Cuestiones críticas a tener en cuenta en el momento de gestionar redes de aprendizaje con finnes de innovación educativa. Esta obra está bajo una licencia Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas. Compartir bajo la misma licencia 2.5 Argentina de Creative Commons.
1. Gestión de Redes para la Innovación
Necesidad de una Inteligencia Colectiva
Lic. María Luisa Bossolasco – Tucumán – Argentina
mlbossolasco@gmail.com ó mbossolasco@tucbbs.com.ar
-Octubre de 2007-
Resumen
La existencia y concreción del ciberespacio, además de los recursos
actuales existentes parece constituirse en el ambiente propicio para que todas
las personas puedan aportar sus saberes, puedan ser reconocidas y se logre la
movilización de habilidades, competencias y experiencias en todos los
participantes. Estos espacios parecen ser más propicios que los propios espacios
presenciales –y muchas veces resultan un buen complemento- puesto que se
constituyen en entornos de coordinación sin reglas jerárquicas explícitas, lo cual
favorece el surgimiento de las inteligencias individuales y la concreción de una
inteligencia colectiva.
Palabras claves: gestión - redes – comunidad de aprendizaje – innovación –
inteligencia colectiva - recursos web 2.0
Abstract
The existence and concretion of the cyberspace, besides the current
existing resources it seems to be constituted in the propitious environment in
order that all the persons could contribute his saberes, could be admitted and
there is achieved the mobilization of skills, competitions and experiences in all
the participants. These spaces seem to be more propitious than the own spaces
attend them - and often they turn out to be a good complement - since they are
constituted in environments of coordination without hierarchic explicit rules,
which favors the emergence of the individual intelligences and the concretion of a
collective intelligence.
Key Words: managemente - nets - community of learning – innovation -
collective intelligence – resources web 2.0
Introducción
En el presente artículo se explicitan algunos conceptos que han surgido en
nuestro vocabulario cotidiano de manera abrupta y sin la posibilidad de espacios
de reflexión; en cierta manera debemos reconocer que es una característica
propia de los contextos de inmediatez en que vivimos. El propósito es, poder
repensarlos en nuestros propios contextos y analizar la posibilidad de viabilizar
una gestión de tales características.
En este sentido se trabaja en un primer apartado sobre las ideas que
subyacen a los conceptos de red, innovación, inteligencia colectiva y web 2.0. En
un segundo y tercer apartados se presenta una breve taxonomía de los recursos
que nos ofrece en la actualidad la red internet, procurando discriminar cuáles de
dichas aplicaciones pueden resultar de utilidad para la generación y el desarrollo
1
2. de redes de comunidades de aprendizaje que tienen como propósito central, la
innovación.
En un cuarto items se intenta poner en el centro del debate al proceso de
gestión de estas redes de aprendizaje utilizando herramientas de web 2.0,
reconociendo que la lógica que subyace en el diseño y en la modalidad de trabajo
de dichas aplicaciones difiere en la actualidad de los modelos de gestión que
subyacen en la mayoría de nuestras organizaciones y al interior de cada uno de
nosotros. El artículo finaliza con algunas conclusiones sobre el tema y con varios
interrogantes, los cuales pueden constituirse en punto de partida para el debate
(1).
1. Algunos conceptos teóricos
Una red conectada en la red
Comenzar la lectura de un texto a partir de una serie de interrogantes
puede generar en el lector cierta incertidumbre y hasta sensación de
impertinencia. En general cundo el lector se llega al texto lo hace con la intención
de buscar respuestas y no siempre con el deseo de generarse nuevas preguntas.
Sin pretender justificarlas, se consideró oportuno mantenerlas, pues se intenta
que constituyan pequeñas marcas que ayudarán a comprender qué se quiere
decir cuando se dice. ¿Damos comienzo? Bien... entonces estamos en camino. ¿A
qué se hace referencia con el término red?, ¿Qué es una red? ¿Cómo se
conforma?, ¿Existe la red como entidad independiente del campo al que refiere?
Fue en un primer intento de dar respuesta a estas preguntas donde se
pudo conocer que la palabra red hace referencia a una “estructura con un patrón
característico” (2), pero es un concepto que se utiliza en diferentes campos y
asociado a dichos campos; por lo cual siguiendo esta lógica existirían diferentes
redes; las redes de caza y pesca, redes de carreteras o ferroviarias, telefónicas,
personas relacionadas con un objetivo, conjunto de ordenadores interconectados,
entro otras. Por otra parte, en la actualidad, cuando uno escucha, lee o piensa
en la palabra red, resulta casi imposible abstraerse y no asociarla a la red
internet o a la generación de redes telemáticas.
Ahora bien, en el contexto del presente artículo, ¿Qué se va a entender
por red?, ¿se hará referencia a un conjunto de personas o instituciones
relacionadas para una determinada actividad?, ¿red de instituciones?, ¿red de
comunidades?, ¿qué tipo de comunidades?, ¿por qué se en-redan?, ¿cómo se
conforma dicha red?, ¿cómo se relaciona y conecta? Se hace entonces necesario
clarificar algunas ideas al respecto.
