Los caprichos de la locura

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LOS CAPRICHOS DE LA
LOCURA
AUTOR: AMERICO
Derechos reservados
Derechos de autor México, D. F..
11 de Enero 2015
Número de Registro: 03-2015-021110154100-01
www.librosamerico.com

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ÍNDICE
PÁGINA
INTRODUCCIÓN 04
EL POEMA, LA SEXUALIDAD PASIVA Y LA LOCURA 05
EL YO, EL OTRO Y LOS DEMÁS 12
LA GUERRA CONYUGAL 14
TRABAJO REAL Y SER NIÑOS CONSCIENTES 16
DESTINO Y LIBRE ALBEDRIO 18
LAS LEYES DE LA NATURALEZA Y LAS LEYES DE LA VIDA 19
AMAR Y EXISTIR PARA QUE EL OTRO TENGA VIDA PROPIA 20
REALIDAD SUPERIOR, LAS LEYES JURÍDICAS Y SU JUSTICIA 21
HORNO DE MICROONDAS Y ACELERADOR DE PARTÍCULAS 22
EL ROSTRO FALSO Y EL VERDADERO DE DANTE. BEATRIZ COMO ETERNO FEMENINO
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LOS MAESTROS REALES Y SACERDOTISAS CON SUS DEFECTOS HUMANOS
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LA FALIBILIDAD Y UTILIDAD DE LAS RELIGIONES 29
LAS TRAMPAS DEL FANATISMO 30
SABER DEL MAL 31
LA MUJER ESTA LOCA POR NATURALEZA 32
FANTASMAS O LOCURA 35
LOS NIÑOS AMAN A DIOS NATURALMENTE
LA MADRUGADA Y EL CREPÚSCULO EN EL CAMINO 37
HOMBRE Y MUJER EN EL ETERNO PRESENTE Y DIOS COMO OBRA INÉDITA
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LIBERTAD Y OPRESIÓN 40
LA MENTIRA, EL MAL Y EL BIEN 42
HUMANISMO Y SENTIDO DEL TIEMPO 44
EL SEXO ES UNA NECESIDAD PRIMARIA 45

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EL AMOR ES ANARQUÍA, ENTREGA Y FE 46
VALOR INMACULADO DEL DINERO Y EL ALIMENTO DIARIO 48
LA GUERRA, LA PAZ Y EL FATÍDICO ANIMAL HUMANO
EL SECTARISMO Y LA COMUNIDAD 51
LA RELACIÓN INTIMA ENTRE MAESTRO Y DISCÍPULO, EL CALLAR Y/O SECRETO
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SUBLIMAR LOS ORGASMOS Y LOS ACTOS SEXUALES COMO ACTOS MAGNIFICADOS
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LOS DELIRANTES
ENTREGA Y AMOR 59
DIOSES, FORZADESTINOS Y TIERRAS SUPERGIGANTES 61
OLIGARQUÍA CONTRA DEMOCRACIA. DEMOCRACIA CONTRA JERARQUÍA
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ANARQUISTAS DEL ORDEN CONTRA ANARQUISTAS DEL CAOS Y LA UNIDAD CIENCIA-RELIGIÓN
64
ACTOS DE CONCIENCIA 67
ESCRIBIR Y REESCRIBIR 69
EL ANIMAL HUMANOS Y LOS DIOSES ENCARNADOS 70
EL AMOR SEXUAL 71
LA LOCURA ES UNA SUERTE DE BIEN Y LA VIRTUD DEL YO 72
LA EDUCACIÓN COMO INSTITUCIÓN DE LA NO INSTITUCIÓN 74
TANTRA 81
GURUISMO 84

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INTRODUCCIÓN
Esta obra fluctúa en una diversidad de temas cuyo eje principal se refiere a la locura.
Descubriendo que la locura no sólo es una enfermedad somática o cerebral catalogada
por los médicos en psiquiatría como esquizofrenia y en grado menor, como neurosis o
mínimamente: estrés.
En realidad la locura es el estado normal de realización para el humano como tal. No sólo
es algo sano sino natural en la criatura humana que lo mantiene a salvo tanto de la
miseria humana como de los procesos degenerativos a que es sometida la humanidad en
general y en particular, culminando con la muerte.
La locura nos permite gozar de eternidad. Una eternidad humana, aquí y ahora. Es una
magia, un genio de la vida que nos comparte y normaliza los estados alterados de
conciencia.
La locura busca el equilibrio entre lo invisible y lo visible. Entre lo muerto y lo vivo. Entre el
cielo y el infierno.
La locura es la tabla de salvación para la humanidad. Es la alegría eterna que todo lo
penetra. Es el toque de gracia que viene de lo que llamamos Dios y el estado natural en
que existen los dioses o hijos de Dios.
La locura le dice si a todo. A los buenos y a los malos. Porque siempre encuentra la esencia
del bien. Defiende cada personalidad como si fuese real. Cada punto de vista. Cada
religión. Cada secta convirtiéndola en coherente. Cada razón que en realidad es sin razón.
La locura es la divinidad más genial inventada por la vida o por los dioses.
Y si esto lo combinamos con la sexualidad, vamos a descubrir que este es el tiempo del
HOMO SEXLOVE. "El hombre del amor sexual".
Porque allí en lo más oculto del ser humano se encuentra la libido que es fuente de vida y
que dicho de otra manera, reconocemos como fuente de toda locura.
Estar loco es algo tan delicado, como lo es el hecho de existir para ser positivos, para estar
bien, para descubrirnos en el eterno presente.
Es la fuente de la virilidad y de toda sexualidad femenina. Es el arte de estar en contacto
con lo divino y convertirnos en divinos. No importa que la humanidad en general no pueda
comprender esa divinidad y tanta luz lo enceguezca, porque esos sabios que poseen el
elixir de la eterna juventud son incomprendidos y calificados de falsos profetas. Calificados
de dictadores, de malvados. Solo porque el amor al madurar ya no puede ser para toda la
humanidad.
En fin, el estado de locura es un estado interior que hace congruente todo lo exterior
como lo expresa el poeta y el arte mismo de la existencia.
Esa fuente de virilidad se obtiene, ciertamente de las técnicas para el control de la
eyaculación y del orgasmo. Sin embargo, no se detiene allí ni se obsesiona por la
sexualidad. Penetra toda la vida. Y siempre esté control de la sexualidad requiere
necesariamente, purificar continuamente nuestro cuerpo físico, mental, emocional y en
fin, espiritual. De otra manera la castidad se ve perturbada. Y cómo sabe bien la locura, la
castidad no depende de la abstinencia sexual sino que es un estado de conciencia.

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EL POEMA, LA SEXUALIDAD PASIVA Y LA LOCURA
Este es el poema que no exalta las palabras, que no espera enseñar sin negarse tampoco a
hacerlo.
El poema que no espera sobrevivir y ni siquiera fama.
El poema que nace y transcurre para morir o vivir ¡No importa!
El poema de léxicos que nada espera de los discursos mismos, porque éstos, pudieron no
ser eternos y al final, no se trata de palabras.
Porque el poema son sentimientos que crecen en lo mental y alcanzan la espiritualidad.
Además, la sexualidad pasiva es la que mata, la que se alimenta y encadena en la pereza.
Esa es la "mala sexualidad", porque nos arrojada hacia el tedio, hacia el vicio de lo fácil.
Es el camino simple del que no pone nada, no devuelve nada; recibe y no da.
Es la cobardía que tiene sus leyes y su sociedad; su aplauso y su progreso sin
infraestructura.
Nace y muere de modo tan fugaz como una vida sin sentido.
La sexualidad pasiva es la que convierte a las personas en incestuosas, porque es fácil
tomar el goce, degollando las vidas de quienes nos rodean y han confiado en nosotros.
Es el incesto que así nos evita luchar por alguien "allá afuera", traspasando naturalmente
los límites del círculo familiar.
Y aún es incesto el amor a los de nuestra raza, pero perdido en el fanatismo ciego que se
niega rotundamente a conocer a los de otra raza y menos aún, encontrar allá el amor de
nuestra vida.
No arriesgarse a amar a alguien pobre porque somos ricos. No amar a un ignorante,
porque somos sabios.
Es la sexualidad pasiva que muchas veces, nos impide arriesgarnos a amar a los del sexo
opuesto y por esto, nos quedamos mejor con los del mismo sexo.
Es sexualidad pasiva el llevar a nuestra amante a su casa o a la nuestra para hacer el amor.
Haciendo así, estallar todo. Simplemente porque del peligro pasamos a la total falta de
sentido común e inteligencia. Arriesgándonos a combinar lo malo con lo bueno. Alteramos
así la vida de los que se supone amamos y que no estaban enterados de nuestra nueva
relación. Todo porque es más fácil el mezclarlo todo en el caos, que darle a cada quien su
espacio y su lugar.
Es de esta manera que se escribe sobre lo que hiere pero también, cura.

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Es el poema que ya no se sujeta a la regla del método racional y por lo mismo, se libera. Se
convierte en escrito anárquico único y genial, que expandiendo el pensamiento expresa la
verdad de su ser y se revela, casi sin quererlo, a toda razón.
Es libre como la locura que llaman metafísica o alucinación mental. Pero que sin embargo,
expresa la realidad sin cuestionar locura alguna. Y por fin siente.
Así es como en el poema explotan los sentimientos y van muriendo siempre en la agonía,
el dolor y el fracaso; en la soledad y el aislamiento; en la frustración y el desamor. Pero
¡por fin habla!
Es el poema que cuenta lo que es el ser que carece de ser, y precisamente por eso se
torna en el camino del ser y hacia el ser.
Tal es el sentimiento que sale de su pasividad y comienza a contemplarse.
Se juzga y no se juzga, se revela y vuelve a retroceder sin atreverse a escucharse, a
conocerse a sí mismo.
Es el sabor del amor al que se ama y se odia, porque no podemos alcanzarlo y menos aún
realizarlo.
Es correr el velo y luego volverlo a poner para no contemplar a Dios, para no ser infieles a
nuestro ateísmo y a las razones de nuestra cruel locura y nuestra flojera.
A los nexos hecho de cobardía, para con los que decimos amar. Y lo mismo con la vida.
Es el ciego que nada sabe del amor porque no lo ha experimentado. Pero el poema se
convierte en la confidencia privada e íntima de lo que somos y de lo que late como late
nuestra vida, cobarde y mediocre, insignificante y fugaz.
Oculta no por la pequeñez de lo que naturalmente somos sino por el miedo de
desnudarnos ante la verdad y decir: ¡Vida, me equivoque! ¡Dios, te necesito!
Vicios malditos que confiesan la veracidad de nuestros poemas. Los cuales toman, no la
tinta de la pluma que escribe sino del corazón. Toman -digo- los músculos, la piel, el sudor,
las lágrimas y el desgarramiento de nosotros mismos. Los cuales funden el creer con el
razonar verdadero, para mostrarnos la verdad de lo que en verdad somos y también de lo
que no somos.
Todo lo cual nos hace temblar de terror por lo poco que significamos y de lo que hemos
hecho por servir de verdad a la vida y al bien que por fin podemos ver.
Y entonces comenzamos apenas a contemplar, a través de esta nimia rasgadura, por la
que atisbamos a la pequeñísima parte de la realidad auténtica que nos deslumbra.
En el poema brotan sobresaltados y casi muertos, los sentimientos momificados.

