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Kilima 99 - Enero 2014
1. KILIMA 99 Enero 2014
Queridos amigos:
Como llevaba varios meses de retraso a cuenta de lo que ocurrió con KILIMA 98 vamos a ver si
consigo normalizar el ritmo y recuperar la marcha que habíamos mantenido hasta ahora.
Este número contiene un conjunto de noticias que dan una imagen de lo que ocurre en el país. La
corrupción se ha oficializado y se ha hecho tan normal que parece que quien no obra de esta manera
está perdiendo el tiempo y se arriesga a cometer alguna infracción que puede costarle un serio
castigo porque las formas del pasado no son compatibles con las costumbres de ahora, en la que se
goza de toda impunidad si se sabe repartir los “beneficios”.
Normalmente nadie delata a un compañero por temor a las consecuencias que puede acarrear tal
acción. No es que, por ejemplo el robo, no sea considerado como una acción mala, que perjudica la
convivencia e impide el desarrollo de la sociedad, sino que el robo es considerado como malo si es
ejecutado por personas ajenas a mi familia o a mi partido político.
Si quien lo comete es mi hermano, mi tío o alguien de mi partido político, el robo es considerado
como una astucia, una forma de mejorar la vida, una lucha contra quien dispone de unos medios que
yo no tengo y es considerado como tonto o desafortunado aquel que se deja coger por la policía. La
víctima no confesará su culpa, sino que estará preocupado en averiguar cuál ha sido la causa de su
infortunio e irá al adivino o enviará a alguien de su entorno para que vaya al adivino y descubra al
que le ha delatado. Y desgraciadamente, en el ámbito religioso ocurren cosas muy parecidas a lo
que acontece en el ámbito civil.
El padre de una religiosa era el director de un establecimiento escolar, pero su comportamiento
dejaba mucho que desear. Amante de la cerveza, llegaba a veces tambaleante a la escuela, y como
su salario no le permitía adquirir todo cuanto necesitaba, llegaba a pedir una contribución a los
alumnos bajo la disculpa de que era para aumentar la paga de los maestros que se encontraban
descontentos con lo que ganaban y amenazaban con ir a la huelga.
El responsable de las escuelas católicas era un sacerdote y cuando se enteró de las anomalías que
ocurrían en esta escuela, suspendió al director de su cargo y le mandó a una escuela en la periferia
de Likasi. La religiosa no pudo aceptar que su padre fuera sancionado y desde entonces, no asiste a
una misa que sea celebrada por dicho sacerdote. No piensa sobre los hechos que provocaron tal
decisión sino que lo único que cuenta para ella era que la víctima era su padre.
Viendo las necesidades de la gente, como la empresa minera en la que trabajaban la mayor parte de
ellos iba camino de la ruina y pronto se encontrarían en la calle, gracias a la ayuda que recibí del
Gobierno Vasco, conseguimos levantar un puente sobre el río Panda y abrir unos 80 km de carretera
para que la gente pudiera desplazarse en busca de unas tierras que fueran aptas para la agricultura.
El puente podía soportar un peso de 15 Tn., pero nadie hace caso de rótulo en el que está indicado y
pasan vehículos, que cuando vienen cargados de minerales, pesan más del doble de lo que está
permitido, causando un gran malestar en la población, que teme que algún día, a causa del abuso de
los transportistas, vayan a ocasionar la destrucción del puente y no van a contar con otra posibilidad
para atravesar el río y llegar a sus campos para cultivar, ya que hoy en día no cuentan con otros
medios de subsistencia porque ya han abandonado la fábrica.
La gente está quejosa por lo que está ocurriendo, pero aquellos cuyos hijos o hermanos son los que
conducen esos camiones, no aceptan las críticas de la gente puesto que salen en defensa de sus
parientes ya que no tienen otro medio de vida. Por eso se hace difícil la formación de la gente
puesto que lo que es bueno para unos es malo para otros No existen las normas objetivas, todo es
subjetivo, según las conveniencias del momento.
