1. Universidad de Los Andes
Mérida - Venezuela
Lic. Naive Angulo
KANT. CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
ESTÉTICA TRANSCENDENTAL Y ANALÍTICA TRANSCENDENTAL
Prefacio de la Primera Edición
Kant Plantea en el prefacio de esta edición un análisis
epistemológico investigando los principios y reglas que fundamentan el
conocimiento y teniendo como principal objeto de estudio la naturaleza de
la ciencia, la razón. Discute las cuestiones a las cuales se enfrenta la razón,
las cuales sobrepasa los limites de toda experiencia, como el conocimiento
referente a Dios, al alma y al mundo, cuestiones que son tratadas a través
de la metafísica. Propone un nuevo método que salve a la metafísica de la
decadencia fruto del dogmatismo, contradicciones y ataques de los
escépticos, para intentar elevarla al rango de ciencia.
El autor pretende formular juicios para verificar la certeza y claridad
del conocimiento y así construir los principios que lleven a una verdadera
metafísica, refiriéndose a este tribunal como la “Critica de la Razón Pura”.
Hace una crítica a la facultad de la razón en general, en
correspondencia con los conocimientos que puede obtener prescindiendo
de las experiencias, no es una crítica al sistema o a los libros. Kant estudia
el pensar puro y la razón misma, haciendo uso de su lógica común para
enumerar total y sistemáticamente todos los actos de la razón. Además
afirma que no hay una sola cuestión metafísica que no haya resuelto, o da
al menos la clave de su resolución.
2. Este filósofo indaga la facultad del entendimiento, determinando las
reglas y los límites de su empleo en la Analítica Trascendental, donde
estudia los objetos del entendimiento puro en dos partes: a través del
valor objetivo de su concepto a priori y a través de una visión subjetiva de
las facultades de conocer. Aquí Plantea ¿Qué y cuánto puede conocer el
entendimiento y la razón con independencia de toda experiencia?
Presenta su método a través de la claridad discursiva (los
conceptos) y la claridad intuitiva (las intuiciones), en las cuales fundamenta
su Critica de la Razón, para determinar el principio común de lo que él titula
Metafísica de la Naturaleza. Aquí expone tanto los conocimientos extraídos
sintéticamente a partir de principios, como también los derivados desde
ellos. Son los principios de este sistema los que por dicha Crítica han de ser
completamente mostrados y, además, demostrados.
Prefacio de la Segunda Edición
En esta edición Kant extiende las ideas del primer prefacio. El objeto
de estudio de su filosofía radica en la naturaleza de la ciencia. Indaga sobre
el camino que se debe seguir para llegar al conocimiento.
Muestra que la lógica es un camino seguro para llegar a la ciencia,
gracias a que expone y demuestra las reglas formales del pensar, permite
la abstracción de los objetos del conocimiento y sus diferencias. En
contraposición la razón es un camino más difícil para llegar a ella, es
necesario que algo sea conocido a priori. Lo conocido se relaciona con el
objeto de dos maneras: a través de un conocimiento teórico de la razón
(que determina el objeto y su concepto) y de un conocimiento práctico
(que lo convierte en realidad). La parte pura del conocimiento, que es
aquella en la cual se determina el objeto a priori, se debe estudiar antes y
3. por separado, de manera que no se mezcle con lo que otras fuentes
aporten.
Kant muestra la matemática y la física como conocimientos teóricos
de la razón, que determinan a priori sus objetos a través de otras fuentes
de conocimiento. Lo que es característico del proceder de estas disciplinas
es que hay que acudir a la Naturaleza con experimentos anteriores, con un
plan previo que contenga las condiciones conceptuales que previamente se
hayan establecido.
Según el autor, La metafísica en cambio no logra entrar en la
camino de la ciencia debido a que se basa solo en conceptos prescindiendo
de la experiencia, por ello propone un cambio fundamental basado en el
pensamiento de Copérnico donde el conocimiento dependa de las
cualidades del sujeto que conoce y no del objeto.