Con la idea de Red de Comunidades de Aprendizaje en la Innovación se
busca referir a un conjunto de comunidades de aprendizaje, que motivadas por
un objetivo común –la innovación educativa- crean lazos y se conectan entre si.
Ahora bien, el establecimiento de dichas conexiones no siempre puede darse en
forma presencial, puesto que en su gran mayoría estas instituciones y
comunidades se encuentran distantes unas de otras, por lo cual se debe pensar
en el modo en que se establecerán los lazos entre los miembros de dicha red.
Y aquí surge nuevamente el término, pero ya con una segunda acepción,
ahora haciendo referencia a las redes telemáticas o de comunicación que se
establecerían entre tales comunidades con el propósito de lograr mantener la
2
3. estructura de dicho entramado. Martínez y Solano (2003) entienden a la red
telemática como
“un conjunto de ordenadores conectados entre si, configurándose así
un instrumento integrado de medios y de aspectos lógicos soportados
en los nuevos canales (3) con los cuales podemos establecer una
comunicación bidireccional entre cada uno de los elementos
integrados.” (Martínez y Solano, 2003, p. 19)
Red entendida como la conexión entre ordenadores y la comunicación
desarrollada entre ellos, la cual se define a partir de los diferentes elementos
constitutivos que la componen.
Avanzando más aún y sin afán de complejizar la temática se debe pensar
además que la conexión entre estos ordenadores; es decir, la conformación de
estas redes telemáticas en la actualidad se ve facilitada por una red aún mayor,
que es la red internet. Tenemos entonces, un grupo de personas con intereses
comunes que deciden formar parte de una red; por otra parte, pero de modo
simultáneo, contamos con una red telemática que permite el soporte
comunicativo de la primera. Se debería pensar entonces en una red conectada en
la red; es decir, una red de comunidades de aprendizaje para la innovación,
conectada telemáticamente en la red internet (o Web 2.0).
Llegados aquí deberíamos distinguir y analizar dos vertientes diferentes en
relación a la naturaleza de las redes. Por una parte, estamos frente a una red de
naturaleza social con fines educativos, la red de comunidades de aprendizaje; y
por otra ante la presencia a priori de una red con naturaleza tecnológica, la red
telemática; que si bien tienen distinto origen tanto en el tiempo como en su
naturaleza, hoy en día participan ambas de una misma realidad, que se
materializa en la enseñanza y en cada institución educativa, tanto presencial
como a distancia.
En la actualidad es casi imposible pensar en la conformación de una red
social a distancia sin el soporte de la red tecnológica, sobre todo a partir de los
avances y la presencia de la Web 2.0, fenómeno tecno-social que –como se verá
de manera más detallada en el segundo apartado- ha convertido a la red internet
en una plataforma abierta e interactiva donde los usuarios han pasado de ser
meros espectadores a convertirse en desarrolladores de contenido.
Consecuencia de la dominancia de este tipo de aplicaciones existe una
amplia proliferación de material, experiencias, proyectos, investigaciones, ideas
en donde se propone y sustenta la necesidad de crear redes en la red internet.
En ciertos momentos hasta parece paradójico plantear la necesidad de crearlas,
cuando se sabe que nos encontramos inmersos en un periodo de la historia
caracterizado por la tecnología, la cual ha permitido el desarrollo de
innumerables aplicaciones que en el momento actual nos ofrecen la posibilidad
de estar conectados unos con otros en tiempo real, más allá de las distancias y
por el sólo hecho de ingresar a la red... estamos en red.
Como bien señalan Cobo y Pardo (2007) en su recién editado Planeta web
2.0, con dicha proliferación, la red internet se ha convertido en una atmósfera
digital, caracterizada por una compleja reticularidad, en la cual suele resultar
difícil identificar nodos o redes; sobre todo “si se entiende la red de redes como
un sistema abierto, vivo y en permanente mutación, donde mucho de lo que hoy
se apunta en el papel mañana evoluciona o se fusiona y pierde vigencia” (Cobo y
Pardo, 2007, p. 62)
3
4. Conformar una red en la red se constituye actualmente en un gran
desafío, sobre todo si buscamos que dichas redes se conformen como espacios y
soporte para la innovación en el campo de la educación. Casi sin lugar a dudas
se podría señalar que la creación de una red en la red puede resultar un trámite
sencillo, pues existen múltiples recursos y aplicaciones que lo facilitan. No se
necesita ser experto en el manejo de recursos tecnológicos para editar un blog,
cargar material en una plataforma de software libre o diseñar un grupo de
trabajo o colaboratorio. El desafío mayor surge en el momento de gestionar,
mantener y lograr que dicha red alcance su objetivo; produzca, genere,
profundice, crezca... resulte útil. En éste punto es importante entender que el
hardware y el propio software, las aplicaciones y recursos sólo podrán actuar
como soporte; el resto de la tarea será responsabilidad y compromiso del
mindware (4), aportado por cada una de las personas e instituciones
representadas.