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En esta fiesta del materialismo y muerte, razón de sin locura, esquizofrenia disfrazada de
sabiduría y cordura.
Todo por ser débiles, por haber huido siempre de la vida sencilla como el sol; las estrellas
y los hechos simples que hacen felices a los poemas de la existencia de aquellos que
escriben con ¡lo vivo! Y no necesitan letras.
Poemas que detienen la carrera loca de las multitudes febriles que marchan caóticas hacia
la mentira del camino fácil en la apariencia, pero tan complicado como el orgullo del
hombre que dice tener todas las respuestas y de la mujer que es templo de orgasmo y
vacío.
Es el orgulloso de no fallar, de no perdonar, de no necesitar.
Porque poco sabemos del el hecho de que una persona inmadura es incapaz de perdonar.
Y el fanatismo de esto, el fanatismo por lo otro, el fanatismo de todo y en todo nos hace
tan importantes, ¡tan vivos! Como lo es una máquina de vapor que hace mucho ruido y
usa todo el combustible que tenga a su disposición, pero avanza poco.
Y por lo mismo, su fuerza, les hace parecer tan activos, tan sensibles y tan espirituales que
ningún Dios puede con ellos.
Por todo eso es que el poema que es un calmante, un beso, un bálsamo que siendo locos
los locos, provoca el milagro de la cordura. Y tratándose de infames, descubre lo Santo, lo
ecuánime de verdad.
De modo que todo es tan simple como la vida sin exaltaciones, sin vicio y sin esclavitud.
Encontrándonos con esto, lejos de obsesiones fatuas, de religiones o ciencias; de lujuria,
avaricia, envidia, saber enfermo o muerte.
Significa estar siempre inconmovible como lo está una plomada que responde al peso y al
hilo que nos ata a la eternidad.
Eso es vivir, eso es el poema que es poema.
Porque los sentimientos del enamorado huyen y se da por entero al ser amado. Pero no
son nada, porque no han desarrollado nada de los tesoros del amor. Así que entregan
miedo, dudas y llamas del infierno que todo lo que encienden son caminos que destruyen
enteramente al amor verdadero.
Y es que existiendo en el infierno disfrazado de cielo no se conoce el verdadero amor y la
estabilidad de la eternidad.
Todo lo pierden apenas lo encuentran y culpan a todos menos a sí mismos.
Esperan fidelidad del otro, principalmente en lo referente al sexo físico. Pero tan pronto

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son ellos mismos probados y tentados por la vida, ceden a su lujuria y a su inmadura e
indisciplinada existencia, víctimas perpetuas de sus disipaciones y dudas. Cada una de
ellas son un montón de sentimientos desordenados. Acomodados dentro de un cuerpo
débil y enfermizo. Los cuales amenazan siempre con estallar como una olla de vapor
sujeta al perpetuo fuego del amor.
Pero cuando la mente se desarrolla y la espiritualidad aparece, el amor verdadero crece y
no depende ya la relación de pareja de una fidelidad física sino de los caminos de la poesía
a que nos conduce, poco a poco, el permanecer lejos del bullicio y de los humanos
convertidos en piel de metal, que no sienten ni aman.
Y en el silencio del retiro creciente se recupera la piel que se desnuda ante las grandes
verdades escritas en el poema finito y sin embargo, infinito, que nos devuelve la vida.
La falla es parte del acierto, la muerte parte de la vida. Sin embargo, el morir significa
destrucción. Es el mal y nadie puede sostenerse en pie ni mantener la mirada ante el vacío
de la muerte misma. Por eso ésta es tan mala. Pero en verdad, aun así, no hay mal. Todo
es parte de la contradicción entre el bien y mal.
El egoísmo es malo, es ambición desmedida e insaciable. No hay bondad o mejor dicho, es
un bien oculto como lo es la muerte. Porque de hecho sólo la vida subsiste.
Todo es vida aun cuando en cada suceso del bien, el mal se escabulle. Porque bien y mal
son ilusión.
Egoísmo y dádiva. Es una contradicción que enloquece a la gente. Porque hay locura mala
como la fascinación, la maldición del encanto y el hechizo; la sugestión y la esclavitud. Es
la realidad reducida a las fronteras del capricho que obsesiona. Esa es la locura que mata.
Pero la locura como tal no mata ni da vida, aunque evidentemente lo hace y como diosa
que es, se mueve por donde le place.
Parece entonces que lo indefinible de lo que es la locura la convierte en algo difícil de
comprender, de modo que ella queda entre la danza del bien y el mal en los mundos
declarados buenos pero atrapados todos, por los sortilegios de magos malos que no
tienen corazón. Estos últimos son los demonios embriagados por el poder y el ansia de
convertirse en amos de mundos débiles, a fin de someterlos y hacer de este modo, caer a
los vivos.
Pero esto no es cierto realmente porque cada mundo, humanidad, especie. No es mortal
por culpa de los hechiceros pendencieros sino debido a la gente como tal. La cual es lo
que es siempre en función de su sincero anhelo del bien eterno. Y sin embargo, la vida se
les escabulle, atrapada por el sortilegio de los goces que las circunstancias le ofrecen y
entonces, sus pecados capitales se mueven hacia una inminente tendencia para con el
mal. De modo que el corazón quiere, pero la carne es débil.

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Y por esto existe la locura. Siempre un eterno bien traicionando su convicción, su
propósito, su deseo, su sociedad, su patria, su amigo, su hermano, su esposa, su amante y
los hijos de los hijos producto del pecado.
Negar el mal y ponerlo en el oscuro pantano del inconsciente, es la costumbre de la
vergüenza que repudia la sinrazón de la vida y sobre todo, la locura de amor.
Todo está bien y es correcto, todo es salvado y enaltecido por las costumbres que
construyen leyes, imperios y religiones. Pero la locura no muere. Espera y atrapa a todos,
simplemente. De modo tan sencillo como la magia de enamorarse alguna vez. Y esta
simple locura mata al mismo tiempo que nos señala que la vida misma es la que fluye por
donde le place.
Todo está bien pero creemos que está mal. Y es que está mal fracasar y temer. Siendo que
el temor es el que finalmente nos permite levantarnos y desarrollar el Valor.
Amamos en un mundo donde los verdaderos valores son traicionados. Y si con la locura
nos hacemos inmunes a la locura misma, la locura termina entonces, por amarnos, por
favorecernos. Y nos permite ser egoístas sin de verdad serlo; ser malos y exterminadores
sin en verdad serlo. De modo que nos corrompemos sin corrompernos.
Se trata de amar a la humanidad y no solamente parecerlo, porque todo mal en verdad es
un gran bien. Y esto último es una gran verdad de la que muchos se aprovecharán para su
mal.
Quien pueda contemplar y sentir lo que es la miseria por la que día a día resbalan miles y
cientos de miles que carecen de lo indispensable para vivir. Necesita comprender que es
absurdo pretender salvarlos de forma literal, pues son ellos y cada uno quien requiere
desarrollar su poder interior, así como exterior. Crecer en su capacidad de sobrevivencia.
Sobreponerse a sus debilidades y pecados.
¡Oh Dios poderoso como sostienes a tantos! ¡Cómo sabes tanto de cada alma y de cada
átomo! Y todo lo que hacemos es comprender un poco de este gran bien inconmovible y
tan puro como el loto que nace y vive en el lodo pero jamás se mancha.
Todo es parte de la vida, el canto del bien. Aunque muchos vagan sin razón y creen que
sólo son movidos por la razón y la certeza. Como los que condenan a los pobres en
nombre del bien porque no conocen el dolor de estar en el fondo, de encontrarse de
rodillas ante las circunstancias adversas de la vida y no poder levantarse. Y en tanto esto
ocurre, los aparentes Santos, políticos y justicieros califican a los más necesitados y
desvalido de flojos y astutos, porque se encuentran obligados día a día, a evadir el orden
social, las leyes y los impuestos fiscales.
Esos locos que condenan así y para hacerlo se ponen togas de jueces y de sacerdotes, con
el fin de castigar. Son los que más tiemblan cuando pierden una propiedad. ¡Qué digo una
propiedad!... Si no hasta algo que simplemente venga a descomponer su rutina mediocre

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y falaz. Basta pensar en las señoritas que se ponen locas porque se manchó su vestido o
en el joven cuyo traje es sorprendido por una lluvia y lo deja empapado. Y todo porque la
costumbre y la rutina deshumaniza al humano hasta convertirlo en zombi.
Toda nuestra vida es tan aparentemente importante que un solo cambio en la rutina es
sumamente dañino, similar a un potente rayo del sol que pega y hiere a nuestros ojos,
sencillamente porque toda nuestra vida nos hemos movido en la obscuridad.
Precisamente como las millones de sombras que viven en la cueva reflejando la realidad,
tal como enseña un famoso mito.
Y así es como los ciegos pretenden guiar ciegos proclamando leyes. De modo que ellos y
sólo Ellos son los que condenan o perdonan. Establecen dioses a su medida. Incluso a un
Dios Creador que les quede perfecto.
Es lo mismo que sucede con los que nacen ricos, con muchas ventajas sobre los millones
de pobres. Nacen en medio del confort, amor exterior o aparente y en fin, toda una vida
venturosa. Por lo cual fácilmente se hacen más volubles y malos. Siempre temerosos de la
luz. Luchando contra los que se las muestran. E instintivamente evadiendo el bien mayor
que casi en automático califican de "mal".
Todo lo que les parece amenazador lo satanizan y lo persiguen encarnizadamente. Y es
entonces que la locura, la cual usualmente es altanera así como invisible y desinteresada
por todo. Ante estos espectáculos de circo, incluso ella, se detiene sorprendida. Tal vez
debido a los ropajes de victoriosos y de héroes que en realidad son personajes mediocres
más temerosos que un niño pequeño. Y así en ese estado de enfermiza infancia, tales
figuras tienen vida sexual, formando una familia y milagrosamente, sobreviven. Todo lo
cual resulta difícil de creer incluso para la locura misma.
Esto significa que la locura tiene mucho que aprender del infinito de males que en
realidad son bienes, y de bienes que son males.
Por esto quizá es que he visto meditar a la locura y arrodillarse ante los hados con
humildad y con tanta seriedad, que sumido ante tal suceso, terminó por convencerme de
que la locura es cordura y que en la realidad, es lo único cuerdo en esta vida de gente
buena, humana y mala de hecho. Por ello es que de la gente nada puede ni debe tomarse
en serio.
Esto me da la esperanza de que llegará el día en que la locura se desnude y sólo el bien se
imponga para curar también a la locura en sí. Porque el enloquecer es resultado del bien
pero eso está mal y también resultado del mal, pero eso está bien.
Sin embargo, lo fantástico de la locura es que ella es él y él es ella. Es decir, se trata de la
vida misma. Una vida maravillosa donde me impregnó de tanto optimismo que no
solamente me hago capaz de vivir con los lobos sin enloquecer o perder la vida sino que
además, llegó a comprenderlos tanto o termino por amarlos de tal manera, como muy

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pocos pueden hacerlo. Amar a todos y perdonarlos con los ojos, la mente, el corazón, la
razón y la sinrazón. Todo esto de forma abierta. Tanto que precisamente, bien y mal
quedan atrás.
El corrupto que lo parece, si ha sido bueno e incorruptible en verdad, no siempre es que
haya caído víctima de la burocracia y que se venda al mayor postor, porque se cansó de
luchar. Es quizá siempre alguien bueno y amado por el pueblo o gobierno cuando existen
allí personas que pueden verlo y protegerlo. Entonces, dicho bienaventurado, bien puede
entrar a un retiro benevolente lejos de la corrupción propia del mundo social y
experimentar un mundo interno más real y sensible a lo universal. ¿Es posible esto?
¡Quién sabe! Ya que no siempre el egoísmo es egoísmo literal.
Hay quienes escriben por necesidad pero otros pocos lo hacen por obligación cósmica,
casi sobre humana.
Porque las mayorías desean la fama y los laureles del eterno bien social, así como la
aceptación de su obra. Tal vez por esto sea que los cantores, cantan. Y que son muchos los
que adoran a ciertas mujeres u hombres que parecen especiales. Y tal vez por lo mismo el
sexo y el clima sexual es tan importante como la vida misma. Porque debe tratarse de la
continuación del mismo y único placer trasladado a todo los campos de la vida.
Escribir el poema perfecto, sea por Dios o por la redención del loco extremo que se dice
ser el mesías de la humanidad, no es un poema tan desatinado. O tal vez simplemente se
trate de un escritor cualquiera que es muy humano, astuto o tonto, pero dispuesto a
impresionar a las multitudes. Lo cierto es que el escritor, artista u obrero genuino se
echan sobre sí los pecados de muchos de modo tal, que quedan fuera de la burocracia,
fuera de las instituciones y sus leyes. Y es por esto que los pueblos les temen, los
persiguen y los culpan de sus males propios. Incluso de aquellos vicios que evidentemente
provienen de hábitos personales adoptados como usuales modos de vida. Costumbres
que crecen demasiado, hasta convertirse en grotescos moustros casi mitológicos.
Escribir y pagar el precio es excepcionalmente resultado de largos pasos iniciáticos o
esotéricos como una preparación que da fortaleza y fuerza interior. Procesos sagrados que
debido a la mayoría inconsciente termina por convertirse en una comedia propia de
payasos, como ocurre con su incesante creatividad en la fábrica de sueños y fantasías de
donde nacen también muchos de sus artistas embriagados de farándula o simplemente,
son la causa de la generación de la mayoría de las prostitutas que obligadas o compradas,
se ofrecen en bares y se apostan en las esquinas de las calles transitadas.
Porque escribir en este caso es un arte tan absurdo de tan somático como el canto del que
aspira a ser artista y lo hace sin orden ni disciplina. Son los que un día son una cosa y
mañana otra, pero siempre, siempre, locos. O bien, locos de esos que de verdad están
locos y no lo saben.
Escriben porque quizá es una necesidad del cuerpo mental que también defeca. Pero a

