1. El arte de dirigir 81
Octubre 2011
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Juan Vera
Cuando el rol engaña a la persona
En estas columnas me he referido varias Así, en el mundo de la Política es
veces a la Gestión de sí mismo como habitual que en algún momento el
una tarea fundamental de los líderes y político olvide que el Poder es un juicio
vuelvo a esa idea central desde otra que otros nos otorgan, que la autoridad
perspectiva. que le ha dado poder, se ha constituido
a partir de esos juicios, tras los cuales
Estas semanas de intenso trabajo, hay expectativas de quienes les
desarrollando talleres de “Coaching y eligieron y tras esas expectativas hay
Política”, he profundizado en los creencias y supuestos. En ese momento
quiebres de los líderes políticos, puede considerar que el poder viene de
algunos de ellos no muy distintos que él mismo, con independencia de lo que
los que tienen aquellos que se haga y aparece un primer enemigo
desempeñan como líderes directivos en propio, la soberbia.
el ámbito privado, en las organizaciones
empresariales, religiosas, sociales, del
arte o del ocio, porque su naturaleza es
profundamente humana. Me refiero a
los riesgos que el líder tiene acechando
tras de sí como una sombra, por el
poder que administra, por el rol que
ejerce, por la necesidad de defenderse y
por la importancia que lo que hace tiene
y como ser humano necesita.
EL arte de
Desde esa soberbia empieza a alejarse
de aquellos que le siguieron y suele
quedarse con el círculo de quienes le
dicen lo que quiere oír. Voces que se
dirigen al rol que representa y no a la
persona que es.
De Dirigir 1
2. Este es su segundo gran riesgo
confundir el rol y la persona, que lleva al
líder a considerar que el seguimiento
que ha logrado es el resultado de quien
es y no del rol que en un momento
tomó. Y el seguimiento no es a José
Pérez, sino al rol que José Pérez tomó
en un momento determinado, de hecho
el liderazgo es un espacio de rol en el
que se integran conductas, actitudes y
creencias, pero que no implica que sea
la materia del ser de José Pérez, aunque
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puede ser que durante la mayor parte
de su vida José Pérez actúe como líder.
Esa confusión metafísica que lleva a Las consecuencias son distintas, en
confundir la identidad, lleva también a algunos casos esa coraza termina
que la vanidad aparezca y ciegue a opacando la grandeza, distanciando del
quien le ocurre. equilibrio y aquello que en algún
momento lo llevó a empezar una tarea
de sentido. En otros esa auto-abducción
plantea una necesidad de intimidad que
puede llevar a la persona que hay detrás
del rol a buscarla aprovechando su
propia posición de influencia en las
situaciones menos adecuadas. Y otra
vez el círculo se pone en marcha:
creemos que esa facilidad es la
consecuencia del propio atractivo de
nuestro ser y no del rol que ejercemos.
Eso que se se ha llamado la erótica del
Ambos riesgos pueden parecer el poder. Nos atrae y atraemos a través
mismo, sin embargo sus orígenes son de él.
distintos, en uno se confunde la fuente,
en otro se confunde el rol.
Ostentar posiciones de liderazgo es
cierto que coloca a las personas en el
centro de ataques en la medida que
propone cambios en los que algunos
sienten que van a perder algo, que
suele implicar, además, dedicaciones
exhaustivas, especiales cuidados,
elementos que van generando una
gruesa coraza, que en muchos casos
arrastra al líder a separarse del resto de
su vida, a confundir su vida con su rol.
Un nuevo desvinculamiento, una nueva
brecha en su armonía.
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3. Me he referido alguna vez a Javier ¿Quién le muestra esto al líder si es que
Marías y su descripción del síndrome de está dispuesto a descubrirlo? No me
tarima, para referirse a esa atracción cabe duda que este es un espacio de
que produce el profesor cuando habla coaching como se concibe desde la
desde la tarima real o imaginaria, que matriz ontológica, el discernir poder,
puede llevarlo a creerse irresistible y a rol, persona, necesidades humanas y
no preguntarse cuál será su atracción sentido.
cuando va a comprar a la panadería
como un humano normal ¿Se habría No hace mucho leí un artículo de la
producido allí esa atracción? Porque neuróloga Andrea Slachevsky titulado
cuando bajamos de la tarima, es decir “El cerebro intransigente” donde
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cuando abandonamos el rol, gran parte subrayé el siguiente párrafo “En hebreo
del encanto se pierde. la palabra honor (kabod) y pesadez
(kabed) comparten el mismo origen,
Tal vez detrás esté la necesidad de para Ouaknin esa homonímia sugiere
importancia que los seres humanos que para avanzar es necesario liberarse
tenemos, y esa necesidad configura un de uno mismo y relativizar nuestros
posible nuevo engaño en un espacio tan modelos internos”.
central como es servir. ¿Por qué
servimos, porque necesitamos
sentirnos importantes para el otro o
porque amamos a ese otro por el mero
hecho de ser humano? ¿A qué
importancia servimos a la del otro o a la
nuestra?
Expandir esos modelos internos para
abrirse a la comunidad y a las señales es
trabajo de crecimiento para los líderes y
para los coaches.
Este vértigo del hacer para sentirnos
importantes, es el que Ronald Heifetz
llama “la zona de insaciabilidad” una
insaciabilidad que puede ser el invisible
enemigo del sí mismo, esa sombra
acechante de la que hablábamos.
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