¿Innovación de quién y para quién?
Se ha planteado en los párrafos anteriores la necesidad de clarificar
algunas ideas sobre el concepto de redes en y para la innovación. Nos
encontramos nuevamente aquí en un intento de poner luz sobre otro concepto
clave de esta idea inicial: la innovación. Para desarrollar el presente tópico se
tomó como referencia el modelo de innovación educativa propuesto para el
Instituto Pilitécnico Naciona (IPN) (5), pero al mismo se añaden planteos
alternativos o complementarios que intentan enriquecer los planteos allí
expresados.
Se puede vislumbrar en el desarrollo de dicho documento un punto de
partida básico necesario para todo proceso de innovación; un grupo de actores o
destinatarios han percibido la necesidad de realizar cambio. Sustentan dicha
necesidad de innovación en la intención de avanzar hacia mayores niveles de
calidad y pertinencia, puesto que en el nuevo modelo educativo propuesto desde
la institución en que forman parte se sugiere una concepción de proceso
educativo que contrasta fuertemente con las prácticas actuales que tienen lugar
en la organización.
Como bien se señala en dicho documento se debe entender a la innovación
como un cambio con mejora; lo cual implica partir de una situación original,
identificada por los destinatarios como problemática, para llegar a otra distinta
que será el resultado del proceso de una serie de prácticas que intentan innovar.
La innovación tendrá lugar cuando en el plano personal, cada uno de los actores
o destinatarios logre internalizar dichos cambios y cuando a nivel organizacional
los mismo se hayan institucionalizado, es decir, se conviertan en comunes,
ordinarios.
Se sostiene en el documento que el motivo de la innovación puede surgir
de la insatisfacción respecto a algún punto en el que el propio actor tenga
incidencia o bien ejerza cierto tipo de influencia; pero en muchos casos también
puede estar originado en una exigencia institucional. Parece surgir aquí un
primer punto crítico... ¿es posible innovar si no se percibe la necesidad de
hacerlo?, ¿Se puede lograr innovación, entendida como internalización de cambio
e institucionalización del mismo, a partir de una exigencia externa?... ¿Por qué
tengo que cambiar mis prácticas, si así funcionan bien? Esta podría ser una
4
5. pregunta para la cual no habría muchas alternativas de respuesta en esta
concepción de innovación.
Desde los planteos de la filosofía de la calidad total (6), se entiende a la
innovación como un proceso, no como acciones aisladas; por otra parte se
sostiene que para que un proceso de cambio o innovación logre ser exitoso se
requiere la implicancia de todos los actores, en todos los momentos del proceso
de innovación. Para ello se debe trabajar, en una primer instancia, en conocer las
necesidades, expectativas, preocupaciones, insatisfacciones de los destinatarios
respecto al servicio que ofrece actualmente la institución.
Y cuando se piensa en el servicio actual, no se debe perder de vista que en
nuestras instituciones educativas no educamos para la escuela o el instituto, sino
que educamos para la vida. “La actividad educativa no tendría sentido si no fuera
por sus objetivos respecto a la sociedad en que se encuentra inserta. Es el
objetivo externo de la educación el que le da significado a toda institución que
educa.” (OEA, 2007, p. 4) Y aquí surge otro desafío aún mayor, que no pretende
ser objetivo de debate en el presente documento, pero que si resulta pertinente
mencionar y es el referido a la necesidad de definir, precisar, concensuar, aunar
criterios acerca de ¿qué se espera de la educación?, ¿qué se espera de nuestra
educación?, ¿qué espera nuestra sociedad de nuestros egresados?.
Es necesario tener en cuenta que los resultados cualitativos del quehacer
de las instituciones educativas no termina cuando el alumno egresa de su
plantel, gran parte de ellos serán visibles a partir de ese momento y durante
mucho tiempo después. Los alumnos no sólo egresan de las instituciones
educativas, por sobre todo entran en la sociedad para la que fueron formados.
Si retomamos entonces los planteos iniciales respecto a la idea de
innovación, entendida como cambio de mejora a partir de una situación original
identificada como problemática, es decir la percepción y toma de conciencia de la
necesidad de un cambio como motor del proceso de innovación; se debería
pensar en incluir en dicho proceso a todos los destinatarios y beneficiarios del
mismo. Limitar la mirada a la visión que pueda tenerse desde los centro
directivos o de gestión, seguramente ofrecerá una mirada recortada. Para ello se
debería pensar en involucrar a los diferentes actores y destinatarios: la propia
institución; directivos, docentes, auxiliares; el alumno actual y el alumno de
mañana y la comunidad en la cual el alumno se desempeñará en un futuro
próximo.
Entendiendo la innovación en éstos términos se podría pensar en la Red de
Comunidades de Aprendizaje como una red particular o una serie de redes
particulares interconectadas que desarrollen acciones tendientes a concretar
dicho proceso de innovación, tanto en relación a cada uno de los destinatarios en
sus propios contextos de acción, como en los diferentes momentos del proceso.