Menciona que en la metafísica la intuición relacionada con los
objetos debe reglarse por la naturaleza de nuestra facultad intuitiva, es
decir por nuestros conocimientos y así se podrá saber algo de ella a priori.
La intuición sensible, es el conocimiento sensible entendido como la
percepción directa e inmediata de los objetos del mundo. Admite dos
supuestos: si los conceptos se rigen por el objeto, no puedo saber de él
algo a priori; si los objetos se rigen por los conceptos, los conocemos a
priori. Nos habla de Intuición Pura para referirse a la parte de la intuición
sensible que es dada antes de toda experiencia (a priori), esto es, el espacio
y el tiempo.
La reflexión de Kant sugiere que el objeto de toda experiencia
resulta de una síntesis de lo diverso lograda por la facultad del
entendimiento, en otras palabras, aquello de que se ocupan nuestras
representaciones, nuestros conocimientos, son el resultado de síntesis
4. efectuadas por las reglas o esquemas lógicos del entendimiento, productor
de los conceptos.
Concluye distinguiendo entre el uso teórico de la razón y el uso
práctico. El uso teórico de la razón es la razón orientada al conocimiento,
nos permite determinar qué es lo que podemos conocer; el uso teórico de
la razón tiene en Kant un sentido crítico ya que la razón analiza hasta dónde
puede llegar nuestro conocimiento y cuál es su límite. El uso práctico de la
razón consiste en trata de establecer, no ya qué puedo conocer sino qué
debo hacer. Kant, considera que también debe ser la razón quién
establezca los principios de nuestra conducta. Debe ser la razón quién
oriente toda la vida del ser humano (tanto en el conocimiento como en la
conducta). Kant afirma que la crítica es necesaria para una nueva
formulación de la metafísica, que como ciencia debe fundamentarse en
forma dogmática y sistemática. Postula que la ciencia debe seguirse en
base a principios, determinación de conceptos, demostraciones rigurosas y
evitar deducciones con “saltos atrevidos”.
I. De la distinción del conocimiento puro de lo empírico
Kant argumenta como base de su filosofía la experiencia como el
comienzo del conocimiento, más todo conocimiento no precede de la
experiencia. Distingue dos tipos de conocimientos: el conocimiento a priori
que son absolutamente independientes de la experiencia y el conocimiento
empírico, donde las fuentes de este último son a posteriori y parten de la
experiencia. Aunque el conocimiento sea a priori y no es tomado
directamente de la experiencia, sino que procede de reglas generales, no
advertimos que esas reglas se derivan también de la misma experiencia.
5. II. Nos hallamos en posesión de ciertos conocimientos “a
priori” y el mismo sentido común no carece siempre de ellos.
El autor fundamenta la distinción de dos criterios: el conocimiento puro
y el empírico.
Un juicio a priori (conocimiento puro) es pensando con carácter de
necesidad, además no es derivada y es validada por sí misma. Da juicios
con una universalidad verdadera y estricta, donde no se acepta
excepción alguna, esta universalidad lleva a una fuente especial del
conocimiento, a la capacidad facultativa de conocer a priori.
En cambio la experiencia (conocimiento empírico) no da nunca
juicios con una universalidad verdadera y estricta, sino como una
generalidad supuesta y comparativa a través de la inducción. Kant
presenta la universalidad empírica como una extensión arbitraria de
valor limitada. Cualquiera de estos dos criterios es infalible por sí solo.
Los juicios puros a priori, encierran el concepto de causa , el
concepto de necesidad del enlace con un efecto y de universalidad
estricta de la regla. También, se muestra lo indispensable que son éstos
para la posibilidad de la experiencia misma y por tanto exponerlos a
priori, pues ¿de dónde iba a sacar la experiencia su certeza si todas las
reglas, por las cuales progresa, fueran empíricas y por ende
contingentes?, pero no sólo en juicios, sino también en conceptos que
en muchos casos tienen un origen a priori. Así pues, la necesidad
conque se impone el concepto, tiene un lugar en la facultad de conocer
a priori.
