2. MIÉRCOLES 4 DE ABRIL DE 2012
La ruta critica en el trabajo con las Tics.
En el mes de marzo circularon por la Red los resultados de dos trabajos de investigación
sobre el empleo de computadoras por estudiantes y profesores. Ambos originados en
puntos bien diferentes de la geografía mundial demuestran que hay una diferencia
sustancial entre lo que se pensó y la realidad.
En el primer caso se señala que es muy pobre el empleo que profesores y estudiantes de
primaria y secundaria hacen de las casi dos millones de netbooks entregadas. Sin
embargo se explica en dichos comentarios que una buena parte de los profesores y
estudiantes la emplean en sus casas. Según dicho estudio la mayoría de los docentes se
sienten capaces de emplear la computadora y buscar información en Internet, pero dichas
habilidades no se trasladan a las aulas.
En el caso de España, los datos no son claros, con opiniones bien diversas, pero se
destaca que al menos seis de cada diez profesores emplean las computadoras en clases.
Lo que no pudimos encontrar es el cómo la emplean, aunque se señala que el 45 % de
los que no la usan es por falta de capacitación
El esfuerzo realizado es grande y aunque no rinde los frutos deseados no se puede decir
que las iniciativas sean un fracaso.
Ruta crítica, es más un algoritmo de trabajo necesario para el empleo de las Tics, a las
que me permitiré llamar medios del proceso pedagógico que permiten la construcción del
conocimiento y el desarrollo de habilidades, hábitos y valores en los estudiantes.
El trabajo con los medios tiene un fuerte componente didáctico, no se deben seleccionar
por pasión o por gusto personal, o incluso por manejarlo mejor que otro. En cualquiera de
esos casos la selección del medio no responde a un criterio pedagógico, sino individual.
En esto radican los problemas que observamos.
Cómo emplear esos dispositivos en relación con los componentes didácticos de la clase,
es la tarea más compleja.
La ruta crítica tiene tres grandes nodos que siguen un orden lógico, el primero es la
selección adecuada del medio, le sigue el diseño y su elaboración o en los casos de
contar con su existencia recurrimos a su evaluación y por último el empleo y evaluación
del medio diseñado. No existe contradicción entre los dos momentos de evaluación
citados. En el primero corresponde a los medios que el profesor no elabora, como es el
caso de un video, un libro de texto, una maqueta, una película, o cualquier otro medio,
donde se valora sí es adecuado o no para la clase, pero tomando en cuenta los criterios
iniciales de la selección.
En el segundo caso de la evaluación me refiero al medio elaborado directamente por el
profesor y que debe ser valorado en el momento de su empleo con los estudiantes. En
este momento se pueden tomar acciones como las de rediseñar el medio, mantenerlo
igual o desecharlo en el peor de los casos.
3. Tecnología
06 de July de 2011 - 11:06 am
Enseñar a enseñar con las TIC
Queridos lectores:
Mi reto principal fue generar conciencia de las oportunidades que se tienen con el uso
pedagógico de las TIC y progresivamente vamos avanzando hacia otros retos como
experimentar su uso y apropiación, para la generación de aprendizajes significativos en
las distintas áreas del saber con los estudiantes, esta debe ser la motivación principal
para que un profesor se arriesgue a dar el salto y salga de su salón corriente a otro que
mediado con las TIC permita potenciar otras formas de aprender, sabiendo que con el
uso de recursos audiovisuales se puede lograr mantener al estudiante cautivo en el
camino del conocimiento.
Nuestros docentes se sienten temerosos al enfrentarse a un computador y todos los
recursos que proporciona ya sea porque los trae incorporados o porque accedamos a
ellos a través de Internet y este temor crece cuando citamos una frase del argot
popular “la juventud de hoy día viene con el chip incorporado” y esto es innegable, pues
estos jóvenes nacieron en una era de la información y llena de posibilidades de acceso
a la tecnología.