Es decir, habría que pensar en el diseño de una configuración estratégica de
nodos, entrelazados entre sí, desde los cuales se trabaje en cada una de las
etapas del proceso de innovación, partiendo del momento mismo de
identificación de necesidades y problemas. Resultará difícil iniciar un camino
hacia la innovación si todos los involucrados no reconocen que existen
dificultades y la necesidad de hacer las cosas mejor. Pero al mismo tiempo será
necesario que el beneficiario conozca y participe en el proyecto mismo de
innovación; no será posible un mejoramiento real sin la participación activa y
convencida de todos los que forman parte. Sin dudas esto implica vivir y
5
6. compartir valores nuevos y en muchos casos, repensar la cultura subyacente en
la organización, los modos de entender y gestionar el conocimiento y el saber.
Inteligencia colectiva... el poder de decir y compartir.
Nos encontramos entonces frente a nuevos interrogantes... ¿cómo lograr
la conexión entre los diferentes actores y destinatarios?, ¿es posible que todos
estén en condiciones de decir?, ¿cómo vehiculizar y gestionar lo que se diga? Ya
no existen dudas acerca de los cambios ocurridos en estos últimos años en el
ámbito de la ciencia y la tecnología, avances que han tenido su incidencia en la
mayoría de los ámbitos de nuestra vida y, por consiguiente, en los modos de
enseñar y de aprender. La incorporación de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) en el campo de la educación es un hecho, muchas veces
poco sistematizado tal vez por la inmediatez con que han surgido, pero hecho al
fin.
Las transformaciones ocurridas en educación con la inclusión de las TIC no
sólo se sucedieron en relación a los recursos utilizados y la modalidad de enseñar
y de aprender sino también, y por sobre todo, en la manera en que ha
comenzado a concebirse el aprendizaje, el saber y la propia gestión del
conocimiento. En estos últimos años la información, (¿y el propio conocimiento?),
pasó de ser un bien privado a convertirse en un bien público.
Al respecto Pellegrini en la presentación del libro de Lévy (2004) expresa:
“se está consolidando un nuevo modo de producir el
conocimiento denominado por Gibbson como socialmente distribuido,
donde la identificación de los problemas y la investigación dedicada a
solucionarlos se hace a través dé una compleja interacción entre
especialistas, usuarios y otros actores organizados en redes de
colaboración.” (Lévy, 2004, p.7)
El autor añade además que la puesta en marcha y desarrollo de este
nuevo modo de producción del conocimiento se ve facilitado actualmente por los
recursos que se ofrecen a través de las TIC, las cuales permiten la creación de
una inteligencia colectiva.
Esta nueva forma de entender el conocimiento rompe con antiguos
esquemas de pensamiento en donde se propone y prioriza el desarrollo de
inteligencias individuales, pero al mismo tempo se opone a la idea de que el
conocimiento legítimo viene desde “arriba”, de la universidad, de los expertos, de
quienes ocupan puesto de jerarquía o poder; reconociendo, al contrario, que
nadie sabe todo y que cualquiera sabe algo. Estos planteos de inteligencia
colectiva “permiten pasar de un modelo cartesiano de pensamiento basado en la
idea singular del cogito (yo pienso) para uno colectivo o plural cogitamus
(nosotros pensamos)” (Pellegrini, A. en Lévy, 2004, p. 7)
Con éste concepto de inteligencia colectiva Lévy (2004) hace referencia a
una inteligencia compartida por todos, cuyo objetivo es el reconocimiento y el
enriquecimiento mutuo de las personas que se implican en el proceso. Hablar y
pensar en estos términos nos permiten entender como las inteligencias
individuales se ven ampliadas al entrar en interacción, distribuir información,
compartir experiencias y sentires. Al desarrollar redes interactivas de
comunicación las inteligencias individuales convergen en ideas alternativas,
6
7. acciones, percepciones, proyectos y se van convirtiendo de manera paulatina en
inteligencias colectivas que potencian sus habilidades y capacidades originales.
En la definición del concepto propuesto por Lévy (2004) se explicita que
dicha inteligencia está repartida en todas partes, valorizada de manera
constante, que se coordina en tiempo real y conduce a una movilización efectiva
de las competencias. A continuación se presentan desglosadas cada una de las
ideas que forman parte de dicha definición, para conectarlas luego con las
posibilidades que nos ofrecen actualmente las TIC y más específicamente la Web
2.0.
Una inteligencia repartida en todas partes: Desde estos supuesto se
sostienen que “nadie sabe todo, todo el mundo sabe algo, todo el conocimiento
está en la humanidad. No existe ningún reservorio de conocimiento trascendente
y el conocimiento no es otro que el que sabe la gente” (Lévy, 2004, p. 20) En
otros términos se podría señalar que cada persona sabe algo sobre algo, por
tanto nadie tiene el conocimiento absoluto, por lo cual resulta fundamental la
inclusión y la participación de los conocimientos de todos.