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pesar de tanto automatismo, cuando se escribe y se está vivo, esas palabras que fluyen de
la pluma son todo, menos palabras. La palabra entonces, es un medio y no un fin, la
palabra es verbo que se hace carne y hueso. Esa que permite hacer canciones eternas,
sociedades y sueños de verdad.
Este es el escrito que es carne de la carne y por eso es que así como ésta envejece,
también puede redimirse. De modo que escribir es una acción que mata o nos da la vida.
O mejor aún, es un Elixir de la vida que se hace cósmico.
Pero de acurdo a mi sinrazón, no sólo se trata de estar allá en los cielos sino también aquí
en la Tierra. Es esto a lo que tengo que llamar Locura divina.
EL YO, EL OTRO Y LOS DEMÁS
No se puede amar sin conocer, es decir, comprender.
Ese amor-sabiduría sólo es posible en los grandes seres donde ocurre que la vida se diluye
como lo hace el YO, pero eso es tan elevado espiritualmente que son procesos
aparentemente sencillos y necesarios, sin embargo no es así. Y pocos pueden
comprenderlo. Para un humano no es posible diluir el ser, pero para un sabio amante tan
real e incomprensible eso es muy cierto y por lo mismo debe aprender a CALLAR. Aunque
en términos de la locura humana, la verdad es que el YO debe simplemente, purificarse y
de ninguna manera, desaparecer.
Como sea, ascendiendo por la escala de la evolución humana es que llega el momento en
que nos encontramos con los locos. Unos lo logran debido a sus crisis en tanto seres de
instinto y otros pocos, porque realmente se convierten en hijos de Dios.
Es por esto que un loco es un Santo, pero también un loco puede ser un enfermo en el
sentido de que es un obseso.
Por ello, todos los que esperan que el transitar por la vida sea algo fácil y que sin embargo,
presumen de "espirituales", no es raro que quieran salvar sus almas de un solo golpe, las
cuales por milenios han sido abúlicas o corrompidas.
También la tecnología excesiva nos estaciona porque facilita la vida exterior en extremo y
se promueven persistentemente hacia el confort. Pero esos fanáticos de lo fácil no ven ni
quieren, toda la decadencia ecológica que provocan, principalmente los desperdicios
industriales, domésticos y en aguas negras.
Y todos estos tecnócratas por regla, se consideran especiales y con todos los derechos de
ley. Pero aún entonces, no son los gobiernos directamente sino los pueblos los que
principalmente se hacen flojos y acomodaticios. Ya que es la gente en general la que
quiere más confort y hasta lo exige como si se tratara de algo muy espiritual y normal.

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Ellos tienden a caer en la burocracia y por eso quieren que trabajen los más ricos y los
sabios. Porque están lejos de comprender que ellos mismos son los que necesitan
activarse y sobretodo hacerlo en lo físico. Y es que han perdido la capacidad de ver que los
viejos y los reyes de cualquier nación merecen respeto porque naturalmente responden
mejor a un trabajo diferente y más interior.
Así, contradictoriamente, son los abúlicos quienes generalmente ejercen sus puestos de
"funcionarios públicos calificados". Ellos están muy convencidos de que sirven al pueblo
pero en realidad están tan lejos de la acción que ni se imaginan de lo que realmente
ocurre y necesitan, las mayorías.
Por esto cuando se acercan a la gente marginadas apenas y se enteran de cómo viven,
luchan; tienen guerras, hambre y revoluciones sociales. Porque aunque los "de arriba"
viven lo mismo, sin embargo, lo hacen encerrados en su mundito. Y si bien no todos caen
en estos extremos, la mayoría de los poderosos sí y además, se engañan de que no es así.
Y cuando por accidente de la vida salen al mundo, siempre buscan lo más pronto regresar
a la seguridad de su rutina profesional. Y si por ventura han tenido acceso a
acontecimientos terribles de la vida, los presumen y ya se sienten héroes.
Porque están prácticamente condenados a no comprender que no sólo la servidumbre
trabaja por necesidad sino que todo verdadero obrero o discípulo, debe siempre trabajar
para ganarse un salario físico o espiritual.
Los locos pasivos nada saben del trabajo doméstico que subyuga a la gente y
particularmente a la mayoría de las esposas de matrimonios comunes y corrientes. Y por
supuesto, tampoco nada comprenden de en qué consiste un trabajo interior.
No obstante por regla divina, seres superiores vienen y sostienen situaciones espirituales.
Asuntos que los estudiantes de la vida en general, no pueden entender.
Lo primero que tendría que entender un buen alumno es que debe interesarse en levantar
en su vida y sociedad, una obra de gran fraternidad universal.
Servir es lo más difícil de comprender. Ya que se puede adquirir una mente superior sólo
de parte de aquellos que han vencido al fantasma de la inactividad física en todas sus
formas, superando las variadas modalidades de acción y disciplina que involucre a nuestro
cuerpo físico para un desarrollo espiritual, sin dejar de tomar en cuenta la puntualidad en
la disciplina diaria en cuanto a nuestras diversas vertientes que requieren nuestra acción.
De otra manera, los vicios todo lo corrompen.
Es fundamental que los humanos amen humanizarse, de modo que ejerzan su locura
conscientemente para que procedan con sinrazón (no razón) en la normalidad de su
existencia. Porque lo más lamentable es negar una naturaleza y forma de ser y al mismo
tiempo, adoptarla como parte de una actividad propia, aunque oculta o inconsciente.
Definitivamente el egoísmo es parte de la naturaleza humana y de los seres vivos en

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general. Y solamente los dioses son eternos de tal forma que ellos ya no necesitan el YO,
aunque lo tengan.
Es por esta razón que hay que purificar a este YO, lo cual no significa que hay que matarlo
o negarlo. Tampoco se niega a la sexualidad física como una parte importante de la
naturaleza humana. Es fundamental que los humanos amén su naturaleza en tanto
humanos. Es decir, simples mortales, servidores y hasta esclavos del amor y de sus amos.
Esto es una realidad para bien o para mal.
Por lo mismo, hay que obedecer a todo lo que selectamente comprendamos como
SUPERIOR, y esto de forma consciente o porque nos hemos encontrado a nosotros
mismos, pero todo esto sí que es poco frecuente. Porque cuando nos hemos ubicado
respecto a qué significa ser superior y quienes no lo son, así como también respecto a los
inferiores, ya no necesitamos tratarlos como dioses para amarlos y nosotros mismos, ser
amados de verdad.
Tampoco debemos postergar nuestras responsabilidades sobre lo que sabemos que
venimos a cumplir. Todos estos requisitos son la única forma para avanzar en la vida.
Sin embargo, los locos inestables todo lo revuelven y lo deforman de modo que
comprenden mal. A ellos si ¡Que Dios los ayude! Porque cuando nos involucramos en algo
se supone que es por amor, aunque de hecho muchas veces ocurre que en realidad se
trata de odio, simplemente porque así es la mala locura. Pero a pesar de estas amargas
lecciones de la vida, terminaremos por comprender que siempre que las cosas ocurren al
revés, es porque de seguro se trata de la locura buena o mala, pero al fin locura.
LA GUERRA CONYUGAL
El amor es amistad pero muchas veces en realidad se trata de enemistad y traición. Ya que
la amistad es generalmente, el caldo de cultivo de la enemistad. De modo que si caes en la
locura de casarte, ese desatino te procurara la felicidad pero también mucha diversión
mezclada con tragedia. Ya que al contraer matrimonio tal vez haz decidido cargar con el
otro, sobre todo si el otro esta seguro de que eso no es cierto.
Es muy posible que el otro piense:
-Si me amas, lo tuyo es mío y lo mío sigue siendo mío...Y si quieres de lo mío puede que
por amor te lo comparta. Pero si deseas aún más, eso me hace sospechar que eres mi
enemigo y me lo quieres quitar todo o por lo menos, algo muy importante para mí.
Entonces, tal circunstancia me obliga a pelear.
¡Es la guerra conyugal!... ¡Esto es peor que el gobierno! O mejor aún, es peor que los
impuestos fiscales. Pero siempre se trata del vaivén de las circunstancias usuales dentro
del inframundo.

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Así es como se sabe que en el matrimonio entre animales humanos, no solamente es mío
lo tuyo en relación al dinero sino que además debe ser mi propiedad tú pensar y sentir, así
como los frutos de tu espiritualidad. De manera que yo soy, en automático, tu único dios o
diosa.
Es debido a todas estas desventuradas experiencias que terminamos por comprender que
la locura es ante todo, una vividora.
Y todo comienza ciertamente, cuando un ser humano se involucra con otro. Sea en
matrimonio, sea en sociedad o en simple amistad. Por lo cual se sabe que el amor está
bien, pero es la locura que eso conlleva, lo peligroso hasta el punto de que puede llegar a
ser fatal.
Todo por falta de madurez. Pero eso es algo que por misteriosas razones le encanta no
sólo a la pasión sino al verdadero nombre de toda pasión, o sea, la locura.
Y cuando la caída libre del vivir alcanza el extremo de la locura que a veces se le llama
esquizofrenia, se debe básicamente a que entregamos nuestro ser entero a algo o alguien
extraño, exterminando para ello, incluso nuestro más mínimo Yo.
A eso se dedican principalmente y con mucho afán las religiones, ideologías y casi todas
las corrientes de pensamiento filosófico. Primero nos coquetean con una serie de
conceptos o morales, y luego quieren más. Y además ¡se lo damos!
Y en lo que respecta a que descubrimos que somos unos buenos amantes, entonces sin
pensarlo mucho, nos entregamos sin condiciones al objeto de nuestros placeres más
recónditos, sobre todo si eso nos promete un buen clímax sexual o existencial, al final de
la jornada.
Pero entre toda esta decadencia fluctuando entre la broma y la fatalidad, puede que
descubramos que el amor puro y la pasión verdadera existen, y que se trata de una locura
muy apropiada para los cuerdos y aún para los más sanos. Este es el amor que muchas
veces es divinizado, como es el caso de los Santos, místicos y los que se creen salvos.
No obstante, lo común es que con la corrupción del amor todo se compra o vende, a veces
de modo tan pendenciero, que las personalidades enteras se involucran y todo es cotizado
para que tenga un precio.
Y es porque no sabemos qué es puro y que no lo es. Ya que por regla todo es rebasado, es
decir, tú eres tú y yo soy yo, pero yo primero.
De cualquier forma al sentirnos maduros en el amor es que creemos que conservamos la
libertad, una libertad que no existe en realidad y que para nada podría curarnos de la
locura. Aunque podamos seguir siendo humanos que cultivan la consideración para con
los demás.

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Es bueno no tener intenciones de robar y de respetar a cada cual lo suyo. Servir porque se
quiere, dar porque así se desea. Entregarlo todo porque el amor es así.
Sin embargo, los sentimientos siempre débiles y condescendientes son los que nos
convierten en juguetes del diablo. Ya que todo ese juego está por debajo de una madurez
espiritual. Y en el eje de todo solemos tener al sexo como dependiente totalmente del
fatuo orgasmo. Por fortuna cuando nos hemos cansado de este juego peligroso y ligero,
entonces podemos imaginar que existe un orgasmo perpetuo y verdadero el cual ya no
dependa del cuerpo físico sino de la voluntad propia de los cónyuges. Y de eso,
sospechamos, debe tratar el cielo.
Aunque de todas maneras en una civilización demasiado materialista, la rutina mata,
hasta el punto de que casi todos los seres humanos necesariamente se deshumanizan en
bio-máquinas. Y esto es aterrador incluso para la diosa locura.
Tal vez por ello es que se nos escucha hablar del amor llevado incluso hasta el delirio de la
libertad total, debido a que nos es difícil imaginar que estemos locos y menos aún que sea
la locura misma la que viva plácidamente entre la humanidad, hablando siempre sin
ninguna sensatez, precisamente cuando es evidente que esto es verdad y que la locura es
lo único que hace. ¿Qué otra cosa podría hacer o ser?
Por suerte está comprobado que la pasión no es algo que deba morir, si queremos que el
cuerpo físico viva o conserve la vida.
TRABAJO REAL Y SER NIÑOS CONSCIENTES
En este punto podemos aceptar que el trabajo que tiende a la rutina está prohibido para
la humanidad auténtica. Porque la vida no trata de trabajo mecánico sino de una misión
necesariamente consciente. De modo que no esta mal alejarse de la monstruosidad
llamada trabajo entendido como esclavitud. Nunca debe contemplarse el peor rostro del
trabajo rutinario o ciertamente se encontrara la muerte.
Trabajo real significa evolucionar, jamás ha significado morir. No nos salvamos de la
locura matándola sino transformándola y siempre redescubriéndola sin perderla jamás de
vista. Porque si lo hacemos, ella por sí sola hará "de las suyas". Y suele ser tan inmadura o
bien, tan madura pero inconsciente; Suele ser mala o bien buena, gloria o infierno.
Cuando somos niños no negamos la locura porque ella está allí tan real y natural como la
cordura. Es metafísica o incoherente pero con natural presencia y eso no nos molesta. Sin
embargo, cuando se nos enseña que es mala, que es floja, que es invisible y que además,
puede abusar de nuestra inocencia y convertirnos en pervertidos desatando nuestros
instintos más ocultos. Entonces luchamos contra ella hasta de alguna manera, destruirla.
Para ganarnos el derecho de convertirnos en adultos. Pero precisamente cuando la
descubrimos la mal-construimos. De tal manera que precisamente cuando maduramos,