III. La filosofía necesita una ciencia que determina la
posibilidad, los principios y la extensión de todos los conocimientos a
“priori”
6. En este inciso el autor comenta que ciertos conocimientos
abandonan el campo de todas las experiencias posibles, mediante
conceptos para los cuales no puede ser dado en la experiencia ningún
objeto correspondiente, amplificando la extensión del juicio por encima
de todos los límites de la experiencia. Estos conocimientos, son los que
nos llevan a las investigaciones de nuestra razón, siendo consideradas
como más superiores y sublimes, en su última intención, que todo lo
que el entendimiento puede aprender en el campo de los fenómenos.
Problemas inevitables de la razón pura son Dios, la libertad y la
inmortalidad. La ciencia, cuyo último propósito, es propiamente la
solución de esos problemas, se llama metafísica.
Una parte de esos conocimientos, los matemáticos, goza de certeza
y da de ese modo una esperanza favorable para los otros, aunque éstos
sean de una naturaleza totalmente distinta. Además, cuando se ha
salido del círculo de la experiencia, hay seguridad de que la experiencia
no nos contradice. La matemática nos da un brillante ejemplo de cuán
lejos podemos ir en el conocimiento a priori, independientemente de la
experiencia.
Más lo que nos libra de todo cuidado y de toda sospecha durante la
construcción del conocimiento y nos promete una aparente solidez es
quizá la mayor parte de la labor de nuestra razón, consiste en el análisis
de los conceptos que ya se tiene de los objetos. Ese proceder da un
verdadero conocimiento a priori, que tiene un progreso seguro y útil. La
razón sin notarlo ella misma, añade informaciones a priori de una
naturaleza completamente distinta y extraña al concepto dado, sin que
se sepa como se ha logrado y sin dejar que venga ni siquiera a la mente
semejante pregunta.
7. IV. Diferencia entre el juicio analítico y el sintético
El filósofo de la obra concibe los juicios afirmativos como la relación
entre un sujeto y un predicado a través de dos casos: un juicio analítico
(juicios explicativos) y un juicio sintético (juicio extensivos).
En un juicio analítico el significado del concepto predicado está incluido
en el significado del concepto sujeto. Estos juicios son explicativos pero no
extensivos, no añaden un conocimiento nuevo al que ya teníamos en el
concepto sujeto, sino que aclara el concepto. Kant dice que en la idea de
que todo suceso tiene una causa percibimos la conexión necesaria entre
causa y efecto, y además percibimos esta regla como universal y verdadera
(el criterio de la verdad es la universalidad y la necesidad)
En los juicios sintéticos el significado del concepto predicado no está
incluido en el significado del concepto sujeto, por lo que estos juicios
añaden información al campo del conocimiento, son extensivos. En el
concepto de algo que sucede, dice Kant, no se encuentra nada relativo a la
causa que lo ha producido. Los juicios sintéticos tienen su fundamento en la
experiencia, son particulares y contingentes.
En el concepto de algo que sucede Kant intuye un nueva idea de
cómo atribuir a lo que sucede algo que le es completamente extraño
definiendo a sí los juicios sintéticos a priori. En este juicio el predicado
amplía el contenido del sujeto, esta ampliación no depende de la
experiencia. Según Kant si la experiencia no es capaz de proporcionar a los
8. juicios su universalidad y necesidad, estas solo pueden proceder del sujeto,
de la razón. La razón no posee ideas a priori, pero si facultades o
capacidades.
V. En todas las ciencias teóricas de la razón se hallan
contenidos, como principios, juicios sintéticos a priori.
El autor muestra como la matemática, La física y la metafísica
contienen juicios sintéticos a priori. En estas áreas se hace presente a
través de sus proposiciones el principio de contradicción, la necesidad y
la intuición inmersos en la concepción de su conocimiento.