Una inteligencia valorizada constantemente: El autor sugiere que en la
actualidad la inteligencia se desperdicia, se ignora, se inutiliza y muchas veces
no es valorizada con justeza. Lévy percibe que esto sucede en cada una de
nuestras aulas, de nuestros espacios de trabajos, relaciones cotidianas, donde se
ignoran los saberes de las personas, se desperdician sus experiencias y bagajes
de información, sus competencias y su propia riqueza humana.
Una inteligencia que se coordina en tiempo real: Esto implicaría lograr
ajusten en los niveles de comunicación, no sólo en lo referido a cuestiones de
tiempo cronológico sino también en la posibilidad de medios para coordinar sus
interacciones en el mismo universo virtual de conocimiento. Es decir, promover
espacios delimitados de interacción en donde se compartan los mismos
significados.
Una inteligencia que conduce a una movilización efectiva de las
competencias: En este punto el autor señala que para poder movilizar
competencias en primer lugar deben identificarse, y para localizarlas
primeramente deben ser reconocidas en toda su diversidad. En este punto, Lévy
sugiere que los conocimientos que hoy se consideran socialmente válidos sólo
representan una ínfima minoría de todos los conocimientos existentes y más aún
de los potenciales.
La existencia y concreción del ciberespacio, además de los recursos
actuales existentes parece constituirse en el ambiente propicio para que todas
las personas puedan aportar sus saberes, puedan ser reconocidas y se logre la
movilización de habilidades, competencias y experiencias en todos los
participantes. Estos espacios parecen ser más convenientes que los propios
espacios presenciales –y muchas veces resultan un buen complemento- puesto
que se constituyen en entornos de coordinación sin reglas jerárquicas explícitas,
lo cual favorece el surgimiento de las inteligencias individuales.
Cobo y Pardo (2007) identifican a la Web 2.0 como un exponente de este
concepto de inteligencia colectiva y de otras conceptualizaciones
complementarias a ésta, como son las de intercreatividad (Berners-Lee,1996),
multitudes inteligentes (Rheingold, 2002) sabiduría de las multitudes
(Surowiecki, 2004) y arquitectura de la participación (O’Reilly, 2005). Las
actuales posibilidades de conexión e inter-conectividad juegan un papel
7
8. fundamental como elemento de enlace y fusión, como componentes de
información y comunicación, como centro o nodos que conectan otros nodos y
construyen redes de pensamiento y acción.
Entender el conocimiento como una entidad conformada a partir del aporte
de muchos, nos remite a la idea de un conocimiento construido socialmente,
pero al mismo tiempo abierto y disponible. Pensar en contextos de colaboración
y conformar redes de aprendizaje implica comulgar con el principio de
reciprocidad, el cual lleva implícito una ética de cooperación. Desde este principio
se sostiene que “se puede utilizar cuantas veces se quiera la información de otra
persona siempre que se haga referencia al autor original... significa dar y
recibir... aprovechar y, al mismo tiempo, contribuir con contenidos de utilidad
que pueda enriquecer el acervo de recursos existentes”. (Cobo y Pardo, 2007, p.
53) Pensar en la posibilidad de generar redes de comunidades dispuestas a
innovar, requiere pasar del supuesto en donde conocer es poder a una nueva
concepción regida por la convicción de que el poder está en compartir
conocimiento.
La web 2.0 – Taxonomía de recursos
Se fue anticipando en párrafos anteriores la posibilidad de utilizar las
aplicaciones ofrecidas por la web 2.0 como soporte para establecer una red de
comunidades de aprendizajes. Pero... ¿qué es la web 2.0?, ¿es sinónimo de la
red internet? ¿qué nos ofrece? ¿qué nos exige? Cobo y Pardo (2007) señalan que
el término web 2.0 nació a mediado de 2004 y creció de manera considerable
hasta ser portada de los principales semanarios mundiales en las navidades de
2006.
Algunos autores definen a la web 2.0 como una evolución de usos
tecnológicos, refiriendo a los aspectos técnicos que les permiten compararla con
la web 1.0; aquella web de páginas estáticas en formato HTML que no eran
actualizadas de manera frecuente y que servía a los usuarios para presentar sus
productos o realizar la búsqueda de información. En este sentido, identifican a la
web 2.0 como la representación de la evolución de las aplicaciones tradicionales
hacia aplicaciones web enfocadas al usuario final que explota los efectos de las
redes creando, o no, webs interactivas y visuales.
Por su parte, Cobo y Pardo (2007) avanzan algunos pasos y lo identifican
como un fenómeno de tipo tecno-social, que se popularizó a partir de algunas
aplicaciones que en la actualidad se han constituido en representantes de esta
nueva web; allí hacen referencia a Wikipedia, YouTube, Bloggers, MySpace,
Facebook; entre otras tantas herramientas generadoras de contenidos y
captadoras de usuarios que se constituyen en puntos de encuentro social.