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nos hacemos inmaduros y necios; cuando pensamos y aprendemos a razonar, dejando de
simplemente pensar, abandonamos la metafísica y con eso, nuestra vida interior que es lo
más importante de la vida misma.
Es así que el niño o la niña, quedan exiliado y casi deja de respirar, hasta que de alguna
manera muere convirtiéndonos en medio-humanos y ya no en humanos enteros. Por esto
es que dejamos de sonreír. Porque como adultos, ganamos cuando perdemos lo que
realmente es importante, de hecho, perdemos todo.
Madurar no significa perder la inocencia sino simplemente ser niños conscientes.
La locura es muy mala o muy buena si se lo permitimos. Pero lo que es verdad casi
absoluta es que la locura es una contradicción y también el final de todas las paradojas.
Lamentablemente, casi siempre, al verdadero sabio le es permitido hablar de muchas
cosas excepto de la locura. Porque ciertamente, la auténtica locura es naturalmente
buena y rebasa el lenguaje de la locura enferma. Ya que existe algo más importante que
ser los mejores en la vida, y eso consiste en ser auténticos.
Altos o enanos, buenos o malos, dioses o humanos. Eso no es lo más importante. Cuando
lo fundamental es lo que realmente somos y para ello en verdad necesitamos conocernos,
porque esta es la única manera en que no recuperamos a nosotros mismos. Ya que al ser
lo que en verdad somos, eso nunca será malo ni destructivo.
El matrimonio no es malo, pero sacrificar la soltería es fatal. La cordura no es mala y sin
embargo, no debe hacerse esto a costa de perder nuestra locuacidad.
Porque la locura es lo que nos sostiene en el eterno presente. Allí donde nuestro yo ya no
significa nada, dado que nos encontramos en un mundo sublime o supra consciente. Un
reino que todo lo sabe, dice o resuelve.
Aún sin hablar habla el poeta, el bohemio o el niño. Eres tú, soy yo, somos todos.
Esta es una locura que casi puedo considerar como el elixir de la vida humana. Una locura
que es sublime virtud. Porque la otra, la que es obsesión, la que es crueldad y
depravación. Se refiere a una locura bestial y despreciable. Muy lejos de la locura de los
verdaderos genios.
Lo que somos es lo que percibimos. Vemos perezosos equivocadamente en quienes no lo
son, simplemente porque somos perezosos. Si vemos agresores en quienes no lo son es
porque nosotros mayormente somos agresores. Y si el ser humano está de esta manera
perturbado por la ilusión de la vida, es muy difícil que ellos puedan evaluar con
objetividad cierta.
Debe de ser por esto que amamos a dioses que no existen, personalidades que son peores
y queremos percibir como mejores. Esta pasividad de las percepciones ha sido resultado

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de una involución en la vida, una realidad que de alguna u otra manera merecemos. Tal
vez sea un castigo, una maldición que nos arrastra en la alucinación para confundir a
malos con buenos.
Y es también por eso que sí se nos quiere convencer de amar a un verdadero Guía
espiritual, inevitablemente sospechamos que debe tratarse de alguien que nos quiere
engañar o forzar a cambiar, cuando que hemos sido por siglos esclavos de que otros vivan
por nosotros y nos hagan cambiar sin un sentido verdadero, bajo un extraño estado
hipnótico. Sin que por ello nos resistamos.
Es muy difícil convencer a otros de que están percibiendo equivocadamente la realidad,
porque están ciegos o duermen. Y como seres consientes podemos llegar a ser dueño de
la verdad y el amor, desarrollar una objetividad propia y tener relación con un verdadero
gurú o sacerdotisa. Pero la gente en general no puede ver ni gozar de esta realidad ni de
ninguna otra.
DESTINO Y LIBRE ALBEDRIO
Aunque inevitablemente todo está marcado por el destino, y aún entonces, siempre
queda algo que puede cambiar y depende de mí mismo.
Es por esto que comprendemos que una hormiga nada es capaz de hacer, pero desde
nuestro punto de vista objetivo y real, algo puede realizar que depende de ella misma. La
sabiduría enseña que esto se refiere al libre albedrío, fuente de toda responsabilidad para
transformarnos de acuerdo a lo que una conciencia propia nos marca. Esta posibilidad de
cambio es un hecho imposible de ignorar. Porque si no lo hacemos la pena o sufrimiento
será la consecuencia por haber podido hacer y no hacerlo.
Conforme crecemos todo está hecho a la medida de nuestras fuerzas, como una potencia
interior ilimitada que se desata y surge de nuestro interior como los borbotones de un
géiser o de un volcán que creció manifestándose de manera imponente e inagotable.
Aunque en realidad somos poca cosa ante el universo. Y por eso nos parece que ya está
todo hecho. Que nos influye, controla o gobierna absolutamente. Pero sin embargo, hay
un infinito de poder que viene de muy dentro de nosotros mismos y nos dignifica, nos
hace útiles, nos conduce incluso más allá de la muerte o de la resistencia humana común.
Podemos crecer tanto en nuestra voluntad interior hasta el punto de lograr hacer que
cada día de nuestra vida sea diferente. Permanecer conscientes en un mundo donde
todos duermen tal como parece hacerlo el vegetal. Y es entonces que empezamos a
descubrir lo que experimentan los Creadores.
Porque para los dioses lo físico es sólo una pantalla de la realidad de modo tal que la
mente no es un juguete de la vida o un mundo de alucinaciones y fantasías que están

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dentro de nuestro cerebro sino que es precisamente la mente, el elixir de la vida. Es decir,
la vida misma.
Para los dioses todo está en la CONCENTRACIÓN MENTAL.
Para los súper humanos todo depende de saber meditar. Y ya los simples humanos
superiores encuentran salvación simplemente porque están aprendiendo
permanentemente a meditar. Mientras que para las mayorías, su espacio de vida y la
temporalidad de ésta es todo lo que pueden experimentar. Porque apenas y saben rezar
como lo enseña su religión, de modo que toda su existencia consiste básicamente en
vegetar.
LAS LEYES DE LA NATURALEZA Y LAS LEYES DE LA VIDA
La vida que sucede en todo lo que nos rodea parece controlada por las leyes que hacen los
hombres y mujeres comunes, y se espera que éstas sean sostenidas por un extraño
milagro que debe provenir de la vida misma. Que también de manera inexplicable parece
de por sí sujeta al eterno cambio siempre amenazante, que las obliga sencillamente a
mutar de forma constante. Asi que normalmente las leyes de la vida aparecen
esforzándose por parecerse a las leyes de la naturaleza, las cuales terminamos por
concluir que son leyes auto sostenidas milagrosamente, es decir, sin ninguna entidad
viviente que parezca crearlas y recrearlas. Simplemente porque en acuerdo con nuestras
limitaciones, no podemos creer que seres invisibles las diseñen, sostengan o las hagan
valer.
Por eso humanamente, todo se reduce a lo visible del cambio y por tanto, a la entropía
que significa "eterno caos". Realidad que tiende a descomponerlo o corromperlo todo.
Conduciendo a la vida inminentemente hacia la muerte como final fatal.
Y es por esto que los más ridículos humanos como profetas de esta " fábrica de leyes" en
el perpetuo mundo de la anti o de la sin-ley, concluyen de forma absurda que el yo y el ser
debe morir. Sea como un acto natural científico o místico. Cuando que la verdad es que
todo vivir humano, por naturaleza tiene su eje en el YO como clave del sí en tanto el ser es
único e irrepetible y centro de toda la realidad conocida. Siendo además la fuente de toda
VIDA en nuestra propia subjetividad. Para los dioses esta bien carecer del ser porque ya
no son humanos y ya no son susceptibles de locura alguna, pero para el humano, ser y
locura dependen del yo, y esta es la razón de ser de la humanidad como tal.
El YO es la razón de ser de lo que somos efectivamente. Porque la verdad es que somos
creadores de la vida y sus leyes al mismo tiempo que todo se va derrumbando a causa del
mundo sin ley. Es decir, todo se destruye al mismo tiempo que se está reconstruyendo.
Por eso en tanto seres vivos, somos la vida que hace que la ley que sostenemos tenga
valor. Simplemente porque creamos, porque amamos y porque tocamos un pedazo de

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cielo cada vez que disfrutamos del mundo real.
Y la locura preciosa purifica nuestro ser, exalta nuestro yo y lo hace auténtico pero muy
pocos pueden comprender la dulce virtud de esta locura creciente liberada de toda vulgar
locura disfrazada de cordura y objetividad, a veces al extremo.
AMAR Y EXISTIR PARA QUE EL OTRO TENGA VIDA PROPIA
Los cobardes y los guerreros auténticos no son los que aparecen en el escenario del
mundo visible sino los que necesaria o circunstancialmente permanecen en lo invisible. El
mundo puede ser amenazado y salvado, mientras la gente se cree tan importante con sus
problemas y su mediocre sobrevivir cotidiano. Sin poder darle sentido a sus luchas
infantiles. De manera que difícilmente pueden ver algo de la verdad y de la existencia real.
La verdad de los que luchan, así como de los que huyen o traicionan.
Lo que se ve en las cárceles del mundo es infernal pero lo que se ve en los manicomios, es
el verdadero infierno, el verdadero condenar y matar desde adentro.
Porque lo que se experimenta en lo invisible de la mente es la verdadera anulación de la
libertad, la sexualidad y en fin, la felicidad humana.
Por lo mismo debemos de reconocer que en lo anónimo de nuestra vida interior es donde
se encuentra la locura o la cordura.
Cuando conocemos la película de la vida, llegamos a salvar al mundo y a los seres amados
y parece que mandamos, que participamos, que decidimos y reímos con los demás. Pero
en realidad, muchas veces en silencio, renunciamos a imponer nuestras ideas. Externar lo
que realmente pensamos y menos aún, lo que sabemos de la vida misma y la realidad
como tal. Porque entre mas visibles para la humanidad, más invisibles para las personas
en particular. Mientras que la mayoría de la gente insiste en seguir a líderes tontos y muy
directamente visibles, a seres que amamos pero que duermen profundamente a causa de
algún miedo, de muchas dudas y en fin, de una creciente ignorancia.
Como colectivo inconsciente, hacemos exactamente lo que nos piden los amos más
mundanos y nos movemos cuando nos lo ordenan. Porque la generalidad no ve al
causante mismo del milagro de toda vida y precisamente por ello, no podrían creer que
exista un ser superior, alguien que conozca el pasado y el futuro de la humanidad entera.
Aun cuando sin duda, los dioses quieran rescatarnos del inframundo o de la infamia.
Los dioses son lo que creemos que son. Y aun entonces a los redentores que nos parece,
tienden a los súper humano es más fácil calificarlos de locos.
Debemos de parecerles a los dioses verdaderos, simples tontos a los que hay que salvar,
cuidar y proteger. Pero aun entonces, su peor necedad es que se resisten.

