El documento presenta lecturas bíblicas del Levítico y Mateo sobre el amor al prójimo. Jesús enseña que ayudar a los necesitados es ayudarlo a él. El autor explica que la caridad verdadera es amor a Dios expresado en amor concreto al prójimo, no solo en oraciones. Recomienda hablar bien de los demás y acercarse a Dios diariamente en la comunión.
Disciplinas espirituales en el Ministerio de Alabanza.pptx
Cristo, el día de hoy, nos viene a recordar cuál es la esencia de su mensaje: la caridad. La caridad no como mera filantropía
1. Primera Lectura: del libro del Levítico (19,1-2.11-18):
Salmo Responsorial: Sal 18,8.9.10.15
R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida
Evangelio: san Mateo (25,31-46):
Lunes de la 1ª semana de Cuaresma
La caridad es verdadero amor a Dios
que vive realmente en mi prójimo.
Autor: Oscar Pérez | Fuente: Catholic.net
2. El Señor habló a Moisés: «Habla a la asamblea de los hijos de
Israel y diles: "Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy
santo. No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis a ninguno de
vuestro pueblo. No juraréis en falso por mi nombre, profanando el
nombre de Dios. Yo soy el Señor. No explotarás a tu prójimo ni lo
expropiarás. No dormirá contigo hasta el día siguiente el jornal
del obrero. No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezos al ciego.
Teme a tu Dios. Yo soy el Señor. No daréis sentencias injustas. No
serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga
con justicia a tu conciudadano. No andarás con cuentos de aquí
para allá, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo
soy el Señor. No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a
tu pariente para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás
ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo
como a ti mismo. Yo soy el Señor."»
¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor !
3. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.
4. En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria
acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán
congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el
pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su
izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la
herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve
hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis;
estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme."
Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de
comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o
desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?" Y el
Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más
pequeños, a mí me lo hicisteis." Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de
mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y
no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis;
estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis." Entonces
dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo
o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y Él entonces les responderá: "En verdad os
digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo
dejasteis de hacerlo." E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.
¡Es palabra del Señor! ¡ Gloria a Ti, Señor Jesús!
5. Señor, qué pronto se va la vida y con ella las ocasiones
para hacer el bien. Te suplico me des, en esta oración,
la gracia de saber dejar pasar lo caduco para quedarme
contigo. Ante la brevedad de la vida, dame la gracia de
vivir con el apremio de hacer rendir el tiempo que me
concedes para amarte más.
Jesús, ayúdame a recordar que la vida me ha sido dada
para llegar al cielo con las manos llenas de actos
concretos de amor.
6. Desde la Eucaristía nace una nueva e intensa asunción de
responsabilidades a todos los niveles de la vida comunitaria, nace
por tanto un desarrollo social positivo, que tiene en el centro a la
persona, especialmente cuando es pobre, enferma o desgraciada.
Nutrirse de Cristo es el camino para no permanecer ajenos o
indiferentes a la suerte de los hermanos, sino entrar en la misma
lógica de amor y de entrega del sacrificio de la Cruz; quien sabe
arrodillarse ante la Eucaristía, quien recibe el cuerpo del Señor no
puede no estar atento, en la trama ordinaria de los días, a las
situaciones indignas del hombre, y sabe inclinarse en primera
persona hacia el necesitado, sabe partir su pan con el hambriento,
compartir el agua con el sediento, vestir al desnudo, visitare al
enfermo y al encarcelado. En cada persona sabrá ver al mismo
Señor que no dudó en entregarse a sí mismo por nosotros y por
nuestra salvación. Una espiritualidad eucarística, entonces, es
verdadero antídoto contra el individualismo y el egoísmo que a
menudo caracterizan la vida cotidiana, lleva al descubrimiento de
la centralidad de las relaciones, a partir de la familia, con
particular atención en curar las heridas de las
disgregadas. (Benedicto XVI, 11 de septiembre de 2011).
7. Los enemigos de Cristo y de su Iglesia han logrado desfigurar la
verdadera esencia y raíz del cristianismo. Algunos creen que el
cristianismo consiste sólo en rezos y posturas piadosas. Esto,
indudablemente, tiene su valor y es un medio válido para vivir la fe,
pero no es lo único ni lo esencial.
Cristo, el día de hoy, nos viene a recordar cuál es la esencia de su
mensaje: la caridad. La caridad no como mera filantropía, sino como
verdadero amor a Dios que vive realmente en mi prójimo. Jesús nos lo
dice clarísimo "a mí me lo hicisteis", y además con ejemplos prácticos.
Esta caridad brota naturalmente del amor a Dios. Si amo a Dios no
puedo dejar de amar a mi hermano.
Además de los actos externos, la caridad se aplica a la palabra. Sí, este
es uno de los campos más difíciles, pero también de los más hermosos.
No basta conformarnos con no criticar a los demás, que ya sería
bastante. Hace falta hablar bien de mi prójimo, promover lo bueno y
silenciar lo malo, forjar el hábito de la benedicencia. No hace falta
inventarse virtudes y cualidades donde no las hay, pero sí reconocer y
hablar de las que tiene mi hermano.
Suena bonito, pero cuesta. Haz la prueba de hablar bien de tus
hermanos tres veces al día, verás cómo no es tan fácil. Pero Dios lo
quiere, y sobre todo, recuerda que Dios vive en tu prójimo.
8. Acercarme diariamente a la comunión, sacramental o
espiritualmente.
Jesucristo, no debo temer a la muerte porque ella es el
paso que me acerca a lo que más he buscado en mi
vida: gozar en plenitud de tu presencia. La vida es
corta y tengo que aprovecharla para amarte y servirte,
fortaleciéndome diariamente con la oración y los
sacramentos. Confío en Ti y te digo que puedes venir a
buscarme cuando Tú quieras, como Tú quieras y donde
Tú quieras.