Pensar igualar las habilidades tecnológicas de
nuestros estudiantes muchas veces es difícil,
desgastarse en superarlos me parece una labor
inútil, pero ver cómo podemos enriquecer su
formación con otras formas de vivir la tecnología
creo que es el mensaje que debemos transmitir
quienes enseñamos a enseñar con las TIC.
Poco a poco vamos sensibilizando y mostrando
cómo podemos cambiar la forma en que se puede
enseñar, al empezar vi muchas caras de
prevención porque incorporar nuevos paradigmas
es complicado, más cuando me encuentro muchas
veces con docentes casi a punto de retirarse, ya
entrados en años y con la vieja escuela
incorporada, pero cuando toman el riesgo y llevan
a sus estudiantes a las salas de tecnología y ven comportamientos positivos como la
motivación sienten el interés de saber y aprender conceptos nuevos.
No todos ven las ventajas de las TIC, pero seguimos intentando descubrir cuál es el
factor motivacional que puede llevar a tener cambios generalizados.
4. La idea es seguir descubriendo los usos que podemos darle a todas estas herramientas
web 2.0 que tenemos disponible hoy día, a la infraestructura tecnológica de los colegios,
adaptarlo a realidades locales y así poder transmitirlo a nuestros docentes que son
quienes tienen esa inmensa responsabilidad de preparar a los jóvenes para la vida y la
construcción de sociedad.
Imagen tomada de Getty Images.
Roberto Carlos Rubio
Asesor educativo
Convenio Fundación Telefónica - Corporación Colombia Digital
robertorubio@colombiadigital.net
www.colombiadigital.net
5. Mentiras y fantasías de la capacitación docente en
TIC
Por Hugo M. Castellano
Jefe de Redacción
Sábado 16 de Abril de 2011 02:46
Cuando el ex presidente de los EEUU Bill Clinton visitó la Argentina en 2001, en ocasión
de inaugurarse el portal educ.ar, hizo uno de los comentarios más desopilantes de la
historia de la incorporación de tecnologías a la educación. Dijo Clinton a sus huéspedes:
"Uno de sus éxitos es que capacitan primero a los maestros antes de conectar a todas las
escuelas. Ustedes lo hacen mejor. Tendríamos que haberlo hecho así".
Algún alcahuete le había soplado al oído una de las habituales ensoñaciones de los
políticos locales como si se tratase de un hecho consumado, y Clinton descerrajó la
observación de marras frente a una audiencia que había pagado mil dólares per capita sin
saber que el ticket incluiría el privilegio de ver a un ex presidente norteamericano haciendo
el ridículo.
Es que por aquel entonces ministros, secretarios de Estado y funcionarios de todo rango
prometían la capacitación de cientos de miles de docentes en plazos perentorios, y la
conexión de todas las escuelas nacionales en menos que canta un gallo.
Una extensa nota del prestigioso periódico La Nación titulada "El sueño de la
conectividad global", resumía las múltiples y variadas promesas de los burócratas de
turno, incluída las del gobierno de la ciudad de Buenos Aires para conectar a 50 mil
docentes.
Al cabo, como cualquier educador argentino sabe, el fait accompli que los aduladores del
oficialismo le presentaron a Clinton era una burda mentira, producto de la afiebrada
fantasía de los funcionarios y una pieza más del siempre torpe propagandismo político.
Nunca se capacitaron 400 mil docentes, ni la mitad, ni la mitad de la mitad, ni la décima
parte mediante programas gubernamentales, en 2001 y en toda la década que le siguió.
Cálculos extraoficiales fijan la cifra real en unos pocos miles de "capacitados", y en cuanto
a escuelas conectadas, mejor ni hablar.
Como si fuera poco pretender que entrenando a unos pocos cientos de docentes por año
se puede generar la masa crítica que arrastre al resto hacia la sublime transformación
deseada, la capacitación docente en el uso de nuevas tecnologías, tal como la vienen
proponiendo los proyectos oficiales desde el principio, también vulnera los más
elementales principios de la pedagogía.