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Es verdad que nada podemos hacer ante fuerzas superiores porque se trata de influencias
supremas que todo lo definen y a las que estamos condenados a obedecer. Sin embargo,
hay siempre algo en nuestro diminuto espacio donde nuestra existencia es libre y escribe
su futuro. Ese futuro que queremos en función de nosotros, donde somos la autoridad,
centro de nuestro mundo. Allí en este pequeño lugar nada está escrito. No importa que
para los dioses ya todo se sepa y no haya nada nuevo bajo el sol, hagamos lo que
hagamos.
Todo lo que hacemos es nuevo. Podemos influir y reescribir la historia. Pero nuestro Dios
ya lo sabía todo y lo es todo. Y cuando reconocemos esta verdad comienza el final de
nuestro camino. Porque estamos aprendiendo a entregarnos por entero a la divinidad.
Sin embargo, el sentir vulgar establece que: -"Si me amas no existas y sólo permite que
exista yo a mi capricho y a mi arbitrio, entonces me harás feliz y te amare aunque tu ya no
importes y realmente nadie puede amarte porque no eres nadie".
Así dicen los amos siempre dispuestos a esclavizar a las mayorías.
Pero para amar de verdad se requiere que el otro exista y tenga vida propia. Y de hecho,
percibimos que alguien existe, precisamente porque existimos. Lo cual significa que de
alguna manera, se requiere estar mas o menos despierto para percibir al otro.
El amor no se limita a las personas ni de que ellas dejen de ser ellas mismas para
permitirnos seguir siendo.
El amor depende del corazón y el tamaño de éste es lo que da cuenta del nivel de
evolución real de alguien. De modo que sí es muy grande como un sol, millones de
personas caben en el y todo eso en perfecta monogamia aunque parezca poligamia.
El cosmos y todos sus cuerpos siderales son polígamos aunque sólo saben de monogamia.
REALIDAD SUPERIOR, LAS LEYES JURÍDICAS Y SU JUSTICIA
El cuerdo es el loco aunque paradójicamente, todos los locos parecen los sanos.
Pero aún entonces es evidente que cuando las leyes jurídicas limitan tanto a la
humanidad, hasta que tales leyes dejan de ser útiles y respetables. ¿Cuáles son las leyes
jurídicas adecuadas para una realidad inferior en congruencia con la superior?
El hombre cultiva criminales debido al exceso de leyes jurídicas hasta que todo pierde
sentido. Y a esto podemos agregar a los perversos que se multiplican debido a los excesos
materiales que les llegan, sea por azares del destino o por una maldad deliberada.
Por esto cuando se habla de justicia se reconoce que el equilibrio es lo fundamental. Ya
que las leyes jurídicas por si solas son relativas.

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Y si los humanos mortales puede que seamos como simples enanos ante los seres reales,
podemos además llegar al extremo de convertirnos en artículos inútiles para Ellos, si no
hacemos algo para superar aunque sea un poco nuestra lamentable estatura. Porque de
acuerdo a derecho, la moral es lo mas importante y el juez verdadero está en nuestro
interior. Aquí adentro es donde comienza la verdadera ley. Y de allí es de donde proviene
el Valor de un juramento y la presencia de lo sagrado en todo, incluso en la sexualidad.
Es la interpenetrabilidad entre una realidad superior y la inferior lo que hace que sean
inconciliables, porque pueden ocupar el mismo espacio pero no el mismo TIEMPO.
Para percibir esta realidad superior se requiere un estado de conciencia avanzado y no
simplemente un infinito reajuste de leyes jurídicas que cada vez sean mas impotentes por
si solas como para poder cumplirse por parte de a quienes se le aplican.
HORNO DE MICROONDAS Y ACELERADOR DE PARTÍCULAS
Pero la realidad es engañosa cuando tratamos de percibir hechos simples que requieren
un conocimiento científico elemental. Por ejemplo, es difícil reconocer cuanto se parece
un horno de microondas doméstico a un enorme acelerador de partículas. A primera vista
es difícil encontrar relación entre ambos hasta que pensamos que el principio que se
aplica a los dos es el de generar antimateria o por lo menos dirigirse hacia ello. Porque el
horno de microondas doméstico, al calentar los alimentos los radia, puesto que los rayos
de microondas se impregnan en esos alimentos de modo tal que estos últimos son
dañinos para el organismo humano. Y con el uso prolongado de esta forma de cocinar los
alimentos por medio de esta radiación, producen en las personas una poderosa forma de
cáncer. Además de que un millón o mil millones de hornos de microondas domésticos
funcionando continuamente en la tierra, afectan a la atmósfera.
Y el acelerador de partículas hace lo mismo solamente que de forma más poderosa
cuando a través de su tubo interior hace circular materia atómica por medio de imanes
colocados a lo largo de esos tubos para provocar la fisión nuclear atómica. Esa antimateria
no es posible controlarla ni mantener la dentro del tubo. De modo que la antimateria mas
rebelde se escabulle, va a la atmósfera y radia nuestro planeta.
No es posible combinar materia y antimateria y no afectar la realidad material. Y en este
sentido puede comprenderse que no se puede conciliar una realidad superior con la
inferior si se intenta mezclar ambas literalmente.
En fin, el gobierno tiene sus procesos y necesidades y lo mismo el pueblo. Cada cual con
su percepción. Y una simple sucesión de diálogos en una mesa de discusiones no permitirá
elevar el estado de conciencia como para que ambas partes se unan y se amen
instantáneamente. No es tan sencillo. Tampoco lo es entre los miembros que forman una
pareja cuando se unen conyugalmente.

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Hay que comprender el proceso, se requiere tiempo. Y entonces puede despertar la
realidad superior que siempre ha estado aquí mismo. Pero sólo es posible para los que
sobreviven a un proceso de evolución como evolución de la conciencia.
EL ROSTRO FALSO Y EL VERDADERO DE DANTE. BEATRIZ COMO ETERNO FEMENINO
Es posible escribir de forma comprimida de tal manera que se resguarda detrás de un
lenguaje aparentemente igual al común una serie de experiencias concentradas. Sería
como escribir palabras que contengan claves de la cuarta y quinta dimensión tiempo-
espacio.
Y si logramos corregir la historia en los hechos que por ejemplo hayan vivido nuestros
héroes y profetas, tal vez esa realidad para nuestras mentes tan infantiles sea una ofensa
a nuestros oídos. Ya que necesitamos estar preparados para conocer la verdadera historia
de la humanidad. Y ésta debe de ser la razón por la que cuando no estamos preparados y
nos lastiman las verdades superiores, comenzamos a luchar como contra mil demonios
que quisieran atentar contra nuestras creencias y rituales a las que estamos
acostumbrados como si intentaran sujetarnos de muchas formas y por muchos lugares.
Trátese de ciencia, religión o simplemente costumbre.
Sin embargo nuestra ignorancia no afecta la realidad de los hechos y menos aún al amor
universal de los que en verdad nos aman desde lo ignoto pero que no podemos percibirlos
porque eso nos dañaría severamente. Esto explica por qué es inútil reclamar cuando Dios
nos parece tan invisible y lejano, ajeno a nuestras tristes vidas donde creemos que no
existe lo milagroso, lo superior y mágico.
Hay escritos comprimidos. Realidades donde podemos imaginar que Dante fuera un
escritor impostor que haya robado la obra maestra escrita por alguien con menos poder
político que él y luego, publicarla como su propia creación bajo el título de " La Divina
Comedia". Y si eso fue lo que ocurrió tal vez un hecho tan simple puede que rebase
nuestra credibilidad, concluyendo que un loco o una mala entidad trata de engañarnos y
tergiversar la verdad a la que estamos acostumbrados, a saber, que Dante Alighieri no
puede ser un impostor.
Es por esto que una prostituta muy conocida ha dicho con gran sentido de la verdad: " El
mundo quiere ser engañado, engañémosle".
Sí se nos enseña que el acto sexual carnal es algo muy sagrado, eso puede pesar tanto a la
fuerza de nuestros instintos animales que nos controlan usualmente, y a la tendencia
general que provocan en la humanidad como para convertir a las mujeres en prostitutas y
a los hombres en simples bestias. Y toda esta rutina puede estar tan arraigada hasta el
punto de que no podamos darnos cuenta de lo sagrado de la sexualidad como parte de
una realidad superior.

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Nos cuesta entender que al final de La Divina Comedia y del Camino de Rosas sin Espinas
el amor se sublime y trasmute en una realidad mística que ya no es carnal, tal como la
conocemos. Sino que es tan super carnal que permita la unión de los eternos enamorados.
Porque Beatriz y Dante, en La Divina Comedia, no han muerto sino que su unión
aparentemente fracasada en lo corporal, se ha consolidado en lo supra normal. Y eso es
algo muy difícil de poder comprender.
Todo lo que entre mortales tiene que ver con el verdadero amor y no simplemente con el
sexo carnal, cuesta mucho de ser aprehendido y experimentado en carne propia.
El sexo como experiencia es de hecho un acto mental y la realidad misma es mental. Pero
no debemos entender por mental lo racional, sino que lo racional es simplemente una
herramienta para lo mental. La mente es el pensar verdadero que incluye intuición y razón
y además, misticismo.
Por eso puedo inventar y entrar a formar parte de la novela de Dante Alighieri, cuando
Beatriz me espera al otro lado del mar sin orillas. Después de que Orfeo hizo los honores
acompañándome y dejándome a la orilla de este mar divino hasta donde podían llegar los
mortales. Para que yo pudiera atravesar este inmenso mar hacia el lado de la
inmortalidad. Yo continúo transitando sobre el mar y Beatriz ya no era una persona sino
que se refería a un colectivo de "diosas". De modo tal que la personalidad ha muerto y el
colectivo femenino es una fuerza cósmica.
Este mar sin orillas por el que transitaba es sólo una réplica del verdadero mar sin orillas
místico. Porque no somos nada o por lo menos, somos muy poco. Sin embargo, escribir
más sobre estas realidades como para formar una tercera obra de la divina comedia, la
cual ya no es posible puesto que sería incomprensible para la realidad de simples
mortales. Porque de hecho en el mundo humano todo es desechable. Aquí carecemos de
voluntad propia real y de libre albedrío. Somos convertidos generalmente en robots
biológicos con libre albedrío a conveniencia, regulado y limitado por toda una serie de
topes morales para la conciencia, para la sensibilidad, para las costumbres y para la
sociedad. No obstante queremos llamarlo con todo derecho religión, ciencia, arte,
evolución, fuente de felicidad, de placer, del bien, de heroísmo y mucho más.
Pero bien sabemos que los excesos del costumbrismo humano deshumanizado, hacen de
la vida una feria y un burdel mezclado por la comedia de malos artistas y bufones que
disfrazan a todos de personajes, los cuales muy en secreto, viven, sin embargo, una lucha
interior terrible. Como aquellos que se ven motivados a hacer el mal para sobrevivir, por
ejemplo los que tienen que construir o inventar a los llamados "chivos expiatorios" a
quienes culpamos de nuestros pecados. Es decir, fabricamos culpables para quedar libres
de la persecución de una infinidad de verdugos que nos acechan. En fin, esta es la vida
convertida en circo y aún peor, en manicomio. Es el torrente de las circunstancias donde
se cultiva inevitablemente algún vicio, alguna actitud criminal, alguna sexualidad extraña.
Pero aquí mismo también se encuentra la puerta hacia el cielo de la divina comedia. Una

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experiencia muy difícil de explicar por qué se relaciona a la vida eterna.
En este mundo inexplicable somos amados por las mujeres y por los hombres como
colectivo que adoran a Dios, de acuerdo a nuestras creencias y tendencias religiosas o
místicas. Fuente de donde surgen misterios como el referente a la segunda venida del
Cristo o mejor dicho, el segundo nacimiento hacia la inmortalidad. Y si en este reino divino
existe la sexualidad debe de ser algo muy metafísico, mental, colectivo y sublime.
Entonces sí que es difícil explicar el principio y fin divino de toda posible sexualidad como
fuente de creación, tanto en el átomo más diminuto como en el sol más gigantesco.
Podemos vivir en el paraíso al mismo tiempo que como simples mortales en el reino
humano.
En este reino humano puede que perdamos todo porque todo cambia, pero en el reino
divino eso no es posible. Aquí puede que exista la traición, allá no, por lo menos no como
aquí. Tal vez porque es aquí donde necesitamos ser imperfectos como para dar lecciones y
luego, simplemente parar.
Pero todo se olvida y se cura mirando la verdad conservada en una sagrada tradición de
sabiduría. Donde continuamos vivos por unos milenios más. Mortales pero inmortales.
Porque además, ya no hay diablo que insista en ofrecernos su reino y todos sus bienes sí
lo adoramos. Ahora podemos contemplar el bien y el mal, fuego que no quema. Podemos
y debemos inclinarnos ante Padre-Madre. Felices porque sus hijos vuelven a casa.
Y las huestes celestiales en la Tierra son renovadas.
Hemos aprendido a amar y a llorar con una mejor ella y por ella; con un mejor él y por él.
Y podemos comprender que los pueblos quieren por fin parar, ya que en lo profundo de
su corazón aman de verdad a Dios.
Descubrimos que las huestes celestiales son parte de la misma realidad humana, tal como
la percibimos o creemos. ELLOS no son superiores, ni tampoco son humanos de carne y
hueso, sino que son la otra parte de la realidad humana, la parte invisible. Pero
definitivamente se trata del humano por estado de conciencia sólo que en el lado positivo
de la vida donde pueden ver a Dios mientras que a nosotros se nos dificulta eso. Es así que
puede comprenderse porque las huestes celestiales siempre están con la humanidad en
toda su historia y forma de existencia mortal y sin embargo inmortal. Ellos necesitan de
nosotros y sólo entonces puedo comprender que los ángeles nos hagan preguntas,
aprendan de la humanidad y esperen tanto de nosotros.
Y con el despertar también es posible entender que existe el yo superior, cuidando de
nosotros como de un niño.
Todo es humanizado como nosotros, pero en evolución. ¡Benditos aquellos que sin ver
pueden creer y que aman a todos los que son recibidos en el paraíso!

