El Papa Francisco destaca en sus homilías la importancia de los mártires actuales y la persecución de cristianos en el Medio Oriente. Señala que la Iglesia crece gracias al testimonio de los mártires y la fuerza del Espíritu Santo. Visita un centro penitenciario y enfatiza que Dios perdona y devuelve la dignidad a los reclusos. Resalta la misericordia de Dios y el ejemplo de San Celestino V y San Francisco de Asís en vivir en la pobreza y ayudar a los neces
2. El 30 de junio dijo en su homilía:
“…Es justo que pensemos en tantos mártires de
hoy,
tantos mártires que dan su vida por la fe”,
Es cierto, que han sido muchos los cristianos
perseguidos en la época de Nerón, pero “hoy no
son menos”.
3.
“Hoy en día hay tantos mártires en la Iglesia,
muchos cristianos son perseguidos.
Pensemos en el Medio Oriente, los cristianos que
deben huir de las persecuciones, los cristianos
asesinados por sus perseguidores.
4. También los cristianos expulsados de manera
elegante,
con guantes blancos: esta también es una
persecución.
Hoy en día hay más testigos más mártires en la
Iglesia que en los primeros siglos”.
6. “Se habla del crecimiento de una planta”
y esto hace pensar en lo que decía Jesús,
que “el Reino de los Cielos es como un hombre
que ha arrojado la semilla a la tierra, luego va a su
casa y – duerma o esté despierto - la semilla crece,
brota, sin que él sepa cómo lo ha hecho”. Esta
semilla es la Palabra de Dios que crece y se
convierte en el Reino de Dios, se convierte en
Iglesia gracias a “la fuerza del Espíritu Santo” y al
“testimonio cristiano”.
7.
En ese sentido, “no hay crecimiento sin el
Espíritu:
es Él quien hace la Iglesia,
es Él el que hace crecer a la Iglesia,
es Él el que convoca la comunidad de la
Iglesia.
Pero también requiere el testimonio de los
8. “Y cuando el testimonio llega al final,
cuando las circunstancias históricas nos piden un
testimonio fuerte, allí están los mártires, los más
grandes testigos.
Y aquella Iglesia es regada por la sangre de los
mártires.
Y esta es la belleza de martirio. Comienza con el
testimonio, día tras día, y puede terminar como
Jesús, el primer mártir, el primer testigo, el testigo
9. Para que el testimonio sea verdadero,
“debe ser sin condiciones. “…El Evangelio,
el que dice al Señor que lo sigue pero con una
condición:
ir a despedirse o a enterrar a su padre... el Señor lo
detiene: ‘¡No!’. El testimonio es sin condiciones.
Debe ser permanente, debe ser decidido, debe ser
con aquel lenguaje que Jesús nos dice, que es tan
fuerte: ‘Que tu sí sea sí, que tu no, no’.
Este es el lenguaje del testimonio”.
10. “en esta Misa, recordando a nuestros gloriosos
antepasados, aquí en Roma”, pensemos también “en
nuestros hermanos y hermanas que viven
perseguidos, que sufren y que con su sangre hacen
crecer la semilla de tantas pequeñas iglesias que
nacen. Oramos por ellos y también por nosotros”.
11. El 5 de julio dijo:
“La Sabiduría, en
cambio, libró de las
fatigas a sus servidores”.
(Sb 10,9).
…las características de la
sabiduría divina, que
libera del mal y la
opresión a los que se
ponen al servicio del
Señor. De hecho,
Él no es neutral,
sino que con su sabiduría
está del lado de las
personas vulnerables,
discriminadas y
oprimidas que se
abandonan confiadas a
12. Esta experiencia de Jacob y de José, narrada en
el Antiguo Testamento, revela dos aspectos
esenciales de la vida de la Iglesia:
la Iglesia es un pueblo al servicio de Dios
y es un pueblo que vive en la libertad donada
por Él.
13.
Ante todo, somos un pueblo que sirve a
Dios.
El servicio a Dios se realiza de diversas
maneras, sobre todo en la oración y en la
adoración,
en el anuncio del Evangelio
14. Y siempre el icono de
la Iglesia es la Virgen
María,
la “servidora del
Señor” (Lc. 1,38; Cf
1,48).
Inmediatamente
después de recibir el
anuncio del Ángel
y de haber concebido
a Jesús, María parte a
toda prisa para ir a
ayudar a su anciana
prima Isabel.