Sostienen que en esta nueva web la red digital deja de ser una simple
vidriera de contenidos multimedia para convertirse en una plataforma abierta,
construida sobre una arquitectura basada en la participación del usuario. Para
dichos autores Web 2.0 es la denominación más apropiada para describir y
referirse al nuevo tipo de aplicaciones web dominantes y a la fase actual en la
que se encuentra la red internet; aunque no desconocen que aún existe un
entorno virtual de convivencia entre aplicaciones estándares con escasa
interactividad y otras de construcción colaborativa.
8
9. Existen múltiples artículos, blogs y oferta de cursos, referidos al uso de
Web 2.0, pero por su propia naturaleza cambiante y en constante evolución
resulta casi inútil pretender hacer una sistematización de los recursos y
aplicaciones que allí se ofrecen. En este sentido, se consideró muy oportuno
tomar como referencia la taxonomía de aplicaciones propuesta por Cobo y Pardo
(2007). Estos autores intentaron ordenar a la Web 2.0 en cuatro líneas
fundamentales, ejes que evidencian algunos de los principales y más recientes
desarrollos de la red internet.
• Social Networking (redes sociales): Se describen aquí todas
aquellas herramientas diseñadas para la creación de espacios que
promuevan o facilitan la conformación de comunidades e instancias
de intercambio social. Estos recursos ofrecen la posibilidad de
reforzar las redes sociales y el intercambio de contenidos, en tanto
se conforman como espacios virtuales para escribir y compartir
contenidos multimedia con personas de intereses similares. Ejemplo
de este tipo de aplicaciones serían Facebook y MySpace.
• Contenidos: Hace referencia a aquellas herramientas que
favorecen la lectura y la escritura en línea, así como su distribución
e intercambio, sin la necesidad de requerir conocimiento
tecnológicos avanzados para poder generarlo. Se incluyen en este
eje múltiples recursos, entre los que se pueden mencionar:
- Sistemas para diseñar y administrar bitácoras de información
(Ejplo: Blogger)
- Herramientas para modificar, ampliar o enriquecer el
contenido publicado por otra persona (Wikis)
- Procesadores de texto, hojas de cálculo en línea,
presentadores de diapositiva (herramientas de google)
- Plataformas para almacenar, publicar, compartir y editar
imágenes -videos o fotos- (Flickr y YouTube)
- Calendario on line.
• Organización social e inteligente de la información:
Herramientas y recursos para etiquetar, sindicar e indexar, que
facilitan el orden y almacenamiento de la información, así como de
otros recursos disponibles en la red. Dichas herramientas optimizan
los proceso de búsqueda y ayudan a evitar los fenómenos de
saturación de información (Buscadores, marcadores sociales de
favoritos, indexadores de contenidos)
• Aplicaciones y servicios: Se incluyen aquí un sinnúmero de
herramientas, softwares, plataformas en línea y un híbrido de
recursos creados para ofrecer servicios de valor añadido al usuario
final. Muchas de las aplicaciones y herramientas que se incluyen en
este apartado combinan tecnologías descriptas en las tres
clasificaciones anteriores. (Grupos de trabajo, organizadores de
proyectos, escritorios on-line, almacenes remotos de información)
La presentación resumida de dicha taxonomía (7) intenta ser una especie
de mapa de ruta que contribuya a organizar la avalancha de recursos existentes
y ayude a seleccionar aquellas aplicaciones que resulten mas interesantes, o
9
10. bien, que respondan a las necesidades de la propia red o comunidad. Una de las
desventajas con que nos encontramos en la era del información es precisamente
la multiplicidad de datos generados y que nos resulta difícil de procesar e
interpretar sin soportes y guías.
Los autores también advierten sobre algunas ideas críticas respecto al
fenómeno de la web 2.0 y ofrecen una serie de sugerencias a los usuarios, las
cuales tienen como objetivo alertar al lector acerca de los mensajes e intereses
que subyacen en dicho entorno. A pesar de ello reconocen que la educación a
sido una de las disciplinas más favorecidas con la irrupción de estas nuevas
aplicaciones, sobre todo porque no requiere del usuario una alfabetización
tecnológica avanzada lo cual favorece que cualquier interesado conforme un
ciberespacio de interactividad que contribuya a crear un entorno de aprendizaje
colaborativo.
2. Entonces... ¿Qué tomar? ¿Qué dejar?
Tal vez un punto a considerar en el momento de decidir acerca de la
pertinencia de estas aplicaciones para la conformación de redes en contextos
educativos, sean los niveles de pertinencia y las utilidades que pueden
encontrarse en cada una, ya sea en función de los principios pedagógicos que
subyacen a las prácticas o bien, a las necesidades que tengan que dar respuesta
docentes y gestores del conocimientos. Sería ideal que ambos factores se
encuentren en concordancia.
Existen una serie de valores propios e implícitos en la estructura misma de
estas aplicaciones, varios de los cuales ya fueron mencionados. Pero además, se
pueden encontrar en algunos de estos recursos un valor agregado que puede
resultar propicio para planear acciones en el contexto de una red de
comunidades de aprendizaje. Sin duda, tal como señalan Cobo y Pardo (2007) el
principal valor que ofrecen las aplicaciones web 2.0, y que es implícito a su
propia estructura, es la simplificación en el uso de las mismas, facilidades de uso
en la mayoría de los recursos lo cual permite la presencia de muchos
generadores de información, muchos receptores de la misma y una cantidad
significativa de intercambio y cooperación.