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LOS MAESTROS REALES Y SACERDOTISAS CON SUS DEFECTOS HUMANOS
He visto a lo divino del gurú en algún cielo superior a nuestra realidad simplemente
humana, y puedo enterarme de que ellos también son humanos mortales que deben de
continuar como todos los que tenemos cuerpo físico. Esto sin entrar en discusión sobre lo
que es o no la reencarnación, sino más bien comprenderla.
Y es sobre estos temas que se escribe justo lo necesario en su aspecto humano y a veces,
súper humano. Para eso es que hay que aprender a presentir, a ver sin ver. Pero sobre
todo, hay que arriesgarse a decírselo al mundo, a la gente.
Tienen que comprender que nuestros maestros más sagrados, muchas veces son simples
mortales con cierta o especial sabiduría.
A veces es difícil contenerse y confesamos estas verdades para ayudar a los caminantes.
Ya que hay verdades que ayudan a diferencia de otras que hacen daño. Como el hecho de
que todo el mundo puede practicar el primer nivel de la meditación Merkaba, pero los
niveles posteriores requieren de una enseñanza especial. Tal vez el segundo nivel no sea
tan peligroso. Pero el referente a la sexualidad (tercer nivel del Merkaba) definitivamente
lo es. También el hecho de que la geometría sagrada es para muy pocos porque ha sido la
causa de que muchos pretendan aplicarla como tecnología exterior, y una realidad que
corresponde a la quinta dimensión no está bien pretender enseñarla abierta o
completamente de forma directa en la tercera dimensión porque de hacerlo puede llegar
a convertirse en algo malo.
A veces algún maestro ha hablado de que él mismo es una encarnación única y especial,
que viene de dimensiones muy superiores y no es precisamente así. O dicen que es la
primera vez que nacen en esta tercera dimensión terrestre, cuando que en realidad
también han estado en la rueda de reencarnaciones. Pueden creer que alguna vez
reciente han nacido como mujer, pero no es así. Porque de acuerdo a las leyes superiores
de la reencarnación, hay un momento dentro de la evolución en que se define nuestra
naturaleza sexual, de modo que nacemos del todo hombre o del todo mujer, antes de
unirnos en verdad a nuestro complementario y convertirnos en andróginos.
Hay muchos maestros superiores que existen de manera invisible en nuestro propio
planeta tierra, porque nada tienen que ver ya con esta humanidad. Muchos otros son
maestros o sacerdotisas que están por despertar y alcanzar un estado superior de
conciencia cuando las condiciones sean propicias.
Es conocido el caso de aquel que vivió dentro de una ballena por alrededor de cien años. Y
esto es verdad, según mi parecer. Pero no es cierto que hayan venido sirianos para salvar
literalmente a la humanidad en 1972, aproximadamente, formando un Merkaba sintético
con sus naves unidas para alinearse en forma de tetraedro en torno al planeta y así crear
una realidad virtual para cada ser humano sobre este planeta tierra. Esto me parece
exagerado.

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Tampoco creo que nuestra Tierra pueda ser abandonada a su suerte en la tercera
dimensión cuando nuestra Tierra Ascienda hacia la cuarta dimensión llevándose a la
humanidad entera de forma literal. Aunque es muy posible que esto sea lo que haya
ocurrido en Venus y también con Marte, donde cuando las humanidades de tales planetas
ascendieron con la cuarta dimensión de ellos, experimentaron los tres días y medio de
obscuridad, y como abandonaron a sus planetas de tercera dimensión, fue entonces que
verdaderamente se convirtieron en bebes apareciendo en un Venus y Marte de cuarta
dimensión. Sin embargo, como dijimos, Venus y Marte de tercera dimensión fueron
abandonados de forma literal. De modo que no quedo aquí ningún marciano o venusino.
Aunque es evidente que los ascendidos y algunos pocos seres avanzado sobrevivieron y
aún habitan en el interior de su respectivo planeta.
Pero en lo que se refiere a nuestro planeta Tierra, el plan consiste en conservar a la
tercera dimensión con toda su humanidad que aún corresponde a esta tercera dimensión
y sin embargo, ascender hacia la cuarta dimensión, es decir, con un planeta Tierra que se
replica idéntico al de tercera dimensión solamente que en cuarta dimensión. De modo
que se trata de un mundo paralelo apareciendo completamente idéntico al de tercera,
solamente que en cuarta dimensión. De modo tal que cada ser humano tiene un gemelo
idéntico en un mundo de cuarta dimensión pero ese cuerpo físico de cuarta dimensión es
ocupado por una entidad diferente que viene de la galaxia. De manera que los que no
están preparados para pasar a cuarta dimensión se quedan en tercera dimensión y su
cuarta dimensión es aprovechada por una entidad apropiada.
Por otra parte, si se pretende formar una red de conciencia CRÍSTICA sintética alrededor
del planeta en forma de dodecaedro pentagonal, eso es factible y se reafirma con los
lugares sagrados construidos especialmente en el encuentro de líneas que forman dicho
dodecaedro para aprovechar ese magnetismo. Dicha red se halla, según los enterados,
aproximadamente a unos noventa kilómetros sobre la superficie exterior de nuestro
planeta tierra. Eso es posible y natural. Sin embargo, la función correcta de una conciencia
CRÍSTICA que haga funcionar esa red es solamente cuando existen seres evolucionados a
una realidad superior para sostenerla y convertirla en una red viva y no solamente
sintética.
Por eso, cuando se pretende crear una red de conciencia CRÍSTICA sintética o un Merkaba
exterior, es algo muy peligroso porque la geometría sagrada responde a la quinta
dimensión y proponerse usar dicha sabiduría para aplicarla a una tecnología de tercera
dimensión es inadecuado y se presta a una manipulación de la humanidad por parte de los
seres que la crearon con ese fin ¿cuál otro podía ser?
Una correcta red de conciencia CRÍSTICA planetaria o un correcto Merkaba siempre se
hace con la conciencia misma de seres que pertenecen a esta Tierra o que vienen a
servirla de forma directa encarnando como humanos, pasando a formar parte de la
humanidad misma y no como extraterrestres.

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Por otro lado, la Atlántida de la que habla Platón y otros maestros de sabiduría que dicen
que se hundió hace trece o quince mil años, es solamente el resto de la Atlántida que
consistía en grandes islas. Pero hay autores de una sabiduría muy antigua entre la
humanidad que reconocen las razas raíces y establecen la aparición de la gran Atlántida
desde hace varios millones de años, lo mismo que su principal hundimiento.
Además, cuando se enseña que existieron colegios de sabiduría para alcanzar la Ascensión
consistente en una sexualidad interdimensional debido a la unión de la pareja y su hijo,
eso es tan inadecuado en tanto que se trata de una relación de pareja en cierta forma,
incestuosa. Ya que es de sentido común que nuestros hijos, por naturaleza, tienen el
derecho de elegir su propia pareja cuando estén en edad adecuada sin que experimenten
con una experiencia sexual demasiado prematura y que les impida escoger si quieren o no
ser parte de una sexualidad interdimensional donde su libre albedrío está anulado. Lo
natural es que todo ser humano tiene derecho a una vida propia. Esto debe enseñarnos
que los seres superiores también se equivocan. También aprenden y se recomponen.
Siempre en la sexualidad interdimensional se requiere la unión de la dualidad: hombre y
mujer. De otra manera nos encontramos ante un caso de pedofilia sutil en una forma de
sexualidad interdimensional mal sostenida .
Y en relación a nuestra época actual, debe saberse que cuando lleguen a ocurrir cambios
geológicos en nuestro planeta tierra, surgirán nuevos lugares en los grandes océanos.
Superficies que será difícil habitar de manera inmediata, hasta que queden purificados, de
modo que las entidades del inframundo que allí habitan tengan tiempo para retirarse sin
causar daño a las criaturas humanas. Eso, porque se sabe que la Tierra tiene sus espacios
específicos para los humanos sobre la superficie terrestre pero para las entidades
demoníacas el lugar donde habitan naturalmente es debajo de toda superficie terrestre.
Aunque más hacia el centro del planeta, es un lugar adecuado para los llamados
Ascendidos, ya que Ellos pueden resistir una realidad tiempo-espacio de cuarta dimensión
que es la que naturalmente corresponde al interior del planeta tierra.
Hay maestros que llegan y toman una entidad humana con su permiso y evitar así
reencarnar. Pero igualmente se pueden ir dejando en ese cuerpo otra entidad diferente.
Esto es una realidad de cambio interdimensional que el muy difícil de percibir cuando no
estamos preparados. A veces, ni el nuevo usuario se entera de que ha tomado parte en
este intercambio de cuerpo y que está ocupando un cuerpo físico, pensando que es una
continuidad de esa vida humana, cuando en realidad apenas es un nuevo habitante de
dicho cuerpo.
Pero esto no es ningún problema para los dioses ya que ellos gozan de una percepción de
la realidad superior de acuerdo a su propio diseño, necesidad y capacidad existencial. De
cualquier manera, la humanidad es amada por entidades superiores y siempre ha sido
protegida de experimentos fallidos referidos a la genética o invasiones de virus intra
terrestres o extraterrestres. Esto significa que siempre se impone en los mundos una

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ciencia biológica súper cósmica.
Y cuando se habla de que ha sido posible activar deliberadamente alguna pirámide
importante del planeta tierra de modo que se logre alinear con la red de conciencia
crística, esto se puede lograr momentáneamente, por ejemplo estimulando el primer
chacra de la Tierra con una sexualidad realizada por ciertas personas en fechas especiales,
en ese lugar. Ya que el primer chacra es el chacra que corresponde al de la sexualidad. Y
esto casi nunca tiene consecuencias positivas para la Tierra misma, mientras no haya seres
que alcancen verdaderamente el estado de conciencia requerido para fundirse a Ella. Es
por eso que casi todo tipo de actividades en los chakras del planeta tierra o en los puntos
nodales de la red de conciencia CRÍSTICA planetaria no tienen el efecto esperado y menos
pueden ser permanentes. Y en el caso del manejo en el primer chacra del planeta tierra,
más bien puede tratarse de una violación, que de un servicio a nuestro planeta o a la
humanidad.
En fin, la sexualidad es para evolucionar o bien para tener una buena vida con tal de que
esta no sea usada para alguna forma de corrupción o de perversión infrahumana.
Para comprender estas realidades referidas a la alta Teúrgia, la magia, la iniciación real, el
misticismo superior y en fin, el ocultismo blanco. Se requiere un largo desarrollo que
empieza con el respeto a todas las formas religiosas. Ya que ellas están diseñadas para
nuestros estados infantiles de conciencia, pero son útiles, naturales y necesarias cuando
somos parte de la mayoría humana.
LA FALIBILIDAD Y UTILIDAD DE LAS RELIGIONES
Las religiones se revisten y coquetean con la fantasía aunque a veces resguardan en sus
enseñanzas desarrollos altamente científicos o teológicos. Pero por lo general se estancan
en leyes caducas que son la base de una serie de dogmas insostenibles. Así es como se va
ganando una fama hasta que la historia de sus héroes y heroínas reconocidos algunas
veces como Salvadores de la humanidad, no pueden abarcar verdaderamente a toda la
humanidad, principalmente cuando la época va cambiando a través de los milenios. Y sin
embargo, siempre las grandes verdades se conservan en el corazón de la humanidad.
Contando con el hecho de que las buenas religiones son siempre misericordiosas con los
más pobres y hablan del amor como principio universal. Eso es lo que las hace
permanecer en el tiempo.
De otra forma la religión es solamente una institución que varía, nace y renace. Entra en
las escuelas oficiales y a veces toman el control de éstas hasta que la corrupción termina
con su influencia y las separa del corazón humano y de la ciencia. De modo que la religión
puede ser un bálsamo o un moustro que atormenta conciencias.
Quienes son conscientes de lo que en verdad es una religión y otras morales e