Y de este modo,
muestra que la mejor
forma de servir a Dios
es servir a nuestros
hermanos que tienen
15. En la escuela de la Madre, la Iglesia aprende
a ser cada día “servidora del Señor”, a estar
lista para ir al encuentro de las situaciones
de mayor necesidad,
a prestar atención a los pequeños y
excluidos.
16. Pero al servicio de la caridad, todos estamos
llamados a vivirlo en la realidad ordinaria, es
decir, en la familia,
en la parroquia, en el trabajo, con los vecinos...
Es la caridad de todos los días, la caridad
ordinaria…
17.
Así que la Iglesia es el pueblo que sirve al
Señor.
Por esto es el pueblo que experimenta su
liberación y vive en esta libertad que Él le
dona. ¡La verdadera libertad siempre la da el
Señor! La libertad, ante todo, del pecado, del
egoísmo en todas sus formas:
18. Y esta es la libertad que
nos ha donado Dios,
y nosotros no debemos
perderla:
la libertad de adorar a
Dios, de servir a Dios
y de servirlo también
en nuestros hermanos.
19.
Esta es la libertad que, con la gracia de Dios,
experimentamos dentro de la comunidad
cristiana,
cuando nos ponemos al servicio los unos de los
otros.
Sin celos, sin tomar partido, sin habladurías....
Servirnos los unos a los otros. ¡Servirnos!
Entonces el Señor nos libera de ambiciones
y rivalidades que socavan la unidad de la
20.
Nos libera de la desconfianza, de la tristeza
- esta tristeza es peligrosa, porque nos tira
abajo;
¡es peligrosa, estén atentos! Nos libera del
miedo, del vacío interior, del aislamiento,
del arrepentimiento, de los lamentos.
21. También en nuestras comunidades, de
hecho, no faltan actitudes negativas
que vuelven a la gente
autorreferencial, más preocupados en
defenderse que en donarse.
22.
Pero Cristo nos libera de esta
monotonía existencial,
como proclamamos en el
salmo responsorial:
“Tú eres mi ayuda y mi
liberación”. Por eso los
discípulos, nosotros
discípulos del Señor,
aun permaneciendo débiles y
pecadores,
estamos llamados a vivir con
alegría y valentía nuestra fe,
la comunión con Dios
y con los hermanos,
la adoración a Dios,
y a afrontar con fortaleza las
fatigas y pruebas de la vida.
23. Queridos hermanos y
hermanas, la Virgen
Santa que veneran en
particular con el título
de
“Madonna della
Libera”,
les consiga la alegría de
servir al Señor
y de caminar en la
libertad que Él nos ha
donado:
en la libertad de la
adoración, de la
oración
y del servicio a los
demás.
24. Que María los ayude a ser Iglesia materna, Iglesia
acogedora y atenta a todos. Que ella esté siempre
junto a ustedes, a sus enfermos, a sus ancianos
que son la sabiduría del pueblo, a sus jóvenes.
Para todo su pueblo sea un signo de consuelo y
de esperanza cierta.
Que la “Madonna della Libera” nos acompañe,
nos ayude, nos consuele, nos dé paz y nos dé
alegría.
25. El 5 de julio dijo reunido con reclusos del centro
penitenciario de Isernia:
Dios nunca nos olvida, sino que nos perdona,
“nos levanta de nuevo y nos devuelve nuestra
plena dignidad”.
26. …el desafío para los reclusorios es
“la reinserción social. Y para ello necesitamos un
itinerario, un camino, fuera de la cárcel, en la
sociedad, y también a nivel interno, en la
conciencia, en el corazón.
27. “lo importante es no quedarse quieto - el agua
estancada se pudre - sino caminar, dar un paso
cada día, con la ayuda del Señor. Dios es Padre, es
misericordia, nos ama siempre”.
28. “Si le buscamos, Él nos acoge y nos perdona.
‘Nunca se cansa de perdonar’ es el lema de esta
visita.
Él nos levanta de nuevo y nos devuelve nuestra
plena dignidad. Dios no nos olvida”.
“hay un pasaje de la Biblia, del profeta Isaías, que
dice:
¿Se olvida una madre de su criatura? - y es casi
imposible - ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te
29.
“Con esta confianza,
se puede caminar, día a
día.
Y con ese amor fiel que
nos acompaña, la
esperanza no decepciona”.
“podemos orar junto con
María, nuestra Madre,
para que nos ayude y nos
proteja”
Dios te salve María,
llena eres de gracia…..