Ahora bien, más allá de este primer valor característico y propio de dicha
web, es viable identificar otras posibilidades que pueden resultar de utilidad para
la generación de redes en contextos educativos. Una primer posibilidad la
ofrecen aquellas herramientas que organizan de manera inteligente la
información. Tales recursos ofrecen la posibilidad de acceso a contenidos
gratuitos, permiten crear redes de aprendizaje en función de intereses comunes
entre profesionales, académicos o estudiantes. Si bien es cierto que en muchos
casos se encuentra información amateur y contenidos dudosos, existen
reservorios de información provenientes de universidades, centros de
documentación, grupos de investigación u organismos -estatales y privados-
vinculados al ámbito educativo.
Un segundo valor agregado para la conformación de redes la constituyen
las herramientas generadoras de contenido. Dichas aplicaciones permiten
concretar los supuestos del aprendizaje en colaboración y la inteligencia
colectiva, en tanto ofrecen la posibilidad de publicar trabajos, intercambiar
información en diferentes formatos, crear bases de datos, preguntar, ofrecer
respuestas, generar foros de debate, registrar enlaces hacia otros recursos
10
11. relevantes, escribir o diseñar en colaboración, llevar un registro del proceso,
volver sobre el proceso para evaluar y retroalimentar, entre otras.
Un tercer valor agregado se puede localizar en las aplicaciones y servicios,
entre los cuales se pueden encontrar software específicos, plataformas,
herramientas diseñadoras de grupos de trabajo que combinan varios recursos y
permiten, en una misma herramienta, llevar adelante proyectos de trabajo en
colaboración. Otro aspecto clave y, en cierta medida determinante de la
productividad y el valor real que puedan tener dichos recursos, está asociado a la
gestión de los mismo. Gestionar redes o comunidades de aprendizaje desde la
concepción de inteligencia colectiva resulta muy diferente a la concepción de
gestión que hemos internalizado en nuestras instituciones. No sólo cambia el
modo en que accedemos y generamos el conocimiento, sino además el modo en
que nos relacionamos, conectamos e interactuamos para generarlo.
3. En el centro del debate: La Gestión de la red.
Se señalaba en párrafos anteriores que la incorporación de los modelos
emergentes de TIC en la conformación de redes y comunidades de aprendizaje
deberá considerar en primer lugar el impacto social que pueda implicar la ruptura
de viejos paradigmas y esquemas de gestión arraigados, así como la
modificación de antiguas concepciones en el diseño y organización de dichos
ambientes de estudio y trabajo.
Existen diferentes organizaciones y redes a nivel gubernamental y privado
que han comenzado a pensar y diseñar modelos de gestión. Un ejemplo de ello
es la red RINCEX (Red Interactiva de Inteligencia Colectiva para el Servicio
Exterior Venezolano) que “intenta articular de manera dinámica, integral y
contextualizada la formación permanente con el trabajo colaborativo en la
construcción de una praxis”. (Alves y Álvarez, 2007)
En tal sentido, los autores señalan que previo al diseño de cualquier
proyecto de red o comunidad de aprendizaje se requiere conocer la estructura
actual de la misma, sus relaciones, su organicidad, su funcionamiento; sobre
todo cuando dichas redes estarán constituidas por varios y diversos nodos
representativos de organizaciones o unidades institucionales diversas.
Al mismo tiempo, sostienen que en muchos casos estos colectivos se
conforman de manera espontánea, a partir de un grupo de sujetos que se
organizan para llevar adelante una actividad de formación y de trabajo en forma
colectiva y de manera solidaria; para lo cual resulta indispensable partir de la
definición de objetivos comunes así como estrategias de logro compartidas y
consensuadas previamente.
Por otra parte, sugieren que cuando se piensa en la generación de redes a
gran escala se puede caer en una de las falacias propias de la virtualidad,
suponer que estamos conectados por el sólo hecho de contar en la plataforma o
en el sitio con miembros de cada uno de los nodos. En tal sentido se hace
necesario diseñar un plan de acción a corto plazo que permitan intensificar la
comunicación y establecer mecanismos colaborativos que aseguren la adecuada
consecución de los objetivos planteados.
En el diseño y participación de dichos proyectos debe partirse del supuesto
conciente de aportar los propios conocimientos sobre información, datos,
saberes, experiencias, inquietudes y expectativas desprendidos de toda intención
11
12. competitiva, asumiendo la construcción colectiva de saberes a partir del debate y
la confrontación constructiva de ideas, posiciones y puntos de vista diferentes
derivados de sus propias contextualizaciones.
Alves y Álvarez (2007) sostienen además que el aprendizaje y el trabajo
colaborativo de estas redes no tiene vida propia, sino que descansa en la
responsabilidad individual y social de todos los miembros de la comunidad. En tal
sentido sugieren la necesidad de promover el rol de mediadores líderes en cada
uno de los nodos, que se constituyan en orientadores y motivadores permanente
del trabajo desarrollado en la red.
