Este documento presenta 10 alimentos básicos y de fácil acceso que son nutritivos y ayudan a mantener una dieta saludable. Entre estos alimentos se incluyen el aceite de oliva, tomate, yogurt, bayas, coles, remolacha, lino, almendras, lentejas y camote. Además, ofrece consejos sobre organizarse para preparar comidas saludables fácilmente y sobre la importancia de comprar alimentos frescos libres de pesticidas.
1. Nutrición fácil con 10 alimentos de primera
Por: Luza Alvarado, el 12 de julio de 2010, 08:58 AM
<!--[if gte mso 10]>
-->"¿Tú eres medio vegetariana porque está de moda, no?", me preguntó un tipo este fin de
semana. No me molesté porque ya estoy acostumbrada a que me miren como un bicho raro que
come tacos de nopales en el imperio de los tacos de bistec. Lo que me impactó fue que el hombre
pensara que comer saludable es una cuestión de moda, sobre todo un país como México donde
los niveles de obesidad y diabetes son alarmantes.
Es verdad que el ritmo diario de trabajo nos deja pocas opciones para tener una alimentación
equilibrada. Sin embargo, no es pretexto. Afortunadamente, mi madre siempre tuvo el cuidado de
explicarme para qué sirve cada alimento y cómo se pueden reforzar sus propiedades
combinándolo adecuadamente. Aquí les presento algunas opciones que no requieren
preparaciones difíciles y que son perfectas para complementar nuestra dieta callejera,
mantenernos saludables.
LOS CLÁSICOS
Aceite de oliva (extra virgen, de preferencia). Dile adiós al aderezo ranch megacalórico. El aceite
de oliva es un aliño "milagroso", ya que tiene gran cantidad de antioxidantes y previene problemas
cardiovasculares. Es preferente que se coma crudo, aunque también conserva algunas
propiedades cuando se usa para cocinar alimentos en caliente. Se recomienda consumir dos
cucharadas soperas al día distribuidas en vinagretas o cocciones.
Tomate. Tiene un compuesto llamado licopeno, un antioxidante que disminuye en un 30% el
cáncer de próstata, seno y pulmón. Aquí lo interesante es que, gracias a la cocción, este
compuesto se concentra y se puede asimilar mejor. Si lo combinas con aceite de oliva, optimizas el
efecto.
Yogurt. Es un importante prebiótico que aporta al intestino bacterias benéficas para la flora
intestinal. Además, estudios recientes revelan que aporta mucho calcio y facilita la pérdida de
sobrepeso. Con una taza al día de yogurt natural es suficiente. Si le pones un poco de miel,
añades hierro a la combinación, y si lo haces tú misma en casa con los llamados "búlgaros",
tendrás más beneficios.
FRUTAS Y VERDURAS
Blueberrys. Esta pequeña fruta contiene la mayor cantidad de antioxidantes entre los frutos del
bosque. Esto quiere decir que, al igual que la fresa, la frambuesa y el arándano, te protege del
cáncer. Afortunadamente ya se pueden encontrar en el área de congelados. Puedes llegar a casa
y dividir el contenido de la bolsa en 5 porciones: una taza diaria en una bolsita ziploc, una para
cada día de la semana. Congeladas o crudas, estas bayas conservan su valor nutritivo. Para un
súper desayuno energético y saludable, pues combinarlas con yogurt y almendras.
Coles. No sólo se trata de aprovechar la coliflor, también se pueden hacer variaciones con brócoli,
col de Bruselas, col china, etc. Con media taza al día obtendrás una excelente porción de calcio.
2. Betabel. Se encuentra entre las legumbres con mayor potencial antioxidante. Media taza diaria es
suficiente para estar protegida contra los radicales libres. Lo curioso es que también se pueden
comer las hojas. Pídele a tu "marchante" del mercado que no las tire. Se preparan igual que las
espinacas y son muy buenas para la vista.
SEMILLAS
Linaza. ¿Has escuchado de los beneficios del omega 3? Bueno, pues también es un potente
anticancerígeno. Para conservar sus propiedades al máximo, se recomienda guardarla fresca, en
el refrigerador y en un molde hermético, pero no más de dos semanas. Funciona igual que la
granola tradicional: la puedes espolvorear en ensaladas o sobre la fruta y el yogurt. Con una
cucharada diaria es suficiente.
Almendras. Son la colación ideal: sacian el hambre, bajan el nivel de colesterol "malo" y mantienen
en forma los vasos sanguíneos. Natural, con piel, sin tostar ni salar nos aporta, además, vitamina
E. Porción diaria: ¼ de taza. Pero si la colación te parece aburrida, puedes triturarla y rociarla en tu
ensalada, o molerla en la licuadora con una cucharada de aceite de oliva para conseguir una
deliciosa vinagreta.
Lentejas. Recuerdo que en algún tiempo se consideraban un platillo "de pobres". Sin embargo, no
hay como un plato de lentejas para mantener la firmeza de los tejidos y nutrirse de ácido fólico
antes y durante el embarazo. Para convertir estas lentejas en un platillo con el doble de
propiedades, basta agregar a la olla algunos cuadritos de jamón. Y para los golosos, con medio
plátano se transforma en una delicia.
Camote. Aunque no parezca un alimento tan "fashion" como otros, tiene dos veces más
betacaroteno que una zanahoria y menos calorías que una papa. ¿Cómo prepararlo? Al vapor, en
puré, como complemento al caldo de pollo, sazonado con mantequilla, perejil y pimienta...
ORGANÍZATE
- Comer bien no es tan difícil, pero sí requiere que le dediques una vuelta por el mercado una vez
a la semana, y 15 minutos diarios para preparar tus tuppers con lo que necesitas para el día
siguiente.
