2. Las Obras de Gandhi
se centran en
Amor entre todos los
Religiosidad
hombres
3. Política de la No-Violencia
La verdad es Dios
El alimento del alma
Palabras para la Paz
Mi vida es mi mensaje
4. Gandhi comenzó a enfrentarse a la
autoridad colonialista negándose a
reconocer el censo impuesto por la corona
inglesa a los hindúes. Esta resistencia civil
no-violenta -aatyagraha- con el tiempo
fue decisiva para conseguir la liberación
nacional de la India
5. En mi oración busqué y encontré la reveladora
máxima de que «La Verdad es Dios», en lugar de la
habitual «Dios es Verdad». En este libro aparecen los
aspectos más destacados de esa experiencia: la
búsqueda de Dios, la existencia de Dios, la voz de
Dios, el camino de la no violencia, la oración como
esencia de la religión, el valor del silencio, la
belleza de la verdad... y otros muchos, que se
resumen en una expresión que Gandhi repetía con
frecuencia: "Mi fe viva en un Dios vivo".
6. «Si damos alimento al cuerpo, que es perecedero,
entonces, sin duda, nuestro deber principal es dar
alimento al alma, que es imperecedera; y este sustento se
encuentra en la oración». En la tormentosa vida de
Gandhi, la oración fue la única tabla de salvación.
7. Las palabras de Mahatma Gandhi son un luminoso testimonio de
no violencia y de paz. En ellas se revela la verdad del ser en una
dimensión e intensidad que pocos seres humanos han alcanzado.
No cabe separación alguna entre la paz interior y la exterior.
Ambas son una sola cosa, y para Gandhi una vida sin violencia es
tan santa como la verdad. Ahora bien, para seguir el camino de
la no violencia se requiere un valor inaudito: el valor del
Mahatma, el «alma grande».
8. Pocos meses antes de ser asesinado, pidieron al Mahatma
Gandhi que resumiera su mensaje para el mundo. Durante
años, Gandhi pasó un día la semana en silencio, sin que
importara cuántas personas habían acudido para encontrarse
con él. El día que le hicieron aquella pregunta era una de esas
"jornadas de silencio", de modo que tomó un lapicero, escribió
unas palabras y entregó el papel en el que había escrito: «Mi
vida es mi mensaje»