30. El 5 de julio dijo:
…Hay una idea fuerte que
me ha impactado,
pensando en la herencia
de San Celestino V.
Él, como San Francisco de
Asís, ha tenido un fuerte
sentido de la misericordia
de Dios, y del hecho que
la misericordia de Dios
renueva el mundo.
31.
Pietro del Morrone, como San Francisco de Asís,
conocían bien la sociedad de su tiempo, con sus
grandes pobrezas.
Eran muy cercanos a la gente, al pueblo.
Tenían la misma compasión de Jesús hacia tantas
personas cansadas y oprimidas; pero no se
limitaban a dar solo buenos consejos, o
piadosos consuelos.
32. Ellos son los primeros en haber hecho una
elección de vida contra corriente, han escogido
confiar en la Providencia del Padre, no solo
como ascesis personal, sino como testimonio
profético de una Paternidad
y de una fraternidad, que son el mensaje del
Evangelio de Jesucristo.
33. Y siempre me impacta que con esta fuerte
compasión por la gente, estos santos han sentido
la necesidad de dar al pueblo la cosa más grande,
la riqueza más grande: la misericordia del Padre,
el perdón.
“Perdona nuestras ofensas, así como nosotros
perdonamos a los que nos ofenden”.
34. En estas palabras del Padre Nuestro hay todo un
proyecto de vida, basado sobre la misericordia. La
misericordia, la indulgencia, el perdón de nuestras
deudas, no es solo algo devocional, intimo, un
paliativo espiritual, un tipo de aceite que nos
ayuda a estar más suaves, más buenos ¡No!
35. Es la profecía de un mundo nuevo: la misericordia es
profecía de un mundo nuevo, en el cual los bienes de
la tierra y del trabajo están distribuidos
equitativamente y ninguno está privado del necesario,
porque la solidaridad y el compartir son la
consecuencia concreta de la fraternidad.
36. Estos dos santos han
dado el ejemplo. Ellos
sabían que,
como clérigos- uno era
diácono el otro
obispo, obispo de
Roma-, como clérigos,
ambos debían dar
ejemplo de pobreza,
de misericordia y de
total despojo de sí
mismos.
37. No es una fuga, no es una evasión de la realidad
y de los problemas, es la respuesta que viene del
Evangelio: el amor como la fuerza de purificación
de las conciencias, la fuerza que renueva las
relaciones sociales, la fuerza de proyección de una
economía diferente, que pone al centro la
persona, el trabajo, la familia; antes que el
dinero y el beneficio.
38. Somos todos conscientes que este camino no es el
del mundo; no somos soñadores, no somos ilusos,
ni queremos crear oasis fuera del mundo. Creemos
antes que nada,
que este camino es el mejor para todos, es el
camino que verdaderamente nos acerca a la
justicia y a la paz.
39. Pero sabemos además que somos pecadores, que
nosotros somos los primeros a ser tentados de no
seguir este camino y de conformarnos con la
mentalidad del mundo, con la mentalidad del
poder, con la mentalidad de las riquezas.
40. la misericordia de
Dios,
y nos comprometemos
a cumplir con su
gracia los frutos de
conversión y obras de
misericordia.
Estas dos cosas:
convertirse y hacer
obras de misericordia,
este es el hilo
conductor de este año,
de este año jubilar
celestiniano.
Nos acompañe y nos
sostenga siempre en
este camino la Virgen
41. palabras previas al rezo del
Ángelus:
En el Evangelio de este
domingo encontramos la
invitación de Jesús, dice
así:
"Vengan a mí todos los que
están afligidos y agobiados,
y yo los aliviaré" (Mt.
11:28).
Cuando Jesús dice esto,
tiene ante sus ojos las
personas que encuentra
todos los días por los
caminos de Galilea:
mucha gente simple,
pobres, enfermos,
pecadores, marginados...
esta gente siempre le siguió
para escuchar su palabra -
¡una palabra que daba
42. siempre esperanza! y
también para tocar aunque
solo fuese el borde de su
manto. Jesús mismo
buscaba a estas multitudes
extenuadas y dispersas
como ovejas sin pastor
(cf. Mt 9:35-36): así dice
Él,
y las buscaba para
anunciarles el Reino de
Dios y para sanar a muchos
de ellos en el cuerpo y en
el espíritu. Ahora los llama
a todos a su lado: "Vengan
a mí", y les promete alivio
43. Esta invitación de Jesús se extiende hasta nuestros
días, para llegar a muchos hermanos y hermanas
oprimidos por precarias condiciones de vida,
por situaciones existenciales difíciles y, a veces
privados de auténticos puntos de referencia.