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instituciones, jamás las consideraran ni totalmente malas, ni totalmente buenas. Pueden
incluso disfrutar y llegar a convencerse de que toda la religiones son buenas y necesarias.
En este libre pensamiento se pueden tal vez, salvar a otros. Pero ¿cómo salvar a un loco?
¿Cómo salvar al que está seguro de que el mismo es bueno y Santo? Alguien que no ama a
Dios pero cree que lo ama, que lo conoce y que le ha entregado su vida. Incluso que le ha
dado demasiado hasta el punto de él o ella misma no quedarse con nada. Todo lo cual lo
convierte en un personaje inseguro y vacío. Aunque tenga mucho y se le de todo. Aunque
se le proteja, ame y consienta. Simplemente no ven porque no están presentes en el
recibir y en el apreciar. Es como alguien ciego que vive en la miseria y en la orfandad.
Alguien que piden más y más a Dios y a la vida para sentirse seguro sin lograrlo jamás.
LAS TRAMPAS DEL FANATISMO
¿Qué tipo de locos son estos? Los que pueden romper el corazón de los dioses, de sus
hijos, amigos y esposos.
Nada les satisface. Sienten que lo dan todo y no reciben nada.
¿Que vacío infernal es éste?
Pueden tener al ser amado y decir que lo aman, que saben quién es y confían en él o ella.
Pero apenas pierden algo a lo que están posesionados, sea dinero o sentimientos. Y dudan
del ser en quien decían confiar. Piensan que es el enemigo, que es el traidor.
Porque siempre han temido ser traicionados.
Tan extraño y dañino es ese sentimiento que no se puede esperar a que confíen
ciegamente. Por el contrario, deben dudar de todos pero esto no les da derecho a
condenar sin pruebas.
Es posible que los estén presionando sin embargo, no pueden saberlo.
Deben dejarlo así. Porque la locura es aquí una enfermedad y se requiere tiempo para
salir de ese manicomio.
Podemos contemplar a los que se presumen "buenos" y de "buenas intenciones". Que
todo lo quieren dar a sus semejantes.
Se compadecen del desvalido, dan de comer al hambriento y procuran mitigar el dolor de
los animales sin dueño para adoptarlos. Pero viven cansados, agotados de amar y sin
ánimo ya de ser responsables por aquello o aquellos que quisieron salvar y tomar bajo su
tutela.
Critican a todos y a todo. Quieren y exigen que todos sean buenos, inteligentes y

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serviciales. Pero tal como estos locos entienden que debe ser alguien bueno, inteligente,
responsable y servicial. De modo que no dejan a nadie libre y no hay felicidad diferente a
su dogma de felicidad.
Así que son buenos con los demás pero al mismo tiempo los critican y les exigen. De esta
forma es como curan, pero a la vez, enferman.
Algún día cesará el tormento y estas almas se liberarán. Será el día en que saldrán de su
cautiverio. Porque para entonces, estarán listos para ni perdonar ni condenar. De tal
forma que lograrán si bien ya no darlo todo, tampoco mendigar nada.
Algún día se convertirán en personas simplemente humanas y dejaran la locura basada en
esta extraña pasión encadenada a la contradicción emocional que parece eterna.
Pero mientras eso no sucede claman por permanecer como simples personas y suelen
decirnos en un susurro casi imperceptible: -¡Por favor no me digas la verdad que me daña!
Miénteme de a poco para que sea feliz.
Así es la vida. Las grandes verdades matan. La mentira piadosa es muchas veces el dulce
bálsamo que consuela y perdona.
Aquí el tonto, el que es flojo, el que es perdedor y mediocre pasa desapercibido, perdido
en el maremágnum de los que valen poco. Pero otro que parece vegetar, en realidad
puede ser un gran ser que guarda grandes verdades y que incluso, esté realmente
sosteniendo la salvación del mundo.
La verdad está callada y habla de a poco por compasión. Para así poder compartir en
forma de un hombre o mujer cualquiera, el fin del mundo y no dejar sola a la humanidad
en este trance de cambio inevitable.
Entre los harapientos o pobres, seguro que se encuentra un dios.
En los bajos tugurios de este gran burdel donde se vive y desvive la humanidad decadente,
es posible que hallemos al más grande de los amantes.
Pueden así ser salvados, dos o cien humanos. Y si son salvados millones, no puede
ofenderse Dios por esto. Seguro que no le molestara tal milagro.
SABER DEL MAL
¿Cómo liberarse del mal si no lo conoces, si no lo sabes, si no lo has experimentado y
vencido?
Vas y te matas para experimentar la muerte, porque no se comprende que experimentar
en carne propia, no es siempre algo literal.

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Es mala la violencia y la guerra, pero al mismo tiempo los guerreros verdaderos se ríen
porque los tontos del pueblo no saben lo que es la vida.
Los hijos se corrompen porque los Padres fueron buenos, tolerantes hasta el extremo de
la tontería. Ellos no fueron sabios como para detener a sus hijos, exterminados por las
tentaciones del mundo, hasta el punto de convertirse en parte de eso. O sea, seres vacíos,
muertos y viles como las entidades demoníacas.
La carne es carne y sus leyes son de la carne. La pureza también tiene sus propias leyes, su
propio mundo y universo.
Esta mal la violencia, está mal el dolor y la muerte. Pero aquí mismo se puede ser feliz y
sobrevivir en el eterno bien, dado que para el Santo todo es Santo.
Que mal para el criminal convertirse en criminal; el violador, en violador. Es el animal
humano que descubre que es esclavo de sus instintos.
Pero ahora que experimentan el mal ya lo saben. Pueden comenzar a luchar de verdad y
convertirse en buenos.
El amante que rompe los votos del matrimonio es el malo. El que traiciona movido por
motivos buenos, es el malo.
¿Hay una ética para el malvado que siendo el más bueno parece el más malo?
El corazón tiene sus leyes y al final de la vida, cuando se le encuentra y se le encarna,
puede fallarle a la sociedad pero no a la auto conciencia, no a la divinidad.
Finalmente todas las mentiras requieren de una moral social, de una constitución
producto de la historia referida a un pueblo hasta las posibilidades máximas de lo sagrado.
Y ese mal necesario será regulado por la ética y el derecho positivo, para que sea bueno y
no malo. Pero lo que le sustenta es el acto de conciencia, el acto de amor, el acto o de la
sinrazón que aún en este divino estado de locura, es bueno.
LA MUJER ESTA LOCA POR NATURALEZA
La racionalidad es la muleta y el dogma fundamental del hombre convertido en macho.
Pero no tienen la potencia, la divinidad, la suerte o el toque de gracia sublime que le
permita experimentar lo que es una verdadera mujer. No porque la mujer sea el acto puro
por excelencia sino porque la mujer escapa a toda razón pero tiene mente igual que el
hombre. La mujer es pasión y es locura, locura que es cordura ante la mujer misma,
porque, por naturaleza, no razona, aunque piense. Ella fluye, ella se sume en lo colectivo
porque no distingue al modo del macho. Pero consciente de estar loca, de amar, de vivir
cada instante sin ton ni son, es también individual y consciente ¡una conciencia loca! ¡Una
razón apasionada!

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La mujer convertida en hembra tiene como muleta y dogma fundamental a la locura
misma. Y lo peor, la tiene como algo natural. Cuando por principio es totalmente
antinatural ante el macho y lo sólido de las cosas, tanto, que el hombre por eso termina
siendo tan vacío y viril de apariencia, como el cambio perpetuo de las cosas.
La mujer comúnmente es la hembra impura cuyo mal es la pasión que mata, la fe ciega
que nada sabe de la fe viva e imperecedera. Es pasión que es sexo, de modo que el sexo
por definición, es mujer; prostituta que explota al hombre y lo convierte en esclavo de una
nada, que nada dura.
Porque humanamente hablando no es la fe lo que mueve montañas sino que es el sexo lo
que las mueve.
Así pasan por el mundo de las tinieblas el hombre y la mujer. Todo por la falta de pureza
en una razón que persiste en permanecer sumida en la inercia, y por una sinrazón que ha
hecho de la locura una perdición y un desperdicio.
O sea, la ciencia con su razón y la religión con su fe ciega. Y ambas son el destino interno
de los que nada saben de la ley, del amor y del verdadero pensar.
La locura de los buenos es una acción purificada, una razón verdaderamente objetiva ante
la realidad como tal.
Sin embargo, todo tiene sus límites. Y si viajamos en el tiempo es mentira que no
debemos literalmente, no tocar nada en el pasado distante o en el futuro ignoto. Lo único
que sucede es que todo es relativo. Influimos y somos influidos, pero no debemos alterar
lo fundamental de la historia y de los hechos.
Somos libres hasta cierto límite. Somos buenos porque ya somos eso y eso es relativo.
La mujer está loca pero más loco el hombre por adorarla. Y aún tenemos el punto exacto
donde ambos se fusionan para encontrar que la locura, como hemos dicho, era la cordura
verdadera.
Y cuando interactuamos con la realidad hasta tocarla y eso se convierte en algo natural,
descubrimos que se trata de la locura en todo ¿Es acaso que somos seres de fe
precisamente cuando más científicos y anarquistas pretendemos ser?
Debe ser por eso que si conozco cosas y detalles de mi mujer que ni ella misma conoce de
sí misma, es porque una parte de ella está en mí. Y si ella sabe cosas que como hombre no
conozco de mi mismo, es que eso del masculino está en ella.
Entonces, tenemos límites en nuestra capacidad de amar. Por más inteligencia emocional
o racional que tengamos, somos simples románticos enamorados o pragmáticos aburridos
que se engañan al creer que saben todo sobre el amor.
Esos límites que conocemos del otro es lo que nos hace cuidarnos del enemigo. Es lo que

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nos lleva a luchar, a renunciar y protegernos de quien más confiamos. Nos lleva a guardar
secretos. A no dar lo que no debemos. Ayudar al otro sin que se entere de cómo y qué
tanto le damos para que sea feliz.
De modo que la prostituta y el más vil de los hombres pueden en la práctica, ser más
espirituales y conocer más de la vida que la virgen aparentemente más pura y el hombre
más honorable. Así es la locura, oculta verdades y enseñanzas que son grandes tesoros
donde menos lo esperamos.
La locura es positiva, es decir, propia de la gente más o menos normal. Y lo es
precisamente porque sólo es posible debido a la imperfección humana. Aunque lo mejor
para la locura es poder desarrollarse. Para eso es que nos permite realizarla, en verdad
disfrutarla. Escapar de la realidad precisamente, convirtiéndonos en su dueño;
contactándola, asimilándola.
Y cuando el humano alcanza su perfección y se convierte en un humano superior, la locura
se cura de toda locura. Entonces logramos la cordura, precisamente porque se ha
realizado toda forma de locura.
¿Cómo se puede ser cuerdo habiendo llegado al colmo de la locura?
Influimos y somos influidos. Pero las influencias superiores son las que marcan nuestros
límites y el inexorable destino de la humanidad entera. No dejamos de ser libres, y sin
embargo, somos mortales y falibles.
Todo se convierte en particularmente sagrado. La sociedad, la honradez, el sentido del
bien y todo comportamiento moral y sexual. Porque el pecado está en, por ejemplo,
hacer el amor sexual indiscriminadamente. Cuando que en realidad somos una vibración,
producto del estado evolutivo de nuestra conciencia. Y con este tipo de nota y ritmo
debemos de escoger nuestro entorno social, religioso y de pareja. Porque hacer el amor
con el enemigo y estar obligado a vivir con éste debido a intereses destructivos o
demasiado pasajeros, sólo nos trae dolor y fracaso.
El sexo por sí solo tiende a alejar a sus participantes. Y una unión sin contacto real sólo
separa. El contacto es con todo y en todo. Eso es vivir en armonía. Es la unión en lo
invisible, es el amor. Tocar la realidad y en la realidad, a todo.
Dejar todo sin perturbarlo. Aún los discípulos deben ganarse el derecho a ser entrenados
por sus guías espirituales. Porque de hecho, todo está bien pero tenemos límites, aun
cuando no lo creemos así. Hay que vivir siempre humildes y conscientes de lo poco que
valemos. Sin embargo, permanecer felices porque muchas cosas podemos cambiar en
función del desarrollo de lo bueno en nosotros. Un destino fatal puede cambiarse si
desarrollamos nuestra voluntad de amar.

