Este documento describe los procedimientos de pruebas de compatibilidad sanguínea realizadas antes de una transfusión de sangre. Explica que las pruebas buscan identificar anticuerpos en la sangre del receptor que podrían causar una reacción hemolítica al transfundir sangre incompatible. También describe los sistemas sanguíneos ABO y Rh, así como las pruebas cruzadas, la prueba de Coombs y otros aspectos relevantes para garantizar la seguridad y eficacia de las transfusiones de sangre.
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Pruebas de laboratorio pretransfusionales
1. Patología Clínica I - Dra. Ma. Calixta Martínez Vázquez
Marcela González Gutiérrez, 6º H
Enero- Junio 2013
Medicina Humana, UAZ
2. Permiten saber si hay compatibilidad serológica entre la
sangre de una persona donante y el receptor de la
transfusión, y evitar infecciones transmisibles por vía
hemática.
Su objetivo es evitar la transfusión de sangre
incompatible, que los riesgos a que se exponga el donador
sean mínimos y que la sobrevida de los eritrocitos
transfundidos sea prolongada y asegure beneficio
terapéutico.
La transfusión de sangre incompatible puede provocar
reacciones hemolíticas desde moderadas hasta
potencialmente fatales
3. Las pruebas de compatibilidad no previenen la
inmunización del receptor o los errores en la tipificación
de los sistemas ABO o Rh, ni detectan anticuerpos
dirigidos contra otros elementos como leucocitos,
plaquetas o proteínas del suero.
La extracción de sangre debe ser cuidadosa para evitar
hemólisis, debe obtenerse sangre no anticoagulada y no
es recomendable usar plasma en vez de suero (la fibrina
puede interferir con la lectura de la aglutinación).
Los anticoagulantes como el EDTA quelan el calcio
inhibiendo la activación del complemento.
4. Antes de realizar las pruebas, los eritrocitos se lavan con
solución salina para eliminar exceso de plasma o suero
que pueda interferir con la aglutinación.
El suero puede conservarse en refrigeración entre 1-6
grados C y se recomienda su empleo dentro de las 72
horas posteriores a la extracción para asegurar la
viabilidad del complemento.
Antes de la prueba de compatibilidad, deberán
determinarse los grupos ABO y Rh del donador y receptor,
y para evitar alguna discrepancia entre ambos.
5.
Compuestos por diferentes determinantes antigénicos en
la membrana de los eritrocitos
285 antígenos de grupos sanguíneos, en 29 sistemas de
grupos.
Estas moléculas tienen funciones de adherencia, receptor
o transportador.
Los grupos ABO y Rh son los más relevantes.
6. El primero descrito, en 1900, por Karl Landsteiner (Nobel
de Fisiología y Medicina en 1930).
Antígenos del sistema ABO residen en moléculas de
carbohidratos, formadas por actividad de enzimas
(glucosiltransferasas).
Es el único sistema en que los antígenos no son producto
directo de la expresión de un gen, sino que este gen
codifica una enzima que agrega un residuo específico de
carbohidrato, llamado azúcar inmunodominante A o B, a
una sustancia precursora básica, llamada Antígeno o
Sustancia H, que a su vez es el resultado de la acción de
otra enzima, producida por el gen H.
7. En el caso del antígeno A, la enzima agrega Nacetilgalactosamina a la sustancia H, produciendo el
antígeno A. El 80% de los individuos son A1, el resto son
A2. En el caso del antígeno B, se agregan residuos de
galactosa a la sustancia H. El gen O se considera no
funcional, sin embargo, los individuos O tienen
sustancia H en la superficie de sus eritrocitos. Los del
grupo AB expresan ambos antígenos. El fenotipo del
grupo O en realidad es autonómico recesivo, producto
de la falta de los genes A y B.
8.
Los antígenos ABO también se expresan en células
epiteliales, endoteliales y como moléculas solubles en
plasma. Los líquidos corporales como la saliva contienen
glucoproteínas que pueden expresar los olisacáridos A y B
si la persona posee también el gen secretor (Se).
El fenotipo Bombay (Oh) se debe a la ausencia de
antígenos H, A y B sobre los eritrocitos, por lo tanto no
aglutinan con anti-A, anti-B o anti-AB. El suero de estas
personas tiene anti-A, anti-B y anti-H muy potentes.
9.
10. Descubierto por Alexander Weiner y Landsteiner en 1940,
en monos Rhesus.
Los antígenos del sistema Rh sólo se localizan sobre la
membrana eritrocitaria.
El antígeno principal es el antígeno D, cuya presencia o
ausencia se estudia sistemáticamente en el banco de
sangre, determina la clasificación de un individuo en Rh
positivo o negativo.