Veamos: operar una computadora es una tarea eminentemente práctica, y por ende el
mejor modo de aprender es practicando, actividad que ya es rara en los cursos de
capacitación, y se vuelve casi una imposibilidad en la escuela, donde los maestros no
disponen de horas libres rentadas para profundizar sus conocimientos, y si consiguen
algunas como dádiva, son de común insuficientes.
Además, operar una computadora es apenas el primer paso hacia su aprovechamiento
pedagógico. Lo importante para un maestro es cómo enseñar con recursos informáticos, y
la ansiedad de los capacitadores por avanzar hacia esta problemática provoca, casi
siempre, que se sobrevuele apresuradamente el conocimiento operativo, sin el cual
6. ninguna actividad pedagógica será posible o, cuando menos, sencilla.
En efecto, una mala capacitación técnica de base produce un docente inseguro, que
difícilmente llegue a sentirse cómodo al adentrarse en las complejidades de la didáctica
informatizada, y que naturalmente tratará de escapar al inevitable enfrentamiento con
alumnos que, aunque no necesariamente sean "usuarios expertos" en un sentido cabal,
se sienten como peces en el agua frente a un teclado y confían ciegamente en ellos
mismos, incluso en ausencia de todo fundamento.
Otro aspecto donde fallan seriamente los programas oficiales de capacitación en el uso de
TIC es en la evaluación de los aprendizajes. Por lo general, se los evalúa a través de un
"trabajo práctico" que es calificado positivamente no importa cuán horrible haya sido el
resultado. Aunque tampoco es crucial que haya habido un resultado, porque todos saben
que los maestros tienen poco tiempo libre y puede disculpárselos si al final de un curso
entregan "lo que tengo hasta ahora".
En tales circunstancias, la conciencia de los tutores parece aliviarse aplicando el recurso
de acompañar la inevitable felicitación final con algunas recomendaciones "críticas" en
una vena cordial, "para que la próxima vez te salga mejor". Lo cierto es que pocas veces
hay una próxima vez, o en todo caso nadie lo sabe, porque tampoco se hace un
seguimiento de esos docentes que el sistema registra automática y generosamente como
"capacitados".
Llegados a este punto es imposible no pensar qué sería de nosotros si los cirujanos y los
ingenieros, por citar dos profesiones donde la ignorancia y la ineptitud suelen tener
gravísimas consecuencias, fuesen capacitados con la misma tolerancia con que se
capacita a los educadores. ¿Será que nuestra labor es secundaria, poco relevante, falta
de importancia?
Una estrategia particularmente curiosa de la capacitación docente en TIC es la de
"entrenar entrenadores", presumiendo que el conocimiento se propagará en progresión
geométrica al pasar de un maestro a dos, de dos a cuatro, y así sucesivamente. El que se
venga intentando esto desde hace décadas sin resultados observables parece dejar
indiferentes a sus promotores.
Por último, cuando algún burócrata se empecina en averiguar si la capacitación fue eficaz,
se recurre a la fantochada de un cuestionario de "satisfacción del cliente", compendio de
ambigüedad y subjetivismo del que finalmente sólo se atiende a los comentarios positivos,
bajo la presunción de que cualquier crítica o queja tiene motivaciones políticas o es
producto de la "resistencia al cambio".
Estas y otras tantas aberraciones están a la orden del día en la capacitación docente
sobre el uso de nuevas tecnologías, y los resultados están a la vista: tras décadas de
anuncios y promesas la escuela no se transforma. y los esfuerzos por acercar lo mejor de
la tecnología al salón de clases apenas si se traducen en unos pocos y efímeros
proyectos de aula, superficiales e inconducentes, que los burócratas se encargan de
amplificar a niveles ensordecedores amparados en la ignorancia y el desinterés social.
Sin embargo, tras la breve y banal algarabía que los medios reproducen por desidia e
ignorancia, se impone el silencio: el sordo, y sórdido, vacío total de la incompetencia.
Hoy, con el modelo 1 a 1 afianzándose en el país y en la región para resolver al menos la
cuestión elemental del equipamiento, es vital que aprendamos de la experiencia para