En la parroquia hemos levantado un complejo escolar al que acuden unos 2.500 niños y en torno a
ella hemos plantado más de 1.200 árboles frutales, en su mayoría mangos, aunque también hay
guayabas, aguacates, papayas, etc. Los frutos son para la gente, no para a parroquia o para los
alumnos que frecuentan la escuela. Hemos ocupado una zona que no estaba atendida por nadie,
llena de maleza, zarzas, y poblada por serpientes, ratas, etc. Se ha transformado totalmente el paraje
y ahora aparece como un lugar limpio, de sombra, en el que van a jugar los niños y los estudiantes
2. se aprovechan de sus sombras para preparar las lecciones y celebrar sus encuentros. Todos estos
terrenos pertenecen al ayuntamiento y con su permiso los hemos utilizado para ayudar a la
población a luchar contra el hambre ya que, normalmente, aparecen sus frutos en el momento más
crítico de año, cuando todavía los campos no han empezado a producir y el hambre hace su
aparición en las casas. Al menos consiguen engañar al hambre con la fruta.
Estamos atravesando una temporada de creación de nuevas iglesias o sectas. Cada día aparece
alguna distinta. Solamente en Panda, que tendrá unos 25.000 habitantes, hay más de 50 iglesias que
predican la Palabra de Dios, cada cual a su estilo. Todas ellas necesitan un lugar de encuentro u
oración. Algunos han construido una especie de tejavana con toldos de plástico junto a sus casas,
pero otros prefieren construir independientemente del lugar en el que habitan, de tal forma que
Panda se encuentra rodeada de un cinturón de pequeñas iglesias que cantan las alabanzas al Señor
rivalizándose las unas con las otras, de forma que nos faltarán muchas cosas pero el menos tenemos
ruido en abundancia.
Algunas de estas iglesias se han fijado en los terrenos pertenecientes al Ayuntamiento y que fueron
trabajados por nosotros. Se interesan precisamente por su limpieza, su arbolado, y les ha parecido
como un lugar ideal para implantar sus iglesias. Saben que esos frutales han sido plantados con el
permiso de las autoridades y que los frutos son propiedad de toda la gente de Panda, pero saben
también que los dólares abren todas las puertas y que nadie se opondrá a sus ambiciones.
Los miembros de una de esas sectas fueron donde el alcalde y a cambio de un par de miles de
dólares se han apropiado de un terreno con cerca de 250 árboles frutales. Hemos tenido varios
encuentros con las autoridades, incluso hemos denunciado el caso a instancias superiores, pero todo
sin ningún resultado. ¿Dónde está el bien? ¿Dónde está el mal?. Ese terreno les pertenece ahora y
no podrán ir allá los niños del pueblo a entretenerse con sus juegos ni a aprovecharse de las frutas
que pudieron haber recogido en aquellos lugares. Los de su partido político le apoyan en sus
decisiones a pesar de que también ellos serán víctimas porque no podrán aprovecharse de algo que
se había plantado para su beneficio. Es muy difícil hablar, enseñar, predicar, pero por otra parte
estamos obligados a decir algo para que lo malo no sea considerado como bueno.
Hace muy poco hemos tenido un caso curioso en la escuela. Hay que tener en cuenta, que hoy en
día el robo se ha hecho tan corriente como el respirar, es casi obligatorio. El maestro de taller
aprovechaba las ausencias del responsable de la escuela para redondear su salario. Alquilaba una
furgoneta, esperaba el cierre de la escuela y como tenía las llaves de garaje puesto que era de toda
confianza, metía la furgoneta dentro del pabellón y lo cargaba tranquilamente de hierros y varilla,
seguro de que estaba realizando una buena acción… para su familia.
Esta acción la había repetido varias veces, pero un compañero de trabajo, descontento porque nunca
le tocaba nada en el reparto de los beneficios, denunció ante el responsable de la escuela las
fechorías del maestro. Se hizo una investigación y se descubrió que los hierros que tenían
almacenados y que tenían que ser empleados por los alumnos, habían mermado considerablemente.
Como es normal, él negaba todas las acusaciones y quería que recayeran sobre otros las culpas que
le achacaban. El cerco se iba estrechando cada vez más sobre su figura y al final terminaron por
prescindir de sus servicios.
Habían acumulado cantidad de pruebas sobre sus actuaciones en perjuicio de la escuela. El ladrón
sospechaba de uno de los mecánicos de la escuela como el probable autor del “soplo” y trató de
amenazarle por todos los medios para que no viviera tranquilo e incluso se decidiera a abandonar el
empleo que tenía, para que lejos de su presencia, pudiera recobrar la paz.