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FANTASMAS O LOCURA
Los fantasmas y los muertos no son locos ni cuerdos, solamente significa que se trata de
los que están ausentes. Como lo está la piedra y las paredes, el polvo y el silencio absurdo
de lo que dejó ya la existencia.
La locura tiene que ver con la pasión y sobre todo con la pasión de vivir. El haber
intentado algo. Pero cuando el humano no se conoce, simplemente, como dijimos, vegeta.
La locura no significa dejarse arrastrar por los instintos animales que nos subyugan hasta
el punto de no permitirnos respirar más.
No se está interpretando que se trate de una humanidad denigrada a la que se le prohibió
pensar y ser consciente de qué, quién es y para que vino a la existencia.
La evolución es la evolución de este sacudirse y luchar a veces sin que los demás lo sepan
y otras ocasiones, para que todos lo entiendan, se muevan y vivan.
Cada día es nuevo. No es posible no celebrar la vida. No es posible permanecer
hipnotizados por el confort que ofrece la vida moderna la cual por lo general, nos
convierte en cobardes siempre perseguidos por la amenaza de perderlo todo. También
entonces, ricos o pobres, sanos o insanos, pueden quedar como fantasmas y como
muertos impotentes de actuar, porque el confort y el avance tecnológico se convirtieron
en su Dios y en su opresor.
Cuando la humanidad queda inutilizada es que ha envejecido tanto que ha llegado su hora
de morir.
Por eso, haz un trabajo de esclavo si para esclavo naciste, pero vive. Hazla de bufón si esa
es tu vocación. Lava un plato, Talla un piso; cuida un hijo o gobierna un país; ama a la
locura o a la cordura. Pero actúa. Se útil a la vida para que ésta no te deseche. Porque bien
lo dice el sabio: "El que está triste ofende a Dios".
Amar es amar por amar, sin esperar que el otro nos ame o no. Porque el amor es así. Se da
sin condiciones.
Para que alguien pueda recibir amor, también debe amar. Puesto que sólo entonces
puede darse cuenta de cuánto es amado. Nadie nos exige amar, es que la vida es amor.
Dios nos ama, pero necesitamos ponernos en la misma frecuencia. Una frecuencia de paz
y armonía. De otra forma, no captamos esas frecuencias que corresponden a la paz y la
armonía.
LOS NIÑOS AMAN A DIOS NATURALMENTE
Amar a Dios es fácil y es difícil. Tal como ser niño o niña en estado de conciencia y de

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presencia. Es fácil y difícil.
Es fácil ser niño, pensar como niño y actuar como niño. Pero ¡qué difícil y casi imposible es
eso para un adulto!
Dios es uno más en el universo. Lo que significa que hay infinitos Dioses únicos. Y sin
embargo, cada uno de Ellos es el único Dios. Porque Ellos sí que saben de unidad
universal.
Pertenecemos a un Dios único y no hay otro para nosotros, porque Dios es Dios
simplemente porque es Absoluto
Asi que para amar hay que estar en la frecuencia del amor. Y el amor verdadero es
incondicional. Sin embargo, es humano amar debido a intereses, servir por servilismo;
vendernos y comprar; prostituir, matar, destruir…
Lo bueno de lo malo, es que hacemos que todo eso se agote, lástima que lo hacemos
hasta el punto de dejar de percibir a los seres que nos aman, aun cuando están junto a
nosotros. Ya no podemos tocar ni hacer contacto con ningún ser que nos ama. Porque en
el infierno la palabra amor no existe o está prohibida.
Por amor morimos o lo perdemos todo, pero es para nacer como un niño que sale del
vientre de su Madre, desnudo y sin propiedades materiales. Solo con su virtud de ser niño.
Amar significa entregarnos a lo divino de la mano que nos da de comer y nos protege. Y
ese, de alguna manera, es nuestro amo. Porque nada hay de indigno en ser un esclavo
consciente.
Así es como, de acuerdo a la sabiduría, el discípulo encuentra a su maestro. Y así también
es como los amantes se abrazan eternamente.
En verdad como resultado de la evolución somos lo que somos. Pero nuestro ser por sí
solo es una mota de polvo ante la inmensidad del Todo.
Si queremos servir a Padre-Madre y en verdad amamos, entonces descubriremos cuanto
nos ama y que tanto sostiene nuestro ser. Porque si medimos un milímetro, El-Ella es un
ser que mide un kilómetro.
El estado Cristico sería un ser que mide un metro y que sostiene el ser mismo de la
humanidad la cual apenas mide un centímetro. Y sin embargo, un Cristo solo es parte de
un todo poblado de Cristos-Diosas, infinitos.
Por eso se dice que el ser, es y no es.
La locura humana no vale nada a menos que se trate de la locura de amar.
Hacer contacto con la divinidad es el resultado de millones de años de evolución. Hacer

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contacto con el ser amado ha requerido muchos siglos de evolución en el mutuo
encuentro. Hacer contacto con un amigo dentro de una misma vida, resulta de nuestros
mejores años. Y si todo falla lo único que se requiere es comenzar de nuevo.
LA MADRUGADA Y EL CREPÚSCULO EN EL CAMINO
¿Hicimos nuestro mundo o lo arreglamos?
Los hombres y mujeres tienen precisamente los dioses o ídolos que se merecen.
¡Tan sólo y tan acompañado! Cuando todo acabó, allí mismo recomenzó.
Y es que conforme evolucionamos la gente a la que estábamos acostumbrados se va de
nuestro lado y sin embargo, realmente continuamos viéndola, conociéndola,
escuchándola, porque está siempre muy cerca de nosotros y ¡tan necesitada! ¡Tan
desesperada y tan consolada! Simplemente porque la amábamos y la seguimos amando.
Porque la sentíamos muy dentro de nosotros y en fin, sencillamente porque se fueron
para realmente quedarse.
Y todo para que al final de la jornada escuchemos la voz, las estrellas, el sol y la brisa que
nos dice: ¡Es solamente un paseo más! ¡Todo vuelve a renacer!
Conforme avanzamos más en el camino, descubrimos que el Cielo y la Tierra languidecen
cansados, desesperados. Es el crepúsculo confundido con el amanecer que tiene la magia
de ignorar la madrugada.
Porque fugarse no es lo mismo que realizarse. Y es que son tontos y demasiados los que
se fugan en su eterna madrugada de la vida. Intentando huir de la responsabilidad que
implica el tener que crecer y vencer.
Fugarse en una religión, en una disciplina, en una forma de alimentarse, en una sociedad
que pide ciegos y soldados muriendo, para nada. Fugarse en un vicio, es la infernal
costumbre. Fugarse en pretender ser feliz solamente como una emoción desesperada; en
un beso que entrega el alma y agoniza con el final del enamoramiento. Fugarse
inocentemente como cuando la novia sueña en vestirse de blanco para casarse y así lo
hace; fugarse de toda responsabilidad o porque la esperanza está vacía.
Todo esto es el felicidio de los locos, como son aquellos que se drogan con la práctica del
yoga en vez de disfrutarla. O simplemente los que mueren con una cerveza, un buen vino,
una canción nueva y una noticia escandalosa. Todo eso tomado demasiado en serio, con
demasiada emoción y sin ningún sustento de madurez.
Pero en este infinito fugarse, un día comprendemos que nada vale tanto como para morir
por ello y languidecer a cada paso hasta el punto de caer en la afición propia del
adolescente, que se fuga en su mente y en un libido de amor desperdiciado por la

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eyaculación precoz o la masturbación como vicio, dejándonos en una inevitable
frustración de placeres insatisfechos.
Por todo esto, es mejor realizar que fugarse. Ya que la vida trata de realizar todo,
enfrentar un camino paso por paso. Permanecer.
HOMBRE Y MUJER EN EL ETERNO PRESENTE Y DIOS COMO OBRA INÉDITA
La mujer es más emocional y el hombre, más racional. Pero ambos son emocionales y
racionales. Porque los dos pueden encadenarnos al pasado lo mismo que sublimarnos y
permitirnos ser mejores en el presente. Sin embargo, es la emoción femenina lo que
puede permitir a un hombre encontrar su felicidad en el eterno presente. Así como la
racionalidad masculina puede inspirar a una mujer a que experimente su realización y
crecimiento, también en el eterno presente.
El amor que no se involucra negativamente con la vida, es pasión inmaculada.
Todos deben continuar su camino sin interferencias que perturben el destino de cada
cual. Incluso, del necesario involucionar. Esto significa que todos gozan de libre albedrío y
tienen derecho a descubrir por experiencia propia lo que es la vida.
Cuando entregamos nuestra vida a alguien o a un ideal, puede que nos equivoquemos o
que en verdad acertemos. Si nos equivocamos, caemos con aquel o aquellos a quienes les
entregamos todo. Pero sí tenemos razón, encontramos la felicidad.
Así es la vida cuando amamos a un Padre-Madre Celestial del que somos sus hijos.
También cuando nos entregamos a un guía espiritual, a una doctrina, a una religión, a una
patria, a un lugar o bien, a un objeto. Puede que no parezca la verdad absoluta todo
aquello. Pero tal vez no era sino un asunto negativo. Y en eso consiste el acto de fe.
Porque al darlo todo podemos terminar como fanáticos o como héroes. Sin embargo más
vale hacer que no hacer; intentar que no intentar; servir que no servir; vivir que no vivir;
ser que no ser; amar que no amar.
Cuando hemos llegado a la cima y nos quedamos a vivir en ella, resulta que la única forma
de poder ayudar a los simples mortales consiste en mentirles para poder enseñarles todo
lo referente a la verdad. Y este es honestamente, un buen método científico en el manejo
de toda ciencia que se digne de ser racional.
Platico con el mundo y su corazón me responde. Allí se encuentra todo el sentir de la
gente. No me dicen todo y no escuchan lo que les digo como se los digo. Pero al final de
cada jornada en este abrazo fraternal, ellos se van felices con sus propias conclusiones y
entender. Mientras que guardo el mío, seguro de lo que dije o dijeron. Pero lo que ellos
comprendieron es muy diferente a lo que les comunique y, lo que yo capte nada tiene que
ver con lo que quisieron decir. Sin embargo, lo increíble es que ellos y yo creemos que lo

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que concluimos es lo que el otro quiso decir. Esto me recuerda que cada cabeza es un
mundo, pero sobre todo, que cuando hay amor y buena voluntad, todos somos uno.
Dios es la obra inédita de quien lo describe. Y es que cuando la humanidad entorpecida
destruye un fragmento de cielo, como cuando los locos enfermos queman libros o
civilizaciones enteras, por fortuna, las letras divinas vuelven a nacer en otra época. Así son
los poemas eternos, como letras inmortales. Ya que la obra divina es infinita.
¿Quién tiene la palabra? ¿Quién entre los mortales es el centro, el verbo encarnado?
¿Qué fragmento de Dios es vivificado en alguien?
¡Oh simples mortales! ¿No sabéis que la carne es carne?
Dad la carne a lo que es de la carne y que lo divino quede con lo divino.
Pero si mi carne muere y se pudre a cada instante, eso es siempre morir. Porque sólo los
elegidos saben que nada muere, que todo siempre renace. Entonces, sé un elegido. Se
carne que vive, mortalidad de inmortal. Este es el secreto de la locura nunca corruptible.
La palabra corriente es palabra sin sentido como la letra muerta, para que sea inmolada
ante la eternidad invulnerable, hasta que un día renace poderosa e inconmovible a fin de
convertirse en Biblia.
Pero que pequeño es el grito de un loco quien aun hablando de humildad se envanece en
un "Ton ni son" de oratorias, aun cuando exalta el no ser.
Ya que si alguien ve maldad en todo, aun cuando escuche la mejor perorata sabia, referida
a la redención, exclamará destructivamente: -¡Ese es un hombre carente de verdad!
¡Miente! No le creamos porque su vida es la de un simple mortal, y lo que es peor, de un
anarquista que trae caos a la sociedad formada por personas buenas.
Y así es el "bla, bla, bla" de los unos contra los otros, debido a la cual la guerra Santa se
transforma en guerra eterna, solo que cada vez más cruel y depravada hasta lo
inimaginable. De modo que cada uno de ellos termina hablando de YO. Y éstos son los que
más se ensañan contra los profetas poco avisados. Esos fanáticos son quienes concluyen
confesando sin saberlo, el mal que ven en el enemigo. Porque eso es lo que ellos mismo
realmente y de verdad son. No hay falla en esto, dado que sólo percibimos lo que
realmente somos.
Hasta que en esta barranca abismal en la que todos caen y se pierden, el yo auténtico deja
de soñar. Incluso cuando sigue hablando como un susurro, un canto, o bien, una que otra
verdad profunda que duele. Contemplándose que con esto como hasta los ángeles
mismos empapados en lágrimas escuchan el discurrir de las oratorias a la manera de un
Orfeo melancólico que hace vibrar en su arpa la melodía de los dioses. Demostrándose
que aun los que caen, en su caída son favorecidos por la locura y la genialidad.

Los caprichos de la locura

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