- Para las cocciones, no hace falta sentarse a esperar frente al fogón o ser una gran cocinera. Olla
+ agua + sal de grano + arbolito de brócoli + tapa. (Mientras se cuece, puedes limarte las uñas o
revisar tu facebook.) Al cabo de 10 minutos estará listo tu complemento.
- Te recomiendo conseguir estos alimentos frescos y, si puedes, con alguna garantía de que no
tiene pesticidas u hormonas, compuestos que, en lugar de ayudarte, están afectando tu salud a
cuenta gotas.
3. Pies de princesa
Por: Luza Alvarado, el 14 de julio de 2010, 07:29 AM
La mayor parte del año mantenemos los pies guardados en un par de zapatos. Pero cuando llegan las vacaciones o la
temporada de calor, queramos o no, hay que darles un respiro para compensar las altas temperaturas. Si no tienes tiempo o
dinero para hacerte una pedicuría en el salón de belleza, he aquí algunos consejos clásicos y básicos para darse una
"patita" de gato todo el año.
Sanos por fuera
Antes que ser bellos, unos pies deben estar saludables. Para evitar hongos y bacterias hay que ser cuidadosos con la
hidratación, que no sea ni mucha ni poca. Es recomendable:
Secarse minuciosamente entre los deditos todos los días.
Evitar usar zapatos sintéticos que no dejan respirar el pie.
Tratar de usar medias o calcetines de algodón que atrapen la sudoración.
Protegerlos de la resequedad y aliviar la tensión con cremas que contengan sustancias antibacteriales, fungicidas,
hidratantes y relajantes.
No prestar las herramientas de belleza (alicatas, pinzas, tijeras, etcétera) porque son un importante medio de contagio;
también debemos cuidar que en el salón de belleza esterilicen el material adecuadamente.
Pasos firmes
Los únicos zapatos perfectos son los de Cenicienta, las mortales tenemos que conformarnos con lo que hay.
Altos: si te gustan mucho los tacones, trata de no usarlos a diario. Está comprobado que pueden provocar lesiones, además
de que presionan terminales nerviosas. Puedes alternarlos con flats (de preferencia con arco de soporte interno) o zapatillas
de medio tacón.
Deportivos: pueden ser muy cómodos, pero resulta que tampoco es recomendable usarlos todos los días o todo el día, ya
que no todos cuentan con el soporte adecuado para tus rodillas o tu espalda y, a la larga, pueden alojar bacterias u hongos.
Abiertos: las sandalias de pata de gallo son buenas para ventilar los pies en casa y enfrentar el calor, pero hay que usarlos
con mesura, ya que dejan tus pies más vulnerables a golpes, raspaduras, suciedad y resequedad. Si vas a tener una
caminata larga, opta por otros zapatos, ya que las sandalias, sobre todo las de "pata de gallo", cargan el peso en los
gemelos y pueden lastimarlos.
En general, la recomendación de los expertos es alternar el uso de los zapatos y buscar aquellos que sean cómodos, de
materiales naturales y con dos centímetros de tacón.
Consiéntelos
4. Tiempo, dinero y pudor son tres razones por las que las mujeres evitan que otras personas les hagan pedicure o masaje en
los pies, por eso recurren a las recetas "de la abuela" para tener pies de princesa.
a. Relajar
Mete los pies en una tina de agua tibia con sal, puede ser sal común o sales de baño, todas sirven.
Antes de dormir, recuéstate en el suelo y eleva tus piernas sobre la cama quince minutos.
Si usaste tacones, por la noche haz rodar una pelota de tenis con tus pies descalzos para liberarlos de la tensión
acumulada.
Si caminaste mucho con sandalias, date un baño de pies con agua tibia y jabón neutro. Sécalos minuciosamente y date un
masaje con crema hidratante y unas gotitas de esencia de naranjo, romero o manzanilla. Antes de dormir, unta un poco de
vaselina o aceite de bebé en las zonas callosas; ponte calcetines de algodón para potenciar el efecto y proteger tus
sábanas.
b. Suavizar
Después del baño diario talla las zonas callosas de los pies con una lija o piedra pómez.
Si resulta doloroso o se trata de una persona diabética, hay que evitarlo e ir con el podólogo.
Exfoliarse los pies cada quince días es de mucha ayuda. Aunque cada abuela tiene su receta, aquí les comparto una que
incluye exfoliación, relajamiento y desodorización:
Lava una ramita de hierbabuena o menta y machácala, añade dos cucharadas de azúcar y dos de aceite (de almendras, de
oliva o del que se usa para los bebés). Revuelve todo y talla enérgicamente tus pies con la mezcla. Luego envuélvelos en
una bolsita de plástico durante 10 minutos. Lávalos con jabón neutro, seca bien el espacio entre los dedos y aplica una
crema hidratante en el empeine y la planta (no entre los deditos porque puedes propiciar la aparición de hongos).
c. Embellecer
Remueve con un palito de naranjo la cutícula y corta las orillas sólo si es necesario. Recuerda que no debe ser doloroso.
Aunque en algunos lugares dejan las uñas un poco largas para hacer pedicure francés, no es muy recomendable ya que
pueden encarnarse, provocar pequeños hematomas o alojar gérmenes. Es mejor cortar las uñas siguiendo la anatomía de
tu dedo. Evita cortar demasiado las esquinas para no provocar que se encarnen.
Usa tu color favorito, pero deja que descansen una o dos semanas sin esmalte para que no se tornen amarillas o pierdan su
fuerza natural.
Por último, recuerda que debes ir al podólogo cada seis meses para que revise la salud de tus pies y te haga las
recomendaciones adecuadas.