_ “Ya sé que has sido tú quien me ha denunciado, pero ya te puedes preparar porque mi padre es un
gran hechicero y te puede ocurrir cualquier cosa mala”. Estas amenazas no se toman a risa y vino
donde mí para que le bendijera y mi oración le protegiera de las fuerzas del mal que el hechicero
podría arrojar contra él. Además, daba la casualidad de que por aquellos días había comenzado a
sentir unas molestias en una de las piernas y según le habían explicado sus familiares, esos dolores
podrían convertirse en úlceras de difícil curación que le apartarían del trabajo durante muchos
meses y se vería imposibilitado de seguir pagando los estudios de sus hijos.
3. Afortunadamente, mis bendiciones surtieron efecto porque poco a poco fue recobrando la
normalidad y el hechicero perdió todo su poder sobre él. Está muy agradecido por mi actuación
porque le salvé de un peligro inminente, pero eso no quita para que cada vez que sale con el camión
de casa, para hacer un transporte para la escuela, no haga también algún viaje para él aprovechando
que se le han confiado las llaves de contacto del vehículo y es muy difícil controlar el tiempo en
hacer el transporte solicitado porque siempre hay obstáculos imprevisibles que entorpecen la
circulación: la policía, los agentes del Seguro, el personal del Ayuntamiento, etc., que solicitan
papeles y permisos para controlar el tráfico, aunque lo que más les interesa no es que estén en orden
sino el aprovechar esas paradas para sacar alguna propina de los chóferes a quienes piden dinero
abiertamente bajo la amenaza de conducirles a la comisaría porque son muy pocos los que circulan
con todos los documentos requeridos.
El país cuenta con la asistencia de muchas ONGs que solucionan no pocos problemas del gobierno.
El Congo es un país muy rico y algunos países aseguran su entrada en él gracias a las ayudas que
prestan sus ONGs. No hay una política que aglutine los esfuerzos de todas esas ONGs sino que se
trabaja libremente, haciendo cada cual lo que quiere o lo que puede.
Estamos levantando un nuevo poblado en la selva a 55 Km de casa, para que un buen grupo de
gentes sin trabajo encuentren una forma de ganarse la vida. Ya hemos construido, con el trabajo de
todos, un almacén, un molino, un ambulatorio, una maternidad, una iglesia, y poco a poco vamos
poniendo en pie una escuela para que los niños de todo un valle, que tendrá unos 20 Km de largo,
dispongan de un lugar en el que formarse ya que en sus poblados no cuentan con un centro que les
permita salir de su ignorancia.
Nos está costando muchísimo porque no tenemos los medios necesarios para llevar a cabo tal
empresa y para disminuir costos trabajamos todos los de este poblado y se les invita además a la
gente de los poblados vecinos para que se unan a nuestros esfuerzos puesto que sus hijos vienen
también a estudiar en nuestro centro.
Los niños vienen andando desde sus poblados que están situados a 8, 10, 15 o más kilómetros y
como no pueden volver a sus casas, sobre todo en la época lluviosa, tienen que dormir sobre el
suelo de cemento de una de las clases porque todavía no hemos podido comprar unas camas sobre
las que puedan reposar dignamente.
Ha aparecido por aquella zona una ONG, que creo que es americana, que va construyendo escuelas
por los poblados, aunque éstos no tengan los niños suficientes para llenarlos e incluso quieren
levantar algún internado para alojar a los alumnos. Les hemos pedido trabajar juntos para que con el
esfuerzo de todos, podamos hacer algo que merezca la pena y redunde en bien de todos ellos.
Se han negado, porque los congoleños que dirigen esta ONG no quieren que ningún extraño meta
las narices en sus cuentas, ya que si actúan ellos solos, pueden engañar con facilidad, con la ayuda
de informes falsos, a los que les envían el dinero, exagerando en ellos la labor realizada y
percibiendo un dinero cuyo monto solo lo conocen los responsables, para continuar las labores de
desarrollo de este país tercermundista.
Lo más duro para permanecer en este país no es la pobreza, la falta de hospitales o escuelas, sino la
destrucción de los valores humanos que se ha operado estos últimos años y que dificulta la
capacidad de creer, de comprometerse, de superar los aspectos negativos de su cultura… de los que
hablaremos también en el próximo número.
Un abrazo.
Xabier