VI. Problema general de la razón pura
Kant presenta la cuestión de la razón pura a través de la explicación
de cómo son posibles los juicios sintéticos a priori, plantea cómo llega la
razón a formularos, lo que supone cómo llega la razón a ser consciente de
lo que conoce. Indicando que ningún intento anterior de la metafísica ha
conseguido plantear una división de los juicios como la que él propone y
considera fundamental.
Crítica la filosofía de Hume, por plantear erróneamente el
problema de la necesidad del principio de causalidad. Señalando que lo
que para Hume es un mero hábito, en realidad es una forma necesaria bajo
la cual se dan los fenómenos al entendimiento, es decir, una categoría
constitutiva del modo de funcionamiento de la razón pura. Este hecho le
confiere el carácter a priori que Hume le negaba. Kant insiste en que el no
avance de la metafísica conduce a los hombres a dudar de su posibilidad,
debido a su tendencia de especulación, propone así una metafísica
9. trascendental que modere y fundamente estos impulsos, donde los juicios
acerca de cuestiones como el origen del mundo, la eternidad, etc., sean
posibles, y donde se investigue no sus contenidos, sino la capacidad o
incapacidad de la razón para determinarlos.
Kant crítica a los dogmáticos, señalándolos a través de sus
argumentos especulativos como escépticos. Empero, propone una critica
de razón, es decir, si se expone los principios a priori sobre los que ésta
determina sus objetos, se dará base a una Filosofía Crítica que nos lleve a la
ciencia y provea facultades o capacidades de la razón para conocer y
determinar todo objeto.
Por último, el filósofo declara inservibles todas las metafísicas
desarrolladas por los filósofos anteriores, pues, confunden el origen y la
fundamentación de los conceptos metafísicos, cayendo en un conjunto de
enunciados analíticos en los que no existe ampliación alguna de
conocimiento. Aún así sugiere que puede depurarse toda metafísica
desarrollada, pero jamás eliminar la metafísica, pues es ciencia
indispensable para la razón humana, en la medida en que es expresión
también de su modo de funcionamiento.
VII. Idea y división de una ciencia particular bajo el nombre de Crítica
de la razón pura
Kant declara en este apartado las bases de una ciencia particular
llamada la “Critica de a Razón Pura” como el conjunto de todos los
principios según los cuales pueden ser adquiridos y establecidos los
conocimientos sintéticos a priori como preparación para el desarrollo
de la verdadera metafísica.
10. Propone un filosofía de tipo esclarecedor, que el denomina Filosofía
Trascendental, puesto que no se ocupa de este o aquel conocimiento, sino
de las condiciones a priori de todo conocimiento. Por esta razón, desarrolla
una especie de metaconocimiento o metaepistemología. Y también está
aquí la explicación de por qué concibe su tarea como clarificadora: al
determinar las condiciones del conocimiento a priori establecemos también
los límites entre aquello a lo que puede aspirar legítimamente nuestra
razón y a lo que no.
Señala que la tarea de su Crítica es posible, en cuanto no se trata de
buscar en el exterior (mundo) para determinar todos y cada uno de los
conceptos a priori que constituyen el conocimiento puro, sino, por el
contrario, mirar hacia el interior (el entendimiento que juzga, el sujeto), a
fin de establecer los principios con los que este trabaja, y ni siquiera todos,
sino simplemente aquellos importantes en relación con los conocimientos
a priori. Por tanto, la tarea es perfectamente realizable.
Implanta aquí la relación entre los conceptos de Crítica y de
Trascendentalismo. Generaliza la crítica como el camino que conduce al
sujeto hacia la filosofía trascendental. Lo trascendental caracteriza a la
filosofía kantiana en sí. Lo crítico caracteriza el proceso de fundamentación
de los principios a priori del conocimiento.
La filosofía de Kant superaría las limitaciones del racionalismo y del
empirismo, manteniendo intactos sus puntos fuertes: la verdad necesaria y
universal, propia de los juicios analíticos, y la ampliación del conocimiento
propia de los juicios sintéticos.