Además del sistema ABO, el antígeno Rh es el más
importante en la práctica clínica.
11.
Pero aquéllas personas que tienen el antígeno D no
poseen el anticuerpo anti-D correspondiente, porque sólo
se forma después de un estímulo inmune, como la
transfusión con sangre D positiva o el embarazo con un
feto D positivo en una mujer D negativa.
Sólo el 70% de los individuos D negativos reconoce el
antígeno D y produce una respuesta inmune. El 30%
restante está genéticamente imposibilitado para producir
anticuerpo anti-D.
12.
El antígeno D está genéticamente determinado
(transmisión autosómica dominante).
Aunque el sistema Rh posee casi 50 antígenos, los
clínicamente significativos son C/c y E/e además del D.
No hay antígeno d, simplemente representa la ausencia
del antígeno D. Antígenos c y e son antitéticos de C y E.
13.
Se forman después de la exposición a células
incompatibles mediante la transfusión sanguínea o
durante el curso de un embarazo.
Antígeno D, el más inmunógeno, seguido por
antígenos c y E.
Anticuerpos de clase IgG, que producen hemólisis
extravascular o reacción hemolítica retardada
mediada por complemento
14. Además de los sistemas ABO y Rh, los más significativos
clínicamente y los más estudiados, hay al menos otros 27
sistemas de grupos sanguíneos, entre los que se incluyen
(en orden decreciente de importancia clínica):
Kell
Duffy
Kidd
MNS
Todos pueden asociarse a reacciones hemolíticas mediadas
por IgG.
15. Su objetivo es identificar anticuerpos presentes en el
suero que puedan reaccionar con antígenos eritrocitarios
Se divide en dos partes: la mayor, que consiste en mezclar
suero del receptor con eritrocitos del donador; y la menor,
en la que el suero del donador se mezcla con hematíes del
receptor.
La prueba mayor es la más relevante, ya que confirma que
hay compatibilidad ABO entre receptor y donador y
permite identificar la presencia de anticuerpos en suero
del receptor que puedan provocar hemólisis o aglutinación
de los eritrocitos transfundidos
16.
La prueba menor es menos significativa, porque en
el caso de que existan anticuerpos en el plasma del
donador que reaccionen con los eritrocitos del
receptor, se diluyen en el volumen sanguíneo
circulante (fenómeno de post –zona). Esto se evita
transfundiendo exclusivamente paquetes
globulares.
17. La prueba cruzada se realiza en tres fases:
FASE I. Se usa suero + eritrocitos, se centrifuga y se lee
inmediatamente.
FASE II. Se usa suero + eritrocitos y se agrega un medio
que acelere la reacción (albúmina bovina, solución salina
de baja concentración iónica, enzimas), se incuba a 37
grados centígrados por 15- 30 minutos, se centrifuga y se
lee.
FASE III. Se usa suero + eritrocitos, se incuba a 37 grados
durante 30 minutos y se agrega suero de Coombs (prueba
indirecta de antiglobulina humana), se centrifuga y se lee.
18.
19. Debe realizarse siempre un autocontrol con suero del
receptor + eritrocitos del receptor, se procesa al mismo
tiempo que la prueba mayor y sirve para identificar
sensibilización in vivo de los eritrocitos, Rouleaux y otras
anormalidades.
La prueba es compatible cuando no se observa hemólisis o
aglutinación en ninguna de las fases.
La aglutinación indica que algún anticuerpo del suero del
donador se unió con los glóbulos rojos del receptor y se
considera, por lo tanto, incompatible.
20. En casos de incompatibilidad o pacientes
politransfundidos, se puede efectuar una detección de
anticuerpos irregulares contra antígenos eritrocitarios
diferentes de los sistemas ABO y Rh (Sistemas MNS, Kell,
Duffy, Lewis, Kidd, etc) en el suero del receptor y, en caso
de identificar algún anticuerpo, los eritrocitos a
transfundir deberán ser negativos para el antígeno que
indujo la producción de dicho anticuerpo.
Algunos bancos de sangre realizan la detección de
anticuerpos irregulares en el suero del donante, lo que
elimina la necesidad de realizar la prueba mayor.
21. En circunstancias extremas (hemorragia masiva), el
procedimiento de las pruebas cruzadas puede ser
alterado. Deberá sopesarse el riesgo de transfundir sangre
no cruzada, que puede ser incompatible, contra el peligro
de muerte del paciente. Las opciones son:
Transfundir paquete globular del mismo grupo ABO y Rh
que el receptor.
