Comportamiento violento machista ¿patología o cálculo
1. ¿Es el comportamiento violento machista una patología
inconsciente o un comportamiento calculado?
¿Es genético, ambiental, una disfunción de la
personalidad, es conductual? ¿Es todo lo anterior?
¿En qué momento el comportamiento violento toca la
violencia machista y feminicida?
2. Quienes padecen trastornos de la personalidad y que arrastran
desde la niñez, desarrollan diferentes formas de relacionarse con
otros, generalmente sus relaciones conllevan en algún punto la
intimidación, la amenaza, la manipulación, la ira, la agresión
directa o la contención, la rabia silenciosa, para en el momento
elegido manifestarlo con multiplicada fuerza.
Existe de parte de los agresores un cuadro de violación de los
derechos de quienes le rodean, un patrón de odio y rechazo.
3. La desadaptación social, inseguridad disfrazada de fuerza, el fracaso en
búsqueda de logros, deshonestidad, mentira, la estafa como modus vivendi y
operandi, incapacidad para planificar una vida estable, agresividad, actitud
conflictiva, buscapleitos, deshonestidad, indiferencia hacia el mismo o los
demás, irresponsabilidad, desobligación, ningún remordimiento al abusar de la
confianza de otros al estafarlos.
Todo esto vive en la persona con una patología violenta, con trastorno mental
y disfunción de la personalidad.
4. La violencia machista y feminicida aparece, cuando el hombre con
patología violenta se retroalimenta del sexismo día a día. Alimenta
sus 5 sentidos, su psique, de mensajes de odio, rechazo,
intolerancia, infravaloración. El sexismo social en el que se haya
desenvuelto y que proviene desde su infancia y dentro de su hogar
hasta la información que le ha taladrado por décadas tomada de
los medios y de un sistema netamente patriarcal que subsiste por
la elevación del ego del hombre motivándolo a obtener poder y a
su vez por la destrucción del hombre que no tiene poder.
5. La presa dispuesta por el sistema para alimentar al hombre violento,
es la mujer.
Cuando a propósito, se busca canalizar hacia la mujer, todo lo que un macho
violento es, tomándola como objeto de desfogue de su rabia, de uso paliativo
a sus males, para administrarle placeres o haciéndole llevadera la vida al
tenerla como esposa, proveedora satisfacciones hogareñas, familiares y
sexuales o cuando la muestran como causa de sus males, como desechable. Se
gesta la liga de violencia y odio hacia la mujer, que tiene como la última de sus
consecuencias, el feminicidio.