4. Algunas conclusiones... y varias preguntas
Hemos recorrido algunos pasos más en este camino que intenta darnos la
posibilidad de pensar, re-pensar y compartir saberes. Se procuró ofrecer algunas
ideas básicas, pero al mismo tiempo claves y necesarias para quienes en algún
momento pensamos en generar una red de comunidades de aprendizaje
dispuesta a innovar. Hemos visto, además, que asumir esta tarea implica mucho
más que la decisión de crear un blog, diseñar un grupo de google o subir
archivos en una plataforma. Requiere, por sobre todo, saber y entender que
están surgiendo nuevas concepciones respeto a la manera en que se genera y
gestiona el conocimiento.
¿Es necesario innovar?, ¿qué innovar?, ¿cómo y por qué hacerlo?, ¿quién
es el que sabe?, quién sabe... ¿tiene poder?, ¿quién tiene el poder?, ¿somos
concientes de cuánto saber generamos?, ¿con quién y cómo lo hacemos?, ¿cómo
en-redarnos con el otro para potenciar ese saber?, ¿qué hacer para mantener
esa red y no des-en-redarnos? Internalizar esta nueva concepción acerca de la
producción del saber a nivel personal, e institucionalizarla en nuestra
organizaciones, debería constituirse en un desafío a corto plazo. Y por qué no
pensar, además, en que puede constituirse en un indicador palpable de nuestra
capacidad de innovación, tanto personal como institucional.
Notas
1. Trabajo presentado en el marco de la Fase Virtual del 2º Congreso de
Innovación Educativa. México. Octubre-Noviembre 2007.
http://2doinnovacionvirtual.ilce.edu.mx
2. http://es.wikipedia.org/wiki/Red
3. Con el término “nuevos canales” los autores hacen referencia a los nuevos
recursos comunicativos asociados a las TIC, entendidas como la fusión de la
tecnología informática y la versatilidad de las telecomunicaciones, englobando así
las posibilidades y características de las redes telemáticas. (Martínez y Solano,
2003)
4. Conjunto de habilidades y competencias que articula el sujeto para operar con
los dos anteriores. Implica la existencia de competencias complejas, así como la
capacidad de captar y aprovechar las oportunidades para transformar la realidad.
5. Modelo de Innovación Educativa propuesto para el Instituto Politécnico
Nacional (IPN), México, que intenta sentar las bases para desarrollar proyectos
12
13. de innovación que requiere la reforma académica impulsada desde dicha
institución a partir del año 2004.
6. Postulados sostenidos en el curso de Calidad de la Educación Básica ofrecido
desde el Portal Educativo de las Américas (OEA).
7. Para una descripción más ampliada sobre cada uno de estos ejes y
aplicaciones acceder al e-book original en: http://planetaweb2.net
Bibliografía
Alves, Elizabeth y Miguel Álvarez, Red interactiva de inteligencia colectiva, para
el servicio exterior venezolano. Ponencia presentada en Virtual Educa
2007, Brasil, 2007. Disponible en
http://ihm.ccadet.unam.mx/virtualeduca2007/pdf/182-EA.pdf Consultado
el 14/10/07.
Cobo Romaní, Cristobal y Hugo Pardo Kuklinski, Planeta Web 2.0. Inteligencia
Colectiva o medios fast food, 2007. Disponible en http://planetaweb2.net
Consultado el 12/10/07.
Diccionario de la Real Academia Española. Versión on-line. Disponible en
http://buscon.rae.es/draeI Consultado el 14/10/07.
Introducción a la Filosofía de la Calidad Total en Educación. Módulo 1. Material de
trabajo del curso “Calidad de la Educación Básica”. Portal Educativo de las
Américas. http://www.educoea.org Consultado en julio 2007.
La resolución de problemas en las escuelas. Módulo 2. Material de trabajo del
curso “Calidad de la Educación Básica”. Portal Educativo de las Américas.
http://www.educoea.org Consultado en julio 2007.
Lévy, Piere Inteligencia Colectiva: por una antropología del Ciberespacio.
Traducido por la Facultad de Lenguas Extranjeras, Universidad de la
Habana y auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud, 2004.
Consultado el 1/05/07 en la versión de acceso libre:
http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org/channel.php?lang=es&channel=8
Martínez Sánchez, Francisco e Isabel Solano Fernández , El proceso comunicativo
en situaciones virtuales en Martínez Sánchez, F. (comps) Redes de
comunicación en la enseñanza, Bs As, Piados, 2003.
Ortega, Pedro; Ramírez, María Eugenia et. al. Modelo de innovación educativa.
Un marco para la formación y el desarrollo de una cultura de la innovación,
IPN, México, 2007. Disponible en
http://www.utpl.edu.ec/ried/index.php?option=com_content&task=view&i
d=44<emid=152 Consultado el 10/09/07
13