Si no puede determinarse grupo, transfundir paquete
globular O Rh negativo, y en último de los casos, O Rh
positivo.
22. Cuando sea posible, realizar por lo menos la Fase I de las
pruebas cruzadas
Realizar pruebas de compatibilidad con la técnica habitual
y notificar al médico tratante si hay incompatibilidad
En pacientes con hemorragia profusa y Rh negativo, se
debe usar primero sangre Rh positiva, y , una vez que
disminuya la hemorragia, transfundir sangre Rh negativa,
que permanecerá por más tiempo en la circulación (en
caso de que los paquetes globulares Rh negativos
escaseen). En las 72 hrs siguientes deberá administrarse
inmunoglobulina anti-Rh para evitar la inmunización del
paciente.
23.
24.
25.
26.
Para demostrar la fijación de anticuerpos incompletos
(IgG) a la membrana eritrocitaria.
Los Ac IgG no provocan aglutinación visible, pero se hace
aparente al ponerlos en contacto con antiglobulina
humana, que se une a la fracción común de la cadena
gamma de la inmunoglobulina, que sirve como puente
para que los eritrocitos se aglutinen. Algunos anticuerpos
IgG pueden fijar complemento a los eritrocitos.
27.
El reactivo se prepara sensibilizando conejos con
gammaglobulina humana y componentes purificados del
complemento (C3d) para obtener anticuerpos específicos
contra ellos (Anti – IgG y anti-C3d), ambos anticuerpos se
mezclan y se obtiene un suero poliespecífico (suero de
Coombs).
La prueba de Coombs se puede realizar por dos técnicas
diferentes, la prueba directa y la indirecta.
28. Prueba de la antiglobulina directa. Se usa para
demostrar la sensibilización in vivo de los eritrocitos del
paciente. Positiva en anemia hemolítica autoinmune
idiopática, inducida por fármacos, enfermedad hemolítica
del recién nacido, hipergammaglobulinemia y en
reacciones de incompatibilidad transfusional.
Prueba de la antiglobulina indirecta. Para demostrar la
presencia de anticuerpos incompletos en el suero del
paciente y para determinar grupos sanguíneos, en las
pruebas cruzadas, en la investigación de anticuerpos
irregulares contra eritrocitos y para detectar anticuerpos
maternos en embarazo (isoinmunización materno-fetal).
29. La presencia de aglutinación indica un resultado positivo y
si no se observa, se considera negativa, pero debe hacerse
una comprobación de la técnica. Consiste en agregar
eritrocitos sensibilizados con IgG a los tubos de ensayo, y
después de centrifugar se debe observar la aglutinación,
en caso contrario la prueba no se considera válida y debe
repetirse.
Las IgG son anticuerpos calientes, su temperatura óptima
de reacción es de 37 grados centígrados, por lo tanto se
incuban a esta temperatura.
30. Algunas causas de falsos positivos en la prueba de Coombs
son: la contaminación bacteriana de las muestras,
contaminación de los reactivos, polvo, contaminación por
sílice, mala calidad de los reactivos (que pueden contener
trazas de otros anticuerpos) y el empleo de eritrocitos
obtenidos de sangre coagulada por la activación del
complemento.
Los falsos negativos se observan al usar plasma en lugar
de suero y cuando hay mala técnica y se contamina la
muestra, temperatura o lectura inadecuadas, etc.
31.
Hemoglobina y hematocrito
Plaquetas
Proteínas séricas
Albúmina o inmunoglobulinas G y M
Leucocitos totales
Detección de agentes transmisibles: Treponema
pallidum, Tripanosoma cruzi, Brucella spp., Virus B y
C de la hepatitis y VIH.
32.
Hematología básica – Abraham Majluf Cruz, Óscar de
Jesús Pérez R, GARMARTE editorial, 2006.
Henry´s Clinical Diagnosis and Management by
Laboratory Methods – Mc Pherson, Pincus. Saunders,
Elsevier, 22nd Edition, 2011.
Hematología. La sangre y sus enfermedades – José Carlos
Jaime Pérez, David Gómez Almaguer. Mc Graw – Hill, 2a.
edición, 2009.
33.
BLOOD CELLS - A practical Guide – Barbara J. Bain,
Blackwell Publishing, 4th edition, 2006.
Blood and Bone Marrow Pathology - Anna Porwit, Jeffrey
Mc Cullough, Wendy N. Erber. 2nd. Edition, 2011. Churchill
- Livingstone, Elsevier.
Hematología. Fisiopatología y diagnóstico – Iván Palomo,
Jaime Pereira, Julia Palma. Editorial Universidad de Talca,
Chile. 2009