44. En los países más pobres,
pero también en las periferias de los países más
ricos,
se encuentran muchas personas desamparadas y
dispersas bajo el peso insoportable del
abandono y de la indiferencia.
La indiferencia: ¡cuánto daño hace a los
necesitados la indiferencia humana! Y aún peor
45. En los márgenes de la sociedad hay muchos
hombres y mujeres probados por la indigencia,
pero también por las insatisfacciones de la vida
y las frustraciones.
Muchos se ven obligados a emigrar de su patria,
arriesgando su propia vida.
46. Muchos más, cada día, soportan el peso de un
sistema económico que explota al hombre, le
impone un "yugo" insoportable, que los pocos
privilegiados no quieren llevar. A cada uno de
estos hijos del Padre que está en los cielos, Jesús
repite: "Vengan a mí, todos ustedes".
47.
Pero también lo dice a los que poseen todo.
Pero cuyo corazón está vacío. Está vacío.
Corazón vacío y sin Dios. También a ellos, Jesús
dirige esta invitación: "Vengan a mí". La invitación
de Jesús es para todos. Pero de manera especial
para los que sufren más.
48.
Jesús promete
reconfortar a todos,
pero también nos
hace una invitación,
que es como un
mandamiento:
"Carguen sobre
ustedes mi yugo y
aprendan de mí,
porque soy paciente y
humilde de corazón"
(Mt 11,29).
49. El "yugo" del Señor
¿en qué consiste?
Consiste en cargar el
peso de los otros con
amor fraternal. Una vez
recibido el alivio y
consuelo de Cristo,
estamos llamados
también nosotros a ser
alivio y consuelo para
los hermanos, con
actitud mansa y
humilde, a imitación del
Maestro.
50. La mansedumbre y la humildad de corazón no
sólo nos ayuda a soportar el peso de los otros,
sino a no pesar sobre ellos con nuestros propios
puntos de vista personales, nuestros juicios,
nuestras críticas o nuestra indiferencia.
51. Invoquemos a la
Santísima Virgen María,
que acoge bajo su
manto a todas las
personas desamparadas
y dispersas,
para que a través de
una fe iluminada,
testimoniada en la vida,
podamos ser alivio para
los que necesitan
ayuda, ternura y
esperanza.
52.
El 13 de julio, ante los trágicos
acontecimientos de los últimos días en los
que han muerto más de 160 palestinos en la
Franja de Gaza como resultado de los
bombardeos ordenados por Israel:
53. “Tengo vivo todavía en la memoria el recuerdo
del encuentro del 8 de junio pasado con el Patriarca
Bartolomé, el Presidente Peres y el Presidente Abbas,
junto a los cuales hemos invocado el don de la paz y
escuchado la llamada a romper la espiral del odio y de
la violencia”.
54. “alguno podría pensar que tal encuentro haya tenido
lugar en vano. Eso no es así ya que la oración nos
ayuda a no dejarnos vencer por el mal ni a resignarnos
a que la violencia y el odio predominen sobre el
diálogo y la reconciliación”.
55. “Exhorto a las partes interesadas y a todos los
que tienen responsabilidad política a nivel local e
internacional a no escatimar la oración y
cualquier tipo de esfuerzo para hacer cesar toda
hostilidad y conseguir la paz deseada para el bien
de todos e invito a todos a unirse en la oración”.
56. “ahora, Señor:
¡ayúdanos Tú!
¡Dónanos Tú la paz,
enséñanos Tú la paz,
guíanos Tú hacia la
paz! Abre nuestros ojos
y nuestros corazones y
dónanos el coraje de
decir: ‘¡nunca más la
guerra!’; ‘¡con la
guerra todo está
destruido!’”. Infunde
en nosotros el coraje
de cumplir gestos
concretos para
construir la paz”.
57.
“haznos disponibles para escuchar el grito de
nuestros ciudadanos que nos piden que
transformemos nuestras armas en instrumentos de
paz, nuestros miedos en confianza y nuestras
tensiones en perdón”.
58. El 13 de julio en sus palabras previas al rezo del
Ángelus, dijo:
“el Evangelio de este domingo nos muestra a Jesús
que predica a orillas de lago de Galilea, y como
mucha gente lo rodea, Él sube en una barca, se
aleja un poco de la orilla y predica desde ahí”.
