and everytime... chain papel albal? ¿quieres
la prometo ni papeaya? ¿quieres
te la prometo te papear ya?
la porelculo
meto tía que tontas (De Colegio de monjas)
Alejandra Vanesa nació en Córdoba en 1981. Es licenciada en Filología Hispánica. Ha
publicado los poemarios Colegio de monjas (mención especial del Premio Andalucía
Joven 2004) y El hombre del saco (El Gaviero, 2006). Ha recibido varios premios por sus
relatos infantiles e imparte talleres literarios, Es una de las coordinadoras de las
actividades de agitación cultural de La Bella Varsovia.
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28. MEMORIA DE CENIZAS
EVA DÍAZ PÉREZ
Muchas veces se había preguntado cómo olía la plata, el metal frío en el que se
reflejaban aún los paisajes de ultramar y el fondo de los océanos. Aquel metal que era
capaz de provocar tantas locuras y que convertía a la ciudad de Sevilla, nada más llegar
a la Sala del Azogue de las Atarazanas, en la más poderosa de las urbes de su tiempo.
La más rica, la más orgullosa, la más envidiada y también la más pecadora. Bien lo
sabía Constantino Ponce de la Fuente que conocía casos de avaricia, de fraudes, de
hurtos, de negocios sucios y de picaresca por las razones del arrepentimiento en
confesión. ¿Cómo podía provocar tantos males algo que era tan hermoso? Si la plata
transformaba a Sevilla en la ciudad de las riquezas, también la mudaba en lugar
demoníaco, donde se citaban en un siniestro juego los tahúres del infierno. La plata que
traía, es verdad, el aroma de los mares, era la causa de los grandes pecados, porque si
había algo que provocase la idolatría de aquella infame ciudad era aquel metal precioso.
Ante el cortejo de las riquezas, a su llegada en los navíos de las Indias, nada había que
pudiera compararse, ni el Corpus, ni las procesiones de la semana de Pasión, ni los
fastuosos santos de los altares, ni los artificiosos rezos de sus habitantes. Porque el
verdadero Dios de la ciudad era la plata. Y pensaba el canónigo que todas las riquezas
no traerían nada bueno a Sevilla, porque si por ella entraban, por ella se perdían sin que
quedara nada en sus bolsillos, que parecía que todos los lingotes se los tragara la tierra,
que en eso se confirmaba que la ciudad estaba conectada directamente con los abismos
del infierno. Porque, ¿adónde iban a parar si no?
En esto pensaba el doctor Constantino Ponce de la Fuente mientras se dirigía desde
Triana a la Catedral donde ejercía como canónigo magistral desde hacía poco. Al llegar
al Puente de las Barcas, que había sido reparado tras el destrozo provocado por la
reciente riada, y antes de llegar a la Puerta de Triana por la que se entraba en la ciudad
vio cómo arribaban, con el inconfundible olor de las Indias, orgullosos navíos que eran
recibidos con grandes salvas y cañonazos desde la Torre del Oro que parecía que el sol
le hería de luz dorada las piedras para ponerla más galana.
(…) Mientras atravesaba las calles del arrabal de Triana, donde los alfareros y
ceramistas habían dejado su labor para contemplar la gran algarabía y el bullicio de la
llegada de los navíos, Constantino meditaba sobre sus escrituras, pues se había
quedado en un capítulo fundamental en el que hablaba de la falsedad de las reliquias.
Un capítulo en el que había expuesto con sutil ironía algunas de las contradicciones de
la Iglesia católica, obsesionada con pecados de simonía.
Estaba satisfecho de su decisión de continuar con el trato de los libros prohibidos,
ventana a los nuevos pensamientos. Y al contemplar la llegada fastuosa de los
galeones, con aquel aire de cosmógrafos, de cartas de marear y almanaques lunares,
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29. de astrolabios y ballestillas, de centro del mundo donde nacían de las piedras los
cómitres y almirantes, el canónigo confirmaba que aquella tierra no podía dar la espalda
al saber. Para algo la ciudad era la principal impresora en libros de ciencias, de esas
ciencias de la mar, de esos secretos del océano que se había convertido en un lago de
plata. ¿Cómo, después de eso, se podía volver a las épocas oscuras?.
Azogue: Plaza de algún pueblo, donde se tiene el trato y comercio público.
Simonía: Compra o venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos y
sacramentales, o temporales inseparablemente anejas a las espirituales, como las
prebendas y beneficios eclesiásticos.
Cómitre: Capitán de mar bajo las órdenes del almirante y a cuyo mando estaba la gente
de su navío.
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