59. “Cuando habla al pueblo, Jesús utiliza muchas
parábolas: un lenguaje comprensible a todos, con
imágenes tomadas de la naturaleza y de
situaciones de la vida diaria”.
60. Ahí, “lo primero que narra es una introducción a
todas las parábolas:
es aquella del sembrador, que a manos llenas
arroja las semillas sobre todo tipo de terreno.
Y el verdadero protagonista de esta parábola es
la semilla, que produce más o menos frutos
según el terreno sobre el cual ha caído”.
61. “Los primeros tres terrenos son improductivos: a
lo largo del camino las aves se comen la semilla;
sobre el terreno pedregoso los brotes se secan
rápidamente porque no tiene raíces; en medio a
las zarzas la semilla viene sofocada por las espinas.
El cuarto tipo de terreno es el terreno bueno, y
solamente ahí la semilla germina y da fruto”.
62.
En este caso, “Jesús no se ha limitado a presentar la
parábola, también lo ha explicado a sus discípulos.
La semilla que cae sobre el camino indica a cuantos
escuchan el anuncio del Reino de Dios pero no lo
reciben; así llega el Maligno y se lo lleva. De hecho
el Maligno no quiere que la semilla del Evangelio
germine en el corazón de los hombres. Esta es la
primera comparación”.
63.
“La segunda es aquella de la semilla que cae sobre
las piedras: representa a las personas que escuchan
la Palabra de Dios y la reciben enseguida, pero
superficialmente, porque no tiene raíces y son
inconstantes; y cuando llegan las dificultades y las
tribulaciones, estas personas se abaten enseguida”.
64. El tercer caso, “es aquella
de la semilla que cae entre
las zarzas: Jesús explica
que se refiere a las
personas que escuchan la
Palabra pero, a causa de
las preocupaciones
mundanas y de las
seducciones de la riqueza,
permanece sofocada.
Finalmente, la semilla que
cae en terreno fértil
representa a cuantos
escuchan la Palabra,
la reciben, la cuidan y la
comprenden, y esa da
fruto.
El modelo perfecto de
esta tierra buena es la
65.
“esta parábola habla hoy a cada uno de nosotros,
como hablaba a los oyentes de Jesús dos mil años
atrás.
Nos recuerda que nosotros somos el terreno donde
el Señor echa incansablemente la semilla de su
Palabra y de su Amor. ¿Con qué disposición la
acogemos? Y podemos preguntarnos: ¿Cómo esta
nuestro corazón? ¿A qué terreno se parece: a un
66.
“Depende de nosotros convertirnos en terreno
bueno sin espinas ni piedras,
pero formado y cultivado con cuidado, para que
pueda dar buenos frutos para nosotros y para
nuestros hermanos”.
67.
“nos hará bien no olvidarnos que también nosotros
somos sembradores, Dios siembra semillas buenas, y
también aquí podemos preguntarnos: ¿qué tipo de
semilla salen de nuestro corazón y de nuestra
boca?”.
68.
“Nuestras palabras
pueden hacer tanto bien,
así como tanto mal,
pueden sanar y pueden
herir, pueden animar y
pueden deprimir,
recuerden: aquello que
cuenta no es lo que
entra, sino lo que sale
de la boca y del
corazón”.
“La Virgen nos enseñe
con su ejemplo a cuidar
y hacerla fecunda en
nosotros y en los
demás”.
69.
El 13 de julio dijo:
...Ustedes enfermos, que experimentan la
fragilidad del cuerpo, pueden testimoniar con
fuerza a las personas que les están cerca, cómo el
bien precioso de la vida es el Evangelio, el amor
misericordioso del Padre y no el dinero o el
poder.
70. De hecho, incluso cuando una persona en la
lógicas mundanas es importante, no puede agregar
un solo día a la propia vida…
71. En twitter dijo:
Jesús, ayúdanos a amar a Dios como Padre y
a nuestro prójimo como a un hermano.
72.
Vivir como verdaderos hijos de Dios significa amar
al prójimo y acercarnos a quien está solo y en
dificultad.
74. Con Dios nada se pierde,
pero sin Él todo está perdido.
75. No tengan miedo de lanzarse en los
brazos de Dios. Todo lo que les pida,
lo recompensará con el ciento por uno.
76. Los Mundiales lograron el encuentro de personas
de varias naciones y religiones.
Que el deporte promueva siempre la cultura del
encuentro.
77. Si deseas recibir mails, relacionados con
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Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor
a Jesús.